Evaluacion Final Psicologia

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EVALUACION FINAL PSICOLOGIA

ECENARIO 1

1. Origen de la psicología del desarrollo


¿Y… de dónde viene?
Para iniciar el tema del presente módulo, es necesario empezar por un recorrido histórico sobre el
desarrollo de la rama de la psicología denominada Psicología Evolutiva o del Desarrollo. Se hará una
introducción que permita conocer los conceptos y aportes teóricos de esta disciplina a través de
los años; se conocerá el concepto de “infancia”, la noción actual de “ser niño” o “niña”, así como el
reconocimiento de la infancia como una etapa articular y determinante en el desarrollo psicológico
de todo ser humano.
Se hará un recorrido histórico para describir la evolución de la psicología del desarrollo y la concepción
de infancia. Se tomará como punto de partida, los inicios e irá hasta la década 60 en el siglo XX. Es
importante señalar, que la noción de infancia es reciente, y se evidencian avances en la construcción
de conceptos como derechos de los niños y Día Internacional de la Niñez.
No fue sino hasta fechas recientes cuando la psicología evolutiva se empezó a ocupar exclusivamente
del desarrollo infantil y adolescente, impulsando el reconocimiento de estas etapas como parte
fundamental del desarrollo psicológico de los seres humanos. Anteriormente, distaban de ser
consideradas como fundamentales en el desarrollo social, por tanto, la cobertura básica de las
necesidades de niños y adolescentes se afectaba, así como su calidad de vida.
Respecto a la historia social del concepto de infancia, se puede decir que su construcción es
bastante reciente. Anteriormente los niños estaban lejos de tener una consideración social que
les diera el estatus y el reconocimiento que hoy tienen. Los niños eran concebidos como “adultos
en miniatura”, como si fueran una réplica en pequeña escala de lo que es el modelo adulto, lo que
permitiría deducir que las condiciones y objetivos para la crianza de los niños, tal como está descrita
en muchos textos, era precaria y alejada de las necesidades que demandan niños y adolescentes en
cada una de sus edades.
¿Sabían que anteriormente a los niños, desde muy pequeños, se los enseñaba para trabajar con sus
padres y en su mismo oficio?; los hijos, niños, hombres, varones eran entrenados en el oficio de
carpintero, si su padre era carpintero; las hijas, niñas, mujeres, eran entrenadas, desde muy pequeñas
en oficios del hogar: cocinar, tejer y los cuidados del hogar, porque la concepción de la sociedad era
la preparación de la mujer para cumplir un buen papel como esposa y, quizás, como madre. Da la
impresión entonces de que el niño parecía más bien un adulto, pero con otra estatura, es decir, un
adulto en miniatura (Palacios, Marchesi y Coll, 1991).
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¿Sabía que...?
Solo hasta el S. XIV se generalizaron movimientos a favor de la regulación
del trabajo infantil, lo que permitió replantear la importancia de las
necesidades de los niños.
Otro ejemplo que se puede tener frente a la concepción social de la niñez se ilustra en pinturas que
datan del siglo XII y XIII. En ellas los niños aparecen con una vestimenta similar a la de los adultos y
con expresiones faciales propias de adultos; por ejemplo, su seriedad evidente en pinturas o retratos.
Con ello, la sociedad logró un aliciente frente al tema de la infancia, pues se consideraba “normal” que
los niños se dedicaran a trabajar –como adultos-; era común y cotidiano. Ellos dedicaban horas diarias
a trabajar y si alcanzaba tiempo, podían estudiar. El estudio distaba de ser una necesidad fundamental
para los niños, menos aún, un derecho. Sin embargo, años más tarde, (inicios del siglo XX), después
de estudios significativos que permitieron crear consciencia sobre la importancia del desarrollo y
su impacto en la vida adulta, se empezó a reconocer al niño y adolescente, y hubo una disminución
progresiva de la explotación laboral y un aumento en horas de estudio y de ocio.
De igual manera, en tiempos pasados no existían leyes que protegieran a los niños del maltrato; los
padres podían ejercer cualquier tipo de abuso contra los menores; aquellos no eran castigados ni
penalizados porque los Estados carecían de leyes que regularan la protección de los menores. Los
padres eran dueños de sus hijos y ejercían poder sobre ellos. No se hablaba de estilos o pautas
de crianza; lo que sucediera en la relación entre padres e hijos debía ser respetada sin musitar
queja alguna.
Con el pasar de los años ha habido mayor preocupación por defender los derechos de la niñez, y es
por esto que, por ejemplo en el siglo XX, la educación se estableció como obligatoria para los niños.
Por tanto, este es uno de tantos ejemplos que han permitido demostrar la importancia que cumple el
papel de la psicología del desarrollo, la cual se pronuncia a favor del óptimo desarrollo de los individuos
desde la etapa de concepción hasta la última etapa de vida.
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2. Antecedentes históricos
¿Cómo avanzan los desarrollos teóricos de la psicología del desarrollo en la historia?
Continuando con el recorrido histórico, se da paso a la época entre finales del siglo XVI y los siglos
XVII y XVIII; surge la pregunta: ¿por qué es importante tomar estas épocas como referentes? Pues
bien, es en estos siglos cuando surgen movimientos filosófico–religiosos, como el Protestantismo y
la Ilustración que procuran avances para la ciencia y sociedad en general (Palacios, et al., 1991). Entre
los temas cuestionados por estos dos movimientos, está la infancia, en su definición y comprensión
como diferente de la adultez. También se empieza a cuestionar el papel del hombre en la sociedad, y
para aproximarse a las respuestas, se remite a la infancia como un aspecto relevante en el desarrollo
de todo hombre.
De esta forma empezó a dar importancia a los estudios sobre infancia y a tener en cuenta esta etapa
en el desarrollo individual y social. La infancia aún no se mencionaba la etapa de la adolescencia se
concebía como objetivo de estudio, diferenciada de la adultez como los dos polos en el desarrollo
psicológico de las personas.
La infancia, al ser tenida en cuenta ahora, y al observar que el niño se encontraba en un ambiente de
trabajo más que en un ambiente educativo –ajeno al de su familia -, brindó una perspectiva especial,
basada en la educación a la que se le adjudicó un papel importante.
3. Representantes de la psicología del desarrollo
En esta perspectiva filosófica de la Ilustración encontramos dos representantes de gran importancia,
John Locke y J.J. Rousseau. Para Locke (1642-1704), los niños nacen con ausencia de contenidos
psicológicos, como una página en blanco, pero dispuesta a ser llenada a partir de las experiencias con
el ambiente. Aunque Aristóteles ya había tocado el tema, a Locke se le atribuye el concepto de tabula
rasa para describir el contenido de la conciencia al nacer (Bruce, 2011); la educación se convierte
en un proceso fundamental que facilita la formación y sus contenidos; gracias a Locke se le dio gran
importancia a la educación en esta etapa de la vida.
Posterior a Locke, en Europa otro representante de gran relevancia, J.J. Rousseau (1712-1778),
contradijo el concepto de tabula rasa. Rousseau afirmaba que los niños nacen con algunos contenidos,
entre ellos la bondad natural. ¿Han escuchado la famosa frase que versa: “El hombre nace bueno y la
sociedad lo corrompe? Pues es de Rousseau, de donde proviene.
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Como Locke, también se interesó por el tema de la infancia y la educación, pero para él, buena
educación consiste en no enseñar contenidos al niño, sino facilitar que él mismo los aprenda en
contacto con estímulos y en momentos apropiados (Velásquez, 2005). Interesante la concepción
de Rousseau, ¿verdad?

Recuerde que...
Es con Locke y Rousseau como se inician estudios sobre infancia y
educación; además ellos abren la puerta para la comprensión de infancia
como fundamental en el estudio del desarrollo psicológico.
¿Y después de Locke y Rousseau, qué pasó?
Locke y Rosseau abrieron las puertas para comprender la infancia como fundamental en el estudio
del desarrollo psicológico, y desde ese entonces aumentó el interés de varios autores para dedicar sus
estudios a esta etapa en particular y dar especial atención a los niños y a su desarrollo psicológico. Así,
empiezaron las primeras observaciones, estadísticas y teorías (Palacios, et al., 2011).
Con ello, las primeras observaciones sobre el desarrollo infantil se hicieron a partir del uso de un
instrumento metodológico llamado “diario de campo”. Los diarios de campo, son los cuadernos en
los que los estudiosos toman nota detallada sobre algún aspecto que deseen investigar (Rojas, 2011).
Estas aproximaciones teóricas sobre la infancia fueron hechas a partir de observaciones minuciosas
consignadas en los diarios de campo.
Luego Preyer (1841–1897) cuestionó este tipo de investigaciones por tratarse de desarrollos y
postulados teóricos con base en observaciones de uno o pocos sujetos; y se interesó por hacer
investigaciones sistemáticas a grupos de sujetos, buscando ampliar los estudios con grupos de
muestras más amplias, disminuyendo estudios individualizados (Escobar, 2003; Muñoz, 2005).
Buena idea fue de parte de Preyer hacer este tipo de estudios con varios sujetos, pero aún faltaba
algo especial: poder establecer comparaciones entre individuos o entre grupos; es entonces cuando
apareció en escena Alfred Binet (a quien se le atribuye la definición del concepto de coeficiente
intelectual –CI-, alrededor de 1900. Uno de sus grandes y principales aportes a la psicología consiste
en el desarrollo de una metodología experimental para medir funciones psicológicas superiores como
la memoria y la inteligencia, con el objetivo de establecer diferencias interindividuales (Delval, 1988).
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El CI clasifica según rangos de puntajes, percentiles fundamentados en la noción de inteligencia
y edad mental que permite definir los siguientes niveles: inteligencia normal con una puntuación
de 85 a 115, por debajo de este nivel retraso y por encima de 115 superdotado (Salmerón, 2002;
Schnake, 1972).
Pese a que se ha considerado un aporte, también ha recibido críticas, en tanto la clasificación
ha traído consecuencias negativas en el desarrollo personal de algunos niños, pues al obtener una
puntuación baja en pruebas de inteligencia y al haber fallas en la interpretación cualitativa de los
resultados, pueden ser estigmatizados al ser clasificados por sus puntajes, en retraso intelectual.
Por tanto, se invita a la reflexión sobre el impacto que tiene conocer la prueba, aprenderla,
calificarla e interpretarla a la luz de las características individuales de cada persona (Benatuil,
Castro, Torres, 2005).
Otro teórico que aparece en escena en Estados Unidos es G.S. Hall, quien diseñó cuestionarios para
explorar grandes muestras de sujetos y hacer los respectivos análisis estadísticos de sus hallazgos
(Delval, 1988).
Al ser un tema tan interesante y apasionante, se podrían dedicar más hojas a la presentación de
autores relevantes que han aportado en hallazgos a esta área del conocimiento; sin embargo,
apreciado lector, usted podrá leer las próximas páginas para conocer el recorrido histórico y lo
invito a que continúe profundizando con la lectura de los textos de la bibliografía así como buscando
autónomamente en libros y bases de datos que le permitan ahondar sus conocimientos.
4. Acercamiento a 1960, teorías y modelos
Después de los teóricos mencionados en el apartado anterior, se da paso a los modelos evolutivos.
Las investigaciones en psicología del desarrollo a comienzos del siglo XX en Estados Unidos, estaban
ligadas a la observación de la conducta dentro de una corriente imperante e influyente en la época,
que recibió el nombre de Conductismo. En ella se debe resaltar a Arnold Gesell, B.F. Skinner
y Albert Bandura.
El primero de ellos estaba interesado en estudiar e investigar sobre los procesos de crecimiento y de
maduración de los niños (Delval, 1988); el segundo, Skinner, propone la teoría del condicionamiento
operante, que se interesa en observar la manera como la conducta infantil funciona en el medio
ambiente, y además le da importancia a los métodos de educación aplicados en instituciones
educativas (Agudelo & Guerrero, 1973); y Bandura en sus investigaciones hace énfasis en los
mecanismos de aprendizaje social que influyen en el desarrollo de los niños (Vielma y Salas, 2000).
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Paralelamente, en Europa se empezaba a desarrollar con fuerza la teoría de la Gestalt, corriente
interesada en comprender los comportamientos de los humanos y aunque su influencia en la
psicología del desarrollo fue poca, algunos de sus representantes como por ejemplo, Karl Bühler
se interesó en el estudio del lenguaje en los niños así como en su desarrollo intelectual, buscando
encontrar tal como menciona Delval (1988) “leyes estructurales del proceso evolutivo” (p. 87),
fundamentado en uno de los planteamientos principales de la Gestalt, que pretende entender
y explicar el comportamiento humano, a partir de una mirada a la totalidad del fenómeno y no
simplemente a la suma de las partes de manera aislada (Burga, 1981).
Así se dio paso a la exploración de modelos “organísmicos”, controvertidos y de influencia en la
psicología del desarrollo. Además de que sus planteamientos han perdurado a lo largo de los años,
han permitido sentar las bases para el desarrollo de teorías en diversos campos de la psicología clínica,
educativa, cognitiva y del desarrollo, entre otras. Su propuesta teórica se centra en el organismo
(Kantor, 1941, citado por Ballesteros y Rey, 2001), y sostiene que a partir de la interacción con
el ambiente se va construyendo el conocimiento de forma dinámica y dirigida a niveles de “mayor
complejidad y abstracción” (Araya, Alfaro, Andonegui, 2007, p. 89). Esto, es lo que le dará la
oportunidad al niño de poder desplegar todas las potencialidades para que se pueda desarrollar tal
como corresponde (Papalia y Wendkos, 1999).
Los dos autores más representativos de este modelo son Sigmund Freud y Jean Piaget. En primera
instancia, Freud creador de la corriente psicológica del psicoanálisis, postuló que el desarrollo
psicológico se da en las distintas etapas del individuo, ligado a lo que denominó desarrollo psicosexual.
La teoría psicoanalítica ha conseguido logros que redundan en el bienestar de los individuos, debido a
su capacidad para acceder a contenidos inconscientes reprimidos por tensiones guardadas, y que al no
elaborarse correctamente, llegan al consciente por mecanismos que afectan al individuo y su entorno.
Por tanto, Freud en su propuesta teórica, fundamenta una línea de intervención que permite ayudar
a pacientes a elaborar adecuadamente recuerdos, contenidos, frustraciones, traumas, etcétera,
almacenados en el inconsciente, y a canalizarlos correctamente (Palacios, et al., 1991).
Freud hizo la mayoría de sus estudios con personas adultas y unos pocos con niños; sin embargo,
sus sucesores los profundizaron con estudios de caso con niños y adolescentes. Entre sus análisis se
encuentra uno muy representativo; el de Juanito, en el que señala que los niños en un rango de edad
entre tres y cinco años presentan afectos fuertes por la madre, impulsados por un deseo intenso,
un cierto enamoramiento del que surge la rivalidad con el padre, y comportamientos de hostilidad
impulsados por emociones como rabia y odio, expresados en los celos contra el vínculo entre su
padre y su madre, fenómeno que denomina “complejo de Edipo” (Rangone, 2014).
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Lo anterior es un claro ejemplo de una experiencia psicológica que tiene el niño con su mundo
circundante y que de elaborarla adecuadamente, puede superar la etapa, lo que le permite el
desarrollo de habilidades necesarias para continuar con las siguientes etapas. En cada etapa, el niño
se verá enfrentado a nuevos retos para madurar y seguir, de no hacerlo surgen problemas que por
el bien del individuo, debe superar; de lo contrario, las represiones lo afectarán. A continuación,
se encuentran los estadios del desarrollo psicosexual propuestos por Freud con su respectiva
descripción.
Tabla 1. Estadios del desarrollo psicosexual propuestos por Freud
Etapa Rango
de edad Descripción
Etapa oral 0 – 1 año
La actividad de succión no nutritiva es la primera manifestación de la libido
y la primera conducta con matiz sexual. La aparición de los dientes va a
permitir luego desarrollar una segunda vertiente de la actividad oral, en
este caso con componentes sádicos.
Etapa anal 1 – 3 años
La energía libidinal se orienta a los esfínteres por los que se elimina la orina
y por el ano, las heces; el placer está ligado a las funciones excretoras que
pronto podrán también ser utilizadas sádicamente por el niño como una
herramienta de agresión para expresar rabia y hostilidad.
Etapa fálico –
edípica 3–6 años
La fuente de obtención de placer se desplaza ahora a los genitales y su
manipulación. Aparecen además fantasías relacionadas con cualquier
forma de actividad sexual con el progenitor del sexo opuesto (complejo de
Edipo: el niño con la madre; complejo de Electra: la niña con el padre). La
tensión que esta situación supone para el yo y la progresiva interiorización
de las normas y valores sociales van a dar lugar a la formación del súper yo,
conciencia que va a tratar de gobernar la vida psíquica.
Etapa de
latencia 6–11años
Los impulsos se aplacan. El súper yo se desarrolla y amplía sus contenidos,
que no sólo van a ser ya las limitaciones e imposiciones procedentes de los
padres, sino que se van a extenderse también a las aprendidas en la escuela
y en las relaciones con los compañeros.
Etapa genital
adulta Adolescencia
Con los cambios biológicos de la pubertad, los impulsos reaparecen y la
libido se reactiva. La sexualidad adquiere ahora la genitalización propia de
la adultez y, superadas ya las fases exclusivamente autoeróticas, se orienta
a la relación heterosexual que, de acuerdo con Freud, es característica de
los adultos.
Fuente: elaboración propia
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Ahora se da paso a la revisión de la propuesta teórica sobe las etapas del desarrollo cognoscitivo por
Jean Piaget.
Sus estudios se basaron en la observación de niños en el juego, en la resolución de problemas, de
preguntas y en la aplicación de pruebas. Uno de sus grandes aportes se refiere al desarrollo cognitivo
que consideró, en palabras de Morris y Maisto (2005) como “la forma de adaptarse al ambiente” (p.
336). A continuación, se registra cada una de las etapas, con la edad aproximada en la cual se espera
la maduración del proceso, así como las características principales de cada etapa:
Tabla 2. Etapas, de maduración y sus características, según J. Piaget
Etapa Edad aproximada Características principales
Sensomotora 0-2 años
Permanencia del objeto.
Representaciones mentales.
Preoperativa 2-7 años
Pensamiento de representaciones.
Juego de fantasía.
Gestos simbólicos.
Egocentrismo.
Operaciones
concretas 7-11 años
Conservación.
Clasificación compleja.
Operaciones
formales
Adolescenciaadultez
Pensamiento abstracto e hipotético.
Fuente: elaboración propia
Para Piaget, como se dijo, la adaptación es relevante, la considera como la meta; y se puede entender
como la respuesta adecuada a los problemas que va encontrando en cada momento el individuo. En
el cuadro anterior, se evidencia que el desarrollo cognitivo es considerado como una serie sucesiva
de etapas que van desde el funcionamiento propio del recién nacido hasta el final de la adolescencia,
superando niveles de complejidad y aumentando la capacidad de abstracción.
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5. Época contemporánea
Este último apartado se refiere a los avances ocurridos a partir de 1970.
Anteriormente predominaban los postulados de las teorías “organísmicas” de Freud y Piaget; sin
embargo, a partir de este nuevo período, aparece la perspectiva del “ciclo vital” punto de quiebre por
manejar los siguientes postulados críticos.
En primer lugar, se cuestiona que el desarrollo psicológico tenga un punto final, que atraviese una serie
de etapas y culmine en una de ellas. Por ejemplo, con Freud el desarrollo psicosexual se plantea como
última etapa genital en la adultez, y con Piaget, en la etapa de operaciones formales. En la perspectiva
del ciclo vital se plantea que el desarrollo psicológico afecta a niños, adolescentes, adultos y adultos
mayores, con desarrollos psicológicos y cambios importantes en cada etapa (Morris y Maisto, 2005).
En la perspectiva del ciclo vital se postula que el desarrollo es multidireccional y multidimensional, es
decir, que proviene de muchos otros aspectos. Formula que el niño se desarrolla en varias dimensiones,
como cognitiva, socio-afectiva, comunicativa y emocional, entre otras. El desarrollo se encamina al
cumplimiento de varios objetivos, por lo que el individuo puede tomar diferentes direcciones.
Esta tendencia concede gran importancia en el desarrollo psicológico a las variables de naturaleza
histórica y cultural, aspectos poco tenidos en cuenta en las anteriores teorías (Dulcey y Uribe, 2002).
Por esta misma línea se plantea un postulado teórico relacionado con la teoría etológica,
puntualmente la teoría del apego, cuyo mayor exponente es John Bowlby quien propone el concepto
de “impronta” y observa que los bebés desarrollan fuertes vínculos emocionales con los adultos con
quienes interactúan, y propone una clasificación de determinados tipos de vínculo a partir de estas
diferentes formas de relación (Papalia y Wendkos, 1999).
Posteriormente, en Estados Unidos se hicieron estudios sobre psicología del desarrollo, poniendo
a prueba los postulados de la teoría piagetiana. Surge entonces la teoría de la psicología cognitiva
que pretende romper el esquema del conductismo radical, y apoya la teoría del procesamiento de
la información haciendo un símil entre la mente humana y la forma de operar de los computadores.
Un avance de esta teoría es el desarrollo de modelos “conexionistas” (1990), que permite establecer
una representación del funcionamiento de las redes neuronales y modelos computacionales para
el procesamiento de la información, aplicándola a las diferentes etapas del desarrollo (Mikeleiz y
Ezquerro, 1999).
En 1970 aparece la teoría de la perspectiva ecológica de Bronfenbrenner. Enesco (2003) plantea
que según Bronfenbrenner, el individuo interviene en la cultura y de forma bidireccional, la cultura
interviene en el individuo.
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Para este autor, estudiar el desarrollo psicológico requiere tener presente que el ser humano se
desenvuelve en contextos más amplios; y que se debe tomar en consideración el contexto a partir
de los siguientes niveles de análisis:
Tabla 3. Niveles de análisis según Bronfenbrenner
Microsistema Contexto social inmediato y más cercano al niño; por ejemplo, familia
y amigos.
Mesosistema Influencia que tiene en el desarrollo la unión de varios microsistemas.
Exosistema
Por ejemplo, los amigos de los padres, quienes también tienen familiares
y otros amigos, que además se desenvuelven en un contexto diferente al
de la familia como lo sería el trabajo.
Macrosistema
Conjunto de normas, valores, sistema educativo, leyes morales, costumbres,
etcétera, que hacen parte de una sociedad y que influyen en el desarrollo de
las personas.
Cronosistema Otros sistemas de desarrollo relacionados con efectos del tiempo, por
ejemplo familia, guerras, procesos migratorios, empleo, etcétera.
Fuente: elaboración propia
Para terminar, se explica brevemente la teoría socio-genética e histórico–cultural propuesta por el
soviético Lev Vygotski, quien hace énfasis en la influencia social en el desarrollo de los individuos, y le
da importancia a la actividad sobre el medio para lograr transformaciones cognitivas, partiendo de una
mutua interacción entre individuo y el medio. Un aspecto fundamental que toma en consideración
este autor es la importancia del lenguaje como herramienta cultural para el desarrollo social (Papalia
y Wendkos, 1999).
Para Vygotsky el desarrollo de los procesos psicológicos superiores tiene niveles de análisis; por un
lado, el origen de los procesos psicológicos va de lo social a lo individual, partiendo de lo intersicológico,
interiorizado luego en el plano intrasicológico. Por el otro, para que se de el proceso de desarrollo
en el niño, debe estar siempre presente la relación diádica entre niños y adultos, siendo estos últimos
los que van a apoyar el desarrollo de contenidos cognitivos en los niños, ayuda con la cual el niño
después podrá resolver problemas autónomamente (Carrera y Mazzarella, 2001).
Vygotsky propone el concepto de “zona de desarrollo próximo”, que se refiere a la distancia entre el
nivel real de desarrollo, caracterizada por la habilidad para resolver problemas por sí solo, y el nivel de
desarrollo potencial, representada por la solución de problemas apoyada por la guía de un adulto o una
persona con mayores capacidades (Carrera y Mazzarella, 2001).
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Así, doy por finalizado este recorrido histórico por los diferentes planteamientos para empezar a
conocer y comprender el desarrollo psicológico del ser humano en etapas infantil y adolescente.
Es fundamental conocer el marco histórico y diferentes épocas en las que se contextualizan
descubrimientos y avances teóricos, pues de estos dependen futuras investigaciones y estudios
que permiten a quienes ejercen en esta área o afines, acercarse a explicaciones de fenómenos
psicológicos en diferentes etapas del desarrollo, así como replantear y/o fortalecer postulados
teóricos en la disciplina, que cada vez sean más holistas y abarcar análisis más completos de acuerdo
con la complejidad de interpretar el comportamiento del humano.

ECENARIO 2

Desarrollo Ontogenético
y Antecedentes Históricos II
Unidad 1 / Escenario 2
Lectura fundamental
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 2
1. Desarrollo ontogenético y antecedentes históricos
Continuando con la lectura de la semana anterior, el contenido visto se complementará con propuestas
que han permitido conocer variables y causas que inciden en los procesos de maduración, tanto en
la infancia como en la adolescencia, estas son aspectos socioculturales y de contexto psicosocial
y demográfico; para finalizar con una revisión de los principales métodos de estudio utilizados para
explicar, demostrar y profundizar en el conocimiento del proceso de desarrollo de los humanos, en este
caso, en la infancia y la adolescencia.
Los temas tratados en esta primera Unidad le darán al estudiante bases para construir en su proceso
de aprendizaje, los fundamentos teóricos básicos para conocer, recordar, comprender y analizar el
desarrollo cognoscitivo, de lenguaje y socio-afectivo del niño. Temas que preparan sus habilidades para
establecer la relación entre la maduración de los procesos anteriores con el desarrollo psicológico que
se espera se dé en la adolescencia.
2. Desarrollo psicológico: un proceso con determinantes e influencias
Para comprender la psicología del desarrollo, es necesario aclarar cuál es su objeto de estudio. Primero
es una rama de la psicología encargada del estudio de los cambios psicológicos que suceden en el
ser humano a lo largo de todo el ciclo de vida; es decir, se ocupa de estudiar cuáles son esos cambios
desde el momento del nacimiento hasta que se muere (es necesario tener en cuenta que para algunos
autores este desarrollo inicia en el momento de la concepción) (Escobar, 2003; Palacios, J., 1991).
Si has tenido la oportunidad de ser un poco más observador que las personas que te rodean, podrás
notar que frente a los cambios psicológicos, varios autores los han querido clasificar; algunos los dividen
por etapas. Tal clasificación o subdivisión se debe en gran medida al punto de vista específico del autor,
cuya propuesta nace de un modelo y enfoque particular en el que este se formó. Por ello,
se encuentran en la bibliografía clasificaciones fundamentadas desde diferentes posturas teóricas;
tal es el caso de la propuesta constructivista piagetiana, del enfoque histórico-cultural y de las etapas
del desarrollo psicosexual, entre otras, algunas de ellas estudiadas en la lectura fundamental del
Escenario anterior.
Así, estudia el comportamiento humano con base en esos cambios y transformaciones de las personas
a lo largo del tiempo, y cuya explicación fenomenológica puede analizarse desde diversos enfoques,
perspectivas o modelos.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 3

Recuerde que...
El el objeto de estudio de la psicología del desarrollo se sustenta en una
serie de cambios psicológicos que suceden durante las diferentes etapas
del desarrollo del individuo, y guardan una cierta relación con la edad de
las personas a lo largo de sus vidas.
Los individuos experimentan cambios o transformaciones relacionados con su edad y/o etapa de
desarrollo; es decir que gran parte de las explicaciones a las transformaciones comportamentales,
emocionales, cognitivas, socio-afectivas, etcétera, se deben a procesos del ciclo vital (Dulcey y Uribe,
2002; Escobar, 2003). Los cambios, se presentan entonces tanto para el individuo como para el
grupo (compartiendo características en común), lo que permite agrupar tales comportamientos, no
solo por edades sino también por etapas o períodos. Una clasificación general, de acuerdo con varias
posturas teóricas, se puede ilustrar de la siguiente manera:
Tabla 1. Etapas del desarrollo y edad
Mansilla, M.A. (2000) Unicef (2011)
Etapas del desarrollo Edad Edad
Primera infancia 0-5 años 0-4 años
Segunda infancia 6 a 11 años 5 a 9 años
Adolescencia 13 a 17 años 10- 19 años
Fuente: elaboración propia
Recuerden que los planteamientos, clasificaciones y denominaciones estipuladas por los autores,
los hacen a partir de un enfoque específico. Con ello quiero resaltar la importancia de tales
clasificaciones; sin embargo, querido lector(a), es necesario desarrollar la habilidad de la reflexión
crítica y construir criterio propio, su punto de vista, puede ser con base en algún modelo; o incluso,
se pueden plantear nuevos conceptos, taxonomías, clasificaciones, postulados etcétera (a partir de
estudios científicos rigurosos, así como sustentos teóricos y empíricos que le permitan demostrar
sus hipótesis).
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 4
3. ¿Por qué suceden los cambios psicológicos?
Se preguntará: ¿qué determina que se presenten cambios psicológicos en determinadas edades? Pues
bien, el término clave que ayudará a resolver esta inquietud, es maduración. Para entender este término
en profundidad, está invitado a revisar varios textos que lo definen desde la disciplina específica que se
plantee; también ver la definición que da el diccionario. Una vez haya aclarado el significado de este
concepto, se pasará a entender que este concepto de “maduración”, permite entender los cambios
psicológicos a partir de una secuencia del proceso de maduración del sistema nervioso central, dada por
su mielinización (Matute, 2012).
Como puede observar, este aspecto se ha trabajado, desde el punto de vista biológico; sin embargo,
el proceso de maduración biológica, no es considerado el único factor que influye en los cambios
psicológicos; otros factores que inciden en los procesos de transformación deben ser tenidos en cuenta
como la cultura, el momento histórico, los rasgos y características individuales (Palacios, J., et al., 1991),
los cuales desarrollo a continuación:

En síntesis...
Para analizar los procesos de desarrollo de los individuos, debes tener
presente varios factores biológicos, genéticos, culturales, históricos, rasgos y
características individuales, entre otros.
Cultura: en cada cultura se construyen imaginarios sociales, que influyen en las diferentes etapas de
desarrollo psicológico; ejemplo de esto es que, en tribus indígenas o culturas religiosas, se pueden
celebrar –mediante ritos de iniciación –, el comienzo de la adolescencia; mientras que, en otras culturas,
este paso de la niñez a la adolescencia no es claro ni es celebrado como una fecha especial. Cobra
importancia que, para analizar el comportamiento y el desarrollo psicológico de una forma integral,
la cultura deba ser contemplada. Esta es la que permite acceder a la comprensión de los signos y
significados que codifican el lenguaje y dan sentido de las acciones construidas a lo largo de los años por
un grupo de individuos que comparten características comunes, por lo que pautas de crianza, aprendizaje
vicario, entre otros, vendrían a transmitirse de una generación a otra según la cultura en la cual estén
inmersos. Esto influye en el comportamiento de los individuos de tal manera que empiezan a apropiar
y a interiorizar en su conducta los sentidos y significados de la información propios de su cultura,
permitiendo la continuidad en procesos de transformación y construcción social (Guitart, 2008).
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 5
Momento histórico: otro de los factores que debemos tener presente y muy en cuenta para analizar
el desarrollo psicológico de las personas es el momento histórico en el que se encuentran tanto una
persona o un determinado grupo de personas, porque no es lo mismo la manera como se presentaron
los cambios psicológicos o la manera como fueron asumidos por el contexto social si se vivió en los
años 70 o si se está en la actualidad, en otras condiciones. Tal momento histórico determina algunas
de las representaciones mentales que se tienen frente al desarrollo psicológico de las personas
(Guitart, 2008).
Rasgos y características individuales: aparte de lo mencionado anteriormente, se deben tener en cuenta
los rasgos y las características individuales de las personas frente a su propio desarrollo psicológico,
pues este no está dado únicamente por influencias culturales e históricas, sino también por aspectos
que determinan a una persona como un agente único e individual; es el caso del temperamento, o la
adaptación, entre otros. Por ejemplo, al referirse al concepto de “trauma”, en una situación similar que
se le presente a dos personas de una misma familia que han convivido juntas desde su nacimiento, cada
una puede analizarla y reaccionar de una forma diferente, es decir, única ante la misma experiencia. Otro
caso puede ser el de una familia que tiene varios hijos, criados y formados bajo los mismos parámetros
de conducta por sus padres, las mismas formas de enseñanza y las mismas normas aplicadas para
todos ellos, pero se puede observar que cada uno de estos niños tiene características de personalidad
específicas y su manifestación comportamental ante cada situación idéntica, es particular, diferente a la
del otro y en ocasiones opuesta (Montaño, Palacio y Gantiva, 2009).
Pasando a otro aspecto de la psicología del desarrollo, es importante que recuerde, apreciado lector, que
esta es una disciplina interesada en los estudios científicos y ha buscado consolidarse como altamente
científica; por ello, es necesario saber que contempla y se focaliza en tres objetivos principales que son
(Bueno, 2011):
1. Descripción: para entender cualquier tipo de fenómeno o comportamiento, es necesario la
descripción detallada de la problemática u objeto de estudio al cual el investigador se enfrentará.
En esta categoría se pueden responder las preguntas de investigación ¿cómo?
2. Explicación: una vez obtenida una adecuada descripción del objeto de estudio o investigación,
se pueden responder las preguntas de investigación ¿por qué? En otras palabras, se brinda una
explicación al porqué sucede determinado fenómeno de acuerdo con la descripción que había sido
elaborada en el objetivo anterior.
3. Predicción: cuando ya se obtienen respuestas o aproximaciones al porqué sucede un fenómeno
y luego de cotejar esta explicación con otros experimentos que muestran los mismos resultados,
se establece una posible predicción de lo que puede ocurrir más adelante. Con este objetivo
se responden preguntas del orden de ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿podría presentarse de nuevo este
fenómeno?, ¿cómo podría volver a presentarse este fenómeno?
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 6
Estos objetivos son los que sustentan procedimientos investigativos que permiten conocer y profundizar
en el estudio de fenómenos de la psicología del desarrollo. De acuerdo con los contenidos expuestos en
este escrito, son varios los factores en el estudio del desarrollo psicológico de los individuos, que ofrecen
orientaciones sobre cómo hacer; sin embargo, no es tarea sencilla, pues hay una serie de controversias
que, inclusive aún, no han sido resueltas. Por ello, a continuación, se revisarán algunas de ellas (Papalia,
D., y Wedkons, S., 1999).
Estas controversias conceptuales, se basan en categorías que, aunque pertenecen a un camino espinoso,
en tanto se consideran un reto teórico por desentrañar, se vuelven entretenidas y divertidas, en la
medida en que crean espacios de reflexión, análisis y debate frente a qué influye verdaderamente en el
desarrollo de las personas (Enesco, 2003):
Tabla 2. Influencias en el desarrollo de las personas
Herencia vs. medio ambiente
Con esta controversia se pretende analizar la manera como interactúa la herencia con el medio ambiente, para
determinar los cambios psicológicos de las personas. Algunos aspectos son netamente heredados, otros son
netamente aprendidos y adquiridos en la interacción con el medio que rodea al niño, y hay otros que tienen
mitad y mitad de cada uno de estos factores.
En este factor es importante hacer la siguiente pregunta:
¿Los rasgos psicológicos están determinados genéticamente?
Para poder responder, los investigadores han llevado a cabo experimentos y estudios científicos con gemelos
idénticos en familias diferentes, para así establecer hasta dónde los comportamientos y los cambios psicológicos
se presentan por influencia del medio o si ya vienen dados en la carga genética.
Herencia vs. medio ambiente
Otra controversia se refiere a al hecho de poder resolver la cuestión de si el desarrollo psicológico se presenta
al mismo tiempo (por ejemplo, desde las etapas del desarrollo según Piaget o Freud), o si algunos no maduran
acorde con las etapas descritas por esas propuestas teóricas.
Por ello, se debe entender por “sincronía” los cambios cualitativos que suceden a lo largo de la vida, pero que
pasan al mismo tiempo en todos los individuos. De esta forma, se habla de etapas del desarrollo, y cada etapa
– o en cada estadio – los contenidos son bastante homogéneos; se desarrollan de manera sincrónica, los unos
respecto de los otros. De esta manera, la secuencia en los estadios siempre es la misma y tiende a ocurrir
cronológicamente de manera predecible.
Teniendo en cuenta que el desarrollo se presenta por una sucesión invariable de etapas, los estadios superiores
suponen la integración y superación de logros dados en los estadios precedentes.
Es decir, desde esta postura, el desarrollo se presenta por una serie de etapas que son las mismas para todos los
individuos, cada etapa corresponde a las mismas edades para todos con la misma secuencia, y nadie se salta de
una etapa a otra sin haber resuelto las dificultades de la etapa anterior. Al respecto ¿tú qué opinas?, ¿estás de
acuerdo con este planteamiento?
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 7
Continuidad vs Discontinuidad
Por último, otra llamativa controversia, se refiere a considerar el desarrollo psicológico de los individuos de una
manera continua y predecible. Es decir, podría predecirse ¿cuáles serán los comportamientos de un individuo al
conocer la manera cómo se dio su desarrollo en etapas anteriores?, o cuando alguien tiene una situación difícil
en su niñez, que lo lleva a desarrollar un trauma, ¿podrá liberarse de su conflicto psicológico? O ¿tendrá que
vivir traumatizado toda su vida? De esta manera, ¿el desarrollo psicológico se encuentra determinado por las
vivencias en la infancia, es decir de manera continua, sin derecho a poder salir de ello? Teniendo en cuenta lo
mencionado, podría preguntarse querido lector(a): ¿el desarrollo psicológico de los individuos es continuo y por
lo tanto predecible? Sin embargo, debe tenerse muy presente en el momento de estudiar y analizar el desarrollo
psicológico que el impacto evolutivo de una misma experiencia puede ser diferente en los individuos…
Debe recordar los rasgos y características individuales que fueron mencionados al inicio de este capítulo.
(Escobar, 2003)
Fuente: elaboración propia
Una vez contextualizado el contenido anterior sobre algunos fundamentos teóricos para investigar en
esta área, se da paso al tema de métodos, diseños y técnicas más utilizados. Dentro de los diseños, se
encuentran los siguientes (Hernández, Fernández y Baptista, 2004):
1. Diseño longitudinal: estudia a los mismos sujetos a lo largo del tiempo con objeto de analizar cómo
evolucionan sus características. En este tipo de diseños investigativos se estudian por ejemplo,
a lo largo de varios años, de manera continua gemelos idénticos, para observar si los cambios
psicológicos que presenta uno de los gemelos son iguales en el otro. Para este caso podría utilizar
como recurso, la película Boyhood (2014), que ejemplifica este tipo de diseño, en tanto fue
grabada durante diez años y muestra el desarrollo de un niño durante ese tiempo.
2. Diseños transversales: simultáneamente estudian sujetos de diferentes edades con objeto
de analizar cuáles son las diferencias ligadas a la edad de las características investigadas, en
un momento específico. Por ejemplo, se escoge un grupo de determinada edad, de 12 a 15
años, provenientes de diferentes culturas, para observar cómo es su comportamiento en el
aula de clases.
Por último, se mencionarán las técnicas a las cuales se invita apreciado (a) lector (a) a que profundice
autónomamente sobre cada una de ellas (Palacios, et al., 1991):
1. Observación sistemática: pueden registrarse conductas como se presentan en un escenario
natural, por ejemplo, momento de comer en una familia, en un salón de clase en un bus, en
lugares de trabajo, etcétera. Pueden también registrarse conductas que tienen una estructura
determinada previa a la observación, por ejemplo, cuando se invita a un padre de familia a que
juegue con su hijo para analizar una situación de juego.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 8
2. Métodos psicofisiológicos: recoge información relacionada con cambios psicofisiológicos en los
individuos frente a determinadas situaciones, como por ejemplo, en el ritmo cardíaco cuando se
expone al participante a una situación que le genera miedo.
3. Resolución de problemas estandarizados: es la obtención de información en una situación
estructurada experimental para grupos de participantes. Por ejemplo, se evalúa el tiempo en que
una madre de familia construye junto a su hija de cinco años, un rompecabezas de cien piezas.
Deben tenerse las mismas condiciones para los participantes que realizarán esta actividad, cuya
muestra corresponde a cinco madres de familia, con sus respectivas hijas. Las instrucciones, el
espacio, el rompecabezas, y todas las condiciones del experimento, deben ser iguales para todas las
parejas de participantes.
4. Entrevistas clínicas: pueden ser estructuradas o semiestructuradas y permiten obtener
información de las personas frente a un tema particular que se desee indagar. En la entrevista
estructurada, las preguntas deben ser las mismas para todos los sujetos, sin posibilidad de variar o
hacer otras preguntas que no están en el libreto; mientras que las entrevistas semiestructuradas,
permiten hacer la entrevista con preguntas base, con la posibilidad de hacer otras preguntas que no
estaban encontraban definidas.
5. Cuestionarios, tests, autoinformes: técnica en la que se definen preguntas con un objetivo
específico. Debe cumplir con parámetros de estandarización, validez, confiabilidad y formas de
categorizar las respuestas.
6. Estudios de casos: permite evaluar únicamente a un sujeto o a un grupo de sujetos específico.
Pretende describir al sujeto y no establecer comparaciones con otros, ni establecer
generalizaciones de las conclusiones.
7. Descripciones etnográficas: es una técnica de observación participante donde el investigador se
involucra directamente con la población a la que va a estudiar y convive con ella.
ECENARIO 3

1. Piaget y la etapa sensomotriz


Para dar inicio al desarrollo descriptivo de la etapa sensomotriz, se debe primero conocer sobre Jean
Piaget, psicólogo suizo, nacido en 1886, reconocido universalmente por su influencia en la psicología y
en la pedagogía moderna. Es sin duda, el representante del estudio del desarrollo infantil intelectual, que
describe de manera detallada los esquemas cognitivos por los que atraviesa el niño a medida que
va creciendo.
Su entrada en el mundo científico fue muy temprana, cuando contaba con tan solo diez u once años,
en su autobiografía se relata lo siguiente: “Habiendo visto un gorrión parcialmente albino en un parque
público, envié un artículo de una página a un periódico de historia natural de Neuchatel. Mi artículo fue
publicado ¡y yo estaba lanzado!” (Piaget, J., 1952, pp. 30). Este artículo se publicó en una revista de
historia natural y como resultado consiguió ocupar el cargo de Curador del Museo de Historia Natural
de Ginebra; sin embargo, la posesión de este cargo se vio truncada cuando el director del Museo se
enteró de que el autor del artículo era un niño.
En los años posteriores se enfocó en comprender el conocimiento a través de procesos evolutivos.
Realizó minuciosas observaciones de sus hijos, resultados que le permitieron construir la teoría del
desarrollo intelectual en la primera infancia, haciendo una descripción de los logros del infante en sus
primeros dos años de vida, etapa que denominó: período sensomotor. Piaget afirma que el bebé, cuando
nace desconoce al yo y a quienes se encuentran a su alrededor, lo mismo le ocurre con relación a los
objetos, tiempo y espacio. Aun así, cuenta con sistemas que le permiten relacionarse con el mundo, los
cuales son de tipo sensorial y motor, y con esquemas de reflejos (Piaget, 2000).

Recuerde que...
Desde una postura piagetiana, el individuo es activo y en su interacción
con el mundo va desarrollando su nivel intelectual.
En la concepción de desarrollo cognitivo Piaget concibe al individuo totalmente activo en la
construcción de su propia inteligencia y de su pensamiento, e indica que el desarrollo se puede lograr a
partir de la interacción directa que el niño logra al entrar en contacto con el mundo de los objetos y con
los individuos que lo rodean. Esta parte activa conducirá a que el niño tenga un interés particular por
conocer y por querer interactuar con el mundo exterior (Piaget y García, 2004).
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 3
Comprendiendo al individuo como activo, usted, querido lector, podrá relacionar los postulados de la
teoría piagetiana con la teoría Construccionista del aprendizaje, enfoque sobre el cual se explica que
es el propio niño quien construye –a partir de la interacción activa con el mundo de los objetos y de las
personas-, su propio conocimiento y su nivel intelectual.
Aunque Piaget era consciente del desarrollo a partir de los procesos naturales biológicos de la
maduración, para él, el desarrollo intelectual no se podía explicar solamente teniendo en cuenta el
proceso de maduracional, sino a partir de la acción activa que el bebé va teniendo con el mundo que lo
rodea (Feldman, 2007).
Ahora, es necesario tener una comprensión global de algunos conceptos de la teoría piagetiana, que
serán los pilares fundamentales para comprender el desarrollo de los niños en un nivel intelectual, los
cuales se explican a continuación:
Acción: el sujeto conoce el mundo actuando sobre él. Aunque el bebé no puede pensar ni
representarse el mundo, dispone de una forma de organizarlo y darle sentido, es decir, por
su acción.
Por acción se debe entender la manera como el niño actúa e interactúa con el mundo, es un
ser activo, y con su acción desarrolla su inteligencia.
Las acciones se coordinan entre sí, contrario a lo que sucede con los reflejos del neonato, que
son independientes y sin coordinación entre sí (en los primeros días de vida, se pueden ir
coordinando entre ellos).
En el momento del nacimiento los reflejos son inconexos entre sí, pero poco a poco se pueden
ir integrando y organizando en acciones más complejas, como por ejemplo:
Figura 1. Conceptos teoría de Piaget
Fuente: elaboración propia basada en Feldman (2007)

Ojo Chupo Mano


(tocar/agarrar)
Boca
(llevar a la boca
por agarre)
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 4
Tabla 1. Conocimiento sobre los objetos
Esquema: refleja el conocimiento del niño sobre los objetos
Para Piaget, los esquemas son los ladrillos del conocimiento, aspectos internos (cognitivos) que pueden
complejizarse en la medida en que el niño va desarrollando su inteligencia e interacción con el mundo.
Son una sucesión organizada de acciones aplicadas a situaciones similares. Por ejemplo, el bebé repite una
misma conducta en distintas situaciones o sobre diferentes objetos, donde la parte de su conducta que se
mantiene relativamente igual corresponde al esquema.
Los esquemas se van modificando con el tiempo. Los primeros se forman a partir de la experiencia del bebé con
las situaciones y las personas.
Hay dos tipos:
1. Esquemas primarios: son acciones inconexas que actúan de manera independiente, por ejemplo,
oír, ver, oler, tocar, entre otras, así como los reflejos de succión, prensión y de Babinski, entre otros.
2. Esquemas secundarios: corresponden a la coordinación de dos o más esquemas primarios, por
ejemplo, el bebé toma el biberón (esquemas primarios de prensión), y lo lleva a la boca (esquema
primario de succión).
Fuente: elaboración propia basada en Feldman (2007)
Asimilación y acomodación: estos conceptos son dos caras de una misma moneda: la adaptación.
Son dos procesos por los cuales el individuo se adapta a los cambios que se le presentan en el entorno.
En el proceso de asimilación se incorporan las nuevas experiencias a los esquemas previos del individuo,
de lo nuevo a lo viejo y de afuera hacia adentro. Con un problema que el niño observe en su mundo
exterior, aprende de esa experiencia y asimila (con los esquemas que ya posee), algo nuevo. Con esto
nuevo que aprende, incorpora nuevos esquemas que no serán olvidados y que pueden ser usados en otra
situación similar.
En el proceso de acomodación, se lleva a cabo la modificación de los esquemas previos para ajustarlos
a lo nuevo de una situación. Va en sentido contrario a la asimilación, en este caso el proceso va de
adentro hacia afuera, donde, ante una situación que al niño se le presenta como nueva, debe ajustar
los esquemas que ya tiene para poder entender y aprender del problema. Para resolver un problema
que aún no conoce, debe ajustar los esquemas viejos para dar respuesta al problema específico: lo viejo
asume lo nuevo, pero no aniquila lo viejo.Feldman (2007).
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 5

Recuerde que...
Para Piaget, el niño tiene un desarrollo cognitivo y presenta acciones que
demuestranla inteligencia es la capacidad de resolver problemas nuevos.
Querido lector, una vez comprendidos los conceptos claves de la teoría piagetiana, se dará a
continuación inicio a una descripción general de la etapa sensomotriz.
Para Piaget, el niño tiene un desarrollo cognitivo y presenta acciones que demuestran inteligencia,
incluso desde antes de los dos años de edad. Piaget evidenció que el bebé en sus dos primeros años
de vida, muestra una forma particular de responder ante los problemas que el mundo de las personas
y de los objetos le presenta. Descubre que los niños en esta etapa pasan por un desarrollo cognitivo,
que parte de los reflejos del neonato hasta la formación de la capacidad de simbolización (Piaget e
Inhelder, 1980).
A partir de estas observaciones señaló que hay ciertas características que se van modificando a medida
que el niño va creciendo; por ello, estableció que en los dos primeros años de vida el niño presenta
particulares en su desarrollo, y las subdividió de acuerdo con los logros que el pequeño va teniendo; estos
son seis subestadios:

Para tener en cuenta...


La descripción que se hará a continuación, condensa los rasgos cognitivos
generales. Probablemente usted puede tener la expectativa de encontrar los
logros psicomotores del bebé, para lo cual es importante que consulte fuentes
bibliográficas que encuentra en esta lectura o por su cuenta en otras como las de la
biblioteca virtual de la Universidad, que lo ayudarán a profundizar en el tema.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 6
Primer subestadio (0 a 1 mes): el neonato se está dotado de sus reflejos y de su capacidad de acción.
Cuenta con sus órganos de los sentidos y con su acción motora aún desorganizada. Muchos de los
reflejos tienden a desaparecer espontáneamente a los pocos días o meses de haber nacido, tal como el
de succión, prensión, moro o de Babinski, mientras que otros no sufren cambios y permanecen toda la
vida, como es el caso del bostezo, estornudo, pupilar, etcétera (Feldman, 2007; Pérez y Navarro, 2011).

En síntesis...
En este primer subestadio, el bebé únicamente cuenta con lo que sus
reflejos de nacimiento le permiten.
Segundo subestadio (de 1 a 4 meses): los bebés, además de seguir progresando en la práctica de sus
esquemas primarios (succión, visión, prensión, audición, etcétera), empiezan a modificar sus acciones
cada vez que se enfrentan a un problema u obstáculo con algún objeto o situación, con los que no puede
generar tan fácilmente una asimilación (Feldman, 2007; Pérez y Navarro, 2011).
Finalizando el cuarto mes de vida, el bebé, consigue una de las coordinaciones más importantes
para el resto de su vida, la visomotora. En esta participan el órgano del ojo -la visión- y la mano -la
prensión (Esquema secundario). Por ello, es importante indagar sobre los siguientes contenidos:
reacciones circulares, reacciones circulares primarias, secundarias y terciarias.
Tercer subestadio (de 4 a 8 meses): aumenta en el bebé la curiosidad, observa que hay objetos en el
mundo que le llaman la atención e intenta descubrir cómo funcionan; hay ruidos interesantes y desea
saber cómo se pueden producir. Una vez consolidada la coordinación viso-motora, el bebé podrá realizar
acciones o conductas en las que establezca relaciones espaciales entre los objetos percibidos (Piaget e
Inhelder, 1980).
El bebé también se empieza a interesar por las consecuencias de sus actos sobre el ambiente, así como
por aprender las propiedades de los objetos y de algunas situaciones que le ocurren, pero aún no puede
anticipar una meta sino solamente hasta cuando logra descubrirla por azar (Feldman, 2007).
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 7

Para tener en cuenta...


En las edades comprendidas en esta etapa, los bebés pueden dar indicios de
intencionalidad.
A partir de su conducta exploratoria y deseo de curiosidad, el niño explora los objetos nuevos, sin
necesidad de abandonar aspectos que ya había aprendido con anterioridad; es decir, puede interactuar
con un juguete poniendo en práctica los esquemas que ya posee como por ejemplo, chupar, agarrar,
tirar, pero aún no hace nada que pudiéramos catalogar como nuevo (Feldman, 2007).
Cuarto subestadio (de 8 a 12 meses): el niño puede organizar sus acciones para alcanzar metas que se
ha propuesto, por ejemplo, desplazarse para tomar algún juguete. Cuando un obstáculo se interpone
entre el niño y su objetivo, el niño hace lo posible para retirar el obstáculo y alcanzar su meta (Pérez
y Navarro, 2011).
El niño puede utilizar obstáculos para alcanzar algunas metas, por ejemplo, tiene al frente un juguete,
pero no está a su alcance. En medio de él y el juguete hay un gancho, por tanto, se las arregla para
cogerlo y hacer con este una extensión de su propio brazo para alcanzar el juguete (Piaget e
Inhelder, 1980).
Frente a las nociones de espacio y tiempo, el niño sabe que los obstáculos se encuentran antes que la
meta y por ello debe retirar el obstáculo primero para que luego pueda alcanzar o llegar a lo deseado. Los
bebés se interesan más por la utilidad de los objetos que por el objeto en sí (Feldman, 2007).
En esta subetapa se van creando algunos esquemas fundamentales para
permitir el juego simbólico.
Quinto subestadio (de 12 a 15/18 meses): frente a ciertas dificultades que el contexto le pueda
presentar al niño, él se da cuenta que puede empezar a buscar nuevas alternativas de solución. Logra
cumplir los objetivos que se propone, con metodología de ensayo y error, y analizando las consecuencias
(Feldman, 2007).
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 8
Es como si estuviera haciendo experimentos de manera real, que lo conducirán a descubrimientos
sorprendentes para él y al tratamiento de nuevos problemas. El niño empieza a experimentar con sus
acciones cómo puede conseguir ciertas metas, pero si no las consigue utilizando un medio, puede
variar ese medio e intentar una opción diferente que le ayude en la consecución de su objetivo
(Feldman, 2007).
Frente a la relación de medio y fines, el bebé ya puede coordinar los medios y salirse de tal relación; por
ejemplo, si un objetivo que quiere alcanzar, no lo consigue por la coordinación de los esquemas que ya
tiene, debe variar los esquemas que le podrían servir de medio. Debido a su actuar experimental por
ensayo y error, disfruta con los juguetes didácticos que requieren poner en práctica habilidades motrices
y que conllevan al ensayo y al error, por ejemplo, los de ensartar anillos o de insertar figuras geométricas
en el agujero que tenga la misma figura (Feldman, 2007; Piaget e Inhelder, 1980).
Sexto subestadio (de 15/18 meses a 24 meses): se instaura la noción de objeto permanente. Primero, se
debe saber que para Piaget, los niños nacen sin contenido cognitivo, lo que incluye que al nacer los niños
desconocen que las cosas o las personas existen y ocupan un lugar en el mundo. Para que el niño tenga
la capacidad de representar mentalmente un objeto, debe pasar por una serie de pasos que se darán a
medida que el pequeño crece (Feldman, 2007).
El desarrollo de la noción de objeto permanente, tiene una serie de pasos que se pueden subdividir en las
mismas subetapas de la etapa sensomotriz. Por ello, las etapas para desarrollar la permanencia del objeto,
son las siguientes:
Subetapa I (0–1 mes): para ejemplificar cada uno de estos pasos, se hará referencia a un ejemplo en
particular: ponga un objeto llamativo para un bebé de esta edad, que atraiga su atención. Para saber si en
verdad atrajo la atención del bebé, se debe confirmar con el hecho de que él siga el objeto con la mirada.
Usted desplace el objeto en el aire de una manera horizontal en un solo sentido, y haga que el bebé siga
este objeto con la mirada.
Tenga un obstáculo (pantalla, cuaderno, cuadro, tabla, etcétera) con el cual va a continuar la trayectoria
del objeto pasándolo por detrás de este obstáculo, lo cual hará que el objeto quede oculto ante los ojos
del bebé. Observe bien qué sucede, y será lo siguiente: el niño seguirá el objeto con la mirada, pero
en el momento en que el objeto desaparece de su vista, el niño pierde interés por este y mira para
otro lado… El bebé no se imagina que el objeto (juguete) puede estar detrás del obstáculo… (Piaget e
Inhelder, 1980).
Sub etapa II (1–4 meses): el niño debe seguir con la mirada un juguete y cuando pase detrás del
obstáculo, debe estar atento a ver qué pasa…Ocurre lo siguiente: el niño observa lo que se mueve
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 9
y además cuando el objeto desaparece, se queda mirando unos segundos en el lugar exacto donde
desapareció el juguete para ver si vuelve a aparecer, si no aparece de nuevo, a los pocos segundos
pierde el interés. No intenta buscar el objeto (Piaget e Inhelder, 1980).
Subetapa III (4–8 meses): el bebé ya puede anticipar posiciones futuras en cuanto a la dirección que
han seguido sus movimientos anteriores. Por ello, continuando con el mismo experimento, ahora
pasará lo siguiente: el bebé sigue con la mirada el objeto y cuando este desaparece de su campo visual,
intenta buscarlo y se puede inclinar para alcanzarlo, pero es sólo hasta los ocho meses que busca el
objeto cuando puede ver una parte de este, pero si está totalmente oculto, no lo buscará (Rice, 1997).
Sub etapa IV (8–12 meses): sucede un fenómeno bastante curioso y es lo que se puede llamar error
de lugar o error A no-B. Para explicar este nuevo avance se debe cambiar el ejemplo por la siguiente
situación: “se presentan al niño dos cajas: una A y otra B.
Figura 2. Cajas
Fuente: elaboración propia
Debe mostrarle un juguete que sea llamativo para él y, en un primer intento se esconde en la caja A.
Al pedirle que lo entregue, efectivamente lo busca en la caja A, donde lo encuentra. Algo importante
de observar es que el niño busca el objeto así esté totalmente oculto. En un segundo y tercer intento,
realice la misma acción y el resultado será el mismo: el niño busca, encuentra y devuelve el juguete.
Finalmente, esconda (ante los ojos del niño). En un segundo intento, vuelva a esconderle el juguete en
la caja A, y le pide que se lo entregue; efectivamente el niño busca en la caja A y entrega el juguete.
En un tercer intento, vuelve a esconderle el juguete en la caja A, y pídale que se lo entregue;
efectivamente el niño busca el juguete en la caja A, lo toma y se lo entrega. Pero, ahora escóndalo
(ante los ojos del niño) el juguete en la caja B, y pídale que se lo entregue. Para su sorpresa el bebé va a
buscar el juguete de nuevo en la caja A, no en la B… Es como si el niño se dijera… Si siempre he tenido
éxito en A, siempre va a estar en A (Piaget e Inhelder, 1980).
Sub etapa V (12–15/18 Meses): la superación del error A no–B, ocurre después del primer año. Es
decir, que el niño ya busca el objeto tanto en A como en B, pero aún tiene dificultad para inferir los
cambios de posición del objeto cuando no ha hecho la observación.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 10
Lo comprenderá mejor con el siguiente ejemplo: se encuentran las cajas A y B. Debe esconderle
al bebé, el juguete dos veces seguidas en A y debe pedirle que se los entregue, lo cual hará el bebé.
Luego, debe esconder dos veces seguidas el juguete en la caja B y pedirle que se los entregue… el
crío ya busca también en la caja B, y hará lo solicitado. Pero, ahora debe hacer lo siguiente: coger un
juguete pequeño, que quepa en su mano y se oculte cuando cierre la mano; debe mostrarle al niño
el juguete y esconderlo (frente a sus ojos) en la caja B. Cuando estén con su mano dentro de la caja
B, debe cerrar la mano para ocultar el juguete y llevarlo con su mano cerrada, sin dejarlo en la caja B.
Puede pasarlo si desea a la caja A o a otro lugar. Ahora, debe pedirle al niño que le entregue el juguete…
el niño buscará en la caja B, pero quedará sorprendido al ver que el juguete no está donde vio que usted
lo oculto; sin embargo, ni siquiera se imagina que puede estar en otro lugar y no busca en la otra caja.
El bebé, como no vio que habían sacado el juguete, sino que se ocultó en B, únicamente buscará el
objeto en el último lugar donde lo vio desaparecer. El niño no ha podido representarse o imaginarse los
desplazamientos del objeto que no ha podido ver (Rice, 1997; Piaget e Inhelder, 1980).
Subetapa VI (15/18 a 24 meses): el niño tiene completa la noción de objeto permanente. Supera
todas las dificultades anteriores y puede dirigir su búsqueda mediante la representación mental de los
movimientos de los objetos (Piaget e Inhelder, 1980).
El niño ya sabe que el objeto existe así no lo esté viendo. El niño ya tiene una representación mental de
las cosas, objetos y personas, y por ello puede empezar a desarrollar la función simbólica siendo esta, la
característica que da inicio a la etapa preoperativa.

ECENARIO 5

1. Adquisición del lenguaje y comunicación


Para iniciar este tema, es importante plantearse varias preguntas, por ejemplo ¿qué entiende por lenguaje?, ¿lenguaje es simplemente
saber hablar?, ¿qué relación tiene el lenguaje con la comunicación?, ¿el lenguaje es exclusivo de los seres humanos? Estos
cuestionamientos permitirán comprender el contenido que se pretende exponer en este texto, respecto al desarrollo del lenguaje en el
niño.
En esta Lectura fundamental será explicado cómo el lenguaje se empieza a desarrollar desde el nacimiento, y cómo empiezan a
comunicarse los bebés hasta llegar a la producción de la palabra. En un primer momento, la comunicación en los seres humanos se
caracteriza por manifestarse por el llanto, por lo que analizaré cómo se va presentando esta transición entre el llanto hasta llegar al habla.
En algún momento ha podido tener contacto con bebés, y evidenciar formas particulares de comunicación e interacción con el medio y
con los individuos que le rodean. Sus esquemas de comunicación no verbal le permiten expresar y transmitir a los demás, en especial a
sus padres, cuándo y cómo quieren ser cargados o arrullados, alimentados, qué juego disfrutan, etcétera; que pueden manifestar por:
expresiones faciales, contacto visual, gestos corporales, risas, entre otros, que se observan con tan solo pocas semanas de nacimiento.
Las primeras formas de comunicación se pueden describir de la siguiente manera. en los primeros meses de nacido, el bebé tiene una
serie de sensaciones internas, que por lo general le producen malestar, y la única forma de expresarlo es a partir del llanto. Estas
sensaciones aún no las entiende, no sabe si lo que tiene es sueño, hambre, cólicos, frío, calor, necesita cambio de pañal, etcétera.
¿Sabía que...?
Desde el momento del embarazo hay una conexión psicológica entre la mamá y el bebé, que permite a la mamá cierta
sensibilidad a las señales que él le envía a manera de comunicación.
Sin embargo, desde el momento del embarazo hay una conexión psicológica entre la mamá y el bebé, que le permite a la mamá
sensibilidad a las señales que el bebé le envía a manera de comunicación; ella traducirá tales sensaciones y las transforma en sensaciones
agradables.
2
Es así, por ejemplo, que la madre conoce exactamente cuál es el motivo del llanto del bebé, establece una conexión psicológica, que le
permite saber si es hambre, sueño, cólicos o gases. Por tanto, consecuente con estas conductas, toma al bebé en brazos, lo consiente, lo
amamanta, y según su interpretación de la reacción, satisface la necesidad y brinda bienestar (Rice, 1997).
Lo anterior, es el preámbulo de las primeras formas de comunicación entre mamá y bebé antes del habla. Claro está, que esta conexión
entre mamá y bebé, solo es posible en mujeres que presentan un estado de salud mental adecuado. Si, por el contrario, la madre presenta
algún tipo de alteración emocional, esta comunicación psicológica, empática y sensible, es difícil que se pueda dar.
Se quiere, además, hacer una aclaración, y es que los padres por ensayo y error, pueden irle dando sentido al llanto del bebé. Algunos no
entienden por qué su hijo llora, y se angustian, lo que no significa alteración emocional (Frizzo, Vivian, Piccinini, Sobreira, 2012).
Unos padres perturbados emocionalmente, corresponde a los que prescinden del contacto emocional con el bebé; por ejemplo, son
negligentes cuando el bebé llora, desatienden su necesidad. Diferente a cuando hay padres sanos, que intentan calmar al bebé, aunque
desconozcan qué tiene; incluso, si observan que su bebé está llorando demasiado y esto no disminuye, sino que aumenta, sienten que algo
debe tener, toman la decisión de llevarlo a un servicio médico para buscar causas y mecanismos de ayuda. En este caso, apreciado lector,
los padres fueron sensibles, detectaron que algo podía estarle ocurriendo al bebé y requirieron apoyo para mejorar la condición
(Lecannelier, Ascanio, Flores, Hoffman, 2011).
Ahora, tenga en cuenta cómo se va desarrollando la comunicación de los padres con el niño, incluso antes del nacimiento, es decir desde
la gestación. Cuando el bebé se encuentra en el vientre materno, los padres le transmiten una variedad de sentimientos que incluyen
emociones como alegría, aceptación, rechazo, cariño, tristeza y agresividad, entre otros. Los padres le pueden cantar, hablar,
transfiriéndole seguridad y tranquilidad (Steer, Bolton, Golding, 2015)
Hay pocos estudios sobre cómo se transmite información de los padres al bebé en el período de gestación, así como la influencia en la
rapidez en que el niño aprende a hablar, o en el léxico que pueda llegar a desarrollar en su niñez. Aun así, es necesario que se tenga en
cuenta que los sentimientos que los padres transmiten al bebé cuando está en el vientre influyen positiva o negativamente en su desarrollo
evolutivo (Steer, Bolton, Golding, 2015).
3
1. Adquisición del lenguaje

Entre las propuestas teóricas que más han influido en la comprensión de la adquisición del lenguaje, el enfoque de la teoría del
aprendizaje, nativista, cognitivista e interaccionista, serán desarrolladas en este apartado. De esta manera es como usted, puede
aproximarse a diferentes puntos de vista que dan explicación al proceso psicológico del lenguaje y empezar a asumir posturas a partir de
su propio pensamiento.
Pero antes, para contextualizarlo el lenguaje será definido; es importante que recuerde la variedad de conceptualizaciones para este
término. El lenguaje entendido como proceso psicológico es transversal a todos los comportamientos, y es indispensable en las prácticas
sociales, permitiendo que las acciones tengan un significado (Ribes-iñesta, 2007). De acuerdo con Serrano, (2005), el lenguaje puede
definirse como un sistema de signos y símbolos que codifican información contextualizada posibilitando la comunicación entre
individuos.

¿Sabía que...?
El lenguaje es un sistema de signos y símbolos que codifican información contextualizada posibilitando la comunicación
entre individuos.
Desde la postura anterior, el lenguaje involucra en palabras de Ribes-iñesta (2007), “aprender acciones en un ambiente lingüístico,
aprender palabras y sus usos, y aprender acerca de las cosas y las palabras, es decir, entender las acciones y los objetos a través del
lenguaje” (p.7). Estos procesos se desarrollan de una forma específica; inicialmente el bebé escucha y crea en su memoria un almacén de
información, contenido que va teniendo correspondencia con la observación, para posteriormente ir madurando el proceso de producción
y articulación, como generadoras de sonidos, que luego van cobrando sentido según el contexto en el que se encuentre el individuo
(Ribes-iñesta, 2007).
Una vez definido el lenguaje, con base en cuatro enfoques se dará paso al cumplimiento del objetivo inicial de este apartado, coherente
con la explicación de cómo se desarrolla el lenguaje en los individuos. Inicialmente, la teoría del aprendizaje plantea que el lenguaje
madura a partir de principios básicos basados en el reforzamiento y el condicionamiento.
4
Una vez los niños emiten sonidos, individuos cercanos lo felicitan, lo que les da a entender que lo que hace es correcto, en la medida en
que esto se repite sucesivamente, va aumentando la probabilidad de que se manifieste dicha conducta, y conlleva a que el habla se
adquiera y mediante moldeamiento sea cada vez más similar al del adulto. Sin embargo, teóricos manifiestan encontrar en este enfoque
un problema que consiste en que no permite explicar cómo se desarrollan las reglas del lenguaje en los niños (Feldman, 2007).
El enfoque innatista, propone que el ser humano nace con las herramientas necesarias para desarrollar las capacidades lingüísticas, en la
medida en que va interactuando con el ambiente. Chomsky es un teórico que la apoya, y plantea que la estructura del lenguaje es tan
compleja que no se encuentra razón alguna para admitir que este sea trasmitido de generación en generación o aprendido por la
modalidad de ensayo y error. Considera que los seres humanos están programados biológicamente para adquirir el lenguaje sin tener en
cuenta la mediación social. Los partidarios de esta postura refieren que la adquisición del lenguaje se presenta a través del crecimiento y
el desarrollo (Feldman, 2007).

¿Sabía que...?
Con base en una postura innatista de adquisición del lenguaje, Chomsky supuso un sistema al que nombró dispositivo de
adquisición del lenguaje (DAL), a través del cual puede comprenderse la estructura del lenguaje.
Por su parte, la teoría cognitivista, profundiza en los procesos de conocimiento y sus mecanismos que permiten el desarrollo del lenguaje
can base en esquemas mentales, como mencionaba su mayor representante: Piaget. Para esta teoría, el individuo inicialmente percibe
información, desarrolla el concepto y luego construye mediante procesos de adaptación e integrando experiencias, formas de expresar su
pensamiento, mediado por la maduración de su lenguaje (Rice, 1997).
La teoría interaccionista plantea que el lenguaje se adquiere por mecanismos de predisposición genética en conjunto con condiciones
ambientales. Teóricos de este enfoque defienden que hay múltiples factores que influyen en la adquisición del lenguaje, como el
biológico, el social- psicológico y el entorno. Conciben el papel activo de los niños y adultos, que permite en su interacción, junto con
procesos de reforzamiento e imitación, el desarrollo del lenguaje (Feldman, 2007).
5
1. Aspectos comunicativos del lenguaje

Previo a que los niños puedan producir palabras, se comunican. La comunicación y el lenguaje están estrechamente ligados; hay quienes
afirman que el lenguaje es un mecanismo de la comunicación, otros, que es un método y así, cada autor en sus propuestas teóricas, ha
buscado darle sentido al uso del lenguaje en la comunicación. Lo que es seguro, es que la comunicación permite el intercambio de
información, pensamientos, ideas, emociones, entre otras, siendo indispensable para lograrla, la existencia de un emisor y un receptor
(Rice, 1997).
Para que el emisor y receptor puedan establecer un vínculo comunicativo, debe haber significantes que le den sentido a la información
que se está intercambiando. Para esto, los individuos desde que se encuentran en el vientre materno están desarrollando órganos que les
permiten recibir y emitir información. Se comunican también a partir de las informaciones que emiten mediante reflejos, sonidos,
posturas, entre otras, y es con el paso del tiempo como el lenguaje consigue madurar de forma precisa y específica; su función se
caracteriza por el uso de reglas que tienen sentido social y cultural (Rice, 1997).
Entre los componentes del lenguaje que permiten establecer comunicación entre individuos, se encuentran fonemas, morfemas, la sintaxis
y la gramática, además de componentes semánticos y pragmáticos (Bialystok, 1992, citado por Rice, 1997). El fonema es la unidad más
pequeña del sonido del lenguaje, y de acuerdo con el idioma, puede haber entre 20 y 60; en español son de 22 a 27, cifra que varía según
la región geográfica. No hay una correspondencia entre el fonema y la letra, en tanto hay letras que pueden tener varios fonemas o dos
letras tener un solo fonema. Los fonemas se combinan para conformar palabras (Feldman, 2007; Rice, 1997).
Los morfemas, por su parte son la unidad más pequeña de significado. Unos son palabras, mientras que otros hacen parte de palabras. Por
ejemplo, pie, o en la palabra león, el morfema de género (a), permitiría decir leona (Feldman, 2007; Rice, 1997).
Respecto a sintaxis, se define como reglas que permiten que las palabras, formen frases u oraciones. La semántica, por otro lado, dota de
significado a las palabras como a las oraciones; y pragmática implica el componente emocional del lenguaje; en la comunicación es la
que permite que se contextualice socialmente la información, y hace uso de la melodía, de la prosodia, y la entonación, entre otras, para
que el oyente comprenda el sentido de la información que está recibiendo más allá de la forma del lenguaje (Feldman, 2007; Rice, 1997).
6
Para finalizar esta lectura, se expusieron generalidades sobre la adquisición del lenguaje, así como los cuatro enfoques: teoría del
aprendizaje, innatista, cognitivista e interaccionista, con sus características principales. Luego se estableció la relación entre
comunicación y lenguaje, brindado cada una de sus definiciones, para culminar con los componentes del lenguaje que permiten la
comunicación entre individuos.

ECENARIO 6
Etapas de un plan de comunicación
estratégica
Unidad 1 / Escenario 2
Lectura Fundamental
Desarrollo del lenguaje
Comunicación preverbal, sintaxis
y semántica
3 / Escenario 6
fundamental
En esta Lectura fundamental se analizará el desarrollo del lenguaje, los procesos que se presentan en la maduración de la
comunicación prelingüística o preverbal, la sintaxis y la semántica, finalizando con algunos ejercicios prácticos relacionados con
estas temáticas.
Se recomienda que, aunque en la Lectura anterior, así como en esta se desarrollan contenidos principales sobre el lenguaje, tenga en
cuenta los siguientes temas para consultarlos, investigarlos y profundizar haciendo uso de artículos científicos y libros mediante una
búsqueda en la base de datos de la biblioteca virtual de la universidad:
1.
Desarrollo y adquisición del lenguaje en el niño
2.
¿Cómo aprenden a hablar los niños?
3.
Desarrollo del lenguaje en el contexto escolar
4.
Teorías sobre el desarrollo del lenguaje
5.
¿Cuál es la posición de Jean Piaget y la de Lev Vygotsky frente al desarrollo del lenguaje y su relación de este con el pensamiento?
6.
¿A qué se refiere la teoría de Noam Chomsky sobre el desarrollo y adquisición del lenguaje?
A continuación, podrá conocer los avances que presenta el bebé desde que nace hasta que es niño y consigue producir palabras,
proceso que le permitirá comunicarse con quienes le rodean en su entorno buscando satisfacer sus necesidades, y conduciéndolo a
adaptarse a su contexto.
1.
Comunicación preverbal
El bebé atraviesa por una serie de etapas que evolucionan en la medida en que va creciendo, va dejando atrás los esquemas de
comunicación no verbal para pasar a esquemas que implican lenguaje verbal. La primera etapa, se denomina prelingüística, en la
cual, el llanto es el primer precursor. En su proceso de desarrollo su nivel del lenguaje va en aumento, y por ejemplo, lo que en un
primer momento era llanto luego lleva implícita una intencionalidad (Rice, 1997).
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¿Sabía que...?
El primer medio de comunicación del bebé es el llanto.
Durante los primeros tres meses del bebé, una de sus habilidades más importantes es la comunicación, la cual le permitirá fortalecer
su relación con padres o cuidadores. El medio de la comunicación se da a través de expresiones faciales y microexpresiones que
reflejan emociones, algunas de ellas son la sonrisa, el ceño fruncido, miradas donde la pupila se dilata y párpado caído, entre otras.
Estas características son innatas y universales, representan en conjunto emociones primarias, que son reconocidas y comunes en
todas las culturas del mundo (Pérez & Navarro, 2011).
Entre los dos y tres meses de edad, los bebés empiezan a emitir sonidos particulares que pueden estar reflejando sensaciones como
por ejemplo, de gozo o alegría. Se denominan con el nombre de gorjeo, y se produce con vocales, por ejemplo: uuuu o aaa. Más
adelante, cuando el bebé tiene entre cuatro y seis meses, entra en la etapa del balbuceo, en la cual, a los sonidos que emitía antes con
solo vocales, le añaden algunas consonantes, y emite sonidos como por ejemplo, ba –ba – ba o te – te – te o ma – ma – ma o pa – pa
– pa o Brrrrrr (Feldman, 2007).
Para algunas personas este balbuceo es el inicio verdadero del lenguaje porque ya toman estos sonidos con consonantes como
sílabas de palabras. Sin embargo, en esta etapa aún el bebé no asocia las palabras con algún objeto o persona específica. Asimismo
las investigaciones demuestran que este tipo de balbuceos se presenta de la misma manera en todos los niños del mundo (Feldman,
2007).
Por el momento, en esta etapa el lenguaje no verbal permite la comunicación del bebé, sin embargo, en la medida en que va
creciendo se empiezan a evidenciar otras formas lingüísticas verbales y no verbales que se mencionan a continuación (García yt
Begoña, 2010):
1.
Balbuceos.
2.
Observan y analizan el rostro de la mamá.
3.
Sus primeras palabras de “si” o “no” con sus respectivas gesticulaciones.
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4.
Rechazo a las personas extrañas.
5.
Estirar los brazos.
6.
Negarse a hacer algo.
7.
Expresa algunas cosas de manera ávida con sus ojos.
8.
Salta y se emociona cuando está contento.
Alrededor de los veinte y veinticuatro meses es cuando se empieza a hablar de la etapa lingüística. En esta, el balbuceo empieza a
tener un sentido y unos sonidos muy similares al lenguaje que es utilizado en el hogar del niño. Es en esta etapa cuando los niños
entienden que los sonidos de las palabras que usan tienen relación con su significado. Aun así, cuenta con un bajo repertorio y
número de palabras, su lenguaje se encuentra limitado a palabras sencillas como mamá, bebé, cal (para referirse por ejemplo, a
carro), gua–guau (para referirse a perro) (Rice, 1997).

Cómo mejorar...
Para recordar mejor las habilidades que el bebé y niño desarrollan en cada
etapa evolutiva, puede hacer un collage, infografía, cuadro comparativo, línea del tiempo, etcétera (aquello que le ayude a
aprender mejor), recuerde leerlo en repetidas ocasiones y asociarlo con imágenes cuyo contenido le recuerden la etapa y
su proceso de desarrollo.
A pesar del limitado número de palabras con que el niño cuenta en su léxico en esta etapa, puede utilizarlas para obtener algunos
objetivos que se propone como por ejemplo, la palabra “mamá”, puede llamarla y pedir que le cambien el canal del televisor con el
control remoto, o enseñarle por la ventana de su casa un perro o algo atractivo que vio afuera (Rice, 1997).
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Alrededor de los dos años, el niño empieza a construir pequeñas frases, que a la vez son lo bastante inteligibles para hacerse
entender. Algo importante en las oraciones que construye es que omite palabras conectoras, por ejemplo, dirá “papá coche”; “mamá
tetero”, entre otras. A esta forma de lenguaje, se le denomina habla telegráfica, en tanto se asemeja a la forma en que antiguamente
se enviaban los mensajes de comunicación a través del telegrama (Rice, 1997).
En estos primeros años, los niños van aumentando significativamente su volumen de palabras incluyendo su significado.
Simultáneamente, adquieren reglas gramaticales, por ejemplo, empiezan a agregar a las palabras –ito (diminutivo) y s (plurales)
(Feldman, 2007).

¿Sabía que...?
El habla telegráfica puede presentarse hasta los cuatro años de edad y después de esta edad empieza a disminuir, en la
medida que el niño aumenta su repertorio de palabras.
Para que usted conozca específicamente sobre los avances en lenguaje que se espera tengan los niños desde su nacimiento hasta los
treinta y seis meses de edad, de manera que pueda servir de referente en su práctica profesional, se incluye a continuación la
siguiente tabla, que le permitirá analizar el lenguaje de los niños con quienes usted trabaja o trabajará cualitativamente.
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Tabla 1. Logros en el Lenguaje desde el nacimiento hasta los tres años de edad
Edad en meses
Desarrollo
Nacimiento
1½a3
3
5a6
6 a 10
9
9 a 10
10 a 14
13
14
16 a 24
18 a 24
20
20 a 22
24
30-36
El bebé llora, puede percibir el habla y responde a sonidos.
Presenta arrullos y manifiesta risas.
El bebé juega y articula, emitiendo sonidos.
Pronuncia sonidos de consonantes tratando de imitar lo que escucha.
Balbucea vocales y consonantes.
Emplea gestos para comunicarse y participa en juegos gestuales.
Comienza a comprender palabras (en especial “no” y su propio nombre); imita sonidos.
Pronuncia su primera palabra (por lo regular nombra algún objeto).
Entiende la función simbólica de nombrar.
Emplea la gestualización simbólica.
Aprende nuevas palabras, acrecentando su vocabulario con rapidez – desde 50 a 400 palabras -, emplea verbos y adjetivos.
Construye su primera frase conformada por dos palabras.
Denomina objetos.
Evoluciona su proceso de lenguaje comprensivo.
Emplea frases de dos palabras. Desaparece el balbuceo y se encuentra motivado para hablar.
Aprende nuevas palabras con una frecuencia casi diaria; cuando habla tiene la habilidad de combinar de tres a más palabras;
presenta errores de tipo gramatical.
Puede pronunciar hasta 1.000 palabras, de las cuales el 80% son inteligibles; presenta errores de sintaxis; la gramática se limita al
lenguaje informal del adulto.
Fuente: adaptado de Bates, O´Connell, Shore, et alt. citados por Papalia (2010).
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2.
Sintaxis
Entre el tercer y cuarto año de edad, el lenguaje continúa avanzando de forma rápida y aunque todavía tiene connotaciones del habla
telegráfica, esta empieza a disminuir en la medida en que el niño aumenta el aprendizaje de vocabulario. Desde el tercer año, la
sintaxis empieza a madurar, siendo el momento en que comienza a organizar y combinar palabras para conformar oraciones (Pérez
y Navarro, 2011).
En esta etapa los niños construyen sus oraciones con sujeto y predicado, y además han disminuido los errores gramaticales. Luego,
cuando los niños tienen entre cuatro y cinco años de edad, en las oraciones, la cantidad de palabras ha aumentado a cinco, emplean
adverbios y aumenta el uso de verbos. Posteriormente, entre los cinco y seis años, en las oraciones incluyen hasta ocho palabras,
donde empiezan a estar presentes las “conjunciones, preposiciones y artículos” (Rice, 1997, p. 190).
En esta etapa la mayoría de niños dominan las reglas básicas gramaticales del idioma y en su léxico dominan más de 14.000
palabras (Feldman, 2007). Como características principales de la gramática, entendida como el conjunto de reglas que contribuyen a
generar infinidad de enunciados, requiere de la maduración de relacionar palabras, usar cláusulas y frases, tiempos verbales, sufijos
y prefijos, interrogativos y negativos. En esta se encuentra la ortografía, pronunciación apropiada de palabras, así como
entonaciones. Proceso que en conjunto le toma al niño varios años, en su etapa escolar continúa madurando y mejorando esta
habilidad, que será indispensable en el aprendizaje lecto-escritural (Rice, 1997).
Ahora, es importante que de acuerdo con los contenidos que ha leído hasta el momento, junto con una indagación autónoma, que
pueda reflexionar sobre la siguiente pregunta que ha causado debate a lo largo de los últimos años entre los científicos: ¿cuál es la
mejor edad para aprender un idioma diferente al de la lengua materna? La respuesta que construya le continuará dando elementos
para complementar este tema.
3.
Semántica
Por su parte, recuerde que semántica igual que sintaxis fueron definidas en la lectura anterior, a la que debe volver en caso que
requiera repasar contenidos, de forma que su aprendizaje se vaya fortaleciendo para que pueda continuar construyendo
conocimiento. Abarcando entonces, este último contenido sobre la adquisición del lenguaje y volviendo a la edad de dos años, el
repertorio de palabras que en un momento es de 50, aumenta significativamente a la edad de seis años entre 8.000 y 14.000, proceso
que además continúa en aumento durante la adolescencia y juventud (Rice, 1997).
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Para que este proceso se de, el niño debe relacionar palabras con su definición bajo categorías semánticas, donde entran en juego
diferencias intra e interindividuales, determinadas las primeras por factores genéticos, crianza por parte de los padres, vínculos
familiares, entre otros y las segundas por variables socioeconómicas, culturales, educativas, que facilitarán el acceso del niño a la
información. En relación con el uso de las palabras en cada etapa del desarrollo como ya se ha visto, se presentan cambios
evolutivos que influyen en características o fenómenos de la adquisición temprana del léxico y que encontrará a continuación en la
siguiente tabla (Pérez y Navarro, 2011).
Tabla 2. Fenómeno en la adquisición temprana del léxico
Fenoménos
Definición
Dependencia del contexto
Cuando se aprende una palabra, se usa en contextos puntuales y luego cuando se va dominando, se empieza a descontextualizar,
empleándola en diferentes escenarios.
Subextensiones o restricciones
Se refiere cuando el niño emplea una palabra para describir una parte de la información que es en realidad más amplia, por ejemplo
flor, para denominar únicamente la rosa.
Sobrextensiones
En este caso los niños tienden a emplear una forma léxica para denominar un conjunto de información de manera apropiada, pero
también de forma incorrecta al describir otros conceptos con los que la información comparte características, por ejemplo, hace uso
de la palabra flor, no solo para denominar todo tipo de flores (rosa, margarita, lirio, etcétera), sino, también la usa para denominar
árboles, pasto, y plantas de todo tipo.
Solapamiento
Es una forma de sobreextensión, diferenciándose, en que el niño usa una palabra para denominar contenidos incorrectos y de forma
restringida, por ejemplo, incluye en la categoría de felinos únicamente a leones, leopardos, panteras y no a gatos porque son de un
tamaño inferior.
Desajuste
Hay ocasiones en que los niños emplean palabras de forma disímil a los adultos, donde la referencia con la que usan el concepto es
diferente a lo que en realidad determina el término, por ejemplo, la palabra barco para referirse al mar.
Fuente: elaboración propia
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El proceso que siguen los niños en el aprendizaje de la semántica, tiene un curso, que consiste primero en sustantivos, luego verbos,
adjetivos, adverbios, conjunciones e interrogaciones. Existen sustantivos básicos, que se aprenden primero que los específicos, por
ejemplo, se aprende primero ropa y luego camiseta. Cuando el niño tiene un año de edad, usan una categoría sencilla donde agrupan
los objetos, por ejemplo, ubican todos los juguetes en un montón. Luego a la edad de dieciocho meses, hacen uso de varias
categorías, de manera que en un lado ubican animales y en otras pelotas, proceso que depende de que los niños puedan nombrar
(Rice, 1997).
Este proceso es lento y toma a los niños un tiempo importante la maduración de la función. Previo a que puedan definir las palabras
las han comprendido, sin embargo, algunas de ellas tienen varios significados y requieren estar expuestos en reiteradas ocasiones
para consolidar su aprendizaje, en conjunto con observar cómo se usan, en qué contexto y las relaciones que pueden hacerse con
otras palabras. Para ello, es útil que los niños se encuentren inmersos en contextos donde existan conversaciones, se les lea, cuando
aprendan a leer practiquen la lectura como hábito, escuchen música, aprendan rimas, adivinanzas, chistes, entre otros, enriquecerá
su repertorio lexical, habilidades de lectura, escritura y además tendrán ventajas en el aprendizaje ortográfico (Rice, 1997).
En conclusión, a través de esta lectura se finaliza un recorrido por el proceso de adquisición del lenguaje desde que el niño nace
hasta que debe iniciar su proceso de escolarización, pasando por la comunicación preverbal que abre la puerta a la etapa lingüística,
donde se espera maduren procesos sintácticos y semánticos, que permitirán se facilite el aprendizaje de lecto-escritural. Además,
apreciado lector se busca que lo anterior lo haya acercado a conocer desde el contenido que plantea la teoría, qué habilidades se
espera desarrollen los niños en cada una de sus etapas evolutivas, y que usted forje las bases para continuar profundizando en estos
temas y diseñe cada vez mejores prácticas de enseñanza-aprendizaje con las diversas herramientas que cuente para beneficiar la
vida académica y personal de los niños con quienes tenga contacto.

ECENARIO 7

Unidad 1 / Escenario 2
Lectura Fundamental
Estructuración psicológica del yo
4 / Escenario 7
fundamental
Para comprender la etapa del desarrollo de la adolescencia debe aproximarse a la descripción del desarrollo psicológico del Yo,
tomando como referencia la etapa infantil. Así, podrá analizar las características psicológicas que describen de manera precisa a un
adolescente.
Para iniciar, se contextualiza el tema con la definición de adolescencia dada por Rice (1997), en la cual se considera que
corresponde al puente entre dos etapas del desarrollo, la infancia y la adultez, donde se mueven conflictos y contenidos psicológicos
que llevan a un desprendimiento del funcionamiento psicológico de un niño y que prepara para el funcionamiento psicológico
adecuado que debería tener una persona adulta.
Por lo anterior, serán descritas las características psicológicas de lo que significa ser niño y cómo determinan su funcionamiento, así
como las características psicológicas del adulto. Es importante apreciado lector, que tengas presente que el referente para definir la
etapa de la adolescencia no estará enmarcado según la edad cronológica, donde adolescencia pueda definirse como un periodo que
inicia a la edad de 11 años hasta los 20, ni que la adultez sea aquella en la que los individuos superan los 22 años de edad.
Por el contrario, para comprender al ser humano en las etapas mencionadas, se tendrá en cuenta el desarrollo psicológico, el cual
trasciende la edad; por ejemplo, trate de recordar individuos que tienen 25 años de edad, pero con comportamientos infantiles, es
decir, su funcionamiento psicológico no corresponde con la edad que tienen. También puede recordar individuos con quienes es
probable que haya interactuado en algún momento, cuya edad está alrededor de los 40 y su comportamiento se asemeja al de un
adolescente; por tanto, quienes lo rodean tienen una tendencia a considerarlo “inmaduro”, pues sus características de
comportamiento distan del de un adulto.
1.
Desarrollo de la estructura yoica
El desarrollo del yo inicia en el nacimiento, momento desde el cual empieza a evolucionar. Todos los seres humanos cuentan con
dos estructuras psíquicas paralelas, el self y el yo. El primero de ellos, es entendido como los contenidos psicológicos con los que
cuenta un individuo y lo hacen único. El self permite que existan diferencias interindividuos y todo lo psicológico que se encuentra
de la piel hacia el interior es considerado self (Agejas, 2010).
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Por otro lado, el yo se refiere a la instancia psicológica que los demás perciben del individuo, son rasgos de personalidad, de
comportamiento, de conductas que el individuo refleja en los demás y que puede mostrar; es todo lo que se encuentra de la piel
hacia el exterior, ese yo es producto del desarrollo del self. Lo que los demás perciben del individuo es el yo, pero lo que
verdaderamente caracteriza al individuo es su self, el cual no todas las personas pueden percibir. Por ejemplo, en clase de Historia,
los compañeros podrían decir que eres una persona tímida, callada, introvertida, de pocos amigos, etcétera. Lo que están
describiendo es tu yo. Sin embargo, tu podrías decir que eso es lo que parece (las apariencias engañan), que no es una descripción
acertada, que tú, por el contrario, eres una persona alegre, extrovertida, jocosa, de muchos amigos. Este último es tu self, lo que
verdaderamente eres, cómo te conoces, lo que te hace único y diferente a los demás (García, 2006).
Teniendo claras las definiciones de los conceptos, yo y self, se puede dar paso a la comprensión del funcionamiento y de la
estructura psicológica. Para ello, es relevante preguntarse ¿cómo se desarrollan el self y el yo? El desarrollo del self en los niños
inicia en los primeros meses de vida, alrededor de los dos meses, en la medida en que la madre va generando un reconocimiento de
su propio bebé a partir de una experiencia subjetiva, es decir, la mamá consiente a su bebé, le habla, le enseña que ocupa un lugar en
el mundo, etcétera (Muller, 2005).
2.
¿Cómo se llega al reconocimiento yoico?
Un bebé nace sin conciencia del mundo, sin entender su existencia ni la de otros individuos. Cuando el bebé se encuentra en el
vientre materno tiene cómo abastecerse en todo, su mamá suple la necesidad de ingesta, de mantener una temperatura adecuada,
etcétera; por tanto, se podría decir que en términos de normalidad se encuentra en el paraíso. En el momento del nacimiento, el bebé
tiene un fuerte impacto emocional, no entiende qué está pasando, debe empezar a respirar por él mismo para sobrevivir y empezar a
manifestar mediante conductas como el llanto para poder satisfacer sus necesidades.
En los primeros días de nacido el bebé no tiene conciencia de lo que sucede dentro de él ni a su alrededor, pero sí tiene una serie de
sensaciones internas que le generan malestar. La mamá debe traducir esas sensaciones displacenteras que el bebé manifiesta a través
del llanto, en placenteras, aprende a conocer las manifestaciones del bebé para satisfacerlas, por ejemplo, si se trata de hambre,
sueño o cólico. (Rice, 1997).
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En esos primeros momentos después del nacimiento, el bebé al no ser consciente quién es él ni que hay otras personas diferentes de
él, tiene la sensación de que él y su mamá son uno solo, que están fusionados. Ahora apreciado lector, esto tiene relación con el
contenido del párrafo anterior, recuerda que se mencionó que el bebé tiene sensaciones displacenteras que luego se convierten en
placenteras, pues el bebé cree que fue logrado por él y que nadie viene de afuera a calmarlo, sino que él mismo se calmó. Por tanto,
es la mamá quien contribuye a generar estas sensaciones placenteras en la medida en que intervenga de inmediato y de forma
consecutiva ante el llanto del bebé cuando lo percibe como angustia (De Catanzaro, 2001).

En síntesis...
La madre ayuda a su bebé a que aquellas sensaciones displacenteras se modifiquen a placenteras, cuyo reconocimiento
por parte del bebé se da a través de un proceso desde el nacimiento, en cuanto su madre acude inmediatamente ante el
llamado. Es posterior a los dos meses de edad, que la mamá empieza a hacer un aplazamiento paulatino ante el llamado
del bebé.
Estos primeros momentos se describen como una relación simbiótica entre mamá y bebé (simbiótica significa una relación entre dos
seres que se necesitan mutuamente para poder vivir), en donde ambos están fusionados y que en términos de psicoanálisis ha sido
denominado “período de confusión psíquica” (Winnicott, 1993). A continuación, explicaré en detalle estas teorías, en tanto
permiten exponer cómo etapas iniciales de un individuo desde su nacimiento influirán posteriormente en otros momentos
evolutivos.
Posterior al nacimiento, en la medida en que el bebé va creciendo, la mamá paulatinamente va dejando espacios de tiempo cada vez
más prolongados para acudir ante su llamado. En un principio el bebé lloraba y la mamá lo atendía inmediatamente, ya fuera
alimentándolo, arrullándolo o cambiando su pañal. Cuando el bebé cumple aproximadamente dos meses de nacido, llora en su cuna
a las 2 de la madrugada, y de forma simultánea la mamá que está atravesando un momento de cambio, se siente cansada, ha pasado
por días agotadores, por lo que mira la hora y se dice a sí misma que quiere estar en la cama cinco minutos más y mientras tanto el
bebé continúa llorando.
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El bebé, que siempre ha estado acostumbrado a que le atiendan su llamado de manera inmediata, siente que es él mismo quien se ha
logrado calmar la angustia (período de confusión) (Winnicott, 1993).
Figura 1. Fusión bebé-mamá
Fuente: elaboración propia
La mamá, acude efectivamente a los pocos minutos para disminuir la angustia del bebé, lo toma en brazos y lo calma. En este
momento, el bebé ha debido esperar ese tiempo, lo cual le genera frustración por el aplazamiento de la satisfacción inmediata del
deseo. Es cuando el bebé empieza a pensar que en realidad no era él quien se calmaba, sino que quien lo hizo provenía de otro lado,
fuera de él. Es allí, cuando el bebé empieza a pensar por primera vez, que no es él quien se calma sino otra persona, alguien o algo
diferente a él (Winnicott, 1993).
Entonces, debido a la frustración en relación con la madre, el bebé también empieza a hacer conciencia de que si se calma, es
alguien o algo que lo hace por él, la conclusión a la que llega el bebé es que hay alguien o algo diferente a él. En ese caso, si hay
alguien o algo diferente a él, entonces el bebé entiende que él es alguien, que tiene un yo. Es la mamá quien va mostrándole al bebé
que ella es una persona diferente a él, y que el bebé es otra persona, es decir que ya no están fusionados (Muller, 2005).
Así sería como los bebés empiezan a estructurar su Yo y su self, a partir de lo que la mamá va haciendo, que consiste en satisfacer y
poco a poco frustrar. Con lo cual, apreciado lector se estaría señalando que sería también a partir de la frustración, como los
individuos aprenden a pensar (Winnicott, 1993).

¿Sabía que...?
Deseo + Frustación= Pensamiento
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Ahora, se describirá de forma breve cómo el Yo de los individuos se va desarrollando. Esto será expuesto mediante la siguiente
tabla que contiene una clasificación; encontrará unas etapas o periodos, más no edades de referencia, tal como se mencionó al
principio de esta lectura (Winnicott, 1993):
Tabla 1. Etapas del yo
Yo fusionado con mamá.
En un primer momento el Yo del bebé está fusionado psicológicamente con su mamá.
Yo desprendido de mamá, pero dependiente de las figuras paternas.
Una vez se llegue al desprendimiento y a la separación yoica entre mamá y bebé, el niño puede tener libertad e independencia física
(ya se puede desplazar y alejar solo, camina). Puede explorar el ambiente, pero su Yo depende de la seguridad que le brinde estar al
lado de papá y mamá, por ejemplo, cuando el niño va al parque y juega solo, se aleja un poco de sus padres, aunque está
monitoreando constantemente que ellos se encuentren cerca. Si observa que sus papás están lejos o los pierde de vista, el niño deja
de jugar y se angustia.
El Yo desprendido de los padres, pero unido a un mejor amigo.
En un tercer momento de desarrollo del Yo, el niño se aleja de sus padres, puede jugar sin verlos físicamente (los tiene
interiorizados en su mente y se puede separar); sin embargo, puede tener una buena relación con otro niño o niña y viene el
fenómeno conocido como el mejor amigo. Ya tiene al amigo presente en la mente casi todo el tiempo y quisiera estar con él la
mayor cantidad de tiempo posible. Es entonces, cuando los niños empiezan a desear querer quedarse una noche en casa de su amigo
o amiga.
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Yo grupal ⟶ Adolescencia
Un siguiente momento de formación del Yo sucede en la etapa de la adolescencia, cuando el Yo se desprende del mejor amigo y se
une al grupo de pares. En la adolescencia funciona el Yo como un Yo grupal, es decir, yo funciono, pero en grupo. Empieza a
desprenderse de sus figuras paternas para desear estar todo el tiempo con los amigos. Para el adolescente es aburrido compartir con
sus padres, prefiere estar con los amigos así no estén haciendo nada. Con este funcionamiento del Yo grupal podemos ver que el
adolescente es muy seguro de sí mismo cuando está en grupo, puede mandar unos cuantos piropos a algunas niñas, pero si se
encuentra solo y ve a una niña, va a sentir vergüenza con solo saludarla. El muchacho va a visitar a la novia en grupo, y la novia
espera a su novio en casa con todas sus amigas. Esta es una explicación por ejemplo a por qué los adolescentes se visten, se peinan
y caminan de la misma manera. Por tanto, lo que están haciendo es empezando a estructurar y consolidar su propia identidad.
Hacia la individuación del Yo.
En un siguiente momento, el Yo se desprende de lo grupal para forjar su propia identidad. La persona toma conciencia de lo que
quiere para su vida y quién quiere llegar a ser a partir de lo que ya es. El Yo ya no depende de otros, sino de sí mismo. Este período
puede determinarse alrededor de los años en que se está terminando el pregrado.
El Yo con la pareja.
Una vez se ha adquirido una identidad propia, el Yo no depende de otra persona, sino de sí mismo, y ha tenido la oportunidad de
tener varias novias o novios; está lo suficientemente estructurado como para establecer una relación de pareja adulta y estable,
teniendo en cuenta que, aunque se case con alguien y comparta algo de su Yo y Self, es independiente del otro.
Fuente: elaboración propia
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3.
Características psicológicas de la etapa infantil en comparación con la del adulto
Para describir psicológicamente a un niño se tendrán en cuenta tres características fundamentales planteadas por Carvajal (1993):
juego, dependencia e intimidad, las cuales serán descritas a continuación a partir de la conducta que debe presentar un niño y su
comparación con la conducta del adulto:
1.
Juego: el niño tiene la necesidad de jugar. Es el único medio por el cual puede expresar emociones, sentimientos, ideas y fantasías;
le permite elaborar cualquier tipo de conflicto emocional. Necesita del juego porque aún no cuenta con un aparato psíquico
estructurado para reflexionar sobre lo que le está sucediendo. Jugar se convierte en un pensar afuera, ya que el niño no tiene un
espacio dentro de su psiquismo para poder elaborar contenidos psicológicos de manera interiorizada.
Los niños pueden tener algún conflicto emocional y es a través del juego como lo pueden comunicar. Un niño que juega está
elaborando contenidos psíquicos y formando su estructura psicológica, considerando que tiene un funcionamiento mental adecuado.
Un niño que, por el contrario, no juega, es disciplinado en extremo, quieto y casi imperceptible, podría desarrollar una patología
mental, pues no puede hacer catarsis para elaborar a través del juego lo que le está sucediendo.
A través del juego los niños cuentan lo que les está ocurriendo. Por ello, la herramienta fundamental para hacer psicoterapia con
niños es por medio del juego, pues la actividad de jugar consiste en pensar afuera. Para el caso de los adultos, como usted estimado
lector ya sabe, también pueden jugar y tener actividades lúdicas, pero lo que no deben hacer es jugar en el sentido que lo hace el
niño, es decir, elaborar contenidos o conflictos psicológicos a través del juego. Es inadecuado que un adulto no pueda reflexionar
sobre algo que le sucedió y al llegar a su casa posterior a la jornada laboral empiece a jugar como niño para elaborar el problema.
Por ejemplo, si un adulto tiene una fuerte discusión con su jefe durante el día, lo ideal es que se aflija y logre reflexionar de manera
interna lo sucedido; esto es diferente a que llegue a su casa y le pida a su esposa que se convierta o haga el papel de jefe, para él
poder regañarla e insultarla como lo hubiera querido hacer en la vida real. Ahora, puede entender por qué algunas personas, aunque
tengan una edad cronológica de adulto, pueden mostrar un funcionamiento semejante al de un niño, manifestando comportamientos
infantiles.
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En la etapa de adultez, se sabe que no se necesita jugar para poder elaborar contenidos psicológicos, pero en el aspecto que se
asemeja al niño al jugar, es el trabajo. Si en el niño el jugar es considerado como un pensar hacia afuera, el trabajo es considerado
un producto de un pensar hacia adentro, interiorizado. De esta forma, el trabajo se convierte en mecanismo psicológico que da
satisfacción emocional, gratificación personal por el hecho de ser creativo, reflexión sobre alguna problemática y permite explotar
todas las habilidades intelectuales y personales en un campo laboral.
2.
Dependencia: en el momento del nacimiento, el niño tiene una dependencia total de las personas que lo rodean. Cuando nace, debe
tener los cuidados de su mamá o de los adultos que se encarguen de él, de lo contrario muere. En la medida en que el niño va
creciendo, adquiere independencia física relativa; ya puede caminar, hablar y comer por sí mismo, pero aún por ejemplo no tiene
conciencia de comer alimentos saludables y en horas específicas; por tanto, depende aún de sus padres para el manejo de la
alimentación.
Otro ejemplo puede encontrarse en que los niños, al llegar a una piñata, se muestran tímidos y son sus padres quienes deben
invitarlo a que se dirija a jugar en grupo. El niño lo hace paulatinamente y se debe a que sus padres le han dado la autorización;
puede actuar según lo planteen sus padres, pues depende emocionalmente de ellos. En el pensamiento del niño está la idea de que, si
sus padres no están, se van o fallecen, el niño deja de existir.
Para el caso de un adulto no se espera que tenga dependencias emocionales, debería poder tomar sus propias decisiones sin
necesidad de contar con la aprobación de sus padres. Es un mecanismo de funcionamiento infantil si el adulto tiene una relación de
pareja y cada decisión que se tome en pareja deba ser consultada y aprobada por la mamá de alguno de ellos. Por ejemplo, el
hombre invita a cenar o a cine a su novia, pero le consulta a su mamá si pueden ir o cuál película les aconseja y, dependiendo de lo
que ella diga, se toma la decisión de a dónde ir y qué película ver. Otro ejemplo puede ser cuando las parejas se casan y la decisión
de vivir juntos es tomada por los padres de alguno de los esposos, invitando a que vivan en la casa de los suegros.
Esa dependencia emocional propia de los niños puede verse reflejada en el comportamiento adulto infantil, por ejemplo, en
situaciones donde las parejas tienen dificultades irreconciliables, pero no consiguen separarse y donde uno de los dos le refiere al
otro que no puede vivir sin él o ella, amenazando a su pareja con el hecho de que si se separan, puede llegar a cometer un suicidio o
un asesinato. Se observa entonces dependencia emocional de otra persona, similar a la que se debe vivir y permitir en la infancia,
pero no en la adultez. El adulto debe estar en capacidad de ser independiente emocionalmente, depender de sí mismo y no de otras
figuras.
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3.
Intimidad: para entender este concepto, es importante estimado lector que se desprenda de una definición relacionada con
aislamiento, sexualidad, etcétera. Debe entenderse como el espacio dentro del psiquismo, en el cual se guardan contenidos
psicológicos (ideas, sueños, fantasías, deseos, etcétera) que solamente le competen al individuo y a nadie más.
El niño no tiene intimidad porque aún no tiene ese espacio dentro de su psiquismo en el cual guardar contenidos psicológicos,
debido a que maneja un pensar hacia afuera a partir del juego. Por ello, tiene la necesidad de expresar todo lo que sabe o le sucede.
¿Les ha ocurrido que en ocasiones los niños hacen comentarios imprudentes? Se debe a este escenario que se plantea, porque no
tienen intimidad. Debido a la conexión tan fuerte con sus padres, donde su Yo está atado al de ellos, el niño cuenta los contenidos,
que para el adulto son privados y es debido a esta conexión que siente, que lo que él sabe sus padres también.
En el adulto, se espera que tenga intimidad, ese espacio dentro de su psiquismo en el cual guardar contenidos que solamente le
competen a él y a nadie más, que debe entender que es innecesario contar sus contenidos. Una persona adulta que tenga un
funcionamiento psicológico infantil puede ser considerada chismosa, a quienes se les cuenta un secreto y, aunque prometen no
decirlo a nadie, actúan de forma contraria, lo cuentan a la primera persona conocida con quien se encuentren, no consiguieron
guardar dentro de sí dicho contenido psicológico.
Para terminar y a modo de conclusión, en esta lectura se analizaron las tres características propias de un individuo en etapa infantil,
así como en etapa adulta. Con el entendimiento de estas características, se puede analizar un individuo psicológicamente para
deducir en qué etapa del desarrollo se encuentra. Por ello, se pueden recordar niños de 28 años y adolescentes de 40 años,
individuos que han tenido algún tipo de conflicto emocional que les impide crecer psicológicamente. Por último, es a partir del
análisis psicológico de estas dos etapas como se podrá comprender de una manera más profunda, el funcionamiento y desarrollo
psicológico de la etapa de la adolescencia.

ECENARIO 8

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