Emma PDF
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comentarios y notas
es Strachey,
ción de Anna Freud
Publicaciones prepsicoanalíticas y
manuscritos inéditos en vida de Freud
(1886-1899)
Amorrortu editores^
Obras completas
Sigmund Freud
Volumen 1
[ 4 . ] La proton pseudos histérica ^^
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Tanto el nexo entre estos fragmentos como el efecto de
la vivencia son incomprensibles. Si ella ha sentido displacer
a causa de que se rieran de su vestido, hace tiempo que eso
por fuerza estaría corregido, desde que se viste como dama;
y nada cambia en sus ropas por el hecho de ir a la tienda sola
o acompañada. Que no es mera protección lo que necesita se
infiere de que, como en una agorafobia, basta que la acom-
pañe un niño para sentirse seguía. Y es algo totalmente
inconciliable que uno le gustara; tampoco cambiaría esto si
fuera acompañada. Por tanto, los recuerdos despertados no
explican ni la compulsión ni el determinismo del síntoma.
La cxploracióri ulterior descubre un segundo recuerdo que
Emma pone en entredicho haber tenido en el momento de
la escena I. Tampoco hay nada que pruebe esto último. Sien-
do una niña de ocho años, fue por dos veces a la tienda de
un pastelero para comprar golosinas, y este caballero le pe-
llizcó los genitales a través del vestido. No obstante la pri-
mera experiencia, acudió allí una segunda vez. Luego de la
segunda, no fue más. Ahora bien, se reprocha haber ido por
segunda vez, como si de ese modo hubiera querido provocar
el atentado. De hecho, cabe reconducir a esta vivencia un
estado de «mala conciencia oprimente».
Ahora comprendemos escena I (empleados) si recurrimos
a escena II (pastelero). Sólo nos hace falta una conexión
asociativa entre ambas. Ella misma señala que es propor-
cionada por la risa. Dice que la risa de los empleados le hacía
acordarse de la risotada con que el pastelero había acompa-
ñado su atentado. Entonces el proceso se puede reconstruir
como sigue: En la tienda los dos empleados ríen, esta risa
evoca (inconcientemente) el recuerdo del pastelero. La si-
tuación presenta otra semejanza: de nuevo está sola en un
negocio. Junto con el pastelero es recordado el pellizco a
través del vestido, pero ella entretanto se ha vuelto púber.
El recuerdo despierta (cosa que en aquel momento era in-
capaz de hacer) un desprendimiento sexual que se traspone
en angustia. Con esta angustia, tiene miedo de que los em-
pleados pudieran repetir el atentado, y se escapa.
Está plenamente certificado que aquí se entreveran dos
clases de procesos 'vj', que el recuerdo de escena II (pas-
telero) aconteció dentro de un estado otro que lo otro. Lo
ocurrido se puede diagramar como lo muestra la figura 16.
Aquí, las representaciones marcadas en negro son percep-
ciones que también son recordadas. Que el desprendimiento
sexual también ^^ llegó al devenir-conciente, lo prueba esta
"•' [«Auch» en el original; omitido en AdA, pág. 434.]
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idea, de otro modo incomprensible: el empleado riente le
ha gustado. La conclusión de no permanecer sola en la tien-
da a causa del peligro de atentado se formó de manera en-
teramente correcta, con miramiento por todos los fragmentos
del proceso asociativo. Empero, del proceso (figurado aba-
j o ) " no ha llegado a la conciencia nada más que el frag-
mento «vestidos»; y el pensar que trabaja con conciencia
ha plasmado dos enlaces falsos ^* con el material preexisten-
te (empleados, risa, vestidos, sensación sexual): que se le
ríen a causa de sus vestidos, y que uno de los empleados ha
excitado su gusto sexual.
[Figura 16.]
Estar
Vestidos
•—jQ sola
Empleado HiSQ
0
V
; Vestidos
Pastelero 0_ -----O
" •. Ateirtado .-
O.
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dos», evidentemente la más inocente. Ha sobrevenido aquí
una represión con formación de símbolo. Que la conclusión
—el síntoma— se haya formado de manera por entero co-
rrecta, de suerte que el símbolo no desempeña ningún papel
en ella, es en verdad una particularidad de este caso.
Uno podría decir: es totalmente habitual que una aso-
ciación pase por eslabones intermedios inconcientes hasta
llegar a uno conciente, como aquí acontece."" Y es probable
que entonces ingrese en la conciencia aquel eslabón que des-
pierta un interés particular. Ahora bien, en nuestro ejemplo
lo notable es justamente cjue no ingrese en la conciencia el
eslabón que despierta interés (atentado), sino otro, como
símbolo (vestidos). Si se inquiere por la causa de este pro-
ceso patológico interpolado, se averigua una sola, el despren-
dimiento sexual, del que también hay testimonio en la con-
ciencia. Este se anuda al recuerdo del atentado, pero es no-
labilísimo que no se anudase al atentado cuando fue viven-
ciado. Aquí se da el caso de que un recuerdo despierte un
afecto que como vivencia no había despertado, porque entre-
tanto la alteración de la pubertad ha posibilitado otra com-
prensión de lo recordado."'
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