Tejido Artesanal

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LAS ARTES
CARACAS – DISTRITO CAPITAL

EL TEJIDO ARTESANAL EN VENEZUELA

Autor:
Maria Fatima Dos Ramos

Profesor:
Marisol Meléndez Nieves

Caracas, enero de 2019


ÍNDICE GENERAL

PP
Introducción 3

EL TEJIDO EN VENEZUELA 4
Origen del tejido Wayuu 4
CONCLUSIONES 7

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANEXOS 10-12

INTRODUCCIÓN
Cada país, cada pueblo habla de sí mismo a través de sus
manifestaciones artesanales, estas representan y expresan sus vivencias y
necesidades pues son obras que generalmente tienen un fin ya sea
decorativo o práctico, con frecuencia llevan el sello de sus creadores por lo
que suelen ser especiales y muchas veces identifican a una región o estado,
nuestra expresiones artesanales son muchas: elementos decorativos,
comidas y bebidas, cerámicas, cesterías, licores, papelería, pinturas, tejidos,
zapatería, vestimenta, orfebrería, adornos, tallas y objetos de madera,
construcciones, mueblerías, chinchorros y hamacas…entre muchas otras
son algunas de las expresiones artesanales que se encuentran en
Venezuela; a través de ella expresamos lo que es nuestra gente, como es
nuestra forma de vida y que lleva en el alma nuestro pueblo En el presente
trabajo se hará mención solo a una de estas manifestaciones culturales: El
Tejido.
El Tejido en Venezuela

Origen del tejido Wayuu

Cuenta la tradición Wayuu, que en un sitio no identificado de la


península, un joven cazador se encontró con una niña huérfana, abandonada
a su suerte. El cazador condolido se la llevo a su casa entregándola a sus
hermanas, con el fin de atenderla Y enseñarle los oficios femeninos. Las tres
hermanas del joven desde un primer momento rechazaron a la niña lo cual
hizo que él mismo se encargara de sus cuidados y socializaciones. Cuando
Irunuu (así se llamaba el joven) salía, la niña era insultada y tratada
despóticamente.

En una de las noches de soledad, se transformó en una bella doncella


que sacaba de su boca los hilos con los cuales iba a tejer a su protector
chinchorros y wayucos. Las hermanas, al descubrir los tejidos le hicieron
saber a su hermano que eran obras de ellas. Sin embargo Irunuu descubrió
las cualidades de la niña trasformada en doncella, quien luego castigo a las
hermanas convirtiéndolas en murciélagos; Irunuu enamorado de la niña
quiso retenerla pero al tratar de abrazarla le quedo en sus manos un jirón de
telaraña, es decir la bella doncella se había convertido en araña y
desapareció entre las ramas de un árbol.

Irunuu emocionalmente afectado, al volver a su casa recogió los tejidos y los


guardo para que las nuevas generaciones wayuu aprendieran el arte de tejer.
De esta manera se empezó a difundirse por toda la península la variada
expresión del tejido.
En Venezuela se mantiene la tradición de elaborar tejidos artesanales.
Es una costumbre que surgió en la época colonial y que varía según la
región del país en la que se esté.

Nuestros ancestros indígenas iniciaron la confección de piezas a


través de las cuales protegían sus cuerpos de las inclemencias del clima,
pero además fabricaron accesorios como chinchorros, los cuales eran
utilizados para el descanso y el sueño.

En el estado Lara pueden conseguirse distintas representaciones de


tejidos artesanales, tintorero es un pueblo ubicado en el Municipio Jiménez a
20 minutos de Barquisimeto, en el lugar, aun se confeccionan chinchorros y
hamacas con telares lizos y de pedales que han sido utilizados por varias
generaciones familiares.

La diferencia entre las hamacas y los chinchorros radica en el tipo de


tejido, el primero es un tejido abierto y elástico y el segundo es cerrado con
una trama tupida de dos hilos y pedastales.

En los andes venezolanos el clima obliga a mantener la tradición y de


usar ruanas: una especie de capa que protege del frío a quien la usa, la
indumentaria no tiene mangas es de forma triangular, con un agujero en el
centro para pasar la cabeza, antiguamente era hecha 100% de lana, en la
actualidad la lana de oveja ya no constituye la base de la labor artesanal, ya
que ha sido sustituida por la lana sintética. El telar usado para las ruanas es
de madera.

En la zona de Mucuchíes, estado Mérida, las cobijas burreras y las


ruanas todavía muestran los colores tradicionales: gris, beige o marrón,
típicos de las ovejas, pero con el tiempo se incorporaron otros diseños a
rayas o a cuadros. Las ruanas suelen ser hiladas manualmente y tejidas en
telares de dos hilos y pedal.
En el estado Zulia la comunidad indígena Wayuu lucha por preservar
sus costumbres, ellos diseñan mantas goajiras que son comúnmente
utilizadas por las mujeres, estas prendas son coloridas y tejidas a mano, con
una tradición que ha pasado de generación en generación.
Conclusiones

La manufactura de tejidos es una de las técnicas de mayor


antigüedad; surgió del ingenio del hombre en su intento por satisfacer
necesidades básicas como protegerse del sol, del frío y de la lluvia. Aunque
en nuestro país no se hayan encontrado muestras de testilería arqueológica,
sabemos de su existencia por el hallazgo de instrumentos de trabajo tales
como agujas de hueso y volantes de huso para el hilado de algodón,
ampliamente cultivado en muchas regiones venezolanas, en donde se le dio
variedad de usos y se desarrollaron diversas técnicas de manufactura.
Empleando sustancias tintoreras naturales para colorear los hilos que
conformaban trama y urdimbre de telares rudimentarios, los indígenas
confeccionaron mantas, chinchorros y otros géneros textiles.

Tras la invasión europea, los  españoles reconocieron tal destreza y


muy pronto introdujeron los complejos telares europeos de lizos y pedales, y
el uso de lana de ovejas traídas de Castilla. Hacia finales de 1605, ya se
producía en Mérida, Trujillo, Coro y Barquisimeto alfombras de lana y telas
de algodón de muy buena calidad. Durante el siglo xviii, los lienzos
producidos en El Tocuyo fueron un importante producto de intercambio
comercial. Los géneros tejidos fueron usados por los indígenas como forma
de pago a sus curas doctrineros.

La textilería es un oficio que implica la extracción, el lavado y el


secado de fibras para entrecruzarlas y anudarlas a mano, con agujas o en
telares. Las artes del tejido han permanecido en muchos lugares de nuestro
país.
En Tintorero, donde el algodón industrial ha sustituido por completo a la lana,
un grupo de artesanos ha continuado el oficio del tejido convirtiéndolo en
industria de excelencia y rendimiento.  En caseríos húmedos y frescos de
las montañas andinas, como los aledaños de Mucuchíes, aún se
confeccionan ruanas y cobijas tejidas con la lana hilada de manera artesanal.
También,  en los poblados  indígenas, tejedores  y tejedoras  por tradición,
conservan el oficio milenario de trenzar cordones de adorno corporal,
guayucos, bolsos, hamacas y chinchorros, cuyos signos esconden detrás de
cada “dibujo” un universo de significación. Su estética se aprende en las
alegorías de los cantos nocturnos que entonan los ancianos, cuya filosofía es
un poder que vive y crece en cada ser con el tiempo y la experiencia, pues
tejer no es un oficio profano, en ello está presente su visión, su mitología y
sus creencias.
Referencias Bibliográficas

DELGADO LELIA. Centro de Estudios de Estética Indígena Disponible:


http://esteticapueblosoriginariosvenezuela.blogspot.com/2012/05/textileria-
de-tradicion-venezolana.html correo electrónico: [email protected]

ROLANDO CARMONA, Curador. Tejido y Arte en Venezuela. Publicado por


Lorenzo Davalos. Sept 2010. Disponible en:
https://gpcaracas.wordpress.com/2010/09/04/tejido-y-arte-en-venezuela/
Anexos
Etnia Wayúu – Algunos de los artesanos más talentosos de toda Venezuela

Textilería de tradición venezolana


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