Aprendizaje de La Lecto-Escritura
Aprendizaje de La Lecto-Escritura
Aprendizaje de La Lecto-Escritura
a) Es un proceso psicológico derivado del lenguaje oral que permite plasmar mediante signos
escritos nuestras ideas. correcto
b) Es un proceso psicológico que implica una actividad cerebral independiente que se articula en el
contexto escolar para dar como resultado el desarrollo de la habilidad lecto-escrita.
c) Es una habilidad con la que nacen los niños y que se perfecciona en la escuela.
d) Es una habilidad que se aprende en la escuela por la estimulación que hacen los docentes.
2) ¿Cuál es hemisferio cerebral que presenta una mayor relación con el procesamiento formal del
lenguaje, incluyendo, la lectoescritura?
b) Hemisferio derecho
c) Ambos hemisferios
3)¿Cuáles, de los cuatro lóbulos corticales, se activan ante tareas de lenguaje escrito?
Falso/Verdadero
Falso correcto
Verdadero
Verdadero correcto
3) La capacidad para escribir se soporta sobre la capacidad innata del manejo del espacio.
Falso
Verdadero correcto
Para ello, debemos tener claro que la adquisición de este proceso es posible gracias a la capacidad
innata que tenemos para procesar mentalmente el lenguaje hablado, ya sea para comprenderlo o
para producirlo.
Si bien es cierto que nacemos con una predisposición para adquirir el lenguaje oral
espontáneamente, requerimos de un esfuerzo consciente para aprender cómo emplear su versión
escrita, ya sea a través de la lectura o la escritura.
Ahora bien, este aprendizaje es posible pues lo sustentamos sobre nuestra habilidad natural para
discriminar los sonidos que conforman nuestro lenguaje hablado hablado y pronunciarlos de
manera precisa,
Importante trabajar con los niños en Ruta Fonológica, ya que esto les permite discriminar sonidos,
asociarlos , reconocerlos y finalmente discriminar los que son o no de nuestro idioma, los que son
inventados y demás.
Ejercicios para que los niños escuchen parejas de sonidos e identifiquen los similares, los
totalmente iguales, los totalmente diferentes.
buscamos enriquecer nuestra ruta fonológica al asociar cada sonido o fonema con la letra escrita
que lo representa en el papel.
Esta habilidad nos permite reconocer los sonidos que caracterizan a cada idioma, por tanto, si se le
pide a una persona que teclee la palabra dinosaurio la persona logra convertir esa secuencias de
fonemas en grafemas.
El lenguaje oral, además de posibilitarnos manejar este procesamiento fonológico, también nos
asegura que activemos un segundo procesamiento conocido como ruta semántica.
Esta ruta nos permite acceder al significado de las palabras ya sea que se nos representen de
forma oral o escrita.
Es decir, si le muestro la palabra colibrí ¿podría escoger la opción que define qué significa esta
palabra?
Debido a que su cerebro guarda la relación entre la imagen de zanahoria y esta palabra cuando
usted ve la imagen puede nombrarla, describirla y definirla.
Ahora bien, estas rutas tanto la fonológica como la semántica nos permiten dominar la lecto-
escritura a nivel de la palabra.
Adicionalmente, necesitamos de otros dos procesamientos para leer y/o escribir desde oraciones,
párrafos hasta textos enteros.
Estos otros dos procesamientos son el manejo de la ortografía de las palabras y la construcción
gramatical de oraciones.
Por lo tanto, cuando lee busca encontrar entre las palabras que confirman su vocabulario cuáles
coinciden con el patrón visual que usted detalla en la imagen.
A medida que va descifrando las primeras palabras la definición y el sentido de éstas ayudan a
encontrar más fácilmente las siguientes, pues empleamos la organización de las palabras en una
oración para captar su sentido y facilitar la identificación de las siguientes palabras en la oración y
en el resto del texto.
Para comprender mejor este punto, realicemos el siguiente ejemplo. Para ello lea las siguientes
oraciones:
Como pudieron darse cuenta nuestra capacidad para captar el sentido de oraciones a partir de
elementos clave en una oración nos lleva a interpretar de una forma particular esa secuencia de
palabras.
En nuestro ejemplo, nos permitió comprender tres diferentes significados que tiene la palabra
“sierra”. Por ejemplo, entenderla como una cadena de montañas (a. Vamos a la sierra a visitar a
los abuelos), como una herramienta (b. Tráeme la sierra para cortar madera) y como una especie
de pez (c. Se me antojó comer una sierra).
Retomando el tema de esta primera unidad ¿qué les parece si responden a las siguientes
preguntas?
La primera es: ¿Cuál es el nombre de los cuatro procesamientos que posibilitan la lecto-escritura?
Seguramente usted respondió que los cuatro procesamientos cerebrales que permiten la lecto-
escritura son el fonológico, semántico, ortográfico y gramatical.
a. Semántico y ortográfico
b. Fonológico y semántico
c. Gramatical y fonológico
d. Ortográfico y gramatical
a. Semántico y ortográfico
b. Fonológico y semántico
c. Gramatical y fonológico
d. Ortográfico y gramatical
Cuando leemos y escribimos activamos estos cuatro procesamientos simultáneamente, de allí que
hayamos podido identificar las palabras que conformaban el párrafo anterior, pues activamos la
ruta fonológica y el procesamiento ortográfico para definir las palabras que lo conforman.
VIDEO II
Este entrenamiento significa que buscaremos que circuitos cerebrales que soportan la adquisición
del lenguaje oral por un lado y el procesamiento de información visual por otro también se
vuelvan competentes en el manejo del lenguaje escrito.
Para comprender mejor lo anterior, por favor lea la siguiente oración en silencio y responda la
pregunta que se le propone a continuación:
Pregunta 1: ¿Qué sucede en su mente mientras lee la oración: los tomates son jugosos?
Si usted escogió la opción: fui escuchando en mi cabeza las palabras que iba leyendo, es porque
cuando leemos solemos escuchar cómo pronunciamos cada uno de los sonidos silábicos que
conforman las palabras de la oración, a pesar de que ninguno de ellos los pronunciamos en voz
alta.
Esta capacidad que tenemos para escuchar, digamos mentalmente, los sonidos que conforman las
palabras escritas que leemos se soporta sobre la activación del circuito cerebral que nos permite
comprender y producir lenguaje oral, lo mismo sucede cuando escribimos.
Inténtelo.
(Imagen de un tomate)
Si usted fue capaz de transmitir una idea por escrito, seguramente mientras realizaba el acto de
escribir, usted pudo notar cómo cada palabra que quería escribir iba siendo pronunciada en su
mente.
A esta capacidad de pronunciar en voz alta o silenciosa lo que leemos o escribimos es lo que
consideramos el soporte que ofrece el lenguaje oral a la lecto-escritura.
Ahora bien, para leer y escribir también debemos ser capaces de detallar las características
visuales de las letras que conforman las palabras de nuestro idioma, así como comprender cómo
se distribuyen en el papel.
Para ejemplificar lo anterior, por favor responda a las dos siguientes preguntas.
¿Qué otra palabra se puede armar con las letras que conforman la palabra enigma?
¿Qué palabra completa la siguiente oración: “Camarón que se duerme se lo lleva la ____”?
Pregunta 2: ¿Qué otra palabra se puede armar con las letras que conforman la palabra enigma?
a. Manija
b. Imagen
c. Minga
Pregunta 3: ¿Qué palabra completa la siguiente oración: “Camarón que se duerme se lo lleva la
____”?
a. Vida
b. Corriente
c. Mar
Si sus respuestas fueron imagen y corriente seguramente lo que hizo su cerebro fue activar los
circuitos cerebrales que procesan información visual y que le han permitido, a lo largo de su
aprendizaje, memorizar la forma escrita de las palabras que conforman su vocabulario así como su
distribución en el espacio.
Por tanto, pudo encontrar que otra forma de organizar las letras de la palabra enigma da como
resultado la palabra imagen.
Así como completar el famoso refrán de “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
De allí que también puede escribir en un papel en blanco incluso cerrando los ojos mientras que lo
hace.
Realmente cuando leemos y escribimos, necesitamos activar los circuitos cerebrales del
procesamiento del lenguaje oral y de discriminación de estímulos visuales como las letras.
Además, nuestro cerebro también debe ser capaz de trascender el nivel de comprensión de la
palabra escrita al de la oración.
a. Estar alfabetizado
c. Integrar mi capacidad para comprender y producir lenguaje oral con mi capacidad de discriminar
letras, palabras y oraciones escritas en un papel.
Hasta el momento hemos dicho que leer y escribir significa integrar mi capacidad para
comprender y producir lenguaje oral con mi capacidad para discriminar letras, palabras y
oraciones escritas en el papel.
Ahora bien, eso significa que cuando leemos y escribimos nuestro cerebro debe realizar muchos
procesamientos simultáneos y secuenciales.
Como ustedes bien saben, el cerebro humano está conformado por dos hemisferios, cada uno con
cuatro lóbulos.
Para la lecto-escritura nuestro cerebro debe activar procesamientos simultáneos conocidos como
rutas fonológica y semántica.
La primera ruta (fonológica) se evidencia cuando intentamos leer una palabra nueva, alguna que
no hace parte de nuestro vocabulario.
Como por ejemplo, las palabras chiquilicuatro o entelequia En estos casos somos capaces de
definir cómo suenan estas palabras desconocidas gracias a que la ruta fonológica nos permite
reconocer que los sonidos silábicos que le corresponden a las letras escritas que conforman esta
nueva palabra corresponden a nuestro idioma.
Esto lo realizamos porque esta ruta nos permite aplicar las reglas de conversión grafema-fonema,
que nos permiten memorizar cómo suenan las diferentes sílabas que conforman las palabras de
nuestro vocabulario incluso palabras desconocidas para nosotros como las mencionadas
anteriormente: chiquilicuatro, entelequia.
Por último, activamos áreas parietales para ayudarnos a definir la secuencia temporal en la que se
presentan los sonidos individuales y las sílabas que conforman las palabras que vamos
pronunciando.
Por su parte, la ruta semántica, la cual se activa al mismo tiempo que la ruta fonológica, nos
permite acceder al significado de las palabras que leemos o escribimos.
El sentido y significado está soportado por áreas temporales y frontales, diferentes a las que nos
soportan la ruta fonológica, pero muy cercanas a ellas pues es allí donde se almacenan los
conocimientos que vamos adquiriendo de las palabras que conforman nuestro vocabulario.
Ahora bien, cuando leemos y escribimos realizamos dos procesamientos adicionales a los aquí
detallados. Uno tiene que ver con emplear la correcta ortografía de las palabras que leemos y
escribimos.
El otro tiene que ver con la construcción gramatical de oraciones para transmitir ideas completas.
Nuestro cerebro memoriza cómo escribir correctamente las palabras gracias a áreas del lóbulo
occipital y zonas posteriores del temporal, que se encargan de detallar las características físicas de
las letras que conforman nuestras palabras.
Permitiéndonos, por ejemplo, tener claro que la letra “T” se escribe como una línea vertical
cruzada por una más corta horizontal, o que por ejemplo, en la palabra “árbol” sobre la “a” va una
línea diagonal marcando su acento, incluso que en la palabra “hamaca” ésta inicia con la letra “H”
aunque esta letra no se evidencia en la fonética de dicha palabra.
Esta habilidad tiene que ver con cómo ordenamos palabras principales y secundarias para dar
cuenta de ideas en una oración.
Las primeras son importantes para permitir retener la información que se lee o se escribe, pues
cuando buscamos darle sentido a una oración debemos retener información que varias palabras
nos ofrecen cuando las combinamos en un orden particular.
Entre tanto, las segundas nos permiten centrarnos en la estructura de la oración para anclarlo con
su significado, especialmente porque el giro temporal medial nos permite acceder a los
conocimientos y significados que conforman nuestra memoria a largo plazo.
En este orden de ideas, podríamos decir que las áreas frontales ofrecen un apoyo genérico
centrado en la memoria de trabajo, mientras que las áreas temporales serían especificas en la
medida en que se encargan de integrar el procesamiento lingüístico que realizan de la estructura
de una oración con su significado, tanto de las palabras individuales como de su combinación en
una oración.
De los cuatro lóbulos que conforman el cerebro, ¿cuál es el lóbulo cortical que más regiones activa
al momento de leer y escribir?
Pregunta 5: ¿Cuál es el lóbulo cortical que más regiones activa al momento de leer y/o escribir?
a. Lóbulo occipital
b. Lóbulo parietal
c. Lóbulo temporal
d. Lóbulo frontal
Su respuesta seguramente indicó que es el temporal el lóbulo cortical que más áreas activa en la
lecto-escritura ya que se requiere de sus funciones para lograr los diferentes procesamientos que
la posibilita.
En términos generales, ¿cuál es el papel de cada uno de los lóbulos corticales en la lecto-escritura?
Según esta última pregunta, ya debemos ir teniendo claro que el lóbulo temporal se encarga del
manejo fonológico de las palabras, el lóbulo frontal de su pronunciación.
Por su parte, el occipital realiza el manejo visual de éstas y el lóbulo parietal se encarga de regular
la distribución en el espacio de las mismas.
Según nuestra propia experiencia, en las fases iniciales del aprendizaje de la lecto-escritura
buscamos consolidar la activación de dos circuitos de los cuatro procesamientos que hemos visto
anclados al procesamiento de la lecto-escritura, ¿cuáles son estos?
a. Fonológico y semántico
b. Semántico y ortográfico
c. Ortográfico y gramatical
d. Semántico y gramatical
Sus respuestas debieron marcar la opción de que se trata de los procesamientos fonológico y
semántico.
En este momento debemos tener claro que cuando ya hemos aprendido a leer y escribir palabras
concentramos nuestro aprendizaje de la lecto-escritura en el procesamiento gramatical para
mejorar nuestra comprensión de la lectura y escritura de oraciones.
Cuando visitamos otro país, con un idioma oficial diferente a los que conocemos. Creería que los
cuatro procesos son críticos ya que si no conozco el idioma, tampoco sus sonidos, ni las
significaciones de sus palabras, por otro lado, vemos que cada idioma posee unas reglas de
construcción sintácticas y unas gramaticales. Desconocer el idioma exige que se deba aprender
para que a mediano y largo plazo, los procesos sean exitosos.
Adquisición de la lectura
Desde los primeros días de vida, el niño está expuesto a los sonidos del ambiente incluyendo la voz
humana.
Como la audición se encuentra madura las redes neuronales permitirán la identificación de esos
sonidos, la exposición temprana a los sonidos del idioma le va a facilitar al niño la adquisición.
De ahí que sea tan importante que al niño se le hable claro desde muy temprano, esto facilitará la
precisión en la expresión de las palabras y la compresión del lenguaje.
Por ejemplo, el sonido de la palabra “tetero” está compuesto por cuatro sonidos básicos que se
combinan:
T/e/r/o.
A estos sonidos se les denomina fonemas.
Si escuchamos la palabra, tiene seis sonidos: t/e/t/e/r/o y dos de ellos se repiten: t/e. De esta
manera, el niño logra ir memorizando poco a poco los sonidos que conforman la palabra de su
idioma.
Por la adquisición de esta habilidad usted puede identificar los sonidos que conforman cualquier
palabra.
a. Elefante
b. Dactiloscopio
c. Mamá
d. Pato
Ahora identifique el número de fonemas que hay en cada una de las palabras.
Recuerde que el fonema es el sonido que le corresponde a cada uno de los grafemas, es decir, las
letras.
a. Elefante (_)
b. Dactiloscopio (_)
c. Mamá (_)
d. Pato (_)
Bien, si ha logrado identificar que elefante tiene seis fonemas, dactiloscopio nueve, mamá dos y
pato cuatro esto es gracias a la ruta fonológica.
Ésta se ha ido consolidando por la vía auditiva con la exposición temprana al lenguaje oral y facilita
el reconocimiento de los sonidos que conforman las palabras.
Por otra parte, la ruta semántica se irá consolidando paralelamente en la medida que el niño
observa que los objetos tienen un nombre y una representación.
Cuando el niño escucha la palabra “tete” logra asociar dichos sonidos con una sensación agradable
porque le calma el hambre.
En la medida que esa palabra se repite para el niño se genera la representación mental del objeto
y el significado.
Es así como a través de ese tipo de experiencias el bebé va aumentando su vocabulario y
fortaleciendo la ruta semántica, que luego se irá complejizando con los aprendizajes de la escuela.
Alrededor de los dos años y a medida que el niño va aumentando su vocabulario y su uso
comienza a producir frases.
Veamos un ejemplo: si el niño dice “mamá agua” “quiero tete” “papá eche”
El niño deberá aprender que las palabras se enlazan entre sí con conectores, preposiciones,
artículos para expresarse de manera correcta.
Poco a poco, irá incorporando nuevas palabras y preposiciones que le darán la forma correcta de
expresarse y le permitirá ir consolidando la ruta gramatical finalizando los tres años.
Si el niño ha estado en un ambiente enriquecido, logrará identificar a esta edad el tiempo pasado,
preposiciones como sobre y encima conjunciones como y, entonces, pero, que, el cual, la cual,
porque, donde y de esta manera logrará un uso correcto de las palabras.
Cuando el niño inicia su aprendizaje formal de la lecto-escritura, lleva un par de años entrenando
su cerebro en estos tres procesamientos que son básicos: el fonológico, semántico y gramatical.
Estos tres son tomados del lenguaje oral y son determinantes para el desarrollo del proceso de la
lecto-escritura.
Se espera que el niño a los cinco años haya logrado consolidar todos los fonemas que
corresponden a su idioma y estará listo para iniciar la lecto-escritura.
Dicha adquisición es pre requisito fundamental para una correcta adquisición de la lecto-escritura.
¿Qué implicaciones tendría que el niño haga la diferenciación de sonidos como carro de calo, mesa
de meta y perro de pelo?
Pregunta 2: ¿Qué implicaciones tendría que el niño haga la diferenciación de sonidos como carro
de calo, mesa de meta y perro de pelo?
b. Que logra identificar el o los fonemas (sonidos) que diferencian entre las palabras similares.
c. Podrá escribir palabras a partir de conocer la relación entre sonidos del lenguaje y las letras.
El niño adquiere el código para la escritura desde el lenguaje oral, sin embargo, el proceso no
termina allí.
Las palabras están ligadas a otros contextos y el niño tendrá que comprender que las palabras
pueden cambiar sus significados de acuerdo al contexto o al lugar donde las utilice.
Todo esto hace parte de la compresión del discurso que cada vez se complejiza más en la medida
que avanza en su desarrollo.
En las oraciones “el perro camina por la calle”, “Sara tiene mucha hambre y quiere un perro”
Y en este otro caso: “mi tía pinta al carbón”, “mañana haremos un asado al carbón”
El niño tendrá que descubrir y aprender que las palabras pueden cambiar sus significados
Para ello, debe ampliar su vocabulario y establecer relaciones entre las palabras
Por otro lado, hacia los cuatro años el niño comienza en el jardín a ser expuesto a las palabras
escritas, los objetos que se le presentan tienen generalmente el nombre escrito o cuando está en
la calle identifica lugares y cosas por sus nombres.
Esto es posible gracias a que ha ido generando una memoria visual de las palabras que aparecerán
con frecuencia en su diario vivir, por ejemplo:
El niño hace una lectura pictórica de dichas palabras reconociendo su forma y sus colores,
logrando su identificación gráfica exacta sin ser consciente de cómo se escribe la palabra.
El niño debe adquirir todos los niveles estructurales del idioma para un buen desarrollo de la lecto-
escritura.
Si la expresión final es “me gustan los bananos” a nivel fonológico, los fonemas de la
palabra bananos son: b/a/n/o/
A nivel lexical o del significado, la palabra banano corresponde a la fruta amarilla de sabor
dulce.
Y a nivel sintáctico lógico gramatical, estaría la correcta relación entre las palabras,
La interiorización de todos estos niveles del lenguaje oral facilitan el tránsito hacia la lecto-
escritura.
El proceso de la lecto-escritura toma tiempo, cuando el niño cumple cinco años está listo para
establecer la relación entre los sonidos, que son los fonemas, y las letras, los grafemas.
Este proceso ha requerido todo este tiempo de entrenamiento para que sus áreas cerebrales se
complementen con la información visual y auditiva que recibe para después dar paso a la
comprensión de cómo se forman las palabras mediante la combinación de sonidos y cómo se
representan por medio de grafemas para lograr primero ser leídas y luego escritas.
Recuerde, solo la experiencia permitirá la consolidación de las redes neuronales para el proceso
lecto-escrito debido a que este proceso toma tiempo necesita de la repetición, el ensayo, el error
para que se consolide.
Es vital que en la fase inicial del proceso de la lecto-escritura el niño comprenda cómo se forman
las palabras, es decir, el código escrito que luego le ayudará a comprender cómo se hacen las
combinaciones y así construir oraciones, frases y textos.
Todo este proceso se da paso a paso y en la mayoría de los casos, tomará más de un año lectivo
para que el niño logre consolidar la acción de leer y escribir de manera correcta.
Las dos primeras, la ruta fonológica y semántica, son sumamente importantes para poder
aprender a leer y escribir al nivel de la palabra.
Mientras que las otras dos rutas, la ortográfica y la gramatical, nos permiten aprender a leer y a
escribir tanto oraciones, párrafos, como textos enteros.