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Las diferencias que existe entre estos 3 autores, empezando por Dante, es
probablemente el más cercano a ideas medievales, puesto que su obra se puede leer en 4
sentidos (literal, moral, alegórico y anagógico) inclusive más, el humano (representado por
la figura del propio Dante) está inmersos en esos 4 sentidos, es decir que tiene un papel
importante puesto que trata de hacer una re-invención de varios valores morales cristianos,
y cómo se puede llegar a una salvación. El Decamerón tiene unos objetivos diferentes, ya
que al igual que una gran parte de la tradición renacentista, hay una idea de individualismo
con sensualismo como Burckhardt relaciona, “la exaltación de la naturaleza con la
proclamación del Evangelio de la alegría de vivir y de la «emancipación de la carne». Ataca
al clero, presentando con humor la decadencia de la iglesia cristiana, y a medida que
disminuía la autoridad de ésta se ve sustituía por la antigüedad clásica. El retrato del
Decamerón del siglo XIV es una sensación generaliza de decepción y la secularización de
lo religioso. El fracaso de las instituciones políticas y religiosas. En Cristina de Pizán al
contrario que Dante y principalmente Boccaccio, busca una re-dención de la mujer y las
ideas que se tiene alrededor de ellas, pues en La Ciudad de las Damas, deja en claro como
varios discursos de aquellos hombres ilustrados, son en realidad misóginos y falaces. A
diferencia de los otros 2 autores, busca cambiar y eliminar los prejuicios que se tienen de la
mujer, dejando de un lado el papel que tiene el humano, y preocupándose más por algo en
específico que no solamente afecta a ella en su presente, sino en su pasado y con
intenciones de evitar un que continúe en un futuro.