Bajo La Torah o La Gracia

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¿BAJO LA TORÁ (LEY) O

LA GRACIA?
 (2 Pedro: 3; 15-16) “Tengan presente que la paciencia de nuestro Señor
significa salvación, tal como les escribió también nuestro querido hermano
Shaúl, con la sabiduría que Elohim le dio. En todas sus cartas se refiere a estos
mismos temas. Hay en ellas algunos puntos difíciles de entender, que los
ignorantes e inconstantes tergiversan, como lo hacen también con las
demás Escrituras, para su propia perdición” (B. NVI)

Voy a comenzar este estudio con una pregunta:

¿Por qué cumplir la ley de los hombres te hace un buen ciudadano pero,
cumplir la Torá de YHVH te hace un legalista?   

   Con frecuencia, uno de los argumentos más utilizados por la gran mayoría


de cristianos católicos, ortodoxos y evangélicos de todas las
denominaciones para rechazar la observancia de la Torá de YHVH es la
frase que encontramos en:

    (Romanos: 6; 14) “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues


no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (B. NVI)  

   Sin embargo, lo que muchos ignoran es que este argumento, en su


contexto, es realmente una defensa a la validez de la Torá hoy día.

   Este estudio es, en términos generales, un análisis de Romanos: 6. Sin


embargo, sería un error de mi parte pretender ofrecer un análisis de este
capítulo de forma aislada. Es necesario entender el contexto de lo que
Shaúl está exponiendo para poder comprender el mensaje, de lo
contrario, corremos el riesgo de hacer una interpretación errada del
texto. Por tal razón, incluiré también algunos versículos de otras  secciones de
la carta a los Romanos, así como otros pasajes de las Sagradas Escrituras
que tengan relación con el tema.
   DEFINICION DEL CONCEPTO DE LEY:

  En primer lugar, la palabra Ley viene del griego (nómos), pero no se


refiere a cualquier tipo de ley. Según el diccionario Strong (#3551), cuando
se utiliza en contextos como este, “nómos” hace referencia a la Ley de
Moshe, que no es otra cosa que la Torá de YHVH.

   Sin embargo, la palabra Ley y el término (nómos) se quedan  cortos al


expresar el sentido de lo que es la Torá.

  En lugar de simplemente Ley (que es una muy pobre traducción del


significado de la palabra Torá), vemos que Torá significa: dirección,
instrucción, enseñanza. La raíz de la palabra Torá Strong (#8451) viene de la
palabra hebrea (yará) Strong (#3384), la cual también significa:

1.) Fluir como agua.

2.) Lanzar una flecha.

3.) Señalar o destacar algo con el dedo.

De estos significados podemos deducir que la Torá tiene las siguientes


características:

1.) Es la enseñanza o conjunto de instrucciones de YHVH para nuestras vidas.

2.) Fluye en nuestro interior como agua viva, por medio de Yeshúa.  

(Juan: 7; 38) “De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos
de agua viva” (B. NVI)

(Juan: 4; 14) “Pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed
jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que
brotará vida eterna” (B. NVI)

   Fijémonos que la forma en que debemos creer en Yeshúa es de acuerdo a lo


que dicen las Sagradas Escrituras. ¿Cuáles Escrituras? la Torá.

  La Torá es el dedo de YHVH que nos señala nuestro error y nos muestra
la forma correcta de vivir.

   (Romanos 3:20) “Por tanto, nadie será justificado en presencia de Elohim


por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos
conciencia del pecado”(B. NVI)
   Es la Torá la que nos indica lo que es pecado, es como una flecha lanzada
por YHVH a nuestro corazón, la cual va directo al blanco de nuestras
necesidades. Más adelante ampliaré sobre esto.

DEFINICION DEL CONCEPTO DE GRACIA:

   La palabra Gracia, es definida como: un Favor o Don gratuito concedido


por YHVH para ayudar al hombre a cumplir los Mitzvot (mandamientos).

   Los términos hebreos que usualmente se traducen como Gracia son:


(jen) y (jésed). En griego Gracia es comúnmente expresado como: (járis).
Pudiera ser también traducido como Favor.

   Ahora bien, si nos fijamos en el sentido de esta palabra, notaremos que


el término Gracia no es un concepto pasivo, sino activo.

   La Gracia no es algo que YHVH otorga sin esperar un acto de nuestra


parte; es más bien un favor especial que nos capacita para poder hacer
algo. ¿Y qué es lo que nos permite hacer este favor? Obedecer sus
mandamientos. En otras palabras, la Gracia es el Favor que YHVH nos
otorga, de modo que podamos vivir de acuerdo a sus mandamientos; de
acuerdo a su Torá.
DEFINICION DEL CONCEPTO DE PECADO:

   La palabra pecado viene de los términos hebreos: kjatá Strong (#2398) o


kjattaá (kjattáh) Strong (#2403) y del término griego: jamartía Strong
(#266). En todos los casos hace alusión a una ofensa o
transgresión. Pero, ¿Transgresión a qué o a quién? La respuesta está en:

   (1 Juan: 3; 4) “Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el


pecado es transgresión de la ley” (B. NVI)

ANALICEMOS TODO LO EXPUESTO

   Una vez que tenemos claros los términos Ley, Gracia y Pecado, podemos
comenzar a analizar (Romanos: 6).

(Romanos: 6; 1-2) “¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado,


para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos
muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?” (B. NVI)

   Shaúl comienza realizando una exhortación a vivir en santidad,


apartados del pecado.

   Como había explicado ya, las mismas Escrituras Sagradas definen el


pecado como transgresión a la Torá.

   (1 Juan: 3; 4) “Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el


pecado es transgresión de la ley” (B. NVI)

   De modo que Shaúl no está exhortando a ignorar la Torá, sino a observar


la misma para evitar caer en el pecado.

   (Romanos: 6; 3-11) “¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos


bautizados para unirnos con Mashíaj Yeshúa, en realidad fuimos
bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo
fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Mashíaj
resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida
nueva. En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda
también estaremos unidos con él en su resurrección. Sabemos que nuestra
vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso
perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del
pecado; porque el que muere queda liberado del pecado. Ahora bien, si
hemos muerto con Mashíaj, confiamos que también viviremos con él.
Pues sabemos que Mashíaj, por haber sido levantado de entre los
muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre
él. En cuanto a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en
cuanto a su vida, vive para Elohim. De la misma manera, también ustedes
considérense muertos al pecado, pero vivos para Elohim en Mashíaj
Yeshúa” (B. NVI)

   Este pasaje de la Sagrada Escritura expone un principio muy importante para


el creyente en Mashíaj: La Tevilá en el nombre de Yeshúa.

LA TEVILA EN EL NOMBRE DE YESHUA

  La Tevilá (bautismo) en agua conocido en hebreo como Mikvé


(inmersión), es por naturaleza un ritual de Purificación o Consagración.

   En el contexto de este tema, la Tevilá de la cual Shaúl está hablando


implica un símbolo de muerte y nuevo nacimiento. Esta idea no es nueva
dentro del judaísmo, la Enciclopedia judaica nos explica lo siguiente en el
artículo sobre la Tevilá nota #2: La Tevilá del prosélito tiene como finalidad la
limpieza de la impureza de la idolatría, y la restauración de la pureza de un
hombre recién nacido.

   Esto está implicado en el Talmud (Sota 12b) en referencia a la hija del


Faraón, cuyo baño en el Nilo es explicado por Simón b. Yohai como haber sido
para ese propósito. El baño en el agua constituye un renacimiento, por lo
cual el prosélito es como un niño que acaba de nacer (Yeb. 48b), y él debe
bañarse en el nombre de Elohim (leshem   Shamayim) esto es, asumir el
yugo del reino de Elohim impuesto sobre él por la persona que lo dirige
en el acto de la Tevilá (mabil), o de lo contrario no es admitido en el
judaísmo (Gerim. vii. 8). Por esta misma razón los israelitas antes de la
aceptación de la Torá tenían, según Filón en el Decálogo (“De Decálogo,” ii.,
Xi.), así como según la tradición rabínica, que someterse al rito de la
Purificación (inmersión); vamos a comparar con:

   (1 Corintios: 10; 2) “Todos ellos fueron bautizados en la nube y en el mar


para unirse a Moshe” (B. NVI)

   De modo que lo que Shaúl nos está diciendo es que, al hacer Tevilá en el
nombre de Yeshúa, estamos muriendo a nuestro viejo ser y naciendo
nuevamente. Esto nos obliga a comprometernos a guardar y cumplir todo
lo que Yeshúa enseñó.

Esto tiene varios beneficios:

1.) Al morir, somos libres de la condena del pecado. ¿Por qué? ¡Porque
nadie puede condenar o castigar a un muerto! Por lo tanto, el castigo merecido
por nuestras transgresiones queda sin efecto al morir.

2.) Al volver a nacer a través de Yeshúa, somos una persona distinta;


tenemos una nueva identidad. En otras palabras, es como si nunca
hubiésemos pecado. Por lo tanto, nadie puede condenarnos por lo que nunca
hicimos. En palabras simples, nadie puede hacernos pagar una deuda o
condena por lo que hizo otra persona distinta que, para los efectos, ya está
muerta.

3.) Al asumir esta nueva identidad a través de Yeshúa, ante nuestro Padre
YHVH, somos justificados. En otras palabras, las credenciales de Yeshúa su
justa e íntegra manera de vivir, libre de pecado se aplican a nuestra vida,
haciendo desaparecer todo pecado que había en nuestro antiguo ser.

4.) Esta nueva identidad nos capacita, por medio del poder del Espíritu de
Santidad, para vivir una vida en obediencia a la Palabra de YHVH como
explica Shaúl:

   (Romanos: 6; 7) “Porque el que muere queda liberado del pecado”   (B.


NVI)

   Ya no somos esclavos del pecado; como Shaúl nos explica más adelante,
ahora somos instrumentos de justicia.

   (Romanos 6:20) “Cuando ustedes eran esclavos del pecado, estaban


libres del dominio de la justicia” (B. NVI)

   (Romanos: 6; 12-13) “Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado


reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos. No ofrezcan
los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al
contrario, ofrézcanse más bien a Elohim como quienes han vuelto de la muerte
a la vida, presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de
justicia” (B. NVI)

   Habiendo explicado el principio de la Tevilá y su efecto en nuestra


vida, Shaúl nos recuerda que debemos vivir en santidad y obediencia a la
Torá. Cierto, hemos recibido este Don o Favor que nos ha limpiado de
todo pecado, pero eso no es excusa para vivir ignorando la Torá de
YHVH.
   A través de la Tevilá en la muerte y en la resurrección de Yeshúa, hemos
sido limpiados de todo pecado pero, desde ese momento en que somos
limpios en adelante es nuestra responsabilidad apartarnos del pecado y
vivir en obediencia a su Palabra. Ya hemos recibido las herramientas para
hacerlo; ahora nos toca a nosotros ponerlas en práctica.

EL PECADO YA NO TIENE DOMINIO SOBRE NOSOTROS

   (Romanos: 6; 14) “Así el pecado no tendrá dominio sobre


ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia” (B. NVI)

   Ya que este es uno de los versos más utilizados para argumentar que la
Torá no es válida hoy día, creo que merece especial atención.

   En primer lugar, analicemos el contexto del mensaje. ¿De qué habla Shaúl?
No está hablando de la validez de la Torá, sino de los efectos del
sacrificio de Yeshúa en nuestra vida, el cual provoca que el pecado ya no
tenga dominio sobre nosotros. Por lo tanto, el utilizar este verso para
argumentar sobre la validez de la Torá, es sacar un texto fuera de contexto
para formar un pretexto. Sobre todo cuando es la Torá la que define lo que es
pecado:

   (Romanos: 7; 7) “¿Qué concluiremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De


ninguna manera! Sin embargo, si no fuera por la ley, no me habría dado
cuenta de lo que es el pecado. Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que
es codiciar si la ley no hubiera dicho: No codicies”  (B. NVI)

   Sin la Torá, no podríamos hablar del efecto del pecado, pues no


tendríamos una referencia clara de lo que es el pecado.

   Por otro lado, ya habíamos definido la Gracia como un Don o Favor otorgado
con el fin de cumplir los mandamientos.

   Sin embargo, si realmente la Torá estuviera abolida, ¿para qué nos sirve
la gracia? ¿Qué mandamientos vamos a cumplir, si la Torá está abolida?
¿Ven la gran contradicción? Sin la Torá, la Gracia no tiene sentido, ya que la
Gracia es parte de esas herramientas que YHVH nos ha dado para vivir de
acuerdo a su Torá.

   Lamentablemente, muchos creen que la Gracia es un Don Nuevo que no


existía antes de Yeshúa. Pero la realidad es que la Gracia siempre ha
estado presente.

   Por ejemplo, examinemos brevemente el sistema de sacrificios usados


por el pueblo de Israel desde los tiempos de Moshe hasta la destrucción
del templo. De acuerdo a los  primeros capítulos del libro de (Levítico),
existen 5 tipos de Sacrificios en hebreo Corbanot:

   La palabra Sacrificio en hebreo es Corban.

1.) Ola: Esta ofrenda es enteramente consumida por el fuego en el Altar


(Mizbeaj).

2.) Minjá: Lealtad obsequio. A diferencia de los otros Sacrificios (Corbanot),


que consistían en animales, esta era una ofrenda usualmente de harina llevada
por un hombre de medios modestos.  

3.) Shelamin: Ofrenda de paz. Un medio de expresar agradecimiento a YHVH


en ocasiones de regocijo.

4.) Jatat: Ofrenda por pecado. Una expiación por ciertos pecados cometidos
sin intención por un individuo, incluso el Sumo Sacerdote (Cohen Gadol).
Comprende también las prohibiciones punibles cuando son transgredidas
intencionalmente. Ejemplo: Comer Leudado (Jametz en Pesaj) (Pascua), o
realizar un Trabajo (Melajá) en Shabat.

4ª.) Corban ole veiored: Es un tipo especial de ofrenda por el pecado que
varía de acuerdo con la riqueza del pecador.

5.) Asham: Ofrenda por culpa. Se ofrece como parte de la penitencia requerida


por ciertos actos impropios.

   Cada uno de estos sacrificios tenía un propósito específico. Algunos se


hacían diariamente y otros en las fiestas. Algunos, iban dirigidos a la expiación
de los pecados cometidos. El simple hecho de que YHVH proveyera un
sistema de expiación de pecados nos muestra que su Gracia estaba
presente.

   Sin embargo, si observamos bien, veremos que para una falta voluntaria
en otras palabras, una Rebelión, no hay ofrenda o sacrificio establecido.
Aquellos que se rebelaban contra YHVH y cometían una falta con toda
consciencia de lo que estaban haciendo no tenían forma de redimirla. En
estos casos, solo restaba arrepentirse, acudir con humildad ante la presencia
de YHVH y pedir misericordia por su vida. Es en estos casos donde la Gracia
de YHVH entraba en efecto con mayor peso, la persona dependía
enteramente de que el Todopoderoso obrara a su favor.

   De modo que la Gracia de YHVH no es algo nuevo, es algo que siempre
ha existido.

   Si la Gracia siempre ha existido, ¿Por qué Shaúl nos enseña sobre estar
bajo la Torá (ley) y no bajo la Gracia? Porque el sacrificio de Yeshúa
introduce un elemento nuevo en el proceso de la Gracia. Ahora no es a
través de sacrificios, sino a través de la persona de Yeshúa que recibimos
la Gracia que libera del dominio del pecado.

   Por lo tanto, Shaúl está aplicando el principio de la Gracia de YHVH que


siempre ha existido, al sacrificio de Yeshúa.

   Y ahora la gran pregunta: ¿A qué se refiere Shaúl al decir que ya no


estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¿No se supone que, si la Torá es
válida hoy día, estemos bajo la ley? ¿No es esto una contradicción? La realidad
es que no es una contradicción.

   HAY UNA DIFERENCIA ENTRE GUARDAR LA TORAH Y ESTAR BAJO


LA TORAH

   Voy a ilustrarlo con un ejemplo:

   Aquí en Venezuela, el límite de velocidad en el canal rápido es de 80


kilómetros por hora. Ahora bien, si yo voy en mi vehículo transitando por el
canal rápido a 95 kilómetros por hora, y un fiscal de tránsito me detiene,
hay justificación suficiente para que me imponga una multa. En ese caso,
estoy bajo los efectos de la ley (bajo la ley), ya que quebranté el límite de
velocidad establecido por la misma, y por lo tanto merezco el castigo estipulado
una multa. Sin embargo, si voy transitando por el canal rápido a 80
kilómetros por hora, estoy en cumplimiento de la ley, quiere decir,
estoy (guardando la ley) y por lo tanto el castigo que estipula la ley de tránsito
no me puede ser aplicado.
   De forma similar, al guardar la Torá no estamos bajo la ley, y el castigo
de la Torá no nos aplica (a menos que quebrantemos alguno de los
mandamientos). En adición, la Gracia que nos ha sido dada a través de la
Tevilá en el nombre de Yeshúa, nos ha librado de las consecuencias del
pecado.

   Por otro lado, recordemos que aunque la Gracia de YHVH dada a través


de Yeshúa nos libra del pecado, y nos otorga una nueva vida, es nuestra
responsabilidad vivir una vida recta de acuerdo a las Sagradas Escrituras.
En otras palabras, la Gracia no es una licencia para seguir pecando
deliberadamente. Ni los sacrificios en tiempos antiguos, ni la sangre de
Yeshúa en nuestros tiempos puede cubrir pecados de Rebelión (una falta
hecha con toda consciencia de lo que se hace). Solo el verdadero
Arrepentimiento y la Gracia de YHVH pueden justificarnos de una falta
voluntaria. Y cuando digo arrepentimiento, me refiero a una
determinación sincera de no volver a cometer esa falta en el futuro.

   Una vez que hemos entendido estas cosas, nos damos cuenta que
lamentablemente, aquellos que nos acusan de estar bajo la ley por guardar
la Torá son los que realmente están bajo la misma por no guardarla ni
reconocer su validez hoy día.

   Dice en (Romanos: 6; 15-22) “Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no


estamos ya bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! ¿Acaso
no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son
esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado
que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia. Pero
gracias a Elohim que, aunque antes eran esclavos del pecado, ya se han
sometido de corazón a la enseñanza que les fue transmitida. En efecto,
habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la
justicia. Hablo en términos humanos, por las limitaciones de su naturaleza
humana. Antes ofrecían ustedes los miembros de su cuerpo para servir a la
impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora para servir a la
justicia que lleva a la santidad. Cuando ustedes eran esclavos del pecado,
estaban libres del dominio de la justicia. ¿Qué fruto cosechaban entonces?
¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la muerte! Pero ahora
que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Elohim,
cosechan la santidad que conduce a la vida eterna” (B. NVI)
YA NO SOMOS ESCLAVOS DEL PECADO

   Una vez más, Shaúl nos exhorta a vivir en santidad al recibir la Gracia de


YHVH a través del sacrificio de Yeshúa. Para apoyar su punto, establece
una comparación con la esclavitud: Antes de recibir a Yeshúa, éramos
esclavos del pecado. No teníamos la Gracia de YHVH ni el Espíritu de
Santidad que nos permite vivir una vida íntegra, por lo que el pecado nos
dominaba, y las consecuencias de ese pecado nos aplicaban,
estábamos bajo la ley. Sin embargo, al recibir a Yeshúa, recibimos la
Gracia de YHVH dada a través de Yeshúa, la cual nos capacita para vivir
una vida en santidad de acuerdo a las Sagradas Escrituras.

   En ese sentido, ya no somos esclavos del pecado, sino servidores de


YHVH. El (versículo; 20) puede ser algo confuso en primera instancia:

   (Romanos: 6; 20) “Cuando ustedes eran esclavos del pecado, estaban


libres del dominio de la justicia” (B. NVI)

   ¿Qué quiere decir esto? ¿Significa que nuestro pecado pasa por
desapercibido? ¡NO! Nada tiene que ver con ser libres de las consecuencias
del pecado. Lo que Shaúl quiere decir es que, por cuanto éramos esclavos
del pecado, no teníamos forma de obrar en justicia. No era nuestra
naturaleza. Pero al sumergirnos en Yeshúa, adquirimos una naturaleza
que se inclina a obrar en justicia.

EN CONCLUSION

   Podemos afirmar que estamos bajo la Gracia. Pero esta Gracia no


invalida la Torá ni nos permite pecar deliberadamente. Hemos sido
limpiados de nuestros pecados pasados, y hemos recibido las
herramientas para vivir en integridad de acuerdo a la Torá, pero está en
nosotros hacerlo. Nuestro Mashíaj Yeshúa dijo:

   (Juan: 14; 15) “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos” (B.


NVI)
   ¿Ama usted a Yeshúa? Entonces debe guardar sus mandamientos, que no
son otra cosa que la Torá.

   A través de su Gracia podemos hacerlo.

   (1 Juan: 5; 3) “En esto consiste el amor a Elohim: en que obedezcamos


sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir” (B. NVI)

   Comencé este estudio con una pregunta e igualmente lo concluiré con otra
pregunta:

   ¿Si no existiera la ley, como podría un juez dictaminar la inocencia o


culpabilidad de una persona?

   (Romanos: 2; 12) “Todos los que han pecado sin conocer la ley, también
perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la
ley serán juzgados” (B. NVI)

   (Mateo: 7; 23) “Entonces les diré en su propia cara: Nunca los conocí.


¡Apártense de mí, transgresores de la Torá” (B. KADOSH)

   (Apocalipsis: 22; 14) “Dichosos los que ponen por obra sus


mandamientos, para que obtengan el derecho al árbol de la vida y entren
por las puertas de la Ciudad” (B. PESHITTA)

   “NO GUARDAMOS LOS MANDAMIENTOS PARA SER SALVOS, PORQUE


SOMOS SALVOS GUARDAMOS LOS MANDAMIENTOS”

   “LA VERDAD ESTÁ DISPONIBLE SÓLO PARA AQUELLOS QUE TIENEN


EL VALOR DE CUESTIONARSE TODO LO QUE SE LES HA ENSEÑADO”

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