Yavé, El Dios Que Hace Promesas
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perjuicios que conlleva su abuso. En segundo lugar, la fe en la creación, entendida co- grandes e inescrutables amenazas cósmicas que Israel puede percibir pero no expli-
mo polémica doxológica contra la autonomía humana, puede penetrar en la discusión car. La misma amenaza del caos es más inmediata para Israel en las presiones socio-
de la ciencia y la religión de una forma que no podía el modelo conflictivo de la fe ve- políticas que roban al débil una oportunidad de vivir. Israel conoce el caos también en
terotestamentaria36 • La fe en la creación, con su dimensión ética, puede insistir en que la intimidad de la esterilidad de la familia, en el abandono de la comunidad y en la
la maravilla y el misterio de la creación no invitan a un control prometeico, sino al res- muerte de la persona. Lo asombroso de las controvertidas doxologías de Israel es que
peto, la reverencia y el cuidado del mundo, haciendo que la «fuerza de la vida» no es- éste rechaza las afirmaciones de caos y se niega a acobardarse impotente ante las
té finalmente a disposición del conocimiento, de la administración o de la manipula- fuerzas que anulan su vida. En su audaz testimonio, Israel se aprovechó del ineludi-
ción humana. Así, es sumamente importante el hecho de que la fe en la creación no ble término crear (y sus menos exóticos sinónimos). Al usar tales verbos, Israel de-
llevara a Israel a la autosuficiencia, sino al abandono de sí mismo en la alabanza. clara conocer el nombre del Sujeto lo suficientemente poderoso como para poner en
Al mismo tiempo, hemos de insistir, en todo caso, en que la fe en la creación, a no práctica esos verbos. En ese discurso, se hace retroceder al caos de forma decidida.
ser que se muestre claramente yahvista (es decir, coherente con el resto del testimo- En la práctica, el testimonio proporciona un lugar (un espacio seguro) en que Israel
nio de Israel), está abierta a un uso ideológico. Ello puede ser verdad desde un punto y el mundo pueden ser fecundos y multiplicarse.
de vista político cuando el orden de la creación se equipara con un orden social pre-
ferente, apelando, por ejemplo, a la «ley natural». Tenemos muchas pruebas del ca-
rácter destructivo de tal ecuación. El mismo potencial demoledor también se descu- 2. Yahvé, el Dios que hace promesas
bre en esa especie de inmanentismo que imagina que el poder de la vida es inherente
a la creación y puede ser utilizada por el conocimiento tecnológico sin remitirse al ca- En su más extraño testimonio, el Antiguo Testamento afirma que Yahvé dijo al pa-
rácter ético del don de la vida concedida por Yahvé. Cuando el «poder de la vida» se triarca Abrahán:
separa de las exigencias éticas inherentes al orden de la creación, la muerte adquiere
Juro (Sbj por mí mísmo, palabra del Señor, que por haber hecho esto y no haberme ne-
una enorme y peligrosa fuerza.
gado a tu único hijo, te colmaré de bendiciones y multiplicaré inmensamente tu descen-
Por último, podemos notar que el testimonio de Israel respecto a «Yahvé que dencia como las estrellas del cielo y como la arena de las playas. Tus descendientes con-
crea» no conduce a nada similar a una doctrina de la creación. Como hemos indicado, quistarán las ciudades de sus enemigos. Todas las naciones de la tierra alcanzarán la
Yahvé «crea» por la palabra (Gn 1, 3ss), por la sabiduría (Jr 10, 12) Ypor el espíritu bendición a través de tu descendencia, porque me has obedecido (Gn 22, 16-18).
(Gn 1, 12), de modo que tenemos a nuestra disposición los materiales para la articu-
lación de una doctrina trinitaria de la creación. El Antiguo Testamento, no obstante, Posteriormente, en muy distintas tradiciones Israel apeló nuevamente a esa noto-
en su tendencia doxológica y polémica, deja el asunto mucho menos definido y no ria afirmación de Yahvé:
debe llevarse más allá de ese carácter indefinido. Dicho de otro modo, el testimonio
Para que seas dichoso y entres a tomar posesión de la tierra buena que el Señor prome-
de Israel permanece en el nivel del testimonio, una declaración después de otra. El
tió (sbj a tus antepasados (Dt 6, 18).
oyente puede tejer esas declaraciones creando una unidad, pero tal maniobra herme-
néutica inevitablemente trasciende el testimonio de Israel. Aquí no tenemos ninguna y a nosotros nos sacó de allí para introducirnos y darnos la tierra que había prometido
doctrina o ningún sistema, simplemente declaraciones que insisten en que esta frase (sbj a nuestros antepasados (Dt 6, 23).
afirma un Sujeto-Agente cuya actividad reconfigura de forma decisiva el mundo vi-
tal de los oyentes. La fe en la creación es el lugar donde se ubica esta comunidad de El testimonio israelita de Yahvé como el que hace promesas presenta a éste como
testigos en su resistencia frente a la comprensión de la vida como técnica y en su in- lo suficientemente poderoso y fiable para transformar la vida en el mundo, tanto pa-
sistencia en que la generosidad de Dios anulará la escasez, que es la ideología impul- ra Israel como para todos los pueblos, más allá de las circunstancias presentes de
sora de la codicia, la cual, a su vez, empequeñece la creación y hace que la vida hu- acuerdo con nuevas posibilidades vivificantes. Las promesas de Yahvé mantienen el
mana resulte aún más desesperada. mundo abierto hacia el bienestar, incluso frente a circunstancias letales.
Israel medita sobre el caos existente en medio de su propia vida. No se dedica a
especular sobre la fuente o el origen del caos: el caos simplemente está ahí, en las a) Verbos de promesa
36. Respecto a la interacción de ciencia y religión, en lo que concierne a la creación, cf. las si- El verbo fundamental, sobre el que Israel medita constantemente, es sb' (jurar).
guientes reflexiones: L. Gilkey, Nature, Reality. and the Sacred: The Nexos ofScience and Religion,
Mmneapolis 1993; J. Moltmann, Dios en la creación, Salamanca 1987; S. McFague, Metaphorical Este verbo es lo que hace que este testimonio acerca de Yahvé sea tan extraño, pues se
Theology: Models ofCod in Religious Language, Filadelfia 1983. refiere a unas palabras que proceden de los labios mismos de Yahvé, de modo que es-
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te habla de una obligación consigo mismo (<<Juro por mí mismo ... ») en relación con b) Los relatos ancestrales de la promesa
el futuro de Israel. La frase testimonial aquí recordada no es un acto, a menos que ta-
Los materiales de este extraordinario testimonio de Yahvé como el Dios que hace
les palabras se consideren «performativas», es decir, que realicen lo que afirman 37 •
juramentos solemnes, se ofrecen en los relatos ancestrales del Génesis. Albrecht Alt
Este discurso, en labios de Yahvé, no debe ser reducido a algún tipo de «palabra
ha prestado especial atención a las promesas de las narraciones del Génesis y ha in-
de Dios», como si fuese un principio o un lagos racional. Se trata, más bien, de un
sistido en que realizar promesas es el rasgo característico de Yahvé 39 . Podemos ana-
discurso en voz alta, un juramento hecho en un contexto solemne, en virtud del cual
lizar brevemente algunos de esos discursos de Yahvé en torno a los cuales se organi-
Yahvé se compromete formal y solemnemente con Israel y acepta obligaciones para za el relato del Génesis.
el futuro. Este compromiso de su persona significa que el testimonio israelita sobre
Claus Westermann ha propuesto que la promesa hecha en el relato de Gn 18, 1-15
Yahvé, y de forma derivada su propia vida en el mundo, se centran en algo tan frágil
es quizás la principal expresión de la promesa de Yahvé, porque a diferencia de la ma-
y esquivo, tan solemne y serio, como un juramento formal que Yahvé se ha compro-
yoría de las demás promesas del Génesis puestas en boca de Yahvé, ésta es parte inte-
metido a cumplir. Además, Israel puede identificar el tiempo y el lugar del juramen- gral de su contexto narrativ0 40 • Sin la promesa, no habría relato. En esta narración,
to y el oyente a quien se hizo. Yahvé (o «tres hombres») visitan a Abrahán y Sara en su vejez. El visitante (o los vi-
Los verbos que derivan de o proporcionan un contenido a sb', lo sustancial del ju- sitantes) sólo son reconocidos posteriormente en el relato. Anteriormente (Gn 12, 1-
ramento, son sobre todo «dan) (ntn) y bendecir (brk). Yahvé promete dar, ofrecer gra- 3; 15, 1-6), se ha prometido un hijo a Abrahán y Sara, pero ahora son ancianos y han
tuitamente y garantizar. Israel va a ser el destinatario de un don que es tan cierto co- pasado sus años fértiles. No tienen ningún hijo, ningún heredero y ninguna perspec-
mo la promesa de Yahvé. Moshe Weinfeld ha sugerido que este juramento por parte de tiva de tener uno. Sin un hijo y heredero, no habrá, para esta familia, una futura recep-
Yahvé de otorgar a Israel el don incondicional de la tierra refleja una concesión de tie- ción de la tierra prometida. Las desesperadas circunstancias de Abrahán y Sara que-
rra, por la que un monarca tiene la potestad de entregar una tierra a un súbdito privi- dan de manifiesto en la narración.
legiad0 38 • Así, la oración verbal no es un deseo amorfo, sino un decreto público y so- Sin embargo, el visitante (los visitantes), pronunciando unas palabras, anulan ra-
lemne que proclama ciertos derechos legales y ciertas garantías para el futuro. dicalmente las circunstancias de los ancianos: «Tu mujer Sara tendrá un hijo» (v. 10).
El segundo verbo fundamental (<<bendecir») no es fácil de definir, aunque clara- Ese comentario provoca incredulidad, risa, asombro y burlas. El visitante en absolu-
mente no expresa un mero deseo agradable. Se trata, más bien, de la concesión de una to cede a la incredulidad. Por el contrario, plantea el supremo desafio a la fe de Abra-
fuerza vital, relacionada con lo generativo, el nacimiento y la reproducción. Así, su hán y de Sara: «¿Hay algo dificil para el Señor?» (v. 14). En el relato no se ofrece nin-
uso, por ejemplo en Gn 22, 17, es un acto por el que el poder para dar vida, monopo- guna respuesta41 • Por el momento, Israel ha de convivir con ese interrogante. En la
lizado por Yahvé, es generosamente transmitido a Abrahán y sus descendientes. narración posterior se da la respuesta: Sara tiene un hijo (Gn 21, 1-7). Se ha cumpli-
Con esta secuencia de verbos -jurar, dar, bendecir- nos hallamos, ciertamente, en do la promesa; las circunstancias son superadas por la fiabilidad de Yahvé. Lo impo-
el ámbito del testimonio, pues Israel relata lo que ha oído decir a Yahvé. Todo lo re- sible se lleva a cabo, y la promesa hecha en Gn 12, 1-3 Y Gn 15, 1-6 queda intacta.
lacionado con la vida de Israel en el mundo depende de que esas palabras hayan sido La promesa hecha a Abrahán debe ser trasmitida a su querido hijo Isaac, quien so-
pronunciadas por Yahvé. Por supuesto, más allá de la insistencia de Israel, no tenemos brevivió a las exigencias de Dios sólo de forma maravillosa (Gn 22, 1-14). Ahora, en
pruebas de que Yahvé haya dicho tales palabras. El testimonio de la Biblia tiende a Gn 26, 3-5, la promesa hecha a Abrahán se otorga a la siguiente generación:
hacernos tomar la palabra de Israel como una confirmación de que dichas promesas
Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia os daré estas tierras,
han sido, en efecto, establecidas con una fuerza y una significatividad que aseguran
cumpliendo el juramento que hice a tu padre Abrahán. Multiplicaré tu descendencia co-
el futuro. Más allá de ese testimonio, Israel no puede ofrecer garantías de la afirma-
ción, y ciertamente la investigación histórica no puede llegar al trasfondo de la cues- 39. A. Alt, Essays on Old Testament History and Religion, Oxford 1966, 1-77. La tesis de Alt, sin
tión. Israel sólo puede contar historias que actúen como vehículos de esos discursos duda, influyó en Von Rad, pues éste comprendió el Hexateuco por medio de un esquema de promesa y
cumplimiento. La influencia de Alt, además, llegó por medio de van Rad a Jürgen Moltmann, cuya Teo-
asombrosos y decisivos, que crean la comunidad y generan la historia. logía de la esperanza, Salamanca 61999, está profundamente influida por el énfasis que Van Rad pone
en la promesa. . .
37. Respecto al discurso «performativo», cf. 1. L. Austin, Cómo hacer cosas con palabras, Barce- 40. C. Westermann, The Promise to the Fathers: Studies on the Patriarchal Narratives, Filadelfia
lona 2004. En la actualidad Dale Patrick está trabajando en una teología del Antiguo Testamento des- 1980,11-12, sugiere que esta narración es aquella en el ciclo de Abrahán y Sara en que la promesa es
de la perspectiva de dicho discurso. El titulo provisional es «La retórica de la revelación». intrínseca e integral en el relato. En casi todos los otros casos de los relatos del Génesis, la promesa pa-
38. Respecto al poder del trono de llevar a cabo tal concesión de tierra, cf. M. Weinfeld, The Cove- rece estar añadida a un relato que podría existir sin la promesa; en este caso, no hay narración sin el
nant of Grant in the Old Testament and in the Ancient Near East: JAOS 90 (1970) 184-203, Y de una oráculo de la promesa. Así, en Gn 18, 1-15 podemos tener el relato del más elemental recuerdo de Is-
forma más general S. Booer, The Promise ofthe Land as an Oath (BZAW 205), Berlín 1992. Esta pre- rael respecto a la promesa. . ..
rrogativa real es evidente en el Antiguo Testamento en las relaciones de David con Meribaal y Sibá en 41. Respecto al texto, cf. W Brueggemann, lmpossibility and Epistemology in the Fmth TradlllOn
2 Sm 9,1-13; 16, 1-4; 19,24-30. ofAbraham and Sarah (Gen 18:1-15): ZAW 94 (1982) 615-634.
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mo las estrellas del cielo y te daré todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra re- los adecuados gestos físicos, por los que la siguiente generación se identifica y re-
cibirán la bendición a través de tu descendencia, porque Abrahán me obedeció y guardó cibe la fuerza necesaria para ser portadora en el mundo de ese poder que desafia las
mis preceptos y mandamientos, mis normas y leyes. circunstancias.
Lo sustancial de la promesa es contenido en dos palabras, bendecir y dar, verbos
El juramento ahora hecho a Isaac consiste en «cumplir la promesa» ya hecha a sobre los que Yahvé preside con singular soberanía. El término bendecir revela el po-
Abrahán. Esas palabras perduran para la siguiente generación de esa familia. der divino de dar la vida, que se refiere íntimamente a la generación de la siguiente
Una vez más, la promesa está en peligro, pues la siguiente madre en Israel, Rebe- ola de niños. Así pues, la promesa aparece conectada con la reproducción sexual,
ca, es, al igual que Sara, estéril (Gn 25, 21). Sólo en virtud de la bendición de Dios pues la Biblia sabe (mucho antes que Freud) que está vinculada al misterio central de
nacen Esaú y Jacob. Jacob prevalece sobre su hermano por medio de embustes, pues la vida. Junto a esa intimidad de la procreación de herederos, el verbo bendecir en
la integridad moral no constituye una condición de la promesa (Gn 27, 1-40). Jacob, esoS relatos tiene en perspectiva una nueva vida que ha de ser trasmitida, por medio
ahora en la misma línea de descendencia, recibe la promesa: de Israel, a las naciones. Esas repetidas promesas indican la forma característica en
Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abrahán y el Dios de Isaac; yo te daré a ti y a tu que Israel piensa y habla. Este acto tan íntimo está unido a los procesos reproductivos
descendencia la tierra sobre la que estás acostado. Tu descendencia será como el polvo de Israel, por los que la fuerza de la vida de Yahvé es liberada en el mundo y queda a
de la tierra; te extenderás al este y al oeste, al norte y al SUf. Todas las naciones recibirán disposición de todos. En virtud de esta conexión, Israel recibe una significatividad y
la bendición a través de ti y de tu descendencia. Yo estoy contigo. Te protegeré adonde- una responsabilidad que le transcienden. Y el mundo de las naciones es considerado
quiera que vayas y haré que vuelvas a esta tierra, porque no te abandonaré hasta que ha- ahora como el lugar donde la constante fuerza de la vida de Yahvé se manifiesta. En
ya cumplido lo que te he prometido (Gn 28, 13-15). estas tradiciones de la promesa, a Israel, en virtud de su vida y su obediencia, se le
confia el bienestar de las naciones43 •
La promesa es la misma, aunque varía la redacción: tierra, compañía (<<yo estoy Entre la intimidad de la reproducción y el carácter amplio de la referencia a las
contigo») y la bendición a las naciones. La promesa se mantiene «hasta que haya cum- naciones, ambos bajo la tutela del verbo bendecir, se encuentra el segundo verbo de-
plido lo que te he prometido» (dbr). Una vez más, la promesa se transmite segura- rivado, dar. Yahvé dará, no en primer lugar a todos los ancestros mencionados, no a
mente a la generación siguiente, otra generación que ha nacido sólo gracias al poder las naciones, sino a todo el pueblo de Israel. Y lo que Yahvé ha prometido a Israel es
deYahvé. tierra. Es posible imaginar que esta promesa fue escuchada, acogida y aceptada en
Después de Jacob, el relato del Génesis no dice que la promesa fuese hecha a primer lugar por quienes no poseían tierra, para quienes el don de la tierra era la an-
José, porque José presenta otro género literario. A los hijos de José, Efraín y Mana- ticipación en quintaesencia de toda la vida.
sés, se les da, de hecho, una bendición (Gn 48, 13-14.20). La narración nos sorpren- Así, ya en la primera locución de Yahvé a Abrahán percibimos la extrañeza de
de, porque en los vv. 15-16, incluido entre la referencia a sus nietos, «bendijo a José». este testimonio (Gn 12, 1-3). Yahvé, el Creador de cielos y tierra, el que habita en lo
Jacob bendijo y concedió la fuerza vital, instruyendo a José para que «bendiga a es- alto y es exaltado, tiene un tema característico en su discurso, la tierra44 • La santi-
tos muchachos» (v. 16). Aquí la bendición nuevamente mira retrospectivamente a los dad, por consiguiente, es vinculada a la concreción de la existencia material en el
padres, Abrahán e Isaac. También mira hacia el futuro, contemplando una «muche- mundo. Israel comprende que la vida plena, la vida que Yahvé tiene en mente, re-
dumbre» en la tierra. Como Westermann ha mostrado, la forma del discurso es una quiere de la tierra: un lugar propio que sea seguro, fecundo, estable y productiv0 45 .
promesa juramentada42 •
Lo sustancial del discurso, no obstante, es una bendición, la concesión de la fuer- 43. En la actualidad se acepta normalmente que Gn 12, 1-3 es el texto clave que une la historia del
mundo (Gn 1-11) con la historia de Israel. No es preciso seguir el análisis de las fuentes hecho porVon
za de la vida, como energía, prosperidad, abundancia y bienestar. Yahvé es un Dios di- Rad (en relación con el relato yahvista) para tener en cuenta este aspecto interpretativo. Respecto al ca-
ferente a los demás, que tiene en su poder el don de una vida buena. Todo ello se ha- rácter crucial de ese texto, cf. H. W. Wolff, The Kerygma ofthe Yahwist: Int 20 (1966) 131-158; P. D.
lla en el verbo sb'. El libro del Génesis comprende la importancia de trasmitir el Miller, Syntax and Theology in Genesis XII 3a: VT 34 (1984) 472-475.
44. Respecto a la centralidad de la tierra en la fe bíblica, cf. W. D. Davies, The Gospel and the
solemne juramento de Yahvé a la próxima generación de Israel, pues es este juramen- Land: Early Christianity and Jewish Territorial Doctrine, Berkeley 1974; Id., The Territorial Dimen-
to el que otorga a Israel la fuerza para sobrevivir y prosperar en circunstancias exi- sion ofJudaism, Berkeley 1982; W. Brueggemann, The Land: Place as Gift, Promise, and Challenge in
Biblical Faith, üBT, Filadelfia 1978; y más recientemente, N. C. Habel, The Land is Mine: Six Biblical
gentes y debilitantes. Dicho juramento no es una promesa general que flota en el ai- Land ldeologies, üBT, Minneapolis 1995.
re. Es concreto y específico. Y debe.ser confiado a la generación siguiente, de manera 45. No es posible considerar las promesas sobre la tierra a los ancestros sin referirse, al menos, a
la manera en que esas promesas continúan teniendo su fuerza en relación con el Estado contemporáneo
concreta y formal, ciertamente por medio de un nuevo relato, pero también a través de de Israel. Esa permanente fuerza encuentra constantemente problemas en relación con el Israel de la ac-
tualidad por la percepción de que la apelación ideológico-teológica a las promesas está en gran tensióp
42. C. Westermann, The Way ofthe Promise through the Old Testament, en B. W. Anderson (ed.), con la Realpolitik que actúa claramente en el Estado de Israel. Además, las reivindicaciones teológI-
The Old Testament and Christian Faith: Essays By RudolfBultmann and Others, Londres 1964. co-ideológicas enraizadas en esas promesas se oponen a las reivindicaciones palestinas, que apelan a
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y la tendencia de ese testimonio es a insistir más concretamente en esta conciencia exigencias de la Torá (Dt 1, 8; 6, 10; 29, 13). En la medida en que los antiguos ma-
en cada sucesiva generación. teriales son reutilizados, esas viejas promesas de la tierra se convierten en el exilio en
Además, Israel atestigua no sólo que la tierra es una condición indispensable pa- el cimiento de la esperanza para los que han sido despojados de su tierra y están des-
ra su vida, sino que Yahvé -el promotor de su existencia en el mundo, el sujeto de sus plazados 47 • Es sorprendente que esta comunidad que espera y se mantiene expectan-
verbos más importantes- es el que otorga la tierra. En el testimonio de Israel jamás se te descubra que palabras tan antiguas sean teológicamente dinamizadoras tantos si-
separará ya la soberanía de Israel de la legitimidad de la tierra. Las dos están unidas glos después (Is 43,8; 51,2; 63, 16; Ez 33, 24; Miq 7, 20). No resulta asombroso
por la concreción y la especificidad del discurso que posee la fuerza de un juramen- que, en la tradición cristiana derivada, este duradero discurso de Yahvé a Israel fue-
to. Yahvé, de acuerdo con el testimonio de Israel, avanza a lo largo de la historia obli- se denominado por Pablo «anticipo de la buena nueva» o proeueggelisato (Gal 3, 8).
gado e impulsado por esas palabras. La función y el potencial del juramento es una El juramento de Yahvé es considerado una afirmación de que Yahvé tiene el poder y
preocupación constante de esa comunidad testimonial. Israel está convencido, para el deseo de llevar al pueblo de la promesa a unas circunstancias mejores, indepen-
siempre, de que este Dios no quiere que su pueblo viva sin una tierra segura. Se trata dientemente de que la situación actual pueda indicar lo contrario (cf. Heb 11).
de un aspecto sumamente importante en el autodiscernimiento de Israel. Es también El segundo hecho notable en las promesas de Yahvé a Israel es que aquel sigue ha-
un elemento crucial a la hora de caracterizar a Yahvé como un Dios comprometido ciendo nuevas promesas. No es como si lo dicho en el texto de Génesis fuese la últi-
con la sana materialidad de la existencia humana. ma y más excelsa palabra de Yahvé respecto al futuro de Israel. A lo largo de la vida
de Israel, Yahvé descubre nuevas formas de anticipar el futuro de Israel. Podemos
c) Cumplimiento y esperanza identificar tres tipos de promesas que son generadas en y a través del posterior testi-
monio de Israel, todas ellas derivadas de las promesas fundacionales del Génesis y
Los relatos familiares de Gn 12-50 son el semillero de la fe de Israel en las prome- coherentes con ellas.
sas, del testimonio más extraño de Israel y del surgimiento de Yahvé como un Dios que 1. La promesa a David y a la casa de David puede haber estado intencionalmen-
hace promesas. Desde la base de este testimonio en torno a las promesas le ocurren te anticipada en los relatos de Abrahán tal como nos han llegado o haber sido dada de
dos cosas a Israel, que confia en esas promesas de Yahvé. En primer lugar, en algunas forma retrospectiva dentro de esa tradición. No obstante, el compromiso principal con
ocasiones, Israel advierte, recibe y reconoce el cumplimiento de una promesa. Von la dinastía, que se convirtió en la raíz fundamental del mesianismo posterior, va más
Rad ha indicado que Jos 21, 43-45 es la más clara de esas percepciones46 : allá del libro del Génesis. Así, se pone en boca de Natán la promesa para la dinastía
El Señor dio a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus antepasados. Los israelitas venidera:
la ocuparon y se establecieron en ella... Ninguna de las promesas que el Señor había he- Pero no le retiraré mi favor, como se lo retire a Saúl, a quien rechacé de mi presencia. Tu
cho a los israelitas cayó en vacío; todas se cumplieron. dinastía y tu reino subsistirán para siempre ante mí, y tu trono se afirmará para siempre
(2 Sm 7, 15-16).
En ocasiones, pues, el juramento de Yahvé llega a cumplirse.
En segundo lugar, y de forma más general, Israel espera y está a la expectativa go- No hay duda de que estas palabras de Yahvé fueron consideradas tan solemne y
zosa, perpleja, ansiosamente, pero también con asombro y casi con desesperación, seriamente como las ya expresadas en el libro del Génesis:
porque con mucha frecuencia las promesas aún no se han cumplido, y el juramento de
Una vez lo juré por mi santidad y no vaya mentir a David.
Yahvé ha caído en el olvido. Este olvido caracteriza a Israel como un pueblo de espe-
Su linaje será eterno; su trono como el sol en mi presencia,
ranza, que espera expectante.
como la luna, testigo fiel y permanente en el cielo (Sal 89, 36-38).
Al mismo tiempo, dos cosas ocurren en relación con las promesas deYahvé. En
primer lugar, esas promesas continúan siendo repetidas a lo largo de las generaciones Desde el momento en que estas palabras fueron pronunciadas, la dinastía davídi-
de Israel, de modo que puedan resonar con firmeza a lo largo de la vida de Israel y de ca se convierte en un dato teológico duradero en la vida de Israel.
su continuo testimonio. Así, las promesas a los ancestros se convierten en el funda-
mento de la llamada hecha a Moisés, en anticipación del éxodo (Ex 2, 24; 3, 7.16; 6, 47. 1. van Seters, Abraham in History and Tradition, New Haven 1975, ha insistido de forma radi-
3-8; 33, 1). Las mismas promesas se convierten en el fundamento de las posteriores cal en que esas promesas de la tierra que sirvieron a los exiliados fueron, de hecho, generadas en el exi-
lio y no representan tradiciones anteriores. Aunque las cuestiones relativas a las fuentes y la fecha de
esas tradiciones se encuentran hoy en día en una situación considerablemente fluctuante, las conclusio-
una fuerza ideológica muy diferente. ef. la sensata valoración de este asunto desde una perspectiva nes de Van Seters parecen poco probables. Sin embargo, la interpretación que hago no depende de que
cristiana en W. E. March, Israel and the Politics ofLand: A Theological Case Study, Louisville 1994. las tradiciones sean anteriores a lo que Van Seters acepta. El impresionante programa de publicaciones
46. G. von Racl, Estudios sobre el Antiguo Testamento, 73-76. de Van Seters continúa con los presupuestos de su anterior obra sobre el Génesis.
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2. Dispersas a lo largo de la literatura profética tenemos diversas promesas Así, en cada momento de su vida, Israel vivió con la promesa de Yahvé resonan-
puestas en boca de Dios mismo. Por medio de distintas imágenes y figuras, estas do en sus oídos. Dicha promesa, que desafia toda lógica pero que no podía ser idea-
promesas anticipan un nuevo bienestar para Israel en el futuro. Éstas incluyen, por da por quienes reiteraban el juramento, asegura a Israel que su vida, y finalmente to-
ejemplo, un nuevo bienestar enraizado en Jerusalén como ciudad de la Torá (Is 2, 2- do el proceso histórico, no es un frío y duro despliegue de fuerza y brutalidad. Se
4; Miq 4, 1-5), un nuevo rey que practica la justicia (Is 11, 1-5) Y que asegurará la re- trata, más bien, de un ámbito donde una poderosa intención que desea el bienestar ac-
habilitación de una creación hostil (Is 11, 6-9), una nueva y restaurada tierra fértil y túa de forma resoluta.
productiva (Am 9, 11-15) Y una restauración de la fortaleza y el bienestar (Hab 3, En última instancia percibimos que el carácter promisorio de Yahvé en la posterior
18-19). Desde una perspectiva teológica, lo que importa de esas promesas proféticas, vida de Israel adquirió dos formas diferentes. Por un lado, la promesa fue escuchada
independientemente de su contenido específico o de la época en que puedan ser da- y recibida de una manera que podemos denominar profética y mesiánica. Es decir, las
tadas, es que se sitúan en medio de juicios y amenazas proféticas. Así, por lo gene- promesas divinas serán llevadas a cabo en el horizonte histórico de Israel, en medio
ral, se trata del segundo acto de Dios, después del juicio, en su relación con el recal- de sus instituciones públicas y sus posibilidades. Podemos caracterizar estas prome-
citrante Israel 48 . Esta secuencia, como en Jr 31,27-30, pone de manifiesto que, para sas como proféticas porque lo sustancial de ellas se refiere a una perspectiva pública
Yahvé, juicio y promesa no son opcionales. Yahvé, con el tiempo, hará ambas cosas y concreta de paz, justicia, seguridad y abundancia. Las promesas proféticas que Yah-
con Israel. vé dirige a Israel insisten incesantemente en que las prácticas públicas del poder, en
3. De forma más patente, el exilio se convierte para Israel en un ámbito en que última instancia, se configurarán de acuerdo con el propósito de Yahvé. Dichas pro-
Yahvé hace nuevas promesas. Se trata de un dato teológico de especial importancia. mesas también pueden ser llamadas mesiánicas porque anticipan que la realización
Ni Israel ni el Dios de Israel concederían algo al exilio. Ante una circunstancia suma- del futuro de Dios será llevado a cabo por medio de agentes humanos. Aunque el tér-
mente descorazonadora como esa, Yahvé ofrece las promesas de mayor alcance. Ade- mino mesías se refiere principalmente a la descendencia de David, en Is 45, 1 a Ciro
más de una serie de afirmaciones que garantizan la restauración, la rehabilitación y la el persa se le asigna el mismo rol que estaba previamente en manos de los miembros
vuelta a casa de Israel, hemos de notar especialmente que en medio del exilio, Yahvé de la familia de David. Así, Israel discierne y articula la promesa de forma que este
hace un tipo de promesa muy distinto, que pone de manifiesto una relación íntima y resoluto Dios reclutará a quien sea necesario en el reparto humano para reordenar la
una solidaridad con Israel que se expresa como presencia: «Yo seré tu Dios y tú se- historia de los hombres. Por consiguiente, tanto aquellos que confian en las promesas
rás mi pueblo» (Jr 11,4; 24, 7; 30,22; 31, 33; 32, 38; Ez 11,20; 14, 11; 36,28; 37, como aquellos que nunca han oído hablar de ellas son reclutados para este más am-
23.27; cf. Os 2, 23)49. plio designo de Yahvé.
Es extremadamente importante notar que la mayoría de los textos que contienen Por otro lado, al filo del Antiguo Testamento, las promesas de Yahvé también ad-
esa promesa de presencia se encuentran ubicados en el exilio. La promesa indica que quieren una forma apocalíptica, de manera que la novedad que Yahvé tiene en mente
Yahvé está preparado para someterse, junto a Israel, a las circunstancias del exilio. No no surge dentro de procesos públicos presentes o mediante una actividad humana
obstante, más que someterse, en esos textos se descubre que la presencia misma de efectiva5l • Más bien, en virtud de la intervención soberana de Yahvé, cuya novedad no
Yahvé al lado de Israel en el exilio contiene en sí el potencial de transformar el exi- es extrapolada desde el presente, se dará algo completamente nuevo. Los exegetas ha-
lio en un lugar viable para la vida. Tal presencia puede ser muy bien una promesa más blan de promesas protoapocalípticas, como en Is 65, 17-25, la retórica más propia-
elemental y un compromiso más drástico por parte de Yahvé que su presencia intrusi- mente apocalíptica de Zac 9-14 y el libro de Daniel, que culmina con la más extre-
va 50 . Israel, al aceptar esta promesa de Yahvé, recibió la confirmación de que ni si- ma anticipación de la resurrección de los muertos en Is 26, 19 Y Dn 12,2.
quiera en las circunstancias más dificiles sería abandonado u olvidado por Yahvé. Sin duda, estas dos clases de promesas, expresadas con una retórica muy diferen-
te, actúan con un género muy distinto y en muy diversos contextos sociales. Sin em-
48. Respecto a la configuración canónica de la secuencia de juicio y promesa tras el juicio, cf. R.
E. Clements, Patterns in the Prophetic Canon, en G. Coats-B. O. Long (eds.), Canon andAuthority: Es- bargo, desde una perspectiva teológica no debería insistirse demasiado en la distin-
says in Old Testament Religion and Theology, Filadelfia 1977,42-55. ción entre ellas. Es probable que unas circunstancias históricas más intransigentes
49. Respecto a esta fórmula y su función fundamental en la fe de Israel, cf. R. Smend, Die Bundes-
formel, Zúrich 1963. requieran o evoquen una expresión de la promesa más dramática. No obstante, todas
50. Aunque esta repetida y estilizada fórmula de la alianza está principalmente situada en el exilio las promesas -profético-mesiánicas y apocalípticas, inherentes a la historia o al mar-
y ofrecida en los oráculos de salvación del exilio del segundo Isaías, la promesa de la presencia, a me-
nudo expresada en una frase nominal, es bastante antigua en Israel. Por ejemplo, cf. Ex 3, 11-12 con gen de ella- brotan del mismo Dios, anticipan el mismo resultado y apelan a la mis-
el verbo hyh: «Estaré contigo». Este uso del verbo ofrece el contexto del nombre Yahvé en Ex 3, 14,
que, siguiendo a Cross, hemos entendido como derivado del verbo hyh. Esta promesa de presencia de 51. Gran parte de la reflexión reciente ha surgido como respuesta a la tesis de P. D. Hanson, The
los vv. 11-12, además, es lo que posibilita la abrumadora tarea de enfrentarse al faraón. La misma pro- Dawn ofApocalyptic: The Historical and Sociological Roots ofJewish Apocalyptic Eschatology, Fila-
mesa de presencia es dada en el nombre Enmanuel (Is 7, 14; 8, 8; er. Mt 1,23, que pertenece a la mis- delfia 1974. Pese a que la tesis de Hanson es muy debatida, su estudio ha determinado la configuración
ma trayectona de promesas). de gran parte de la reflexión.
11)4 El testimonio primordial de 1srael
El testimonio en oraciones verhales 195