1 Origen Constructivismo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 6

1.

Origen
El constructivismo es toda una teoría filosófica acerca del conocimiento (cómo las
personas aprenden y adquieren conocimiento) de la que han derivado multitud de
teorías relativas a otros ámbitos, tanto científicos como no científicos. Así,
podemos encontrar enfoques constructivistas en relación con la psicología, la
epistemología, la sociología, la escultura, las matemáticas, la lingüística, el arte, y
en el campo de los procesos de aprendizaje y enseñanza, que es el ámbito que
más nos interesa.

No obstante, debe de quedar claro que se trata de una teoría del aprendizaje, no


de una descripción de cómo enseñar. Generalmente, esta teoría se confunde con
elconstruccionismo de Papert, y, aunque ciertamente están muy relacionados, se
refieren a ámbitos diferentes, ya que el construccionismo es una teoría de
la enseñanza que se basa en la teoría del aprendizaje propuesta por
el constructivismo.

El origen del constructivismo cognitivo, como teoría epistemológica, lo


encontramos a principios del siglo XX; se le atribuye a Jean Piaget, aunque lo más
correcto sería decir que él formalizó el término y demostró la teoría, hasta cierto
punto, con evidencias científicas.

En cualquier caso, Piaget articuló las características principales que van a


relacionarse con esta teoría en todos los ámbitos enumerados antes. En este
sentido, sus aportaciones se centran en la creación de una teoría del desarrollo
cognitivo del individuo por etapas y en el desarrollo de una teoría psicológica del
conocimiento, describiendo los mecanismos por los que el conocimiento es
interiorizado por los aprendientes.

2. Principios fundamentales
La teoría constructivista de Piaget sostiene que los individuos construyen nuevos
conocimientos a partir de su experiencia, por procesos
de asimilación y organización (o acomodación); es decir, es un proceso
(re)constructivo y social.

De este modo, aprender deja de ser un proceso pasivo; el que aprende deja de
ser meramente un espectador pasivo o un recipiente vacío que se va llenando con
lo que el profesor le ofrece. Así, el constructivismo sitúa al estudiante en un papel
activo en el proceso de construcción de su propio conocimiento, incorporando
nuevas experiencias a su marco o estructura cognitiva.

A este proceso de incorporación de nuevas experiencias es lo que Piaget llama


asimilación. Puede ocurrir que las nuevas experiencias nos “hagan ver el mundo
de otra manera”, es decir, que sintamos que nuestra estructura o marco cognitivo
no se corresponde con lo que acabamos de vivir, o que una experiencia nos
cambie la percepción que teníamos de algo en concreto, por lo que será necesario
reestructurar este marco. A este proceso de reestructuración es a lo que la teoría
cognitivista de Piaget llama acomodación o alojamiento. De este modo, “cada uno
individualmente construye significados a medida que va aprendiendo”, Hernández
(2008).

Introducción al enfoque constructivista. 

Estos principios fundamentales del constructivismo como teoría del aprendizaje


tienen sus correspondientes formulaciones en las teorías de la enseñanza
basadas en el paradigma constructivo, cuyo objetivo es la creación de un entorno
pedagógico que favorezca la construcción del conocimiento.

3. El entorno de aprendizaje constructivista


Las principales características de los ambientes educativos pertenecientes a
metodologías pedagógicas basadas en la visión constructivista del aprendizaje
son, según Hernández (2008):

 Proveen a las personas del contacto con múltiples representaciones de la


realidad.
 Las múltiples representaciones de la realidad evaden las simplificaciones y
representan la complejidad del mundo real.
 Resaltan tareas auténticas de una manera significativa en el contexto, en
lugar de instrucciones abstractas fuera de contexto.
 Los entornos de aprendizaje son entendidos como entornos de la vida
diaria o casos basados en el aprendizaje, en lugar de una secuencia
predeterminada de instrucciones para realizar una tarea.
 Fomentan la reflexión acerca de la experiencia.
 Permiten el contexto y el contenido dependiente de la construcción del
conocimiento
 Apoyan la “construcción colaborativa del aprendizaje, a través de la
negociación social, no de la competición entre los estudiantes para obtener
apreciación y conocimiento” (Jonnasen, 1994).

Todas estas características apuntan a los dos principios que rigen los procesos de
enseñanza-aprendizaje desarrollados bajo un paradigma constructivista: se busca
el aprendizaje como un proceso activo y el aprendizaje completo, auténtico y real
(Piaget, 1978).
4. Metodología y objetivos
De acuerdo con lo descrito antes, las metodologías constructivistas se centran en
dos aspectos:

Por un lado, se trata de conseguir un aprendizaje activo y constructivo. Para ello,


es importante el contexto o la situación socio-cognitiva en la que se enmarca un
proceso de enseñanza-aprendizaje. Bajo el paradigma constructivista, toma
especial relevancia la experiencia previa del alumnado, ya que el proceso de
aprendizaje se construirá a partir de este marco cognitivo propio. Igualmente, en el
proceso de asimilación y alojamiento de la información, resultan vitales la
experiencia directa, los problemas, las equivocaciones y la búsqueda de
soluciones. De este modo, la información debe ser introducida como respuesta
para solucionar un problema, es decir, “funciona como una herramienta, no como
un hecho arbitrario y solitario” (Hernández, 2008).

Además, el otro foco de atención de las metodologías constructivistas es facilitar


un aprendizaje completo, real y auténtico. En este sentido, se trata de hacer ver
a los alumnos que su aprendizaje tiene otro fin además de meramente superar un
examen; los conocimientos que están adquiriendo les van a ser de utilidad, tanto
en ese momento como en un futuro, para solucionar problemas o salir de
situaciones en las que van a ver involucrados. Así, hay que enfatizar en menor
grado los ejercicios de habilidades solitarias, e involucrar a los alumnos en
actividades significativas que ejemplifiquen la utilidad de aquello que se desea
aprender, de modo que el individuo interactúe de una manera significativa con el
mundo que le rodea y así vaya construyendo su conocimiento.

Por lo tanto, habrá que hacer hincapié a los alumnos en que perciban la actividad
de manera global, no cada una de las subtareas que se encargan de habilidades
individuales y habrá que ofrecerles actividades auténticas, interesantes y
significativas que den como resultado el desarrollo constructivo del conocimiento.

5. Papel del alumno


En el paradigma constructivista de la enseñanza, el alumno toma un papel central
en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Otras teorías más tradicionales
argumentaban que el aprendizaje se forja a través del paso de información entre el
profesor y el alumno, es decir, los conocimientos se reciben de manera pasiva. El
constructivismo, sin embargo, entiende el aprendizaje como un proceso cognitivo
individual, en el que cada alumno va construyendo su conocimiento, entendido
como creación de significados y asignación de sentidos, y dependiente de la
estructura cognitiva previa del alumno específico.

Los alumnos construyen conocimientos por sí mismos; cada uno individualmente


construye significados a medida que va aprendiendo.
Así, en un entorno de aprendizaje constructivista, los alumnos tendrán que
encontrar por sí mismos la solución a problemas, deberán reflexionar, serán
conscientes de su propio proceso de aprendizaje, tendiendo cierto grado de
control sobre él.

6. Papel del profesor


El papel del profesor bajo esta perspectiva constructivista consiste en crear
actividades de manera global, que sean interesantes, útiles, significativas y
auténticas. Además, deberá fomentar que los estudiantes usen técnicas de
aprendizaje e investigación activas (como experimentos o la resolución de
problemas del mundo real), creando más conocimiento y, posteriormente,
reflexionando y hablando sobre el proceso de aprendizaje de los alumnos: qué
están haciendo, para qué, cómo cambia su entendimiento o percepción del
mundo, etc. En este sentido, deberá comprender los conocimientos previos de los
alumnos, de modo que sea capaz de crear ambientes y actividades que actúen de
un modo u otro en esa estructura de conocimientos previos del alumno, con el fin
de que reflexione sobre ellos y adapte su marco cognitivo a medida que avanza en
su proceso de aprendizaje.

Además, el profesor constructivista motiva a sus estudiantes a evaluar cómo una


determinada actividad les está ayudando a adquirir conocimientos significativos;
hace que se cuestionen ellos mismo y sus estrategias, convirtiéndolos en
“aprendientes expertos”, lo que les provee de aún más herramientas para seguir
aprendiendo por sí solos, es decir, se intenta que los alumnos aprendan a
aprender.

7. Interacción entre estudiantes


La percepción socio-constructivista del aprendizaje enfatiza la importancia de la
parte social del aprendizaje, donde nuestras experiencias previas y las que
vivimos en un momento determinado se enmarcan en un entorno socio-cognitivo
concreto que es el que va a determinar inicialmente nuestra propia comprensión
del mundo y de nosotros mismos.

En este sentido, el constructivismo social fomenta el aprendizaje colaborativo, en


oposición con la visión competitiva de las perspectivas tradicionales, donde grupos
de estudiantes (junto con el profesor) trabajan juntos en torno a unos contenidos,
con el objetivo de encontrar la solución de un problema, en la búsqueda de una
respuesta o en el aprendizaje por descubrimiento, cooperando en sus propios
procesos de construcción de sentidos y significados, y siguiendo con ello un
proceso aprendizaje colaborativo. Así, autores como Duffy y Jonassen (1992)
afirman que estudiantes con diferentes habilidades y contextos socio-culturales
deberían colaborar en tareas y discusiones con el fin de llegar a un entendimiento
compartido de la realidad en un campo específico.
8. Evaluación
En relación con la evaluación bajo una perspectiva constructivista del aprendizaje,
Holt y Willard-Holt (2000) enfatizan el concepto de evaluación dinámica, la cual
consideran un modo de valorar el potencial real de los estudiantes, que difiere
significativamente de los exámenes convencionales. Aquí, la naturaleza esencial
de interactividad del aprendizaje es extendida al proceso de evaluación también,
que es entendida, en lugar de cómo un proceso llevado a cabo por una persona
(el educador), como un proceso de dos direcciones en el que participan e
interactúan ambos, tanto el tutor como los estudiantes.

El rol del evaluador se convierte en uno de entrar en contacto y mantener diálogo


con las personas que están siendo evaluadas, con el fin de averiguar su nivel de
rendimiento en ese determinado momento en cualquier tarea, y ofrecerles posibles
maneras de mejorar ese rendimiento en una próxima ocasión. De este modo, la
evaluación y el aprendizaje se ven como procesos inextricablemente unidos, y no
como procesos separados.

De acuerdo con este punto de vista, los docentes deberían entender la evaluación
como un proceso continuo e interactivo que mide el nivel de éxito del estudiante, la
calidad del proceso de aprendizaje y las características del curso en sí. La
retroalimentación creada por el proceso de evaluación sirve como fundamento
directo para continuar con el desarrollo del curso y mejorar el proceso de
enseñanza-aprendizaje.

9. Constructivismo y las TIC


En los últimos diez años, gran cantidad de investigadores han tratado de analizar
el papel que pueden tomar las nuevas tecnologías en relación con un entorno de
aprendizaje y enseñanza acorde con el constructivismo. En este sentido, la
mayoría de ellos concluyen que los ordenadores suponen un medio muy
apropiado y creativo para que los estudiantes se expresen y demuestren que han
adquirido nuevos conocimientos. Así, las tecnologías proporcionan tremendas
oportunidades a nuestros estudiantes para pensar libremente y usar su
creatividad, además de ser una fuente de información de acceso ilimitado para sus
investigaciones y para examinar sus vidas y experiencias dentro y fuera de la
escuela y una potente herramienta de comunicación e interacción (incluso con
gente externa al proceso educativo).

De este modo, atendiendo a las características mencionadas anteriormente,


existen gran cantidad de aplicaciones relacionadas con las nuevas tecnologías
que tienen un tremendo potencial como herramientas del modelo constructivista
para el aprendizaje, favoreciendo la interacción y el diálogo. Las más destacables
son:
 Las redes sociales, como Facebook, Tuenti o Hi5: actúan como
continuación o extensión del aula escolar, como espacio de interacción, aunque
sea virtual; permiten incrustar imágenes, vídeos, enlaces, etc.
 Las Wikis: web colaborativa que puede ser editada más o menos de
manera fácil por cualquier usuario; no sólo permiten acceder a información, sino
también modificarla, verificarla, ampliarla, etc. Abren un abanico interesantísimo
para el desarrollo de actividades grupales.
 Los blogs: permiten a los usuarios expresar sus opiniones respecto a un
tema que les interese, opinión que luego puede ser comentada o valorada por
otros usuarios. Se podría decir que funcionan como “bitácoras virtuales”.
 Otras aplicaciones de la web 2.0 que favorecen un aprendizaje
constructivista son: google (como punto de partida para todo lo demás), los foros,
chats, Wikipedia, Flickr, YouTube, KioscoTube, Slideshare, etc.
 Además, los hiperenlaces (dentro de una misma página o enlazando a
páginas externas con recursos interesantes) permiten a los alumnos “viajar en un
proceso de descubrimiento” autodirigido.

Por todo lo descrito anteriormente, el constructivismo es a menudo considerado


como la metodología pedagógica y de aprendizaje más adecuada para el e-
learning, ya que ambas concepciones del aprendizaje sitúan al estudiante en el
centro del proceso, otorgándole cierto grado de independencia y autocontrol.
Además, el e-learning permite la posibilidad de seguir un aprendizaje basado en
contextos y en actividades auténticas (reales), donde el estudiante debe
“aventurarse” a buscar información, realizar conexiones y construir conocimiento.
Por último, otro aspecto que ambas tendencias tienen en común es que el
constructivismo considera el aprendizaje como un proceso social, y el e-learning
facilita enormemente la comunicación entre los estudiantes, superando las
barreras espaciotemporales. 

También podría gustarte