Flavia Terigi

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

FLAVIA TERIGI: Licenciada en cs de la Educación / Docente e investigadora de UBA /

Subsecretaria de Educación del GCBA

La educación como práctica política


En ocasiones algunas cosas de tan evidentes dejan de decirse, dejan de afirmarse, y
entonces cuando alguien las vuelve a decir, terminan atribuyéndoselas. La autora
considera que hay que discutir el sentido político de la enseñanza, plantea a la
situación de la educación como una falla política. Con quienes hay que discutir la
enseñanza, es con los planificadores de la educación, con los expertos en política
educativa, con los expertos en los análisis macro, de gran escala, de la enseñanza.
En esta perspectiva, el planeamiento se ocupa de diseñar las condiciones para que
después otros resuelvan el problema de la enseñanza. Es con esta concepción de
política educativa que discutimos aquí.
Ejercicio de análisis para demostrar la idea de que la enseñanza es un problema de la
política educativa:

 Plurigrados rurales: En las escuelas rurales depende la cantidad de chicos que


hay en los grados hay uno o dos maestros que abarcan varios grados, con
problemáticas diferentes. Si bien los contenidos están divididos por grados se
plantea en el aula diferentes problemáticas. Podría darse que a los chicos más
grandes que trabajan más independientes, tienen más tareas para trabajar
solos o menos vinculación con el docente.
Para comenzar este análisis, es necesario pensar que si algo define a la escuela
como institución no es solamente que fines se plantea, sino también que modos de
organización ha alcanzado históricamente para poder lograr esos fines. Estas
formas particulares que tiene la escuela de organizar las actividades de los sujetos
son tan importantes en términos de la formación como los contenidos formales de
la experiencia educativa.
Según Jaime Trilla, autor español, las notas distintivas de la escuela como
dispositivo son las siguientes: constituye una realidad colectiva, se realiza en un
espacio específico (es más, a menudo se le define como una institución de
encierro), actúa en unos límites temporales determinados, define roles de docente
y discente, predetermina y sistematiza contenidos y propone formas de
aprendizajes descontextualizadas.
Una de las características salientes del dispositivo escolar, es la homogeneización. En
realidad, la escuela es posible porque se toman algunas decisiones para homogeneizar
a la población que asiste a ella en calidad de alumnos (uno puede discutir si son o no
adecuadas y cuan adecuadas son, pero son las maneras en las cuales se ha
desarrollado históricamente) Edad vs grado // Primaria secundaria, etc.
La escuela partió de la idea de que agrupar a los niños por edades produce algún
efecto de homogeneización que facilita de alguna manera la enseñanza. Cuando por
alguna razón esto no sucede, cuando la supuesta homogeneidad se rompe, entonces
aparecen los problemas. Esto sucede no porque las escuelas funcionen mal sino
porque las escuelas funcionan del modo para el cual han sido concebido. Las escuelas
han sido armadas para funcionar agrupando por edades a los niños, funcionan con una
estructura graduada, funcionan con la idea de enseñanza simultánea a niños
homogeneizados por la aplicación de principio de escolarización por edades.
Muchas veces intentamos cambiar eso y nuestros deseos es buscar aulas
heterogéneas, mejorar la enseñanza bajo esos conceptos, y entonces postulamos
cuestiones como: la enseñanza personalizada, argumentos flexibles, cantidades de
cosas difíciles de resolver en la práctica, porque lo que hay por detrás son saberes de
que eso en algunos casos no ha funcionado con una lógica de homogeneización.
Estos determinantes, nos permite ver tres corolarios:
1) La persistencia del formato escolar a lo largo del tiempo, y a pesar de la
diversidad de los contextos sociales nos muestra que este formato no resulta
sensible a la relativa flexibilidad. Es decir, nuestro esfuerzo innovador no deja
de encontrarse una y otra vez con los determinantes duros de las practicas
escolares (flexibilidad vs pautas rígidas de aulas / asistencia obligatoria)
2) Existe una relación entre los rasgos del dispositivo escolar y la caracterización
del llamado riesgo educativo “poblaciones en riesgo educativo”. La sobreedad
por ejemplo, en sí mismo no es un problema, lo es en términos de un
dispositivo que ordena por edades y que supone una trayectoria educativa
regular de los sujetos incluidos en nuestras aulas.
3) El ultimo da a la discusión de la educación como falla política, los
determinantes del dispositivo escolar tienen consecuencias sobre los
desarrollos didácticos disponibles en los que se pueden apoyar maestros y
profesores cuando diseñan sus propuestas de enseñanza. Toda propuesta
concreta para mejorar la enseñanza tiene que ser analizada desde la
perspectiva de las condiciones pedagógicas que supone y tiene que ser
acompañada por el desarrollo de los saberes didácticos que requiere. Esto es lo
que suele estar ausente cuando se plantean innovaciones educativas.
Volviendo al caso de los plurigrados (1er colorario) de las escuelas rurales, el
censo de 1994, muestra que el 70% de los maestros que trabajan en escuelas de
plurigrado han tenido o están teniendo allí su primer desempeño docente, es decir
acaban de formarse. Cual es el problema, el maestro tiene que encontrar un modo
de desarrollar contenidos de grados diferentes en condiciones de enseñanza
simultánea, teniendo como herramienta un conjunto de propuestas didácticas
construidas históricamente siguiendo la norma graduada de la escolaridad.
En general los maestros ensayan diversas estrategias para organizar los trabajos en
los grados multiples, buscan definir subgrupos, agrupan físicamente a los chicos
por grado, les asignan trabajos distintos, dividen el pizarrón por grados para
diferenciar. Es muy trabajoso para los maestros, pero a veces es insuficiente,
quedan chicos sueltos sin actividad, con actividades repetitivas o tareas con
consignas poco relevantes para su grado.
En las decisiones que toman los maestros para organizar los grados en el plurigrado,
toman como parámetro muy importante la autonomía de los alumnos. Los maestros
necesitan disponer de más tiempo para trabajar con aquellos chicos cuyo nivel de
autonomía es menor, lo que significa que tienen que encontrar algún modo de
liberarse de la necesidad de atender a todos al mismo tiempo. Los alumnos de los
grados superiores, son quienes en general, muestran mayor autonomía. Es de
destacar que en el fondo no han logrado resolver del todo el problema de la
simultaneidad, lo que han hecho es desdoblarlo en la atención sucesiva de los grupos
escolares. Ahora ¿Qué otra cosa podría hacer el maestro? Tiene una formación
docente basada en la tarea de atender a niños de un mismo grado con ciertas edades
homogéneas. Es aquí donde se vuelve a la idea que el problema lo tiene que resolver
otro nivel no el maestro, por lo tanto es un problema político, al nivel máximo de
planeamiento y política educativa.
IV 2do colorario “Población en riesgo educativo”
Los chicos con sobreedad en la escuela primaria, los adolescentes multirepitentes, las
adolescentes embarazadas, son cuestiones bien distintas, cuestiones que están cada
una de ellas vinculadas con alguno de los determinantes duros del dispositivo escolar.
En un niño con sobreedad en la escuela primaria, lo que hace riesgo es que toda la
didáctica de la primaria esta armada sobre supuestos acerca de lo que es el niño de
cierto grado escolar, supuestos que estos niños desafían las actividades
permanentemente. Los chicos con sobreedad dejan la escuela, cuando la repitencia
sigue siendo constante y la sobreedad se estanca, es porque empiezan a dejar la
escuela, por lo tanto, son chicos en riesgo según la sociología de la educación.
Ahora bien, en todo caso están en riesgo porque nuestro dispositivo escolar esta
armado de tal manera que casi no tenemos tratamientos pedagógicos adecuados y
disponibles para chicos que no responden a la imagen esperada del alumno de un
grado, para estos chicos más grandes que por ahí trabajan. Bajo este pensamiento
podemos observar, cuál es el problema de la adolecente embarazada, este es que
probablemente vaya a faltar mientras dé a luz, que luego por cuestiones vinculadas al
bebe también se ausente. Y he aquí nuestro sistema escolar rígido con una asistencia
sostenida de los estudiantes y netamente presencial.
Entonces o desconocemos la enorme población que tenemos y no aceptamos los
determinantes duros del dispositivo escolar que hay que tensionar para que estos
chicos y chicas puedan estar en la escuela.
Los tratamientos educativos, los modos que históricamente hemos construido para dar
respuesta a la escolarización masiva, son modos que suponen la simultaneidad, el
ingreso a cierta edad, el progreso año a año a un ritmo regular, en los que ser
estudiante es una actividad de tiempo completo y por lo tanto se puede exigir
presencialidad permanente cinco días a la semana por menos cinco horas por día.
Cuando la población no se ajusta por diversas situaciones a eso, nuestros tratamientos
educativos quedan completamente desbordados.
Aun en aquellos que son problemas sociales, lo son en el aula de cierta manera
particular, en relación con ciertas características del dispositivo escolar, que son
aquellas que tenemos que tensionar si nos proponemos incluir a todos en la escuela,
asegurándoles al mismo tiempo los aprendizajes a los que tienen derecho. Porque si
no, desarrollamos una visión más bien hipócrita de la inclusión: los chicos están
adentro de la escuela, pero no damos una respuesta educativa que les asegure los
aprendizajes a los que tienen derecho.

V 3er colorario “Ningún sistema, está preparado ni tiene la flexibilidad suficiente,


para funcionar en condiciones completamente diferentes de aquellas para las cuales
fue generado”
Ninguna escuela está preparada para que no se pueda sostener ni la simultaneidad, ni
la gradualidad, ni la presencialidad, ni ninguna de las cosas que hacen a los
determinantes duros del dispositivo escolar. Estamos en una situación límite para la
escuela, donde nuestra voluntad política de incluir a todos y de asegurarles
aprendizajes a los que tienen derecho, choca con la lógica histórica de un sistema
cuyos determinantes duros son estos que estamos describiendo.
Flavia Terigi finaliza diciendo: Yo no creo que la escuela este cerca de su final, pero
creo que va a convivir con otros modos de educación y que algunos de ellos van a ser
tan legítimos como la propia escuela. Mal puede la política educativa estimar si los
docentes tienen o no las herramientas pedagógicas que necesiten, si la propia política
desconoce la complejidad de la enseñanza y de las propuestas que ella misma realiza.
La política educativa ignorante de las consecuencias didácticas de sus propias
propuestas es la más peligrosa de todas, porque transfiere los problemas a los
maestros y a los profesores.

También podría gustarte