5 Irrupción Del Coloquialismo en Internet

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 28

Lengua y escritura en Internet

La irrupción del coloquialismo en Internet y las nuevas tecnologías


Ángel Cervera Rodríguez
Catedrático de Lengua y Literatura de enseñanza secundaria. Profesor asociado de la
Universidad Complutense de Madrid.
Madrid (España).

1. Introducción

Estamos asistiendo a una transformación en todos los órdenes de la vida —y, sobre todo,
en el de la comunicación— gracias a la revolución tecnológica que ha venido gestándose
a lo largo de los siglos y, con mayor intensidad e impacto, en el XX. Habría que decir que
la electrónica ha originado una auténtica modificación de las tradiciones más arraigadas
mediante el aprovechamiento y el ajuste de las ondas hertzianas, de los satélites
espaciales, del láser, de la fibra óptica, de los chips o de los microchips
(microprocesadores), de la videocámara, del vídeo, de la televisión digital, del teléfono
celular, del CD-ROM, del DVD, de la cibernética, de las redes de información (Internet),
del escáner, del módem y de la webcam (incorporación de la cámara al ordenador).
Estamos en la era de la comunicación electrónica, es decir, de la comunicación sin
fronteras, sólo limitadas por las barreras que nos impone la exigencia de adaptarse a las
reglas propias de las nuevas técnicas en cada momento.

Todos hemos sentido la necesidad de conocer el conjunto de dominios que abarca la


comunicación cibernética y, al tiempo, de interpretar las transformaciones que se están
dando en la vida diaria. Ya estamos acostumbrados a mirar los monitores, como si de una
rutina heredada se tratara; de los paneles luminosos, que nos informan instantáneamente
de todos los acontecimientos, de la publicidad más innovadora; de las pantallas
automáticas colgadas en las paredes de las antesalas de los aeropuertos y estaciones de
tren donde se contemplan ininterrumpidos teletipos; de las fuentes de información
telemáticas e informáticas; de la digitalización de los medios de comunicación,
transmisión, grabación y reproducción; de la televisión interactiva; de la navegación
aérea e interespacial; de la potencialidad memorística de los microchips de los
ordenadores; de la posibilidad de resolver problemas costosos de índole económica,
comercial, bancaria, laboral, administrativa, académica, investigadora... a través de redes
de información capaces de ponernos en contacto desde nuestro medio natural con
cualquier punto del planeta. ¿No parece un sueño inexplicable? Más bien se trata de un
hecho innegable. Hemos entrado en la era tecnológica de la imagen digitalizada1, de la
comunicación interplanetaria, de la imagen real y también de la virtual2. A todo ello ha
de adaptarse el ser humano y, a la vez, debe intentar dar una respuesta acorde con los
tiempos que vivimos y con los venideros. Y, como ha sucedido con otros cambios
históricos, no hemos tenido otro medio de representar y de interpretar la realidad que la
lengua. La lengua es la institución humana más preciada y la que mejor responde a las
expectativas de todo cuanto ideamos, proyectamos y realizamos. La lengua es un medio
esencial de vinculación social y transformación cultural. A través de ella intentamos
reproducir la visión que tenemos del mundo real, de la historia y de la indagación cósmica

1
permanente. A ella remitimos cuando nos interesa conocer lo que no hemos visto ni
hemos vivido ni experimentado.

La lengua es un órgano vital, puesto que se adapta al devenir de la historia, de los


usuarios de una comunidad lingüística y de las transformaciones sociales, culturales,
artísticas, científicas, tecnológicas y cibernéticas. Ya decía W. von Humboldt3 que la
lengua no es ergon (producto), sino energeia (fuerza activa que está al servicio del
pensamiento). Así, la lengua sería el órgano que forma el pensamiento y, a la vez, expresa
el espíritu de los pueblos. El desarrollo cognitivo hizo variar los hábitos de vida y las
técnicas de manifestación expresiva: «de la oralidad a la escritura» mediante un proceso
sucesivo de representación ideográfica (pictográfica, jeroglífica), cuneiforme, alfabética,
silábica, manuscrita, impresa y electrónica.

Partiendo de los límites estrechos que separan la oralidad de la escritura, observamos el


trasvase constante de una a otra. Se constata que el lenguaje usado en las nuevas
tecnologías se surte de registros muy variados. Pero, a pesar de todos los tecnicismos,
términos informáticos, anglicismos, siglas e innovaciones simbólicas, icónicas y
tipográficas, la lengua coloquial ha irrumpido con formas especiales en la comunicación
electrónica y, sobre todo, en las charlas interactivas (chats) por la libertad con que se
mueven los internautas y en los SMS por las relaciones de amistad con que se manifiestan
los participantes y la brevedad del mensaje exigida por el espacio y el coste de la emisión.
En el análisis de todos estos componentes podemos hallar la perversión o la revitalización
de una lengua tan dinámica y de tan profunda raíz cultural y literaria como es el español,
capaz de adaptarse a las nuevas experiencias de los hablantes y de constituir un nuevo
registro que aglutine las fluctuantes innovaciones de la comunicación tecnológica.

2. La coloquialidad en la convergencia de oralidad y escrituridad

Cualquier manifestación, oral o escrita, pertenece a la comunicación lingüística de


carácter fónico o gráfico respectivamente. La modalidad oral se aprende desde niño con
facilidad y va unida a la esencia de la mayoría de los pueblos y culturas; en cambio, la
modalidad escrita, de la que carecen algunas culturas, es un código que requiere un
aprendizaje formal. La modalidad oral es natural, sobre ella se fundamenta la relación
social y se favorece la convivencia. Está orientada a ser representada, es decir, a la
escrituridad4, aunque compartan la función de establecer relaciones sociales5.

Incidiendo en las peculiaridades, la oral utiliza el canal sonoro y auditivo, se proyecta en


un contexto inmediato y tiende a la dispersión en el uso (dialectal, social e individual); la
escrita utiliza el canal visual, recompone el contexto con elementos referenciales, elabora
el mensaje más formalmente y tiende a la neutralización de las variantes. Realmente
escribir no es lo mismo que hablar6. Para escribir se requiere una actitud diferente, un
temple independiente, puntualiza J. Marías7. Con todo no deben oponerse las dos formas
de lengua, hablada y escrita, sino que han de relacionarse entre sí para un mayor
enriquecimiento, como diría P. Salinas8. La escritura no es mera reproducción del sonido,
ni la expresión oral es sonorización de la letra; sin embargo, son modalidades que se

2
corresponden, al igual que sucede entre la representación gráfica (letra, tilde y
puntuación) y la expresión fónica (sonido distintivo o fonema, acento, entonación y
pausas). «Nunca ha habido escritura sin oralidad», dice W. J. Ong9, y añade: «el habla
es inseparable de nuestra conciencia». La escritura intensifica la oralidad. Ambas se sitúan
en planos diferentes, según J. J. de Bustos10, aunque «no estén forzosamente disociados».
Eso sí, hay una gradualidad en el manejo de las técnicas de escritura: si en el mundo
clásico la técnica de la escritura estaba asociada a la retórica y con la imprenta el texto
escrito se difunde hasta adquirir el formato de libro comercial, con la escritura electrónica
los textos se multiplican gracias a la manipulación digital.

La preocupación por el habla o la oralidad es común a filósofos, sociólogos, psicólogos,


antropólogos, etnólogos y lingüistas. F. de Saussure11 llamó la atención sobre la primacía
del habla. Esta idea contribuyó a reconocer el funcionamiento comunicativo del lenguaje
sobre el que se han fijado sucesivamente lingüistas como: E. Benveniste12, E. Coseriu13,
O. Ducrot14, entre otros, cuyos estudios alcanzan el ámbito del análisis del discurso,
entendido como actividad interlocutiva o como acto interenunciativo, al decir de P.
Charaudeau15, y como relación interactiva bilateral, en palabras de T. A. van Dijk 16.

Todo análisis de discurso tiene por objeto el resultado de la comunicación: el texto,


estrechamente ligado al concepto de discurso (Bustos, 1996:38)17. Quiere esto decir que
la lengua centra su estudio en los actos de comunicación concretos, independientemente
de la modalidad de que se trate. Para E. Coseriu (1969: 289) la estilística del habla es
una lingüística del texto. El tipo de discurso que mejor responde a la oralidad es el
diálogo18 y su manifestación más concreta es la conversación, donde concurren todos los
actos de habla en forma de enunciados.

La conversación habría que entenderla como una actividad oral de carácter interactivo
organizada en turnos19 de habla y como una manifestación de la oralidad con
características situacionales y contextuales propias. La proximidad entre la comunicación
oral y la escrita está marcada por la tradición histórico-literaria que responde al intento
de escribir de la manera llana y natural del habla cotidiana. Desde el intento de Juan Ruiz
por reproducir el habla popular del castellano medieval en el Libro de Buen Amor se ha
venido repitiendo la máxima en la rica trayectoria de la literatura escrita en el español
que compartimos: La Celestina, el Lazarillo, el Quijote, La Busca, La Colmena, El
Jarama, Cien años de soledad, La ciudad y los perros, etc., hasta tal punto que muchas
novelas se analizan y se catalogan con el rasgo de coloquiales. Habría que entender la
cercanía entre lengua hablada y escrita como un intento de nivelación por el sentido
democratizador generado en la sociedad de nuestro tiempo. A este respecto podemos
decir que hay una relación estrecha y una implicación interdependiente entre oralidad y
escrituridad e incluso un trasvase de una a otra de manera constante. Cabe reconocer
que ambas modalidades —oral y escrita— responden a espacios comunicativos distintos,
tal como lo entiende P. Chauraudeau, para quien el espacio de la escritura es obra del
sujeto hablante y el espacio de la oralidad corresponde a un mundo compartido al menos
entre dos. Para A. L. García20 hay manifestaciones de conciencia metalingüística
ortofónica que las aproxima: los ideófonos, como correlatos de los ideogramas (tics

3
verbales); los tipos de fonía, como correlatos de tipos de letras; los intervalos pausales,
como correlatos puntuarios; y el multilingüismo fónico, como correlato icónico-simbólico.
De ahí deduce que la oralidad sólo es posible con un código metalingüístico implícito que
se representa mediante un cierto tipo de metalenguaje explícito.

La oralidad empieza a funcionar como la escritura (y al contrario) al oralizar textos, al


transferirse elementos de expresión (los dibujos y las imágenes funcionan en la escritura
como recursos expresivos extralingüísticos, E. Coseriu, 1992:84) e intercambiarse
situaciones espacio-temporales y contextos lingüístico-expresivos. Ahí podríamos situar
la modalidad coloquial21, que está ligada a una comunicación concreta caracterizada por
los siguientes rasgos: ambiente cotidiano, realización espontánea, acción interactiva,
expresión fático-emotiva, construcción elíptico-truncada, léxico argótico-repetitivo, tono
informal y desenfadado. Pero donde mejor se adapta lo coloquial es en el discurso
conversacional, que se construye desde el mundo compartido por la alternancia de
«turnos» (Dijk, 1989:266), considerados como emisiones respetadas por los
interlocutores. A cada una de las emisiones se las denomina «intervenciones» (Briz,
1998:53), formadas por «inicio» (estímulo) y «reacción». Las intervenciones sucesivas
de dos hablantes determinan los «intercambios» y todas, junto con los pares de
adyacencia22 (Dijk, 1989:67), constituyen las unidades de conversación, tanto de carácter
interactivo (o bidireccional): diálogo, intercambio y unidad dialógica, como monologal (o
unidireccional): intervención y enunciado (o acto de habla).

Si tradicionalmente los estudios de lengua se centraban en los textos escritos, en la


actualidad hay un mayor empeño por el discurso conversacional, en su dimensión oral o
escrita. Cada vez es más frecuente la presencia de rasgos coloquializadores (Hidalgo,
1997:14)23 que conforman la coloquialidad de los textos a partir de un proceso de
coloquialización24 que arranca de lo oral y se proyecta a lo escrito con el fin de nivelar las
dos modalidades

También se acepta que en los textos escritos permanece el habla, como forma de
comunicación en el tiempo y en el espacio reflejado por un solo sujeto. Cabe, entonces,
hablar de textualización en el discurso conversacional cuando se recurre en la codificación
del texto oral a rasgos textualizadores de carácter gramatical, semántico y pragmático,
como construcción sintáctica, fraseología, variedad léxica, precisión, referencia y deixis.

En cualquiera de los actos de habla pueden aparecer rasgos coloquializadores (Briz,


1998:42), aunque hay grados de coloquialidad textual con independencia de la modalidad
o género utilizado. Nace así el texto escrito oralizado. Para reconocer los componentes
coloquiales y las implicaciones de los textos hemos de recurrir a las herramientas que
proporciona la pragmática25, encargada del significado intencional y del sentido de la
conducta lingüística. Esta idea deriva de la concepción de los actos de habla (enunciados
o unidades de la comunicación lingüística) iniciada por el filósofo John Austin (1962) 26 y
desarrollada por John Searle (1969)27, al entender que el lenguaje no sirve sólo para
describir el mundo, sino para hacer cosas (hablar es hacer). La pragmática nos predispone
para estudiar cada uno de los actos del lenguaje en uso con todos los factores

4
situacionales y contextuales, que determinan la estructura de la comunicación, entre
ellos: la deixis, la referencia, la intención, la inferencia, la cohesión, las presuposiciones
y las implicaturas28. Es en el acto de conversar donde mejor concurren la mayor parte de
los fenómenos pragmáticos, porque requiere interactuar, negociar, argumentar y
cooperar (Briz, 1998:44).

Para el análisis de una unidad discursiva conversacional hemos de conocer las


convenciones que actúan como indicios y que los interlocutores suelen interpretar
mediante un proceso de inferencia. Así hemos de contar con el principio de cooperación
(o máximas conversacionales)29 de Grice (1975), el principio de cortesía (o máximas en
acción)30 de Leech (1983) y la teoría de la relevancia o pertinencia31 de D. Sperber y D.
Wilson (1986). Es imprescindible en todo caso la cooperación discursiva y también la
complicidad conversacional (Bustos, 1996:42). Esta complicidad es, de un lado,
interlocutivo-extralingüística (relación afectivo-personal, cultural, social) y, de otro,
elocutiva (coparticipación de registro, de léxico y de expresión referencial). Nos hemos
de situar dentro del «marco conversacional» o de la comunicación, en palabras de D.
Tannen (1992)32, para reconocer el desarrollo dinámico y progresivo de la conversación,
que se corresponde con lo que T. van Dijk (1988:36)33 llama tópico (tema) y comento
(rema). En las unidades discursivas son precisos todos los mecanismos de cohesión, pero
quizá sea la repetición el procedimiento que mejor refleje la relación interactiva de los
interlocutores para compartir dominios cognitivos.

En todo acto discursivo —oral o escrito— hay una relación interlocutiva que puede
aproximarse o distanciarse de una u otra en función del grado de coloquialidad o
textualidad que contenga en cada momento. La oralidad y la escrituridad están vinculadas
a las tradiciones textuales más enraizadas en la historia cultural. En todas las épocas ha
habido interés por plasmar la oralidad en el texto escrito como reflejo de modos de vida
y costumbres de los pueblos. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías se ha fomentado
esta tendencia de seguir la máxima de «escribo como hablo» e incluso, yendo más lejos,
«escribo como pienso». Habrá que recurrir a las variaciones de uso de la lengua y a las
peculiaridades de estilo del habla reflejadas en el espacio del texto escrito. En este
proceso de imbricación niveladora quizá se vislumbre un nuevo registro que sintetiza
formas procedentes de otros tantos registros, modalidades e innovaciones idiomáticas.
Pero, aunque estamos asistiendo a una transformación en las técnicas de comunicación,
acierta W. J. Ong (1996:84-85, 130) cuando manifiesta que «lo que ve el lector son
símbolos codificados que evocan en su conciencia palabras reales». Considera la escritura
como un sistema secundario de modelado al que califica de «tecnología». En realidad, la
técnica de la escritura permite la comunicación sin la presencia inmediata de los
interlocutores que precisa la oralidad ni la distancia espacio-temporal. La diferencia entre
la escritura tradicional y la electrónica estriba en que la primera es estable, en tanto que
la segunda es cambiante e incluso virtual. El procesador informático facilita la alteración
en el proceso de codificación y descodificación textual. La red de Internet y de telefonía
móvil nos predispone a la confección de una escritura que reactualiza la comunicación de
base oralizada. A esta operación, siguiendo el planteamiento de Ong (1996:134), habría
que llamarla «oralidad electrónica». Esto propicia una forma nueva de composición

5
tipográfica en relación con el procesamiento, la distribución y el manejo de la palabra
situada en un entorno espacial y en un soporte, distintos.

3. Integración de registros en la comunicación electrónica

Desde hace unos cuantos años nos hemos familiarizado con sistemas de grabación y
reproducción en vídeo, CD-ROM34, memoria RAM35, memoria ROM36, DVD37, sonido
estéreo, sonido tridimensional, imagen digital... y, sobre todo, con la telefonía móvil e
Internet, vías de conexión a distancia y medios de relación multiculturales (cibercultura)
y globalizadores (ciberespacio). Los usuarios nos hemos convertido
en internautas, movilautas y cibernautas, al contar con la existencia de la realidad
virtual. La integración de aplicaciones de distintas tecnologías como ordenador, telefonía,
televisión, vídeo, DVD, módem e Internet nos permite navegar por las autopistas de la
información o superautopistas de la información, siguiendo el criterio norteamericano de
liberalizar todos los servicios de comunicación existentes.

La red de Internet38 y las demás tecnologías se han convertido en una fuente inagotable
de recursos, medios y campos de referencia. Y es la lengua el instrumento capaz de
amoldarse a los usuarios mediante la integración de procedimientos léxicos tomados de
registros idiomáticos diferentes; procesos lingüísticos propios (acronimia, abreviaciones,
cambios de significado de palabras usuales, configuraciones morfológicas, formas siglares,
palabras y expresiones coloquiales...); incorporación de tecnicismos y de palabras
préstamo —principalmente anglicismos—; procedimientos innovadores mediante
símbolos, iconos, códigos gráficos, tipográficos, alfanuméricos, puntuarios, alteraciones
de las formas y del espacio de la escritura...; y otros que reflejan la libertad creativa y
expresiva de los hablantes.

Pero la lengua es el vehículo que mejor refleja todos los recursos, movimientos y cambios
que ofrece la tecnología de la información. Las nuevas tecnologías nos brindan vías de
comunicación más rápidas que las tradicionales (telegrama, fax o carta). Desde Internet
podemos consultar o copiar páginas web y establecer comunicaciones interactivas. A
través de la telefonía móvil39 conectamos con otros usuarios o navegamos por Internet si
están provistos de tecnología WAP40, lo que ha llevado a utilizar los SMS41 habituales entre
quienes manejan el móvil. Precisamente es en los correos electrónicos, en las
páginas web42, en los chats43 y en los SMS donde la lengua adquiere formas peculiares e
integra la nueva dinámica de la expresión electrónica. El usuario, con el marco y las
prestaciones que el soporte le permita, inventa grafos, símbolos, iconos, palabras y frases
que rompen con las convenciones de la lengua normatizadas e irrumpen formas que
fluyen como expresiones espontáneas y libres.

La evolución de la lengua y su adaptación al espacio electrónico es un hecho. La red de


Internet, los nuevos diseños tecnológicos y la economía de mercado están influyendo de
manera apresurada en los cambios de los lenguajes del mundo. El inglés es el idioma que
mejor refleja este movimiento, al tiempo que ejerce una acción imparable sobre el español
y sobre el resto de idiomas como lenguas en contacto, lo que quizás indujo a R. Lapesa44 a

6
decir que todas las lenguas cultas de hoy se internacionalizan e incluso pierden su carácter.
Parece que cada año las tecnologías generan unos 1 000 términos, de los que muchos de
ellos son anglicismos adaptados en nuestra lengua en forma de calco o préstamo.

Es muy frecuente leer en la prensa textos plagados de palabras y expresiones inglesas:


(1) El factor que va a desencadenar el boom de la comunicación; (2) Muchas compañías
crean un web para hacer correo electrónico; (3) Para acercarnos a la comunicación
tecnológica necesitamos ordenador, escáner y módem; (4) Oferta de empleo de Xfera
para documentalist y on-line; (5) Cada vez son más los brokers virtuales europeos que
cruzan los Pirineos en busca de nuevos clientes; (6) Fraudes en las pujas online. Los
anglicismos llegan a otros ámbitos: (7) En las empresas contratan a técnicos en
merchandising y realizan ventas por el sistema leassing; (8) Estamos apuntados a
un club de golf; (9) Se explica su estado si se ha hecho un lifting y compra todos los
productos lights; (10) En todos los portales disponemos de links; y (11) Ha grabado
un videoclip, ha leído un best-seller, ha tomado de postre pudding y se ha presentado a
un casting. El sentido irónico de la canción English power45 va dirigido a criticar la invasión
desmedida del inglés en el español, que es tanto como decir en nuestra vida diaria (12):

Todos hacemos zapping cambiando mucho de canal


somos de lo más destroy si nos da por hacer el animal
a muchísimas revistas se les llama magazines
y a las chapitas de siempre les decimos pins.
Está muy in eso del footing, jogging, surfing, overbooking,
piercing, puenting, marketing y el saltarse los stops,
el travel-check, management, la zona vip, el drugstore,
la mountain bike, el chopped pork, el moviline, me entra la tos.

Pa que hables correcto


tienes que ser bilingüe
dame tus anglicismos
ya ves, colonialismo
(estribillo)

¿Será un pc o será un ordenador? ¿Es de deporte o es sport?


El skateboard no es otra cosa que un puñetero monopatín;
lo que sufren ciertos gilipollas a los que dicen yuppies
es la enfermedad de moda, resulta ser stress;
están ok los duty-free, los backstage, las party-line, los tapperwares,
los cheeseburgers y la mama que me parió,
y los liftings, y los plannings, vuelos charter, los self-service,
los topmodels, Lady Di y el soplagaitas de Elton John,
el aftershave, el tetra-brick, esto es muy cool, eso es muy chic,
el merchandising, la performance, atención que empieza el show.
Enciende el grill, Deborah, Vanessa, Jonathan,

7
la minipimer y los pubs, las snuff-movies ¡vaya flash!
(repetición de estribillo).

La proliferación de formas inglesas ha llevado en muchas ocasiones a realizar


adaptaciones fonéticas literales y se han convertido en palabras populares en el español:
(13) zapping> zapear; chat> chatear; e-mail> emilio; to fly, flip> flipar; CD-ROM>
cederrón; flirt> flirtear; film> filmar; robot> robótica, robotizar; format> formatear,
formato; bit> bites; emotion icon> emoticono, emoticones; ban> banear; gauss> gausio.
A este repertorio se unen palabras de uso común que han pasado al registro electrónico
con significado específico: (14) ventana, portal, servidor, buscador, navegador, menú,
barra de herramientas, disco, bucle, botón, controlador, mensajería, virus, puerto,
plantilla, red, correo, tabla, celda, copia.

La mayoría de hablantes de lenguas naturales han recibido un enorme caudal de términos


provenientes de la informática. El progreso y la difusión de las técnicas de comunicación
e informática han servido para familiarizarse con su propia jerga especializada. A nadie
le extraña hablar de (15) monitor, PC (personal computer), hardware (componentes
físicos de un sistema informático), software (sistema operativo o lógico del ordenador),
procesador Pentium, ordenador, etc. El desarrollo tecnológico en el ámbito de las
telecomunicaciones, al igual que el inglés, ha influido en la configuración de la jerga
informática e internáutica, de tal modo que comparten terminología como
(16) basic, bit, chip, control, driver, edit, frame, login, plugin, Macintosh, Microsoft, mó
dem, mouse, password, windows o hacer un backup de disco duro... Las peculiaridades
de Internet se reflejan también en la proliferación de palabras sintetizadas en siglas (17)
FTP (File Transfer Protocol), TCP o IP (Transfer Control Protocol o Internet Protocol),
WWW (World Wide Web), MAN (Metropolitan Area Network), DVI (Digital Video
Interactive), ECC (Error Chek Correction), http... y la presencia de componentes léxicos
como net, ciber, e, web, com, servi, mail... para la formación de palabras nuevas
(18) psiconet, saniweb, ciberespacio, e-film, e-mail (electronic
mail), servired, servicom (servidor de comunicación), hotmail (de Microsoft). Todo esto
ha influido en un lenguaje que está en constante renovación46 y, al mismo tiempo, ha
calado en el habla usual.

El poder de la publicidad ha incrementado la difusión de los medios de comunicación


electrónica e incluso ha tomado formas propias del lenguaje electrónico. Durante el año
2000 el gasto de publicidad47 supuso en España 1,9 billones de pesetas; a Internet se
destinaron unos 45 000 millones, equivalente al 2,3 % del total. Internet se está
convirtiendo en un instrumento muy poderoso por el creciente aumento que está
adquiriendo la comunicación digital con respecto a años anteriores. Tanto es así que la
publicidad y el marketing serán los negocios más atractivos de la Red, primer medio
interactivo audiovisual. Es cierto que las agencias trabajan con todos los materiales
audiovisuales y de comunicación disponibles, pero las empresas publicitarias están
creando servicios interactivos entre los clientes con el fin de establecer sinergias entre las
campañas offline y online.

8
El mayor problema de la publicidad estriba en la mala fama creada por los spam48, lo que
ha hecho recapacitar a los anunciantes y prever el envío autorizado49 de e-mails a
internautas que manifiestan en formularios de web sus preferencias publicitarias. Esta
idea se basa en la estrategia de todos ganan para dar cumplida respuesta a la máxima
de «usuario satisfecho, cliente seguro». Actualmente el mercado se guía por las letras de
las siglas CRM50. Este sistema ofrece un servicio personalizado, que pone en contacto a
vendedor y a comprador y facilita información de los precios de la competencia.

Internet ya es un mercado de alcance mundial que pone a disposición de los clientes


virtuales todo tipo de productos, empresas y medios de distribución para conseguirlos.
Prácticamente todo es objeto de atención en Internet y terreno abonado para la publicidad.
La guía de los contenidos de Internet es abierta e incluye miles y miles de webs, cuya
relación constituye un departamento comercial mundial sobre casi todas las materias:
arte y cultura, ciencia y tecnología, Internet y electrónica, cine, comunicación, educación,
música, naturaleza, deporte, ocio, política, salud, sociedad, economía, viajes, sexo, etc.
Para entrar en los temas concretos de cada uno de los campos de conocimiento se dispone
de buscadores (http://www.altavista.com/, http://www.google.com/) y de portales
(http://www.terra.com/, http://www.yahoo.com/, microsoft, navegalia). La publicidad
aporta un número extenso de nombres de empresas y marcas (19) Telefónica, Terra,
Indra, Yahoo, Napster, Navegalia, Google, Eresmas; de anglicismos, tecnicismos y siglas
(20) ranking, online, consulting, e-bussiness, web trader, proyectos web, habla con Hi-
Media, MoviStar, Telefónica Data, Redbus Interhouse, IBM e-server, IBS Summit
(Internet Business Solutions).

La influencia de la terminología tecnológica en la lengua usual proveniente de la telefonía


móvil es altamente sorprendente. Y más con la convergencia entre telefonía e informática
que, gracias a la incorporación del protocolo WAP, se producirá el despegue de Internet
móvil. La telefonía imita a la informática y los móviles se nos presentan como PC’s,
pequeños equipos multifuncionales, provistos de chips. Estas dotaciones permiten
conectar con Internet y realizar aplicaciones de SMS animados, denominados
«Iconimations», al combinarse texto, melodías, imágenes, dibujos, gráficos y sonido. Con
la incorporación de los sistemas GPRS y UMTS51, que utilizarán las redes de telefonía
móvil de 3.ª generación, los dispositivos móviles serán, frente a los PCs, los protagonistas
de acceso a la Red52. Muchas palabras del argot de la telefonía han entrado a formar parte
del vocabulario común (21): moviline, el súper online, webs comerciales, movipago,
pagomóvil, tarifa plana, display, tecnología dual, convertidor de divisas, manos libres,
línea ADSL, operador, configuración, motorola, menú, teclado bloqueado, cobertura,
agenda, tecla de navegación, tecla de pantalla, de grabación, de borrado, de apagado y
teclas alfanuméricas para escribir SMS, teléfono portátil, inalámbrico, etc.

En este espacio electrónico se ha creado la necesidad de acomodar muchos usos


lingüísticos no presentes en otros medios y escenarios de comunicación. Y ha sido en la
lengua escrita donde se han asentado los cambios formales, la incorporación de léxico
especializado científico-técnico proveniente del desarrollo tecnológico y de otros registros
adscritos. Con las aportaciones de las formas de habla usual, la lengua en el ámbito

9
tecnológico converge en una modalidad de registro ecléctica en la que podemos encontrar
convenciones sistemáticas y asistemáticas, nuevos campos de referencia, léxico renovado,
vocabulario innovador, formas simbólicas, expresiones reducidas, alteración de las
palabras y diálogos apretados y superpuestos.

4. La pujanza de la lengua coloquial (o coloquialismo) en las nuevas autopistas


de la comunicación

Está muy extendida la idea de que el paso de la oralidad a la escritura con la proliferación
de las nuevas tecnologías se ha reducido ostensiblemente, tanto que habría que hablar
de «texto escrito oralizado» (Yus, 2001:139) por contener estrategias propias de la
expresión oral y por los desajustes que la escritura rechaza. Pero no todos los modos de
comunicación se prestan al mismo tipo de expresión, como sucede con los géneros
tradicionales, por tener una intención y una finalidad distintas. Entre las formas de
comunicación electrónica no es lo mismo configurar una página web que escribir un e-
mail, comunicarse a través de chats, participar en foros o enviar mensajes a través del
móvil. Y, aparte de la ausencia espacial y de la asincronía comunicativa, en la composición
de los mensajes intervienen también el grado de conocimiento existente entre los
supuestos interlocutores y la predisposición a la hora de enviar los mensajes.

Es importante contar con el contexto situacional, sociocultural, existencial, psicológico y


lingüístico. Cada hablante dispone de una información que le ayudará a prever las
posibilidades que convergen en cada situación concreta. Ante la ausencia en Internet de
información contextual, se hace preciso recurrir a las presuposiciones en los intercambios
conversacionales y a la inferencia53 para reconocer la relevancia de información, de la que
habla Sperber (1994), y de la doble intención ya informativa, ya comunicativa (Yus,
2001:29). La telefonía móvil permite la transmisión de imágenes y mensajes; Internet y
su espacio —el ciberespacio virtual—, conectado por servidores permite la creación de
páginas web, enviar correo electrónico, entablar conversaciones virtuales (chats) y
participar en foros de debate. Tienen en común que son formas de comunicación en
Internet54, pertenecen a la comunicación electrónica, se proyectan asincrónicamente y
recurren a un lenguaje ecléctico con introducción de rasgos coloquiales y personales que
moldean la expresión.

Internet es una tecnología, entendida —en palabras de A. Bialakovsky55 y otros— como


«una relación social que se constituye a partir de un sujeto, una máquina y un saber que
media entre ellos». Sin que lleguen a confundirse, están presentes el saber tecnológico
(hard, soft...), los sujetos sociales y el imaginario tecnológico (relación del sujeto con la
técnica y los objetos tecnológicos). A partir de ahí el tiempo y el espacio se van a
interpretar como escenarios virtuales y particulares. Cada individuo es dueño de la acción
del tiempo (aun siendo discontinuo) y del espacio, de tal manera que una persona con
una dirección única y un dominio concreto puede estar ubicada físicamente en cualquier
parte del planeta. Precisamente entre las características que vinculan al teléfono y a
Internet se situarían: la disociación de estar y estar físicamente, la libertad y la
descentralización. Sólo la religión y la regulación legislativa pueden limitar el uso de

10
Internet (Cafassi, 1997:90). Conectar con Internet es entrar en la Red mediante un
ordenador, un módem, un software de conexión a Internet, una línea telefónica o una
RDSI56 y un proveedor o servidor. Una vez dentro disponemos de variados servicios, entre
ellos: entrar en una página web57 sin que ello signifique que haya interacción sincrónica
como sucede entre el escritor de un libro y el hipotético lector heterogéneo; navegar 58 a
través de un medio informático e inscribirse en listas de distribución para recibir mensajes
del resto de componentes del grupo. Pero caben otras operaciones, como:

4.1. Correos electrónicos (e-mails)

El correo electrónico es una de las formas de comunicación de Internet más utilizadas


que ha venido a sustituir a la carta convencional. Puede definirse como una forma
asincrónica de comunicación electrónica, que permite la relación entre personas no
presentes. En ella convergen aspectos del texto escrito (separación espacio-temporal de
los interlocutores, representación gráfica, simbólica e icónica...) y rasgos del uso oral
(estilo informal, emotividad, repeticiones, modismos, estereotipos, construcción poco
elaborada, ortografía, implicaciones...). Ahora bien, en función de la finalidad, del grado
de relación, de la proximidad y del conocimiento compartido el correo puede presentar
diferentes grados de formalización al igual que sucede en las cartas (comercial, amistosa,
amorosa, humorística, formalista o literaria). El tipo de carta y el remitente determinan
en parte la relevancia informativa.

En el correo electrónico los interlocutores afrontan una información escasa del entorno
cognitivo, se sitúan en espacios físicos diferentes, la comunicación es escrita por teclado
y es difícil obtener plenamente las connotaciones paralingüísticas y los datos de las
personas referidos a sexo, raza, grupo social, nivel económico e ideología. Hay una
aparente despersonalización y una creación de espacio simbólico construido por la
interacción (Yus, 2000: 62). Los usuarios suelen compartir algunos supuestos, es decir,
se produce algo cercano al feedback, procedimiento propio de la interacción. Está
integrado por la dirección electrónica (22) [email protected]
/[email protected] / [email protected]: nombre del usuario individual,
símbolo de @59, nombre familiar-grupo o dominio del servidor separado por puntos y el
código de la extensión del país .es, .it o la extensión generalizadora .com u otros
dominios como el de la red .net y la ventana Mensaje60 que incluye: Desde (from): campo
que contiene la dirección del remitente; Para (to): campo que contiene la dirección del
destinatario; Asunto del mensaje: es opcional; Área del mensaje: texto que se envía;
Barra de herramientas donde se hallan las funciones de escritura; y Barra de herramientas
de formato: funciones de procesador de textos.

El correo electrónico61 contiene la estabilidad del soporte escrito y la informalidad de la


lengua oral. Para suplir la carencia de información no verbal se recurre a estrategias
sustitutivas como iconos, dibujos, símbolos y otras marcas e incluso, como sucede en las
cartas convencionales, a notas de humor y a expresiones afectivas.

4.2. Foros de debate: MUDs62

11
Se trata de verdaderos programas de Internet que presentan la interacción virtual de
actos de habla entablados entre personajes ocultos tras un seudónimo. La identidad
virtual se obtiene a través del intercambio de escritos para mantener los temas de debate
en la comunicación asincrónica. En los foros se exige un conocimiento compartido por los
usuarios, que suele venir dado —son frecuentes los debates propuestos en radios— por
el planteamiento de un tema para su discusión. Lo característico es que no establecen
turnos de habla, sino que los participantes envían sus opiniones en mensajes, a modo de
multílogo simultáneo o sucesivo, aunque se secuencian por orden de intervención. Es éste
un modo de participación e intercambio informativo capaz de constituir grupos de
discusión (news) abiertos. En esta relación interactiva hay que contar con varias de las
estrategias discursivas, entre las que destaca el principio de cortesía63.

Los foros de debate, generalmente, están precedidos de propuestas de temas que


constituyen las guías de los foros según orden de llegada. Los temas se enuncian
mediante frases abreviadas al estilo periodístico. En el FORO164 observamos algunos
modos de proceder: (23) (a)>Re(mitente): Amstrong da miedo! / (b) >Re: Busco amiga-
ciclista en Mallorca / (c)> Re: Busco amigos que hayan hecho el camino de Santiago / (d)
> Re: Vendo bicicleta oficial de ibanesto.com. (e) > Re: Clasificación del Tour / (f) > Re:
Olano sí o no?. Se trata de enunciados breves, genéricos (a, b c, d) y nominalizados (e,
f): el (a) es declarativo; los (b, c, d) son reiterativos y expresados en 1.ª persona con
sentido apelativo; y el (f) es interrogativo, pero sin signo de apertura. En medio de las
sugerencias temáticas se intercalan respuestas y opiniones de otros participantes, como
(24) (a)> Yo lo que creo es que esta mejor organizado los foros de Segundos Fuera,
porque aqui no me entero / (b)> quiero saber página web marca etxondo: en (a) hay
falta de concordancia sintáctica entre S-P y ausencia de acentuación; en (b) se enuncia
como un eslogan publicitario, hay ausencia de determinantes e inclusión de voces de
marca con grafía peculiar tx (ch).

En el FORO2 aparecen enunciados para solicitar ayuda, criticar o presentar quejas acerca
del funcionamiento de la Red (25) (a) >Re: Problemas con los bandalos ayudaaaa / (b)
> Re: Estoy hasta el moño de Terra / (c) > Re: Sacarme de una duda... / (d) > Re: ¿Terra
o navegalia-airtel xa tarifa plana? / (e) > Re: Terra se pasa mogollón con lo del correo.
Dominan en (25) las expresiones breves, pero dotadas de un alto valor expresivo y
coloquial, hay rasgos fonéticos, como la prolongación de vocales en (a), frase inacabada
en (b), abreviación de palabras “xa=para” en (d) y valor intensificador de palabras en (a),
(b) y (e) claramente coloquiales «bándalos, hasta el moño (‘harto’) y mogollón». Algunas
de las expresiones están construidas dentro de la formulación coloquial: (a) «problemas
con los bandalos» (sin tilde), (b) «estoy hasta el moño», (c) «sacarme de un duda» por
«sacadme de una duda» al tener el infinitivo valor de imperativo y (e) «Terra se pasa
mogollón», que tiene un valor semántico equivalente a «Terra abusa o se excede». A su
vez arraiga en los mensajes el vocabulario de nombres de empresas, portales o
servidores: Terra, navegalia-airtel, e incluso formas nominalizadoras constituidas por
«sustantivo + adjetivo» como «tarifa plana». A ello se une la arbitrariedad en las grafías
(mayúscula-minúscula) y la constante ruptura o ausencia de puntuación: el signo de
cierre de admiración e interrogación, la repetición de dos o cuatro signos correlativos y la

12
secuencia de palabras sin ningún signo de puntuación (coma, punto y coma...) que oriente
la acertada interpretación de frases. Tal como constatamos el usuario de Internet en los
foros se comporta como un hablante que maneja la lengua coloquialmente en la
configuración fónica de palabras y frases (alargamiento de vocales, abreviación de
palabras); en la construcción sintáctica (adecuación al modus, brevedad, nominalización,
frases inacabadas); en la utilización de un vocabulario directo, intensificador y expresivo;
en la ruptura o ausencia de puntuación y acentuación; y en el orden pragmático, la
incompleta cohesión interlocutiva va ligada a la presencia de los actos ilocutivos del
lenguaje. La relevancia informativa de estas conversaciones se sitúa en el interés por
resolver dudas, opinar o protestar. Aunque no haya una interacción plena, la relación
entre los usuarios de estos foros está marcada por el descuido en la expresión, la ausencia
de componentes de grosería y el cumplimiento básico del principio de cortesía.

4.3. Conversaciones virtuales: chats

Son charlas orales en soporte escrito, que en el argot de los internautas se conocen
como chats. Estas charlas permiten en tiempo real una interacción viva entre los usuarios
que se conectan. La conversación debe ser breve y directa, de tal manera que en la
ventana de conversación no se suele escribir más de tres líneas; por eso la brevedad es
esencial. La identidad virtual se consigue a través del intercambio de escritos con otras
personas; esto se logra respetando los turnos de habla (o texto escrito), aunque requiere
un reajuste en la efectividad de nuestras inferencias y en la validez de supuestos
compartidos.

Con los chats65 pueden establecerse relaciones interactivas a modo de comunidad virtual,
cuyo análisis nos permitirá conocer las implicaciones pragmáticas que concurren en una
forma de oralización textualizada preferida por los usuarios de Internet. Tener que
comunicarse de manera textual en el chat marca la diferencia con respecto a la
conversación cara a cara, pero otorga un carácter de texto escrito oralizado. La
comunicación en los chats está marcada por la disminución de la información del contexto
social, del entorno físico, de la impersonalidad y de la falta de compromiso por parte de
usuarios desconocidos que se enmascaran en el anonimato. En el chat las estrategias de
conversación y el recurso a los turnos de habla están condicionados por el software que
gestiona la interacción virtual (Yus, 2000: 93). Pero, si en las conversaciones en que los
interlocutores están presentes físicamente se producen interrupciones, solapamientos,
rupturas temáticas y tonales...; en los chats se pueden seguir enviando textos sin que los
mensajes de los demás se vean interceptados.

Interesa observar la proximidad existente entre la oralidad y el texto escrito en las


conversaciones virtuales, cuya comunicación verbal y no verbal (expresividad,
paralenguaje) se pretende recomponer mediante recursos visuales y simbólicos.
El chat es un ejemplo de discurso electrónico que tiene la necesidad de reflejar la ausencia
de información paralingüística (tono, énfasis, gestos, expresividad...) mediante la
tipología gráfica, la simbología expresiva y los recursos puntuarios que, a juicio de J.
Polo66, no se trata de insuficiencia del sistema de puntuación español necesariamente,
sino de infrautilización de sus múltiples posibilidades. F. Poyatos67 habla de otras

13
convenciones de signos gráficos que reflejan en la escritura la expresividad de la oralidad.
Por eso, la ausencia de elementos auditivos en el chat se compensan con recursos
tipográficos, puntuarios, iconográficos y simbólicos. En las manifestaciones verbales y no
verbales de los chats hay siempre una intencionalidad. La conexión entre intencionalidad
y conducta no verbal se presenta —esquema de Ekman y Friese, 1969, reproducido en
Yus, 2000: 125-138— en forma de emblemas, ilustradores, expresión de sentimientos,
reguladores y adaptadores. En el chat se combinan rasgos del uso oral y del escrito.

Una de las peculiaridades de los chats está representada por los apodos o seudónimos
(nickname) que envuelven la identificación de las personas (Yus, 2001:73-78). Esta
identidad viene determinada por el grado de interacción y de pertenencia a una
comunidad real o virtual68. El apodo suele ser esencial y está dotado de características
como: instantáneo, breve, de natural interpretación, sin limitación entre emisor y receptor,
con entonación y pausas, expresiones faciales y rasgo expresivo cercano a lo oral
(Jonsson, 1997). El apodo no sólo es una forma frecuente en Internet, sino incluso un
requisito para participar en las charlas. Y es tal la variedad de apodos que pueden
establecerse tipologías de categorías relacionadas con personajes de la literatura, cine,
televisión, ciencia, tecnología, cultura, fama o relacionados con el sexo, el parecido, el
lugar o bien la creación onomatopéyica o provocativa. Así pues, el apodo obedece a
razones muy diversas, de las que pueden deducirse algunas de las implicaciones
contextuales.

El diálogo que se entabla, al menos en las conversaciones estudiadas, resulta pobre en


ideas y parco en palabras. En el CHAT169 intervienen siete personajes que muestran su
escaso interés por la comunicación: (26) (a) Coto19: >>>QPESAO TIO, (b) Nadie: pero
me dijeron q tenía un cliente, (c) Álvaro19: Torrejón...Torrejón ...Torrejón..., (d) Boq-
que: que no decis nadaaaa, (a) Coto19: q pesao tio!!!!, (e) Tucucu: hola, (f) Antigordas:
donde estan las tias de este chat?, (a) Coto19: eeeeeeeeeee /: sgkehjgsd, (f)
Antigordas: ., (g) Ojazos: d!!!!!!!!!!!. Los usuarios de este chat recurren a seudónimos
variados que obedecen a motivaciones particulares: nombres propios con asignación
numérica Coto19, Álvaro19; forma indefinida Nadie; rasgos físicos Antigordas, Ojazos; y
configuración fonético-expresiva Tucucu y Boq-que (Bosque). En las expresiones del
interlocutor (a) se observa procedimientos coloquiales, como: abreviación de
palabras q<que, supresión de -d- intervocálica (pesao), evocación fónica por
alargamiento y reiteración de grafías de letras como protesta eeeeeee, sghehjg ante la
insistencia de Álvaro19 y el recurso a la palabra tío70 con tono desenfadado. El usuario
(b) realiza una intervención aparentemente incoherente, aunque está ligada a otra
precedente al iniciar con la adversativa pero constituyendo una 2.ª parte oracional; al
igual sucede con (d) al comenzar con un que de apoyo coloquial «que no decís nadaaa».
Por lo demás el diálogo carece de un contenido definido y está marcado por una expresión
espontánea y reiterativa, como en la variante de tía en boca de (f).

En el CHAT2 se repiten muchos de los procedimientos del anterior: (27) (a) Shira16: JE
JE JE JE JE JE JE / DESCUIDATE Y VERAS O IGUAL SI LO SON; (b) Motorito: jarjarjarjarjar;
(a) Shira16: Q FIERA; (c) Nela16: hola a todo el mundo; (b) Motorito: viva el Betis; (c)

14
Nela6: hola motorito ; (a) Shira16: VAMOS Q SOY LA MEJOR; (c) Nela16: hola Shira16;
(b) Motorito: hola Nela16; (d) Rebelde: Joder Shira16; (e) reina: pues yo no soy una
perra; (c) Nela16: que tal os va??; (a) Shira16: hola Nela; (f) Kris: hola; (d) Rebelde:
HOLA NELA; (a) Shira16: ¿Q CUENTAS?; (c) Nela16: pues no mucho tia; (a) Shira16):
YO Q HOY LOS SAN FERMINESSSSSSS; (b) Motorito: hola Kris; (c) Nela16.: hace un frio
aquiiii...; (a) Shira16: LA HOSTIA COMO RAYO; (f) Kris: hola motorito; (a) Shira16: AQUÍ
LLUEVE PERO MAÑANA NO; (c) Nela16: aquí llueve tb; (a) Shira16: Y CON LLUVIA SON
MAS EMOCIONANTES; (c) Nela16: d dnd eres?de pamplona?; (a) Shira16: DE DONDE
ERES NELA / SI; (c) Nela16: yo soy de burgos / pero no capital; (a) Shira16: HOY LA
PRIMERA BORRACHERA DEL PRIMER DIA DE LOS SAN FERMINES 2001; (e) reina: nadie
me cuenta nada, estoy aburrida; (c) Nela16: hola reina, cuenta tu algo / d dnd eres
reina?; (g) trompe: alguna tia de 14 o 15 quiere hablar conmigo / ??????; (c) Nela16:
me das una envidia Shira...; (a) Shira16: YA SI CLARO / JEJEJE; (d) Rebelde: que no te
de envidia porque es una creida; (c) Nela16: mi hermana si que va a ir; (a) Shira16: YO
TAMBIEN ME EMBIDIO; (c) Nela16: jajajaja.

A lo largo del chat se combinan de manera aleatoria las mayúsculas y las minúsculas. Los
nombres de identificación resultan llamativos: unos evocan aire oriental (Shira16,
Nela16); otros manifiestan expresividad Motorito, Reina; alguno mantiene el valor
coloquial determinado por la apócope k©ris(tina) o por la sonoridad Trompe; e incluso,
alguno contiene la idea juvenil Rebelde. No se respetan las normas puntuarias (que tal
os va?? por «¿qué tal os va?»), ni de acentuación (cuenta tu algo por «cuenta tú algo»; ya
si claro por «ya, sí, claro») ni ortográficas (me embidio por «envidio», pamplona por
«Pamplona»). Tienden a abreviar palabras y reducirlas a
consonantes: q (que), tb (también) o d dnd eres reina?, a repetir sílabas de carácter
expresivo mediante formas interjectivas jejeje, jajaja o jarjarjar y a alargar sonidos San
Ferminessss. Algunos de los interlocutores emplean un estilo descuidado en la
construcción sintáctica de sus expresiones: (a) «descuidate y veras o igual si lo son» /
«yo q. hoy los San Fermines». También recurren a un vocabulario altamente expresivo y
de gran valor coloquial: disfemismos en (d) joder Shira16, (a) La hostia; significado
peyorativo (e) yo no soy una perra; tratamiento genérico (c) pues no mucho
tía, (g) alguna tía de 14 o 15 quiere hablar conmigo; de uso coloquial (a) la primera
borrachera; de significado metaforizado (a) La hostia como rayo por «La hostia cómo
repito», (d) que no te dé envidia porque es una creída. Aparte de expresividad de los
sonidos y de las frases, es importante reconocer el carácter intensificador que aportan las
apoyaturas (a) vamos que soy la mejor, (d) que no te dé envidia; reafirmadores (a) yo
también me envidio; puntualizadores espaciales o temporales (c) hace un frío
aquíiii / aquí llueve pero mañana no, (c) aquí llueve también; negadores absolutos
(c) nadie me cuenta nada; e incluso el impuesto por el tono (c) me das una envidia
Shira.... Aunque la charla es de contenido superficial, las referencias espaciales,
temporales y las implicaciones contextuales nos permiten conocer el grado cultural, el
grupo social, el ámbito geográfico y el tono distendido, jovial y coloquializador con que
hablan los participantes.

15
En el CHAT371 nos muestra también la capacidad coloquializadora de los hablantes (28)
(a) LA fiera: AVER DIME Y QUIEN ES ESE O ESA; (b) Fina: 18 pitufiaños / ya regrese
chingo yo chingas tu chinga tu pitufimadre (aprece un icono de risa); (c) verde4: JAJAJAJA
NO EMPIECES OTRA VES; (d) JAM: AMORRRRRR / DONDE ESTAS; (b) Fina: 18 pitufiaños;
(e) Gonzo: reeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee cccccccccuuuuuuueerrrrrdaaaaammeeeeeee
vvon¡¡¡¡¡ttttttooooooo; (c) verde4: FINA YA TE HIBAS NO?; (d) JAM: MAÑANA TE VEO /
OK; (f) Intrigado: QUE ONDA CON FINA ESTA MEDIO SFADA, ¿NO? / SE LE VAN LAS
CABRAS; (b) Fina: verde me quedan veinticinco pitufisegundos; (e) Gonzo:
ammmmmoooooorrrrrrrr mmmeeeeeee vvvooooooyyyy mmmeeeeeee vvvooooooyyyy
mmmeeeeeee vvvooooooyyyy; (a) LA fiera: DIME LA VERDAD ME PONES EL CUERNO DE
ESTE VUELO (icono de un hombre volando); (c) verde4: YA LARGATE FINA; (b) Fina: es
el efecto de pitufialcohol; (f) Intrigado: gozalos y no vuelvas; (a) LA fiera: VERDAD; (c)
verde4: QUE NO FIERA YA TE DIJE QUIEN / TU ERES LA NICA; (b) Fina: chingo yo chingas
tu chinga tu pitufimadre (icono de risa) chingo yo chingas tu chinga tu pitufimadre (icono
de risa) chingo yo chingas tu chinga tu pitufimadre (icono de risa) chingo yo chingas tu
chinga tu pitufimadre (icono de risa) chingo yo chingas tu chinga tu pitufimadre (icono
de risa)...; (c) verde4: UNICA.

Aunque está dotado el CHAT3 de notas de humor, contiene rasgos coloquiales similares
a los observados en los CHAT1 y 2. La identificación de personajes parece ajustarse a
calificativos La fiera, Fina, verde4, Intrigado; forma simplificada de evocación extranjera
Jam; y reducción por síncopa Gonzo por «Gonzalo». La expresión de todos los
participantes se adecua a la coloquial, pero descuidada y vulgar. Son generales las
incorrecciones ortográficas y gramaticales: (a) aver (a ver) dime y quien (quién) es ese
o esa, (c) Ya te hibas no? por «Ya te ibas, ¿no?». Lo mismo que sucede con la puntuación,
está ausente la acentuación esta por «está», donde estas por «dónde estás», tu por
«tú», gozalos por «gózalos», unica por «única». Aparecen elementos interjectivos y
reiteración de sonidos: jajaja, reeee, oooo, amorrrr y alteración de palabras por el uso de
procedimientos fonéticos sustractivos: síncopa sfada por «safada», Gonzo por «Gonzalo»
y aféresis nica por «única» y la combinación arbitraria de mayúsculas y minúsculas. A ello
se unen formas de apoyo coloquial (a) La verdad me pones, (c) que no Fiera, (f) que
Onda con Fina está medio safada; elección de términos cercanos a registros
jergales chingo, pitufo en constantes recurrencias chingo yo, chingas tú y combinaciones
compuestas pitufiaños, pitufimadre; y expresiones combinadas con iconos (a) La verdad
me pones el cuerno de este vuelo. Dominan las recurrencias, la recreación expresiva, el
acompañamiento icónico y el tono coloquial distendido, humorístico y vulgarizante.

Los chats, como acabamos de ver, están dotados de estilo informal (incorrección
ortográfica y expresión defectuosa), ortografía fonética (distorsiones textuales, como
(29) imeil, d’estas); rasgos sociolectales; representación prosódica (repetición de letras,
mayúsculas, signos de puntuación, tipografía); manifestación interlingüística
(adaptaciones de préstamos); equivalencia homofónica mediante sustituciones léxicas y
grafémicas (30) qu>k, ll>y, ch>tx; abreviaciones, acrónimos y siglas (31) tb., xa., e-
mail, e-banco, www, EMS como formas peculiares de chat; frases truncadas y elipsis. Así

16
tanto las estrategias compensatorias de la ausencia de información no verbal como las
estrategias textuales conforman el nuevo texto electrónico representado en el chat.

4.4. Mensajes de telefonía móvil: SMS

El aumento de envíos de mensajes escritos mediante el móvil ha convertido el teléfono


en un medio de transmisión electrónico, que permite a las personas comunicarse entre sí
de manera instantánea con independencia del lugar en que estén. El envío de mensajes
ha marcado un acontecimiento sociológico de gran interés, sobre todo sabiendo que son
cerca de 8 millones de mensajes diarios y 20 000 millones de mensajes al mes en el
mundo.

Este afán por escribir mensajes, al menos entre jóvenes, ha ocasionado una rápida
evolución en el diseño funcional de los aparatos y ha generado un lenguaje con una
dinámica de codificación propia, basada en la expresión comprimida, frase abreviada y
tendencia a la consonantización de las palabras. Así han surgido representaciones
tipográficas que emulan la pronunciación fonética: (32) que, ca> k; porque> xq,
también>tb, x=por o ch, d=de, la-el=l, m=me, n=no, t=te, cuenta=cnt; frases o
expresiones reducidas (33) que te vaya bien > qtvb, qué tal>qt, por qué no vienes>xqnv,
mañana quedamos a las seis de la tarde>mq6t, quedamos a las 6= kdms a ls 6;
asociación con números: (34) salu2, bienv2; fusión de palabras: (35) menkanta, talegras,
semefue, sinhablar; signos y símbolos (36) j = chicos, O =chicas, +=más, -=menos;
emoticones o smileys: (36) J feliz, J) muy feliz, L triste,$-) enfadado. Los smileys72 se
usan para representar las caras expresivas (los dos puntos simbolizan los ojos, el guión
simula la nariz, la tristeza se refleja con un guión bajo equivalente a la boca y la alegría
con un paréntesis. Los emoticones sirven para presentar un estado de ánimo o reflejar
un gesto en la conversación escrita.

Los mensajes SMS son combinaciones de caracteres alfanuméricos —un total de 160—
que son enviados por un usuario emisor a través de un teléfono móvil a un usuario
receptor. Se obtienen mediante la pulsación de teclas multicarácter73. La limitación de
caracteres, el coste de cada uno de ellos, la rapidez y el grado de empatía entre emisor
y receptor hacen que los mensajes se acomoden a las exigencias de los usuarios; de ahí
que hayan surgido formas convencionalizadas de abreviaciones de mensajes que han
llevado a constituir diccionarios de estructura abierta, como el difundido por Genie74, que
constituyen repertorios léxicos de las nuevas formas de comunicación electrónica. Para
escribir los SMS ya se han establecido algunas líneas indicativas75 por puro uso que
rompen las estructuras normativas de la lengua escrita: no se acentúa; los signos de
interrogación y admiración sólo al final; desaparece la h y la e inicial de palabra; se tiende
a suprimir las vocales en palabras comunes o a la consonantización (37) bss=besos,
dnd=donde; se abrevian las frases corrientes (38) qtlv=qué tal vas, tqk=te quiero,
cariño; se utilizan signos y símbolos matemáticos (39) estupen2, +, -, <, >; reducción
de partículas (40) x=por, xa=para, xo=pero; se aceptan abreviaturas inglesas (41)
ok=vale, u=tú; y se utilizan las representaciones icónicas gestuales (emoticones)
(42) :-)=contento, :-D =sonriente, :-O=asombrado, :-P= guiño, ;-)=pícaro, :-(=triste, :-

17
S=amargado. Se trata, en definitiva, de fórmulas y representaciones de lenguaje
abreviado.

Los mensajes a través de móviles se han convertido en un fenómeno sociológico que ha


revolucionado los moldes del lenguaje escrito, al servirse de códigos y expresiones
abreviadas que reducen la información dentro del sentido común rozando la
incomprensión. El uso masivo de los mensajes —sobre todo entre adolescentes76— ya no
resulta novedoso, sino un hecho social tan desbordante que ha hecho reaccionar a las
compañías de móviles dispuestas a incorporar nuevos sistemas como el EMS 77. Es
evidente que todavía constituye una jerga apenas sin madurar, pero no hay duda de que
la tecnología requiere adaptaciones de la lengua que los hablantes no pueden rehuir. Lo
interesante será canalizar toda la variabilidad de innovaciones que están surgiendo con
el fin de acomodarse a las nuevas exigencias de los tiempos, adaptado al destino deseado,
sin que esto suponga una ruptura con las normas lingüísticas comunes a la comunidad
hispanohablante. Si la lengua es un instrumento de comunicación abierto a los hablantes,
no debemos impedir el surgimiento de nuevos registros y espacios comunicativos como
el electrónico. Para evitar la arbitrariedad y la dispersión en la creación de mensajes,
habrá que establecer unos mínimos convencionales con el objeto de encauzar y dar
viabilidad a la expresión tecnológica. La obsesión por el mensaje corto es una pauta que
entronca con el principio de la economía lingüística, que tan certera y lacónicamente
reprodujeron los conceptistas en el siglo XVII. Además hemos estado asistiendo en el
último siglo a la difusión en los medios de comunicación de multitud de palabras y
expresiones reducidas a meras iniciales (siglas), lo que le llevó a D. Alonso a escribir
sobre ello y a calificarlo como «el siglo de las siglas». A pesar de la dificultad en la
interpretación de muchas de ellas, no sólo no ha supuesto su eliminación en los textos
periodísticos, sino que el lector las ha asumido como algo normal.

5. La perversión o revitalización de la lengua española

La frase de El Roto78: «cada vez nacen más niños enchufados a Internet», contiene la
ironía propia de un humor incisivo. Pero se trata de un hecho real. Al igual que sucede
con el acercamiento a las tecnologías, parece pasar con el manejo de la lengua cada vez
más coloquializada. La modalidad coloquial es una manifestación oral entre los miembros
de una comunidad de hablantes partícipes de intercambios y de mensajes comúnmente
compartidos.

Los límites entre coloquialidad y oralidad-escrituridad están difuminados. Hay un trasvase


entre las distintas manifestaciones de la lengua, lo que incide en la pérdida de las líneas
existentes. No obstante, el rasgo espontáneo, expresivo y sonoro se hace permeable a
las variantes de lengua, a la incorporación de componentes y a la admisión de elementos
procedentes de registros y de variedades de habla.

El hablante maneja la lengua como una esponja, capaz de exprimirla e hincharla en


sucesivos movimientos regulares o sistemáticos al modo que lo hace el corazón con la
alternancia rítmica de la sístole y la diástole. Existe, con todo, la sensación de que hay

18
alteraciones, deformaciones, arritmias y cambios asistemáticos por influjos desbordantes,
desacelerados, contagiados y mezclados. Es así la lengua un instrumento capaz de
amoldarse a los hablantes mediante procedimientos propios, unos sistemáticos, otros
arbitrarios y algunos impuestos por influencias aguerridas externas.

Toda lengua está expuesta a cambios, a reajustes, a reflotes, a ensanchamientos, a


recreaciones, a invenciones, a imitaciones, a trasvases, a interferencias, a expansiones y
a recortes; más aún, a sustituciones e invasiones léxicas, fónicas y gramaticales. Ahí se
situaría el campo de la tecnología, de las telecomunicaciones, de las técnicas publicitarias,
de las promociones y proyecciones sociales, industriales, culturales, tanto nacionales
como internacionales. Internet se ha convertido en un medio de relación supranacional
de comunicación y en una red de intercambio multinacional y globalizador. Nacen así los
internautas y los cibernautas. En torno a este desarrollo tecnológico surge un nuevo
registro idiomático, que tiene su base en la expresión lingüística normalizada, pero
aderezada por la irrupción de rayos internautas en la lengua usual, al igual que Internet
y las demás tecnologías se han apoyado en la lengua común para configurar su propio
código. Un amplio número de palabras y expresiones han entrado en tromba como una
forma nueva de comunicación. ¿Hasta dónde ha llegado y a dónde está previsto que
pueda llegar? ¿Qué barreras existen para que este nuevo lenguaje cale y forme un código
especial o común? ¿Se prevé la forma de guiar esta avalancha descontrolada? ¿Quién o
quiénes manejan los hilos de los códigos que regulan Internet y los mensajes cifrados
que componen los usuarios? Ahí están las abreviaciones, los símbolos, los iconos y los
emoticones como procedimientos de creación y composición de mensajes en Internet y
en telefonía móvil. Hay que añadir otros procedimientos innovadores, emuladores,
publicitarios, periodísticos, informáticos, lingüísticos y coloquiales. Todo puede reflejarse
en los SMS, en los chats, en las webs, en los e-mails y demás formas comunicativas.

El crecimiento tecnológico es tan galopante que el móvil se ha convertido en un


instrumento de gran capacidad funcional, fácil de transportar (se acopla a las dimensiones
del bolsillo) y proporciona los símbolos suficientes que los movilautas precisan para
componer mensajes eliminando y reajustando caracteres determinados por el espacio, la
rapidez y el coste. Todo va a velocidad de vértigo, de desenfreno, de aluvión. No se
reflexiona ni se digiere la masa de grafos, de rasgos y de símbolos dispuestos a cumplir
un fin práctico: interesa sólo que se entienda el mensaje sin que previamente se haya
convenido nada. En este aspecto se produce un fenómeno curioso que consiste en usar
formas aparentemente normatizadas para desajustarlas y configurarlas particularmente
concibiéndolas como algo compartido previamente. Es una forma de que aparezcan los
diccionarios, concebidos como compendios lexicográficos abiertos a todos los usuarios.

En esta operación simbólica de comunicación la lengua sirve para dominar el medio, no


al contrario, aunque se pretende jugar con las palabras. De otro modo el hablante
sucumbiría. No obstante, con las nuevas tecnologías la lengua sufre los embates de la
ciencia tecnológica, de los descubrimientos, de los cambios formales de la innovación y
del uso que hacen los hablantes particulares en cada momento concreto. Por eso, la
lengua está expuesta a operaciones y movimientos constantes de acoplamiento, de ajuste,

19
aunque siempre está presente. Pero si resiste, sobrevive y se enriquece. Otra cosa será
buscar los medios adecuados para canalizar tan dispersos, y a la vez tan fuertes e
insistentes, oleajes que abren los diques y las compuertas de la expresión usual práctica,
cambiante y efímera, aunque se represente en forma de texto escrito. La adaptación de
la lengua a los cambios ha sido algo natural y en la actualidad se hace aún más necesaria
ante el ritmo acelerado79 impuesto por Internet y las demás tecnologías de la
comunicación. Por muchas innovaciones que se produzcan —formación de palabras
mediante seudoprefijos e- (e-comercio), prefijos ciber- (ciberp@ís), tele- (telemática) o
sufijos -dor (neavegador), -auta (internauta) -ata (ordenata); el signo @ como morfema
integrador de masculino/femenino; la reducción de palabras; la alteración del sistema
normativo de signos puntuarios y de acentuación; la simplificación sintáctica y la
coloquialización expresiva— la lengua tiene resortes suficientes para sobreponerse a tan
desconcertantes transformaciones. Lo deseable sería que nosotros como usuarios
fuésemos capaces de amoldarnos en cada momento al registro, al género y al soporte
elegido. Escribir es una tarea que requiere un estilo acorde con la intención, el destinatario
y el espacio discursivo que va desde el tradicional hasta el electrónico. La idea
generalizada de que vivimos un proceso de erosión de la lengua escrita se contrarresta
con la más amplia predisposición de los usuarios a escribir. Se escribe más que nunca;
luego, busquemos el modo de canalizar este desgaste que produce la informalidad y la
arbitrariedad expresiva del hablante.

Siempre se ha producido este vaivén, más o menos sostenido, y los escritores han sido
testigos de esta oscilación, como se puede comprobar en los textos literarios repletos de
fórmulas, de expresiones, de técnicas vanguardistas, de palabras desusadas y de
términos nuevos e innovadores (arcaísmos, neologismos, tecnicismos y coloquialismos).
Internet se ha convertido en un macrocosmos del conocimiento por los innumerables
temas tratados de manera continua y, a la vez, las nuevas tecnologías ayudan a que haya
líneas de confluencia y de intercambio. Al abarcar toda la gama de temas posibles,
Internet puede convertirse en la fuente de conocimiento del ciberespacio, la cibercultura
y la ciberhistoria. Es un escaparate para el desarrollo tecnológico y la transformación
social, pero a la vez para la configuración de diccionarios semánticos y pragmáticos
abiertos y para el dominio de la publicidad que servirá de soporte económico y de
controlador de expectativas.

La tecnología ha hecho cambiar las estructuras socio-económicas y culturales e incluso


está contribuyendo a conformar nuevas mentalidades. Esta transformación ha invadido
el ámbito de la comunicación a través de lo que se denomina escritura electrónica80, que
«propicia un estilo conscientemente informal» (Ong, 1996: 134). Al tiempo «el
procesamiento y la distribución espacial de la palabra como secuencia son incrementados
—con respecto a la escritura y a la imprenta— por la computadora y perfecciona la
secuencia analítica al volverla virtualmente instantánea». Y, si la imprenta condujo a la
idea moderna de intertextualidad (confluencia de lo literario y lo psicológico), la
electrónica puede desembocar en una gran cantidad de ruido, de palabras vanas, de
transformaciones inadecuadas y de señales incomprensibles. F. Lázaro Carreter 81 nos
advierte que se está produciendo una regresión del lenguaje con todas las

20
transformaciones dadas. Pero, pese a que se han alterado muchos de los usos tipográficos
y simbólicos de la lengua y se recurre cada vez más a la expresión informal en los textos
electrónicos, no podemos llegar a la convicción de la degradación lingüística. Es un hecho
que ha aumentado el campo referencial léxico con la incorporación, formación y
deformación de palabras o expresiones, a la vez que se ha procedido a la adaptación de
la palabra al nuevo espacio dentro de un orden global requerido por la Red de
comunicación. Ciertamente la Red permite, dice Nóbile82, «un libre flujo de comunicación
textual», donde concurren innumerables tipos de comunidades. El español ha de
responder —con el dinamismo histórico propio, con la pujanza creativa y literaria de que
goza y con el vigor adquirido por todos los hablantes de habla hispana— a estos nuevos
retos a que nos somete la fuerza de la tecnología en una competencia desajustada con el
inglés y a las expectativas de expansión por el mundo entero.

Notas

1. El concepto de digital está unido a la disponibilidad de dispositivos para convertir


cualquier tipo de información (gráfica, fotográfica, sonora...) en información digital
manejable por un ordenador, como sucede con el dispositivo digitalizador que tiene
el escáner.
2. Se habla de realidad virtual para referirse a una forma de reproducir la realidad
mediante la activación de dispositivos de que disponen los ordenadores u otros
soportes tecnológicos. «Lo virtual tiende a actualizarse, aunque no se concreta de
modo formal», dice Pierre Lévy (1995) en ¿Qué es lo virtual?, Buenos Aires, Paidós,
1999, pp. 17-19, y añade: «lo virtual no se opone a lo real sino a lo actual» y
vendría a ser «el conjunto de tendencias o fuerzas que acompaña a una situación,
objeto o entidad y que reclama un proceso de resolución: la actualización».
Maldonado, Tomás: Crítica de la razón informática, Buenos Aires-Barcelona, Paidós,
1998, pp. 174-76, diferencia espacio real y virtual. Este último es un modelo límite,
que no ha estado previamente a disposición de los estudiosos de vivencias
perceptivas.
3. Humboldt, Wilhelm von (1836): Introduction à l’oeuvre sur le kavi, Paris, Du Seuil,
1974, pp. 161-200. Para H. lo que caracteriza a la lengua como sistema es su
dinamismo. El habla sólo puede considerarse en su devenir, es decir, la lengua
abarcaría la totalidad del habla. La lengua no es un simple medio de comunicación,
sino la expresión del espíritu y la concepción del mundo de los sujetos hablantes.
De ahí que su idea de lengua se haya convertido en la base de los estudios
saussurianos (energeia-langue), chomskianos (energeia-competence) y
pragmáticos (la lengua se manifiesta en los actos de habla, que desde distintas
perspectivas desarrollan entre otros: Ch. W. Morris (1938), John L. Austin (1962,
v.e. 1982), P. F. Strawson (1964), John R. Searle (1969, v.e. 1990), Paul Grice
(1975), François Récanati (1981), John J. Gumperz (1982), Geoffrey Leech (1983),
Oswald Ducrot (1984), Teun A. van Dijk (1980, 1983, 1988, 2000), Michael A. K.
Halliday (1985), Dan Sperber y Deirdre Wilson (1986), Graciela Reyes (1990),
Patrick Charaudeau (1992), M.ª Victoria Escandell (1993), Catherine Kerbrat-
Orecchioni (1996). Anticipándose a la concepción generativista de N. Chomsky,

21
Humboldt concibe el lenguaje como la contrapartida de un dominio infinito e
ilimitado, puesto que integra todo lo pensable. Por la idea que brinda de la lengua
como sistema productivo y de sus posibilidades infinitas puede considerársele como
un pregenerativista.
4. Bustos, José Jesús de: «De la oralidad a la escritura», en Luis Cortés Rodríguez
(coord.) El español coloquial. Actas del I Simposio sobre análisis del discurso
oral, Universidad de Almería, 1995, pp. 9-28. Utiliza el término escrituridad como
forma de comunicación escrita que tiene unas propiedades particulares frente a la
oralidad y las propias como comunicación oral. Joaquín Garrido retoma el término
en su artículo «Oralidad, escritura, imagen: discurso y texto», en La lengua y los
medios de comunicación, I, Madrid, UCM, 1999, pp. 65-73. Y también es empleado
por A. Briz: El español coloquial en la conversación, Barcelona, Ariel, pp. 19-24.
5. Calsamiglia, Helena y Tusón, Amparo: Las cosas del decir, Barcelona, Ariel, 2000,
p. 29.
6. Halliday, Michael A. K. (1985): Spoken and written language, Oxford University
Press, 1990, pp. 29-58.
7. Marías, Julián: «La palabra hablada y la palabra escrita», en ABC, 12/11/1998.
8. Salinas, Pedro: Defensa del español, Madrid, Alianza editorial, 1992, pp. 30-31.
9. Ong, Walter J. (1982): Oralidad y escritura, México, Fondo de Cultura Económica,
1999, p. 18.
10. Bustos Tovar, José Jesús de: «Aspectos semánticos y pragmáticos de la
comunicación oral», en Actas del II Simposio sobre análisis de discurso
oral, Universidad de Valencia, 1996, pp. 37-49.
11. Saussure, Ferdinand de: «Lingüística de la lengua y lingüística del habla» y
«Representación de la lengua por la escritura», en Curso de Lingüística
general, Buenos Aires, Losada, 1971, pp. 63-75. Pone de manifiesto que el habla
es necesaria para que la lengua se establezca y haga evolucionar a la lengua; por
lo demás, la lengua tiene una tradición oral independiente de la escritura y es la
razón de que la escritura representa lo oral.
12. Benveniste, Émile (1966): Problemas de Lingüística general, I, México, Siglo XXI,
1974, pp. 63 y 179-183. Para él, el lenguaje, en tanto que hablado, es empleado
para transportar lo que queremos decir; está marcado por la subjetividad, pero a
la vez por una proyección intersubjetiva al provocar una reacción en el receptor.
13. Coseriu, Eugenio (1967): «Dos problemas en la Lingüística del hablar», en Teoría
del lenguaje y Lingüística general, Madrid, Gredos, 1969, pp. 282-323. También en
(1988) Competencia lingüística, Madrid, Gredos, 1992, pp. 72-92. Considera que el
hablar es más amplio que la lengua y contiene dos niveles: el biológico y el cultural.
Concibe la forma hablada y escrita como variedades diafásicas.
14. Ducrot, Oswald (1984): El decir y lo dicho. Polifonía de la enunciación, Barcelona,
Paidós, 1986, pp. 156-170. En la línea de É. Benveniste entiende que la lengua
adquiere su verdadero sentido en las relaciones intersubjetivas manifestadas a
través de las unidades discursivas.
15. Charaudeau, Patrick: Langage et discours. Eléments de sémiolinguistique (Theoríe
et pratique), Paris, Hachette, 1983, pp. 37-57. Habla del desdoblamiento del Yo y

22
del Tú, convertidos en sujetos interpretante y destinatario, enunciante y enunciador.
Ambos recurren a estrategias que les sirvan para convenir acuerdos y establecer
relaciones sociales.
16. Dijk, Teun A. van (1983): «Lengua, comunicación e interacción», en La ciencia del
texto, Buenos Aires, Paidós, 1989, pp. 249-283.
17. El texto es el resultado organizado del acto de comunicación y pertenece al sistema
de la lengua; en tanto que el discurso se sitúa en el plano de la actividad de los
hablantes (uso de la lengua) y pertenece a la comunicación intencional. Ambos
conceptos se relacionan y se suponen mutuamente. De acuerdo con J. Garrido
(1999:70) el discurso es una unidad sintáctica superior a la oración por ser de
naturaleza gramatical o supragramatical; el texto es una unidad de organización
del discurso, de naturaleza pragmática o de pertenencia cultural.
18. Bobes, M.ª del Carmen: El diálogo, Madrid, Gredos, 1992, pp. 33-48. Trata de
distinguir entre «diálogo», que tiene un valor pragmático, y la «conversación», que
es abierto y puede tener un valor lúdico. Para T. A van Dijk (1989: 257), el diálogo
es una interacción de tipo general referida a conversación, a coloquio y demás
formas bilaterales. La conversación está dotada del rasgo de oralidad y presenta
varios tipos: cotidiana, planificada, privada, pública, abierta y cerrada.
19. Hidalgo, Antonio: La entonación coloquial. Función demarcativa y unidades de habla.
Los turnos de habla, Cuadernos de Filología, Anejo XXI, Universidad de Valencia,
1997, pp. 32-33. El turno vendría a ser la unidad estructural limitada por los
cambios del hablante. No coincide, pues, con «intervención», que es una unidad
monologal. Según la relación que se establezca entre los hablantes pueden darse
turnos colaborativos, competitivos y transicionales. Y T. A. van Dijk (1989:257-
267) define el turno como unidad de conversación (enunciado) y de coloquio (acto
de habla).
20. López García, Ángel: «El espacio de la escritura frente al espacio de la oralidad»,
en Análisis del discurso oral, 3, Madrid, Arco/Libros, 1998, pp. 7-20.
21. Briz, Antonio: El español coloquial: situación y uso, Madrid, Arco/Libros, 1996, pp.
18-31. Intenta acercarse al concepto de coloquial referido a modalidad, registro,
nivel, habla y uso; lo pone en relación a popular, tal como aparece en W. Beinhauer
(1963), M. Seco (1973), J. Polo (1976), A. M.ª Vigara (1992) y L. Cortés (1994),
entre otros.
22. El concepto «pares de adyacentcia» en Van Dijk equivale al de «unidades
dialógicas» en cuanto a la relación de complementariedad existente entre las dos
partes (o enunciados) de los interlocutores: pregunta-respuesta, invitación-
aceptación, etc.
23. Además de los rasgos primarios propios del registro de habla (interlocución,
inmediatez, ausencia de planificación, expresividad e informalidad), existen
los coloquializadores determinados por la igualdad entre interlocutores, relación
vivencial y cultural próximas, ambientación distendida y tratamiento no
especializado de temas.
24. El concepto de coloquialidad está vinculado a la falta de planificación, a
espontaneidad y a informalidad en la expresión, al intercambio desenfadado,

23
acumulativo y redundante. La coloquialización vendría a ser el proceso a través del
cual un acto de habla, enunciado, conversación o texto se impregna de rasgos
pertenecientes al registro de habla coloquial, aunque no sea un texto prototípico
del nivel coloquial.
25. Reyes, Graciela: La pragmática lingüística, Barcelona, Montesinos, 1990, pp. 15-42
y El abc de la pragmática, Madrid, Arco/Libros, 2000, pp. 23-62. También Escandell
Vidal, M.ª Victoria: Introducción a la pragmática, Barcelona, Anthropos-UNED,
1993, pp. 15-29. La pragmática se centraría en el estudio de las condiciones del
uso humano del lenguaje determinado por el contexto de la sociedad. Tomando la
referencia de Dan Sperber y Deirdre Wilson (Visor, 1994) la pragmática estudiaría
la interpretación de los enunciados.
26. Austin, John (1962): Cómo hacer cosas con palabras, Barcelona, Paidós, 1982.
27. Searle, John (1969): Actos de habla, Cátedra, Madrid, 1990, pp. 31-61. Se centra
en la idea de que hablar consiste en realizar actos conforme a reglas.
28. Las implicaturas son independientes de las estructuras sintácticas, forman parte del
significado léxico de las palabras y van unidas a otros fenómenos pragmáticos como
la presuposición y la inferencia (proceso deductivo del sentido mediante el
establecimiento de relaciones con la finalidad de los enunciados). Son significados
adicionales (o implícitos) que están incluidos en el contenido de las expresiones.
Las implicaciones convencionales son separables; en cambio, las presuposiciones
no son separables.
29. Grice, Paul (1975): «Lógica y conversación», en L. M. Valdés (ed.), La búsqueda
del significado, Tecnos-Universidad de Murcia, 1991, pp. 511-30. Para que una
conversación interactiva discurra de acuerdo con unas reglas de cooperación se
precisa el cumplimiento de cuatro máximas: cantidad (decir sólo lo necesario),
cualidad (información verdadera), relación o pertinencia (información relevante) y
modo o manera (expresar con claridad).
30. Leech, Geoffrey: Principles of Pragmatics, Londres, Longman, 1983. La cortesía
está regulada socialmente y contribuye a la buena dinámica de la comunicación.
Éstas son las seis máximas: tacto, generosidad, aprobación, modestia, unanimidad
o acuerdo y simpatía. Escandell Vidal, M.ª Victoria: Introducción a la
Pragmática, Barcelona, Anthropos, 1993, pp. 169-173. Para ella la cortesía es el
principio regulador de la dostanacia social y su equilibrio.
31. Dan Sperber y Deirdre Wilson en su obra (1986): Relevancia. Comunicación y
procesos cognitivos, Madrid, Visor, 1994. Lo que hacen es explicar la 3.ª máxima
de Grice, «pertinenecia o relevancia», para puntualizar que en la cooperación
hemos de esperar efectos cognitivos (conocimiento del mundo) y mediante la
inferencia debemos de interpretar más adecuadamente los enunciados.
32. Tannen, Deborah: Talking voices. Repetition, dialogue and imagery in
conversational discourse, Cambridge, University Press, 1992, pp. 36-58. Explica las
funciones de la repetición en la conversación: producción, comprensión, conexión
e interacción. Incluye también la importancia de la coherencia y el interés de la
variación.

24
33. Dijk, T. van: Texto y contexto, Madrid, Cátedra, 1988, pp. 36-40, 163-164, 188,
197-198 y 311.
34. CD-ROM (Compact Disk Read Only Memory, es decir, disco compacto de memoria
de sólo lectura): es un tipo de almacenamiento basada en la grabación digital de la
información y en el uso de la tecnología láser para la lectura de datos escritos en
los discos.
35. Memoria RAM (Random Acces memory o Memoria de Acceso Aleatorio): es la
memoria del ordenador donde se almacenan los programas y datos.
36. Memoria ROM (Read Only Memory o Memoria de Sólo lectura). Es una memoria
denominada de acceso directo que contiene los programas que son importantes
para el funcionamiento del sistema.
37. DVD (Digital Video Disk o Video Disco digital): tiene un sistema de almacenamiento
parecido al CD-ROM, pero con una capacidad de grabación mucho más elevada.
38. Internet: es una red de redes informáticas conectadas por todo el mundo que
permiten la comunicación entre todos los usuarios que utilicen una clave y un login
proporcionado por el suministrador que les da acceso a la Red.
39. Telefonía móvil: es una operadora que permite usar teléfonos móviles, dotados de
dispositivos portátiles para que los usuarios puedan comunicarse oralmente con
otros. Funcionan mediante el envío y recepción de la voz mediante la red digital de
radio frecuencia GSM (Groupe Special Movile).
40. WAP (Wireless Application Protocol): es una técnica diseñada para acceder a la Red
de Internet desde las redes GSM (Goupe Special Movile) de telefonía móvil. Está
dotado de aplicaciones inalámbricas.
41. SMS (Short Message Service o Servicio de Mensajes Cortos). Es un servicio que
ofrecen las operadoras de telefonía móvil y actualmente también se pueden mandar
mensajes SMS a teléfonos móviles desde páginas web de Internet.
42. Página web (simplificación del inglés World Wide Web o Gran Red Mundial). Es uno
de los servicios más usados en la Red Internet. Para acceder se necesita un
programa de navegación (por ejemplo Internet Explorer) para visualizar su
contenido (texto, sonido, música, vídeo...) que está codificado en un lenguaje
llamado HTML (Hipertext Markup Language o Lenguaje de Marcas de Hipertextos)
que, utilizado en la www, sirve para crear páginas web con información en formato
hipertexto. La página web puede ser personal, si contiene información propia del
usuario.
43. IRC (Internet Relay Chat), conocido popularmente como chats o conversaciones en
línea. Más concretamente, son conversaciones o tertulias en línea con otros usuarios
de la red. Permiten el establecimiento de vínculos sociales interactivos en forma de
«comunidad virtual», tal como aparece en Yus,
Francisco: Ciberpragmática, Barcelona, Ariel, 2001, p. 79. Probablemente, por ello,
los chats son considerados como conversaciones virtuales.
44. Lapesa, Rafael: «La lengua desde hace cuarenta años», en Revista de
Occidente, Madrid, 1963, n.º 8-9, pp. 193-207.
45. La canción pertenece al disco La otra orilla del grupo musical Reincidentes, grabado
en Estudios Central de Punta Paloma (Tarifa) en noviembre de 2000.

25
46. Medina López, Javier: El anglicismo en el español actual, Madrid, Arco/Libros, 1996,
pp. 33-34. Trata de resaltar la idea de renovación del lenguaje ante el intenso influjo
del potencial del inglés, parejo en la actualidad al de los medios tecnológicos.
47. Los datos son ofrecidos por un estudio de Agencias y Centrales de Infoadex y
recogido en Miguélez, Eva: «Nuevos servicios para los anunciantes»,
revista Ganar.com, 19 y 20, julio 2001.
48. Spam se usa para señalar que se recibe gran cantidad de publicidad a través del
correo electrónico.
49. Este envío autorizado se conoce con la expresión inglesa permission e-mail
marketing.
50. CRM (Customer Relationship Management o gestión de las relaciones con el cliente).

51. UMTS (Universal Mobile Telecommunications System).


52. Son palabras extraídas del artículo de Mercedes Navarro titulado «Total
compatibilidad», en la revista Movilfoni@, 38, julio, 2001. Estos dispositivos
ayudarán a definir servicios disponibles a través de Internet móvil. Gráficos de alta
calidad, música, vídeos, juegos, mensajes y otras aplicaciones.
53. Es un factor pragmático mediante el que se deducen cognitivamente las intenciones
de los demás.
54. Jonsson, Ewa: Electronic Discourse. On Speech and Writing on the Internet, Luleá
University of Technology, Departement of Communication and languages, 1997, p.
3.
55. Bialakovsky, A. y otros: «La imagen social de la tecnología en la pobreza o la
pobreza que implica la privación tecnológica», en Doxa, 13-14, Buenos Aires, 1995,
p.18. Es una cita incluida por Cafassi, Emilio: «Internet como tecnología»,
en Internet: políticas y comunicación, Biblos, Buenos Aires, 1998, pp. 60-74.
56. RDSI (Red Digital de Servicios Integrados).
57. WWW (World Wide Web): son conocidas coloquialmente como páginas web.
58. Alarcón Álvarez, Enrique de: Diccionario de informática, Madrid, Anaya, 2000, pp.
205-206. Navegar es la acción de visitar páginas web generalmente en formato
HTML. El término se ha hecho popular al considerarse Internet como un mar de
datos por donde navegan internautas. También se habla de navegadores de
Internet (Explorer, Netscape, Servicom...) como programa utilizado para visualizar
la información de las páginas web.
59. Lautenschlänger, Gert y Schmidtke, Bernhard: Móviles , SMS, Wap y
compañía, Madrid, Data Becker, 2000. El signo @ (arroba) separa dos partes
importantes de la dirección de correo electrónico: la identificación del usuario y la
del operador o el dominio del servidor.
60. Milner, Annalisa (2000): Correo electrónico, Barcelona, Grijalbo, 2001, pp. 32-35.

61. Ibáñez, Álvaro: «Internet y el correo electrónico en español», en Página del Idioma
español, 5/12/2000, http://www.idg.es/world, ITP/Paraninfo/. Refiere diez
consejos para mejorar el correo electrónico; por ejemplo: usar con propiedad
mayúsculas y minúsculas, separar los párrafos mediante espacios en blanco,

26
marcar las citas con el signo > a la izquierda, utilizar asteriscos y subrayados, incluir
iconos y emoticones, etc.
62. MUNDs (Multi-User Domains o entornos virtuales multi-usuario).
63. La estrategia de cortesía ha sido estudiada por Leech, (1983), Levinson (1987) y
otros. Está recogida en M.ª Victoria Escandell (1993) y aplicado por Tusón Vallas,
Amparo: Análisis de la conversación, Barcelona, Ariel, 1997, 48, 80 y ss. La cortesía
es una actitud de comportamiento saludable ante los demás. Hay quien la define
como conjunto de normas de comportamiento que regulan las relaciones sociales.

64. El Foro1 está extraído de MisForos.Ya> Deportes > Amigos del ciclismo. El Foro2
pertenece a MisForos.Ya.com>Informática e Internet. En la transcripción de los
enunciados de los foros se respetan las grafías, la puntuación y la acentuación de
los textos originales.
65. En los chats concurren: interacciones escritas; relación social pública o privada;
forma conversacional (diálogo, multílogo); asincronía en tiempo real y ausencia
física de los interlocutores; información anónima, cuya identidad queda encubierta
con apodos o seudónimos; inmediatez en los intercambios; y función cognitiva y/o
lúdica (Jonsson, 1997:12-17).
66. Polo, José: «Sistemas de puntuación y tradición literaria», en Manifiesto ortográfico
de la lengua española, Madrid, Visor, 1990, pp. 49-65.
67. Poyatos, Fernando: «La lengua hablada como realidad verbal-no verbal: nuevas
perspectivas», en Pragmática y Gramática del español hablado, Universidad de
Valencia, 1996, pp. 215-224. Incluye la transcripción fonética, ortográfica,
paralingüística (voz, risa, gritos, llanto, tos, titubeos...), kinegráfica y
parakinegráfica (movimientos del cuerpo, posturas, cara, mirada...), kinésica
audible (ruidos y fricciones de objetos), reacciones externas (sonrojo, palidez,
sonrisa...), notación proxémica (posición de los participantes, caracteres del
espacio, distribución del mobiliario...), notación cronémica (postura, estado y
actitud en cada momento), descripción contextual (físico, ambiental, cultural,
económico-social) y otras actividades interfirientes condicionadas por la conducta
(portazo, timbre, teléfono...).
68. Se habla de comunidad virtual cuando entre los interlocutores mantienen un
entorno cognitivo mutuo o un interés común. Al igual que en la real se utilizan
estrategias de contextualización, de expresión y de intención comunicativa e
informativa.
69. El chat1 está incluido en Ya.com.canalMadrid. El chat2 procede de Ya.com-canal:
amigos. En la reproducción de los chats se han respetado las grafías, la puntuación
y la acentuación de los textos originales.
70. Además de la relación familiar, tío se utiliza con sentido popular en el tratamiento
«vamos a casa de tío Antonio», tal como ser recoge en el Diccionario de María
Moliner, de ahí ha pasado a designar una persona en un tratamiento genérico entre
personas jóvenes que mantienen una relación de amistad.
71. El chat3 pertenece a Starmedia-canal de humor.

27
72. Se denomina smilie = sonrisa (del inglés smiley) y emoticón (del
inglés emoticon < emotive icon) suelen utilizarse de manera indistinta, aunque es
se ha popularizado emotión-emoticones para representar las caras y gestos
expresivos en los SMS mediante dibujos obtenidos al combinar algunos signos de
puntuación.
73. Las de multicarácter son teclas de que están dotadas los móviles para el desempeño
de varias funciones.
74. Wan2tkl? Ltle Bk of Txt Msgs, 2000, traducción Javier Guerrero: QRS ABLR? Pqño
lbro d msj txt, Barcelona, Ediciones B, 2001. Genie es el portal de servicios para
Internet móvil de British Telecom.
75. Sánchez Juárez, Ana: «Un jeroglífico en el móvil», El País Semanal, 18/3/2001, pp.
30-35.
76. X. de Sandoval, Pablo: «Aprender a desescribir», El País, 10/6/2001, p. 29.
77. EMS (Enhanced Messagging Service o servicio de mensaje reforzado). Es un avance
con respecto a los SMS, porque es un nuevo sistema que incorpora imágenes
animadas y sonido a los mensajes cortos del móvil. Aunque este sistema es
compatible con los móviles actuales, se cree que pueden ser más eficaces con los
móviles de 3.ª generación (CiberP@ís, 26/7/2001, p. 5).
78. El Roto, El País, 30/6/2001.
79. Rebolleda Díaz, José Manuel: «Bienvenidos al e-españ@l», en Gaceta
Complutense, 5/4/2001. Pone de manifiesto que la invasión de formas y palabras
resulta inevitable, pero controlable. No deja de ser divertida la grafía popular para
indicar masculino y femenino del símbolo @.
80. La escritura electrónica es una forma de presentar la palabra procesada mediante
microprocesadores (chips).
81. Lázaro Carreter, Fernando: «Escritura electrónica», El País, 3/10/1999.
82. Nóbile, Nicolás: «Escritura electrónica y nuevas formas de subjetividad», en Cafassi,
Emilio: Internet: políticas y comunicación, Bs. As., Biblos, 1998, p. 116.

28

También podría gustarte