Cancioner Seminario - Somos Un Pueblo Que Canta
Cancioner Seminario - Somos Un Pueblo Que Canta
Cancioner Seminario - Somos Un Pueblo Que Canta
Somos un Pueblo
Que Canta
Pueblo que canta somos un pueblo que canta somos un pueblo que canta somos un pueblo
Cancionero
DIÓCESIS VILLA DE LA CONCEPCIÓN DEL RÍO CUARTO
Somos un pueblo que canta
Somos un pueblo que canta
Realizado por el
seminario mayor
entrada
entrada Entrada
“Vayan al templo y
anuncien todo lo que
se refiere a esta
Nueva Vida”
Hch 5, 20
el canto de entrada
Somos un pueblo que canta
U
na vez reunido el pueblo, mientras entra el sacerdote con el diácono y los
ministros, comienza el canto de entrada. La finalidad de este canto es abrir la
celebración, fomentar la unión de los que se han congregado e introducir los
espíritus en el misterio del tiempo litúrgico o de la fiesta, y acompañar la procesión
del sacerdote y los ministros.
(Instrucción general del Misal Romano n. 47)
nos obliga a celebrar.
Comenzando aquí en la tierra
24. Que lindo llegar cantando el banquete celestial.
¡Qué lindo rezar cantando
Que lindo llegar cantando nuestra alegría pascual!
a tu casa Padre Dios,
y hermanados en el canto,
comenzar nuestra oración.
Darte gracias y alabanzas,
pedirte ayuda y perdón.
¡Que lindo es llegar cantando
a tu casa Padre Dios!
25. Que alegría
Que lindo es traer la vida
a nuestra celebración, ¡Que alegría cuando me dijeron!:
contarle a nuestros hermanos "Vamos a la casa del Señor".
y que se vuelva oración, Ya están pisando nuestros pies
Somos un pueblo que canta
y planta comunidades las que luchan día a día procurando por su pan.
donde se da conversión. Y reunidos, formando comunidades,
construir un mundo nuevo
28. Somos la familia de Jesús donde no haya más dolor.
Vengan ustedes, los que quieren que las cosas Cuando el odio y la violencia
sean nuevas y tengamos una nueva sociedad. anidan en nuestro corazón,
Hombres libres, por Cristo liberados, el mundo sabrá que por herencia
luchando todos juntos en la gran liberación. le aguardan tristezas y dolor.
acto
Somos un pueblo que canta
penitencial
acto
penit
“Les daré
un corazón nuevo
y pondré en ustedes
un espíritu nuevo”
Ez 36, 26
Somos un pueblo que canta
el canto de perdón
P
ara comenzar la celebración de la Eucaristía, los fieles aclaman al Señor e
imploran su misericordia; será cantado por todos, es decir, participarán el
pueblo y el coro o cantor. (IGMR, n.50 y 51)
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38. Perdona una vez más Porque hay amor que se vuelve palabra.
Porque hay niños que están sin hogar.
Dios Padre de los hombres, Porque los hombres se matan y mienten.
te faltamos ten piedad, Porque se ciegan y olvidan amar...
olvida nuestro olvido, te rogamos, ten piedad.
Dios, Hijo de los hombres, Por el hambre que sufren los hombres
no supimos, ten piedad, Por la risa que nunca brotó
reconocerte hermano, no quisimos, ten piedad. Por la flor que murió en su capullo
Por el hijo que nunca nació...
Por todo lo que hicimos de daño a los demás,
y por lo que no hicimos de bien y de verdad; Por las vidas que ciega la guerra
por tantas injusticias y por tanta maldad, Por el vicio que mira el hogar
escucha nuestro ruego: ¡perdona una vez más! Por la muerte de nuestras canciones
Por los frutos que nunca serán...
Preserva siempre mi alma en tu redil.
Amén, amén. Yo vi sufrir a mi hermano
y no le tendí la mano,
y yo se que una vez más Él me perdonará.
Lo vi triste y desolado
y yo de brazos cruzados,
y yo se que también hoy Él me perdonará.
Señor, no le di la mano,
se encontraba solo y lo deje partir.
Perdón, por no dar cariño,
por sólo buscarlo y tan lejos de Ti (2).
Señor, ¿por qué soy así?
Estoy como ciego y no sé comprender.
Señor, Tú eres mi esperanza,
dame tu mirada, que te sepa ver.
Gloria
Somos un pueblo que canta
Gloria
“Él se manifestó
en la carne,
fue justificado
en el Espíritu,
contemplado
por los ángeles,
proclamado
por los paganos,
creído en el mundo
y elevado a la gloria”
1 Tim 3, 16
el gloria
Somos un pueblo que canta
E
s un himno antiquísimo y venerable por el cual la Iglesia congregada
en el Espíritu Santo glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta su
súplica. Lo canta la asamblea de los fieles, o alternando el pueblo con
el coro, o sólo el coro. (Misal Romano, n.53)
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te damos gracias, te damos gracias, Gloria a Vos, Santo Espíritu, viento y fuego
te damos gracias por tu inmensa gloria. que hiciste de los pueblos un solo pueblo.
Señor Dios Rey celestial. Que animas a la Iglesia, con tu aliento,
para que anuncie al mundo el Evangelio.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. 49. Gloria (O. Cattena)
tú que quitas los pecados del mundo
ten piedad de nosotros. Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz
Tú que quitas los pecados del mundo a los hombres, y en la tierra paz
atiende a nuestras súplicas. a los hombres, que ama el Señor.
Tú que reinas con el Padre
ten piedad de nosotros, de nosotros. Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
Gloria a Dios en las alturas te glorificamos, te damos gracias.
y en la tierra paz a los hombres Señor Dios, Rey Celestial,
paz a los hombres, paz a los hombres Dios Padre Todopoderoso.
que ama el Señor (2).
Señor Hijo único Jesucristo,
Porque tú solo eres santo Señor Dios, Cordero de Dios,
solo tú Señor, tú solo (2) Hijo del Padre. Tú que quitas
el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Tú solo Altísimo Jesucristo (2) Tú que quitas el pecado del mundo,
con el Espíritu Santo (2) atiende nuestras súplicas.
en la Gloria de Dios Padre. Tú que estás sentado a la derecha del Padre.
Amén (5) Ten piedad de nosotros.
Somos un pueblo que canta
salmos
Salmos
antífonas de
“Cantemos al Señor
un canto nuevo,
porque Él
hizo maravillas,
Aleluya”
Salmo 97
El salmo
Somos un pueblo que canta
Por su carácter lírico (“salmo” quiere decir “canto”) deben ser cantados. Es
uno de los cantos más importantes de la primera parte de la Misa (Liturgia de la
Palabra).
Los salmos ponen en práctica dos acciones: escuchar y responder (por eso
decimos que es “responsorial”). Y respondemos precisamente con las mismas
palabras con que Dios nos ha hablado.
Sal 1: “Feliz el hombre que siempre medita, Sal 30: - “En tus manos Señor, encomiendo
en la ley de Dios”. mi alma”.
Sal 2: “Tu eres el Rey de las naciones, Tu eres Sal 31: “Padre, tu perdonas mi culpa y me das
el ungido del Señor, felices los que en Ti se la alegría de sentirme salvado”.
refugian”.
Sal 32: “Que descienda Señor sobre nosotros
Sal 4: “Señor, que brille sobre nosotros la luz tu gracia en la medida en que esperamos en
de tu rostro”. Ti”.
Sal 8: “¡Oh, Señor Nuestro Dios, qué Sal 33: - “Vayamos a gustar la bondad del
admirable es tu Nombre en toda la tierra.!”. Señor”.
Sal 15: “Protégeme Dios mío, porque en Ti Sal 38: “Mi vida es breve Señor, yo pongo en
me refugio”. Ti mi esperanza”.
Sal 17: “Te amo Señor, mi fuerza y mi Sal 41: “Mi alma tiene sed de Dios: ¿cuándo
refugio; en Ti pongo mi esperanza”. llegaré a ver su rostro?”.
Sal 18a: “Resuena su eco por toda la tierra”. Sal 42: “Subiré al altar del Señor, cantando mi
alegría”.
Sal 18b: “Señor, Tu tienes palabras de vida
eterna”. Sal 44: “Te felicitamos Virgen María porque
engendraste al Señor del mundo”.
Sal 19: “Tu Palabra Señor es la verdad, y la
luz de mis ojos”. Sal 46: “Dios asciende entre aclamaciones, el
Señor al sonido de trompetas”.
Sal 21: “Dios mío, Dios mío porqué me has
abandonado”. Sal 48: “Felices los humildes y los pobres
porque de ellos es el Reino de los cielos”.
Sal 22: “El Señor es mi pastor, nada me puede
faltar”. Sal 50: - “¡Piedad Señor, pecamos contra Ti!”.
Sal 23: “Ábranse puertas eternas para que Sal 62: “Señor, mi Dios mi alma tiene sed de
entre el Rey de gloria”. Ti”.
Sal 24: “Muéstrame Señor tu camino y Sal 64: “¡Te alabamos Señor aleluya, porque
guíame por él”. alegras nuestra vida con la obra de tu amor,
aleluya, aleluya!”.
Sal 26: “El Señor es mi luz, mi salvación; a
quien podré temer”.
Sal 65: “¡Todo el mundo cante la gloria de
Somos un pueblo que canta
Sal 97: “¡Cantemos al Señor un canto nuevo, Sal 125: “Los que siembran entre lágrimas,
aleluya, porque el obró maravillas, aleluya!”. cantando cosecharán”.
Sal 99: “Somos el Pueblo de Dios, entremos Sal 126: “Bendice Señor nuestro trabajo, y
en su templo dando gracias” danos el pan de cada día, porque confiamos en
Ti”.
Sal 102: “El amor del Señor permanece para
siempre”.
Somos un pueblo que canta
aleluya
Aleluya
el aleluya
E
s una aclamación de gozo pascual (significa “gloria a Dios”) y es tanto
una reflexión sobre la Palabra de Dios proclamada en la liturgia como
una preparación para el Evangelio. Se canta siempre, no conviene
omitirlo, excepto en cuaresma donde se reemplaza por alguna aclamación.
Lo comienzan todos o bien el coro o cantor, y si fuese necesario se repite.
Acompaña un versículo llamado aleluiático.
Una variante en el canto puede ser: el coro y la asamblea cantan el
aleluya sin cantar el versículo aleluiático. El sacerdote desde el ambón lee del
leccionario el versículo aleluiático que éste propone para el Evangelio de ese
día y se vuelve a cantar el estribillo del aleluya.
Lo cantamos poniéndonos de pie, indicando nuestra
disponibilidad a la escucha.
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Somos un pueblo que canta
es simple porque es clarita,
serenata de cantares (2)
Tu Palabra es querendona,
suave y dulce como miel.
Nos toca y nos enamora
y nos hace pueblo fiel (Bis).
dones
presentación de
Dones
E
l canto durante la presentación de los dones acompaña la procesión en la
que se llevan las ofrendas. Este se prolonga por lo menos hasta que las
ofrendas son colocadas en el altar. No es siempre un canto necesario. Puede
referirse al tiempo litúrgico o a la fiesta celebrada. Por tanto no es necesario que la
letra haga siempre referencia al pan y al vino. Podría hacerse, por ejemplo, un canto
a la Virgen o un villancico en tiempo de navidad, pero sin hacer de esto una regla
para todas las celebraciones. Puede acompañarse el momento sólo con música
instrumental. El modo de cantarlo es el mismo que para el canto de entrada, aunque
aquí el coro puede desempeñar su función más plena, ya que podría cantar
solamente él y la asamblea acompañar en silencio.
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Somos un pueblo que canta
Ropa, comida, juguetes también, Los que ponen en todas las cosas,
libros, remedios, son para Él; amor y justicia.
en los que sufren Cristo está Los que nunca sembraron el odio,
darle queremos, lo que él nos da. tampoco el dolor.
Los que dan y no piensan jamás
Hoy nuestros juegos, nuestros dolor, en su recompensa,
nuestros estudios traemos al Señor; esa gente es feliz
toda la vida vamos a dar porque vive muy cerca de Dios.
para la ofrenda de Cristo en el altar.
Los que son generosos y dan
de su pan un pedazo.
61. Al altar nos acercamos Los que siempre trabajan pensando
en un mundo mejor.
Al altar nos acercamos,
Los que están liberados
con el vino y con el pan;
de todas sus ambiciones,
son los frutos del trabajo
esa gente es feliz
que queremos presentar (2).
porque vive muy cerca de Dios.
Estos dones que ofrecemos
el Señor convertirá;
en su Sangre y en su Cuerpo,
signos de fraternidad (2). 63. Coplas de Yaraví
Sé como el grano de trigo que cae El pan que compartimos es trigo de Dios,
en tierra y desaparece, es fruto de la tierra, en trabajo y dolor,
y aunque te duela la muerte de hoy en nuestros corazones semillas se hará,
mira la espiga que crece. para una nueva siembra de paz y amistad.
67. Esto que soy, esto te doy ¡Que sepamos, Señor, ser vino bueno, y
apagar en el mundo la tristeza!
A veces me pregunto ¿por qué yo?
y solo me respondes “porque quiero”. 69. Junto a Ti
Es un misterio grande el que nos llames,
así tal como somos a tu encuentro. Junto a Ti al caer de la tarde,
y cansados de nuestra labor,
Entonces redescubro una verdad, te ofrecemos con todos los hombres,
mi vida , nuestra vida es tu tesoro. el trabajo, el descanso, el amor.
se trata entonces sólo de ofrecerte
con todo nuestro amor esto que somos. Con la noche las sombras nos cercan
y regresa el hornero a su hogar,
¿Qué te daré? ¿Qué te daremos? nuestro hogar son tus manos, oh Padre,
si todo, todo es tu regalo. y tu amor nuestro nido será.
Te ofreceré, te ofreceremos,
esto que somos, esto que soy, esto te doy. Cuando al fin nos recoja tu mano,
para hacernos gozar de tu paz,
Esto que soy, esto es lo que te doy, reunidos en torno a la mesa
esto que somos es lo que te damos. nos darás la perfecta hermandad.
Tú no desprecias nuestra vida humilde,
se trata de poner todo en tus manos.
70. La semilla en el surco
Aquí van mis trabajos y mi fe,
mis mates, mis bajones y mis sueños, La semilla enterrada en el surco
y todas las personas que me diste dio la espiga de trigo esperada
desde mi corazón te las ofrezco. que mediante el trabajo del hombre
fue en harina y en pan transformada (2)
Es joven el que arriesga, el que sabe caminar, Oh Dios que reformaste la humanidad caída
el que siempre se pregunta, Confunde nuestra vida con tu divinidad.
sin volver la vista atrás. Lo mismo que se mezcla en esta ofrenda pura
El que sabe hacer historia, El agua que es figura de nuestra humanidad.
el que sabe transformar,
el que es voz de los pequeños, El vino de la uva y el trigo en blanco grano
defendiendo la verdad. Son frutos de las manos, son hijos del dolor
Esfuerzos y trabajos
El que sigue a Jesús pobre, que en Cristo se agigantan
el que sabe caminar, y por su medio alcanzan valor de redención.
Somos un pueblo que canta
Porque sos Dios amor nos amamos, Señor. 85. Te ofrecemos Padre nuestro
Porque sos Dios amor damos frutos de amor.
Te ofrecemos Padre nuestro
Nosotros que sabemos que nos miras… con el vino y con el pan,
ofrecemos nuestro amor. nuestras penas y alegrías
Nosotros miramos adelante… el trabajo y nuestro afán.
ofrecemos nuestro amor.
Nosotros que confiamos en tu gracia… Con el trigo de los campos
ofrecemos nuestro amor. bajo el signo de la cruz
Nosotros nos sentimos tus amigos… se transforman nuestras vidas
ofrecemos nuestro amor. en el cuerpo de Jesús.
Te presentamos el vino y el pan; Traigo junto al pan y este vino la alegría que
bendito seas, por siempre Señor. tengo de servirte Señor, te pido que me
aceptes con ellos gracias por invitarme a esta
Bendito seas, Señor, fiesta de amor.
por éste pan que nos diste,
fruto de la tierra y del trabajo de los hombres. Traigo junto al pan y este vino el dolor de las
almas que no saben de ti, también las
Bendito seas, Señor, intenciones de tantas para que lo bendigas y
el vino Tú nos lo diste, les des tu paz.
fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.
Bendito seas, Señor,
la vida Tú nos la diste,
hoy te la ofrecemos junto a este sacrificio.
89. Toma Señor nuestra vida
Ciento por uno y molienda, que te muestre simple, así como sos.
mañana yo he de ser pan.
santo
Santo
Somos un pueblo que canta
“Bendito
el que viene
en Nombre del Señor”
Mt. 21, 9
el santo
E
s el canto más importante de la misa. Mientras sea posible debe ser cantado.
Es una aclamación de alabanza que concluye el prefacio de la plegaria
eucarística. Aquí nos asociamos al pueblo que alababa a Jesús cuando
entraba a Jerusalén montado en un asno, y a aquella visión de Isaías donde los
serafines gritaban “santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos. Toda la tierra
está llena de su gloria” (Is 6, 3). Por eso debe ser masivo y sin muchas
introducciones instrumentales. Conviene que lo cante toda la asamblea juntamente
con el sacerdote.
Somos un pueblo que canta
comuni Comunión
ón
“Yo soy el Pan de Vida,
el que viene a mí
jamás tendrá hambre”
Jn 6, 34
Somos un pueblo que canta
el “Cordero de Dios”
s una letanía con que la asamblea acompaña el rito tan significativo (y entre
nosotros tan empobrecido) de la fracción del Pan. Es importante tener en
E
cuenta que el saludo de la paz y el “cordero de Dios” son dos momentos
distintos que debemos distinguir. Estamos acostumbrados a utilizar el canto del
Cordero para acompañar el saludo de paz cuando en realidad el canto acompaña la
fracción del Pan que el sacerdote realiza después del gesto de paz. Por eso el canto
del Cordero debe comenzar cuando el sacerdote parte el Pan. Se puede cantar dos
o tres invocaciones y en última se dice “danos la paz”.
el canto de comunión
M
ientras el sacerdote consume el Cuerpo y Sangre de Cristo comienza el
canto de Comunión, el cual debe expresar y manifestar, por la unión de las
voces de quienes comulgan, el gozo del corazón y hacer más evidente el
carácter “comunitario” de la procesión parra recibir la Comunión. El canto se
prolonga mientras se distribuye el Sacramento a los fieles” (IGMR, n. 86)
S
e recomienda después de la distribución de la comunión, un momento de
silencio sagrado que puede culminar en un canto comunitario (o alguna
oración) agradeciendo la Eucaristía celebrada. El canto debe tener un
carácter más tranquilo y meditativo que el procesional de comunión. Lo exige la
Somos un pueblo que canta
ser un hogar de paz y libertad, es en esta Eucaristía donde hay que establecer,
haz que por ti la patria en que vivimos verdaderamente la solidaridad.
sea un anuncio de la celestial.
Eran cinco mil, los que se saciaron,
Dulce Jesús, poblados y desiertos y doce canastas, quedaron allí.
piden al Señor tu santa bendición. Es el compartir, que Jesús invita,
Duerman en paz nuestros queridos muertos el que nos ayuda, a aumentar la fe.
salva al hogar, la patria y religión.
109. Denles ustedes de comer Y hoy al igual que ayer, quiere congregarnos,
como a los cinco mil hombres,
toda una Nación;
Jesús se fue en una barca, para estar a solas, que viven en la injusticia,
ni bien lo supo la gente, lo siguió a pie; desencuentro y división,
y cuando desembarco, vio una gran multitud, y que están heridos, por la gran pobreza.
se compadeció, curo sus heridas.
Que esta Eucaristía llene el corazón,
Es este tu encuentro hermano, del pueblo argentino e inspire,
para estar junto a Él, un mundo mejor;
ni bien lo sepamos todos, vayamos a Él. proyectos y esperanzas, caminos de santidad,
Él viene a nuestro encuentro, y el fraterno gesto de partir el Pan.
Él mira nuestra aflicción,
quiere perdonarte, curar tus heridas. Te pedimos Padre que este gran encuentro
y las oraciones lleguen hasta Ti.
Y al atardecer, cuando el sol se iba, Que Jesús Sacramentado,
uno de los suyos, murmuró al Señor: sea el alimento, de toda la vida,
“Despide a la gente, porque esta cansada, y nos dé su paz.
se sienten con hambre, desfallecerán.”
¡Denles ustedes de comer!,
“¡Denles ustedes de comer!” fue la Palabra del Señor,
fue la Palabra del Señor, Palabras Divinas, que vienen de Dios.
Palabras Divinas, que vienen de Dios. Hoy Él nos vuelve a recordar,
¡Denles ustedes de comer!, ¡Vamos hermanos a saciar,
Cristo nos vuelve a repetir la sed de este pueblo, de volver a Dios.
nuestro compromiso, el de compartir.
¡Oh! Virgen María, danos hoy la gracia,
Los discípulos dijeron: que todos tus hijos, lleguen a Jesús.
“Aquí hay cinco panes, En este Congreso vos estas presente,
y dos hermosos pescados, para compartir”; tierna Madre nuestra, ruega por nosotros.
tráiganmelos pronto aquí, con amor les pidió,
les dijo a la gente, que se sienten todos. ¡Denles ustedes de comer!,
fue la Palabra del Señor,
A esta misión tan fuerte, que fuimos llamados, Palabras Divinas, que vienen de Dios.
para compartir con todos, el amor de Dios;
Somos un pueblo que canta
En memoria tuya, Cristo Redentor, Junto a los hermanos que Cristo hoy nos da
vamos a tu mesa en señal de amor. vayamos buscando vivir en la unidad.
Que esta vida nueva nos traiga claridad
Profundo misterio de amor y ternura para hallar la senda del Padre Celestial.
de querer quedarse antes de partir;
de dejar su sangre como Alianza Nueva,
de darla en bebida antes de morir. 115. Es mi Padre
Tómenlo y coman, pues esto es mi Cuerpo, Es mi Padre quien les da
les dijo rompiendo en su mano un pan; verdadero pan del cielo,
tómenla y beban pues esta es mi Sangre, el que coma de este pan
a que por ustedes he de derramar. vivirá eternamente.
Yo soy ese Pan de vida
Y hagan lo mismo cuando se reúnan, que ha bajado desde el cielo.
sabiendo que un día he de retornar,
para convidarlos a beber unidos de aquel vino Creemos Señor en tu palabra
nuevo que el Padre ha de dar. Tú eres el Pan que da la vida.
117. Eucaristía
116.Escondido
Este es mi cuerpo, tomad y comed.
Escondido estás a los ojos Esta es mi sangre, tomad y bebed,
y tan claro estás en la fe, ya no es pan ni vino, eres Tú Divino
en los dones del pan y el vino Emmanuel. La cena, el calvario, la muerte, el
hoy presente otra voz te haces. sudario, tu gran Resurrección.
El amor disculpa todo, el amor es caridad, Yo igual que mis abuelos, como mis padres
no se alegra en la injusticia hoy, forastero en tu casa, peregrino, Señor.
sólo goza en la verdad. Por suerte estoy sabiendo, que no existe un
final, que hay una sola vida, que se hace
El amor soporta todo, el amor todo lo cree, eternidad.
el amor todo lo espera, el amor es siempre fiel.
Si la vida es tan corta, que nos duele al pensar,
Nuestra fe y nuestra esperanza, si la vida es un sueño, que tiene un despertar;
junto a Dios terminarán, por que nos cuesta tanto, pensar en los demás,
Somos un pueblo que canta
“Éste es el
Pan de los ángeles,
convertido en alimento
de los hombres peregrinos”
Secuencia Corpus Christi
D
consagren a Cristo. Recomienda también responder con algunos cantos a la
Palabra de Dios, pero es importante no llenar todo el momento de adoración con
música, lecturas y reflexiones; sino más bien ser prudente buscando guardar un
sagrado silencio en momentos oportunos.
La letra de los cantos expresan la alabanza y la acción de gracias que
realizamos a Cristo por su presencia real en la Eucaristía, y deben llevarnos a un
mayor deseo de comunión con Él y entre nosotros. (R.R.S. pag 575)
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134. Adoro te devote (castellano) Deum tamen meum te Confiteor.
fac me tibi simper magis credere,
in te semp habere, te diligere.
Con fe te adoramos Dios oculto aquí
bajo el pan y vino te vemos a Ti. 136. Alabado sea el Santísimo
Te entregamos todo nuestro corazón
porque al contemplarte se inflama de amor. Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar
Y la Virgen concebida
Vista, gusto y tacto, se engañan en Ti sin pecado original (2).
la fe está segura tan sólo al oír.
creo cuanto ha dicho el Hijo de Dios Celebremos con fe viva este pan angelical
la verdad eterna, no hay mayor amor. Y la Virgen concebida
sin pecado original (2).
La cruz ocultaba tu divinidad
pero aquí se esconde ya la humanidad. Es el Dios que da la vida y nació en un portal
yo creo y confieso unidas las dos De la Virgen concebida
yo hago la plegaria que hizo el buen ladrón. sin pecado original (2).
Tus llagas no veo cual Tomás las vio El manjar más regalado de este suelo terrenal
pero aquí Dios mío te confieso yo Es Jesús Sacramentado
dame que en Ti crea siempre más y más Dios eterno e inmortal (2).
que en Ti solo espere y ame sin cesar.
137. Cantemos al amor de los amores
135. Adoro te devote (latín)
Cantemos al amor de los amores
cantemos al Señor
Adoro te devote, latens Deitas, Dios está aquí, venid adoradores
quae sub his figuris vere latitas: adoremos a Cristo Redentor
tibi se cor meum totum subicit,
quia te contemplans totum déficit. Gloria a Cristo Jesús
Cielos y tierra ¡bendecid al Señor!
Visus, tactos, gustus, in te fallitur; Honor y gloria a Ti Rey de la gloria.
sed auditur solo tuto creditur. Amor por siempre a ti
Credo quidquid dixit Dei Filius Dios del amor!
nil hoc verbo veritatis verius.
Unamos nuestra voz a los cantares
In cruce latebat sola Deitas; del coro celestial
at hic latet simul et humanitas. Dios está aquí
Ambo tamen credens atque confitens Al Dios de los altares alabemos
peto quod petivit latro paenitens. con gozo angelical.
Cantemos al amor de los amores
Plagas, sicut Thomas, non intueor; cantemos sin cesar
Dios está aquí cuando la cruz, Señor, me lleve a ti.
Venid adoradores, adoremos Si tiende al sol la flor, si el agua busca el mar,
a Cristo en el altar. a ti solo mi solo bien, he de buscar.
Tu septiformis munere,
digitus paternae dexterae,
tu rite promissum Patris,
sermone ditans guttura.
“Vayan, y hagan
que todos los pueblos sean
mis discípulos…”
Mt. 28, 19
En siete días creó Dios al mundo, Nos entrega como Madre a María
Adán pecó y perdió el cielo. para darnos esperanza en el dolor.
Jesús vino para redimirnos, Ella siempre nos renueva la alegría
y nos muestra el amor del Padre Dios 151. Salmo pa’ pialar esperanza
149.Queremos ser, Señor Señor buscaré tu rastro en mi ser,
la tierra hablará con toda su voz.(2).
Queremos ser, Señor, Servidores de verdad,
Testigos de tu amor, Instrumentos de tu paz. Palabra y verdad tu mundo será,
un Reino de amor en la oscuridad (2).
Convéncenos que por tener un Padre Dios,
somos hermanos. Tu voluntad, es que haya Pasamos de largo pedimos perdón,
paz, Justicia y paz, van de la mano. hermanos hambrientos
de pan y de amor (2)
Enséñanos a perdonar para poder ser
perdonados. Recuérdanos por qué tu Amor El llanto al final vos lo secaras
Quiso morir crucificado. en jubilo y fiesta lo convertirás (2)
Ayúdanos a comprender que la misión del Que anime a tu pueblo justicia y pasión,
bautizado es compartir con los demás su fe en prolongue en la tierra tu propia misión(2).
Jesús resucitado.
Tu mano en mi mano seguiré el camino,
150. Rendid a Yahvé al partir el pan con los peregrinos(2)
Rendid a Yavé, santos del Señor, Al cambiar espadas por rejas de arados,
gloria y poder a que hace la creación. volverá la risa a los campos sembrados (2).
Rendid honor al glorioso nombre del Señor
y alabadle en su santo esplendor. 152. Si vienes conmigo
Sobre los mares resuena la voz de Dios. Si vienes conmigo y aumentas mi fe
Glorioso es dios su voz hace temblar. Si estás a mi lado ¿a quién temeré?
Es poderosa la voz del altísimo.
Aleluya, A nada tengo miedo, a nadie he de temer,
su voz desgaja los cedros del Líbano. Señor, si me acompañan tu amor y tu poder.
Aleluya, Me llevas de la mano, me ofreces todo bien,
la voz del Señor lanza llamas de fuego. Señor, tú me levantas si vuelvo a caer.
Aleluya,
quebranta los bosques la voz del altísimo. Qué largo mi camino, qué hondo mi dolor,
Aleluya Ni un árbol me da sombra,
y en su santuario griten. ¡Gloria!. ni escucho una canción,
será que a nadie puedo mirar sin sonreír?
Sentado está Dios sobre la tempestad, Señor, tú solo quedas, tú solo junto a mí.
sentado está Yavé cual rey eterno.
La fuerza da al que pone su confianza en Él. En cosas que se mueren yo puse el corazón
Yavé bendice a su pueblo con paz. Fue tierra mi tesoro, fue vana mi ilusión.
En cosas que se mueren me voy muriendo yo
Tú solo vives siempre, Tú solo mi Señor. corazones abiertos, nuestras manos unidas.
Celebraremos con alegría,
153. Somos un nuevo pueblo porque está entre nosotros el Dios de la vida.
Sufren los hombres mis hermanos, buscando Que Dios bendiga esta tierra
entre las piedras la parte de su pan. Sufren los y nos conceda la paz.
hombres oprimidos, los hombres que no tienen Que su presencia nos guíe
ni paz ni libertad. Sufren los hombres mis por nuevos senderos de amor y unidad (2).
hermanos mas Tú vienes con ellos y en Ti
alcanzarán, otra ciudad que no se acaba... Que la Santísima Virgen
Madre del Hijo del Dios
Danos valor para la lucha, valor el las Nos acompañe en la espera
tristezas, valor en nuestro afán. Danos la luz y nos muestre el camino de la salvación (2)
de tu Palabra que guíe nuestros pasos en este
caminar. Marcha Señor junto a nosotros, pues 157. Vayan y enseñen
solo en tu presencia podremos alcanzar, otra
ciudad que no se acaba... Son la semilla que ha de crecer,
son la estrella que ha de brillar.
Dura se hace nuestra marcha, andando entre Son levadura, son grano de sal,
las sombras de tanta oscuridad. Todos los antorcha que debe alumbrar.
cuerpos desgastados, ya sienten el cansancio Son la mañana que vuelve a nacer,
de tanto caminar. Pero tenemos la esperanza son espiga que empieza a granar.
de que nuestras fatigas al fin alcanzarán, otra Son aguijón y caricia a la vez,
ciudad que no se acaba... testigos que voy a enviar.
M
aría ha estado siempre vinculada a la devoción de los cristianos. Después
de Jesucristo, nada hay en el cielo ni en la tierra tan grande y tan digno de
veneración y de amor como la Santísima Virgen María. Por eso la liturgia
prevee que en ciertos momentos de la celebración puedan realizarse cantos
marianos. Tradicionalmente los ubicamos como cantos de salida pero pueden
incorporarse a otros momentos como son la entrada, la presentación de dones o la
postcomunión.
El Papa Pío XII en su encíclica “Mediator Dei” expresa el amor a María así:
“Entre los Santos del cielo se venera de modo preeminente a la Virgen María, Madre
de Dios; pues su vida, por la misión recibida del Señor, se une íntimamente con los
misterios de Jesucristo, y nadie, en verdad, siguió más de cerca las huellas del
Verbo encarnado, nadie goza de mayor gracia y de poder cerca del Corazón
sacratísimo del Hijo de Dios, y por su medio cerca del Padre celestial. Ella es más
santa que los querubines y los serafines y goza de una gloria mayor que los demás
moradores del cielo, como quiera que es la llena de gracia y Madre de Dios y la que
con su parto feliz nos dio al Redentor…” (n.169)
159. Ave María te quiero 161. Chacarera de la Virgen
166. Madre de los peregrinos Fuiste a Belén, madura del fruto Santo,
y por ser de los pobres, nadie te abrió.
Ave María, Fuiste la que alumbraste nuestra noche y dolor
Ttaes al mundo el amor cuando la luz del mundo de Ti nació.
Madre de los peregrinos
Madre del pueblo de Dios Fuiste a ofrecer al niño en el Templo Santo,
Dios te confió el destino del Salvador;
María de la esperanza, “luz para las naciones, signo de división,
de la humildad y el amor y el filo de una espada en tu corazón”.
atiende nuestras palabras,
escucha nuestra oración. Fuiste la que comiste el pan del destierro,
la que buscaste al niño en Jerusalén
Hay pueblos que están en guerra Fuiste la que guardaste todo en tu corazón
y almas que no tienen luz, fuiste la que creíste sin comprender.
Madre, tu pueblo implora
que nazca otra vez Jesús. Fuiste la dulce esposa del carpintero
fuerte, trabajadora, mujer de hogar
Que lindo es sentir tan cerca Madre y educadora, ejemplo de piedad,
todo tu amor maternal, la amiga, la vecina más servicial.
por las madres del mundo
hoy te queremos rezar. Fuiste la que estuviste junto a los novios,
Tú la que brindaste gracia y amor;
Tú la que adelantaste “la hora del Señor”
167. Madre de nuestro pueblo cuando el agua en vino Jesús cambió.
Fuiste una chica humilde, creyente y pura,
Fuiste la que subiste hasta el Calvario
fuiste la que esperaba al Salvador,
la que, de pie, estuviste junto a Jesús,
fuiste el surco abierto, fuiste el Sí a Dios
Tú, la que aceptando nueva fecundidad,
cuando el amor Divino te fecundó.
te hiciste Madre nuestra al pie de la Cruz.
Santa María, Madre de Dios
junto a tu Hijo reúnenos
Fuiste la que estuviste con los Apóstoles
Madre y Patrona de nuestro pueblo
esperando al Espíritu en oración
fuiste la que animaste la evangelización Fue tu materna espera luz de esperanza,
cuando la Iglesia al mundo se propagó. hasta que el gurisito nació en Belén,
y vinieron los pobres
168. María de América y peregrinos para adorarlo y él sonreía
Dios con nosotros, el Emmanuel.
Quinientos años
con María en nuestra tierra, Ahora que en cuerpo y alma estás en el cielo
regalándonos la vida de Jesús, sentimos tu plegaria junto al Señor,
abrigando con su manto nuestro tiempo, y que vas caminando con el que sufre
Junto a la Iglesia con el que llora, con el que sueña,
y sus ganas de vivir. con la justicia, con el amor.
172. Oh María
Oh María, Madre mía,
Oh consuelo del mortal.
amparadme y guiadme a la Patria celestial.
E
l hombre ha nacido para amar. Juan Pablo II decía que el hombre como
persona se realiza solamente existiendo “con alguno” y más profunda y
completamente existiendo “para alguno”. Por tanto, alcanza su plenitud en la
medida que ama, cuando sus relaciones son expresión de amor. El hombre ha
nacido para amar y por eso el amor es la vocación fundamental del ser humano.
Todos somos “llamados” al amor. Y Dios es Amor (1 Jn 4, 8). Por eso la liturgia está
empapada de un gran llamado de Dios a su Pueblo, de una vocación a la que todos
somos convocados. Y no solamente a la vida consagrada, sino también a la vida
matrimonial, a una vida comprometida, responsable, íntegra.
Los cantos vocacionales refrescan en nosotros este llamado de Dios a cada uno en
particular y a todos juntos como Pueblo de Dios. Por eso las letras siempre hacen
referencia a un salir de sí mismo, anunciar a los demás la Buena Noticia, compartir y
contagiar a otros con el amor de Dios que experimentamos en nuestras vidas: “Ay
de mí si no anunciara el Evangelio” (1 Cor 9,16). De aquí que puedan ser utilizados
en diferentes partes de la misa. Podemos incorporarlos como cantos de entrada,
presentación de dones, comunión, post comunión o salida.
E
n el período cuaresmal se debe tener en cuenta el valor de la austeridad, del
silencio contemplativo y penitencial. No significa esto que haya que hacer
solamente cantos lentos y penitenciales. No es un momento de tristeza sino
de peregrinación a la Pascua reconociéndonos débiles y necesitados de Dios. Por
eso al comienzo de las celebraciones podemos tomar un canto que nos introduzca
en el sentido de nuestro caminar hacia la Pascua. Y hasta se podría hacer el mismo
canto los cinco domingos de cuaresma para que se los cante bien, incluso sin
depender de los cancioneros.
Se podría comenzar solemnemente la Cuaresma (miércoles de Cenizas) con
el canto de las letanías de los santos que ponen de manifiesto su intercesión y es
un anticipo de la Vigilia Pascual donde volveremos a cantarlas.
El acto penitencial debe ser especialmente destacado, sobre todo con un
silencio prolongado y un canto penitencial apropiado.
Hay que evitar que los cantos de la Semana Santa sean una innovación de
último momento. Será importante ensayarlos y cantarlos durante la Cuaresma,
teniendo en cuenta para estas celebraciones la religiosidad popular. Si van a poner
cantos nuevos, que no sean demasiados y tratar de ensayarlos con anterioridad.
En la adoración eucarística del Jueves Santo no deben faltar en las letras de
los cantos temas como la caridad, el servicio, la solidaridad, la vocación y la
fraternidad.
Durante la Vigilia Pascual, en lo posible, no omitir los salmos. Al menos tratar
de cantar las antífonas. El canto del Gloria y el Aleluya son muy importantes ese
día.
La liturgia bautismal puede ser embellecida con el canto de las letanías de los
santos y algún canto para la aspersión de los fieles.
Después de la Semana Santa parece que pusiéramos punto final. No debe
ser así. La Iglesia le da una gran importancia al tiempo pascual. Son cincuenta días
en los que debemos planificar bien cada domingo hasta Pentecostés. El canto del
Gloria y el Aleluya, el canto de Entrada y de presentación de dones podrán tener un
marcado sentido pascual. La comunión y la despedida podrían hacer alusión a la
vida de hombres nuevos que hay en nosotros, y a nuestro compromiso eclesial para
con todos
Por el paso del mar Rojo, Dios a Israel libró Cruz de los que sin esperanzas
En el agua del bautismo sufren sin saber para qué,
nace el Pueblo de Dios. cruz de los enfermos del alma
de los que perdieron la fe.
199. Regina caeli
197. Heme aquí Señor
Regina caeli laetare, alleluia
Heme aquí Señor, yo quiero escuchar tu voz quia quem meruisti portare, alleluia.
Háblame y haré lo que deba yo hacer. Resurrexit, sicut dixit, alleluia.
Ora pro nobis Deum, alleluia.
No quiero mi voluntad, habla Señor,
Confía en mí haré lo que deba yo hacer. 200. salmo 18
Por eso habla que tu siervo oye Tu Palabra Señor es la verdad
Habla que tu siervo escuchará Y la luz de mis ojos
Háblame Señor así dentro de mí (2)
La ley del Señor es perfecta
198. Junto a la cruz el alma reconforta
el testimonio del Señor es verdadero
Junto a la cruz de su Hijo sabiduría del humilde.
la madre llorando se ve,
el dolor la ha crucificado 201. Suenen campanas
el amor la tiene de pie.
Suenen campanas, suenen tambores,
Quédate de pie, suenen guitarras y hosannas a Dios.
de pie junto a Jesús Renace el día, surge la luz,
Que tu Hijo sigue en la cruz. cantemos hermanos un himno a Jesús.
Porque Cristo, resucitó (3). Toma mi mano, hermano,
Cristo en la cruz murió.
Canta el ave, brinca el ganado,
toda tristeza ya es del pasado.
El vino de su sangre nuestro dolor borró,
Hoy la alegría inunda a los hombres,
y el pan de harina y vida, nueva vida nos dio.
del niño al más grande, del rico al más pobre.
Toma mi mano, hermano, Cristo nos redimió.
El hombre nuevo surge en el mundo,
hay en las cosas un cambio profundo. Hoy comemos su cuerpo, trigo de redención;
Pascua de Cristo, Resurrección, bebemos de su sangre, vino de cruz y amor.
paso del hombre a la vida de Dios. Toma mi mano, hermano, alabemos a Dios.
1
Esta monición sólo se realiza si dentro de la Vigilia Pascual hay bautismo. En caso contrario se omite
Ministros de Dios bendigan al Señor, Aleluya, aleluya, aleluya, resucitó.
Pueblos del Señor bendigan al Señor.
206. Resucitó
Resucitó, resucitó, resucitó, aleluya
Aleluya, aleluya, aleluya, resucitó
navidad Adviento
y
Navidad
“Bendito sea el Señor,
Dios de Israel,
porque ha visitado
y redimido a su pueblo”
Lc. 1, 68
E
l adviento es el tiempo propio de la esperanza, de la espera y la venida. Por
eso la Iglesia pone una gran impronta en el “ven Señor Jesús”. Esperamos al
Emmanuel, al Dios con nosotros que abraza nuestra humanidad haciéndose
hombre. Los textos litúrgicos harán referencia tanto a llegada de Jesús niño, nacido
en Belén, como a la segunda llegada definitiva de Cristo al final de los tiempos.
Para el canto de entrada se sugiere que sea el mismo durante todo el
Adviento para ir remarcando la expectativa de la Navidad (recordemos que es el
tiempo de la espera, de “preparar el camino”). El canto del Gloria es especialmente
adecuado durante todo el tiempo navideño.
No debemos caer en la tentación de cantar villancicos en todos los
momentos. Su carácter popular y clásico nos ayuda a insertarnos en la tradición de
la primera evangelización, pero no siempre iluminan el misterio de la Navidad.
Pueden utilizarse, por ejemplo, en el momento de presentación de dones y la salida.
207. Aleluya del pregonero a iluminar nuestras tinieblas, ¡ven Señor!
Despertemos, llega Cristo, ven Señor, Pastores de Belén, cual ángeles cantad,
acudamos a tu encuentro, ven Señor. Repican las campanas, llegó la navidad.
Repican sin cesar, sus cantos escuchad
La Iglesia espera tu venida: Ven Señor Al mundo van diciendo: ¡Ya reina la bondad!
y llena de alegría canta: ¡Ven Señor!
Navidad llegó, y llegó la paz
Palabra eterna y creadora. ¡ven Señor! Y sobre la tierra hay felicidad.
a renovar todas las cosas, ¡ven Señor! Navidad llegó, y llegó el amor
Y en los corazones vibra la emoción.
Imagen de la luz eterna, ¡ven Señor!
210. La peregrinación con un poquito de jabón,
se le picaron las manos
A la huella, a la huella, José y María manos de mi corazón.
por las pampas heladas cardos y hortigas.
A la huella, a la huella cortando campo 212. Los reyes magos
no hay cobijo ni fondas, sigan andando.
Llegaron ya los reyes eran tres
Florecita del campo, clavel del aire, Melchor, Gaspar y el Negro Baltasar
si ninguno te aloja ¿adónde naces? Arrope y miel le llevarán
Dónde naces florcita que estás creciendo! Y un poncho blanco de alpaca real.
palomita asustada, grillo sin sueño.
Changos e chinitas duérmanse
A la huella, a la huella, José y María Que ya Melchor Gaspar y Baltasar
con un Dios escondido, nadie sabía. Todos los regalos llevarán
Para jugar mañana al despertar.
A la huella, a la huella, los peregrinos
préstame una tapera para mi niño. El niño Dios muy bien lo agradeció
A la huella, a la huella soles y lunas Comió la miel y el poncho lo abrigó
los ojitos de almendras, piel de aceituna. Y fue después que sonrió
Y a media noche el sol relumbró.
Ay burrito del campo, ay buey barcino
mi niño está viniendo, háganle sitio.
Un ranchito de quina solo te ampara, 213. Mi burrito sabalero
dos alientos amigos, la luna clara.
Con mi burrito sabalero
211. Los peces en el río voy camino de Belén (2)
si me ven, si me ven
Pero mira cómo beben los peces en el río voy camino de Belén (2)
pero mira cómo beben por ver a Dios nacido.
Beben y beben y vuelven a beber Lucerito mañanero ilumina mi sendero (2)
los peces en el río por ver a Dios nacer. Si me ven, si me ven
Voy camino de Belén (2).
La Virgen se está peinando
entre cortina y cortina, Con mi cuatrico voy cantando
sus cabellos son de oro Mi burrito va trotando (2)
y el peine de plata fina. Si me ven, si me ven
Voy camino de Belén (2).
La Virgen está lavando
y tendiendo en el romero Tuqui tuqui tuqui tuqui
los angelitos cantando Tuqui tuqui tuqui ta
y el romero floreciendo. Apurate mi burrito que ya vamos a llegar
214. Noche anunciada
La Virgen está lavando
Noche anunciada, noche de amor, había nacido en mi pago
Dios ha nacido, pétalo y flor, qué hermoso sueño soñé.
Todo es silencio y serenidad,
Paz a los hombres, es Navidad. Y vi a mis campesinos
ponerle el niño a sus pies,
En el pesebre, mi redentor, con la humildad de mi pueblo
Es mensajero de paz y amor, ofrendas de amor y fe.
Cuando sonríe, se hace la luz,
Y en sus bracitos crece una cruz. Yo le traigo leche de cabra
y al burrito alfalfa azul,
Esta es la noche que prometió también un pan de algarroba,
Dios a los hombres y ya llegó, para el niñito Jesús.
Es Noche buena, no hay que dormir,
Dios ha nacido, Dios está aquí. María soñé que tu niño
que es Jesús de Nazareth
había nacido en mi pago
¡qué hermoso sueño soñé!
215. Noche de paz
Yo soy chayero, María,
Noche de paz, noche de amor, busco en el río mi pan,
todo duerme en derredor. le traigo un bagre de plata
Entre los astros que expanden su luz, y una flor de espuma y sal.
brilla anunciando al niñito Jesús,
brilla la estrella de paz (2). Yo soy melero Señora,
traigo un payaso de miel,
Noche de amor, noche de paz, y un ramillete de trigo
Jesús nace en un portal. que en los montes me encontré.
llene la tierra la paz del Señor,
llene las almas la gracia de Dios. Yo me llamo Juan silencio
porque nació el redentor (2) soy hachero al niño Dios,
le hice una cuna de quebracho
Noche de paz, noche de amor y un caballito de sol.
todo canta en derredor,
clara se escucha la voz celestial
llamando al hombre al pobre portal,
Dios nos ofrece su amor (2).
E
l domingo siempre tiene preeminencia sobre cualquier fiesta, sin embargo
cuando coincide con la fiesta de algún Patrono deberemos atenernos a
criterios pastorales que aseguren una buena selección de los cantos. Se
debe prestar atención al tipo de Asamblea que celebra (estable o no, con gran
mayoría de peregrinos, asambleas diocesanas, etc.)
En estos momentos debemos tener siempre presente la piedad popular y las
tradiciones de nuestros pueblos.
Es bueno ubicar los himnos y cantos dedicados al Patrono en los momentos
más destacados: procesión de entrada, presentación de dones, postcomunión o al
final de la celebración.
Descubriste que en el viento
también suena una canción
si nuestro Buen Dios nos habla
suavecito al corazón.
Ay, flor de la tierra mía, flor del Perú 226. Martín, el negro
mira que tu pueblo humilde lleva la cruz. SAN MARTÍN DE PORRES
aroma del Evangelio saldrá de un jardín en flor
es el jardín de los pobres donde estás vos. Con el color de tu piel
puesta en la cima del cielo
has derramado en el suelo
unas gotitas de miel. Que tres en la tierra que el cielo juntó
que hermosa la imagen que el mundo dio.
Al mirar al tercer mundo Que Santa Familia brilló en Nazaret
y ver que es de tu color Santo Señor San José.
que tantos odios profundos
se cambien por el amor.
Que vida de trato continuo con Dios Por eso es que venimos ante ti arrodillados
que muerte dichosa junto a los dos Hermano de los pobres, de los desamparados.
Que grande en el cielo será tu poder Patrono del trabajo, lucero de los campos
Santo Señor San José. Hermano de los pobres, Santo San Cayetano.
Que fuerte tu brazo que tierno tu amor Venimos a decirte lo mucho que te amamos
que dulce tu apoyo, que casto tu ardor. que eres la luz inmensa
Que firme esperanza que invita tu fe que alumbra nuestros pasos.
Santo Señor San José La luz que nos alumbra
a los que te entregamos
el corazón entero sin miedo al desengaño.
Índice
índice
Acto penitencial
Presentación de dones
97. Santo (Los Toldos)
60. Al altar del Señor 98. Santo (E.E.N.)
61. Al altar nos acercamos 99. Santo (cielo y tierra pasarán)
62. Aleluya por esa gente 100. Santo (M.T.)
63. Coplas del Yaraví 101. Santo (Borsotti)
64. El grano de trigo 102. Santo (anónimo)
65. En la mesa del Señor
66. En tus manos Comunión
67. Esto que soy, eso te doy
68. Frutos de la tierra 103. Bendeciré al Señor
69. Junto a ti (al caer la tarde) 104. Bienaventurados
70. La semilla en el surco 105. Como Cristo nos amó
71. Mira nuestra ofrenda 106. Como en Emaús
72. Ofrenda de amor 107. Cuerpo y Sangre de Jesús
73. Padre Nuestro recibid 108. Cristo Jesús
74. Pan de nuestra juventud 109. Denles ustedes de comer
75. Pan de vida, bebida de salvación 110. El misterio de la fe
76. Quiero ser pan 111. El pan de Belén
77. Resurrección 112. El pan sabroso
78. Recibe Oh Dios eterno 113. En memoria tuya
79. Saber que vendrás 114. Enlacemos las manos
80. Señor de la vida 115. Es mi padre
81. Si el grano de trigo no muere 116. Escondido
82. Te ofrecemos el pan 117. Eucaristía
83. Te ofrecemos nuestro amor 118. Hambre de Dios
84. Te ofrecemos Padre Nuestro 119. Himno X C.E.N.
85. Te ofrecemos Padre Nuestro 120. Iglesia comunión
86. Te presentamos 121. Jesucristo danos de este pan
87. Te presentamos la vida Señor 122. No hay mayor amor
88. Toma Señor y recibí 123. Partiendo el mismo pan
89.Toma Señor nuestra vida 124. Señor tú eres el Pan
90. Una espiga 125. Si nos amamos
91. Vals de las ofrendas 126. Si yo no tengo amor
92. Vino y pan 127. Un mandamiento nuevo
93. Zamba del grano de trigo 128. Una sola vida
94. Zamba para que te quedes 129. Vamos cantando a comulgar
Santo 130. Vamos a hacer la comunión
131. Yo soy el camino
95. Santo (Dikes) 132. Y te reconocemos
96. Santo es el Señor, mi Dios 133. Yo soy el pan de vida
165. Los cielos
Cantos de adoración 166. Madre de los peregrinos
167. Madre de nuestro pueblo
134. Adoro te devote (castellano) 168. María de América
135. Adoro te devote (latín) 169. María de Nazaret
136. Alabado sea el Santísimo 170. Magníficat
137. Cantemos al amor de los amores 171. María Itatí
138. Espíritu de los cuatro vientos 172. Oh María
139. Fuego suave 173. Quiero tus ojos Madre
140. Más cerca Oh Dios de ti 174. Salve Regina
141. Pange lingua (castellano) 175. Salve Oh Reina
142. Pange lingua (latín) 176. Santa María del camino
143. Tantum ergo (latín) 177. Toda de Dios
144. Tantum ergo (castellano) 178. Virgen de la esperanza
145. Te adoramos hostia divina
146. Veni Creator Vocacionales
Adviento y navidad
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas.
Aquí estamos Señor,
cercanos a María que desde Lujan nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
Jesús Buen Pastor
en vos confiamos