Valoracion Puntocom PDF
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La valoración de las empresas cuyo negocio se centra en Internet se basa en los mismos
principios de valoración de cualquier otra compañía aunque con las diferencias típicas
que caracterizan a un sector determinado en relación a los otros.
Comencemos señalando que la valoración de una compañía es un proceso que se
compone de una serie de pasos:
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Juan Mascareñas Valoración Internet
Ahora restaremos la IB del FCB y obtendremos el flujo de caja libre del período
en cuestión. Lo mismo haremos con los períodos futuros donde deberemos estimar con
el mayor cuidado posible los diversos componentes del FCB y de la IB para obtener el
flujo de caja libre previsto para los años venideros.
En la estimación de los FCL hay que distinguir dos fases. La primera consiste en
estimar detalladamente los FCL de los próximos años (alrededor de cinco años, más o
menos, dependiendo de nuestro conocimiento de la empresa, de la competencia existen-
te en el sector, de si éste es maduro o novedoso, etcétera; cuanto más estable se prevea
el comportamiento de la empresa más fácil será estimar el largo plazo); esta fase tam-
bién permite estimar los FCL de los años en los que la empresa crece de forma extraor-
dinaria y termina en el momento en que se alcanza el crecimiento estable. La segunda
fase consiste en estimar el denominado valor terminal o residual que engloba el valor
de todos los FCL hasta el infinito existentes a partir del último FCL estimado detallada-
mente. Un ejemplo se muestra en la tabla 1, referido a la valoración de Amazon.com, en
la que se estimaron nueve FCL de forma detallada y el valor terminal.
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Hay varios métodos para calcular el valor terminal pero podemos resumirlos en
el mostrado a continuación1:
FCL n (1 + g)
VT =
ko - g
donde FCLn indica el último flujo de caja libre estimado detalladamente, ko es el coste
medio ponderado del capital que se estima existirá en el momento n, y g es la tasa media
de crecimiento anual y acumulativa estimada de los FCL a partir del momento n. La cla-
ve de esta fórmula estriba en la correcta estimación del FCLn+1 que es consistente con la
tasa de crecimiento prevista, por ello, es importante resaltar que la tasa media de creci-
miento anual y acumulativa a utilizar aquí es igual a:
g = b x ROI
donde b representa a la tasa de inversión neta (relación entre la inversión neta –inver-
sión bruta menos amortizaciones- y el BAIDT). Ésta última, que viene a ser la tasa de
retención del BAIDT (parte del beneficio que se reinvierte en la compañía, el resto se
reparte vía dividendos e intereses). Por otra parte, el ROI o rendimiento sobre el capital
invertido2, a largo plazo, que es una buena medida de la generación de ingresos de la
empresa y de sus capacidad para convertirlos en flujos de caja, se calcula dividiendo el
beneficio operativo después de impuestos -pero sin detraerle los intereses de las deudas-
entre el valor del capital invertido.
¿Cuál será el rendimiento medio sobre el capital invertido cuando el sector alcance
la madurez?. Las empresas, en general, obtienen altos ROI si:
1
Pueden verse otros métodos de cálculo del valor terminal en Mascareñas (2000b) y en Copeland, Koller y Murrin
(2000)
2
Normalmente denominado ROI (return on investment), ROIC (return on invested capital) e, incluso, ROA (return
on assets) siempre que los activos se refieran sólo al negocio analizado.
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sas va a ser alto (20% o más después de impuestos) es algo bastante dudoso desde el
momento en que otras empresas cuyo negocio, como las de Internet, se basa en gestio-
nar activos intangibles no consiguen que el valor generado vaya a los accionistas, sino
que se lo quedan sus empleados y directivos (por ejemplo, en la banca de inversión y la
industria del cine el valor generado va a parar en gran parte a los directivos, actores,
directores, etcétera).
También el analista debe centrar su atención en el volumen del mercado relevante
porque éste puede ser engañoso o irrelevante. Por ejemplo, muchas empresas de Internet
basan su valor en la publicidad (tienen que buscar contenidos interesantes para atraer al
público, lo que a su vez atrae la publicidad de las empresas que desean ganarse a dicho
público), pero hay que tener en cuenta que la totalidad de los gastos de publicidad repre-
sentan un porcentaje pequeño del total de la economía. Por si fuera poco, dichos gastos
son muy volátiles y lo mismo aumentan que descienden rápidamente, como se ha podi-
do comprobar a comienzos del año 2001, donde la amenaza de una recesión económica
hizo que las empresas de la “vieja economía” redujeran su personal y sus gastos de pu-
blicidad (muchos de éstos últimos alimentaban las ganancias de las empresas de la
“nueva economía”); al retirárseles gran parte de la publicidad -el instrumento básico de
su generación de flujos de caja- estas empresas veían caer su valor de mercado de forma
drástica.
En este análisis es importante darse cuenta de que la tasa crecimiento medio del
período de estabilidad, g, no puede superar a la tasa media de crecimiento hasta el infi-
nito de la economía del país en el que se encuentre radicada la empresa a valorar (la tasa
de crecimiento de su PIB, por ejemplo), por lo que una g superior al 5% debe tomarse
como algo muy dudoso.
La aplicación de esta metodología a las empresas de Internet, sobre todo a aque-
llas empresas de reciente creación y que suelen tener pérdidas inicialmente, debe seguir
los siguientes pasos3:
3
Véase Damodaran (1999)
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medir con exactitud su margen operativo (por ejemplo, separar los costes de
ventas de los gastos en I+D para ver quién es el culpable de los bajos benefi-
cios o pérdidas).
4. Estimar las necesidades de reinversión de la empresa para mantener el creci-
miento previsto. En la etapa de crecimiento estable podemos estimar la tasa de
inversión neta en función de la tasa de crecimiento estable prevista dividida por
el ROI previsto en la etapa de estabilidad. En la etapa de transición hasta alcan-
zar el crecimiento estable deberemos estimar la tasa de inversión neta por otro
procedimiento que no sea el anterior (el ROI puede ser negativo, por ejemplo).
Nuevamente el uso de la tasa de inversión media del sector puede ser de utili-
dad.
5. Estimar los parámetros de riesgo y las tasas de descuento. Como no hay datos
históricos (o son escasos) no podemos estimar un coeficiente beta con garan-
tías. Podemos acudir a la media del sector o de las empresas comparables para
obtenerla, pero si éstas no existen sólo nos queda intentar calcularla a través de
los parámetros de riesgo que se pueden obtener de: la volatilidad de los benefi-
cios (riesgo económico), el tamaño de la empresa, las características de los
FCL, o su apalancamiento financiero. Hay que tener en cuenta que estos pará-
metros de riesgo varían y es necesario estimar cómo van a hacerlo con objeto
de calcular la tasa de descuento en cada etapa futura de la empresa.
6. Valorar la empresa. Hay que tener en cuenta que en la estimación del valor ter-
minal descansa el corazón del valor de la empresa, sobre todo si los FCL de los
próximos años son negativos.
7. Obtener el valor teórico de una acción ordinaria. El cálculo se hará de la si-
guiente forma:
Valor de la empresa
- Valor de la deuda
= Valor de los fondos propios
- Valor de las opciones sobre acciones para los directivos y empleados
= Valor de las acciones ordinarias
÷ Número de acciones emitidas
= Valor teórico de la acción ordinaria
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Véase DESMET, Driek; FRANCIS, Tracy; HU, Alice; KOLLER, Timothy; y RIEDEL, George (2000). Este trabajo
también aparece en Copeland, Koller y Murrin (2000)
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1. El ingreso anual medio por cliente que compra en el sitio web, los ingre-
sos por publicidad en el sitio web, y los ingresos por alquilar el espacio
en el sitio web a otros distribuidores.
2. El número de clientes totales
3. El margen de contribución por cliente (antes del coste de adquirirlo)
4. El coste medio de adquirir un cliente
5. La tasa de pérdida de clientes por año, es decir, la proporción de clientes
perdidos anualmente. Una tasa del 20%, por ejemplo, muestra que un
cliente permanecerá por término medio cinco años con la empresa.
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Comencemos por analizar cómo se valoraría una empresa de Internet de reciente crea-
ción. La idea central es que una o varias personas tienen una idea que quieren llevar a
cabo, para lo cual van a realizar un desembolso inicial que les permita iniciar las opera-
ciones de puesta en marcha de su negocio. Una vez terminada esta primera fase llega el
momento crucial, una segunda inversión, más fuerte que la primera, que va a ser la que
ponga la empresa definitivamente en funcionamiento y en plena competencia con el res-
to de las empresas del sector. Para que se comprenda mejor vamos a ponerle cifras a
nuestro ejemplo.
La idea consiste en desarrollar inicialmente un portal de Internet lo que implica
un desembolso inicial de 5 millones de euros. Si todo se desarrolla según lo previsto, un
par de años más tarde, se procederá a crear un negocio de comercio electrónico que se
estima implica una inversión de 30 millones de euros; ésta última cantidad debe dar la
posibilidad de establecer la compañía firmemente en el mercado, si ello se consigue, el
valor en dicho instante de la empresa se estima (a través del método del flujo de caja
descontado) en 33 millones de euros. Concretando, los inversores tienen la opción de
pagar 30 millones por la posibilidad de obtener un activo que valdrá dentro de dos años
un valor medio de 33 millones, y si llegado el momento de realizar este desembolso ven
que la empresa va a valer menos de 30 millones simplemente no invertirán (tienen el de-
recho pero no la obligación). La pregunta es ¿ese derecho vale los 5 millones de euros
del desarrollo del portal?
La clave está en el riesgo del negocio, es decir, en que los 33 millones que la
empresa debe valer dentro de un par de años, es un valor promedio cuyo valor real pue-
de ser mayor o menor. Pongamos que en este caso el riesgo viene medido por una des-
viación típica del 85% (las compañías de Internet de reciente creación a veces tienen
incluso mayores riesgos). Hay algo más que es preciso comentar y que es donde radica
la principal característica de esta metodología, el inversor sólo realizará su inversión
(los 30 millones) cuando tenga razones fundadas de que va a ganar dinero con bastante
seguridad (esta seguridad sólo la tendrá dentro de dos años), de tal manera que si tuviese
la certeza de que iba a perder no realizaría el desembolso de los 30 millones (evidente-
mente, habría perdido los 5 millones del desembolso inicial, pero no incurriría en más
pérdidas). Es decir, la clásica campana de Gauss representativa del valor del riesgo aquí
no vale porque al inversor sólo le interesa la parte de la campana indicativa de sus ga-
nancias. La otra mitad indica las pérdidas en las que no va a incurrir porque en dicha
situación renunciará a su derecho a pagar los 30 millones de euros.
Llegados a este punto utilizaremos un modelo de valoración de opciones. Bási-
camente hay tres métodos: el de Black y Scholes, el binomial y el basado en la simula-
ción Montecarlo. Si utilizamos el primero (normalmente el más difícil de usar porque en
la vida real no se suelen cumplir los supuestos en los que se basa) por razones de senci-
llez, sólo necesitamos cinco variables, a saber:
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33 - 30
VAN = − 5 + = - 3,08 millones de euros
(1 + 0,25) 2
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que el de la deuda en la fecha del vencimiento de ésta, los accionistas ejercerían su op-
ción y se quedarían con la diferencia.
Según esta idea el valor de la empresa viene representado por el valor actual de
los flujos de caja esperados descontados al coste medio ponderado del capital. El precio
de ejercicio es el valor de la deuda en la fecha de su vencimiento. El tiempo es el plazo
medio de la deuda5. El riesgo viene medido por la desviación típica de los rendimientos
del valor de la empresa. En cuanto al tipo de interés utilizado es el tipo sin riesgo.
Veamos un ejemplo. Una empresa vale actualmente según el método del flujo de
caja descontado 58,5 millones de euros con una desviación típica del 35% anual, el va-
lor de su deuda es de 30 millones de euros, el plazo medio de ésta es de 5,25 años y el
tipo de interés sin riesgo es del 5,2%. Aplicando el modelo de valoración de Black y
Scholes obtenemos un valor para los fondos propios de la empresa de 37,3 millones de
euros (si ahora dividimos esta cifra por el número de acciones emitidas obtendremos su
valor teórico). Además con ese dato podemos saber que el valor actual medio de la deu-
da debe ser igual a 21,2 millones de euros y sabiendo que su valor futuro es de 30 millo-
nes dentro de 5,25 años con una simple operación podemos deducir que el tipo de inte-
rés de ésta debiera ser igual al 6,84% anual.
Ahora bien, esta forma de valorar las acciones implica que debe existir endeuda-
miento o algún tipo de financiación que pueda considerarse una aproximación a aquél
(capital-riesgo por ejemplo, aunque en este caso es preferible la aproximación expuesta
anteriormente), lo que no suele ocurrir con las empresas de Internet de reciente crea-
ción.
Otra forma de utilizar la valoración de opciones como complemento del cálculo
del valor de la acción ordinaria se basa en la conocida expresión que define el precio
teórico de ésta en función de su valor estable (momento en el que el rendimiento sobre
acciones –ROE- es igual al coste del capital propio -ke) y del valor actual de las oportu-
nidades de crecimiento (VAOC). Es en este último caso cuando podemos utilizar la va-
loración de opciones como metodología de su cálculo. La expresión es (donde BPA es
el beneficio por acción):
BPA
P0 = + VAOC
ke
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Sobre el cálculo del valor global de la deuda y su plazo medio de vencimiento véase Mascareñas (2000b) capítulo
12.
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a 8 años y la tasa sin riesgo es el 5%. El valor del VAOC es igual a 18,7 euros. Luego el
valor teórico de la acción debería ser igual a 58,7 euros.
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Véanse por ejemplo Schwartz y Moon (2000), Fernández (2001) y Lamothe y Rosenberg (2001)
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Véase Mascareñas (2000a)
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Bibliografía
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