El Hacha y El Profeta

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EL HACHA Y EL PROFETA

2 Reyes 6:1 Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que
moramos contigo nos es estrecho. 2 Vamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada
uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad. 3 Y dijo
uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré. 4 Se fue,
pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera. 5 Y aconteció
que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó
diciendo: !!Ah, señor mío, era prestada! 6 El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó?
Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar
el hierro. 7 Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y lo tomó.
"Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: Mira, el lugar en que vivimos contigo
es estrecho para nosotros."

La comunidad de los profetas era un grupo que se levantaba en torno a un hombre


de Dios, y que era como un seminario o internado de profetas. Esto es algo que hoy
en día se pierde mucho en la vida de las iglesias: los grupos que se congregan en
torno a un hombre de Dios para aprender, crecer y visionar el propósito de Dios.
Una de las bendiciones que otorga el Espíritu cuando nos visita en tiempos
especialmente trascendentes es un hombre de Dios alrededor del cual se congregan
discípulos que comienzan a caminar en pos de la visión que Dios les da. Y cuando
Dios levantaba a un hombre para guiar al pueblo no significaba que les iba a
agradar a todos, porque hay muchos que no les gusta el proceso formativo.

Cuando Dios llama a Elías levanta el primer grupo de profetas llamados la


comunidad de los profetas. Entre los hombres que aprendían de Elías estaba un
hombre llamado Eliseo, que no se le despegaba y que andaba sirviéndole en todas sus
necesidades materiales y espirituales, y lo hizo en el espíritu de un verdadero
escudero, anhelando el éxito del trabajo de Elias. Elías había llegado donde estaba
por el respaldo de Dios, no por las buenas apariencias u otros paradigmas humanos.
Cuando Eliseo camino en el servicio, recibió críticas y burlas de sus compañeros,
pero finalmente hereda, por así decirlo , el llamado y la unción de su maestro. Así
en torno a Eliseo comienzan a reunirse otros, reconociendo que tiene el poder de
Elías. Dios comienza a evidenciar que acompaña a este varón , y camina con Eliseo,
otorgando a este hombre en esa generación la Palabra profética directriz
La escuela crecía en número de alumnos y necesitaban un lugar más amplio. Veamos
ahora lo que hicieron y dijeron, con el fin de ampliar las instalaciones de la
escuela. Leamos ahora el versiculo 2:
"Vayamos ahora al Jordán, tomemos cada uno una viga y hagamos allí un lugar donde
habitar. Id, pues, respondió Eliseo."
En contraste con la situación actual, los estudiantes de aquel tiempo construyeron
su propia escuela. Dice el versículo 3:
"Te rogamos que vengas con tus siervos, dijo uno. Iré, respondió él.". Este detalle
nos da una idea sobre el carácter de Eliseo. Nos revela cuan popular era entre los
alumnos. Los estudiantes generalmente no desean la compañía de sus profesores más
allá de los límites de la escuela. Pero, ya vemos que aquí la relación era
diferente. Y leemos en el versículo 4:
"Se fue, pues, con ellos y, cuando llegar al Jordán, cortaron la madera."
Y entonces sucedió un "pequeño" accidente que, en otras circunstancias habría sido
calificado como un incidente de poca importancia. Dice el versículo 5:
"Pero aconteció que mientras uno derribaba un árbol se le cayó el hacha al agua, y
gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada!"
Este incidente es interesante. Revela que Dios tiene interés en los pequeños
eventos de nuestra vida. Cuando Pablo escribió a los Filipenses les aconsejó orar
por todo, o sea que nada quedaba excluido del ámbito de la oración, porque para el
Señor no hay cosas insignificantes.
La pérdida del hacha podría parecernos una pequeñez, pero para aquel pobre
estudiante fue un gran problema. En los tiempos de Eliseo un hacha era muy
importante porque había escasez de cualquier herramienta de hierro e incluso de
armas. De los tiempos de Saúl y Jonatán se dice, en el Primer libro de Samuel,
capítulo 13, versículo 22: "Así aconteció que en el día de la batalla ninguno de
los del pueblo que estaban con Saúl y Jonatán tenía en sus manos una espada o una
lanza, excepto Saúl y Jonatán, su hijo, que sí las tenían". O sea, que tenían 2
espadas para todo un ejército. Podemos comprender que la pérdida de un hacha era
muy importante para aquel joven que, por supuesto, la había pedido prestada.
Muchos comentaristas de la Biblia han destacado erróneamente el descuido de aquel
estudiante, agravado por el hecho de que la herramienta utilizada era prestada. El
hecho fue que Eliseo, siendo su profesor, no le dirigió ningún reproche. Siempre
existía el peligro de que la cabeza de un hacha se desprendiese de su mango y
sucedió con cierta frecuencia como para que Dios incluyera la posibilidad de este
accidente en la ley de Moisés. Las instrucciones se encuentran en Deuteronomio 19:4
y 5; "4Este es el caso del homicida que podrá huir allí y salvar su vida: aquel que
hiera a su prójimo sin intención y sin haber tenido enemistad con él anteriormente;
5como el que va con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe
con el hacha para cortar algún leño, se suelta el hierro del cabo, y da contra su
prójimo y este muere. Aquel podrá huir a una de estas ciudades y salvar su vida".
El estudiante reveló ser cuidadoso, al estar cortando la madera en la dirección
correcta, sin que hubiera nadie enfrente de él, de manera que cuando la cabeza del
hacha se desprendió, cayó directamente al río. Y el hacha era prestada porque, dada
su condición, nunca hubiera podido aquel hombre afrontar la compra de un hacha. Así
que podemos imaginarnos el disgusto. Leamos a continuación el versículo 6:
"¿Dónde cayó? preguntó el varón de Dios. Él le mostró el lugar. Entonces Eliseo
cortó un palo, lo echó allí e hizo flotar el hacha."
La pregunta es por qué Elíseo le preguntó dónde había caído el hacha?. Seguramente
lo hizo para poner en evidencia que el agua estaba embarrada, turbia, y el
estudiante sabía exactamente dónde había caído pero no podía verla como para poder
recogerla. Si el agua hubiera estado clara, entonces él mismo podía haberla
recuperado.
Aquí está la palabra qué deseo compartir esta noche. Que representa esta hacha?.
Vayamos cientos de años mas tarde , al ministerio de Juan el bautista, el profeta
precursor a Jesús y leemos en el libro de Mateo 3:4 Y Juan estaba vestido de pelo
de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era
langostas y miel silvestre. 5 Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la
provincia de alrededor del Jordán, 6 y eran bautizados por él en el Jordán,
confesando sus pecados. 7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos
venían a su bautismo, les decía: !!Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir
de la ira venidera? 8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9 y no
penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os
digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10 Y ya también
el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen
fruto es cortado y echado en el fuego
Esa hacha mencionada por Juan representa el poder profético de la palabra para
sacar a la luz el pecado de aquella generación. Y aún el ministerio profético
debiese tener la misma función dentro del cuerpo de Cristo! El hacha es ni más ni
menos que el profeta, pero también puede representar a todo creyente verdadero, ya
que el mismo apostó Pablo revela que "en parte hablamos y en parte profetizamos" .
Esa hacha podés ser vos.
Cuando el hacha pues pierde la extremidad de hierro, pierde
- La Cabeza que es Cristo. Y aún su propia cabeza
-Su unción sobre la cabeza
-El sentido de su misión
-El creyente y el profeta pierden momentáneamente la visión del llamado
-Se pierde en el agua turbia de los sentimientos oscurecidos y agobiados por la
opresión de la carne , el mundo o el diablo
-La dirección de su vida por su propio error o porque Dios así lo dispuso por algún
propósito especial.
El mensaje del Eterno es:
Eliseo no quería saber dónde cayó, sino que quiere hacerle ver al hombre cual fue
el lugar donde se hundió. Es que Dios nos pregunta siempre a donde se nos hundió el
proyecto de nuestra vida, y no porque no lo sepa, sino porque quiere que
reflexionemos en que hizo que nos hundiéramos. Dios quiere que pensemos que fue lo
que hizo irnos para abajo, si las criticas, si las burlas, la opresión, el engaño
del diablo, el ceder a los deseos de nuestra carne, prioritar nuestros propios
intereses, o si fue nuestra falta de interés con Dios. Parte fundamental para
obtener el milagro de la restitucion de Dios es primeramente tomar conciencia de en
que momento la cosa se desvió. Desarrollemos mediante la confesión diaria y la
oración de búsqueda intensa, la capacidad para decir cuándo y cuál fue nuestra
caída, ya que desde allí deberíamos empezar a cambiar las cosas

Quienes quieran ver el poder de Dios deben identificar en que momento la cosa ya no
caminaba como debía de caminar. Porque solo cuando el hombre le señaló a Eliseo el
lugar donde su hacha de hundió, solo entonces se pudo hacer el milagro. Si no
queremos reflexionar en lo que nos aparta de la bendición, nunca cambiaremos
nuestra realidad.
Éste fue entonces el verdadero milagro. No fue espectacular como otros, pero fue
grande en su simplicidad. Se nos dice que Eliseo hizo flotar el hierro, lo cual fue
contrario a todas las leyes físicas que se conocen. Un trozo de hierro que estuvo
en el fondo de las aguas fangosas del río Jordán, y que se haya levantado,
restaurado al dueño, repuesto en el mango, y hecho útil y funcional nuevamente
constituyó y sigue constituyendo un milagro y contiene para nosotros hoy un gran
mensaje espiritual. El profeta es el equivalente a la cabeza de un hacha. Se ha
deslizado desprendiéndose del mango. Cayó. Ahora está enajenado y en un estado de
confusión, y en algún momento, también será depresión aquello contra lo que luche.
Eliseo cortó un palo y lo arrojó a las aguas, símbolo de la muerte, la cual sabemos
que es la perdición del ser humano separado para siempre de Dios, alejado de la
única vida , sin poder disfrutar de un presente con propósito, de una existencia
satisfactoria. El madero podría representar el mismo madero en que murió
Jesucristo. El Señor descendió de los cielos para ir a ese madero, descendió y se
sumergió en las aguas de la muerte por todos nosostros . Dijo Pedro en su primera
carta 2:24; "Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que
nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos una vida de justicia."
Mediante Cristo, siempre será posible volver de las aguas de la muerte y del
juicio; podremos ser colocados nuevamente en el mango del hacha, el plan y
propósito de Dios. Como dijo el apóstol Pablo en su carta a los Filipenses, 4: 13:
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". El ser humano ya no necesita vivir una
vida sin objetivos, una vida inútil, teniendo esa existencia vacía y sin sentido
que ha impulsado a muchos aún hasta el suicidio, porque pensaron que no valía la
pena vivir. Por supuesto que no vale la pena vivir si uno se encuentra como aquella
cabeza del hacha, sumergido en el agua y en el fango de un río de muerte
espiritual. No es hasta que Cristo nos vuelve a levantar y nos coloca dentro de
Sus planes y propósitos, que la vida cobra sentido y merece la pena ser vivida. El
mayor milagro no es el de ir al cielo en un carro de fuego, como el profeta Elías,
sino llegar hasta el cielo, a la misma presencia de Dios habiendo sido pecadores
concientes, solo por haber confiado en el Señor Jesucristo, volver a ser rescatados
y restituidos del fango y la suciedad del mundo y recibir una nueva vida llena de
significado, vivida para Dios, y la vida eterna. Y dice el versículo 7:
"Recógela, dijo Eliseo. El otro extendió la mano y la recogió."
Nada hay imposible para Dios. Pudo ser hierro hundido, pero cuando señalamos a
Dios el lugar, nada lo detiene para obrar. Y solo toma un palo, y contra toda
lógica el hacha comienza a flotar. ¿Qué tan grande y pesado es nuestro problema?
Nuestro Dios hace flotar lo que sea. Pero hay un único camino. hay que ser
esforzado en la verdad absoluta sin excusas. Hay que clamar al único que si puede,
reconociendo las cosas que hicieron que se hundiera lo que teníamos.
Si está palabra es para vos, extendé la mano de la fe, confiá en Él, y apropiate
de lo que nunca debió de dejar de ser tuyo, porque Jesucristo murió por vos, y
resucitó para poder levantarte y rescatarte de cualquier condición
Oramos

Padre, a veces nos proyectamos en la vida para futuro, pero de repente nuestra vida
y todo lo bueno que tuvimos de tu mano parece hundirse. Y cuando hacemos el mejor
de los esfuerzos nos pasan cosas que vienen a complicarnos y hundirnos más. Muchos
quizá hoy estén reflexionando sobre las cosas que sienten que nunca debieron dejar
escapar, pero Jesucristo murió por vos, y resucitó para poder levantarte y
rescatarte de cualquier condición.
Por eso, agradecemos la Palabra, que viene a señalarnos el camino, para que eso
que parece hundirse vuelva a flotar. Es que no podemos renunciar a tus proyectos.
Confesamos que tenés poder para sacarnos a flote y librarnos de todo lo que nos
hunde, porque tu poder no se acaba ni se obstruye por ningún lógica ni ninguna
realidad. Esta es la verdad con la que nos amparamos Señor: el problema para que
las cosas salgan a flote no está en vos para quien nada es imposible; el problema
está en que no confesamos el lugar donde se nos hundió el hacha, y es eso lo que
nos impide descubrir el sendero que nos lleva a la manifestación del poder que hace
flotar lo que se hundió. Te damos gracias en el nombre de Jesús . Amen

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