Ensayo Sobre La Selección Natural y Sus Creadores

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ENSAYO SOBRE LA SELECCIÓN NATURAL Y SUS CREADORES

BY ADRIANA MIRANDA OCAÑA

El siglo XIX se embistió de grandes cambios en la concepción sobre el origen de


la vida en la que estuvieron inmiscuidos dos grandes personajes; Charles Robert
Darwin y Alfred Russel Wallace. Sus investigaciones lograron impactar tanto el
mundo de la ciencia que dieron origen a la ciencia encargada del estudio de la
vida, la Biología. El siguiente ensayo tiene como objetivo resaltar cada una de las
aportaciones de estos dos hombres que llegaron casi al mismo tiempo a una idea
muy similar, la teoría de la evolución por selección natural.

Antes de conocer cada una de las aportaciones de nuestros personajes


principales es importante conocer su vida.

Alfred Russel Wallace nació en 1823 en el seno de una familia de clase baja. A
sus 13 años abandonó los estudios para trabajar, pero luego continuó formación
de manera autodidacta. Siempre tuvo interés por la Historia Natural y
especialmente por la botánica, la geología y la astronomía (Ruíz G. y Rodríguez
C., 2013).

Entre las influencias que tuvo están las narraciones de los viajes de Humboldt, de
la estancia a bordo del Beagle de Charles Darwin, o la obra de Malthus Ensayo
sobre el principio de la población; el cual inspiró las mismas reflexiones, sobre la
lucha por la supervivencia, que Darwin.

En 1844 se publicó anónimamente Vestigios de la Historia Natural de la Creación


(Vestiges of the Natural History of Creation), obra de Robert Chambers, que
presentaba una hipótesis sobre una “ley de desarrollo” de los seres vivos, según la
cual las especies tendían a transformarse unas en otras aumentando su grado de
complejidad hasta llegar al ser humano, todo bajo la planificación de un designio
divino.
Wallace realizó múltiples viajes para comprobar algunas ideas sobre la evolución
de las especies. Entre esos viajes se destaca uno al Amazonas (1948) y otra al
Archipiélago Malayo (1954)

Realizó captura de distintos organismos de cada especie lo que le permitió


observar de cerca la variabilidad entre los individuos. En 1855 publicó un artículo,
titulado Sobre la Ley que ha regulado la Introducción de Nuevas Especies,
que mostraba ya sus ideas sobre la teoría de la selección natural; pero no fue
gasta 1858, que a través de una epifanía concibió realizar el artículo que tituló
Sobre la tendencia de las variedades a apartarse indefinidamente del tipo
original, artículo que envió a Charles Darwin.

En aquellas fechas Darwin no pretendía publicar su obra definitiva sobre la


selección natural; sin embargo, la recepción de la carta de Wallace cambió la
situación, forzándolo a adelantar la presentación de la que sería la mayor obra de
su vida.

Para ello consultó a Lyell y Hooker pero desafortunadamente no pudo contactar a


Wallace, ya que este se encontraba perdido en las islas malayas. Por lo que se
llegó a una solución que permitía a Darwin conservar el privilegio de prioridad
científica a la vez que hacía público el artículo de Wallace. El uno de julio de 1958
Darwin presentó ante la Sociedad Linneana un resumen de su trabajo por medio
de una carta que había escrito en 1857 a Asa Gray, así como extractos de un
ensayo no publicado de 1844. Posteriormente, se procedió a la lectura del
artículo original de Wallace.

Ambas teorías presentan similitudes pero en este apartado haremos una breve
comparación de las dos propuestas que se centrará en las diferencias
conceptuales por resultar de mayor interés para la historia de la biología.

Una de las diferencias fundamentales entre ambos naturalistas fue el marco


general de sus explicaciones. Aunque Darwin fue influido por la visión la teología
natural, su viaje en el Beagle cambió su visión; ya que pudo ver el cambio gradual
de las especies y su tendencia hacia el evolucionismo. Esta visión es la que
Darwin mantendría por el resto de su vida, y dentro de este marco es que se
entienden sus explicaciones como la que mantiene que todas las especies
(incluido el ser humano y todas sus características distintivas) son resultado de
procesos naturales.

Wallace fue en sentido contrario, ya que desde sus inicios abrazó el naturalismo
científico en su búsqueda de un mecanismo para explicar la transformación de las
especies. A mediados de la década de 1860, Wallace se movió hacia una visión
teísta.

El siguiente punto a comparar es la pluralidad de las explicaciones de ambos


naturalistas. Darwin dio prioridad a la variación espontánea y a la selección natural
para explicar la evolución, pero admitió la posibilidad de que otros mecanismos
pudieran funcionar, por ejemplo la herencia de caracteres adquiridos. Por su parte,
Wallace se reafirmó una y otra vez en que la selección natural era el único
mecanismo válido para explicar multitud de fenómenos naturales, e incluso
sociales.

Pero uno de los temas sobre el que discreparon Wallace y Darwin, que fue sobre
el origen de las capacidades distintivas del ser humano, en particular el origen de
la mente. Darwin se mantuvo fiel a una explicación naturalista, en la que la
selección natural era la forma de explicar su surgimiento y desarrollo. Darwin
también aceptó la posibilidad de que pudieran influir el ambiente social, siempre y
cuando estuvieran dentro del marco de lo explicable por causas y principios
naturales.

Por otro lado, Wallace se debe ver en dos etapas. Como mencionamos
anteriormente, su compromiso inicial con el naturalismo se puede ejemplificar con
uno de sus trabajos más importantes desde el punto de vista antropológico, y que
además recibió grandes elogios del mismo Darwin, en el que por primera vez se
aplicó la selección natural para explicar el surgimiento del ser humano.
Posteriormente, en el marco de su compromiso con el utilitarismo, consideró que
la teoría de la evolución no podía explicar el origen y desarrollo del Homo sapiens
en su totalidad, en especial las capacidades cognitivas. Atribuyó el origen de la
mente humana a una combinación de causas naturales y sobrenaturales, una
postura que le cuestionó la comunidad científica en su momento.

Otra diferencia fundamental entre los dos autores fue el tema de la adquisición de
los mecanismos de aislamiento reproductivo, indispensable para la formación de
nuevas especies. Ninguno de los dos hacía una gran diferencia fundamental entre
el aislamiento geográfico o ecológico. Darwin sostenía que la selección natural no
podía favorecer el desarrollo de la esterilidad, por ello defendió que la formación
de nuevas especies era difícil sin separación geográfica.

Las circunstancias de la época hicieron que Darwin pasara a la historia como el


gran pensador de la teoría de la evolución y no se le diera el crédito necesario a
Wallace. Sin embargo, Darwin no ganó nada con la impresión de su papel antes
que el de Wallace. La fama de Darwin, y la opacidad de Wallace, se derivan del
impacto del Origen de las Especies de Darwin. Como el propio Wallace escribió:
«este vasto, este cambio sin precedentes en la opinión pública ha sido el resultado
del trabajo de un solo hombre, y se produjo en el corto espacio de veinte años».

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