Semántica 4
Semántica 4
Semántica 4
Y LINGÜÍSTICA GENERAL
1. PRESENTACIÓN HISTORIOGRÁFICA
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c) Trata de determinar las necesidades comunicativas de los hablantes
subyacentes al significado lingüístico.
d) Para el estudio, parte de textos antiguos y etapas pasadas del idioma.
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semántico se entiende, de forma general, como la modificación del significado de las
palabras o unidades pluriverbales de una lengua. En los estudios sobre el cambio
lingüístico se considera que el semántico es uno de los constituyentes más mutables del
signo, pues «se puede afirmar que el significado es el menos resistente al cambio de
entre todos los elementos que […] conforman [la lengua]» (Penny 20083: 327).
Los cambios de significado se producen por causas o motivaciones diversas que se han
clasificado (Ullmann 1980 [1962], Blank 1999, Espinosa 2009) en estos tres grandes
grupos:
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Los casos en que el significado reflejo se introduce por la pura fuerza de la
sugerencia emotiva pueden ejemplificarse de una manera sorprendentemente clara por
las palabras que tienen un significado tabú; debido a su popularización con los sentidos
relacionados con la fisiología del sexo, resulta extremadamente difícil emplear términos
como cópula, eyaculación y erección en sus sentidos «inocentes» sin evocar sus
asociaciones sexuales. Este proceso de contaminación por el tabú puede explicar la
extinción, en tiempos pasados, del sentido de una palabra sin matices prohibitivos:
Bloomfield ha explicado la sustitución de cock [gallo, macho de ave], en el sentido de
ave de corral, por rooster [gallo] debido a la influencia del uso tabú de la primera.
c) Lingüísticas. Una de las causas más frecuentes del cambio son las asociaciones de
palabras (Ullmann 1980 [1962]: 223), porque:
entre las voces que acostumbran a concurrir juntas en un mismo contexto, puede suceder que
el significado de una se transfiera (en parte) a la otra; y ello hasta el punto de que el nuevo
sentido llega a permanecer en la palabra “receptora”, aun cuando el término “donante” se
encuentre ausente (Penny 20083: 328).
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Ejemplo: la frase latina HOMINE NĀTU significaba literalmente ‘hombre nacido’,
pasó a significar ‘cualquiera’ y, posteriormente, con el adverbio negativo NŌN, se
usaba con el sentido de ‘nadie’. Así, con el significado de ‘nadie’ llega al español.
El cambio se podría resumir del siguiente modo:
lat. HOMINE NĀTU ‘hombre nacido’ > esp. med. omne nado ‘nadie’ > esp. nado
‘nadie’ (por elipsis) > esp. nadie
• La vaguedad
• La ambigüedad
• La polisemia
• La homonimia
• La motivación y la desmotivación
• El contacto de lenguas
§ LA METÁFORA
El origen del concepto de ‘metáfora’ está vinculado a la retórica clásica y a las obras e
ideas de Aristóteles, quien sostenía que nuestra mente y la realidad están estrechamente
unidas por nuestra percepción de esta a través de nuestros sentidos y afirmaba que el
lenguaje es el medio a través del que se expresa el pensamiento. La esencia aristotélica
del concepto («la metáfora es la translación del nombre de una cosa a otra») se ha
mantenido a lo largo de los siglos en el ámbito literario (Martínez-Dueñas 1993: 31-48),
donde la metáfora se entiende como uno de los recursos estilísticos comparativo-
analógicos «más apreciados por poetas y retóricos, pues, al buscar las palabras más
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Ullmann (1980 [1962]: 238) se refiere a los mecanismos como la naturaleza del cambio semántico y
Penny (20083: 336) como tipos de cambios semánticos.
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adecuadas para los oyentes, la metáfora proporciona, por un lado, provechosa enseñanza
y, por otro, dignidad en la elocución» (Gambra 1990: 70).
De igual modo, la idea aristotélica de ‘metáfora’ también fue uno de los
principales legados de la retórica clásica a la semántica tradicional2 para el estudio del
cambio de significado (Llamas 2005: 17-42). El concepto aristotélico de ‘metáfora’,
aunque fue modificándose a medida que surgían nuevas corrientes semánticas
interesadas en el estudio del cambio de significado, debe considerarse el origen de la
noción de ‘metáfora’ de cualquier teoría semántica. Ullmann (1980 [1962]: 234-246),
representante de la semántica preestructural (Muñoz Núñez 1999: 26-27, nota 5),
categoriza la metáfora ―en el apartado dedicado a la naturaleza del cambio
semántico― como un proceso de transformación basado en la semejanza de sentidos.
Por tanto, se hace referencia a la metáfora en términos no literarios y, aunque la base
conceptual proceda de la propuesta de Aristóteles, parece concebirse como un
mecanismo estrechamente vinculado al significado.
La importancia que otorga Ullmann a la metáfora se evidencia en el número de
ejemplos que aporta y en la clasificación que proporciona según las diferentes
características de estos:
(a) Metáforas antropomórficas. Ullmann explica que se trata de uno de los tipos
de metáforas más frecuentes en todas las lenguas y civilizaciones del mundo y
que suelen dividirse en dos subgrupos que se corresponderían con procesos de
transferencia de significados en los que el cuerpo se comporta o bien como
dominio fuente (ceja de una colina, costillas de una bóveda, boca de un río,
pulmones de una ciudad, corazón del asunto, nervio de una guerra, manecillas
de un reloj, etc.) o bien como dominio meta (músculo, pólipo, nuez de la
garganta, manzana de Adán, globo del ojo, tímpano del oído, etc.). El
semantista advierte que las primeras suelen ser más recurrentes que aquellas en
las que el cuerpo es la meta de la metáfora. En este apartado, se refiere a la
importancia histórica de este tipo de metáforas recordando la Scienza Nuova de
Giambattista Vico.
(b) Metáforas animales. Este grupo es, según el autor, «otra fuente perenne de
imágenes» que se puede dividir, a su vez, en dos grupos. Uno en el que los
animales son dominio fuente para dar lugar a nombres de plantas y objetos
(barba de cabra, pata de gallo, cola de caballo, etc.); y otro en el que los
animales son dominio fuente para denominar a personas de forma irónica,
peyorativa, humorística o grotesca (perro, burro, rata, ganso, león, lechuzo,
papagayear, etc.).
(c) De lo concreto a lo abstracto. El autor cree que este tipo de metáforas genera
un importante número de designaciones en cualquier lengua y que seguirá
siendo muy recurrente con el paso de los años porque se producen con asiduidad
ejemplos de este tipo (high-light ‘luces altas’ en el sentido de ‘un momento o
detalle de vivo interés’). En la mayoría metáforas de este tipo, la transferencia de
significados es transparente pero en otros casos es imprescindible indagar en la
etimología para comprobar cuál es su origen.
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Ullmann (1980 [1962]: 239, nota 2) cita un número nada desdeñable de referencias bibliográficas
publicadas con anterioridad a su monografía (la mayoría pertenecen a la primera mitad del siglo XX) en
las que el tema principal de estudio es la metáfora en la lengua y, en especial, en la semántica. Asimismo,
para una revisión de los estudios que se han ocupado de la metáfora a lo largo de la historia de la
semántica, véase Llamas (2005: 19-139).
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(d) Metáforas sinestésicas. Este conjunto de metáforas está «basado en la
transposición de un sentido a otro» (voz cálida o fría, sonidos penetrantes,
colores chillones, etc.) y es uno de los más repetidos en literatura.
§ LA METONIMIA
(a) Metonimias espaciales: se trata de casos en los que una voz que designa un
elemento pasa a hacer referencia a otro con el que permanece en contacto. Para
ilustrar este tipo de metonimias, el autor se refiere al cambio de significado del
nombre de una parte del cuerpo. Explica que, en latín, coxa significaba
‘cadera’ y que en francés significa ‘muslo’; por tanto, del paso del latín al
francés se ha producido un cambio de significado entre «dos partes contiguas
de nuestro cuerpo, sin fronteras definidas4 entre sí» (Ullmann 1980 [1962]:
247).
(b) Metonimias temporales: se trata de aquellos casos en los que el nombre de una
acción o un acontecimiento se transfiere a algo que le sigue inmediatamente o
que le precede en el tiempo. Ejemplifica el caso con el sustantivo misa que, en
su origen, formaba parte de la fórmula rutinaria que se pronunciaba al final
cualquier oficio religioso católico (Ite, missa est (contio)) y que, finalmente,
acabó por designar todo el culto.
(c) Parte por el todo: es una de las asociaciones metonímicas más importantes y
consiste en denominar un elemento, objeto, animal o persona mediante una
designación que se refiere a un rasgo y no a todo el sujeto. Uno de los ejemplos
que aporta Ullmann es el nombre redbreast ‘petirrojo’, designación que recibe
el pájaro al destacarse su característica más notable.
(d) Las invenciones y descubrimientos por los inventores y descubridores:
habitualmente, los inventos o descubrimientos reciben el nombre de su
inventor o descubridor (amperio, voltio, ohmio, etc.).
3 Para otros ejemplos en los que la metáfora se considera el motor del cambio léxico, véase Brown (1979).
4 Ullmann (1980 [1962]: 141) considera que una de las posibles causas de la vaguedad del lenguaje procede
la falta de fronteras bien delimitadas en el mundo lingüístico. Elige el cuerpo humano como una de las áreas
conceptuales prototípicas para explicar este fenómeno.
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(e) Alimentos y bebidas por el lugar de origen: ejemplifica estos casos con los
nombres franceses gruyère y champagne.
(f) Contenido por continente: se refiere a los casos en los que los hablantes
pronuncian oraciones como me he bebido un vaso/una botella de vino en las
que no podría entenderse el sentido si no se entendiera el líquido por el
continente.
Metonymy is a conceptual projection whereby one experiential domain (the target) is partially
understood in terms of another experiential domain (the source) included in the same common
experiential domain.
5 Barcelona (2000: 4) cree que la menor atención que la lingüística cognitiva ha dedicado a la metonimia
con respecto a la metáfora se debe muy probablemente a que la metonimia es «even more basic to language
and cognition».
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Fernández Jaén, Jorge (2017-2018): «Las leyes del cambio semántico:
una reflexión espistemológica» Prospettive della semantica / perspectives on
semantics, ed. by F. Benozzo [Special issue of «Quaderni di Semantica», 3-4],
pp. 87-124.
Gambra Gutiérrez, José Miguel (1990): «La metáfora en Aristóteles»,
Anuario de estudios filosóficos, 23/2, pp. 51-68.
Koch, Peter (2001): «Metonymy», Journal of Historical Pragmatics, 2/2,
pp. 201-244.
Lakoff, G. y M. Johnson (1986, 19953 [1980]): Metáforas de la vida
cotidiana, Madrid: Cátedra [Traducción de Metaphors We Live By, Chicago: The
University of Chicago Press].
Le Guern, Michel (1976 [1973]): La metáfora y la metonimia, Madrid:
Cátedra [Traducción de Sémantique de la métaphore et de la métonymie, Paris:
Librairie Larousse].
Leech, Geoffrey (19852 [19812]): Semántica. Madrid: Alianza Editorial
[Traducción de Semantics. 2nd edition, Harmondsworth: Penguin Books].
Llamas Saíz, Carmen (2005): Metáfora y creación léxica, Pamplona:
Eunsa (Ediciones de la Universidad de Navarra).
Martínez-Dueñas, José Luis (1993): La metáfora, Barcelona: Ediciones
Octaedro.
Penny, Ralph (2008): «Semántica», Gramática histórica del español,
Barcelona: Ariel, 3.ª reimpresión, pp. 327-342.
Santos Domínguez, Luis Antonio y Rosa M.ª Espinosa Elorza (1996):
Manual de Semántica Histórica, Madrid: Síntesis.
Taylor, John (1989): Linguistic Categorization. Prototypes in Linguistic
Theory, Oxford: Clarendon Press.
Ullmann, Stephen (1980 [1962]): Semántica. Introducción a la ciencia
del significado, Madrid: Aguilar.