Spa Audiencia de Imputación Intervencion de La Victima
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(Nota: Las fichas de la Parte I están organizadas de la más antigua a la más reciente y los datos
identificadores de las providencias se encuentran al final. Las contenidas en la Parte II, están
organizadas de la más reciente a la más antigua y los datos identificadores se encuentran al inicio)
PARTE I
07/12/2011
5. La fase de investigación, que inicia con la audiencia de formulación de imputación, está a cargo
de la Fiscalía a la cual corresponde adoptar medidas para garantizar la seguridad familiar y
personal de la víctima y su protección frente a la publicidad, si esta la puede afectar.
Si esa exigencia tiene que ser satisfecha por la Fiscalía, cuando ésta se abstiene de hacer esa
petición y la víctima procede en tal sentido, resulta obvio que corra con la misma carga, esto es, la
de descubrir los elementos probatorios que fundamenten el reclamo y permitir su controversia por
parte de la defensa.
Con el mismo alcance, del referido fallo constitucional C-209 del 2007 se desprende que en el
juicio la víctima tiene la potestad de reclamar las medidas de protección del artículo 342.
Igualmente, si la Fiscalía pide en audiencia la preclusión (artículo 331) tiene la obligación de
garantizar la presencia e intervención de la víctima, quien puede oponerse a esa pretensión y, con
esa finalidad, allegar o solicitar elementos materiales probatorios y evidencia física. La misma
participación, con la opción de controvertir la prueba aducida por la acusación, se le habilita cuando
la Fiscalía acude al principio de oportunidad del artículo 327, modificado por el 5º de la Ley 1312
del 2009.
La misma sentencia, al ocuparse del artículo 344 del estatuto procesal, faculta a la víctima para
pedir al juez ordene a cualquiera de las partes el descubrimiento de un elemento material
probatorio o evidencia física específicos. También condicionó la exequibilidad del artículo 356 en el
sentido de que la víctima igualmente tiene la potestad de participar en la audiencia preparatoria y
hacer observaciones sobre el descubrimiento probatorio y la totalidad de las pruebas que se harán
valer en el juicio. Lo propio se hizo con el artículo 358 para permitirle exigir la exhibición de los
elementos probatorios para conocerlos y estudiarlos, y con el 359 para habilitarle reclamar la
exclusión, el rechazo o la inadmisibilidad de los medios de prueba.
A la par, se dejaron intactos los artículos 378, 391 y 395, en el entendido de que el sistema de
partes impone que solamente Fiscalía y defensa puedan participar en la formación de las pruebas,
en su introducción en el juicio oral, luego la víctima no puede intervenir con ese alcance, esto es, le
está vedado interrogar a los testigos, controvertir la prueba.
Tesis continúa.... Ver providencia.
PARTE II
RELEVANTE
Así, sería posible la imputación en Justicia y Paz de hechos cometidos durante y con ocasión de la
pertenencia de su autor al grupo armado al margen de la ley y sentenciados previamente por las
autoridades judiciales ordinarias, siempre y cuando se determine que esos fallos: i) constituyen un
mecanismo que desconoce los derechos de las víctimas, ii) estén encaminadas a sustraer al
procesado de su responsabilidad, o bien, iii) configuren una vía de hecho que haga de ellas un
trámite apenas formal (CSJ, SP, 26 de septiembre de 2012, rad. 39261). Así las cosas, cuando no
es del caso desconocer el principio de non bis in ídem, los eventuales perjuicios ocasionados a las
víctimas pueden ser remediados a través de la acumulación de penas o procesos, según lo
previsto en la Ley de Justicia y Paz o en el estatuto ordinario.
Se sigue de lo anterior que el hecho juzgado por los jueces ordinarios, cuando no concurra alguno
de los motivos que permiten flexibilizar el principio de prohibición de doble juzgamiento, podrá ser
llevado a Justicia y Paz no para fundar una medida de aseguramiento, pero sí para cumplir el
deber de verdad y para configurar la memoria histórica del conflicto, como bien lo reseñó en este
caso la Magistrada de control de garantías».
RELEVANTE
Si de entrada se tiene claro que el procedimiento de justicia y paz sólo opera respecto de los
cargos aceptados por el postulado de manera libre, voluntaria, espontánea y con la asesoría del
defensor, evidente surge que la adversarialidad opera en un plano bastante secundario, aunque,
debe resaltarse, ello no comporta que los demás intervinientes, dígase las víctimas y el Ministerio
Público, se conviertan en convidados de piedra.
No. Como precisamente se trata de perfilar la verdad y la justicia a manera de bienes valiosos
obligados de ofrecer a las víctimas, es lo cierto que los hechos deben ser construidos entre todos
los intervinientes, incluidos los magistrados de justicia y paz, desde luego, tomando como base lo
confesado por el postulado y la consecuente investigación adelantada por la fiscalía.
Entonces, para que no suceda que la construcción de la verdad opere unilateral o ajena a lo
realmente ocurrido, o que por virtud de una inadecuada delimitación jurídica se aparte de
conceptos ineludibles de justicia, se hace necesario habilitar un espacio adecuado para la forzosa
controversia y discusión, en el cual las víctimas puedan ser escuchadas y se les permita abonar
desde su conocimiento esa verdad.
Ese sitio, como ya lo dejó sentado esta Corporación y la Corte Constitucional, no puede ser otro
diferente al de la audiencia de legalización de cargos, dotados los Magistrados de Conocimiento de
las amplias facultades arriba reseñadas cuando se hizo el ejercicio de derecho comparado, de
manera que el diligenciamiento sólo puede trascender hacia la audiencia de individualización de
pena y sentencia cuando se han satisfecho las exigencias de verdad y justicia que implican
relacionar amplia y suficientemente todos y cada uno de los hechos ejecutados, dentro de su
contexto y definiendo en lo posible las circunstancias de tiempo, modo y lugar, así como la correcta
ubicación típica, que incluye el grado de participación, aspectos necesarios en aras de respetar,
además de esos conceptos valiosos de verdad y justicia, el principio de congruencia.
En ese camino, no sobra recalcar, no sólo debe escucharse a los intervinientes, sino que es
necesario permitirles allegar elementos de juicio que sirvan de contraste a la verdad presentada
por la fiscalía.
No significa ello que se pretenda cambiar el rol de la fiscalía o se busque reemplazar su función,
sino adecuar uno y otra a la forma de justicia transicional que obliga construir una verdad no
solamente formal a partir de la intervención de todos los interesados, pues, huelga resaltar, no se
trata aquí de que el Fiscal funja dueño de la acusación, en tanto, se reitera, el concepto de
adversarialidad no signa la especial tramitación.
Desde luego, es necesario precisar que en principio la Fiscalía, ora porque recibió directamente del
postulado su versión, ya en atención a que desplegó los medios adecuados para verificar esos
hechos confesados o descubiertos con ocasión de ello, es quien mejor puede reconstruir lo
ocurrido y posee los conocimientos suficientes para realizar la correspondiente adecuación típica.
De esta manera, para atender parcialmente a lo alegado por la Fiscalía en este caso, no es que
sólo en eventualidades extremas de calificaciones jurídicas desbordadas, puedan intervenir las
partes o la judicatura para corregir, ampliar o eliminar uno o varios de los cargos presentados por el
Fiscal, sino que la introducción de nuevos hechos o la modificación de los presentados depende de
que existan elementos de juicio valiosos y suficientes para el efecto.
Hechas las precisiones pertinentes, la Sala advierte que la dinámica propia de la audiencia de
legalización de cargos comprende los siguientes tópicos:
ii) Seguidamente, interrogarán al postulado acerca del conocimiento cabal de todos y cada uno de
los cargos que fueron presentados por la Fiscalía en la audiencia de formulación de cargos -por
ello no es necesario que se reiteren uno a uno, dado que ya se supone conocidos con antelación-,
verificando que su aceptación haya sido libre, voluntaria, espontánea y asistida por su defensor.
iii) Se concederá la palabra a la representación de las víctimas y al Ministerio Público, para que
hagan sus manifestaciones en torno de los cargos aceptados por el postulado, permitiéndoseles no
sólo argumentar, sino presentar los elementos de juicio en que basan su pretensión.
iv) De los argumentos y elementos de juicio presentados, se dará traslado a los otros intervinientes
y después a la Fiscalía, para que ésta decida si efectivamente agrega hechos, elimina cargos,
amplia las circunstancias o modifica la forma de imputación o denominación jurídica.
v) Tanto si la Fiscalía acepta lo propuesto por las víctimas, el Ministerio Público o incluso el
postulado y su defensa, luego del correspondiente debate, como si se niega a ello, el asunto debe
ser decidido allí mismo por los Magistrados de Conocimiento, en pronunciamiento de fondo que
faculta la interposición de los recursos de reposición y apelación.
vi) De no interponerse los recursos o una vez resueltos estos, si existió algún tipo de modificación
respecto de los cargos, esa modificación debe ser objeto de nueva aceptación por parte del
postulado, en la cual es necesario verificar las notas de libertad, voluntad, espontaneidad y
asistencia letrada.
vii) Si el postulado no acepta uno o varios de los cargos modificados, la Sala de Decisión de
Justicia y Paz debe disponer la ruptura de la unidad del proceso para que la justicia ordinaria
adelante la correspondiente investigación.
viii) Por último, la Sala de Decisión decreta la legalidad de los cargos finalmente aceptados por el
postulado, para lo cual se torna indispensable declarar judicialmente la militancia del procesado en
la organización armada ilegal, y a renglón seguido dispone que las actuaciones procesales
ordinarias adelantadas en contra del desmovilizado y que se hallan suspendidas, se acumulen
definitivamente al proceso de Justicia y Paz tramitado dentro de los lineamientos de la Ley 975 de
2005».