Pedagogía de La Ternura

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PEDAGOGÍA DE LA TERNURA

1. Hacia una alternativa Educativa.


Fundamentación martina
…Cuando un ser humano lleva en si un hombre ideal, lo
mismo que cada trozo de mármol contiene en bruto una
estatua tan bella como la que el griego Ptaxtleles hizo del
dios Apolo…

JOSÉ MARTÍ

En la X Cumbre Iberoamericana celebrada en Panamá en el mes de noviembre del 2000, se


analizó la terrible situación de los millones de niños y niñas que piden limosnas o tienen que
trabajar; de los millones que no reciben una educación adecuada, que no pueden beneficiarse de
los servicios de salud e higiene, los que consumen drogas, los que están desnutridos, los que son
prostituidos, etc. Problemáticas estas que tienen que desterrarse del mundo infantil y juvenil.

La escuela y la familia, con su carga de responsabilidad en la contribución a la formación de las


nuevas generaciones de niños, jóvenes y adultos, tienen que buscar y encontrar alternativas de
trabajo que den respuestas a estas interrogantes. Los grandes retos que se nos plantea para el
desarrollo humano en el nuevo milenio.

La propuesta de alternativa educativa que presentamos constituye un enfoque optimista y


estimulante del trabajo con el ser humano.

Confiar en el niño, en el joven, amarlos, esta idea es precisamente la piedra angular de nuestro
enfoque. Ella nos estimula a creer en las amplias potencialidades actuales y futuras del educando,
en su desarrollo sentimental, emocional e intelectual, no sólo para su proceso de aprendizaje en la
escuela.

La vida emocional del niño y del joven es tan importante que cuando no marchan dialécticamente
unido lo emocional, lo racional y lo volitivo se limita la eficiencia del desarrollo y el éxito en la vida.

Hay algo fundamental, en el pensamiento martiano, él sitúa al ser humano en el contexto histórico-
social en que vive, su felicidad no se completa sino dentro de la sociedad.

El pensamiento educativo martiano al mismo tiempo, declara la educación como un derecho y


deber humano, y que debe estar vinculada a la época, a la vida, a la transformación social y a la
felicidad del hombre.

Inspirados en el pensamiento martiano hemos denominado a este enfoque: pedagogía de la


ternura. Esa misma ternura que brindan los padres a sus hijos -fina sensibilidad que acompaña a
su amor- cuando los alimentan, los educan y les enseñan a vivir dignamente. La que ofrece el
maestro hacia el ser humano, que hace pensar en la concepción que tiene de sus alumnos como
seres que piensan, sienten y actúan. La que acompaña la formación de cada niño y joven para que
se abra paso en la vida y él mismo logre alcanzar el lugar que le corresponde en la sociedad.
En la obra martiana podemos encontrar una riqueza extraordinaria acerca de la educación, la
enseñanza y cómo proyectarse en la formación de nuestros niños y jóvenes. Como resultado de su
sistematización hemos valorado un grupo de postulados importantes, de los cuales tomamos seis
que también sustentan la presente alternativa educativa y que se analizan en el próximo capítulo.

2. Ideas esenciales de la pedagogía de la


ternura.
Tesis de José Martí
…Las dotes innatas hierven bien y sazonan las impresiones recibidas, mas,
privadas de estas, se escapan por los altos aires cual globo sin peso…
JOSE MARTÍ
Los niños saben más de lo que parece.

Desde los primeros momentos después del nacimiento, el niño se relaciona con los demás y se
comunica, comienza a sentir y a expresar por diferentes lenguajes su complacencia, su disgusto,
su amor, su repulsión, su alegría, su tristeza. Es un ser que siente, aprende, piensa, actúa y que
necesita mucho del afecto de todos los que le rodean.

El ingreso en la escuela es para él un hecho de gran trascendencia, allí recibirá nuevos y


necesarios afectos, especialmente el del maestro o la maestra y el de sus compañeritos de clase.
Mucho le ayudará la escuela en su proceso de socialización y en el desarrollo de la solidaridad y la
camaradería, la disciplina, la responsabilidad y la tenacidad. Así como adentrar a los niños en
nuevos conocimientos, necesita primero hurgar en las nociones que ya poseen acerca de la
"nueva" temática y que fueron obtenidas por diferentes vías.

Lo que importa es que el niño quiera saber

El niño se plantea nuevos porqués, se convierte en un investigador frente al sector de la realidad a


la cual se enfrenta, ya sea el mundo natural o social.

Deseamos destacar también que en los casos observados en nuestro trabajo hay niños que
quieren saber más de lo que les corresponden por los planes de estudio. Algunos niños de primaria
quieren saber aspectos que se tratan en la enseñanza secundaria, algunos de secundaria tienen
inquietudes, que se analizan en el preuniversitario. Hay quienes en preuniversitario quieren saber
lo que se explica en las universidades, y los universitarios anhelan conocer lo que recientemente
se descubre en los centros de investigaciones. Pensemos todos, en nuestra actividad pedagógica
diaria, en la necesidad que tienen nuestros niños y jóvenes de que el proceso de aprendizaje
responda a estas interrogantes. No dejemos que pase la edad de los porqués, dejémosle
experimentar el entusiasmo de incorporarse a la búsqueda de lo nuevo desde los primeros años de
vida escolar. Esa aspiración inherente al ser humano debemos tomarla en consideración maestros
y padres en nuestra labor cotidiana para avivar el afán y el amor por saber y no aplastarlos o
cercenarlos como hacemos en ocasiones. La pregunta del alumno nos indica qué piensa, qué
necesita, qué siente, cuánto ha avanzado y cuánto le queda por avanzar en el camino de
adquisición de lo nuevo.
... No se sabe bien sino lo que se descubre

El conocimiento del aval de experiencia y saber del alumno y sus intereses y motivaciones, coloca
al educador en mejores condiciones de diseñar la estrategia del aprendizaje de nuevos contenidos.
Puede eliminar aspectos, reordenar otros, incluir las propuestas esenciales y comunes de los
alumnos y abrir diferentes vías para que ellos se apropien de lo nuevo. Las formas a utilizar
pueden ser muy variadas, desde el trabajo frontal, el trabajo en grupos, el trabajo en dúo, o el
trabajo individual, pero con un objetivo común que es buscar, investigar, recolectar, analizar, en fin,
descubrir los nuevos nexos para un aspecto desconocido del conocimiento.

Es necesario la variedad y que realmente esa forma de organización sea la de mayor utilidad. Los
alumnos deben conocer qué exigencias deben cumplir, cuáles son esas reglas de organización del
proceso y de disciplina. El éxito depende de la organización, de la forma de distribuir, enfocar y
organizar las tareas de manera que el resultado sea esperado, en un estado de expectación,
alegría y apasionamiento por el encuentro de la verdad.

El doctor José María Valero García, en su libro La escuela que yo quiero, expresa los alumnos
suelen retener: el 10 % de lo que leen, el 20 % de lo que escuchan, el 30 % de lo que ven, el 50 %
de lo que ven y escuchan, el 70 % de lo que discuten, el 90 % de lo que hacen.

Que los niños no vean, no toquen, no piensen nada que no sepan expresar

Los buenos maestros prestan mucha atención a que sus alumnos digan lo que piensan, sienten y
les comuniquen sus inquietudes personales y las que surgen en la práctica pedagógica. Se trazan
como objetivos precisos que los niños sepan explicar lo que hacen, ya sea un problema
matemático, un dibujo o un bello poema. Les enseñan a "investigar", a argumentar, narrar un
hecho y a defender sus puntos de vista.

En el proceso educativo, en ningún momento podemos olvidar que el lenguaje es una etapa
necesaria para la interiorización de conceptos y el desarrollo de habilidades. Urge la necesidad de
que nuestros alumnos sepan explicar causas, consecuencias, lo esencial, lo que distingue, las
diferencias, los aspectos positivos, negativos y hasta lo que les resulta interesante o peculiar de un
concepto, hecho o fenómeno.

La mente es como las ruedas de los carros, y como la palabra: se enciende con el ejercicio

En nuestra experiencia pedagógica hemos observado clases donde la ejercitación se limita a que
los alumnos copien un listado de actividades de la pizarra o del libro a la libreta. No muy avanzada
la clase, los niños empiezan a sentirse intranquilos, bostezan, conversan con el amiguito de al lado
y uno piensa: ¡Qué pena! Ya los venció la fatiga y el aburrimiento. Falló la motivación, no se
sienten implicados en la tarea. La mente no está corriendo ligera.

Que la escuela sea sabrosa y útil

Si buscáramos regularidades en estos planteamientos diversos encontraríamos que esa sensación


de "escuela sabrosa" está: en sentirse bien en comunicación con los otros estudiantes; el que se
les tome en cuenta en la toma de decisiones; el tener todo el tiempo ocupado en hacer, aplicar,
confrontar; el sostener con los maestros un clima amistoso y de comprensión mutua; el tratar
temas interesantes vinculados a la vida y al futuro; el aprender a entender lo que pasa alrededor y
a transformar; el interrelacionar más la familia, el hogar con la escuela y los maestros. Resultará
muy difícil en este principio de milenio lograr lo que quieren los niños y jóvenes.
La alternativa educativa que presentamos en este libro promueve, pero a la vez nos exige
humanismo, compromiso, estar abiertos a lo nuevo. Tenemos que decir que esta alternativa nos
conduce a ver cada unidad del programa en su conjunto. Tener desde la primera clase una visión
globalizadora, sistematizadora, que nos acompañe durante todas las clases. Los alumnos deben
orientarse desde la primera clase y participar activamente para ser conscientes de lo nuevo que
van a aprender, qué utilidad tiene, qué nuevas interrogantes tienen y cómo se aplicarán en la
práctica.

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