Caso Ema Caso Emma de Freud 2
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FREUD
TOMO I: “Publicaciones Prepsicoanalíticas Y Manuscritos Inéditos En Vida De Freud” (1886-1899)
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¿Por qué el recuerdo logra despertar algo que en la vivencia no había estado? La pubertad
resignifica los hechos
¿Qué se anuda al recuerdo del atentado? Desprendimiento sexual
El recuerdo, ¿cuándo deviene trauma? Efecto retardado
El síntoma de Emma era miedo a ir SOLA a una tienda. Como fundamento enuncia un
recuerdo q aconteció a los 12 años: fue a una tienda a comprar algo y como vio a dos empleados
reírse entre ellos salió corriendo de la tienda con un afecto de terror. Uno le había gustado
sexualmente y pensó q se reían de su vestido. (ESCENA I). Sin embargo, los recuerdos despertados no
explicaban ni la compulsión ni el determinismo del síntoma.
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Hay un segundo recuerdo, que tuvo en el momento de la Escena I y que fue producto del
trabajo analítico. A los 8 años fue dos veces a una pastelería y el encargado le pellizcó los genitales a
través del vestido. Se reprochó haber ido una segunda vez, como si de ese modo hubiera querido
provocar el atentado (“mala conciencia oprimente-ESCENA II).
La escena I (empleados) se entiende a partir de la escena II (pastelero). Las
conexiónes/nexos asociativos entre ambas escenas son la risa, que en la escena I le recordaba
inconscientemente a la del pastelero de la escena II y los vestidos. [El otro nexo es q en la escena I
también estaba sola y en una tienda]. El recuerdo del pellizco, cuando se vuelve púber, despierta en
ella un desprendimiento sexual (por ejemplo, sentir asco), (cosa que en aquel momento era incapaz
de hacer) que se traspone en angustia, y en miedo a que se repita el atentado con los empleados
entonces se escapa.
El desprendimiento sexual se anuda al recuerdo del atentado, sin embargo, no surgió
cuando fue vivenciado. Entonces, el recuerdo despierta un afecto que en el momento de la vivencia
no existió. Esto es posible porque la pubertad posibilitó otra comprensión de lo recordado, resignificó
los hechos. El recuerdo reprimido (pellizco-pastelero) con efecto retardado (a posteriori) ha devenido
trauma. De esta forma, la escena II no fue traumática al principio, devino traumática en la pubertad a
partir del enlace asociativo entre las dos escenas. [La escena II-pastelero NO está reprimida desde un
primer momento sino que constituye una marca, un momento mudo. Luego cuando sucede algo
traumático que se conecta esta escena, esta última se reprime y como resultado aparece el síntoma].
Esto instaura una temporalidad lógica.
También en el trauma participaron al menos 2 escenas.
Devienen conciente el desprendimiento sexual (el empleado riente le ha gustado), el
vestido, la risa y los empleados. Los enlaces falsos son: que se ríen de su vestido, y que un empleado
le ha gustado sexualmente. El atentado y el pastelero quedan inconcientes. No ingresa en la
conciencia el eslabón que despierta interés (atentado), sino un símbolo de éste (vestidos, risa).
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intento por satisfacer la pulsión puede acarrear un mayor displacer, entonces a la representación se
le deniega su traducción. Se prohíbe su camino hacia el consciente quedando reprimida en el
inconsciente.
Podemos decir que todas las representaciones reprimidas se alojan en el inconsciente y
agregar que no todo lo Inconciente esta reprimido. Cuando Emma recibe un estímulo que le
produciría placer y su satisfacción seria displacentera, este se sanciona y se prohíbe su completa
traducción quedando la representación reprimida. Queda atrapada en el inconsciente. Sabemos
también que estas representaciones reprimidas están en un constante esfuerzo por hacerse
conscientes, generando retoños y es posible su asociación con otras representaciones para lograr su
cometido.
Por otro lado tengamos presente el carácter sexual de las experiencias que resultan en
procesos represivos, en el caso de Emma el atentado a ocurrido sobre sus genitales.
En la segunda experiencia de Emma Freud nos relata que “salió corriendo presa de algún
afecto de terror”. A partir de entonces ella tiene miedo de entrar sola a las tiendas, este miedo
constituye esencialmente su síntoma, el cual se habría formado por asociación con la representación
reprimida. De acuerdo con la teoría se puede explicar de la siguiente manera; la moción pulsional ha
quedado reprimida e intenta salir al consciente, la vivencia le resulta de cierta manera agradable
cuando comenta que uno de los jóvenes le ha gustado sexualmente, queremos entender que se
siente atraída sexualmente. El Yo sanciona la satisfacción y le deniega su traducción hacia el
consciente quedando reprimida. Se inicia el trabajo de esfuerzo hacia el consciente mediante el
enlace con otras representaciones. El pensamiento de Emma se re-elabora para evitar la entrada a
las tiendas sola, tiene que ir acompañada lo cual la protegería de algo que no sabe qué es. Freud en
su apartado de la represión apunta:
Veamos cómo Freud lo explica: “El recuerdo despierta (cosa que en aquel momento era
incapaz de hacer) un desprendimiento sexual que se traspone en angustia. Con esta angustia, tiene
miedo de que los empleados pudieran repetir el atentado, y se escapa.”
Este apunte solo explica el por qué salió corriendo de la tienda. Debemos entender que en
ese momento hay un desprendimiento sexual confirmado por Emma al decir que le había gustado
sexualmente uno de los jóvenes. Recuerda el atentado y le adhiere ese carácter sexual a esa
experiencia, quiere decir que re significa la vivencia como sexual y asume que pudiera ser
nuevamente atacada. La evocación dice Freud es inconsciente, cabría apuntar que esta parte no
tiene relación directa con la teoría de la represión.
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Analicemos un poco más; después del atentado ella no manifestaba problema alguno,
podía hacer su vida sin temores o actividades precautorias. No había formaciones sustitutivas o
enlaces con otras representaciones que dieran cuenta del retorno de lo reprimido. No podríamos
hablar de una neurosis de conversión, de angustia u obsesiva, la prueba irrefutable es que no ha
habido amnesia. Lo que si habría era una representación investida, es precisamente en este lugar
donde Freud nos podría aclarar el por qué ha permanecido inmanente. Contestar por qué no se
desata un proceso represivo si se ha tratado de una experiencia sexual infantil. Un ataque al
imaginario del infante, entendido desde la teoría que la represión ha quedado fuertemente investida
por su carácter sexual. La niña se ha impresionado sin entender que pasó, esta sería para mí la
respuesta, en una futura vivencia esta escena podrá salir como retorno.
La segunda experiencia es la determinante, y lo interesante es que se asocia con la tercera
ocurrida en la infancia, por la semejanza entre varios elementos comunes, a saber: El espacio de
encuentro, las risas de los jóvenes y la risotada del pastelero, su vestido, los personajes masculinos y
el elemento sexual. Me atrevo a decir que es como si ambas experiencias hubieran ocurrido con
simultaneidad y formaran una sola resultado en un entramado para dar paso a un proceso represivo
“Los procesos del sistema Icc son atemporales, es decir, no están ordenados con arreglo al tiempo,
no se modifican por el trascurso de este ni, en general, tienen relación alguna con él .”, la atracción
sexual por uno de los jóvenes se entrama con el pellizco en los genitales y la satisfacción de esta
moción pulsional es reprimida, de tal suerte que para salir a crear un pensamiento protector
disimulando su interés por satisfacerse.
De ahora en adelante Emma debe entrar acompañada para evitar un atentado
encubriendo su motivación sexual. A partir del proceso de represión esto explicaría la situación
actual de Emma, Freud tiene otra explicación.
El caso tiene esa particularidad de una vivencia actual que trae un recuerdo no traumático
que se actualiza y genera efecto en la vivencia.