Neo Aristotelismo
Neo Aristotelismo
Neo Aristotelismo
Rehabilitación de la filosofía
práctica y neo-aristotelismo
Abstract: This article describes the Ger- Resumen: En este trabajo se describe el
man debate concerning the “rehabilitation debate que tuvo lugar en Alemania sobre
of practical philosophy,” locates its origin in “la rehabilitación de la filosofía práctica”, se
neo-Aristotelian thought, and formulates localiza su origen en las posiciones filosóficas
three neo-Aristotelian theses derived from “neo-aristotélicas”, y se formulan tres tesis
the Aristotelian understanding of praxis. fundamentales que los neo-aristotélicos re-
Neo-Aristotelianism is shown to be a re- toman a partir de la comprensión aristotélica
sponse to the standard modern “scientific” de la praxis. Se muestra el neo-aristotelismo
understanding of practical knowledge, which como una reacción frente a la comprensión
paradoxically entailed a regression in the un- “científica” del saber práctico típica de la
derstanding of practical knowledge (and of modernidad, que supuso, paradójicamente,
the relation between theory and praxis), and una regresión en la comprensión del saber
which led to fundamental problems in the práctico (y de la relación entre la teoría y la
development of modern sciences of action. praxis), de la que nacieron los problemas fun-
damentales de la determinación moderna de
Keywords: Neo-Aristotelianism, practical las ciencias del obrar.
rationality, theory, praxis, phronesis.
Palabras clave: Neo-aristotelismo, raciona-
lidad práctica, teoría, praxis, frónesis.
1. El debate alemán
sobre la ‘filosofía práctica’
D
esde el comienzo de los años sesenta y hasta el fin de los
años setenta del siglo XX tuvo lugar en Alemania un debate
intenso, que se hizo famoso bajo el título de “rehabilitación
de la filosofía práctica”1. Desde un punto de vista general, se pue-
den distinguir dos momentos principales en el origen y desarrollo
de este debate: el primer momento —preparado por los escritos de
algunos filósofos políticos de origen alemán, emigrados a los Esta-
dos Unidos, como Leo Strauss, Eric Voegelin y Hannah Arendt—,
llega a la maduración en los años sesenta y se caracteriza principal-
mente por el redescubrimiento de la actualidad de los modelos de
filosofía práctica de Aristóteles, y luego de Kant, así como por la
tentativa de referirse a dichos modelos para proponer una nueva
consideración filosófica del dominio del obrar; el segundo momento
ha tenido, sobre todo, un carácter teórico-sistemático, en el cual
los problemas relevados por la nueva proposición de los modelos
aristotélicos y kantianos fueron abordados y tratados en el cuadro de
una discusión más general, en la cual tomaron la palabra las princi-
pales escuelas filosóficas alemanas contemporáneas, como la antigua
Escuela de Frankfurt, de inspiración hegeliano-marxista (Theodor
Wiesengrund, Adorno y el joven Jürgen Habermas), el racionalismo
crítico (Hans Albert, Hans Lenk y, bajo cierto aspecto, Ernst To-
pitsch), la hermenéutica filosófica de Hans-Georg Gadamer y su
discípulo Rüdiger Bubner, pero también Joachim Ritter y su escuela
(Hermann Lübbe, Odo Marquard, Willi Oelmüller, Günter Bien,
Reinhart Maurer), el constructivismo de la Escuela de Erlangen y de
Constanza (fundada por Paul Lorenzen, desarrollada por Friedrich
1. La primera documentación general sobre este debate fue recopilada por M. Riedel (ed.),
Rehabilitierung der praktischen Philosophie, 2 vols. (Rombach, Freiburg i. Br., 1972-1974).
Para una reconstrucción de conjunto del debate, me permito remitir a mi artículo: La
rinascita della filosofía pratica in Germania, en C. Pacchiani (ed.), Filosofía pratica e scienza
política (Francisci, Abano Terme-Padova, 1980) 11- 97; para un análisis de ciertos aspectos
particulares, cf. A. Da Re, L’etica tra felicità e dovere. L’attuale dibattito sulla filosofia pratica
(Dehoniane, Bologna, 1986); L. Cortella, Aristotele e la razionalità della prassi. Una analisi
del dibattito sulla filosofia pratica aristotelica in Germania (Jouvence, Roma, 1987).
12. La tripartición del saber práctico en ética, economía y política —ligada a la clasifica-
ción aristotélica de las ciencias (teóricas, prácticas, poiéticas) y alternativa en relación
con la articulación helenística del saber en lógica, ética y física (articulación que Ci-
cerón atribuye a Platón, pero que Sexto Empírico hace remontar a Jenócrates)— es
introducida en la cultura latina por Boecio (en su comentario a la Eisagogé de Porfirio)
y se encuentra en casi todas las enciclopedias más importantes de la Edad Media,
como, para nombrar solo las más conocidas, el De artibus ac disciplinis de Casiodoro,
las Etymologiae de Isidoro de Sevilla, el Speculum Quadruplex de Vincent de Beau-
vais, el Didascalicon de Hugo de San Víctor, el De divisione philosophiae de Domenicus
Gundissalinus, el De ortu scientiarum de Robert Kilwardby. Cf. J. Mariétan, Pro-
blème de la classification des sciences d’Aristote à St. Thomas (Felix Alcan, Paris, 1901); J.
Koch (ed.), Artes liberales. Von der antiken Bildung zur Wissenschaft des Mittelalters (Brill,
Leiden, 1959, 21976); J. A. Weisheipl, Classification of the Sciences in Medieval Thought
“Mediaeval Studies” 27 (1965) 54-90; M. de Gandillac (ed.), La pensée encyclopédique
au Moyen Âge (Éditions de la Baconnière, Neuchátel, 1966); Arts libéraux et philosophie
au Moyen Âge, Actes du IVe Congrés international de Philosophie médiévale, Université de
Montréal, Canada, 27 août-2 septembre 1967 (Institut d’Études Médiévales-Librairie
Philosophie J. Vrin, Montréal-Paris, 1969); I. Hadot, Arts libéraux et philosophie dans
la pensée antique (Études Augustiniennes, Paris, 1984). La tripartición del saber prác-
tico según la clasificación aristotélica de las ciencias es retomada también por la tra-
dición enciclopédica moderna desde F. Bacon, pero en este caso aparece, además,
combinada con la tripartición del saber, de procedencia helenística, en lógica, física y
ética. Cf. U. Dierse, Enzyklopädie: Zur Geschichte eines philosophischen und wissenschaft-
lichen Begriffs (Bouvier, Bonn, 1977); W. Schmidt-Biggemann, Topica universalis. Eine
Modellgeschichte humanistischer und barocker Wissenschaft (Meiner, Hamburg, 1983).
13. Cf. los trabajos de H. Maier, Die Lehre der Politik an den älteren deutschen Universitäten,
en D. Oberndörfer (ed.) Wissenschaftliche Politik. Eine Einführung in Grundfragen ihrer
Tradition und Theorie (Rombach, Freiburg, 1962) 59-116 y en H. Maier, Politische Wis-
senschaft in Deutschland: Lehre und Wirkung (Piper, München, 1985) 31-67; H. Maier,
Die ältere deutsche Staats- und Verwaltungslehre (Polizeiwissenschaft) (Luchterhand, Neu-
wied-Berlin, 1966 / Deutscher Taschenbuch, Munchën, 1986); de modo más general
véase el clásico estudio de H. Demifle, Die Entstehung der Universitäten des Mittelalters
bis 1400 (Weidmann, Berlín, 1885, reprod. facs. Akademische Druck- u. Verlagsanstalt,
Graz, 1956), y la rica bibliografía contenida en R. Graf von Westphalen, Akademisches
Privileg und demokratischer Staat. Ein Beitrag zur Geschichte und bildungspolitischen Proble-
matik des Laufbahnwesens in Deutschland (Klett-Cotta, Stuttgart, 1979).
14. Desde 1215, la ética era enseñada en París como una disciplina autónoma, en la
facultad de artes. En un comienzo, la enseñanza se apoyaba en la traducción de
los libros II y III 1 de la EN, es decir, en la ethica vetus, que comprendía, sobre
todo, la teoría de las virtudes; luego, se utilizó también el libro I, la ethica nova, que
comprendía la doctrina de la felicidad; por último, se tuvo a disposición la traduc-
ción completa de Roberto Grosseteste (1246/1247). Después de la traducción de la
ethica nova, el esfuerzo por conciliar la ética aristotélica con la teología fue una tarea
particularmente dura, que condujo a una reducción de la doctrina aristotélica de
la εὺδαιμονία y a su subordinación a la doctrina teológica de la beatitudo celestial;
esto implicó también una comprensión teórica de la ética en el sentido de la ethica
docens más bien que en el de la ethica utens. Sobre estos problemas, tras los estudios
de pioneros como M. Grabmann, Ph. Delhaye y O. Lottin, se dispone ahora de la
excelente monografía de G. Wieland, Ethica, Scientia practica: Die Anfänge der phi-
losophischen Ethik im 13. Jahrhundert (Aschendorff, Münster, 1981). Los estudios de
Ph. Delhaye fueron reunidos recientemente bajo el título: Enseignement et morale
au XIIe siécle (Éditions universitaires-Éditions du Cerf, Fribourg-Paris, 1988).
15. Las razones que motivan esta persistencia son numerosas y bastante complejas:
la influencia del proceso de aristotelización del pensamiento reformista por parte
del praeceptor Germaniae Ph. Melanchton; la resistencia que la cultura política ale-
mana opuso a la penetración de la idea moderna del Estado de tipo maquiavélico
o hobbesiano, la cual representaba la antítesis más poderosa frente a la concepción
aristotélica de la política como ciencia práctica; finalmente, la asimilación progre-
siva de elementos innovadores como la tradición iusnaturalista o la cameralística
y la nueva economía, que fueron retomadas en Alemania en el seno de la tradición
de la philosophia practica. Sobre la difusión del aristotelismo político en Alemania,
además de los estudios de H. Maier citados, véase: M. Riedel, Metaphysik und
Metapolitik. Studien zu Aristóteles und zur politischen Sprache der neuzeitlichen Philo-
sophie (Suhrkamp, Frankfurt am Main, 1975); V. Sellin, Politik en O. Brunner,
W. Conze, R. Koselleck (eds.), Geschichtliche Grundbegriffe: Historisches Lexikon
zur politisch-sozialen Sprache in Deutschland, vol. 4 (Klett-Cotta, Stuttgart, 1978)
789-874; por último, en general, P. Petersen, Geschichte der aristotelischen Philoso-
phie im protestantischen Deutschland (Meiner, Leipzig, 1921).
18. “Die physiologische Menschenkenntnis geht auf die Erforschung dessen, was die
Natur aus dem Menschen macht, die pragmatische auf das, was er ais freihande-
lndes Wesen aus sich selbst macht, oder machen kann und soll”; I. Kant, Anthro-
pologie in pragmatischer Hinsicht, en Werke: Akademie-Textausgabe vol. 7 (Reimer,
Berlin, 1917) 117.
19 Cf. K. C. Köhnke, Entstehung und Aufstieg des Neukantianismus: Die deutsche
Universitätsphilosophie zwischen Idealismus und Positivismus (Suhrkamp, Frankfurt,
1986) 468, n. 64.
a) Θεωρία y πρᾶξις
22. EN VI 2, 1139a26-27.
23. Cf. por ejemplo, EN VI 3, 1140a1-2.
24. Cf. sobre todo EN I 1, y II 2; IX 2, 1165a12-14; véase también H. Bonitz, Index
aristotelicus (Akademische Druck- u. Verlagsanstalt, Graz, 21955) 27b-28a (sub voce
ἀκρίβεια, ἀκριβής).
b) Πρᾶξις y ποίησις
28. EN VI 5, 1140a28.
29. EN VI 5, 1140b3-4.
30. EN VI 5, 1140b6-7.
31. EN VI 5, 1140a20-21.
32. EN VI 5, 1140b5, repetido en la línea 1140b20 exactamente con la misma atribución
de ἀληθῆ a la ἕξιν. No hay razón, en mi opinión, para no conservar esta diferencia de
atribución, que indica evidentemente una diferencia entre la τέχνη y la φρόνησις. Esta
diferencia queda completamente suprimida si se acepta la sugerencia de Susemihl y de
Stewart (seguida por Apel y Tricot y rechazada por Gauthier-Jolif), quienes corrigen
dos veces ἀληθῆ, en concordancia con ἕξιν, sustituyéndolo por ἀληθοῦς a fin de po-
nerlo en concordancia con λόγου. Esto establece una analogía demasiado estrecha con
la definición de la τέχνη, analogía que hace correr el riesgo de suprimir la diferencia que
Aristóteles expresa aquí por medio de la sutileza terminológica de su definición.
38. Sobre este punto Gadamer ha dado, en el citado capítulo de Wahrheit und Methode, in-
dicaciones fundamentales, que evidentemente ha derivado de la interpretación del libro
VI de la Ética a Nicómaco ofrecida por el joven Heidegger en sus cursos (en particular,
en la parte introductoria del curso de Marburgo del semestre de verano de 1924), que
Gadamer conocía.
39. Cf. por ejemplo EN VI 9, 1142a23-24. Se pueden distinguir a grandes trazos cuatro
tendencias en la historia de la interpretación de esta distinción: 1) una tendencia su-
braya el carácter práctico de la φρόνησις y, por oposición, la descriptividad de la cien-
cia práctica (J. Walter, E. Frank); 2) la tendencia opuesta subraya la unicidad del saber
práctico, que puede ser a la vez orientación del obrar (φρόνησις) y consideración
científica de las acciones (G. Teichmüller, R. A. Gauthier-J. Y. Jolif, W. F. R. Hardie);
3) una tercera tendencia atribuye un carácter tópico-dialéctico al saber práctico en su
conjunto (A. Grant, J. Bumet, W. Hennis, G. Bien); 4) hay, finalmente, una última
tendencia que se opone a esta atribución, argumentando que, puesto que Aristóte-
les niega que la dialéctica sea una ciencia, atribuir a la filosofía práctica un carácter
tópico-dialéctico equivaldría a negar que la filosofía práctica fuera un saber científico
(F. Susemihl, H. Kuhn, J. A. Stewart, O. Gigon, H. H. Joachim).
40. “L’originalité d’Aristote —observaba con razón Pierre Aubenque, que, así, ha puesto
en evidencia un punto fundamental— ne consiste donc pas, comme on le croit par-
fois, dans l’affirmation du caractère pratique de la prudence, ni d’aillieurs dans celle
de son caractère intellectuel. Car Platón n’avait jamais dit autre cose de sa sagesse, qui,
indifféremment appelée sophia ou phronesis, était déjà indissolublement théorique et pra-
tique. Et tel était déjà le sens de la doctrine socratique de la vertu-science. L’originalité
d’Aristote consiste, en réalité, dans une nouvelle conception des rapports de la théorie et de la
pratique, conséquence elle-méme d’une rupture pour la première fois consommée dans
l’univers de la théorie” (P. Aubenque, op. cit., 144; subrayado del autor).
6. Consideraciones conclusivas
42. Es significativo que quienes permanecen atados al paradigma kantiano del saber prác-
tico hayan procurado obtener una función análoga de orientación de la facultad del
juicio (Urteilskraft). Desarrollando una hipótesis propuesta originalmente por Han-
nah Arendt, se ha utilizado para esta función la determinación kantiana de la facultad
del juicio reflexivo (reflektierende Urteilskraft), tal como ella es delimitada, en la Kritik
der Urteilskraft, respecto de la del juicio determinante. Haciendo completa abstrac-
ción de la comprensión kantiana de la ética y la política, se ha intentado considerar
el juicio reflexivo como el paradigma del saber adecuado a la πρᾶξις. A diferencia
tanto de la razón (Vernunft) en tanto facultad del pensamiento coherente, como del
entendimiento (Verstand) en tanto facultad del pensamiento autónomo, la facultad de
juzgar, en tanto ‘‘modalidad ampliada del pensar” (erweiterte Denkungsart), se funda en
el siguiente principio: “an der Stelle jedes andern denken”, y, como tal, es apta para
aplicarse al dominio de la ética y de la política, como vehículo que es de una universa-
lidad estrechamente unida al carácter concreto de las situaciones particulares.
cualidad moral de los fines y con ello, finalmente, el éxito del obrar,
porque estaba pensada en el marco específico trazado por la ciencia
práctica y en el marco más general de su antropología, de su cosmo-
logía y de su metafísica, y, por ello, era capaz de utilizar los concep-
tos operativo extraídos de dichos marcos. En los neo-aristotélicos,
por el contrario, la reasunción de la φρόνησις corre el riesgo de no
alcanzar su objetivo, pues aquí el saber fronético está concebido en
un horizonte post-metafísico, en un horizonte demasiado chato y
más débil que el de Aristóteles, dicho de otro modo, en un hori-
zonte mínimo o incluso en la ausencia de todo marco, de todo hito,
por referencia al cual el saber fronético pudiera orientarse. En una
ausencia tal, la φρόνησις pierde su cualificación moral y corre el
riesgo de quedar reducida a una simple habilidad, a una δεινότης o
a una πανουργία o bien, como se le ha objetado al defensor alemán
por excelencia de una filosofía de la φρόνησις, Gadamer, corre el
riesgo de convertirse en una ideología, especialmente —como se ha
podido sostener— la ideología de un agradable relativismo cultural
moderado de tipo conservador.
Justamente a causa de esta situación de desorientación del
mundo contemporáneo, a consecuencia de la abstinencia forzada
que ha engendrado lo que yo llamaría una situación de destierro
post-metafísico, una pregunta que nos constriñe exige de nosotros
una respuesta. Esta pregunta, para parafrasear un célebre título
kantiano, podría ser formulada del siguiente modo: ¿qué significa
orientarse en el obrar? Nadie, ni los neo-aristotélicos ni tampoco sus
adversarios ni ningún otro, puede afirmar hoy en día tener una res-
puesta a esta pregunta. ¿Tienen acaso una estrategia para controlar
a situación? Tal vez. ¿Una ayuda para remediar la crisis? Probable-
mente también. Pero cuanto más se controla, cuanto más se reme-
dia, más aguda se vuelve la sensación de destierro. Por ello, incluso
a través de múltiples unilateralidades y forzamientos, las considera-
ciones y los problemas que la rehabilitación de la filosofía práctica y
los neo-aristotélicos han propuesto a nuestra atención permanecen
en su inquietante actualidad.