La Culpa La Tiene Cupido

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LA CULPA LA TIENE CUPIDO

de Edgar Castañeda

Personajes:

Samuel: Oficinista. Mujeriego, parrandero y jugador.

Lilly: Oficinista. Seria. Muy seria.

Daniel: Oficinista. Noble. Muy noble.

Gabriela: Mesera de cafetería. Ecuánime.

Anael: Becaria celestial. Creativa e hiperactiva.

Cupido: El ángel del amor. Chapado a la antigüa. Cursi. Muy cursi.

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ESCENA 1

La escenografía presenta al fondo un letrero donde se lee “Oficina de Cupido”. De igual


forma, un escritorio forma parte de la ambientación. Una canción melosa y muy romántica
suena de fondo. Entra CUPIDO y toma centro para realizar su clásica figura.

Cupido: ¡Otro día de trabajo maravilloso! (Se quita las alas y las cuelga. Va hacia el
escritorio.) Pero por hoy es suficiente.

Baja el sonido a su grabadora. Entra ANAEL, quien lleva documentos en las manos.

Cupido: ¿Lista para marcharse, Anael?

Anael: Casi, solamente acomodaré estos documentos y listo. ¿Puedo preguntarle


algo, Don Cupido?

Cupido: Siempre y cuando me quite el “Don” y deje de hablarme de “usted”. No me


recuerde mis canas

Anael: ¡Mire quien lo dice! ¡El que se la pasa hablándole de “usted” a todos!

Cupido: ¡Soy un caballero!

Anael: ¡Y un caballero muy joven aún! Así que deje de tirarse para que lo levanten.
¡Ah, y hábleme de “tu”!

Cupido: Bueno, ¿cuál es la pregunta que usted quiere…

Anael: Ejem…

Cupido: …que quiere“sss” hacerme?

Anael: El archivero está repleto de papeles. (Interrumpiéndolo) Entiendo que todo


eso es el sustento de su trabajo diario pero, precisamente por eso, podría
utilizar otras herramientas. ¡Son cientos de años archivados y está a
reventar allá adentro!

Cupido: Como usted lo ha...

Anael: Ejem…

Cupido: (Corrigiendo) Como lo ha“sss” dicho, es documentación importantísima.


Figúrate que le doy seguimiento a todas y cada una de las parejas que he
enamorado. Podrás encontrar copias de sus identificaciones, del acta de
matrimonio, del acta de nacimiento de sus hijos, etc., etc.

Anael: Pero usted tiene...

Cupido: Ejem…

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Anael: Tiene“sss” hasta el archivo de Adán y Eva, los pobladores del mundo. ¡Nos
queda claro que ellos se amaron muuuuucho!

Cupido: ¿A dónde quieres llegar?

Anael: ¿Por qué no empezamos a hacer un archivo electrónico?

Cupido: ¿Eh?

Anael: ¡Yo puedo ayudarte!

Cupido: Pero eso no entra en tus labores

Anael: ¡No importa!

Cupido: Prefiero que no

Anael: ¡No va a pasar nada! Observa. (Saca una identificación, le toma foto con su
celular) ¿Ves? ¡Ahora nada más descargamos la información a la
computadora y ya tenemos una tanda de papeles menos en el archivo!

Cupido y Anael comenzarán a discutir tanto como lo decida el Director. Cupido será quien
interrumpa.

Cupido: ¡Que no! (Apenado) Mira, Anael, he trabajado así toda mi vida y no voy a
cambiar todo mi esquema. Discúlpame, no lo puedo permitir. Es como si
quisieras también cambiar mis métodos para enamorar a los humanos.
(Silencio breve) ¡No!

Anael: ¡No cambiarlos, solo pulirlos!

Cupido: ¿Para qué?

Anael: ¡Para mejorar!

Cupido: ¿Qué tienen de malo?

Anael: ¡Mucho! (Cupido se sorprende) Mira... es que... ¡Ay, no se cómo decirlo!

Cupido: Dilo con confianza

Anael: ¿Seguro?

Cupido: Seguro

Anael: ¡Tus métodos están obsoletos!

Cupido: ¿¿Qué??

Anael: ¡Eso que dije!

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Cupido: ¿Cuáles son tus bases para decirme eso, muchachita?

Anael: Mira, ya que hablas del matrimonio, por ejemplo, ¿sabías que ha
incrementado el número de parejas que se divorcian?

Cupido: ¿Y eso que tiene que ver conmigo?

Anael: Que la mayoría son parejas que tu enamoraste

Cupido: ¡Pero como va a ser! Yo uno a esas personitas que tienen sueños
románticos y que desean estar juntas para toda la vida. Por ejemplo, hoy
enamoré a un chico que siempre se la pasaba solito, encerrado en su
cuarto sin hacer otra cosa que estar metido en su (con tono despectivo)
lap… lap...

Anael: ¡Lap top!

Cupido: ¡Eso! A este chico, le encantaba una muchacha que es todo lo contrario a
él: amiguera, le gusta ir de compras, salir de viaje y demás. Entonces me
dije “Cupido, ¡esa mujer es la que le conviene a este hombre para que
equilibre su vida y visceversa!” Tomé mis flechas, las cargué con esencia
de ambos, le puse una dosis de romanticismo, dos más de cariño y una alta
carga de pasión y lujuria y ¡Paaaaaam! ¡Lancé mi flecha directito a sus
corazones!

Anael: Un momento... ¿Tu amor es prefabricado?

Cupido: Yo no lo llamaría así, digamos que “creo la magia”. Y entonces vienen las
palabras, los detalles, las miradas… (Se quedan observando a los ojos un
brevísimo momento. Rompen) Ejem… ya sabes, todo lo necesario para que
su romance fluya

Anael: ¿Armas todo un entorno para que ellos puedan enamorarse?

Cupido: ¡Así es!

Anael: ¡Pero eso es una ilusión!

Cupido: ¡Es “lo que buscan”!

Anael: No entiendo

Cupido: La gente busca el amor ideal que conoce por la tele o el cine, está a la
espera de su príncipe azul o su princesa de cuento, sentir las mariposas en
el estómago, después casarse, tener hijos... ¡Ya sabes, el cuento clásico de
amor!

Anael: ¿Enamoras así nada más, a quien sea? ¿Y la compatibilidad de caracteres?

Cupido: Eso se descubre una vez que estén juntos

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Anael: ¡Pero podrías hacerlo antes, se ahorrarían muchas separaciones!

Cupido: ¿Y cómo?

Anael: ¡Averiguando sobre ellos!

Cupido: ¡Ja! Niña, apenas tengo tiempo para unir a todas esas personas.

Anael: ¡Es que realizas tu trabajo con base en la cantidad, no en la calidad!

Cupido: (Conteniéndose) Escucha, Anael: eres una excelente becaria y serás un


maravilloso ángel guardián, pero no voy a permitir que critiques de forma
negativa mi trabajo

Anael: ¡No, yo solo quiero aportar ideas!

Cupido: (Exaltándose) ¡Si tienes ideas, muéstraselas a quien sí le interesen!

Anael: Disculpa, no era mi intención enfadarte

Sale Anael. Cupido se recompone y se lamenta por lo hecho. Oscuro.

ESCENA 2

La escenografía presenta la cafetería de alguna oficina. Una mesa se encuentra en


derecha y otra en izquierda.

DANIEL se encuentra sentado en la mesa de la derecha, está jugando con su celular.

Daniel: ¡Anda! Tira.... ¡Tira! ¡Vas a perder de cualquier forma! Eso es. Ahora, tiro
las últimas letras... ¡Taraaaaaan! ¡Juego terminado! ¡Yo gano, amiga!

DANIEL llama a la mesera.

Daniel: ¿Me das un café americano, por favor?

GABRIELA entrega a Daniel de mala gana.

Gaby: ¡Ten!

Daniel: ¡Uy!... Gracias

Gaby: De nada

Gabriela toma su celular apresuradamente. Daniel se dirige a la mesa de la derecha y se


sienta en la silla de la derecha. Comienza a jugar nuevamente. Entra Samuel.

Samuel: ¿Qué pasó, mi sangre?

Daniel: ¿Qué onda, Samuel?

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Samuel: ¡Uy, uy, uy! ¿Andas de mamón?

Daniel: No, ¿por?

Samuel: Entonces dígame como me gusta: “Mi sangre”

Daniel: ¡No manches, Sammy, hace seis meses que tronaste con mi prima!

Samuel: ¡Uy, perdóname! Permíteme entonces corregir mi error (Sale de escena y


entra de nuevo) ¡Buenos días, Licenciado Daniel ¿Cómo está usted, mi ex-
sangre? A propósito, ya no me recuerdes a tu prima, por favor

Daniel: (Jugando en su celular) “Do-li-do”

Samuel: ¿Qué pasó, mi sangre? No hieras mi corazoncito

Daniel: ¡Ni quien te pele, wey!

Samuel: ¿Qué haces? (Se asoma al celular de Daniel) ¡Ya estás otra vez con tu
sopa de letras!

Daniel: Scrabble, es scrabble

Samuel: ¡Lo que sea! Yo externando mis sentimientos y tu con tus cosas

Daniel: Ya, supéralo

Samuel: ¡Claro, como a ti no se te casó la vieja! Yo la quería un buen y ve como me


pagó. Es más, era tanto mi amor por ella que estuve a punto de decirle “Si
te vas con él, me voy con ustedes”

Daniel: (Jugando en su celular) “I-dio-ta”

Samuel: ¡Eso, eso es lo que soy! Siempre que me entrego, me lastiman. ¡Desde la
prepa! Una vez, una compañera me dijo “Oye, tenemos Química” Y yo bien
emocionado: “¿Tu crees?” Y ella: “Sí, mira el horario”. Otra me salió con el
clásico “No eres tú, soy yo... ¡Yo, que ya me encontré a otro!”

Daniel: En algún momento llegará alguien con quien te estabilices

Samuel: A lo mejor ya llegó, quizá era una Testigo de Jehová y se me fue por no
abrirle. Pero, ¿sabes qué? ¡Mejor! ¡A la mierda el amor! ¡Desde hoy voy a
ser el chico soltero borracho y con lana!

Daniel: (Jugando en su celular) “So-ña-dor”

Samuel: ¡Nada de “soñador “! ¡A la goma las viejas! ¡Nada de andar ahí de


romántico, regalando discos de Maluma! ¡Desde hoy soy forever soltero!

Entra Lily. Trae un libro en la mano. Porta una falda ceñida. Atraviesa el escenario.

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Samuel está visiblemente impresionado. Lily se sienta en la mesa desocupada dando la
espalda a los chicos.

Samuel: ¡Ay, Diosito! (Lily cruza la pierna) ¡Ay, Santa Claus, mira lo que me enviaste!

Daniel: No manches, se discreto

Samuel: ¡Es que vela! Esa chava está como Google

Daniel: ¿Como Google?

Samuel: ¡Sí, tiene todo lo que busco! (Se toca el estómago) ¡Ay, me estoy
enamorando, siento como me gorgorea el estómago!... Ah, no, es hambre.
Me hace falta mi rico cafecito mañanero. (Llama a Gabriela) Dos
americanos, por favor.

Daniel: ¡Gané!

Gabriela le entrega de mala gana los cafés a Samuel.

Gaby: ¡Ten!

Samuel: ¡Uy, ya cásate! (Guiña un ojo a Daniel y se dirige hacia donde se encuentra
Lily) ¡Hola!

Lily está a punto de dar una mordida a un sandwich, levanta y dirige la mirada hacia
Samuel.

Lily: (Seca) Hola

Samuel: ¿Me puedo sentar? (Ella niega a medias con la cabeza, pero él hace caso
omiso) ¡Gracias! ¡Mira, te he comprado este café! ¡Está delicioso!

Lily: (Seca) No me gusta el café

Samuel: Ah... ¡Ni a mi! Era solo para... tu sabes... poder... acercarme (Ríe. Lily no)
¿Estás leyendo a Paulo Coelho? ¡Me encanta!

Lily: A mí me choca, es de una amiga

Samuel: Digo... ¡Me encanta-ría que vetaran sus libros! ¿Cómo puede considerarse
poeta? (Ríe. Lily no.) Ejem... ¿Eres nueva aquí?

Lily: Sí

Samuel: ¿En qué Área trabajas? (Lily va a contestar con fastidio, pero es
interrumpida) ¡Espero que no sea en Contabilidad! ¡Me chocan los
Contadores, son tan cuadrados y obtusos! (Lily balbucea. Samuel cae en
cuenta de la situación) ¡Es bromaaaa! ¡A leguas se nota que eres
Contadora! (Ríe. Lily no. Él observa su reloj) ¡Uy, tengo que irme! Tu
tranquila, termina de desayunar. ¡Nos vemos mañana!

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Lily queda con cara desencajada. Samuel va hacia la mesa con Daniel.

Daniel: ¿Qué tal?

Samuel: Psss... ¡La dejé babeando, ya sabes como soy!

Daniel: ¡Sí, wey!

Samuel: ¿“Sí, wey” qué?

Daniel: Le encantó el café, ¿no?

Samuel: ¿Estabas de fisgón?

Daniel: No te dejó entrar ni en la Friendzone

Samuel: ¡No te burles! Por lo menos lo intenté, no que tu nada más estás con tu
celular y tu jueguito. (Arrebatándole el celular) ¡Oye, y siempre juegas con
la misma, no manches! Por lo menos ya te la hubieras ligado

Daniel: No conozco ni su rostro. Es como yo, no pone foto en su Face

Samuel: ¡Te toca!

Le pasa el celular. Se levanta Lily y va hacia la barra.

Daniel: ¡Sí! ¡Siiiiiiiiiiiii! ¡Ja, ja! ¡Dos-cero, amiga! (Chateando) “¿Acaso crees que
puedes ganarme”

Lily: (Hacia Gabriela) ¿Me das un agua, por favor?

Gaby: (Muy molesta) ¡Ten!

Lily: ¡Uy, gracias!

Lily hace mutis por derecha. Inevitablemente pasa frente a Samuel.

Samuel: ¡Hasta mañana!

Lily hace un gesto de desagrado. Sale. Samuel la mira lascivamente.

Daniel: ¡No te va a pelar, “inche” caliente! ¡Vámonos, que ya es tarde! ¡Órale!

Samuel: ¡Déjame soñar, mi sangre! ¡Déjame soñar!

ESCENA 3

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Regresa la escenografía de la oficina de Cupido pero en esta ocasión se presentan dos
escritorios. Entra Cupido. Se asombra al ver el segundo escritorio. Se acerca a fisgonear.
No se percata que entra Anael.

Anael: Hola

Cupido: (Sobresaltándose) ¡Aaaaah! ¡Buenas noches!.... ¡Días!... ¡Tardes!


Ejem... ¿Cómo te va?

Anael: Bien, gracias

Cupido: (Con dificultad) Oye... disculpa por... por lo de ayer

Anael: Ejem... No te preocupes

Se empalma la conversación. Ella para la acción tapando la boca de Cupido. Se quedan


un brevísimo momento observándose a los ojos. Rompen.

Cupido: ¿Ya viste? (Señalando el escritorio) Parece ser que nos van a meter a
alguien en la oficina. ¡Ay, con lo que me gusta estar solo! ¿Pero por qué?
¿Todos mis años de servicio no valen? Espero que no sea un desconocido,
por lo menos

Anael: (Nerviosa) Mmmmm... No, no es nadie desconocido

Cupido: ¿Sabes de quién se trata? (Ella levanta la mano lentamente) No entiendo

Anael: Ayer después de lo que me dijiste, ya sabes, acerca de contarle mis ideas a
quien le interesara

Balbucean. Ahora Cupido detiene a Anael tapando su boca.

Cupido: (Apenado) Sí, recuerdo. Prosigue

Anael: Pues, lo hice

Cupido: ¡Oh! ¿Y luego?

Anael: Se las dije al “Jefe”

Cupido: ¿¿Al “Jefe”?? ¡Wooow! ¡Qué bien que te escuchó! ¡Es un tipo fantástico! ¿Y
qué te dijo?

Anael: ¡Me alentó!

Cupido: ¡Sí, así es él! ¡Le gusta echarte porras con tus proyectos! ¡Así empecé yo!
¡Qué recuerdos! Una vez llegué y le dije “Jefe, hace falta que alguien ayude
a los humanos a enamorarse, ¿me permitiría hacerlo?” Él me dijo: (Ella va
repitiendo junto con Cupido) “Sé que tienes potencial para esta labor.
Tienes toda mi confianza”. (Hacia ella) ¡Exacto! Y al día siguiente ya me

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tenía un escritorio en esta oficina... (Silencio. Cupido entiende lo que pasa)
¿¿Qué?? ¿¿Vas a ser mi competencia??

Anael: ¡No! Bueno, sí

Cupido: ¡Traidora!

Anael: ¡No fui a solicitarle un puesto!

Cupido: ¡Claro que sí!

Anael: ¡Yo únicamente quería que me escuchara!

Cupido: ¡No me digas!

Anael: ¡Le parecieron interesantes mis propuestas!

Cupido: ¡Me echaste tierra!

Anael: ¡Nunca!

Cupido: ¡Fuiste con tu verborrea moderno-cibernética!

Anael: ¡No lo hice para perjudicarte!

Cupido: ¿¿Por qué te metes en mi trabajo??

Anael: ¡Pensé en negarme cuando me lo propuso, pero ¿por qué?!

Cupido: ¡Porque tu eres un estudiante para Ángel Guardián!

Anael: ¡Basta! ¡No escuchas, eres un egoísta! ¡Cupido, el gran Ángel del Amor al
que no le importa como enamorar a las parejas, sino solo a cuantas de
ellas! (Tranquilizándose) Me apasiona esta labor y voy a hacerla

Cupido va a su escritorio visiblemente molesto.

Cupido: Supongo que ahora debemos dividirnos el trabajo, ¿no? Bien. Hay girar la
tómbola, una pelotita caerá y te dirá quién es el siguiente “Prospecto”. Las
damas primero

Anael gira la tómbola.Saca una pelotita.

Anael: ¿Y ahora?

Cupido: Baja a la Tierra y estarás cerca de la persona que debes ayudar

Anael: En un rato más, primero quiero investigar un poco sobre ÉL

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Cupido: ¿Eso para qué? ¡Ah, cierto! Tus métodos, perdón (Cupido gira la tómbola.
Toma su pelotita) Te informo que, una vez que se te asigna una pareja, no
puedes arrepentirte. Bueno, pues con permiso

Anael no responde. Cupido sale enfadado. Ella lo observa alejarse y niega con la cabeza.

ESCENA 4

Cafetería. Gabriela, Daniel y Lily se encuentran en su lugar de costumbre. Daniel juega


con su celular.

Daniel: (Enojado) ¡Me cargaaaaaaaaa la chin...! ¡Dos perdidos al hilo! (Se levanta
molesto y va hacia la barra) ¡¡Un café!! ¡Ay, perdón! Un café, por favor

Gabriela: (De excelente humor y con una gran y amplia sonrisa) ¡Claro que sí! ¡En un
momento! (Daniel la observa extrañado) ¡Aquí tienes, muchas gracias y que
tengas un excelente día!

Daniel queda consternado. Entra Samuel primero y Cupido tras él. Antes de sentarse,
Samuel lanza un saludo a Lily, ella lo ignora.

Daniel: ¿Qué pasó, galán? ¿Así, de lejitos?

Samuel: ¡Déjala! Se está dando su tacote

Daniel: ¡Tacote y con doble tortilla!

Samuel: La neta sí. Como si tuviera mucha...

Gabriela: (Interrumpiendo) ¡Pechuga! ¿Pechuga con ensalada?

Lily levanta la mano. Gabriela le lleva la orden.

Daniel: Si no le gustas, no la atosigues

Samuel: ¡Nada, qué! ¡Así es la cosa, mi sangre! ¡No rendirse y echarle...

Gabriela: (Interrumpiendo) ¡Huevos! ¿A quién le faltan huevos?

Daniel levanta la mano. Samuel ríe. Gabriela le lleva la orden.

Samuel: Pero va a caer, mi sangre. ¡Ya verás! ¡Te juro que me he de comer todo
eso!

Daniel: No te aferres, wey

Samuel: Es que me encanta, ¡me encanta!

Cupido: Esto no será nada complicado. Solamente necesito un poco de la esencia


de Samuel

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Cupido toma una pluma de sus alas y le hace cosquillas en la nariz a Samuel, quien
estornuda. Cupido toma un poco de su saliva y la embarra en una flecha. Finalmente,
apunta hacia Lily.

Cupido: ¡Que lo que Cupido une, no lo separe un abogado!

Lanza la flecha. Lily recibe el impacto. Se levanta y va hacia Gabriela.

Daniel: ¡Noooo! ¡Ya me ganó esta “vieja” otra vez!

Lily: ¿Me regalas servilletas, por favor?

Gabriela: ¡Claro que sí, nena! Ten llévate una. ¡Ay, no! ¡Llévate dos! ¡Ten, llévate el
paquete completo! ¿No hace un maravilloso día hoy?

Lily: (Observándola extrañada) Gracias, eeeh...

Gabriela: ¡Gabriela! ¡Pero puedes llamarme “Gaby”!

Lily: ¡Gracias, Gaby! (Lily camina con disimulo fingido. Samuel y Daniel están
inmersos en el juego de éste. Al llegar al centro, Lily deja caer una
servilleta.) ¡Oh! (Voltea hacia Samuel, quien no se ha dado cuenta. Tira un
par más y se sorprende más exageradamente) ¡Oooh! (Voltea hacia
Samuel de nuevo, quien sigue sin darse cuenta. Tira todas las servilletas
que trae y se sorprende más exageradamente aún) ¡Oooooooooooh!

Cupido da un golpe en la cabeza a Samuel, quien voltea y observa a Lily pero no


reacciona.

Daniel: Ayúdala, idiota

Samuel: ¿Que ayude a la idiota?

Daniel: ¡A-yú-da-la! ¡Idiota!

Samuel: ¡Aaaaah! ¡Voy! (Se levanta y va hacia Lily) ¡Hola! ¿Se te cayeron las
servilletas?

Cupido y Daniel se golpean la frente simultáneamente.

Lily: (Chipil) ¡Sí! Y traigo lastimada la rodilla

Samuel: ¡Yo conozco una pomadita buenísima para eso! La otra vez me lesioné un
hombro... ¡Ah, ya! ¡Ya entendí! No te preocupes, Sammy las recogerá por ti

Lily: ¡Gracias!

Recoge las servilletas y lleva a su mesa a Lily. Se sientan. Entra Anael.

Anael: (Hacia Cupido) Hola

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Cupido: Buenas tardes... ¡Hey! ¿Qué haces aquí? ¿Estás espiándome?

Anael: No digas tonterías. Quiero conocer a mi prospecto, por aquí debe de


andar... (Señalando a Daniel) ¡Ah, él debe ser! Vamos a hacer una prueba

Manipula un celular. Efecto de sonido de invitación en Facebook.

Daniel: Has recibido una solicitud de amistad de Anael. ¿Quién es esta? Trae una
playera del América... ¡Bienvenida a mi face!

Cupido: ¿Le vas a las América?

Anael: No, pero él sí. Muy bien, vamos a “stalkearlo”

Cupido: ¿A qué?

Anael: ¡A fisgonear en su perfil! Mmmmm.... Sin fotos personales... pocos


contactos de mujeres...

Cupido: ¡Gaaaay!

Anael: ¡No es gay!

Cupido: ¿Cómo sabes?

Anael le muestra el celular.

Cupido: ¡Chamaaaaaco! A lo mejor quiere estar como las chicas de esas fotos

Ambos ríen, se dan cuenta y aclaran la garganta.

Anael: No hay mucha información por aquí. Voy a tener que utilizar mi Scanner
especial

Anael lo activa.

Cupido: ¿Y qué hace exactamente eso?

Anael: Me avisa cuando se conecta y las actividades que está realizando

Cupido: ¿Y eso para qué?

Anael: Para saber que hace y con quién se relaciona, con eso espero obtener una
panorámica más amplia de sus gustos y aficiones

Cupido: ¡Lo vas a espiar!

Anael: Mmmm... Sí. ¡Listo! Ahora puedo trabajar

Cupido: Oye, ¿y eso es... ético?

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Anael: N... no, no mucho

Cupido: ¿Y entonces?

Anael: ¿Tu has sido ético al interferir en la vida de la gente y enamorarlos?

Anael sale. Cupido duda al responder. Sale.

Lily: (Levantándose) Nos vemos a la salida entonces

Samuel: ¡Hasta al rato! ¡Con cuidado! (Samuel estalla de alegría) ¡Te lo dije, mi
sangre! No me odies por ser galán, ódiame porque nunca se me quitará.

Daniel: Lo que no se te quitará es lo güilo

Samuel: ¡No sea envidioso! Me voy a chambear, tengo que salir en punto. Sale, mi
sangre

Daniel: ¡Vámonos! Ya perdí otra vez, este no es mi día. Hasta luego

Samuel: ¡Adiós!

Gaby: ¡Adiós, chicos! ¡Que tengan un excelente día!

Daniel: (Hacia Samuel) “Inche” bipolar

Samuel: Se me hace que ahora sí le dieron

Salen.

ESCENA 6

La escenografía muestra la banca de un parque. Cupido estará en escena todo el tiempo.


Entran Samuel y Lily. Se escucha una canción romántica de fondo. Ella se sienta, él duda,
ella lo incita, él no se decide, Cupido le da un empujón con el que sienta a Samuel. Se
nota nerviosismo de la pareja y que ella espera que él tome la iniciativa. Él se nota rígido,
sin saber que hacer. Cupido, con gracia, lanza una rosa que cae al lado derecho de
Samuel quien no se percata de nada. Cupido toma la cabeza del chico y la voltea para
que vea la flor. Samuel la observa, hace un gesto de sorpresa al observarla, después
voltea hacia otro lado. Cupido se desespera y saca un globo, toma la mano de Samuel y
se lo coloca. Samuel voltea hacia su mano y se sorprende al descubrir el globo. Cupido
toma su brazo y lo dirige hacia Lily. Ella observa el globo y se emociona. Cupido coloca la
rosa en la mano derecha de Samuel y vuelve a llevarla hacia Lily. Ella se emociona aún
más al ver la flor, se coloca de perfil y para la boca para un beso de piquito. Samuel
observa hacia todas partes a causa de no entender que pasa, al voltear hacia ella y verla
en esa posición, hace su tradicional señal de victoria y se coloca en espejo. Poco a poco
van acercándose para darse un beso, a punto de juntar sus labios, cambia súbitamente la
canción romántica por una de banda, él la para a bailar. Cupido rápidamente hace unos

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pases mágicos y regresa la canción romántica, la pareja queda en proscenio centro
abrazados y frente a frente. Finalmente, se besan.

Lily: ¡Qué romántico eres! Planeaste todo esto para declararme tu amor

Samuel: Este... ¡Sí!

Lily: Y el detalle del globo y de la rosa, nunca me habían enamorado de esa


forma

Samuel: Aaaaah... ¿No?

Lily: Había perdido todas las esperanzas de encontrar a alguien como tu. Todos
me decían que era una soñadora por desearlo, pero ahora me doy cuenta
que ellos estaban equivocados. ¡Sí existen los príncipes azules!

Samuel: Aaah... ¿Sí? Digo ¡Sí, sí! Yo soy azul, tu príncipe azul

Se besan de nuevo. salen.

Cupido: ¡Misión cumplida!

Sale. Entra Daniel. Se sienta en la banca y comienza a chatear.

Daniel: No te preocupes, ya salí de trabajar. (Recibe respuesta) ¿De mí? ¿Qué te


interesa saber? ¡Me encanta jugar “Scrabble” en línea, pero eso ya lo sabes,
“equis-de”, “equis-de”, “equis-de”! (Recibe respuesta) Sí, uno menor que yo,
está por graduarse de la Universidad. (Recibe respuesta) Con mis papás,
aunque ya tengo ganas de independizarme. (Recibe respuesta) No, desde
hace mucho no tengo. (Recibe respuesta) ¡Nooooo! ¡No soy gay! “lol”, “lol”,
“lol”. Es que soy muy especial, no me gustan las relaciones informales.
(Recibe respuesta) Sí, sí me gusta salir con chavas, pero cuando me doy
cuenta que no hay la química necesaria, me enfrío. Tal vez soy raro, pero si
ando con alguien es para compartir gustos y aficiones y a muchas de las
chicas con las que he salido no les gustan las mías. (Recibe respuesta) ¡No,
no soy un sadomasoquista! “Equis-de”, “equis-de”, “equis-de”. (Recibe
respuesta) Gracias, tengo esperanza en que sí llegue esa persona. (Duda
en escribir lo siguiente) ¿Y a ti qué te gusta? (Recibe respuesta) ¿¿En
serio?? ¿Cuántos pokemones has cazado? (Recibe respuesta) ¡No
manches, casi como yo! ¡Vamos a tener mucho de qué platicar!

Mutis.

ESCENA 7

Lily y Samuel se encuentran en una sala en situación candente que va subiendo de


intensidad.

Lily: Samuel...

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Samuel: Dime, mi amor

Lily: ¿Me quieres?

Samuel: (Se detiene en seco. Responde fingiendo) Mucho, mi amor, mucho

Lily: En serio

Samuel: En serio, mi amor

Lily: ¿No me mientes?

Samuel: ¿Por qué haría eso?

Lily: Para acostarte conmigo

Samuel: ¡Nunca lo haría!

Lily: Es que ya me han tocado varios así

Samuel: (Dignísimo) ¡Oye, oye! ¡No me confundas! ¿Por quién me tomas? ¿Crees
que yo soy de esos gañanes que va coqueteando con todas las que se le
atraviesan, eh? ¿Que nomás me echan unos ojitos y ahí voy de caliente, eh?
¡No, señorita, no! ¿Acaso yo le estuve echando el calzón a usted
descaradamente antes de salir?

Lily: Sí

Samuel: ¡Pero es diferente, Lily!

Lily: ¿Por qué es diferente?

Samuel: (Buscando una respuesta) Porque, porque... Desde que te vi me enamoré


de ti

Lily: No seas payaso, Samuel

Samuel: ¿Quieres saber la verdad? ¡Está bien! No me gusta exponer mis


sentimientos porque me han lastimado mucho pero contigo no me importa.
Si te busqué mucho, Liliana, escúchalo bien, fue porque... (Buscando un
nuevo pretexto) Porque... Porque eres la mujer de mis sueños

Lily: ¿En serio?

Samuel: ¿Qué pasa, Lily? ¿Dudas de mi?

Lily: Solo quiero estar segura

Samuel: Puedes estar segura de que te quiero y de que quiero estar contigo…
siempre

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Lily se lanza a sus brazos extasiada. Salen.

ESCENA 8

Pasan los días. Cupido cruza con una fecha en el calendario. Entra Lily, se coloca en
centro y observa su reloj. Entra Samuel. Ella le enseña el reloj a lo que él responde
regalándole un chocolate, se toman de la mano y salen. Cruza Anael con otra fecha de
calendario. Cruza Gabriela con el celular en mano, en centro se detendrá, hará algunos
movimientos en la pantalla del celular, sonreirá y saldrá. Cruza Daniel con el celular en la
mano, en centro se detendrá, hará algunos movimientos en la pantalla del celular sonreirá
y saldrá. Cupido cruza con otra fecha. Lily y Samuel cruzan el escenario por lados
opuestos y se encuentran en el centro, se saludan, él recuerda que tiene un obsequio
para ella y se lo da. Al retirarse, cada quien amaga hacerlo por el lado en el que entró,
rectifican y corrigen su camino dirigiéndose el uno hacia el otro, se encuentran en el
centro y salen. Cruza Anael con otra fecha de calendario. Entran Daniel y Gabriela con el
celular en la mano, cruzan el escenario por lados opuestos y casi chocan en el centro, se
sorprenden se saludan y cada quien prosigue su camino para salir por el lado contrario al
que entró.

ESCENA 9

Cafetería. Gabriela y Daniel se encuentran en su lugar de costumbre.

Daniel: (Muy sonriente y chateando) ¡Otra palabra completa! ¡Suertuda! ¡Ya no te


voy a dejar ganar!

Entra Anael, trae consigo su celular..

Anael: Muy bien, es el momento

Anael, hace algunos pases en el celular.

Daniel: Bien, la última tirada. ¡No puedes ganarme, te llevo sesenta puntos de
ventaja! ¡Vamos, tira! ¡Tira!

Gabriela tira.

GyD: ¡Noooo! ¿¿Empateeeee??

Daniel y Gabriela se sorprenden, y voltean simultáneamente.

GyD: ¿¿Eres tú??

Comienzan a reír.

Gabriela: ¡Es imposible! ¿Tan cerca estábamos?

Daniel: ¡Y nunca nos dimos cuenta! (Ríen) Ejem... ¡Te deje ganar! ¿Eh?

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Gabriela: ¡Mentira, apenas puedes conmigo!

Daniel: (Pausa) Tengo un tablero. Si quieres podemos jugar... tu sabes.. en la


“vida real”

Gabriela: El viernes después del trabajo. ¡El que pierda, paga la cena!

Daniel: ¿Cuál cena? ¡Aaaah! ¡Ya entendí!

Sale Gabriela. Entra Samuel, se nota agobiado.

Daniel: (Dándole una palmada en la espalda) ¿”Quihubooo”?

Samuel: (Recibe respuesta) ¿Qué onda?

Daniel: ¡Wey, qué carita! ¿Estás enfermo?

Samuel: (Distraído) ¿Eh? No, no

Daniel: Te ves bien jodido, ¿qué tienes?

Samuel: (Distraído) ¿Eh? (Disimulando) ¡Nada!

Daniel: ¿Vas bien con Lily?

Samuel: (Con falsa euforia) ¡Mta, de maravilla, we! De maravilla...

Daniel: ¡Te tengo que contar algo de la chava con la que siempre juego! ¡Resultó
ser Gabriela, la mesera!

Samuel: (Distraído) ¿Eh?

Daniel: Andas en las nubes. Aliviánate y platicamos después

Mutis de Daniel. Se detiene, regresa y abraza a Samuel.

Daniel: ¡Tranquilo, mi sangre, tranquilo! ¡Todo va a estar bien! ¡No chille, agarre
piedra!

Samuel: ¡”Ora”, “che” “jotín”! ¡Eso se pega!

Sale Daniel. Entra Lily.

Lily: (Estridente) ¡Hola, mi amoooor!

Samuel: (Soportando el grito de Lily) ¡Hola!

Lily: ¿Qué pasa? ¿Por qué no me dices “mi amor”, como siempre?

Samuel: (Bajando la voz) Mi amor, estamos en el trabajo

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Lily: ¿Y? ¿No quieres que nadie se entere o qué?

Samuel: No es eso, Lily

Lily: ¿Entonces?

Samuel: No es “correcto”

Lily: ¿Y desde cuándo eres correcto? No estuvieras con tu amiguito Daniel


echando relajo porque no habría nada malo, ¿verdad?

Samuel: ¡Cálmate, no manches!

Lily: ¡No mancho! ¿O qué? ¿No quieres que te escuchen tus “amiguitas” que me
dices “mi amor”?

Samuel: ¿Qué?

Lily: ¡Eso! No creas que no me doy cuenta como saludas a Gabriela, la mesera

Samuel: ¿Yo?

Lily: ¡Pues ni modo que yo! Pero no me cambies el tema. ¿No quieres que se
enteren que andas conmigo o qué?

Samuel: Pero, mi amor, si ando para todos lados contigo

Lily: ¡Ah! ¿Y eso te avergüenza o qué?

Samuel: ¡No! Solo digo la verdad, siempre andamos juntos

Lily: ¡Ah! ¿Me estás diciendo que soy una pegoste?

Samuel: ¡No!

Lily: ¡Ay, mira, ya! Hablamos de eso después. (Cambiando súbitamente de


humor) ¿¡Qué crees!? ¡Conseguí boletos para un Concierto de cuerdas en
el Conservatorio! Son para este viernes, así que prepara el traje y la camisa
que tanto me gustan, ¿sí?

Samuel: ¿¿Otro concierto?? ¡El fin de semana acabamos de ir a tres!

Lily: Y no me gustó para nada que te hayas dormido en el último, corazón

Samuel: Llevábamos siete horas escuchando música de “clavicornio”

Lily: Cla-vi-cor-“d”io

Samuel: ¡Lo que sea! Mis nachas quedaron tatudas en la butaca, nada más me faltó
ponerle “Aquí estuvo Sammy”

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Lily: Te prometo que para el sábado hacemos lo que tu quieras

Lily lo besa y sale. Samuel queda compungido, sale.

ESCENA 10

Entran Gabriela y Daniel, se encuentran fuera de la casa de ella.

Gabriela: Aquí vivo

Daniel: Pues gracias por la velada

Gabriela: ¿De verdad te gustó?

Daniel: ¡Sí, estuvo maravillosa!

Gabriela: ¿En serio?

Daniel: ¡Sí, claro! A pesar de...

Gabriela: (Interrumpiéndolo) ¿De la manifestación que nos tuvo dos horas en el


tráfico?

Daniel: ¡Es lo que menos recordaba! Me refería a...

Gabriela: (Interrumpiéndolo) ¿A esperar una hora para entrar al restaurante?


¡Hubiéramos ido a otro!

Daniel: ¡No, no, estuvo bien! Yo me refería a...

Gabriela: (Interrumpiéndolo) ¿A que nos atendió el mesero más torpe de toda la


Ciudad? ¡Cuarenta minutos para traer una orden! ¿Cuándo me he tardado
yo tanto?

Daniel: ¡Y ni hablar de cuando me derramó el café encima!

Gabriela: ¡Cierto! Lo siento

Daniel: ¡No te disculpes! Tu no tienes la culpa de todo eso ni tampoco de...

Gabriela: (Interrumpiéndolo) ¿De que se descompusiera tu coche?

Daniel: Iba a decir de cuando metí el pie en un charco, pero de eso tampoco

Gabriela: ¡De eso no me di cuenta!

Ríen. Se observan. Silencio de tres segundos.

Daniel: (Rompiendo) Lo bueno es que ya estamos aquí. (Ella tiembla por el frío) Ya
métete, hace mucho frío

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Gabriela: Me espero hasta que llegue por ti el taxi que pedimos

Daniel: Bueno, ponte mi chamarra entonces

Él le coloca la chamarra. Al terminar, quedan muy cerca el uno del otro. Silencio. Se
observan. Lentamente se acercan más. Se besan.

Daniel: Ahora sí valió la pena la noche tan horrible

Gabriela: ¿¿Fue horrible??

Daniel: La cita no es lo que importa, sino la persona que te acompaña

Se besan nuevamente. Ella se aparta súbitamente.

Gabriela: Daniel, estoy saliendo con alguien

Gabriela sale corriendo. Daniel se queda inmóvil. Oscuro

ESCENA 11

Lily y Samuel se encuentran en una sala. Están preparándose para ver un programa.

Samuel: Verás que te ve a encantar este concierto, mi amor

Lily: Dijiste lo mismo del anterior y la música estaba muy... ruidosa, corazón

Samuel: Pues es Heavy Metal, mi amor, ¿qué esperabas?

Lily: No se, cuando dijiste que habías planeado que viéramos dos conciertos en
tu casa me imagine que eran de música romántica, para abrazarnos y
cantar los dos juntos

Samuel: ¡Pues canta, mi vida!

Lily: ¡Pero ni entiendo lo que dicen!

Samuel: ¡No hay que entenderles! Solo gruñes, colocas la mano así, sacas la lengua
y te mueves como si te dieran ataques

Lily: ¡Pero eso que tiene de lindo!

Samuel: ¡Lily, no todo tiene que ser lindo!

Lily: ¡Pero a nosotros nos gusta!

Samuel: ¿Nos?

Lily: ¡Sí! ¡A ver, Samuel, apaga la tele!

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Samuel: Pero...

Lily: ¡Apágala!

Samuel: ¡Ya empezó!

Lily: ¡¡Apágala!! (Samuel la apaga de mala gana) Últimamente has estado muy
seco

Samuel: Mentira y menos cuando me baño

Lily: ¡Déjate de payasadas! Quiero que me digas algo bonito

Samuel: ¿Bonito?

Lily: Ajá

Samuel: Algo bonito

Lily: Sí

Samuel: Algo así como... Bonito

Lily: Sí

Samuel: ¡Ajáaaa!... Bonito

Lily: ¡Ya, Samuel!

Samuel: ¡Ay! A ver, dame un ejemplo

Lily: “En la mañana tu recuerdo, en la tarde deseos de verte, en la noche un


sueño y en el sueño, tú”

Samuel: ¡Aaaaah! ¡Como eso! Bonito

Lily: ¡Samuel!

Samuel: Tu belleza es como de otro planeta

Lily: ¡Aaaaaay, Sammyyyy!

Samuel: ¡Como del Planeta de los Simios!

Lily: ¡Samuel dime algo lindoooooooooo!

Samuel: (Para sí mismo) ¡En la madre! ¿Ahora qué le digo? Cerebro, se que no nos
llevamos bien, pero es hora de trabajar juntos. ¡Aaaaaay, me está echando
ojos de león! ¡Ya se! Alguna frase de alguna película... “Why so serious?”

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¡No, no! Maldita sea, aquí es donde me arrepiento de no ver más peliculillas
románticas

Lily: ¡Samueeeeel! ¡Mírame a los ojos!

Samuel: (Para sí mismo) ¡A huevo!

Samuel: “El amor no mira con los ojos, sino con el alma"

Lily: ¡Aaaaaay, Sammyyyyyy! ¡Te amooooo!

Lily lo abraza. Él la abraza con sonrisa triunfante.

Samuel: ¿De dónde saqué esa frase tan estúpida? ¡Idiota, lo dije muy fuerte!

Lily: ¡Samuel! ¿Qué pasa contigo? ¡Te desconozco!

Samuel: Lo que pasa es que...

Lily: ¿Te hice algo que no te gustara?

Samuel: No es eso

Lily: (Sollozando) ¡Dime qué te hice porque no entiendo tu actitud!

Samuel: ¡Ya, ya! ¡Lily, yo no soy así!

Lily: ¡Pero al principio lo fuiste!

Samuel: ¡Sí! Pero.. yo...

Lily: ¡Fingiste ser así para conquistarme!

Samuel: ¡No! (Tomando valor) Bueno, un poco

Lily: ¡Eres un patán!

Samuel: ¡No lo soy, solo me siento presionado por ti para hacer esas cosas!

Lily: No te nace ser cariñoso y romántico conmigo, ¿verdad?

Samuel: (Suspirando) No... Me gustas mucho, me encantas físicamente, pero no


siento nada más

Lily: ¿Andas con otra, verdad?

Samuel: ¡No, Liliana! Perdóname. No puedo seguir fingiendo. He estado


sobrellevando la relación, pero no me siento bien

Lily: ¿Con quién andas?

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Samuel: ¡Con nadie!

Lily: ¡¡Dime la verdad!! ¡A mi no me ves la cara de pendeja!

Samuel: ¡Ay, en la madre!

Lily: ¡¡Más te vale que me digas en este momento con quien andas porque si no,
te voy a cortar los hue...

Samuel: (Interrumpiéndola) ¡Con Daniel! Así como lo oyes... Decidí salir del clóset.
Amo a Daniel y él ya me confesó que también me quiere

Lily: ¡Mentiroso! ¡Voy a preguntarle a Daniel y, si es mentira, te casas conmigo!,


¿lo oíste? ¡Te casas conmigo!

Sale Lily enfurecida.

ESCENA 12

El escenario está dividido en dos. El lado Izquierdo es la recámara de Daniel y el otro la


recámara de Gabriela. Daniel está en su celular escuchando una canción de desamor.
Cada vez que van pronunciándose frases determinadas de la misma, él comienza a
cantarlas y hace muecas de llanto. Del otro lado, una dubitativa Gabriela no se decide a
llamar por celular.

Daniel: ¡Te tengo que olvidaaaaaaaaaaaaaar! ¡Aaaaaaaaaah! (Suena el celular, él


verifica el identiifcador, se pone nervioso, tose, se peina y contesta
fingiendo indiferencia) ¿Bueno?

Gabriela: Hola...

Daniel: (Fingiendo indiferencia) ¡Ah, hola!

Gabriela: ¿Cómo estás?

Daniel: Bien, bien, ¿y tu?

Gabriela: (Fingiendo indiferencia) Pues me siento mal

Daniel: (Fingiendo indiferencia)¿Por qué?

Gabriela: ¡Ay, Daniel, ya sabes!

Daniel: ¿¿Será tal vez porque me ocultaste que salías con alguien??

Gabriela: ¡No, no salía! Salgo

Daniel: ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! (Rompiendo cuarta pared) ¡Es la hora de “Búrlese de Daniel”!
¡Es gratis! ¡Pase usted y hágale añicos el corazón!

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Gabriela: Necesito explicarte

Daniel: ¡Por eso no le abría las puertas al amor, porque no es la primera vez que
me salen con una tontería!

Gabriela: Daniel...

Daniel: ¡Pero ya sabía y ahí voy de babas a caer otra vez!

Gabriela: Mira, Daniel, puedes seguir haciendo tu melodrama o escucharme como el


adulto que eres

Daniel: (Calmándose y en tono objetivo) Te escucho

Gabriela: Tengo una... “relación”... con alguien, pero no es nada formal

Daniel: (Emocionado) ¡Perfecto! ¡Entonces no hay de qué preocuparnos! ¡Podemos


empezar nosotros con lo nuestro!

Gabriela: Sin embargo, a pesar de no ser nada formal, tengo que terminarla para
iniciar algo contigo

Daniel: ¿Qué? ¿Por qué?

Gabriela: Porque tengo que cerrar el círculo

Daniel: ¿El círculo?

Gabriela: Sí, espero que me entiendas, me gusta hacer las cosas de la manera más
correcta posible

Daniel: Pero tu... yo... Está bien, llámalo por teléfono y termínalo

Gabriela: Así no se hacen las cosas. Esperaré a verlo y entonces lo haré

Daniel: ¡Bien, bien! ¿Cuándo lo ves?

Gabriela: No lo se. De hecho casi no lo veo. La última vez que nos citamos fue hace
un mes

Daniel: ¿¿Hace un mes??

Gabriela: Sí, tengo que llamarle para saber cuando podemos vernos. Quiero que por
favor me des tiempo

Daniel: Espera, espera, ¿tiempo para qué?

Gabriela: ¡Ya te dije! Para solucionar esto y también para acomodar cosas en mi
cabeza, la verdad no esperaba esto

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Daniel: ¿Y?

Gabriela: ¡Tengo miedo!

Daniel: ¿De qué?

Gabriela: De comenzar algo en serio, no tenía ni la menor idea de que esto podía
pasar

Daniel: ¡Oye, oye! Todo esto me está sonando raro. ¿Tiempo? ¿Miedo? ¡Aaaaah,
ya entendí! ¿Por qué no mejor me dices directamente que no quieres nada
conmigo?

Gabriela: ¡Porque no es eso! Mira, Daniel... dame tiempo, por favor. Dame quince
días para solucionarlo

Daniel: ¿Qué? ¿¡Tanto!?

Gabriela: Sí, necesito ese tiempo

Daniel: Pero...

Gabriela: ¡Daniel, no me asfixies! Ya no lo hagas más complicado

Daniel: Está bien

Gabriela: Gracias. Cuídate, ¿sí?

Daniel: Sí

Gabriela: Pues... adiós

Gabriela cuelga. Sale.

Daniel: Bueno, mejor que fue ahorita y no cuando estuviera bien clavado... como
ha pasado antes

ESCENA 13

Despacho de Cupido. Anael y él están sentados en sus escritorios.

Anael: Qué complicado, ¿no?

Cupido: Mucho

Anael: ¿Cómo pude dejar de lado el investigar a Gabriela?

Cupido: El amor es cosa de dos personas

Anael: Resulté una farsante

26
Cupido: No

Anael: ¡Tengo que solucionarlo!

Cupido: Te aconsejo que no te inmiscuyas más

Anael: Pero es mi responsabilidad

Cupido: No, Anael. Imagínate si tuviéramos la responsabilidad de las decisiones


que toma cada uno de nuestros “Prospectos” respecto a sus parejas. Por
ejemplo, Samuel: le di la oportunidad de que Lily estuviera dispuesta a
dejarse conquistar y no fue honesto. Si lo hubiera sido, posiblemente no
tendría este problema

Anael: Y repito: ¿Qué tal si le hubieras buscado una pareja más afín?

Cupido: Entonces saltamos a tu ejemplo con Daniel y Gabriela

Anael: ¡Maldición! ¡Qué frustrante!

Cupido: ¡No podemos hacer nada! Nuestra función como Ángeles del Amor es
despertarles ese sentimiento, darles esperanza y hacer que se sientan
vivos. En el amor no sabemos como van a resultar las cosas. A veces, las
parejas más afines se quedan juntas, a veces, lo hacen las parejas más
disparejas.

Anael: No existe el amor eterno

Cupido: Sí existe. Dura como cinco minutos y la canta Rocío Dúrcal (Ríen) La
duración del amor es subjetiva en cada persona y, por ende, en cada pareja.
Hay gente que se pudo amar como nunca en un solo segundo de su vida u
otras que han estado juntas por mucho tiempo y nunca se han amado
realmente. ¡Hay millones de parejas, Anael!

Anael: Y millones de ejemplos entonces

Cupido: Exacto, porque cada quien ama diferente

Anael: Voy a bajar a ver cómo termina todo entre Daniel y Gabriela. Gracias por la
lección

Cupido: Anael... Nunca, tomes tu trabajo de manera personal

Anael asiente y sale. Cupido lo hace segundos después.

ESCENA 14

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Cafetería. Entra Daniel, observa que no está Gabriela. Se sienta en su lugar de costumbre.
Entra Samuel con un peinado distinto y lentes oscuros, se mueve sigilosamente y al llegar
a la mesa de Daniel se sienta. Entran Cupido, Anael y Gabriela.

Samuel: ¿Quihubo, Danny?

Daniel: ¡Ah, chinga! ¡Ahora ya soy Danny! ¡Así nomás a secas! Ya no soy “tu
sangre”. ¡Claaaaro, como andas “de enamorado”…

Samuel: No, mi sangre, ya no

Daniel: ¡No manches, vas superándote! ¡Ésta te duró menos! ¿Qué pasó? (Samuel
duda en contestar) ¡Cuéntame!

Samuel: La regué, wey. Me ligué a Lily porque me atrae mucho, pero una vez que
arrancamos la relación yo sabía que no debería estar con ella, no se si te
ha pasado, como que una corazonada te dice que no sigas, que debes
frenarte

Daniel: Sí, sí me ha pasado

Samuel: No había nada en lo que realmente congeniáramos. Ya sabes, teníamos


cosillas en común pero nada profundo, importante, ¿me explico? De esas
cosas que te hacen permanecer con alguien. De hecho, éramos opuestos.
Yo estaba adoptando actitudes que no van conmigo solamente para quedar
bien con ella, estaba pretendiendo ser alguien que no soy... y me sentí mal,
no estaba siendo honesto conmigo mismo y mucho menos con Lily. Ayer
que terminamos me sentí tan culpable pero tan aliviado a la vez...

Daniel: No se qué decirte, Sammy, pero ya sabes que aquí estoy para lo que
necesites

Entra Lily. Busca a Samuel, al detectarlo lo observa enfurecida.

Lily: ¡Samuel!

Samuel: ¡Ay, mi sangre! Pues ahora sí que te voy a tomar la palabra porque si
necesito un paro

Daniel: ¡Lo que quieras, Sammy!

Lily: ¡¡Samueeeeeeeeel!!

Samuel besa a Daniel.

Samuel: ¡Sí, acepto! (Lily los observa y queda confundida. No menciona una sola
palabra y sale. Samuel observa que se ha marchado) Gracias, mi sangre.

Daniel: Ejem... ¡Chinga a tu madre!

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Samuel: ¿Qué pasó, mi sangre! ¿Ya vamos a empezar con los insultos? ¿No ves
que Lily es peligrosa porque anda despechada?

Daniel: Es que muchas personas hacen idioteces por despecho pero tu, ¡por dos
pechos!

Samuel: ¡Ya no, mi sangre! ¡Ya no! ¡Éste Sammy que ves aquí ya no es el mismo!
He aprendido y madurado en esta ocasión, así que ya no voy a perder la
cabeza por unas nachas (Observando afuera) ¡Ay, chiquita! ¿Ya viste a esa
chava?

Daniel: ¡Aquí está el viejo Sammy!

Samuel: Lo único que sí te juro es que no voy a volver a faltarme a mí mismo ni a


perjuidicar a nadie

Sale Samuel. Entran Cupido y Anael.

Daniel: (Recapacitando) ¡Me besó ese cabrón! (Escupiendo y limpiándose la


lengua) ¡Aaaaaargh!

Gabriela: (Dando a Daniel un vaso con agua. Ël hace buches) ¿Así saludas a todos
tus amigos?

Daniel: (Tragándose el agua) ¡No!

Gabriela: Daniel, lo siento, quiero ser honesta contigo. Olvida lo de los quince días

Daniel: (Derrotado) Ya decía yo. No te preocupes

Gabriela: ¿Quieres ser mi novio?

Cupido: ¡Ah, caray! ¡Eso si no lo esperaba!

Daniel: ¡Sí, sí quiero!

Se besan. Salen.

Cupido: ¡Buen trabajo, Anael! He de admitir que tus métodos resultaron muy
efectivos

Anael: Sí, también los tuyos (Ríen). Creo que he entendido lo que buscas con los
humanos

Cupido: Solamente que aprendan y, para aprender, tienen que vivir esas
experiencias. Más adelante esto les ayudará a diferenciar el
enamoramiento del amor verdadero y valorar cuando lo encuentren

Anael: Vamos a declarar entonces esto como un empate

Ambos ríen. Se observan.

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Cupido: Oye, se te ve bien el cabello así.

Anael: Gracias

Silencio. Se observan.

Cupido: Después de todo este relajo, ¿me permite usted invitarle un café?

Anael: Envíeme un whatsapp, caballero

Ríen. Anael ofrece su brazo a Cupido. Salen.

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