Mario Gutiérrez J. - de Los Valores Cristianos
Mario Gutiérrez J. - de Los Valores Cristianos
Mario Gutiérrez J. - de Los Valores Cristianos
Vivimos en una sociedad de contrastes, que va perdiendo los sólidos valores cristianos.
Estos han constituido su mayor tesoro y su más preciado patrimonio: valores de respeto a
la vida, al hombre; de generosidad y solidaridad; de capacidad de diálogo y búsqueda del
bien común.
A nadie debe extrañar, entonces, el que volvamos a insistir con ahínco en la necesidad de
una educación cristiana, de una pedagogía de lafe, adaptada a los momentos actuales.
Esta debe realizarse sin temores ante el secularismo y la indiferencia, presentes en este
final del siglo XX. En acción coordinada lalglesia, lafamilia, la escuela y la sociedad han
de aunar esfuerzos para acompañar ese desarrollo pedagógico de lafe. Este requiere un
ambiente; no se improvisa de modo espontáneo.
Presentación 135
A partir del Concilio de Trento se inició un largo período caracterizado por la buena
enseñanza del catecismo, como compendio de la doctrina cristiana, elaborado con
precisión en laforma de resumen de los tratados teológicos. Se colocaba el énfasis eflla
transmisión íntegra de los contenidos del mensaje cristiano, aun cuando fuese en unas
fórmulas no muy comprensibles, que insistían en los principios del dogma (credo) y en los
de la moral (mandamientos) y con una conexión sumamente pobre con los problemas del
hombre y del mundo ambiente. El niño era considerado como el destinatario principal de
esta enseñanza doctrinal. Este modelo se impuso en la Iglesia durante tres siglos.
En esta línea influyó un nuevo estilo de catequesis, que hizo eco a la orientación
kerigmática de la Teología yen consecuencia se centró en el anuncio del mensaje nuclear
del Evangelio: "En Cristo Dios nos ha salvado" . Se revaloriza la Escritura, como Palabra
de Dios, y el esfuerzo defidelidad al mensaje revelado en escucha, ahdesión y conversión.
Ahora bien, en esta nueva orientación pedagógica se echa de menos una conexión entre el
mensaje y la problemática real de la vida humana.
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preocupación catequética que quiera ser fiel al actual contexto latinoamericano debe
convertirse en evangelización profética y liberadora, y seformularon criterios de renovación
que hablan de comunión, participación y fidelidad (a Dios, a la Iglesia y al hombre
latinoamericano) (cfPuebla 992-997).
La educación en la fe, pues, se renueva al tomar conciencia del sentido antropológico que
tiene el anuncio mesiánico de laPalabradeDiosyel hecho de que la misma, al encarnarse,
ha asumido radicalmente lo humano. Con esa lucidez apela a la creatividad del individuo,
quien en un proceso abierto y dinámico no se reduce a una pasividad repetidora, sino que
reinterpreta y reexpresa el mensaje, según los diferentes contextos vitales. Esta pedagogía
de la creatividad es pedagogía de la liberación, que mira a que lafe cristiana sea profética
y haga operante la liberación de Cristo para todo el hombre y para todos los hombres.
Sergio Trujillo indica tresformas de educación moral: por autoridad impositiva; a través
del ejemplo; y dejando obrar y ser a la persona. Realiza una ubicación histórica de estos
modelos pedagógicos y analiza los tipos de moralidad que forma en las personas cada uno
de los modelos descritos. Desarrolla finalmente el tercer modelo, el de la autonomía
moral, a la luz de la psicología, para cuestionar directamente el sentido de laformación
moral que se ofrece en lafamilia y en los establecimientos educativos.
Finalmente el P. Carlos Ignacio González, con ocasión del cruel asesinato de los jesuítas
y de sus colaboradoras enEI Salvador, ofrece una meditación sobre el martirio, a la luz de
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