8 Remedios Naturales, Separadores de Biblia.

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Club de Conquistadores Arcángeles de Bethania

Director: Carlos Rodríguez

Sub-Directora: Mariel Muñoz

Secretaria/Tesorera: Dennisa Reyes


Introducción: Compartimos con ustedes los 8 remedios naturales que Dios ha
provisto a todos nosotros para mantener la salud. Estos remedios están al
alcance de todos y forman parte del bienestar integral que el Señor desea para
nosotros: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que
tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Jn. 2).

Es el ideal de Dios habitar con nosotros, y para mantener una


comunicación constante y continua con él debemos prestar atención a la
súplica del apóstol Pablo “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto racional” (Ro. 12:1).

Estos son los remedios naturales:

1. El Agua: El agua es la sustancia más importante que contiene nuestro


cuerpo. Más de la mitad de nuestro peso total es agua.  El agua es el mayor
componente de la sangre.  Nuestro cuerpo necesita el agua para enfriarse y
limpiarse.  La pérdida del 20 al 22% de agua en nuestro cuerpo, podría ser muy
peligrosa, hasta fatal. Perdemos agua cuando respiramos, cuando
transpiramos, y en los desechos del cuerpo como el sudor, la orina, etc.

Se han hecho estudios con algunos atletas, que han demostrado el efecto que
el agua tiene sobre el cuerpo en la resistencia física.  Los atletas que bebieron
igual cantidad de agua que la que perdieron, no se fatigaron y la temperatura
de su cuerpo se mantuvo cerca de lo normal; mientras que los atletas que
bebieron agua sólo para calmar la sed no tuvieron la misma resistencia.

2. El Descanso: Es la cesación del trabajo, es tranquilizarse.  El descanso es


uno de los sanadores esenciales conocidos por la humanidad.  Cuando usted
se enferma, lo primero que hace es acostarse en su cama hasta que se
recupere, porque el poder restaurador del descanso es una de las claves para
recuperar la salud.
Podemos descansar de varias formas: cambiar del trabajo mental al físico es
un buen método de descanso para los ejecutivos y personas que
laboran intelectualmente; el dormir es otro tipo de descanso, inclusive podemos
incluir un baño con agua tibia para relajar los músculos agotados.

Dios estableció el descanso sabiamente en nuestro cuerpo:

- El corazón descansa después de cada latido.


- Los pulmones descansan después de cada ciclo respiratorio.
- El sistema nervioso descansa durante el sueño.
- Los músculos se relajan gradualmente después de cada contracción.
- Los órganos de los sentidos descansan completamente al cesar toda clase
de actividad, es decir, en el sueño profundo.
- El estómago requiere atención cuidadosa.   No debe mantenerse
en funcionamiento continuo.  Debemos darle a éste órgano tan maltratado y del
cual tanto se ha abusado, algo de paz y descanso.  Después que el estómago
ha hecho el trabajo de una comida, no se le imponga más labor antes que haya
tenido oportunidad de descansar y antes que la naturaleza haya provisto
suficiente jugo gástrico para poder absorber más comida.  Debieran transcurrir
por lo menos cinco horas entre dos comidas, y debiéramos recordar que si se
quiere realizar una prueba, se comprobará que dos comidas son más
saludables que tres.  Cuando nos entregamos al descanso, el estómago debe
haber concluido ya su tarea, para que él también pueda descansar, como los
demás órganos del cuerpo.  Si es necesario tomar una tercera comida, ésta
debería ser liviana y debería tomarse varias horas antes de acostarse.

3. El Ejercicio: La mayoría de la gente se “oxida” en vez de desgastarse,


debido a que no tiene por costumbre ejercitar todos sus músculos.  Hoy día se
requiere de muy poco ejercicio, hay taxis, autobuses y vehículos para que
usted no se ejercite demasiado, por lo tanto, encontramos mucha inactividad; la
sociedad se ha desarrollado de tal manera, que la mayoría de las personas
están envueltas en ocupaciones que no requieren de mucho esfuerzo físico.
El ejercicio sano y activo es necesario a la vez que importante para la
digestión, para gozar de una condición saludable y vigorizante del cuerpo y la
mente.  No se debe estudiar ni hacer ejercicio violento inmediatamente
después de una comida completa; esto sería una violación de las leyes del
organismo.  Pero una corta caminata después de una comida, con la cabeza
erguida y los hombros hacia atrás, realizando así un ejercicio moderado,
resulta de gran beneficio.

El ejercicio ayuda a los dispépticos (personas con  difícil y dolorosa


digestión) porque da a los órganos digestivos un tono saludable.  Si su trabajo
es sedentario, principalmente mental, haga ejercicio todos los días y verá cómo
se beneficia, y en cada comida consuma sólo tres o cuatro clases de alimentos
sencillos.  La razón por la cual muchos se quejan de enfermedad, es que dejan
de hacer suficiente ejercicio, y se complacen en comer en exceso.

Existe el dicho: “El que no encuentra tiempo para hacer ejercicio,


encuentra tiempo para estar enfermo”.  Algunas razones que hacen certero
éste dicho son:

- El ejercicio reduce el riesgo de las enfermedades del corazón porque mejora


la fuerza y la eficiencia del corazón y baja la presión arterial.

- Mejora la fuerza de los músculos y de los huesos así como de los


ligamentos, tendones y cartílagos.

- Fortalece el sistema inmunológico.  El ejercicio aumenta el número de las


células blancas llamadas linfocitos, que son las que “batallan” contra la
enfermedad.

- Retrasa el envejecimiento, previene las venas varicosas, contrarresta la


artritis e incluso combate la osteoporosis.
4. La Luz Solar: Poco se comprende acerca de los beneficios de la luz solar. 
El desconocimiento ha llegado a tal punto, que lo único que sabemos es que el
exceso de sol produce cáncer.
La luz solar es uno de los mejores agentes de curación que Dios le ha dado
al hombre.  “Suave es la luz y agradable ver el sol” (Ec. 11:7), es la declaración
de la Palabra de Dios.

En nuestra sociedad vivimos aislados del sol, incluso en nuestros


hogares, viviendo la mayor parte del tiempo detrás de una ventana que desvía
la preciosa y curativa luz solar.

Muchos se sorprenderán de cuán beneficiosa puede ser la luz solar para


la curación y prevención de enfermedades como alta presión, tuberculosis,
colesterol y en la prevención y tratamiento del cáncer, con excepción de cáncer
de piel o de lupus.

Sin embargo, debido a la incidencia elevada de cáncer de piel se le ha hecho


una propaganda negativa.  El cáncer, en parte se debe a la exposición
prolongada a los rayos del sol, pero otro factor es la cantidad de grasas en la
dieta.  La grasa crea una base para la formación de radicales libres inestables. 
El ADN es muy sensible a la oxidación por los radicales libres y éstos podrían
representar un papel importante en las mutaciones que preceden al desarrollo
de un cáncer.

Estos son los beneficios de la luz solar:

- Destruye bacterias y muchos microorganismos causantes de enfermedades.

- Aumenta la cantidad de sangre que es bombeada al cuerpo en cada


contracción del corazón.

- Es un tratamiento efectivo para la ictericia (enfermedad caracterizada por


la amarillez de la piel) en los niños recién nacidos.

- Ayuda a normalizar los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre.  En los hipo


glucémicos ayuda a elevar su nivel de glucosa y en los diabéticos a
reducirlos, y esto permite rebajar las dosis de insulina diaria.

- Cantidades adecuadas de vitamina D pueden ser obtenidas mediante


la exposición del rostro a la luz solar por unos pocos minutos durante el
mediodía.

- Aumenta el tono y la resistencia de los músculos.  Las personas que


hacen ejercicio bajo la luz solar, desarrollan más rápido sus músculos que
quienes lo practican dentro de una casa.
- Mejora la actitud mental y produce una sensación de bienestar.

- Disminuye el estrés, actuando a través de los receptores sensoriales en la


piel; ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.

- Un breve baño de sol, varias veces al día, matará los gérmenes y estimulará
la curación de heridas.

Si no hubiera luz solar toda la vegetación perecería, la vida animal moriría y


la vida humana no podría existir.  Si desea que su hogar sea agradable y
acogedor, ilumínelo con aire y sol. Ningún cuarto es adecuado para servir como
dormitorio a menos que pueda abrirse de par en par cada día para dar acceso
al aire y a la luz del sol.

5. El Aire Puro: El aire, esta preciosa bendición del cielo que todos podemos
disfrutar, nos beneficiará con su influencia bienhechora si tan sólo se lo
permitimos. Debemos darle la bienvenida al aire, cultivar un cariño por él, y nos
daremos cuenta que es un bálsamo precioso para los nervios.
El aire debe estar en constante circulación para mantenerse puro. La influencia
del aire puro y fresco permite que la sangre circule saludablemente a través
del sistema.

Para tener buena sangre, debemos respirar bien. Las inspiraciones hondas
y completas de aire puro, que llenan los pulmones de oxígeno, purifican la
sangre, le dan brillante coloración, y la impulsan, como corriente de vida, por
todas partes del cuerpo; debemos tener buena sangre, pues la sangre es la
corriente de la vida.  Repara los desgastes y nutre el cuerpo.

Los pulmones eliminan continuamente impurezas, y necesitan una


provisión constante de aire puro.  El aire impuro no proporciona la cantidad
necesaria de oxígeno, y entonces la sangre pasa por el cerebro y demás
órganos sin haber sido vivificada.

Hoy, más y más personas están preocupadas por la calidad del aire que
respiran y con razón. Se ha demostrado que hasta las personas que no fuman
y que viven en zonas de alta contaminación ambiental, sufren los mismos
síntomas que los fumadores.

La contaminación ambiental disminuye la cantidad de oxigeno que debería


llegar a la sangre. Si las personas viven en una ciudad con niebla toxica y la
respiran en forma prolongada, generalmente están más propensas a contraer
algunas enfermedades que eventualmente podría causarles la muerte.

Por lo tanto, es aconsejable que se viva en un ambiente dónde haya


bastantes árboles y vegetación, en caso contrario, es necesario hacer salidas
al campo (en familia es mucho más agradable), dónde se pueda tomar el aire
puro correctamente: concéntrese más en la exhalación que en la inhalación. 
Mientras más exhale, más inhala.  Inhalar: Absorber el aire.  Exhalar: Despedir
o arrojar el aire.

También leer en voz alta, cantar y subir escaleras o montañas aumenta


la eficiencia de los pulmones. Practique la buena postura.  Párese y siéntese
derecho y erguido, esto ayuda a la respiración y por ende a una mejor
oxigenación.

6. Nutrición: Para saber cuáles son los mejores comestibles tenemos que
estudiar el plan original de Dios para la alimentación del hombre.  El que creó al
hombre y comprende sus necesidades indicó a Adán cuál era su alimento: “Os
doy toda planta que da semilla, que está sobre la tierra, y todo árbol que lleva
fruto y da semilla. Eso será vuestro alimento” (Gn. 1:29).
Dios es tan ciertamente el autor de las leyes físicas como lo es de la ley moral. 
Su ley está Escrita con su propio dedo sobre cada nervio, cada músculo y
cada facultad que ha sido confiada al hombre.

Los cereales, las frutas carnosas, los frutos oleaginosos, las legumbres y
las hortalizas constituyen el alimento escogido para nosotros por el
Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los
comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y
un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más
complejo y estimulante.

Una alimentación sana y balanceada requiere del consumo de alimentos


sencillos, frescos y variados que cumplan con todos los requerimientos para
una buena nutrición.

La fruta especialmente es recomendada como un agente de salud.  Un


régimen alimenticio sencillo pero abundante y variado de frutas es la mejor
alimentación.  Las frutas son por así decirlo el motor de la digestión, pues al
consumirlas en forma natural, aceleran los movimientos digestivos dado su alto
contenido de fibra, vitaminas A, B, C, potasio, hierro, etc.  Las frutas deben
consumirse preferiblemente a la hora del desayuno y de la cena en la cantidad
que desee, no mezclando frutas dulces con frutas ácidas.  Recuerde:

- No es saludable consumir frutas ácidas con lácteos, ésta mezcla es tóxica.

- Las frutas ácidas no deben consumirse con sal, pues matan los glóbulos rojos
y producir anemia aguda.

Las verduras deben consumirse en cantidades suficientes a la hora del


almuerzo en forma de ensaladas crudas,  vegetales al vapor, germinados, etc.
Los vegetales verdes y amarillos son una rica fuente de vitaminas y minerales. 
Debemos consumir diariamente de 3 a 4 porciones de vegetales.
Las oleaginosas (nueces, avellanas, almendras, maní, coco, etc.) y sus
derivados van sustituyendo en gran medida a la carne.  Con ellas pueden
combinarse cereales, frutas y germinados, para constituir alimentos sanos y
nutritivos; pero hay que tener cuidado de no incluir una proporción demasiado
elevada de oleaginosas.

Los cereales tales como el trigo, arroz, millo, cebada, avena, sorgo, maíz,
centeno, son ricos en vitaminas, minerales, aminoácidos y fibra, pero deben
consumirse en forma integral, completos.  Tienen muchas formas de
prepararlos, arepas, tortas, waffles, sopas, etc.

Es un error suponer que la fuerza muscular depende de consumir


productos provenientes de animales, pues sin él las necesidades del organismo
pueden satisfacerse mejor y es posible gozar de mejor salud.  Los cereales, las
frutas, las oleaginosas y las verduras contienen todas las propiedades nutritivas
para producir buena sangre, preparados en una forma sencilla, sin especias ni
grasas de ninguna clase, constituyen, el régimen más saludable.

No olvide que la cena debe ser liviana, para que usted pueda descansar y tener
un sueño relajado, profundo y tranquilo.

7. Temperancia: Nuestra salud física es conservada por lo que comemos; si


nuestros apetitos no están bajo el control de una mente activa y sana, si no
somos temperantes en todo lo que comemos y bebemos, no estaremos en un
estado mental y físico sano.
La temperancia es una adherencia a todo lo que promueve la salud  y
la eliminación de todo lo dañino.  Todo hábito malsano producirá una
condición malsana en el sistema, y la delicada y viviente maquinaria humana
resultará perjudicada, y no podrá realizar su trabajo debidamente.  La
complacencia del apetito es la mayor causa de la debilidad física y mental, es
el cimiento del decaimiento que se nota por todas partes.

El régimen alimenticio tiene mucho que ver con la disposición a cometer


pecado “al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Stg. 4: 17).  
Muchos están tan entregados a la intemperancia que no quieren renunciar a
la complacencia de su glotonería a ningún precio.  Son capaces de sacrificar la
salud y morir prematuramente, antes que poner un límite a su intemperante
apetito.

Licor: Se están usando hoy día más bebidas embriagantes que en ninguna
época anterior.  Cuando voluntariamente se complace el apetito por la
bebida embriagante, el hombre lleva a sus labios el trago que rebaja a aquel
que fue hecho a la imagen de Dios a un nivel inferior al de las bestias.  Nueve
de cada diez personas que son llevadas a la cárcel, están  relacionados con el
licor.

Triple veneno: Una lata de gaseosa contiene de 8 a 10 cucharaditas de


azúcar refinada, lo cual reduce al 50% la habilidad de las células blancas para
defender el cuerpo contra la enfermedad.  Las gaseosas tipo “cola” son más
peligrosas aún, contienen la tercera parte de la cafeína que hay en  una taza de
café.  Los niños inocentemente consumen varias botellas o latas de esas
bebidas diariamente y por lo tanto ingieren mucha más cafeína que la que tiene
una taza de café.  El estímulo que recibimos siempre del café es producido por
la cafeína y también por el contenido de azúcar.  El peligro es que se ha
encontrado que la cafeína causa úlceras en los animales y en algunos seres
humanos. El ácido carbónico en las gaseosas, lo que la hace efervescente, es
definitivamente dañino para los ojos y puede empeorar la miopía.

Trabajo: Es malo trabajar con exceso, pero los resultados de la flojera son
más temibles.  La ociosidad conduce a la práctica de hábitos corrompidos
y degradados.  Puede descansar del esfuerzo físico sin quedar en
ociosidad, haciendo una lectura edificante, entre otras.  La intemperancia en el
comer postra más efectivamente las energías vitales que la intemperancia en el
trabajo.

Comida Chatarra: Usted estará pensando en los perros


calientes, hamburguesas, papas fritas a la francesa, etc., pero las salchichas,
mortadelas, yogurts, leches “saborizadas”, las comidas “fácil de preparar”, entre
otras también clasifican entre las comidas chatarra.  Tanto las comidas chatarra
como las ”comidas rápidas” cuestan, pero los resultados de haberlas comido
cuestan mucho más: indigestión, dolores de cabeza, resfriados, hemorroides,
etc.  No se deje engañar, en el proceso de “fortificación” y añadidura de
“vitaminas y minerales” inorgánicos no es más que eliminar las propiedades
naturales de los alimentos, para agregar químicos, aditivos y conservantes que
hacen daño a su salud.

8. Esperanza: ¿Cómo tener esperanza y confianza en Dios?  Por medio


de la fe “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (He.
11: 1), podemos estar seguros, creer que lo hará porque lo ha prometido.
El primer y más importante paso: Venga a Cristo tal como está.  Acéptelo como
su Salvador personal.  “Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y
yo os haré descansar” (Mt. 11:28).  Es su única esperanza.

Ha cometido errores, ha sido arrastrado por la tentación.  Pero puede recurrir a


la sangre de Cristo para presentar a Dios, los méritos del Salvador crucificado
y resucitado como propio.  De ese modo, mediante la ofrenda de sí mismo
hecha por Cristo, el inocente en lugar del culpable, se remueven todos los
obstáculos y el amor perdonador de Dios puede fluir en ricos raudales de
misericordia en favor del hombre caído.

Venga a Él y pídale perdón por sus pecados del pasado, recuerde “al que
sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Stg. 4: 17), incluso por los
malos hábitos que destruyen su salud.

¿Cómo lo hago?
Primero.- Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo. 
No es que se necesite esto para que Dios sepa lo que somos, sino a fin
de capacitarnos para recibirlo.  La oración no baja a Dios hasta nosotros, antes
bien nos eleva a Él.
Dice Jesús: “Todo cuanto pidiereis en la oración, creed que lo recibisteis ya; y
lo tendréis” (Mr. 11: 24) Hay una condición en esta promesa: que pidamos
conforme a la voluntad de Dios.  Pero es la voluntad de Dios limpiarnos de
pecado, hacernos hijos suyos y ponernos en actitud de vivir una vida santa.  De
modo que podemos pedir a Dios estas bendiciones, creer que las recibimos y
agradecerle por haberlas recibido.  Diga: “Lo creo; así es, no porque lo sienta,
sino porque Dios lo ha prometido”.

Segundo.- Establezca una vida de estudio de la Santa Biblia y de las


enseñanzas del Señor Jesús.  ¡Si desea conocer al Salvador, estudie las
Santas Escrituras! Dice Jesús: “Ellas son las que dan testimonio de mi” (Juan
5: 39).

Tercero.- Desarrolle el hábito de pasar tiempo con Dios en oración como lo


hace con un buen amigo.  Permita que Él conozca sus preocupaciones, luchas
y gozos. Al hacerlo, aprenderá a amarlo, a esperar y a confiar más en Él.

Cuarto.- Comparta la vida de Cristo y las ocho reglas de oro para la salud


con otros.  Al compartir estas preciosas verdades y principios con otros ellos
recibirán una gran bendición y usted se sentirá satisfecho.

Y finalmente.- Nunca se dé por vencido.  Toda victoria obtenida sobre


las prácticas que destruyen su salud, sumará años de calidad a su vida y
gran felicidad.
Conságrese a Dios todas las mañanas; haga de esto su primer trabajo.  Sea
su oración: “Tómame ¡oh Señor! Como enteramente tuyo.  Pongo todos mis
planes a tus pies.  Úsame hoy en tu servicio.  Mora conmigo, y sea toda mi
obra hecha en ti”.

Ahora bien, ya que se ha consagrado a Jesús, no vuelva atrás, no se separe de


Él, mas todos los días diga: “Soy de Cristo; pertenezco a él”.

Conclusión:
Vivimos en un mundo dónde la ruina, la enfermedad y la pobreza nos
circunda.  Es hora de tener salud gratuita, solamente cuidando nuestro cuerpo,
pues, somos creación de Dios, el único y verdadero Dios que desea tener
contacto personal con cada uno de nosotros, ya que Él es un ser personal igual
que nosotros somos seres personales.

Siga ADELANTE y practique los ocho remedios naturales y sencillos, sólo


vasta querer y pedir la ayuda necesaria a quien la tiene, Dios el único
Todopoderoso.  ÁNIMO Y ¡¡¡ADELANTE!!!

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