LEONARDO DA VINCI
Retrato de Ginevra de' Benci
El retrato de Ginevra de' Benci fue pintado por Leonardo entre 1474 e 1476. Se
trata de un óleo sobre madera y recibe ese nombre por la persona retratada, quien
es una joven aristócrata de Florencia, famosa y admirada por su inteligencia.
La cabeza de la joven se encuentra enmarcada por las hojas de un arbusto de
enebro, mientras que al fondo puede contemplarse un cuidado paisaje natural.
La expresión de la joven es severa y altiva, y como la mayoría de las mueres de
aquella época, también Ginevra rasuró sus cejas.
El tamaño de la obra fue recortado, pues originalmente llegaba hasta la cintura de
la joven e iba a incluir la representación de sus manos descansando sobre el
regazo.
La última cena
La última cena es una pintura mural ejecutada por Leonardo da Vinci entre los
años 1493 y 1498. Se encuentra en la pared del comedor del Convento de Santa
Maria Delle Grazie en Milán.
Esta es la obra que le dará notoriedad al artista. Pero lamentablemente, debido al
hecho de que Leonardo aplicó una técnica poco ortodoxa que comprometería su
durabilidad. Mezcló así las técnicas del temple y el óleo sobre capas de yeso en
un enlucido.
Tal como lo indica el título, la pintura representa la última cena entre Jesús y los
apóstoles. El mesías se encuentra en el centro de la composición y atrás de su
cabeza se sitúa una ventana que acentúa el efecto de perspectiva en punto de
fuga.
Por encima de la cabeza de Jesús un frontón hace las veces de aureola. Así, se
confirma la importancia de los elementos arquitectónicos como apoyo a las figuras
centrales de la composición.
El momento captado será justo después de que Cristo anuncia la traición de uno
de sus discípulos, lo que puede observarse en la gesticulación agitada de las
figuras alrededor del Mesías en contraste con su calma y serenidad.
MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI
Madonna de la escalera
La Madonna o Virgen de la escalera es un bajo relieve en mármol esculpido entre
1490 y 1492. La obra fue concluida antes de que Miguel Ángel cumpliera los 17
años, cuando aún estudiaba en los jardines de los Médici, en Florencia, con
Bertolo di Giovanni.
Este bajo relieve representa a la Virgen sentada en unas escaleras sosteniendo y
cubriendo con un manto a su hijo, que yace dormido.
Las escaleras completan el resto del fondo y, en segundo plano, se pueden ver a
dos niños jugando, mientras un tercer niño se reclina sobre el pasamano.
Un cuarto niño se encuentra detrás de la Virgen y parece estar ayudando a niño
reclinado a estirar un pañuelo (clara alusión al sudario de Cristo) que ambos
sostienen.
En esta obra se destaca la herencia de la Antigüedad clásica. Por lo mismo, se
hace notorio el concepto de ataraxia, propio de la filosofía epicúrea, el cual
consiste en la ausencia de inquietud de espíritu.
La diferencia entre este concepto y la apatía es que en la ataraxia no hay
negación o eliminación de los sentimientos, sino que promueve la felicidad
intentando encontrar fuerzas para superar el dolor y las dificultades.
Así, la Virgen se muestra impasible en la contemplación del sacrificio futuro de su
hijo, no porque esto no la haga sufrir, sino porque encuentra la forma de superar
ese dolor estoicamente.
Para la realización de este bajo relieve, Miguel Ángel hizo uso de la técnica de
Donatello (escultor renacentista italiano, 1386-1466), llamada sticiatto (achatado).
La Piedad
Debido al impacto que supuso la muerte de Lorenzo de Médici en 1492, Miguel
Ángel dejó Florencia, se encaminó a Venecia y posteriormente a Bolonia. Regresó
a Florencia en 1495 pero inmediatamente partió a Roma.
Fue en Roma que el cardenal francés Jean Bilhères de Lagraulas le encomienda
al artista una Piedad en mármol para la basílica de San Pedro en el Vaticano en
1497.
La Piedad de Miguel Ángel es una escultura en mármol ejecutada entre los años
1498 y 1499, y es una de las mayores aproximaciones a la completa perfección en
el campo del arte.
En esta obra Miguel Ángel rompe con lo convencional y decide representar a la
Virgen más joven que a su hijo. De increíble belleza, ella sostiene a Cristo que
yace muerto en su regazo.
Ambas figuras transmiten serenidad, y la Virgen, resignada, contempla el cuerpo
sin vida de su hijo. El cuerpo de Cristo es anatómicamente perfecto y los detalles
son trabajados a la perfección.
En oposición al concepto del non finito, esta escultura es lo finito por excelencia.
Toda la obra está excepcionalmente pulida y acabada, y con ella tal vez Miguel
Ángel haya alcanzado la verdadera perfección.
RAFAEL SANZIO
La Bella Jardinera (1507)
Esta pintura es un óleo sobre madera que muestra a la Virgen María con dos
niños que representan a Jesús y a Juan el Bautista. Actualmente se conserva en
el Museo del Louvre de París.
La Transfiguración (1560-20)
En el nivel más simple, la pintura puede interpretarse como representación de una
dicotomía: arriba, el poder redentor de Cristo, abajo, las debilidades de los
hombres. La zona celestial de Cristo redentor se caracteriza por la pureza y la
simetría, con figuras menos táctiles y tratadas con colores más claros. En cambio,
la zona inferior es una escena oscura, caótica, en la que hay fuertes contrastes
cromáticos. Se conserva en la Pinacoteca Vaticana (Museos Vaticanos), Ciudad
del Vaticano.