Técnicas Operantes

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TÉCNICAS OPERANTES

A. REFORZAMIENTO POSITIVO

Un reforzador positivo es un estímulo (evento, conducta u objeto) cuya presentación contingente a una
conducta da lugar a un aumento o mantenimiento de esta, de modo que este aumento o mantenimiento es
menor o no se da cuando la presentación es no contingente. (F. Skinner) uno de los teóricos clave de la
orientación conductista, definió el reforzamiento como un tipo de aprendizaje basado en la asociación de
una conducta con las consecuencias derivadas de esta, que aumentan o disminuyen la probabilidad de
que sea ejecutada de nuevo. 
El aprendizaje por reforzamiento positivo se asocia la realización de una conducta con la obtención de
una consecuencia agradable. Ésta no tiene por qué ser un objeto, ni siquiera tangible; comida, sustancias,
una sonrisa, un mensaje verbal o la aparición de una emoción agradable son susceptibles de ser
entendidos como refuerzos positivos en muchos contextos.
Un padre que felicita a su hija pequeña cada vez que utiliza el retrete correctamente fortalece un
aprendizaje por reforzamiento positivo; lo mismo sucede cuando una empresa otorga primas económicas
a sus trabajadores más productivos, e incluso cuando obtenemos una bolsa de patatas fritas tras meter
una moneda en una máquina expendedora. El concepto “refuerzo positivo” hace referencia al
premio que sigue a la conducta, mientras que el reforzamiento positivo es el procedimiento por el cual el
sujeto que aprende realiza la asociación. No obstante, con frecuencia se utilizan los términos “refuerzo”
y “reforzamiento” de forma intercambiable, probablemente porque en inglés no existe esta distinción.
Desde un punto de vista técnico podemos decir que en el reforzamiento positivo existe una contingencia
positiva entre una respuesta concreta y un estímulo apetitivo. La conciencia de esta contingencia motiva
al sujeto a ejecutar la conducta por tal de obtener la recompensa (o refuerzo).

B. REFORZAMIENTO NEGATIVO

Un estímulo aversivo, también conocido con el nombre de reforzador negativo, es un estímulo (evento, conducta
u objeto) cuya retirada o prevención contingente a una conducta da lugar a un aumento o mantenimiento de esta.
Posibles ejemplos de estímulos aversivos son la desaprobación y la crítica social, las reprimendas, los
sentimientos de decepción por parte de otro, la realización de actividades poco preferidas por la persona (p.ej.,
determinadas tareas domésticas, ciertos ejercicios), el tener que corregir el mal causado, los olores desagradables
y los ruidos fuertes. El reforzamiento negativo es un procedimiento muy habitual en la vida cotidiana, pero poco
utilizado en la clínica. En este contexto, sólo se aplicaría cuando en el propio entorno del sujeto ya existen
condiciones que le resultan aversivas. Por ejemplo, terapeuta y padres pueden acordar con un adolescente que si
estudia media hora más al día, podrá librarse una vez a la semana de una tarea doméstica que no le gusta. En
general, la técnica a elegir para incrementar o mantener conductas es el reforzamiento positivo.
A diferencia de lo que sucede en el positivo, en el reforzamiento negativo la respuesta instrumental
conlleva la desaparición de un estímulo aversivo, es decir, un objeto o situación que motiva al sujeto a
escapar o a procurar no entrar en contacto con esta. En términos conductuales, en este procedimiento el
refuerzo es la desaparición o la no aparición de la estimulación aversiva. Como hemos planteado
previamente, la palabra “negativo” hace referencia a que la recompensa no consiste en la obtención de
un estímulo sino en su ausencia. Este tipo de aprendizaje se divide a su vez en dos procedimientos: el
entrenamiento de escape y el de evitación. En el reforzamiento negativo de evitación la conducta
impide la aparición del estímulo aversivo; por ejemplo, cuando una persona agorafóbica evita utilizar el
transporte público para evitar la ansiedad que le supone está siendo reforzada negativamente. Por contra,
el escape consiste en la desaparición de un estímulo aversivo que se encuentra presente antes de que el
sujeto ejecute la conducta. Algunos ejemplos de refuerzo negativo de escape son que un despertador
se pare al pulsar un botón, que una madre compre a su hijo lo que le pide para que deje de llorar o que
consumir un analgésico alivie un dolor.

C. MODELAMIENTO
Puede conseguirse que una persona realice una conducta haciendo que observe a un modelo ejecutar una
conducta similar y se fije en las consecuencias que recibe (reforzamiento, ausencia de castigo). De este
modo, una persona puede aprender una conducta que no sabía hacer (adquisición), aumentar una
conducta que ya estaba en su repertorio (facilitación) o desinhibir una conducta que había sido
previamente castigada. El modelado puede ser en vivo (llevado a cabo por una persona presente) o
simbólico (grabación de vídeo o audio). Ejemplos de modelado serían observar como un directivo con
más experiencia conduce una negociación con unos clientes o ver un vídeo de una sesión de terapia para
aprender a manifestar empatía. GUÍAS para la aplicación del modelado. - Seleccionar modelos que para
el cliente sean figuras realistas de referencia. Es importante la similitud en edad (aunque en el caso de
los niños, les encanta imitar a los adultos), sexo y etnia, y que los modelos sean vistos por el observador
como personas competentes y con prestigio o estatus. - Utilizar más de un modelo siempre que sea
posible. Esto hace más creíble lo observado y, en comportamientos sociales, permite observar una
variedad de estilos. El número de modelos observados influye en la probabilidad de que la conducta sea
imitada. - La complejidad de la conducta modelada no debe sobrepasar la capacidad de la per- Operantes
- 12 sona. Si el comportamiento es bastante complejo, el modelado debe graduarse comenzando por lo
más fácil y progresando a conductas más difíciles. Habrá que adaptar a cada persona la graduación de
las actividades modeladas, el número de demostraciones, la duración de las mismas, su repetición, etc. -
Las situaciones modeladas deben ser lo más realistas posibles para mejorar la generalización. - La
persona debe ver al modelo cuando realiza la conducta y fijarse en esta conducta y en las consecuencias
que recibe el modelo (a ser posible reforzadores naturales y ausencia de castigo). - El modelado debe
combinarse con instrucciones que destaquen la conducta a observar y las consecuencias positivas por
atender y seguir la conducta modelada. - Tras la observación del modelo, se puede comentar con la
persona la actuación del mismo (para asegurarse de que identifica los componentes relevantes), discutir
las repercusiones de esta actuación y preguntar a la persona en qué medida ve oportuno en su caso seguir
dicha actuación. - Otorgar reforzadores cuando la persona lleve a cabo la conducta modelada. - Hay que
utilizar el desvanecimiento cuando sea necesario para que la conducta pase a ser controlada por otros
estímulos naturales que no sean el modelo.
El modelado también se ha denominado aprendizaje observacional, imitación o aprendizaje vicario. Es
una técnica basada en la teoría del aprendizaje social. MILLER Y DOLLARD, 1941: Primeros
antecedentes históricos científicos de la técnica del modelado. BANDURA, 1969: Sienta las bases para
operatividad la técnica de modelado en la teoría del aprendizaje social. Según este autor "la mayor parte
de la conducta humana se aprende por observación mediante modelado". Procedimiento general del
modelado: Consiste en que el sujeto observe la conducta de un modelo y la imite para: Adquirir nuevos
patrones de respuesta (efecto de adquisición). Fortalecer o debilitar respuestas (efectos inhibitorios o
desinhibitorios). Facilitar la ejecución de respuestas ya existentes en el repertorio conductual del sujeto
(efecto de facilitación de respuestas).
D. ENCAMIENTO

El encadenamiento es una técnica conductual que se enmarca en el paradigma del


aprendizaje operante. Se utiliza para desarrollar nuevas cadenas de conducta (es decir,
secuencias complejas compuestas por una serie preestablecida de respuestas simples) a partir
de otras conductas que ya se encuentran en el repertorio del sujeto.
Algunos ejemplos típicos de aprendizajes que pueden desarrollarse a través de esta técnica
son los que permiten conductas elaboradas como tocar un instrumento musical o conducir un
vehículo. Con gran frecuencia se utiliza el encadenamiento para enseñar habilidades
básicas a niños con necesidades especiales, como ponerse la ropa o asearse sin ayuda.
Las respuestas que conforman la cadena conductual actúan como reforzadores condicionados
de la conducta previa y como estímulos discriminativos de la siguiente. Hay dos excepciones
lógicas a esto: la primera respuesta, que no refuerza ninguna otra, y la última, que no actúa
como señal para una conducta posterior.
Una técnica operante similar es el moldeamiento, también conocido como “método de las
aproximaciones sucesivas”. La diferencia central reside en que en el moldeamiento se
perfecciona de forma progresiva una conducta utilizando el reforzamiento diferencial,
mientras que el encadenamiento consiste en combinar una serie de respuestas en un orden
determinado.

E. ECONOMÍA DE FICHAS

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