La Comprensión Lectora en Educación Primaria
La Comprensión Lectora en Educación Primaria
La Comprensión Lectora en Educación Primaria
Septiembre de 2016
Resumo:
The learning of the reading is a complex process that doesn´t end when the pupil learns
to decode the written code, but it is necessary that he or she understands the content that
he or she is reading to manage to be an effective and competent reader. In this respect, the
reading comprehension is an indispensable aspect in the personal and academic life of the
pupil so, between other aspects, serves as a tool to reach new learning. Nevertheless, there
are pupils who find difficulties or problems at the moment of understanding a text and, it´s
our labor, to rest and to help the pupil to overcome these difficulties across a specific
intervention taken in account its characteristics and needs. In the present document is
analyzed the process of comprehension of a text, as well as the difficulties or problems that
can exist in the mentioned process and what it is possible to do to improve deficits in
reading comprehension.
1. Introducción ……………………………………………………………………………………….…….….…1
2. La lectura y la comprensión lectora……………………………………………………………......2
2.1. ¿Qué es leer? ¿Qué es la comprensión lectora?............................................2
2.2. Etapas en el aprendizaje de la lectura…………………………………………………..…..4
2.3. Procesos implicados en la lectura y en la comprensión lectora……….……..…6
2.4. Niveles de comprensión lectora……………………………………………………………...11
3. Dificultades en la comprensión lectora…………………………………………………………..12
3.1. Clasificación……………………………………………………………………………………..………13
3.2. Dificultades específicas……………………………………………………………………….……14
3.3. Causas de las dificultades en comprensión lectora…………………………….…....14
4. Intervención………………………………………………………………………………………….….…….17
4.1. Métodos o programas para mejorar la comprensión lectora………………..….18
4.2. Recursos para mejorar la comprensión………………………………………………..…..20
4.3. Estrategias………………………………………………………………………………………………..22
5. Conclusiones…………………………………………………………………………………………………...26
6. Referencias bibliográficas………………………………………………………………………..….…..28
7. Anexos
1. Introducción
Sin embargo, parece que el alumnado de hoy no posee una capacidad de comprensión
profunda y trabajada; así lo manifiesta el último Informe publicado de PISA (2012), que
evalúa al alumnado de varios países en las áreas de matemáticas, ciencias y lectura. En este
informe, España, en relación a la competencia lectora, se encuentra por debajo del
promedio calculado, concretamente ocho puntos por debajo, lo que supone una diferencia
significativa estadísticamente.
Desde las escuelas, debemos plantear medidas para dar importancia al proceso de
comprensión y trabajar estrategias de comprensión lectora desde todas las áreas
académicas, pues en la mayoría de ellas es un elemento transversal y necesario para lograr
aprendizajes significativos; pero antes de ello, debemos plantearnos una serie de cuestiones
como… ¿En qué consiste comprender un texto? ¿Cómo funciona el proceso de comprender
un texto? ¿Qué variables están implicadas en la comprensión lectora? ¿Con qué dificultades
nos podemos encontrar en relación a la comprensión? ¿Qué podemos hacer para atender
esas dificultades?... Para responder a estas cuestiones, la línea de trabajo es la de
investigación documental que consiste en la búsqueda y análisis bibliográfico sobre un tema
específico, en este caso la comprensión lectora y sus dificultades.
En cuanto a la estructura del trabajo, se puede decir que sigue un carácter jerárquico, de
lo más genérico a lo más específico. De esta forma, comienza contextualizando la
comprensión lectora en el ámbito de la lectura por ser uno de los dos procesos
fundamentales del acto lector. Progresivamente se va centrando en la comprensión lectora,
en cómo funciona el proceso de comprensión, para continuar con las dificultades
relacionadas con la comprensión de textos y, finalmente acabar con el apartado de
intervención donde se recogen posibles actuaciones para llevar a cabo en el aula atendiendo
al alumnado con dificultades.
Por tanto, la comprensión lectora podría definirse como el proceso de construcción del
significado del texto que hace el lector de acuerdo con sus conocimientos previos y
experiencias (Salvador y Gutiérrez, 2005). Cuando el sujeto está comprendiendo un texto
significa que está construyendo una representación mental de lo que está leyendo,
relacionando la información nueva con sus conocimientos previos, para integrarla en su
memoria. Por tanto, comprender un texto supone recrear mentalmente lo que hay descrito
en él, pero para que la escena descrita cobre vida en nuestra mente, es necesario que
llevemos a cabo ciertas operaciones (García Sánchez, 2014). Este proceso tiene su
complejidad, ya que implica que el lector tenga dominado los anteriores procesos de
descodificación, que posea unos conocimientos lingüísticos para determinar el valor de las
palabras, sus relaciones sintácticas y su estructura gramatical, y que sea capaz de llevar a
cabo los distintos procesos necesarios para lograr una comprensión eficaz (realizar
inferencias, activar los conocimientos previos, construir representaciones o modelos
mentales, controlar su propio proceso de comprensión etc.).
Los autores consultados como Cuetos (2008), Gispert y Ribas (2010) y García Sánchez
(2014) coinciden en aceptar el modelo de aprendizaje de la lectura propuesto por Uta Frith
(1985). Esta psicóloga afirma que para que los niños/as lleguen a convertirse en lectores
hábiles deben atravesar tres etapas en el aprendizaje de la lectura: la logográfica, la
alfabética y la ortográfica.
Cuando el niño/a entra en la etapa ortográfica se puede decir que ya posee cierta
experiencia con la lectura. En esta etapa es capaz de identificar cada una de las letras que
componen una determinada palabra y, de hecho, detectan enseguida si existe algún error en
el orden de la palabra. Esta última fase de la lectura se va perfeccionando a medida que el
individuo lee las palabras una y otra vez puesto que, debido a eso, irá formando una
representación léxica de esas palabras. Uta Frith, 1989, citada por Cuetos (2008) y García
Sánchez (2014), afirmó que las habilidades ortográficas aumentan considerablemente a
partir de los siete u ocho años de edad.
La lectura es una habilidad multidimensional, pues implica que el sujeto lleve a cabo
varios procesos cognitivos. Estos procesos son de carácter flexible y, por tanto, no es
necesario que su desarrollo suceda de forma lineal y secuencial. Sin embargo, sí que debe
existir una relación entre ellos, ya que cada proceso actúa como apoyo y base del siguiente;
así, la articulación de estos procesos resulta necesaria para llevar a cabo una lectura
comprensiva puesto que da como resultado la construcción de una representación mental
del contenido que está leyendo. En el ámbito educativo, es importante conocer los
diferentes procesos implicados en el acto lector pues, si nos encontramos con un alumno/a
con problemas en la lectura, podremos determinar en qué aspecto concreto tiene
dificultades e iniciar las actuaciones pertinentes para solucionar dicho déficit.
La mayor parte de autores consultados, como Ramos (1999), Cuetos (2008) o Aragón
(2011), coinciden en establecer cuatro procesos cognitivos implicados en la lectura: los
procesos básicos, relacionados con el reconocimiento de las palabras y su significado
(procesos perceptivos y léxicos), y los procesos de orden superior, en relación con el propio
acto de comprender un mensaje escrito (procesos sintáctico y semántico).
Los procesos perceptivos son aquellos que posibilitan el reconocimiento de las palabras a
través de la información que aportan las formas de las letras y las palabras. Dominar el
proceso perceptivo “implica aprender a discriminar e identificar las letras, primero de forma
aislada y después formando palabras” (Aragón, 2011, p.1).
En cuanto a los procesos de orden superior, éstos son los que abren el camino al proceso
de comprensión de un mensaje escrito y, por ser este el concepto de estudio, su análisis será
más profundo y extendido.
Los procesos sintácticos hacen referencia a la habilidad para identificar las distintas partes
de la oración, cómo están relacionadas dichas partes y qué valor tiene cada parte, es decir,
hacen referencia al conocimiento de la estructura gramatical y de las relaciones sintácticas.
Así, el procesamiento sintáctico comprende tres funciones o operaciones principales:
Así, tomando como ejemplo esta oración: “El niño comió una galleta dorada”; el lector
tiene que asignar la etiqueta de sujeto al sustantivo “niño”, el valor de objeto a la palabra
“galleta” y añadir el calificativo de “dorada” al objeto “galleta”. Además, continuando con el
ejemplo, también tiene que construir la estructura sintáctica del tipo sujeto-verbo-objeto.
Por otro lado, aunque el proceso sintáctico es necesario para llegar al proceso semántico,
el sintáctico no tiene en cuenta el significado de la oración. De esta forma, aunque las
siguientes oraciones son semánticamente distintas, sintácticamente son equivalentes:
Una vez que el lector reconozca el valor de las palabras y la relación sintáctica entre ellas,
entran en acción los procesos semánticos que son aquellos que posibilitan la interpretación
y extracción del significado de la oración o texto que se está leyendo. Cuando se haya
extraído el significado del mensaje escrito es necesario que el lector lo integre en su
memoria para relacionar la información nueva que acaba de leer con los conocimientos
previos que ya poseía. Así, el sujeto va construyendo una representación mental de lo que
está leyendo que le permitirá ir más allá del contenido explícito de la oración o el texto.
Una vez que el lector haya reconocido el valor de las palabras, la relación sintáctica entre
ellas y su estructura gramatical, entra en juego el proceso semántico. Este proceso es el
encargado de extraer el significado de la oración o del texto e integrarlo en su memoria con
los conocimientos que ya poseía el lector. Se trata de que éste construya una representación
mental del contenido del mensaje escrito, en la que dicha representación será el punto de
encuentro entre el lector y el texto. En ella aparecen las ideas principales que recogen el
sentido general del texto y, también, información que se encuentra de forma implícita pero
que el lector aporta gracias a sus propios conocimientos. Esto, sucede así porque, para que
el desarrollo de la comprensión sea el adecuado, el lector debe participar activamente en el
proceso, extrayendo las ideas del texto y activando los conocimientos de su memoria
relacionados con esas ideas para que, de esta forma, confluyan conjuntamente
construyendo la representación mental.
Muchos de los autores consultados establecen una clasificación sobre los diferentes
niveles o tipos de comprensión lectora. Estas clasificaciones tienen un cierto orden
jerárquico que parten del nivel más básico, a través de una comprensión superficial del
texto, hasta llegar a un tipo de comprensión más completa, donde el lector es capaz de
realizar juicios críticos. Desiderio Evangelista y Evelyn Evangelista (2014) establecen cinco
niveles o tipos de comprensión lectora:
Otros autores establecen una clasificación más reducida como Recasens (2005), que
afirma que la mayoría de autores reconocen tres niveles de comprensión: literal, inferencial
y creativo. Según Recasens (2005), la comprensión creativa es la capacidad para tomar una
postura frente a la idea del autor del texto, ocasionando una reacción de acuerdo o
desacuerdo (p.25), por lo que podemos decir que equivaldría a la comprensión crítica.
Por otra parte, las dificultades en comprensión lectora “no se explican mejor por
discapacidades intelectuales, trastornos visuales o auditivos no corregidos, otros trastornos
mentales o neurológicos, adversidad psicosocial, falta de dominio en el lenguaje de
instrucción académica o directrices educativas inadecuadas” (DSM-V, 2014, p.67). Esto
quiere decir que las dificultades de aprendizaje en comprensión lectora no tienen porqué
derivar de otros trastornos del neurodesarrollo o mentales, aunque sí pueden convivir éstos
últimos con un trastorno del aprendizaje; es lo que se llama comorbilidad. Sin embargo, si la
dificultad en el aprendizaje deriva de las consecuencias de otro trastorno (por ejemplo, de
un trastorno sensorial) entonces la dificultad no puede ser considerada como trastorno
específico del aprendizaje.
3.1. Clasificación
Sánchez (1998) recoge una panorámica general de los distintos sujetos que poseen
problemas en la comprensión lectora. En esta panorámica se clasifica a los sujetos en
relación a la operatividad de los dos procesos principales para una lectura eficaz: su
habilidad para el reconocimiento de palabras y su capacidad para comprender vía oral y
escrita. De esta forma, existen tres grupos diferentes de sujetos cuya similitud es que los tres
poseen dificultades para comprender un texto escrito.
Uno de los grupos sería el caracterizado por un trastorno disléxico en el que la falta de
comprensión escrita viene dada como consecuencia de un problema para reconocer las
palabras, es decir, podrían llegar a comprender el texto si leyeran correctamente las
palabras.
En el último grupo se incluirían los sujetos que, pese a que no tienen ninguna dificultad en
el reconocimiento léxico, muestran serios problemas para comprender un texto. Un caso
extremo en esta categoría serían los alumnos/as hiperléxicos/as, que teniendo una baja
capacidad intelectual son hábiles en el reconocimiento de las palabras escritas pero no
comprenden lo que leen.
Carecen o son incapaces de utilizar los conocimientos o estrategias para detectar los
diferentes tipos de textos.
“No captan el propósito o la intención predominante del autor” (Bustos, 2010, p.3).
Estas características también pueden servir de guía para identificar posibles dificultades
en la comprensión. De esta forma, si un alumno/a no activa los conocimientos previos sobre
el tema del texto, no es capaz de diferenciar las ideas principales de las secundarias o no
entienden el mensaje principal del texto, lo más probable es que sufra una dificultad para
comprender un texto escrito.
Como señalan Romero y González (2001), existen dos tipos de factores que pueden
explicar las razones por las que un sujeto presenta problemas para comprender un texto: los
factores relativos al propio sujeto y los factores que conciernen al entorno del sujeto.
A estas variables se le suma la que aporta también Romero y González (2001): la atención
sostenida, entendida como aquella que posibilita mantener la atención sobre una tarea
concreta, y la atención selectiva, aquella que permite al individuo seleccionar lo relevante de
la tarea (p.25).
El último factor relativo al sujeto que podría provocar un obstáculo para la comprensión
de textos sería la motivación y las expectativas que tiene hacia la lectura. Como en muchos
aprendizajes, la motivación que tiene el discente hacia lo que tiene que hacer o aprender
influirá de gran manera en el resultado de la tarea. Si el sujeto presenta desmotivación,
expectativas negativas y baja persistencia hacia la tarea y no se remedian estas condiciones,
acabará provocando problemas para llevar a cabo una lectura atenta y comprensiva, lo que
afectará en todo su aprendizaje.
4. Intervención
Por todo lo explicado hasta aquí y, como recogen Romero y González (2001):
- Programa PQ4R (Preview, Question, Read, Reflect, Recite y Review). Como recogen
Vieiro (2004) y Gutierrez-Braojos y Salmerón (2012), el PQ4R fue diseñado por Thomas y
Robinson (1972) para trabajar la comprensión lectora a través de seis pasos o fases:
- Método de enseñanza recíproca. Este modelo de enseñanza fue elaborada por Palincsar
y Brown (1984) para enseñar al alumnado a utilizar cuatro estrategias básicas de
comprensión de textos: establecer predicciones, formular preguntas, clarificar dudas y
resumir (Solé, 1992). El desarrollo de este método comenzaría con una debate en el aula
sobre el fragmento del texto que se trata de comprender donde cada alumno/a plantea una
pregunta que debe ser respondida por el resto de sus compañeros/as, explica sus dudas
pidiendo aclaraciones, resume el fragmento y establece predicciones. Continuando con la
obra de Solé (1992), el desarrollo del método de enseñanza recíproca sería el siguiente:
1. El docente ofrece un modelo del uso de las estrategias a los alumnos/as, que ven
como actúa el profesor para solucionar los problemas que se puede encontrar a lo
largo de la lectura.
2. Empieza el debate o la discusión entre el alumnado en el que el profesor “ayuda
mantener los objetivos de la tarea, centrando la discusión en el texto y
asegurando el uso y aplicación de las estrategias que trata de enseñar” (Solé,
1992, p.69).
3. Por último, el docente supervisa y corrige a los alumnos/as que dirigen el debate
con el fin de que el alumnado asuma la responsabilidad y el control de la
actividad.
Gispert y Ribas (2010) aportan tres recursos para usar o llevar a cabo en el aula, cuyo
objetivo es potenciar la interpretación adecuada de los textos escritos y que están dirigidos
al alumnado que presenta dificultades en la comprensión de textos (p.190). Estos recursos
son los textos funcionales, el calendario lingüístico y los enunciados lingüísticos.
Los textos funcionales son textos que se encuentran presentes en la vida social y
cotidiana del alumnado como los anuncios, los mapas, los carteles, horarios, propaganda de
los supermercados, etc. Se trata de un recurso muy útil para que el alumnado, en general, y
los alumnos/as con dificultades en comprensión, en concreto, encuentren un sentido a la
lectura, un propósito. Estos textos “ofrecen información que debe localizarse y seleccionarse
de manera correcta para una finalidad concreta, a la vez que fomentan la autonomía
personal” (Gispert y Ribas, 2010, p.190). Por ejemplo, si el texto funcional se trata de un
horario de autobuses, el alumno/a debe seleccionar la línea de bus que le interesa, localizar
las paradas por donde pasa y el horario de esa línea, con el fin de seleccionar qué ruta le
conviene más para llegar al destino deseado. Se trata, pues, de darle sentido y funcionalidad
a los textos. Además, los textos funcionales se pueden trabajar a través de cualquier área
curricular y, tienen la ventaja de que son textos fundamentalmente visuales por lo que al
alumnado con dificultades les resultará una tarea más motivadora.
El calendario lingüístico “es una actividad de aprendizaje del área de lengua, colectiva,
rutinaria y sistemática para alumnado de la escuela primaria” (Gispert y Ribas, 2010, p.192).
La función de este recurso es la de anticipar al alumnado la tarea de lectura del día,
presentando la sesión de trabajo, buscando animar y motivar al alumnado para la tarea y,
observando la reacción de éste por la tarea por si es necesario modificar la sesión planteada.
Para llevar a cabo este recurso, se trata de colocar un mes de un calendario en un lugar
visible del aula, donde todo el alumnado pueda verlo. En cada día lectivo de ese calendario
se plasma un dibujo, una frase y un sobre sorpresa, todo ello en relación con la actividad que
se va a realizar en ese día y, también, haciendo referencia al mes en el que se está, con sus
fiestas, acontecimientos destacados, etc. En definitiva, se trata de “relacionar el calendario
lingüístico con la vida real y escolar del momento” (Gispert y Ribas, 2010, p.192). Las
actividades deben ser de corta duración, sin sobrepasar los quince minutos. Asimismo, el
sobre sorpresa actúa como un elemento motivacional que busca activar al alumnado para la
sesión de trabajo que les espera. De la explicación que dan los autores (Gispert y Ribas,
2010) de este recurso, echo en falta algún ejemplo más exhaustivo en el que se recoja el tipo
de actividad que se llevaría a cabo, qué habría dentro de ese sobre sorpresa (se puede
suponer que una especie de recompensa) y un ejemplo del calendario con la frase que
explique al alumnado la tarea a realizar puesto que, en el ejemplo que aportan, solo aparece
el calendario lectivo de diciembre con dibujos para el alumnado de 2º de primaria (Anexo 2).
Aun así, tal y como me lo imagino, puede resultar un recurso muy útil para el alumnado con
dificultades, por ejemplo para un alumno/a que padece un trastorno del espectro autista, ya
que el calendario lingüístico actúa como una rutina estructurada, anticipando la actividad, al
mismo tiempo que le otorga un sentido y un propósito a la tarea de lectura.
Bustos (2010) también ofrece como recurso un cuaderno llamado PROMELEC (Programa
para la mejora de la lectura y escritura) que trabaja el entrenamiento en comprensión
lectora y habilidades metacomprensivas, cuyo objetivo es proporcionar a los alumnos/as
técnicas prácticas para comprender lo que leen, a través de textos sencillos y una secuencia
didáctica de dificultad progresiva. Este recurso está pensado para dirigirse al alumnado que
se inicia en el afianzamiento de la comprensión y al alumnado con dificultades en el proceso
para comprender un texto.
4.3. Estrategias
Para trabajar la comprensión lectora con el alumnado y, principalmente con los alumnos y
alumnas con problemas en el proceso de comprensión, se debe planear y programar
situaciones de aprendizaje significativas en las que se enseña y se aprende a leer. Asimismo,
también es necesario planificar ayudas o recursos adicionales por si el alumno/a con
dificultades necesita de otros apoyos y, además, se debe establecer un orden en la secuencia
de aprendizaje con el fin de activar todas las estrategias que entran en juego al interpretar
un texto (Gispert y Ribas, 2010).
La aplicación de estrategias de comprensión lectora, como afirma Valls, 1990, citado por
Solé (1992), permite seleccionar, evaluar, persistir o abandonar determinadas acciones para
llegar a conseguir la meta que nos proponemos. En el alumnado con dificultades en
comprensión, hay que prestar especial atención en el desarrollo de estas estrategias pues
normalmente no las dominan o les cuesta desarrollarlas. Estas estrategias se llevan a cabo a
lo largo de todo el proceso de lectura, es decir, antes, durante y después de leer un texto
escrito. Cabe decir que muchas de ellas no son exclusivas del antes, del durante o del
después, sino que pueden necesitarse en varias o en todas las etapas del acto de leer.
Antes de la lectura
Siguiendo a Solé (1992), antes de comenzar a leer un texto escrito, es decir, antes de la
lectura, las estrategias que se llevan a cabo para lograr una lectura comprensiva son las
relacionadas con:
Algunas de las actividades para potenciar las estrategias necesarias para lograr dichos
fines, según Gispert y Ribas (2010), serían las siguientes: buscar los propósitos o objetivos de
la lectura a través de un debate en el aula, en pequeños grupos o por parejas; enseñar y
guiar a los alumnos/as para que se fijen en los aspectos textuales (título, etc.) y los no
textuales (ilustraciones, fotografías, etc.) para determinar el tema de la lectura; animar al
alumnado a que cuente qué sabe sobre el tema y qué le gustaría saber a través de una lluvia
de ideas y, tras ella, debatir sobre los puntos más importantes para afrontar la tarea;
trabajar el léxico o conceptos específicos o nuevos o situar el texto en el contexto social,
histórico o político, apoyando el tema de la lectura en un espacio o contexto determinado lo
que puede facilitar la comprensión del texto.
Gispert y Ribas (2010) también aportan algunas técnicas específicas para fomentar las
estrategias necesarias en esta etapa:
En cuanto a las cuatro actividades cognitivas, éstas hacen referencia a las estrategias de
formular preguntas sobre las ideas principales (¿quién es?, ¿qué hace?, ¿por qué hace eso?,
etc.); realizar un resumen de las ideas principales a medida que se va leyendo, por ejemplo
por párrafos; aclarar dudas a medida que el alumno/a va leyendo y, por último, establecer
predicciones en relación a lo leído (¿qué crees que va a pasar a continuación?, ¿qué deduces
de lo último que has leído?, etc.)
Después de la lectura
El fin de la comprensión lectora es que el alumno o alumna llegue a construir una
interpretación del texto y, para ello, como recogen Gispert y Ribas (2010):
Después de la lectura, para lograr que el alumnado con dificultades amplíe y afiance sus
conocimientos a partir del texto escrito, Gispert y Ribas (2010) proponen regresar con dos
estrategias desarrolladas en la fase anterior del acto de leer:
Ampliar el mapa conceptual: una vez el alumno/a haya acabado la lectura, puede
completar el mapa conceptual que vio o se le entregó antes de la lectura, para que
establezca él/ella mismo/a los conceptos clave del texto y sus relaciones.
5. Conclusiones
Sin embargo, a partir del trabajo realizado, queda plasmado lo complejo que resulta todo
el proceso necesario para llegar a comprender de manera significativa un texto. Por ello, es
adecuado conocer lo que implica el proceso de comprensión lectora, qué variables son
necesarias y qué procedimientos llevamos a cabo a lo largo de todo el proceso, puesto que
un déficit en algún punto de todo el camino de la comprensión puede provocar que el
resultado del proceso sea inadecuado, traducido en una representación pobre y superficial
del texto. Este conocimiento sobre todo el proceso de comprensión lectora, ayuda a
determinar el problema de base que provoca la dificultad y, por tanto, a tomar las medidas
adecuadas y necesarias para solventar dicha dificultad.
Por otro lado, los sujetos que padecen una dificultad en la comprensión lectora puede ser
porque ésta esté asociada a otro trastorno (TEA, TDAH…) o porque se trata de un trastorno
específico del aprendizaje. Por tanto, las características de los individuos con problemas en
la comprensión no son comunes, y hay que atender a las características y necesidades
individuales para establecer de forma personalizada el tipo de intervención que resultará
más adecuada según el alumno o alumna.
Si bien, muchos de los métodos, recursos y estrategias recogidas en este trabajo pueden
llevarse a cabo para todo el grupo-aula, siempre hay que prestar especial atención al
desarrollo de estos aspectos de la intervención en el alumnado con dificultades en el
proceso de comprensión. Asimismo, cada alumno y alumna es diferente y, por ello, debemos
tener en cuenta las características y necesidades individuales y, adaptar la intervención y el
material al alumno/a con dificultades en concreto. En definitiva, no resulta inadecuado
trabajar algunos aspectos recogidos en el apartado de intervención en el contexto del aula
con todo el grupo, pero siempre hay que ponerle una atención especial al alumno/a con
dificultades, cuidando su desarrollo en la tarea y estando atentos de que verdaderamente
está comprendiendo.
6. Referencias bibliográficas
Anaya Nieto, D. (2014). Bases del aprendizaje y educación. Madrid: Sanz y Torres
Cuetos Vega, F. (2010). Psicología de la lectura. Las Rozas: Wolters Kluwer Educación.
García Sánchez, J. (2014). Prevención en dificultades del desarrollo y del aprendizaje. Madrid:
Pirámide.
Ramos Sánchez, José Luis. (1999). Una perspectiva cognitiva de las dificultades
lectoescritoras. Procesos, evaluación e intervención. Consultado el 24 de junio de
2016, de http://www.psicopedagogia.com/articulos/?articulo=316
Recasens, M. (2005). Actividades para mejorar como lectores. Barcelona: Ediciones CEAC.
Vieiro Iglesias, P. & Gómez Veiga, I. (2004). Psicología de la lectura. Madrid: Pearson.
Vieta i Pascual, E., Ayuso Mateos, J., y Arango López, C. (2014). Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Médica Panamericana.
7. Anexos
Anexo 1
Texto: ……………………………………………………………………………………
¿Qué es hibernar? No sé
¿…?
Texto: ……………………………………………………………………………………………………………………..