Stephen Covey Liderazgo PDF
Stephen Covey Liderazgo PDF
Stephen Covey Liderazgo PDF
Stephen Covey demostró una vez más su capacidad para cautivar la atención
del auditorio y revelar más de un secreto sobre liderazgo. Cómo vencer a través
de las personas en la Nueva Economía fue en esta oportunidad el tema de su
conferencia. El autor del bestseller Los siete hábitos de las personas altamente
efectivas abrió la charla con una recomendación para aprovechar las jornadas:
• Visión (mente)
• Disciplina (cuerpo)
• Pasión (corazón) impulso necesario para lograr la visión y ejercer la disciplina)
A partir de allí se desarrollan las relaciones con los demás, de confianza. Los
siete hábitos son los que uno es y los cuatro roles lo que uno hace, resumió
Covey.
Dentro de la esfera pública, los hábitos son ganar- ganar, comprensión mutua
(primero entender, luego ser comprendido) y crear cooperación (sinergia). Ellos
están relacionados con la interdependencia necesaria para actuar en sociedad.
Covey invitó a una persona del público a jugar una pulseada. Al participante le
dijo que era débil e iba a perder. Luego lo convenció de que ambos podían
ganar. Cambio el enfoque del voluntario: todo lo que se requiere es que al
menos una de las persona busque ganar-ganar. Para eso es necesario primero
buscar dónde está el interés de la otra parte, qué quiere el otro, qué busca, qué
necesita y después ser comprendido.
Luego de hacer una prueba con el auditorio, Covey demostró que algunas
imágenes condicionan el pensamiento. Si alguien ve la misión o la estrategia de
una manera diferente, hay que abrir la comunicación en ambas direcciones, no
hay que apoyarse en la posición de poder, remarcó. Es normal no ver el mundo
tal cual es sino como nosotros somos. La sinergia, según Covey, proviene de las
diferencias de valores, allí está la fortaleza.
La gente que es buena con el manejo de las cosas cree que es la clave para
manejar a las personas. Eso es un comportamiento autoritario. Si uno le paga a
una persona bien pero no la trata bien, perderá ese compromiso. La clave está
en reunir las cuatro necesidades de las personas con las cuatro necesidades de
las organizaciones: Vivir, Amar, Dejar un legado, aprender. A esta
superposición se la denomina comisionar: es un acuerdo en que ambas partes
ganan.
Para cerrar la conferencia Covey aconsejó pasar de las cosas a las personas. La
clave reside en trabajar en ambos niveles: No se puede trabajar en sistemas y
estructuras si no se trabaja a nivel personal ni viceversa. Hay que ir de
prácticas y reglas hacia los principios y la sabiduría. Empezar de adentro hacia
fuera. En vez de pensar en el control, pensar en la liberación. Pasar de
eficiencia a efectividad, de hacer las cosas bien a hacer las cosas correctas.
SC: Hay 50.000 escuelas, organizaciones militares, todos los niveles del
gobierno federal, estatal y local, hospitales, organizaciones del cuidado de la
salud, ONG e iglesias que hoy ya ponen en práctica estos principios. La razón
es que los principios son universales: no tiene importancia cuál sea la situación
específica. De hecho, las empresas con fines de lucro pueden aprender mucho
de los principios en el liderazgo aplicados en las ONG, ya que ellas no pueden
usar el puesto, la fuerza o el dinero para motivar. Se encuentra más o menos el
mismo número de gente que aplica los principios afuera y adentro de las
empresas.
SC: Algunos están listos, sobre todo aquellos que están en competencia global.
Si la competencia, en cambio, es local o regional, en muchos casos no están
listos. Mucha gente no hace nada hasta sentir dolor. Los gerentes que miran
hacia delante serán sabios para crear más empowerment para que cuando la
competencia mundial los alcance, ellos ya estén muy adelantados del grupo. Mi
foco está en cómo desarrollar alta confianza a través de los principios para que
la gente se vea alimentada dentro de esa creatividad.
SC: El número uno es el más difícil de aplicar porque es la base de los otros
seis. Hasta que una persona no se haga responsable de su vida, bajo presión
no aplicará ninguno de los otros seis.
Pero el que la mayor parte de la gente encuentra más difícil es el cinco: porque
quieren que se los entienda. A mí me pasa, cuando estoy muy cansado y estoy
convencido de que tengo razón, no trató demasiado de escuchar. Después
tengo que soportar las consecuencias, disculparme y volver al camino correcto.
Nadie mejor que Stephen Covey para enfrentar con bríos las presiones que
agobian a los ejecutivos de nuestros días e imprimir una nutritiva dosis de
vitalidad al liderazgo en los negocios. Los cuatro roles de un líder fue el tema
elegido por el autor de Los siete hábitos de la gente altamente efectiva para
mantener en increscendo el interés de una audiencia internacional, que siguió por
videoconferencia en vivo desde más de 40 ciudades en todo el mundo las
alternativas de la jornada, que en Buenos Aires fue organizada por el capítulo
argentino de Lecciones mundiales de liderazgo. El liderazgo es una opción, no una
posición, indicó Covey, quien también dedicó una buena parte de su exposición a
descartar algunos otros mitos vigentes como el que indica que para obtener
resultados, todo incluso las personas deben ser manejadas; o aquel que asegura
que la clave para llegar al personal es pagar y tratarlo bien.
Cambio de paradigma
Esta afirmación es sin duda un cambio de paradigma, en organizaciones
acostumbradas a no compartir la propiedad del liderazgo. Para cambiar un
paradigma, hay que cambiar los roles. De esta manera el impacto luego
desciende a las actitudes y comportamientos. El rol es como el mapa de
apreciación de responsabilidades, aseguró. El profesor señaló cuatro roles
esenciales del liderazgo:
• Modelar la conciencia
• Encontrar la ruta
• Alinear
• Facultar.
Un entretejido vital
El rol de modelación tiene lugar durante el desarrollo de los otros 3 roles y lleva a
los individuos a conocer la sinceridad del mensaje. Modelar es vivir los 7 hábitos:
tomar responsabilidad e iniciativa, tener sentido de propósito (misión), ejecución
(disciplina), respeto , entendimiento mutuo, cooperación creativa (sinergia) y
renovación, ennumeró citando su obra más conocida. Los tres primeros hábitos
apuntan a la independencia, los siguientes se refieren a la interdependencia y el
último a la dependencia. El hábito se vuelve una segunda naturaleza.
Otro rol esencial del líder es la alineación. Todas las organizaciones deben alinear
la visión, estrategia y valores para obtener los resultados deseados. Este
engranaje es la base para establecer la estructura, sistemas y procesos de la
empresa. La visión crea orden sin exigirlo porque debe ser internalizada por las
personas. Es un mito sostener que las declaraciones de misión son desarrolladas
por aquellos que saben más, los que están en la cima de la compañía, destacó el
escritor Facultar es otra de las tareas básicas del líder. Un método de Covey para
conocer en qué medida una organización está facultada es sacarla de su
procedimiento estándar y ver cómo trata entonces al cliente. En una oportunidad,
se vio atrapado en un embotellamiento cuando se dirigía al aeropuerto. Sabiendo
que, si contaba con la suerte de llegar a tiempo, no debía perder un segundo,
llamó a la aerolínea con un pedido poco usual: solicitó que le estacionaran el auto
en cuanto llegara al aeropuerto, para no tener que recorrer a pie el trayecto hasta
la entrada. El empleado que lo atendió quedó desconcertado y aseguró que no
estaba autorizado a hacer algo semejante. Tras varias consultas, la respuesta fue
que no podían satisfacer la solicitud porque la compañía se dedicaba al transporte
aéreo y no a estacionar autos. La compañía había fallado la prueba de
facultamiento.
¿Qué obstaculiza el facultamiento?
Facultar significa contar con una autonomía dirigida sobre la base de la visión y el
sistema de valores y dentro de un plan estratégico. Se da cuando no hay
burocracia que detenga a las personas, definió el orador. El rol de encontrar la
ruta no es menos importante. Hay una serie de herramientas a las que los líderes
pueden recurrir para cumplir con éxito esta tarea: el establecimiento de una
misión para el equipo y la empresa y un cuidadoso plan estratégico. A diferencia
del rol alineamiento, que está relacionado con los objetos, este rol se vincula con
las personas que componen la organización (al igual que el de modelación).
Covey describe el trabajo ideal como aquel que permite agregar valor, bucear en
el propio talento y pasión, y además es autónomo pero interconectado. No es
posible tratar de entrenar y recompensar la independencia y esperar que la gente
actúe de un modo interdependiente, concluyó.