El Proceso de Inconstitucionalidad
El Proceso de Inconstitucionalidad
El Proceso de Inconstitucionalidad
Carlos HakanssonNieto
Para aproximarnos a las líneas generales del proceso de inconstitucionalidad en el Estado peruano es necesario enmarcarlo dentro de
los modelos existentes de jurisdicción constitucional concentrada. Como sabemos, la Constitución de Checoslovaquia de 1920 fue
la primera en establecer formalmente un tribunal constitucional, pero la doctrina reconoce a la Carta austríaca como el modelo, o
molde original, del sistema de jurisdicción concentrado que fue difundido por Europa e Iberoamérica.
La función de controlar la constitucionalidad en la Carta de 1993 no solo corre a cargo de los magistrados del Poder Judicial sino
también a través de los magistrados del Tribunal Constitucional®. Los rasgos de este órgano no se diferencian mucho de los
modelos europeos, pese a que existen algunos como el modelo alemán, probablemente el más exitosoy emblemático del mundo,
que no es un tribunal especializado sino que forma parte de la judicatura.
El modelo de Tribunal Constitucional optado por la Constitución de 1993 se ubica dentro de la gama existente de jurisdicción
constitucional especializada. Al respecto, encontramos en Iberoamérica hasta cuatro tipos de órganos encargados de controlar la
constitucionalidad de las normas.
a) Los tribunales o cortes constitucionales ubicados fuera del órgano jurisdiccional ordinario (Chile, Ecuador, España,
Guatemala, Perú y Portugal).
b) Los tribunales o cortes autónomos pero ubicados dentro de la propia estructura del Poder Judicial (Bolivia y Colombia).
c) Las salas especializadas en materia constitucional pertenecientes a las propias cortes o tribunales supremos de la judicatura
(El Salvador,
Costa Rica, Nicaragua, Paraguay y Venezuela).
d) Las cortes o tribunales supremos ordinarios que realizan las funciones de Tribunal Constitucional, pero no de manera exclusiva
(Argentina, Brasil, Honduras, México, Panamá y Uruguay ).
De esta manera, luego de encontrar la ubicación del Tribunal Constitucional peruano en esta clasificación, cabe añadir que se
trata del segundo intento de establecer una institución de control concentrado de la constitucionalidad(4>. Durante los debates
constituyentes de 1993 se confirmó la necesidad de contar con este modelo, es decir, el establecimiento de un Tribunal que conociera,
entre otras competencias, un proceso que pueda declarar, con efectos erga omnes, la inconstitucionalidad y derogación de las normas
con rango de ley.
Se trató de una garantía relativamente nueva en el Derecho Constitucional peruano dedicada a la protección de la supremacía
constitucional en el ordenamiento jurídico; una institución que apareció por primera vez con la Carta de 1979 (6), y aunque sufrió
algunos cambios en lo referente a la legitimidad procesal'7^ la composición del órgano competente'^, las normas sujetas a este
control, y el quorum para emitir una sentencia(10) todavía conserva sus rasgos más característicos. Se trata de un proceso de puro
Derecho, conocido en instancia única por el Tribunal Constitucional, garantía que le dio origen a este órgano, y puede dejar sin
efecto, en todo o parte, una ley, o norma con rango de ley, que se oponga a la Constitución ya sea por la forma o por el fondo.
El Tribunal Constitucional será sensible a examinar la constitucionalidad de una ley o una norma con rango de ley si esta se ha
excedido en sus límites de forma y fondo(13). Por una parte, el límite formal gira en torno al procedimiento y la competencia del
órgano04'; por ejemplo, la observancia del requisito que exige la Constitución de la mitad más uno del número legal de
congresistas para la aprobación de las leyes orgánicas051; y, por otro lado, los límites de fondo o sustanciales cuando el Tribunal
considera que las materias en la ley o las normas con rango de ley, deban regularse sin afectar los derechos fundamentales; por
ejemplo,
Una ley no debe vaciar el contenido de uno o más derechos humanos06'
Ser contraria a los principios y valores constitucionales07'.
Con relación a la naturaleza abstracta del control, significa que tieneplena eficacia con independencia de la aplicación de la norma
a un casosconcreto, para los casos particulares existe la revisión judicial de la constitucionalidad de las leyes. De esta forma, el
llamado control de constitucionalidad abstracto se diferencia del control de constitucionalidad; concreto, conocido también como
difuso, pues todo juez es competen para aplicarlo, a diferencia del Tribunal Constitucional que es un órganoespecializado.
El proceso de inconstitucionalidad se nos presenta como el instru mentó procesal por virtud del cual determinadas personas o
instituciones señaladas por la Constitución tienen la legitimación activa para poder plantear, dentro de un plazo de prescripción, y
de acuerdo con un procedimiento establecido en el Código Procesal Constitucional, una demandante el Tribunal Constitucional
-órgano competente-, cuando determina das normas jurídicas aprobadas por concretos poderes públicos y dotado de poder
normativo se convierten en el objeto cíe control para determi nar si son o no compatibles corría Constitución, norma fundamental
que se convierte en parámetro para ese estudio y análisis que culminará conuna resolución. Luego de la tramitación procesal y con
una sentencia que resuelva de manera vinculante, y con efectos generales, el Tribunal decretará, o no, la inconstitucionalidad de las
normas cuestionadas hacia el futuro, salvo en los casos la retroactividad benigna de la norma que no e: otra cosa que la eficacia de la
sentencia en su dimensión tanto témpora como personal.
El Tribunal Constitucional señala que en este proceso también se destacan importantes funciones. La primera de ellas es la
valoración de la disposición sometida a enjuiciamiento por el órgano de control, para analizar si es o no posible armonizar el
contenido de la norma con el texto constitucional; segundo, la labor pacificadora, ya que debe ocuparse de resolver las
controversias y los efectos de su resolución; y, en tercer lugar, una labor de ordenación debido a que sus decisiones, estimatorias o
desestimatorias, tienen por finalidad una ordenación general con efecto con vinculante para los operadores del Derecho,
Desde un punto de vista sustantivo, el proceso de inconstitucionalidad se encuentra estrechamente vinculado a la acción popular
en la medida que su objeto también es asegurar el orden constitucional objetivo, además del legal; pero examinando las leyes y
las normas con rango de ley. En el caso de la acción popular, el control de los decre tos, reglamentos y demás normas
administrativas debe realizarse no solo con relación a las normas constitucionales y legales, sino también con las sentencias
del Tribunal Constitucional que, desde luego, hayan estimado o también desestimado la declaración de una ley como in-
constitucional^01. Es tan necesaria la unidad jurisprudencial en materia constitucional, que el artículo 80 del Código Procesal
Constitucional establece que: "los jueces suspenden la tramitación de los procesos de acción popular sustentados en normas
respecto de las cuales se ha planteado demanda de inconstitucionalidad ante el Tribunal, hasta que este expida su resolución
1. La legitimidad procesal
El artículo 98 del Código establece que la demanda se interpone ante el Tribunal Constitucional y so lo.-, puede ser presentada por
los órganos y sujetos indicados en el artículo'203 de la Carta de 1993. En comparación con la Constitución de 1979, la de 1993
amplió el número de sujetos legitimados para presentar estas demandas. Las instituciones capaces para interponer la acción de
inconstitucionalidad son el presidente de la República, los parlamentarios03', el fiscal de la Nación, el Defensor del Pueblo, los
ciudadanos, los colegios profesionales y los presidentesregionales. Si se trata de las leyes o del Reglamento del Congreso, el
Poder Legislativo se encuentra legitimado pasivamente. Si fuese un decreto legislativo o un decreto de urgencia, la legitimación
pasiva, corresponderá al Poder Ejecutivo; y cuando nos encontramos ante un tra tado internacional la parte demandada serán los
poderes Legislativo y Ejecutivo.'En comparación con la Constitución de 1979, la Carta de 1993 introduce algunas reformas, como la
exclusión de la Corte Suprema de la lista de legitimados para interponer un proceso de inconstitucionalidad; también disminuyó
considerablemente el número de firmas requeridas para que los ciudadanos puedan presentar una demanda ante el Tribunal
Constitucional, una atribución que han ejercido en varias ocasiones contra normas de importancia, e incluso contra la misma
Constitución.
Según la doctrina, la legitimación territorial del presidente de la República responde a la necesidad de permitir que este pueda
velar por la defensa de los intereses generales; mientras que en el caso de los presidentes de región y los alcaldes provinciales para la
defensa de su ámbito territorial. Por otra parte, el proceso de inconstitucionalidad se presen ta como una instancia donde !se puedan
hacer valer los derechos de las minorías parlamentarias (legitimación de las minorías políticas), la participación del fiscal de la
Nación y la Defensoría del Pueblo que están legitimados para defensa de los derechos fundamentales y la llamada legitimación
gremial a los colegios profesionales en materias de su especialidad. Sin embargo, en nuestra opinión, consideramos inapropiada la
incorporación de la presidencia de la República, ya que, si bien podría ser la facultad discrecional del jefe de Estado en un
parlamentarismo, se presenta como una atribución desmedida en un modelo presidencial donde el titular del ejecutivo es tanto jefe de
Estado como de gobierno.
2. La representación procesal
El artículo 99 del Código Procesal Constitucional establece que el presidente de la República requiere, para interponer una
demanda de inconstitucionalidad, del voto aprobatorio del Consejo de Ministros, que podría considerarse como una
refrendación de la decisión de iniciar un proceso en el Tribunal Constitucional. Una vez concedida la apro bación, se designa
a uno de sus ministros para que presente la demanda y lo represente durante el proceso. El ministro que fuere designado podrá
a su vez delegar la representación en un procurador público. El fiscal de la Nación y el Defensor del Pueblo también se
encuentran legitimados para interponer la acción de inconstitucionalidad y pueden actuar en el proceso mediante apoderado,
al igual que los congresistas que actúan nombrando un apoderado. El número mínimo de ciu dadanos requerido en el inciso 5
del artículo 203 de la Constitución debe actuar con patrocinio de letrado y conferir su representación a uno de los ciudadanos.
Los presidentes de región, con acuerdo del Consejo de Coordinación Regional o los alcaldes provinciales con acuerdo de su
consejo, actúan también en el proceso por sí o mediante apoderado y con patrocinio de letrado(38). Finalmente, en cuanto a los
colegios profesionales, para poder interponer la demanda necesitarán previamente de un acuerdo de su junta directiva y actuarán
con el patrocinio de abogado y confiriendo la representación a su respectivo decano. Cabe añadir que el Código Procesal
Constitucional ha suprimido la participación de la fiscalía durante el proceso.
3. El contenido de la demanda
La demanda en la que se plantee la inconstitucionalidad ha de ser interpuesta por alguno de los legitimados activamente
para ello, contra una de las normas impugnables a través de la acción de inconstitucionaliclad y en el plazo legalmente
establecido. Se interpone ante el Tribunal Constitucional y ha de contener los siguientes datos y anexos:
1. Los datos de identidad de los órganos o personas que ejercitan la acción y su domicilió legal y procesal.
2. La indicación de la norma que se impugna en forma precisa.Y aunque este artículo no lo indica expresamente, tiene que
señalarse con qué órgano emisor debe entenderse la demanda, indicando su representante y la sede o dirección, que equivale a
señalar el domicilio del demandado.
3. Los fundamentos de hecho y de derecho que la sustentan y la relaciónnumerada de los documentos que se acompañan.
3. La designación del apoderado si lo hubiere y de sus sustitutos.
4. Copia simple de la norma objeto de la demanda, precisando el día,mes y año de publicación.Luego de los requisitos
generales para determinar la legitimidad é individualización del demandante, la demanda deberá señalar la norma ónormas que
serán objeto del proceso de inconstitucionalidad.
No olvidemos la necesaria argumentación jurídica en la demanda de cómo la ley, o las normas con rango de ley, han
vulnerado la constitucionalidad del ordenamiento positivo. Se tiene que acompañar ade más, a manera de recaudos, la
certificación del acuerdo adoptado en el Consejo de Ministros cuando el actor sea el presidente del República. Una
certificación de las firmas correspondientes por el Oficial Mayor del Congreso si los actores son el 25% del número legal de
congresistas. La certificación en cada caso por el Jurado Nacional de Elecciones en los formatos que proporcione el
Tribunal, si los actores son cincomil ciudadanos o el uno por ciento de los ciudadanos del respectivo ámbito territorial.
Las respectivas certificaciones del acuerdo adoptado en el Consejo de Coordinación Regional o en el Consejo Provincial,
cuando el actor sea presidente de región o alcalde provincial, y de la junta directiva del respectivo colegio profesional. La
principal novedad en comparación con la regulación anterior es que se exige acom pañar la demanda de una copia simple de
la norma impugnada, precisando la fecha de publicación.
4. La admisión de la demanda
Esta etapa del proceso también es importante pues el Tribunal deberá examinar la admisibilidad o no de la demanda. El
Código Procesal Constitucional distingue, a diferencia de la regulación legal vigente, entre causas o causales de inadmisibilidad y
las de improcedencia de la demanda. La admisibilidad se concreta en un auto y para ello el Tribunal tiene un término máximo de
diez díassi fuese negativa deberá estar motivado debidamente en su resolución para declarar improcedente la demanda en
cualquiera de los siguientes casos:
1. Que la demanda se haya interpuesto vencido el plazo de prescripción previsto, es decir, seis años para las leyes, y normas
con rango de ley, a excepción de los tratados que tienen un plazo de prescripción de seis meses.
2. Si el Tribunal hubiere desestimado una demanda de inconstitucionali dad sustancialmente igual en cuanto al fondo.
3. Cuando el Tribunal carezca de competencia para conocer la norma impugnada.
4. Que en la demanda se hubiera omitido alguno de los requisitos previstos en el artículo 101 del Código Procesal
Constitucional. Se prevé la posibilidad de que el Tribunal considere la simple sub-sanación del requisito omitido, antes de
declarar la inadmisibilidad, concediendo un plazo no mayor a cinco días si la omisión es susceptible de ser subsanada, pero si
transcurrido el plazo no se subsana, el Tribunal,en resolución debidamente motivada e impugnable, declarará la improcedencia
de la demanda y la conclusión del proceso..
5. La calificación de la demanda
Luego -de la calificación 'puede declararse inadmisible la demanda, ya sea si es presentada con omisión de los requisitos y
recaudos exigidos, fuera del plazo previsto o, eventualmente, si el Tribunal ya hubiere resuello desestimatoriamente una demanda
igual en el fondo; estos son aspectos que constituyen causales de improcedencia de la demanda y no exactamente a una
resolución de inadmisibilidad como señala la norma, por eso se admite que el Tribunal puede disponer la subsanación de los
requisitos omitidos Por otro lado como mencionamos clara consonancia con el principio de presunción de constitucionalidad de
las leyes, en el proceso de inconstitucionalidad no existen provisiones cautelares, de modo tal que en "el supuesto de que la demanda
fuera admitida la norma impugnada no es suspendida en su vigencia ni en su aplicación, la cual no obsta para que para que ella pueda ser
inaplicada por los jueces en ejercicio del control difuso.
Admitida la demanda de inconstitucionalidad el Tunal correrá traslado al órgano emisor de la norma, ya sea el Poder Ejecutivo
Legislativola región o municipio; en ese sentido, si la norma impugnada fuera un tratado internacional, una ley o reglamento del
Congreso, será enviada al Poder Legislativo, si fuese un tratado internacional, un decreto legislativo o decreto de urgencia será
enviada al Poder Ejecutivo. Finalmente, si la norma impugnada es de carácter regional o municipal (ya sea una norma regional de
carácter general u ordenanza) se correrá traslado a los órganos respectivos. Luego de producida la notificación, corresponderá al
órgano emisor apersonarse y presentar su alegato en defensa de la norma impugnada, mediante el nombramiento de su apoderado. El
apersonamiento y el alegato se deben efectuar dentro del plazo improrrogable de treinta dias contados a partir de la fecha de notificación
de la demanda; vencido el plazo establecido sin que se cumpla con absolver el traslado de la demanda, se dará por absuelto el
trámite en rebeldía de la pane emplazada. En la misma resolución el Tribunal señalará la fecha para la vista de la causa dentro de los
diez días útiles siguientes; además, las partes pueden solicitar que sus abogados realicen sus informes oralmente'44}.
7. La vista de la causa
Una vez transcurrido el plazo para el alegato, el Tribunal señalafecha para la vista de la causa dentro de los siguientes diez días
útiles; ambasp a r t e s p u e d e n h a c e r u s o d e l d e r e c h o d e i n f o r m a c i ó n o r a l m e n t e c o m e n z a d o por el actor y
por el tiempo que le señalé el Tribunal Constitucional.Cabe destacar que él informe oral es importante para ambas partes, pues el
abogado defensor tiene la oportunidad de ofrecer a los miembros del Tribunal los argumentos y alcances interpretativos de la norma,
siempreapoyado en la doctrina, la jurisprudencia y normatividad, tanto nacional como comparada. De no ser así se da por absuelto
el trámite en rebeldía.
La vista de la causa se produce en la fecha que el Tribunal determine y dentro del plazo de los diez días siguientes de
transcurrido el término previsto para la contestación. En dicho acto, tas partes tienen el derecho de informar oralmente por el
tiempo que se les asigne a las partes. En la práctica, el Tribunal Constitucional ha sido flexible en cuanto a la duración del
informe así como con los derechos tanto de réplica como de duplica y a efectos de un efectivo ejercicio del derecho de las
partes de ser oídos por el Tribunal, un atributo del debido proceso que tiene la finalidad de brindar la mejor ilustración a los
magistrados del asunto controvertido.
La regulación del Código Procesal se ajusta a los procesos ordinarios pero recordemos que el control de constitucional es de
carácter abstracto. Se trata de un proceso objetivo para excluir del ordenamiento las normas contrarias a la Constitución; por
eso, el proceso de inconstitucionalidad debe tener algunas características, como por ejemplo, que no existe una fase
probatoria; además, los artículos III y IX del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional establecen que el juez podrá
recurrir a la jurisprudencia, a los principios generales del derecho procesal y a la doctrina.
8. La etapa resolutoria
El Tribunal expide la sentencia dentro del plazo de treinta días después de roducida4a_vistaj5_lá^usj._43ara_la_£xp.e.dicióji.de la
sentencia. Ella debe remitirse, dentro de las_cuarenta y ocho horas, siguientes a la fecharle su expedicicoTTluaiario oficial El
Pentano para su publicación. El contenido de las resoluciones debe explicarse por sí'mismo, es decir, no debe tener una redacción
muy extensa, no exagerar las citas de doctrinarias y deberá evitarse en lo posible» los votos singulares pues lo contrario puede
afectar la unidad de los magistrados del Tribunal.
La sentencia solo puede ser estimatoria o desestimatoria de la inconstitucionalidad de la norma, pero lo más frecuente suele ser que
una mismasentencia estime en parte inconstitucionalidad de la norma impugnada y en parte la desestime. E! número de votos
que el Código Procesal establece para que el Tribunal pueda declarar fundada la inconstitucionalidadde una norma es de cinco de un
total de siete magistrados. Como mencionamos, los efectos de la resolución son generales (erga omnes) a diferencia de la
inaplicación de una norma por un juez ordinario que en un caso concreto solo tiene efectos entre las partes. En apariencia
estos sistemas son como dos líneas paralelas; sin embargo, el artículo VI del Título Preliminar del Código establece que
"[l]os jueces no pueden dejar de aplicar una norma cuya constitucionalidad haya sido confirmada en un proceso de
inconstitucionalidad (...)"(471; una disposición que confirma la calidad del Tribunal Constitucional como máximo intérprete de la
Carta de 1993.
Continuando con los tipos de sentencias del Tribunal Constitucional, también descubrimos aquellas conocidas como interpretativas
de desestimación cuando el Tribunal, pi vez de derogar la norma, encuentra una interpretación que logre armonizarla con el texto
constitucional. Las "llamadas sentencias-delegación buscan en cambio que se respeten determinados principios con el fin que la
norma guarde coherencia con la Constitución. Otros tipos de sentencias son las llamadas aditivas o acumulativas, cuando el
Tribunal determina que la norma tiene un contenido deficiente que afecta la constitucionalidad, por ejemplo el derecho a la igualdad,
salvando dichas omisiones^. Las llamadas sentencias aditivas no deben utilizarse cuando sean varias las alternativas normativas viables
para completar el vacío legal, ya que de lo contrario estaría ejercitando la elección de una opción política que solo es competencia del
poder legislativo'4*'. Para concluir esta descripción, nos queda comentar las llamadas sentencias desestimatorias con verificación de
inconstitucionalidad, en la cuales el Tribunal no deroga la norma por producirse un vacío legal pero recomienda al Poder
Legislativo para que realice los cambios que solicita (5i>), advirtiendo que declarará su derogación en una siguiente oportunidad si
dichas recomendaciones no fueron tomadas en cuenta oportunamente.
Como era de esperar, los tipos de resoluciones descritos no han sen tado bien a algunas instituciones políticas, especialmente al
Congreso peruano, lo cual nos lleva a realizar una explicación en torno a la evolución del Tribunal Constitucional en un sistema
político en formación. Al respecto, podemos decir que los sistemas constitucionales clásicos, como el estadounidense, no
estuvieron exentos de estos problemas a comienzos del siglo XVIII, pues no creemos que al comienzo haya sentado bien al
Congreso Federal la revisión judicial de la constitucionalidad de las leyes surgida gracias al caso Marbury versus Madison en
1803; de hecho, se trata de una atribución que no,fue considerada expresamente por la Convención Constitucional que redactó la
histórica Cana de 1787 sino que rué el triunfo de la interpretación judicial. De igual manera, el surgimiento de los tribunales
constitucionales especializados europeos dio lugar, en la práctica, a la creación de una nueva instancia, superior, por encima de
las cortes supremas en materia de derechos humanos, un modelo de jurisdicción constitucional no exento de recelos por parte de
las judicaturas durante sus primeros años de funcionamiento.
El Tribunal Constitucional, a semejanza de un organismo vivo, se encuentra en un proceso de evolución pues a través de los años ha
pasado de ser un legislador negatiyo(52), previsto por la Carta de 1993, a uno de carácter positivo gracias a la interpretación
constitucional153'. Es una institución todavía nueva en nuestro país y busca por medio de sus resoluciones ganar espacio en un sistema
político joven, un proceso que desea consolidar por medio de sentencias interpretativas que marcan los límites a la literalidad de
los conceptos- de autonomía, de ciertas resoluciones no susceptibles de impugnación en la vía judicial, y que el Congreso es el
principal intérprete de su legislación. Sin embargo, no debemos olvidar que dichas resoluciones deben ser siempre previsoras para
la salud, armonía y estabilidad de todo el sistema jurídico y político.
Las sentencias que declaran, en todo o parte, la inconstitucionalidad de una ley dejan de tener efecto el día siguiente de su
publicación. El artículo 78 del Código Procesal Constitucional, inspirado en el artículo 39.1 de la Ley española, establece que la
sentencia que declare la ilegalidad o inconstilucionalidad de la norma impugnada, declarará igualmente la de aquellas a la que debe
extenderse por conexión o consecuencia. Las demandas de inconstitucionalidad se presentan contra el texto completode una ley o
contra algunas de sus disposiciones; pero, en cualquiera de los casos, como un efecto colateral, si la norma es declarada como in-
constitucional, puede implicar la inconstitucionalidad de otras normas.
La llamada inconstitucionalidad de normas conexas no solo se refiere a otras disposiciones que formen parte de un mismo cuerpo
jurídico (como lo establecía el citado artículo 38 de la anterior Ley Orgánica del Tribunal Constitucional), sino a cualquier otra que
exista en el ordenamiento normativo. El Código Procesal Constitucional parece validar este supuesto pues presenta una redacción
más directa y menos restrictiva sobre la inconstitucionalidad de normas conexas, en tanto establece que la sentencia que declara la
inconstitucionalidad de la norma impugnada, se pronuncia también contra las demás normas a las que deba extenderse por conexión
o consecuencia. La finalidad de esta disposición es la de despejar el ordenamiento jurídico de normas que contravengan la
supremacía constitucional, a la vez de garantizar que los efectos de la declaración de inconstitucionalidad de una o más normas sea
efectiva en su totalidad.
En el caso de las sentencias que versen sobre normas regionales o municipales, adem ás de la publicación, el Tribunal también
ordenará la publicación en el diario donde se informen los avisos judiciales de la respectiva circunscripción, pero efi aquellas donde
no existe diario que publique los avisos judiciales, lats sentencia se dará a conocer, además del diario oficial o de circulación
nacional, mediante carteles fijados en lugares públicos. Por ese motivo es importante destacar que el Tribunal tiene el deber de
difundir la parte resolutiva de las sentencias que declaren la inconstitucionalidad de una norma.
El artículo 82 del Código Procesal Constitucional establece que "[l]as sentencias del Tribunal Constitucional en los procesos de
inconstitucionalidad y las recaídas en los procesos de acción popular que queden firmes tienen autoridad de cosa juzgada, por lo
que vinculan a todos los poderes públicos y producen efectos generales desde el día siguiente a la fecha de su publicación'581.
Tienen la misma autoridad el auto que declara la prescripción de la pretensión en el caso previsto en el inciso 1) del artículo 104.
La declaración de inconstitucionalidad o ilegalidad de una norma impugnada por vicios formales no obsta para que esta sea
demandada ulteriormente por razones de fondo, siempre que se interponga dentro del plazo señalado en el presente Código".
131 artículo 81 del Código Procesal Constitucional nos dice que las sentencias fundadas recaídas en el proceso de
inconstitucionalidad dejan sin efecto las normas sobre las cuales se pronuncian. Tienen alcances generales y carecen de efectos
retroactivos. Se publican íntegramente en el diario oficial y producen efectos desde el día siguiente de su publicación. No obstante
el contenido de esta disposición, el Tribunal ha señalado la posibilidad de postergar los efectos de su decisión; la primera
oportunidad en que el Tribunal prorrogó los efectos de una resolución fue en su sentencia sobre la legislación antiterrorista<63),
declarando inconstitucional el tipopenal de traición a la patria; en ese caso, el Tribunal dispuso la postergación de los efectos de su
decisión'64*.
Uno de los motivos más importantes que se aduce para justificar la introducción de un plazo de prescripción para interponer la
demanda de inconstitucionalidad suele sustentarse en el principio de seguridad jurídica. El plazo para la interposición de una
demanda de inconstitucionalidad es de seis años, cuando se impugnen tratados internacionales el plazo será de seis meses(68). En
ambos casos, el cómputo se inicia desde el día de la publicación de la norma impugnada. Una vez culminados los plazos,
prescribe la pretensión sin perjuicio el ejercicio del control difuso por parte de la judicatura y de acuerdo con los artículos 51
y 138, segundo párrafo, de la Constitución.
Con relación al plazo de seis años consideramos que es extenso teniendo en cuenta que ambos controles, concentrado y difuso,
existen en el sistema peruano de manera dual o paralela, por lo que transcurridos los seis años todavía sería posible siempre una
revisión judicial de la constitucionalidad de las leyes. El plazo de .seis meses para los tratados internacionales tiene especial
naturaleza por tratarse de normas jurídicas que comprometen al Estado en el plano internacional, pero para ello podría existir un
control previo de la constitucionalidad de estas normas.
La existencia de normas fuera de la constitución formal que sirven como parámetros de la constitucionalidad tuvo su origen en el
Derecho Constitucional francés con el nombre de bloque de constitucionalidad. Si aplicamos esta teoría al Derecho Constitucional
peruano observaremos que la finalidad del bloque es la de convertirse en un conjunto de fuentes que sirvan precisamente para
determinar la conformidad de una norma con las disposiciones constitucionales'71*.
El contenido de este "parámetro" también ha sido determinado1 por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, la cual nos dice
que se encuentra " integrado únicamente por la Constitución, que es la Ley Suprema del Estado. No obstante, cabe ahora señalar
que, en; determinadas ocasiones, ese parámetro puede comprender a otras fuentes distintas de la Constitución y, en concreto, a
determinadas fuentes con rango de ley, siempre que esa condición sea reclamada directamente por una disposición constitucional
(v. g. la ley autoritativa en relación con el decreto legislativo). En tales casos, estas fuentes asumen la condición de "normas
sobre la producción jurídica", en un doble sentido; por un lado, como "normas sobre la forma de la producción jurídica", cuando se
les encarga la capacidad de condicionar el procedimiento de elaboración de otras fuentes que tienen su mismo rango; y, por otro,
como "normas sobre el contenido de la normación". es decir, cuando por encargo de la Constitución pueden limitar su contenido.
Tal capacidad (de fuentes formalmente no constitucionales para integrar el parámetro), es lo que en elDerecho Constitucional
comparado se ha abordado bajo la denominación de "bloque de constitucionalidad" (así, en España) o de "normas interpuestas"
(caso de Italia).
El Tribunal Constitucional ha señalado en reiterada jurisprudencia que para analizar cualquier demanda de inconstitucionalidad
se debe partir de un determinado "canon interpretativo", el cual estará integrado por las normas de la Constitución, y en tanto que
estas desarrollen su contenido, así como diversos tipos de normas. Un ejemplo lo encontramos en la sentencia Exp. N° 007-2003-
AI/TC, en la cual el Máximo Intérprete de la Constitución nos dice que "[aunque el hecho de considerar que los pedidos de
información de los regidores no representan un derecho fundamental podría, dentro de una concepción formal, llevar a
desestimar la demanda, argumentándose que estos no se encuentran expresamente previstos en la norma fundamental,
tampoco es esa la posición que asume este Colegiado. Cabe, en todo caso, agregar que, aunque el pedido de información que
aquí se discute no es una prerrogativa constitucional inmediatamente reconocida, sino, más bien, una innovación de la Ley
Orgánica de Municipalidades, no existe mayor dificultad de asumirla como mediatamente constitucional en tanto parte integrante
del bloque de constitucionalidad, confirmado por todas las normas constitucionales expedidas, sea para desarrollar los derechos
fundamentales, sea para regular sistemáticamente las instituciones u órganos de carácter constitucional, como ocurre en el
presente caso".
La jurisprudencia constitucional colombiana nos ha dado varias luces con relación a los instrumentos internacionales sobre
derechos humanos y su integración en el bloque cuando nos dice que "la irnperatividad de las normas humanitarias y su
integración en el bloque de constitucionalidad implica que el Estado colombiano debe adaptar las normas de inferior jerarquía del
orden jurídico interno a los contenidos del Derecho Internacional humanitario, con el fin de potenciar la realización material de tales
valores.
Vil. Conclusión
Al final de este trabajo podemos decir que el proceso de inconstitu-cionalidad en el Estado peruano viene teniendo una importante
aplicación y el Tribunal, con algunas decisiones algo polémicas, ha resuelto muchos casos mediante este institutq constituyendo
una acción de garantía para la defensa de la supremacía constitucional. El problema es el riesgo de una progresiva
judicialización de la política en un contexto de transición democrática. Sin embargo, como mencionamos al inicio del estudio, el
proceso de inconsütucionalidad ante el Tribunal se realiza en instancia única pero, como garantía del principio de la pluralidad de
instancia, si los sujetos capaces de interponerla sigan sintiendo que una ley, o norma con rango de ley, ha vulnerado los
derechos fundamentales reconocidos por la Carta de 1993 y los tratados internacionales sobre derechos humanos, el artículo 205
de la Constitución nos dice que luego de agotarse la jurisdicción interna puede accederse a la internacional. En otras palabras, para
este caso concreto, si el máximo intérprete de la Norma Fundamental desestimara una demanda de inconstitucionalidad, el artículo
113 del Código Procesal establece la posibilidad de recurrir a los or ganismos internacionales como son: el Comité de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, la Comisión interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos
y otros que se constituyan en el futuro y que sean aprobados por los tratados que obliguen al'Estado peruano; con lo cual, las
garantías para la protección a los derechos como límite al ejercicio del poder (finalidad de la Constitución) permanecerán
aseguradas también en el ámbito supranacional.