Romano Tema8 Jonaurys Molina
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SUPERIOR
FACULTAD DE DERECHO
TEMA 8
LA DELACION
La delación es un derecho que entra a formar parte del patrimonio de su titular y que por
tanto puede ser transmitido a otros.
La herencia se defiere por testamento o por ley. Dos son, pues, las especies de delación: la
testamentaria y la legítima, sin que haya otro modo. La herencia especialmente (a
diferencia de lo que ocurre en el derecho común, en el que se dejaron sentir las influencias
germánicas) no puede deferirse por convención: las convenciones relativas a una herencia
futura están generalmente prohibidas, como contrarias a las buenas costumbres y por
referirse a un objeto que no tiene existencia jurídica.
La delación de la herencia exige: 1.º, que la persona de cuya herencia se trata haya muerto
(hereditasviventis non datur), y 2.º, que la persona llamada a la herencia exista en el
momento de la delatación, y que sea capaz de suceder.
5.º La viuda que se vuelve a casar dentro del año del luto nada puede adquirir por
testamento, y tampoco puede ab intestato heredar de sus parientes más que hasta el tercer
grado.
6.º En cuanto a las personas jurídicas, el derecho romano concedió la capacidad de suceder
al fisco, a las comunidades, iglesias y fundaciones piadosas, pero no a las demás
corporaciones, excepto cuando lo hubiesen obtenido por privilegio especial.
No hay que confundir la incapacidad de suceder con la de recibir por testamento
(incapacitas) y la indignidad.
IN IURE CESSIOHEREDITATIS
Dentro del Derecho romano, esta figura de la usucapión a título de heredero se aplicó como
un medio para inducir al heredero voluntario a aceptar una herencia y evitar así una
situación de yacencia de la misma.
Con anterioridad habíamos comentado que una herencia yacente podía ser objeto de que
cualquier persona tomara posesión de los bienes, ya fuera de buena o de mala fe, sin
cometer 'furtum', por considerarse que se trataba de una 'hereditas sine domino'. En casos
así, bastaba cumplir un año bajo posesión para que el poseedor adquiriera la herencia con
todos los derechos y obligaciones que hubiera tenido el 'de cuius' o causante. Desde el
momento en que el heredero realizaba la adición hereditaria, la usucapión quedaba
interrumpida.
Esta figura de la 'usucapio pro herede' buscaba evitar una yacencia inconvenientemente
larga o una vacancia eventual, lo que impedía el pago de las deudas de la herencia, así
como la continuidad del culto familiar, pues no existía un plazo definido para que el
heredero pudiera aceptar la herencia.
Para el s. I d.C., la 'usucapio pro herede' fue limitada solamente a la propiedad de los
objetos singulares que se hubieran poseído y ya no a la totalidad de la herencia, por lo que
el poseedor no tiene calidad de heredero y no responde de las deudas hereditarias.
ADICION DE LA HERENCIA
EL BENEFICIO DE INVENTARIO
REPUDIACIÓN DE LA HERENCIA