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Sala de Casación Civil 2012-000568

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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. 2012-000568
 
 
Magistrado Ponente: Luís Antonio Ortíz Hernández
 
 
En la querella interdictal restitutoria por despojo de la posesión,

incoada ante el Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y

del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Carabobo, por el

ciudadano RICARDO RAFAEL LEDEZMA GUZMÁN , representado por

los ciudadanos abogados Mario Ramón Mejías Delgado, Laura Burgos De

Mejías y Mario Ramón Mejías Alvarado, contra el ciudadano JHONY

JHONSON MIJARES PEREIRA , sin representación judicial acreditada en

autos; el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil, Bancario y del

Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Carabobo, en fecha 9 de

julio de 2012, dictó sentencia interlocutoria con fuerza de definitiva,

declarando sin lugar el recurso ordinario de apelación interpuesto por el

querellante, confirmando la sentencia apelada que declaró la


inadmisibilidad de la acción, declaró inadmisible la querella interdictal

restitutoria, y no se pronunció en cuanto a las costas procesales.

Contra la antes citada sentencia, el querellante anunció recurso

extraordinario de casación, el cual fue admitido y oportunamente

formalizado.

Concluida la sustanciación del recurso extraordinario de casación y

cumplidas las demás formalidades de ley, pasa la Sala a dictar sentencia,

bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter la suscribe, en los

términos siguientes:

 
PUNTO PREVIO

 
El formalizante consignó anexo a su escrito de formalización,

constante de once (11) folios útiles, copia certificada que corre inserta a los

folios 73 al 83 de este expediente.

La Sala al respecto, observa:

No es dado a las partes durante el lapso de tramitación del recurso

extraordinario de casación, el consignar ningún tipo de pruebas ante esta

sede casacional, pues esta Suprema Jurisdicción tiene el encargo de vigilar

y corregir la aplicación del derecho, y en tal virtud, determinar si los jueces

de instancia cumplieron, en el desarrollo de su función sentenciadora, con

todos los preceptos legales al efecto, dada su condición de tribunal de

derecho, y por cuanto que, en el procedimiento establecido para la


sustanciación del recurso extraordinario de casación, no se prevé ninguna

oportunidad procesal para la promoción de pruebas, conforme a lo señalado

en el libro primero, título VIII, del Código de Procedimiento Civil, en sus

artículos 312 al 326.

Al efecto esta Sala, en su decisión N° RC-14 del 11 de febrero de

2010, expediente N° 2009-491, caso: Leyddy Chávez De González, contra

Dora Yuraima González Charmel y otros, reiterada en fallo N° RC-239 del 2

de junio de 2011, expediente N° 2010-106, caso: Oswaldo Jesús Madriz

Roberty, contra Argemery Belen Cusati Borges y otros, estableció lo

siguiente:

 
“...Ahora bien, la Sala, ejerciendo su función pedagógica
jurídica, informa a la recurrente que ante esta Máxima
Jurisdicción Civil, no resulta pertinente presentar
ninguna clase de pruebas, ya que, este Tribunal Supremo
de Justicia, por su condición de tribunal de derecho,
debe revisar y controlar la legalidad de los fallos
emitidos por los juzgados de instancia y es, sólo en casos
excepcionales tales como cuando se delatan violaciones
al debido proceso, al derecho a la defensa, entre otros y
las que constituyen infracciones a garantías
constitucionales derivadas de transgresiones a reglas
procesales, que este Alto Juzgado analiza los hechos o
las pruebas.
 
Asimismo, esta Sala de Casación Civil, observa con
extrañeza que, siendo la formalizante profesional de la
abogacía no hubiese promovido la documental en
comentario, en las oportunidades previstas legalmente
para ello.
 
Con base a los razonamientos expuestos la Sala no
procede al análisis del instrumento consignado por la
recurrente. Así se decide...”.
 
 

Es consideración a todo lo antes expuesto, esta Sala de Casación

Civil, se ve imposibilitada de entrar al análisis de los instrumentos

consignados por el recurrente, al ser un tribunal de derecho, donde no se

prevé lapso de promoción de pruebas. Así se decide.

RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY

-I-

Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia la infracción por la sentencia recurrida del

artículo 783 del Código Civil, por falta de aplicación.

Expresa el formalizante:

“...CAPITULO III
CASACIÓN POR VIOLACIÓN DE LA LEY
PREVISTA EN EL NUMERAL SEGUNDO DEL ARTÍCULO
313 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL.
Variadas razones, hacen procedente el “defecto de actividad” en la
recurrida con ocasión a la demanda incoada por mí representado,
como se destacad seguidamente:
1.- VIOLACIÓN DEL ARTÍCULO 783 DEL CÓDIGO CIVIL.
Con apoyo en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, denuncio la violación en que la recurrida
cometió el vicio de falta de aplicación del artículo 783 del Código
Civil, todo lo cual vicia de Nulidad (sic) absoluta la Sentencia (sic)
recurrida de conformidad con el artículo ya mencionado.
Ciudadanos Magistrados, en este sentido, aprecia esta defensa que la
actuación desplegada por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil,
“Mercantil y del Tránsito” de la Circunscripción Judicial del Estado
(sic) Carabobo, al confirmar la decisión del Tribunal de la Primera
Instancia, revalidó una incuestionable subversión del procedimiento
pautado en el Código de Procedimiento Civil, para la correcta
aplicación y ejercicio del derecho; lo que trajo como consecuencia la
violación al debido proceso y el derecho a la defensa de la parte
demandante en este proceso, ya que al declarar inadmisible la
pretensión, deja a mi poderdante en estado de indefensión, frente a
las violaciones constitucionales y legales denunciadas, estima esta
representación legal en el caso de autos la sentencia accionada,
dictada en la alzada, al no advertir y subsanar la lesión constitucional
denunciada, vulneró el derecho a la defensa y al debido proceso de la
parte actora, de conformidad con lo previsto en el artículo 49.1 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, razón por la
cual le solicito muy respetuosamente a esta Sala de Casación Civil,
en nombre de mi poderdante, RICARDO RAFAEL LEDEZMA
GUZMÁN, tenga a bien declara (sic) la nulidad de la sentencia
dictada en fecha 09 (sic) de junio del año 2012, por el tribunal
Superior Segundo (…) en virtud de que la Sentencia (sic) de la
primera instancia, fue dictada en flagrante violación al artículo 783
del Código Civil, violando de esta forma los derechos Legales (sic)
Constitucionales establecidos a favor de mi poderdante como lo son,
derecho a la defensa y al debido proceso, situación esta que al ser
omitida por el tribunal de la cusa hacen nula la sentencia de la
primera instancia y así le solicito a esta Sala lo declare.
Por tal motivo le solicito muy respetuosamente a esta Sala considera
(sic) procedente la denuncia formulada… “En aplicación a la
Doctrina y Jurisprudencia de este alto Tribunal (Sentencia de fecha 7
de marzo de 2002, Caso: CARPINTERÍA TAR C.A. C-Raiza
Leonor Espinoza Guadarrama).
Como se observa, ciudadanos Magistrados, la decisión del Juez (sic)
de la Primera Instancia declaró inadmisible la pretensión presentada
por mi poderdante. Afecta gravemente a la parte demandante.
Se violarían normas fundamentales de nuestro texto constitucional,
tales como el debido proceso y el derecho a la defensa que serían
restituibles por esta sala, (sic) pero usted puede ciudadano
Magistrados (sic) legítimamente subsanar ese vicio para bien de la
justicia y de las instituciones responsables de su obligación, al
revocar la sentencia recurrida e inscrita a los folios 46 al 52 del
presente expediente, la cual fue dictada en franca violación al
artículo 783 del Código Civil, proceder con el cual también cometió
el vicio de violación de ley, en consecuencia, lo establecido en el
artículo 783 jusdem, (sic) todo lo cual vicia de nulidad absoluta la
Sentencia (sic) recurrida, de conformidad con el artículo ya
mencionados, (sic) y así solicito que esta honorable Sala Civil (sic)
del Tribunal Supremo de Justicia lo declare.” (Destacados del
formalizante).-
 

        La Sala para decidir, observa:

        De la denuncia antes transcrita se desprende, que el formalizante

pretende imputarle a la sentencia recurrida la infracción del artículo 783 del

Código Civil, por falta de aplicación, señalando que se le violó el debido

proceso y el derecho a la defensa con la inadmisibilidad de la acción

decretada.

        En tal sentido cabe señalar que la sentencia de alzada, expresa lo

siguiente:

“…I
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Conoce este Tribunal Superior del recurso de apelación
interpuesto por la parte querellante, ciudadano
RICARDO RAFAEL LEDEZMA GUZMÁN, en contra de
la decisión dictada en fecha 20 de marzo de 2012, por el
Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial
del Estado Carabobo, mediante el cual se declara
inadmisible la acción propuesta.
El Tribunal de Primera Instancia dicta decisión, bajo el
siguiente argumento:
“…En el presente caso se evidencia que el Juez no
debe limitarse a una mera presunción, sino, que
debe en todo caso constatar la posesión legítima y
la ocurrencia del despojo, y como quiera que el
actor en el presente caso no consignó prueba
fehaciente que acredite que efectivamente era
poseedor del bien inmueble toda vez que se dice
propietario, no obstante no acreditó documento que
así lo faculte, aunado a que los testigos evacuados
han sido tramitado por ante una instancia en la
cual no hubo contradictorio contra su oponente;
asimismo se detalla que la querella interdictal está
dirigida contra el ciudadano Jhony Mijares y el
presunto abogado Williams Sandoval y Ligia, no
obstante, señala que los ocupantes son dos jóvenes
aproximadamente de 25 y 27 años, por lo que existe
una incoherencia entre quienes sustituyen la
presunta ocupación legitima del actor, quienes
presuntamente desposeyeron y quienes están
demandados, sumado a que uno de los
demandados , no está suficientemente identificada
lo que imposibilita su tramitación.
Esta evidente contradicción continuó al momento de
la solicitud de citación para lo cual indicó como
único demandado al ciudadano Jhony Mijares y
omitir al resto de los codemandados.
No habiendo acreditado suficientemente la posesión
legitima, así como los despojo, se declara conforme
a lo previsto en el Código de Procedimiento Civil,
así como de las citadas jurisprudencias del
Tribunal Supremo de Justicia, INADMISIBLE LA
ACCIÓN PROPUESTA POR NO HABER
ENCONTRADO QUIEN Juzga pruebas fehacientes
de la desposesión legitima invocada. Así se
decide.”-
Los interdictos posesorios, como es de amplio
conocimiento en el foro, se encuentran regulados por la
normativa contenida tanto en el Código Civil como en el
Código de Procedimiento Civil y constituyen el medio de
protección al poseedor de un bien o derecho, frente a
quien pretenda despojarlo o perturbarlo, según sea el
caso, de su derecho a poseer.
En el caso de los interdictos restitutorios, se deben
cumplir ciertos requisitos esenciales establecidos en
nuestro ordenamiento jurídico, los cuales deben ser
valorados a objeto de dar una efectiva respuesta
jurisdiccional, en efecto los artículos 783 del Código
Civil y 699 del Código de Procedimiento Civil,
determinan una serie de presupuestos de carácter tanto
procesal como sustancial, que van a incidir directamente
sobre la admisibilidad de la acción y consecuencialmente
de la pretensión deducida.
En este sentido el artículo 783 de la ley sustantiva civil,
prevé:
“Quien haya sido despojado de la posesión,
cualquiera que ella sea, de una cosa mueble o
inmueble, puede, dentro del año del despojo, pedir
contra el autor de él, aunque fuere el propietario,
que se le restituya en la posesión.”
De una correcta interpretación a ésta norma se deducen
los siguientes elementos que el juez debe verificar para
determinar la procedencia o no, de éste tipo de querellas,
como lo son:
1) Que quien intenta la acción detente la posesión de la
cosa litigiosa; sin importar la clase de posesión,
inclusive la mera tenencia o la posesión precaria.
2) Que el objeto del despojo sea una cosa mueble
singular o una cosa inmueble.
3) El hecho o la ocurrencia del despojo; y que
efectivamente provenga por causas imputables a la
querellada.
4) Que el querellante haya sido despojado en ejercicio
del ius possessionis.
5) Que el querellante interponga la acción dentro del año
en que ha ocurrido el despojo.
6) Y que la acción procede contra cualquiera que sea el
autor del despojo, aun cuando fuera intentada contra el
propietario de la cosa litigiosa.
 
Por su parte, el artículo 699 del Código de
Procedimiento Civil, dispone:
 
“En el caso del artículo 783 del Código Civil el
interesado demostrará al Juez la ocurrencia del
despojo, y encontrando éste suficiente la prueba o
pruebas promovidas, exigirá al querellante la
constitución de una garantía cuyo monto fijará,
para responder de los daños y perjuicios que pueda
causar su solicitud en caso de ser declarada sin
lugar, y decretará la restitución de la posesión,
dictando y practicando todas las medidas y
diligencias que aseguren el cumplimiento de su
decreto, utilizando la fuerza pública si ello fuere
necesario. El Juez será subsidiariamente
responsable de la insuficiencia de la garantía…”
Sobre la norma trascrita, la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia en sentencia Nº RC-0947
de fecha 24 de agosto de 2004, Expediente Nº 03-0582,
señaló lo que sigue, a saber:
“…en este tipo de procesos el querellante debe
demostrar la posesión y la ocurrencia del despojo
para la iniciación del juicio, sin lo cual la solicitud
debe declararse inadmisible…”
Así entonces, correspondía a la parte querellante
demostrar que era el poseedor o detentador de la cosa
litigiosa para el momento en que ocurrió el alegado
despojo y asimismo debe demostrar la ocurrencia del
despojo.
La parte accionante, produjo al momento de introducir la
querella (folio 6) copia fotostática simple de un
instrumento privado marcado “A”, a la cual no se le
conceder valor probatorio alguno, por no ser ninguna de
aquellas copia fotostáticas a que hace referencia el
artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, en este
sentido la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo
de Justicia, en sentencia Nº RC-0259 de fecha 19 de
mayo de 2005, Expediente Nº 03-0721, dispuso:
“Para la Sala, las copias fotostáticas que se
tendrán como fidedignas, son las fotostáticas y
obtenidas por cualquier otro medio mecánico, de
documentos públicos y de los privados reconocidos
o autenticados, como textualmente expresa el
trascrito artículo 429. Si se exhibe una copia
fotostática de un documento privado simple –como
es el caso de autos- ésta carecerá de valor según lo
expresado por el artículo 429, que sólo prevé las
copias fotostáticas o semejantes de documentos
privados reconocidos o autenticados”
Produjo igualmente, justificativo de testigos evacuado
ante la Notaría Pública Segunda de Valencia, en fecha 27
de febrero de 2012, rindiendo declaración los ciudadanos
Manuel Alberto Otaiza Mejías y Wilmer Enrique
Martínez Cabrera, quienes a pesar de afirmar que el
querellante es poseedor del apartamento, señalaron tener
conocimiento que el apartamento fue invadido por los
ciudadanos JHONY JHONSON MIJARES PEREIRA y
sus abogados WILLIAMS JAVIER SANDOVAL
RAMÍREZ y LIGIA. No obstante, el querellante en su
libelo señala que “toque fuertemente la puerta cuando
salieron dos jóvenes de aproximadamente de 25 y 27
años y me informaron que se encontraban en mi
apartamento por ordenes del ciudadano JHONY
JHONSON MIJARES PEREIRA” quedando de relieve
que la declaración de los testigos no se compagina con
los hechos narrados por el querellante, toda vez que los
testigos afirman que el apartamento fue invadido por los
ciudadanos JHONY JHONSON MIJARES PEREIRA y
sus abogados WILLIAMS JAVIER SANDOVAL
RAMÍREZ y LIGIA y el querellante alega que dos
jóvenes de aproximadamente de 25 y 27 años y le
informaron que se encontraban en el apartamento por
ordenes del ciudadano JHONY JHONSON MIJARES
PEREIRA, resultando concluyente que con esta prueba
no se logra demostrar el despojo alegado.
En la oportunidad de presentar informes en esta alzada
produjo copia certificada de la sentencia dictada por el
Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil,
Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial
del Estado Carabobo, en fecha 21 de junio de 2011 donde
se declara inadmisible la acción de amparo
constitucional interpuesta por el ciudadano RICARDO
RAFAEL LEDEZMA GUZMÁN contra el ciudadano
JHONY JHONSON MIJARES PEREIRA y también
acompañó copia certificada del acta levantada el 20 de
octubre de 2010 por el Juzgado Segundo Ejecutor de
Medidas de los Municipios Valencia, Libertador, Los
Guayos, Naguanagua, San Diego y Carlos Arvelo de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, pruebas
que en modo alguno demuestran la posesión y menos aún
el despojo, razones suficientes para concluir que el
interdicto restitutorio debe ser declarado inadmisible
como acertadamente lo resolvió el a quo por cuanto el
accionante no logra demostrar in limine litis el despojo
alegado, Y ASÍ SE DECIDE. (Destacados de la decisión
transcrita).-
 

        De la sentencia antes transcrita se desprende, que el juez de alzada

confirmó la decisión de primera instancia, que declaró inadmisible la

presente querella interdictal restitutoria, al considerar que no están

cumplidos los supuestos de ley para la admisión de la querella, en

conformidad con lo estatuido en los artículos 783 del Código Civil y 699

del Código de Procedimiento Civil.

        Ahora bien, los señalados artículos disponen lo siguiente:


 
“Artículo 783: Quien haya sido despojado de la posesión, cualquiera
que ella sea, de una cosa mueble o inmueble, puede, dentro del año del
despojo, pedir contra el autor de él, aunque fuera el propietario, que se
le restituya en la posesión.”
 
“Artículo 699: En el caso del artículo 783 del Código Civil, el
interesado demostrará al juez la ocurrencia del despojo, y
encontrando éste suficiente la prueba o pruebas promovidas, exigirá
al querellante la constitución de una garantía cuyo monto fijará, para
responder de los daños y perjuicios que pueda causar su solicitud en
caso de ser declarada sin lugar, y decretará la restitución de la
posesión, dictando y practicando todas las medidas y diligencias que
aseguren el cumplimiento de su decreto, utilizando la fuerza pública si
ella fuera necesario (...). Si el querellante manifestare no estar dispuesto
a constituir la garantía, el Juez solamente decretará el secuestro de la
cosa o derecho objeto de la posesión.” (Negrillas de la Sala).
 

        De acuerdo con las normas citadas, los requisitos de admisibilidad de

la querella interdictal restitutoria son cuatro:

        1) Ser poseedor de la cosa mueble o inmueble;

        2) Que haya ocurrido el despojo en el ejercicio de ese derecho;

        3) Que el querellante interponga la querella dentro del año en que ha

ocurrido el despojo; y,

        4) Que presente al juez las pruebas que demuestren in limine litis la

ocurrencia del despojo, aun cuando la acción fuera intentada contra el

propietario de la cosa.

        Al respecto la doctrina de esta Sala señala, que “...en los interdictos

de restitución, no interesa probar la legitimidad de la posesión (...) sino

que es necesario y suficiente para el querellante, el haber ejercido la


posesión, cualquiera que ella sea, en el momento del despojo, y el despojo

mismo...”. (Sentencia del 3-4-62, G.F. 47 p. 436).

        De igual forma esta Sala estableció que “...de acuerdo con el artículo

699 del Código de Procedimiento Civil, una vez que el querellante haya

demostrado la ocurrencia del despojo, el juez ordenará el secuestro del

inmueble objeto de la pretensión, en caso de que el actor no estuviera

dispuesto a constituir la garantía a la cual está obligado para responder de

los daños y perjuicios que pudiera causar su solicitud. El decreto de la

referida medida lo dictará el juez una que vez haya encontrado suficiente

la prueba o las pruebas promovidas a tal efecto , en el mismo cuaderno

donde se sustancia la causa principal; la decisión que se dicte al respecto,

adquiere la naturaleza de una sentencia interlocutoria...”. (Decisión del 1º

del diciembre de 2003, caso: Jesús Enrique Merchán c/ Inmobiliaria Correa

C.A.).

        De conformidad con la doctrina de esta Sala antes citada, el

querellante debe demostrarle al juez de primera instancia la ocurrencia

del despojo, para que luego de encontrar suficiente la prueba o las

pruebas promovidas in limine litis, éste ordene la restitución provisional

de la posesión o el secuestro del inmueble. Además, debe demostrar que en

efecto tenía la posesión de la cosa para el momento en que ocurrieron los

hechos señalados en la querella, la cual deberá interponer dentro del año

siguiente de ocurrir tales hechos. (Cfr. Fallo de esta Sala N° RC-947, del

24 de agosto de 2000. Exp. N° 2003-582, en la querella interdictal


restitutoria, incoada por Carmen Solaida Peña Aguilar y otros, contra

María Elisa Hidalgo; Sentencia N° RC-512, del 15 de noviembre de 2010.

Exp. N° 2010-391, en la querella interdictal restitutoria y daños y

perjuicios, incoado por Marcos Rafael Ávila Bello y otros, contra

Francesco Pugliese Pingetore y otros; y Decisión N° RC-662, del 5 de

diciembre de 2011. Exp. N° 2008-545, en la querella interdictal restitutoria

por despojo de la posesión, incoada por Inversiones Hernández Borges,

C.A. (INHERBORCA), contra Promotora 204, C.A., y otros).-

        En este caso, la alzada estableció que no estaban llenos los extremos

exigidos por el legislador, antes citados, para la admisión de la querella,

dado que el querellante no probó la posesión del inmueble, ni el despojo del

mismo, al evidenciar discrepancia entre lo expuesto por los dos testigos

promovidos por el querellante y lo señalado en el libelo de la querella,

aunado a la imprecisión del libelo, y en consecuencia, consideró que no

estaban cumplidos los extremos de ley exigidos por los artículos 783 del

Código Civil y 699 del Código de Procedimiento Civil.

        Al respecto, esta Sala observa su doctrina, reflejada en fallo N° RC-

515 del 16 de noviembre de 2010. Exp. N° 2010-221, en la querella

interdictal restitutoria por despojo de la posesión, incoada por Guillermo

Segundo Castro Barrios, contra Francisco Antonio González Ruíz, con

ponencia del mismo Magistrado que suscribe el presente fallo, que dispuso

lo siguiente:
“…Ahora bien, esta Sala en su función pedagógica, considera
necesario en este caso, hacer las siguientes consideraciones con
respecto a la función jurisdiccional al momento de dictar
sentencia, en los juicios interdictales posesorios, para que sirva
de orientación a todos los jueces de la República, en torno al
análisis y valoración de los hechos y de las pruebas, en este
tipo de acciones que juzgan sobre una especifica situación de
hecho, y al respecto se observa:

En este tipo de acciones posesorias se hace necesario por parte


del juez la diferenciación entre la posesión y la propiedad, dado
que, la cosa que se vincula a su tenedor puede ser por una razón
de derecho o por una razón de hecho; la relación de derecho es
el vínculo que ata la cosa del hombre, llamándolo propietario;
pero el goce material de la cosa, la circunstancia de tenerla, de
materializarla en manos o en acción, es lo que se llama
posesión.

Conviene en estos casos de acciones como la intentada


establecer esa línea divisoria para no dar lugar a errores en la
tramitación del proceso, apreciación probatoria y decisión
definitiva.

Son relaciones de hecho las que surgen por razón de la cosa


en materia posesoria y no relaciones de derecho que llevan lo
petitorio, donde la prueba por excelencia de estos hechos la
constituyen las deposiciones judiciales o declaraciones de
testigos , al ser estos –los testigos- los únicos que pueden
aportar al juicio sus testimonios para dejar constancia de los
hechos que presenciaron, por ser la posesión un hecho jurídico
que se manifiesta o exterioriza a través de actos materiales y
concretos, dado que, no puede probarse con título alguno, así
sea el de propiedad, la posesión actual sobre la cosa, que por
traducirse en la práctica en la tenencia material del objeto, su
prueba no puede dimanar directamente de una fuente
instrumental .

Así se hace por mandamiento mismo de la ley considerar


independientemente la materia posesoria de la materia petitoria,
la posesión como un hecho, materializado en un goce de la
cosa, que pudiera estar vinculada a su propiedad, pudiéndose
confundir la cualidad de propietario con la de poseedor, pero
no necesariamente el propietario puede o debe estar en
posesión de la cosa, porque siendo propietario se puede dar el
caso, que nunca haya estado en posesión del bien inmueble
del cual es el dueño .
De ahí que en materia posesoria no puede conocerse sino de
los hechos, de lo posesorio y nada más , evitando en todo lo
posible el más mínimo roce con respecto a la vinculación de la
cosa y el propietario del bien.

Al respecto esta Sala en fallo de reciente data señaló lo


siguiente:

“...La prueba idónea para la comprobación de los hechos que


configuran la posesión legítima y la perturbación, es la
testimonial, pues tales circunstancias además de ser alegadas
deben ser plenamente demostradas, tan es así, que ha sido
criterio reiterado por la jurisprudencia de la extinta Corte
Suprema de Justicia, hoy este Tribunal Supremo de Justicia que,
en materia de interdictos, la prueba documental sólo tiene un
carácter secundario a los únicos efectos de colorear la
posesión acreditada testimonialmente, por ser la posesión un
hecho jurídico que se manifiesta o exterioriza a través de
actos materiales y concretos.

Al respecto, la Sala observa que ciertamente la posesión


legítima por más de un año sobre el bien objeto de la acción,
así como la demostración de la ocurrencia de la perturbación,
que el actor haya ejercido contra el mencionado bien,
constituyen presupuestos procesales necesarios para que
prospere la acción interdictal de amparo por perturbación, y que
si bien, no existe límite alguno en cuanto a los medios de
prueba para demostrar tanto el hecho posesorio como la
perturbación, es bien conocido por el foro que el medio de
prueba por excelencia en estos casos es la prueba testifical...”
(Cfr. Fallo de esta Sala N° RC-095 del 26 de febrero de 2009,
expediente N° 2008-366, caso: Amalia Clemencia Cordido
Santana contra Andrés Von Fedak). (Destacado de la Sala).

De igual forma, esta Sala se ha pronunciado señalando lo


siguiente:

“...En este sentido, observa la Sala, que el recurrente alega, que


el Juzgador (sic) de Alzada (sic) le negó aplicación y vigencia
al artículo 780 ejusdem, al desecharle tanto el documento
autenticado de compra y venta, como el Título (sic) Supletorio,
(sic) por considerar que no se estaba en presencia de una
discusión de propiedad sino de posesión.

Ahora bien, se evidencia de la transcripción parcial de la


recurrida (folios 716, 717), que el Superior efectivamente,
desecha por una parte el instrumento autenticado por ante la
Notaria Cuarta de Barquisimeto, de fecha 21 de abril de 2004
que contiene la compra-venta que realizó la Ciudadana Rosalía
Hurtado de Yustiz, sobre un inmueble a la ciudadana Adenai
Villamizar Sierra identificada en autos como hermana de la
querellada, considerando acertadamente que en el presente
juicio interdictal lo que se discute es la posesión más no la
propiedad .

En este orden de ideas, es criterio de esta Sala, que este tipo


de título no son suficientes para comprobar la posesión, ni
aún cuando acuse adquisición directa de la propiedad, por
tratarse de una cuestión de hecho; ayuda a demostrar la
posesión solamente si se adminicula eficazmente con otros
elementos de hechos que lo comprueben. Por cuanto la Ley
protege con el interdicto al poseedor, sea o no propietario,
pues no es la propiedad la que determina su procedencia, pues
la posesión es un hecho y no se comprueba con deducciones.
(Véase expediente N° 90-183, del 25 de julio de 1991)...”. (Cfr.
Fallo de esta Sala N° RC-324 del 9 de junio de 2009,
expediente N° 2008-524, caso: Armando José Wohnsiedler
Rivero Contra Noemi y Adenai Villamizar Sierra). (Destacado de
la Sala).

Y en este sentido considera la Sala que, el título de propiedad


ayuda a colorear la posesión sólo si existen otros elementos de
hecho que la comprueban; es decir, se pueden consultar títulos,
pero sólo para caracterizar los hechos de posesión sobre la cual
debe pronunciarse una decisión. (Cfr. Fallo N° 712-71 G.F. N°
74, 2da Etapa, Pág. 432) , y serviría para colorear un acto que
toca el animus dominis de la posesión , alegado por el
querellante, de manera que, el efecto ad colarandum
possessionis del título de propiedad del querellante poca
importancia, si no ninguna, tiene en los interdictos posesorios,
(Cfr. Código de Procedimiento Civil, Tomo V, Ricardo
Henríquez La Roche, Caracas, 2000, editorial Centro de
Estudios Jurídicos del Zulia, Pág. 263), dado que el animus
domini no forma parte de la carga probatoria del querellante, si
éste ha probado ser poseedor actual, en conformidad con lo
estatuido en el artículo 773 del Código Civil, que informa que:
“se presume siempre que una persona posee por sí misma y a
título de propiedad, cuando no se pruebe que ha empezado a
poseer a nombre de otra”.

De igual forma, esta Sala en sentencia de fecha 3 de junio de


1959, ha establecido que la Casación tiene decidido que el
título sólo no es suficiente para comprobar la posesión ni aun
cuando acuse adquisición directa de la propiedad, por tratarse
de una cuestión de hecho . El título ayuda a colorear la
posesión, si se lo adminicula eficazmente con otros elementos
de hecho que lo comprueben, pero no se pueden consultar
títulos sino para caracterizar los hechos sobre los cuales debe
pronunciarse una decisión. Tan es así, que todos los artículos
del Código Civil referentes a la posesión, destacan el hecho de
la posesión como fundamental y aún el 780 que dice: “que la
posesión actual no hace presumir la anterior, salvo que el
poseedor tenga título”, reafirma este valor que le da el
interdicto al poseedor, sea o no propietario, pues no es la
propiedad que determina su procedencia, sino el ejercicio de los
actos de dueño.

No basta ser propietario y comprobar con el título la posesión


intencional, sino que hay que probar los hechos, pues la
posesión es un hecho y no se comprueba con deducciones” .
(Cfr. Fallo del 25 de julio de 1991, de esta Sala de Casación
Civil). Lo que no puede probarse con título alguno, así sea el
de propiedad, es la posesión actual sobre la cosa, que por
traducirse en la práctica en la tenencia material del objeto, su
prueba no puede dimanar directamente de una fuente
instrumental . (Cfr. Fallo N° 100 del 29 de noviembre de 1.971
de esta Sala).

De igual forma, las sentencias dictadas en los juicios


interdictales causan cosa juzgada en cuanto a la posesión, dado
que el objeto juzgado es el derecho a la protección posesoria
(ius possessionis) que deviene de la posesión misma, cuando se
cumplen las condiciones de las normas de juicio del Código
Civil. Por consiguiente, nada obsta para que el despojador, que
pretendió hacerse justicia por propia mano y quitarle la cosa al
querellante, intente, luego de haber sucumbido en el juicio
interdictal, una acción tendiente a la reivindicación o
restitución de la cosa, a la cual tiene derecho por propietario o
tener cualquier otro derecho real sobre la cosa. (Cfr. Código de
Procedimiento Civil, Tomo V, Ricardo Henríquez La Roche,
Caracas, 2000, editorial Centro de Estudios Jurídicos del
Zulia, Pág. 283).

El juez puede y debe, en consecuencia conocer de los títulos


instrumentales non ut de propietate pronuncietur sed ut de
possessione bene judicetur. (Cfr. Fallo de esta Sala del 25 de
julio de 1991, caso: Demetrio López Suárez contra Norberto
José Villalobos, expediente N° 90-183).

A su vez, la Sala Civil de la extinta Corte Federal y de


Casación en su fallo del 17 de febrero de 1.928, tomado del
Código Civil comentado del Dr. Arquímedes E. González F.,
Tomo I, primera edición, pagina 553, dispuso:

“...Aparentemente, según esta definición, se estaría asimilando la posesión a


la tenencia pero, la Casación ha observado que, “la definición que da nuestra
ley positiva -artículo 771 CC.- se ve que la tenencia misma a que se refiere
reviste los caracteres de un hecho sui generis un hecho que sólo da
nacimiento a determinados derechos, un hecho que por su propia virtud tiene
una secuela de consecuencias y al cual la ley concede acciones especificadas
que lo salvaguardan. Por otra parte, no consiste la posesión en la mera
tenencia...”. -(1) Sentencia del 17-02-28 M., 1929, Página 199- (Destacados
del fallo transcrito).-
 

        En este caso, el denunciante a través del recurso extraordinario de

casación por infracción de ley, subsume la conducta del juez en el vicio de

falta de aplicación de una norma jurídica, en concreto del artículo 783 del

Código Civil, el cual ocurre cuando el juez deja de aplicar una norma

jurídica vigente, que resulta idónea para resolver el asunto sometido a su

consideración.

        Respecto a esta infracción legal, la Sala mediante sentencia N° RC-12

de fecha 9 de febrero de 2010, expediente N° 2009-427, caso: María Teresa

Pineda León contra David Pineda Belloso y otros, estableció el siguiente

criterio:

“…de manera reiterada la doctrina de casación ha sostenido que, la


falta de aplicación de una norma que esté vigente, tiene lugar cuando
el juzgador se niega a aplicar la norma a una relación jurídica que
está bajo su alcance…”.

Asimismo, esta Sala, en sentencia Nº 494, de fecha 21 de julio de


2008, caso: Ana Faustina Arteaga y otras, contra Modesta Reyes y
otra, respecto al señalado vicio, estableció lo siguiente:

“…Si la denuncia está referida a la falta de aplicación de una norma


jurídica, es porque ésta, aún cuando regula un determinado supuesto
de hecho, niega su aplicación o subsunción en el derecho, bien por
considerarla inexistente, o por desconocimiento de su contenido, o
porque se presume que no se encontraba vigente, aún cuando ella
estuviese promulgada. Esta omisión conduce a la violación directa
de la norma, pues, bajo este supuesto, la situación sometida a
conocimiento, ha debido ser decidida de conformidad con el
precepto legal que efectivamente planteaba la solución y que el juez
no aplicó.

Asimismo, es importante señalar, que mediante el desarrollo


jurisprudencial, el supuesto de falta de aplicación, se ha extendido a
aquellos casos en los cuales el juez no aplica una norma jurídica que
el recurrente considere como determinante en la resolución de la
controversia y más favorable a sus intereses, lo que también puede
dar lugar a una sentencia injusta y en consecuencia, susceptible de
nulidad.”.
 

        De igual forma, esta Sala en su sentencia N° RC-666 de fecha 20 de

octubre de 2008, expediente N° 2006-755, dispuso lo siguiente:

“…La falta de aplicación de una norma jurídica ocurre cuando el


juez le niega aplicación y vigencia a una disposición legal que sí lo
está, es decir, cuando conociendo la existencia de la norma que
resolvería la controversia, niega ex profeso su aplicación al caso
concreto.

Ahora bien, el formalizante alega la infracción en la recurrida de los


artículos 429 y 509 del Código de Procedimiento Civil, y de los
artículos 1.359 y 1.360 del Código Civil, todos por falta de
aplicación, no obstante, para que se configure el vicio es requisito
sine qua nom, que el juez no haya aplicado la referida norma al
caso en concreto, y de la lectura de la denuncia y la sentencia
recurrida se constató que el juzgador de alzada aplicó los artículos
denunciados…”. (Destacados de la Sala).-
 

        Por su parte en sentencia N° RC-680 de fecha 10 de agosto de 2007,

expediente N° 2007-069, dispuso:

 
“…Ahora bien, se evidencia de la trascripción de la recurrida, que
la misma aplicó la norma impugnada, pues el ad quem analizó lo
alegado por la tercera opositora respecto a la aceptación tácita de
oposición interpuesta por ésta, y señaló las razones por las cuales
consideró que el a quo declaró sin lugar la oposición, y además
indicó que aún cuando no se presente oposición a la pretensión del
tercero, es al Juez en virtud del principio de iura novit curia a quien
corresponde determinar si se cumplen los extremos de ley para
declarar procedente o no la oposición del embargo ejecutivo.

Por tanto, si lo que pretendía el formalizante era atacar un posible


error de interpretación o delatar la falsa aplicación del artículo en
referencia por parte de la Alzada, debió ajustar su fundamentación
en ese sentido, y no pretender demostrar la falta de aplicación de
una norma, que del texto de la recurrida resalta su aplicación, por
parte del Juez.” (Destacados de la Sala).-
        En este caso, como se evidencia de la trascripción hecha de la

sentencia recurrida, el tribunal de alzada  aplicó la norma delatada como

infringida por falta de aplicación, para determinar que la pretensión del

querellante era inadmisible, en conformidad con lo previsto en el artículo

783 del Código Civil, lo que conlleva a determinar que efectivamente el

juez de alzada aplicó, para resolver la controversia, la norma denunciada

como infringida por falta de aplicación.

        Por tanto, si lo pretendido por el formalizante era atacar un posible

error de interpretación o falsa aplicación del artículo en referencia por parte

del juzgador de la recurrida, debió fundamentar su delación en ese sentido,

y no pretender demostrar la falta de aplicación de una norma, que del texto

mismo de la sentencia recurrida se evidencia que fue aplicada de forma

correcta, en conformidad con la doctrina y jurisprudencia de esta Sala.

        Todo lo antes señalado es suficiente para declarar la improcedencia de

esta denuncia en cuanto a este aspecto.


        Ahora bien, no escapa a la vista de la Sala, que el formalizante

confunde lo que constituye un vicio de actividad con los vicios de

infracción de ley en la casación venezolana, y señala en su denuncia, por

demás muy limitada en su fundamentación e imprecisa, que se violó a su

representado el debido proceso y derecho a la defensa con la

inadmisibilidad declarada, así como, que en su delación ataca la sentencia

dictada por el tribunal de primera instancia.

        A este respecto, la Sala ejerciendo su función pedagógica jurídica,

aclara al formalizante que solo por constituir materia de orden público todo

lo relacionado al debido proceso y derecho a la defensa, procedió al análisis

de la delación formulada bajo una denuncia por infracción de ley, pese a la

falta de técnica grave en su formulación, y determinó que no existe

violación alguna del debido proceso ni del derecho a la defensa, con la

inadmisibilidad declarada, pues la decisión de alzada se ajusta a la ley y a

lo establecido por la doctrina y jurisprudencia de esta Sala en materia

interdictal.

        Así, esta Sala atenida a los diuturnos, pacíficos y consolidados

criterios doctrinales y jurisprudenciales reiterados en la transcripción que,

ad exemplum, se vierte a continuación, ha indicado en muchas

oportunidades: “QUE AUN CUANDO LAS PARTES LITIGANTES

MANIFIESTEN SU ACUERDO, NO ES POTESTATIVO A LOS

TRIBUNALES SUBVERTIR LAS REGLAS LEGALES CON QUE EL

LEGISLADOR HA REVESTIDO LA TRAMITACIÓN DE LOS JUICIOS;


PUES SU ESTRICTA OBSERVANCIA ES MATERIA ÍNTIMAMENTE

LIGADA AL ORDEN PÚBLICO” . (Cfr. Fallos de esta Sala, del 24-12-

1915, reiterado en memorias de 1916, Pág. 206; en G.F. N° 34, 2 etapa,

pág. 151, del 7-12-1961; G.F. N° 84. 2 etapa, pág. 589, del 22-5-1974;

G.F. N° 102, 3 etapa, pág. 416, del 15-11-1978; G.F. N° 113, V.I, 3 etapa,

pág. 781, del 29-7-1981; G.F. N° 118. V. II. 3 etapa, pág. 1.422, del 14-12-

1982, del 4-5-1994, del 18-12-2008, N° RC-848. Exp. N° 2007-163, caso:

Antonio Arenas y otra, en representación de sus hijas Danyali Del Valle

(†), Yumey Coromoto (†), y Rosangela Arenas Rengifo (†), contra

Serviquim C.A., y otra, del 9-10-12, N° RC-640. Exp. N° 2011-31, caso:

Ernestina Barrios Mieres (†), contra Domingo Carmenaty Álvarez, entre

muchas otras).

        De igual manera, esta Sala le señala al formalizante que no es

procedente impugnar mediante el recurso extraordinario de casación, la

sentencia dictada por el tribunal de primer grado, dado que esta sentencia es

sustituida por la decisión dictada por el juez de alzada, y contra esta, es que

la ley permite bajo ciertas condiciones excepcionales, la admisión del

recurso extraordinario de casación, por lo cual la impugnación de la

sentencia de primera instancia por parte del recurrente en este caso, es

improcedente. Así se declara.- (Cfr. Fallo N° RC-118 del 29/3/2011,

decisión N° RC-118 del 23/4/2010, y sentencia N° RC-773 del 10/10/2006).-

        En otro aspecto, en cuanto a las denuncias por infracción de ley, la

Sala ha establecido entre otras, en sentencia Nº 400, de fecha 1 de


noviembre de 2002, expediente Nº 2001-0268, en el caso de Omar Alberto

Morillo Mota contra Mitravenca, C.A., y otra, que el formalizante debe: a)

encuadrar la denuncia en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil; b) especificar qué normas jurídicas resultaron

infringidas y cuál de las hipótesis previstas en el mentado ordinal 2º del

artículo 313, es la que se pretende denunciar, ya sea por 1) errónea

interpretación, 2) falta de aplicación, 3) aplicación de una norma no

vigente, 4) falsa aplicación, y 5) por la violación de una máxima de

experiencia; c) expresar las razones que demuestren la existencia de la

infracción, esto es, explicar de forma clara y precisa cómo, cuándo y en qué

sentido se produjo la infracción, la cual debe ser determinante de lo

dispositivo del fallo, de conformidad con lo previsto en el único aparte del

artículo 313 ya señalado; y d) especificar las normas jurídicas que el

tribunal de última instancia debió aplicar y no aplicó para resolver la

controversia, e indicar las razones que demuestren la aplicabilidad de

dichas normas.

        Carga con la que evidentemente no cumplió el formalizante.

De igual cabe señalar, que entre los motivos de casación en que se

puede sustentar una denuncia, a modo de ejemplo tenemos:

1.- Como vicios de actividad y de infracción de forma en la

elaboración del fallo , por violación de lo dispuesto en los artículos 12, 15,

243 y 244 del Código de Procedimiento Civil, en conformidad con lo

estatuido en el ordinal primero (1°) del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, cuando en el proceso se hayan quebrantado u omitido

formas sustanciales de los actos que menoscaben el derecho de defensa, la

reposición preterida y la mal decretada, la indeterminación orgánica,

subjetiva, objetiva y de la controversia, la inmotivación por los siguientes

cuatro supuestos: a) Porque la sentencia no contenga materialmente ningún

razonamiento que la apoye, b) Porque las razones expresadas por el

sentenciador no guardan relación alguna con la pretensión deducida o las

excepciones o defensas opuestas, c) Porque los motivos se destruyen los

unos a los otros por contradicciones graves e inconciliables, y d) Porque

todos los motivos son falsos; la inmotivación por motivación acogida, la

incongruencia negativa, positiva, subjetiva, por tergiversación de los

alegatos, y mixta por extrapetita, la absolución de la instancia, la sentencia

contradictoria, la condicional, y la ultrapetita.

2.- Como vicios de infracción de ley , en conformidad con lo estatuido

en el ordinal segundo (2°) del artículo 313 del Código de Procedimiento

Civil, la errónea interpretación, la falta de aplicación, la aplicación de una

norma no vigente, la falsa aplicación, y la violación de máximas de

experiencia, y

3.- C omo el sub tipo de casación sobre los hechos, dentro de la

infracción de ley , en conformidad con lo estatuido en el ordinal segundo

(2°) del artículo 313, en concatenación con el artículo 320, ambos del

Código de Procedimiento Civil, la infracción de una norma jurídica expresa

que regule el establecimiento o valoración de los hechos o de las pruebas,


que son normas capaces de hacer descender a la Sala para conocer de los

hechos en relación a la ilegalidad o inconducencia de un medio de prueba,

aquellas normas jurídicas expresas que regulen el establecimiento de los

hechos o de su valoración, así como las que regulen el establecimiento de

los medios de prueba o su valoración; se deriva que existen cuatro

categorías de normas jurídicas cuya denuncia de infracción, de

conformidad con el artículo 320 eiusdem, son suficientes para que de

acuerdo con su dispositivo normativo sean capaces de hacer descender a la

Sala al conocimiento de los hechos. Estos cuatro grupos en comento son : 1)

Las normas jurídicas que regulen el establecimiento de los hechos; 2) Las

que regulen la valoración de los hechos; 3) Las que regulen el

establecimiento de un medio de prueba; y 4) Las que regulen la valoración

de un medio de prueba, en el mismo sentido también se prevé como motivo

de casación sobre los hechos, a los tres casos de suposición falsa, como

son: Por atribuir a instrumentos o actas del expediente menciones que no

contiene; dar por demostrado un hecho con pruebas que no aparecen en

autos; y dar por demostrado un hecho con pruebas cuya inexactitud resulta

de actas e instrumentos del expediente mismo, y por último las relacionadas

con el control de las pruebas no contempladas expresamente en la ley. (Cfr.

Fallo N° RC-637 de esta Sala, del 16 de diciembre de 2010, expediente N°

2010-450, caso: Alirio Alberto García Aruca contra Aidee del Carmen

Flores De Pérez y otros, con ponencia del mismo Magistrado que con tal

carácter suscribe la presente decisión).


        Por todo lo antes expuesto, esta denuncia se desecha por

improcedente. Así se decide.

-II-

Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia la infracción por la sentencia recurrida del

artículo 509 del Código de Procedimiento Civil.

 
Señala el formalizante:

“...CAPITULO IV
CON FUNDAMENTO EN EL ORDINAL SEGUNDO, DEL
ARTÍCULO 313, DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO
CIVIL, DENUNCIÓ (sic) LA VIOLACIÓN A LA
VALORACIÓN DE LAS PRUEBAS DE CONFORMIDAD
CON LO ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO 509, EJUSDEM.
Ciudadanos Magistrados, es posible concebir en la recurrida la
violación del derecho a la defensa y al debido proceso, y por ende
el orden público y la ley sustantiva en que incurrió el Juez de la
Primera Instancia, debiendo en todo caso la definitiva, declarar, y en
consecuencia determinar la validez del justificativo de testigo de la
ocurrencia del despojo, toda vez que el mismo consta en original
y los testigos dan fe del despojo y de la ocurrencia del mismo por
parte del ciudadano JHONY JHONSON MIJARES PEREIRA,
es este el documento fehaciente que exige la norma objetiva civil
para demostrar la ocurrencia del despojo y la “única” persona
demandada en el presente juicio es el ciudadano JHONY JHONSON
MIJARES PEREIRA y los demás ciudadanos mencionados en el
libelo de la demanda eran solo acompañantes del demandado. Así
mismo (sic) el tribunal superior Segundo (sic) omitió valor
probatorio a las copias debidamente certificadas emitidas por el
tribunal de la causa, donde está plenamente demostrado la ocurrencia
del despojo, según el dicho por los vigilantes de guarda (sic) el día
que ocurrió el despojo del apartamento en posesión de mi
poderdante.” (Destacados del formalizante).-
 
        Para decidir, la Sala observa:

        De la denuncia antes transcrita se desprende, que el formalizante

pretende imputarle a la sentencia recurrida, la infracción del artículo 509

del Código de Procedimiento Civil, señalando que se le violó el debido

proceso y el derecho a la defensa al no determinarse la validez de las

declaraciones reseñadas en el justificativo de testigos anexos al libelo de la

querella.

        En tal sentido esta Sala observa, que el formalizante debió plantear

una denuncia con el fin de combatir el control del pronunciamiento del juez

sobre la prueba de testigo, ya sea por la comisión de algún caso de

suposición falsa, por la violación de máximas de experiencia, o por la

violación de alguna norma que regule la actividad del sentenciador en el

examen de la prueba en general, o bien en particular de la testimonial, dado

que lo que se plantea, como desacuerdo del formalizante con la decisión, no

es el establecimiento de la prueba a juicio, sino su valoración, y en

consecuencia dicho pronunciamiento sobre las deposiciones judiciales

puedan ser analizados conforme a la doctrina de esta Sala reflejada más

recientemente en su fallo N° RC-641 del 9/10/2012, Exp. N° 2012-241, que

señala lo siguiente:

 
“Recientemente, en sentencia N° RC-259, de fecha 19 de mayo de
2005, caso: Jesús Enrique Gutiérrez Flores contra Carmen Noelia
Contreras, exp. N° 03-721, esta Sala dejó sentado el siguiente
criterio jurisprudencial:
 
“…Dicho con otras palabras, cuando el sentenciador en forma
motivada expresó que el testigo se contradijo o no le merecía
confianza por tener interés en favorecer a alguna parte, no infringió
el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, pues con ello no
inventó un motivo ajeno o extraño a la norma para desechar al
declarante, sino que basó su decisión en razones de derecho
previstas en ella, cuando dijo que el conductor Víctor Ramón
Torrealba en la evacuación de la prueba testimonial se contradijo en
su declaración original rendida ante las autoridades de tránsito
terrestre. Lo mismo ocurrió con el testigo Adrián García Silva quien
aseguró que la camioneta pickup venía a una velocidad moderada, a
sabiendas que el propio conductor había afirmado que “...en vez de
frenar pisó el acelerador...”, mientras que Héctor Álvarez Blanco
fue desechado por contestar de manera lacónica.
 
En todo caso, la determinación de si el testigo incurrió o no en
contradicciones escapa del control de la Sala, ya que el juez de
instancia es soberano en la apreciación de la testifical y su
determinación es una cuestión subjetiva, tal como se mencionó
anteriormente. Asimismo, escapa del control de la Sala el
análisis de las declaraciones rendidas por los ciudadanos Adrián
Ramón García Silva y Héctor Vicente Álvarez Blanco, pues ello
implicaría inmiscuirse en funciones propias de los jueces de
instancia a quienes les corresponde exclusivamente dicha labor,
como lo ha sostenido la Sala en su reiterada jurisprudencia.
(Vid. Sent. del 20 de diciembre de 2001, caso: Francisco Joao Vieira
De Abreu c/ Barinas E. Ingeniería C.A. Seguros Ávila C.A.).
 
En efecto, este Alto Tribunal en la citada decisión reiteró que el
sentenciador en el análisis de la prueba de testigos debe tomar en
consideración los siguientes supuestos:
 
“...1. Hacer la concordancia de la prueba testimonial entre sí y con
las demás pruebas, cuando esa concordancia sea posible, pero el
resultado de esa labor corresponde a la soberanía del Juez, quien no
podrá ser censurado en casación sino sólo cuando haya incurrido en
suposición falsa y haya violado una máxima de experiencia.
 
2. El Juez deberá desechar la declaración del testigo inhábil o del
que apareciere no haber dicho la verdad. Con respecto a este punto,
el Juez tiene el deber legal de desechar el testigo mendaz, o el que
incurre en contradicciones, y el resultado de esta labor corresponde a
su libertad de apreciación de la prueba, por lo que ésta sólo podría
ser censurada en Casación, cuando el Juzgador incurra en suposición
falsa o haya violado una máxima de experiencia.
 
3. En el proceso mental que siga el Juez al analizar y apreciar una
prueba de testigos deberá aplicar las reglas de la sana crítica
(artículo 507), debiendo estimar cuidadosamente los motivos de las
declaraciones y la confianza que merezcan los testigos por su edad,
vida y costumbres, por la profesión que ejerzan y demás
circunstancias...”. (Subrayado por la Sala).
 
De esta manera, se evidencia de las actas del expediente que la
alzada concordó satisfactoriamente el resultado del análisis de la
prueba de testigos con los documentos públicos administrativos
agregados por la actora, de conformidad con lo establecido en el
artículo 508 del Código de Procedimiento Civil; en consecuencia, no
infringió la referida norma jurídica ni incurrió en el tercer caso de
suposición falsa, ya que ajustó su decisión a la regla de valoración
de la prueba y desechó la misma sustentado en razones de derecho.
...omissis…
Por consiguiente, en el presente caso no se configuró la suposición
falsa denunciada, porque una cosa es que el juez afirme un hecho
que resulta desvirtuado con otras pruebas cursantes a los autos, y
otra muy distinta es que en aplicación de lo dispuesto en el artículo
508 del Código de Procedimiento Civil, el sentenciador haya
apreciado la deposiciones de los testigos en concordancia con las
actuaciones de tránsito terrestre y evidenciado que éstos se
contradijeron en sus dichos, tomando en cuenta la declaración
rendida por el conductor del vehículo accidentado ante las
autoridades de tránsito terrestre...”. (Negritas de la Sala) (Subrayado
de la sentencia).
 
No obstante, la Sala considera necesario modificar este
precedente jurisprudencial, por cuanto sujeta a sólo dos
hipótesis el control del pronunciamiento del juez sobre la prueba
de testigo, a pesar de que el juez no sólo está sujeto por lo
dispuesto en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil y
el ordinal 2° del artículo 313 ordinal 2° eiusdem, que prohíben la
comisión de algún caso de suposición falsa y la violación de
máximas de experiencia, sino que debe acatar cualquier otra
norma que regule la actividad del sentenciador en el examen de
la prueba en general, o bien en particular de la testimonial,
entre las cuales cabe mencionar los artículos 477, 478, 479 y 480
ibidem, que establecen incapacidades para rendir declaración y,
por ende, la imposibilidad de fijar hechos en el proceso con base
en el testimonio rendido por alguna de esas personas inhábiles, y
los artículos 1.387, 1.388, 1.389 y 1.390 del Código Civil, que
declaran inadmisible la prueba testimonial para fijar
determinados hechos, así como las normas que regulan las
condiciones de modo, tiempo y lugar que deben ser cumplidas
para la formación e incorporación de la prueba de testigo, entre
el juramento exigido en el artículo 486 del Código de
Procedimiento Civil.
 
Lo expuesto permite determinar que existen otras razones de
derecho que permiten el control de la actividad del juez de la
recurrida al examinar el establecimiento o apreciación de la
prueba testimonial, distintas de la suposición falsa y la violación
de máximas de experiencia, razón por la cual complementa y
amplía el criterio expresado en la sentencia de fecha 13 de
diciembre de 1995, caso: José Rodríguez González c/ Rafael
Sepúlveda Vargas y otros.
…omissis…
De la precedente trascripción parcial de la sentencia se desprende
que el juez superior desechó el dicho de los testigos Ramón
Humberto Muñoz Agelvis, José Miguel Rugeles, Karina Manzulli de
Márquez y Cheyla Yamery Cacique, porque eran contradictorios e
imprecisos, por no tener certeza en cuanto al conocimiento que
decían tener sobre la unión concubinaria y aportar circunstancias
referenciales.
 
Por consiguiente, el juez superior de conformidad con el artículo
508 del Código de Procedimiento Civil y en concordancia con la
jurisprudencia de esta Sala, desechó los dichos de los testigos
Ramón Humberto Muñoz Agelvis, José Miguel Rugeles, Karina
Manzulli de Márquez y Cheyla Yamery Cacique, porque no le
merecían fe ni confianza. En otras palabras, el juez es soberano y
libre en la apreciación de los testigos y, por esa razón, desechó las
deposiciones por considerar que fueron contradictorias y no le
merecían fe, por cuanto no daban certeza de tener un conocimiento
directo sobre la unión concubinaria sino referencial.
 
La Sala reitera el criterio jurisprudencial citado y por tanto considera
que la apreciación del juez de instancia en cuanto a la credibilidad
que le merece el testigo y a la existencia de razones para desechar su
testimonio escapa del control de la Sala, porque además de ser una
función o labor que le es propia, es soberano sobre esa apreciación y
su determinación es subjetiva. (Subrayado del texto) (Cfr. Fallo N°
RC-707 del 28 de octubre de 2005, expediente N° 2004-021, caso:
CENTRO DE AUTO-EDICIÓN COLORS PRINT C.A., contra
SEGUROS LA FEDERACIÓN C.A.). (Destacados de la sentencia
transcrita).
 

        Por lo tanto y en aplicación a la doctrina de esta Sala antes expuesta,

esta delación es improcedente, dada la evidente falta de técnica en su


formulación, pues no se corresponde con la forma en que se puede impugnar

en casación la valoración de la prueba de testigos por parte del juzgador de

última instancia, aunado al hecho de que el formalizante, comete los

mismos errores que cometió en la primera denuncia de ley ya analizada en

este fallo, al denunciar la infracción por parte de la sentencia de primera

instancia y señalar en una denuncia de infracción de ley, la violación del

debido proceso y derecho a la defensa, que como ya se explicó, no se

evidencian en este caso.

        En consecuencia, esta Sala desecha esta denuncia. Así se decide.-

 
-III-

Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia la infracción por la sentencia recurrida del

artículo 783 del Código Civil, por falta de aplicación.

Por vía de argumentación señala el formalizante lo siguiente:

“...CAPITULO V
INFRACCIÓN DE LEY, POR VIOLACIÓN DEL ARTÍCULO
783, DEL CÓDIGO CIVIL.
Bajo el amparo del ordinal segundo del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, denuncio en la recurrida la infracción del
artículo 783. (sic)
Con apoyo en el ordinal segundo del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, denuncio en la recurrida la infracción del
artículo 783, por violación de Ley. (sic)
Ciudadanos Magistrados, este Tribunal Supremo de Justicia ha
ratificado su criterio vinculante para todos los Tribunales (sic) de la
República Bolivariana de Venezuela, referente a la admisión de las
pretensiones cuando en ellas estén dados los extremos de Ley (sic) y
lapsos para ejercicio de los medios recursivos. Sentencia de la Sala
Constitucional de fecha 26 de octubre del 2007, caso A.E. Acosta en
solicitud de revisión. La Sala Constitucional en su condición de
máxima garante del derecho positivo existente y en protección de los
derechos ciudadanos, está obligada a permanecer alerta ante
cualquier situación que pueda menoscabar una Garantía (sic)
Constitucional, (sic) debitar importancia, en atención a lo cual se
observa en el caso bajo estudio existe una infracción que vulnera el
orden Público (sic) Constitucional (sic) y que tiene que ver con la
denuncia referida. En efecto, esa denuncia se encuentra relacionada
con la falta de aplicación del artículo 783 del Código Civil por parte
de los jueces de la sentencia que le dictaran, lo cual constituye una
infracción grave al debido proceso, en su concepto genérico, y a su
concreción al derecho de la defensa, cuya tutela interesa al orden
Público (sic) y debe ser por tanto de provista (sic) aun de oficio,
dado los efectos negativos que el seguimiento de dicha conducta, por
parte de otros órganos jurisdiccionales, produciría al interés (sic)
Social, (sic) máxime cuando puede estar interesada el derecho de
propiedad que es uno de los valores superiores del ordenamiento
jurídico consagrados en el artículo 115 de la Constitución de la
república Bolivariana de Venezuela, y además ha sido desarrollado y
consagrado como un derecho fundamental inherente a la persona y
es reconocido después del derecho a la vida como el mas preciado
por el ser humano.
Ahora bien, ciudadanos Magistrados, consta en el expediente que el
Tribunal Cuarto de Primera Instancia en lo Civil, (…) no tomo (sic)
en cuenta los documentos consignados con el libelo de la demanda,
documentos estos a los que se contrae el artículo 783 del Código
Civil, Incurriendo (sic) en el mismo error el ciudadano Juez Superior
pero con el agravante de desconocer el valor probatorio de las copias
debidamente certificadas emitidas por el tribunal de la causa. Esa
violación a la ley contradice lo establecido en el artículo 783 del
Código Civil, vulnerando, el derecho a la defensa y debido proceso y
desacato a la Doctrina (sic) Vinculante (sic) de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.
A los fines de ilustrar a los ciudadanos Magistrados de la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, que mi poderdante
efectivamente era el auténtico poseedor del inmueble objeto del
despojo por pare (sic) del ciudadano JHONY JHONSON
MIJARES PEREIRA, consigno formalmente en este acto marcado
con la letra “A” en once (11) folios útiles, copias debidamente
certificadas emitidas por el Tribunal Cuarto de Primera Instancia
(…) Cuaderno (sic) de Medidas (sic) librado en contra de mi
poderdante donde la parte actora indica como domicilio procesal de
mi poderdante el edificio que fue objeto de despojo, tal como consta
y se evidencia de la copia certificada del acta levantada por el
Tribunal Segundo Ejecutor (…) que fueron consignadas en el escrito
de informes por ante el tribunal Superior Segundo (…) lo que prueba
y demuestra ciudadanos Magistrados que mi poderdante era
poseedor para la fecha de la Constitución (sic) del Tribunal Ejecutor
de Medidas en el inmueble objeto de la presente demanda por
interdicto restitutorio por despojo de la posesión y así le solicito sea
declarada por esta sala.” (sic) (Destacados del formalizante).-
 

        La Sala para decidir, observa:

 
        De la delación antes reseñada se desprende, que el formalizante le

imputa a la sentencia recurrida la comisión del vicio de falta de aplicación

del artículo 783 del Código Civil, señalando que se le violó el debido

proceso y el derecho a la defensa con la inadmisibilidad de la acción

decretada.

        Es de observar, que esta denuncia es igual en su fundamentación a la

primera denuncia de infracción de ley analizada en este fallo, delatándose el

mismo vicio y la supuesta violación de la misma norma legal.

        En tal sentido esta Sala reitera, que de la lectura de la sentencia de

alzada antes transcrita en este fallo se desprende, que el juez de alzada

confirmó la decisión de primera instancia, que declaró inadmisible la

presente querella interdictal restitutoria, al considerar que no están

cumplidos los supuestos de ley, para la admisión de la querella, en

conformidad con lo estatuido en el artículo 783 del Código Civil y artículo

699 del Código de Procedimiento Civil, y en tal sentido, el querellante debe


demostrarle al juez de primera instancia la ocurrencia del despojo, para que

luego de encontrar suficiente la prueba o las pruebas promovidas in limine

litis, éste ordene la restitución provisional de la posesión o el secuestro del

inmueble. Además, debe demostrar que en efecto tenía la posesión de la

cosa para el momento en que ocurrieron los hechos señalados en la querella,

la cual deberá interponer dentro del año siguiente de ocurrir tales hechos.

        En este caso, como ya lo dejo establecido esta Sala en la primera

denuncia, la alzada estableció que no estaban llenos los extremos exigidos

por el legislador para la admisión de la querella, dado que no demostró el

querellante la posesión del inmueble, ni el despojo del mismo.

        De igual forma se observa, que el tribunal de alzada, sí aplicó la

norma delatada como infringida por falta de aplicación, para determinar que

la pretensión del querellante era inadmisible, en conformidad con lo

previsto en el artículo 783 del Código Civil, y en aplicación de la doctrina y

jurisprudencia de esta Sala.

        Por lo tanto, se reitera, que si lo pretendido por el formalizante era

atacar un posible error de interpretación o falsa aplicación del artículo en

referencia por parte del juzgador de la recurrida, debió fundamentar su

delación contra esos vicios, y no pretender demostrar la falta de aplicación

de una norma, que del texto mismo de la sentencia recurrida se evidencia

que fue aplicada de forma correcta.

        En consecuencia, esta denuncia es improcedente, así como

improcedente el presente recurso extraordinario de casación. Así se decide.


 
 
D E C I S I Ó N

Por las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de

Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación

Civil, administrando justicia en nombre de la República  por autoridad de la

Ley, declara SIN LUGAR el recurso extraordinario de casación, anunciado

y formalizado por la parte querellante, contra la sentencia dictada por el

Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito

de la Circunscripción Judicial del estado Carabobo, en fecha 9 de julio de

2012.

No se hace condena en costas del recurso extraordinario de casación,

a la parte querellante recurrente, dada la naturaleza del presente fallo.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente al tribunal de la causa,

Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de

la Circunscripción Judicial del estado Carabobo. Particípese esta remisión

al Juzgado Superior de origen, de conformidad con lo estatuido en el

artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil, del

Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los trece (13) días del mes de marzo de dos mil

trece. Años: 202º de la Independencia y 154º de la Federación.


 
Presidenta de la Sala,
 
 
 
__________________________
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA
 
 
Vicepresidenta,
 
 
 
______________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
 
 
 
Magistrado-Ponente,
 
 
 
____________________________
LUIS ANTONIO ORTIZ HERNÁNDEZ
 
 
 
Magistrada,
 
 
 
______________________
AURIDES MERCEDES MORA
Magistrada,
 
 
 
__________________
YRAIMA ZAPATA LARA
 
 
Secretario,
 
 
 
_______________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
 
 
 
 
 
Exp. AA20-C-2012-000568.-
 
Nota: Publicada en su fecha a las  (   )
 
 
 
 
 
 
Secretario,
 
 
 

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