Unidad 1 Tercero Medio Guía N°4

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COLEGIO SAN FRANCISCO DEL ALBA T-P

CORPORACIÓN DE EDUCACIÓN Y SALUD


DE LAS CONDES

Guía de Trabajo N°4


UNIDAD 1:
Diálogo: Literatura y Efecto estético.

OBJETIVO:
Formular interpretaciones surgidas de sus análisis literarios, considerando:
• La contribución de los recursos literarios (narrador, personajes, tópicos literarios, características del lenguaje,
figuras literarias, etc.) en la construcción del sentido de la obra).

Nombre: ____________________________________ Curso: 3°__ Fecha: __/__/2020

ANTES DE LA LECTURA

«Mi noche junto a una cala negra» pertenece a la escritora


chilena Cynthia Rimsky (1962), periodista de formación y destacada
narradora.
Su obra se caracteriza por una prosa limpia y cuidada.
Predominan en ella las oraciones enunciativas y simples, que
presentan la acción de modo directo, aunque matizadas
discretamente por el punto de vista del narrador, como se
ejemplifica en el siguiente párrafo:
«Todas las plantas que había en el jardín eran robadas. Salía al
anochecer con una cuchara y bolsas plásticas. Atacaba las plazas, los
jardines privados; mis amigos telefoneaban para darme el dato de una
planta que podía resultar fácil de sacar».

• ¿Qué deja ver de sí misma la narradora en este fragmento?, ¿en qué pistas te apoyas?
 ¿Qué importancia tendrá que la narración se sitúe en la noche?,
 ¿qué atmósfera y acontecimientos te sugiere?
MOMENTO DE LECTURA

Mi noche JUNTO A UNA


CALA NEGRA
Cynthia Rimsky

El del cité de Bilbao fue mi segundo jardín interior. El patio me- día
apenas 3 por 1,5 metros y estaba embaldosado. Recubrí un alto muro
de ladrillos, que me aislaba de la otra casa, con una enredadera cuya
patilla robé de una productora de televisión en la que mal trabajé por
años. Mi jefe estaba convencido de que solo podría vender morbo y
por morbo entendía la recreación de accidentes traumáticos. Pasé dos
años entrevistando a personas que habían perdido una mano, una
pierna, la vista… y a sus familiares. En vez de renunciar, me convencí
de que no iba a encontrar otro trabajo. Tuvieron que pasar tres años para
comprender mi error.

De mi casa anterior me traje una lápida que me consiguió un amigo


para que en mi jardín tuviera un asiento en el cual atender el paso de la
tarde. Lo colocamos sobre una base de cemento. Encima puse un gran
cojín relleno con las plumas del cobertor que mis abuelos trajeron en
barco desde Polonia cuando emigraron a Chile. En la lápida cabían dos
personas con sus respectivos vasos de cerveza o vino.

Todas las plantas que había en el jardín eran robadas. Salía al anochecer
con una cuchara y bolsas plásticas. Atacaba las plazas, los jardines
privados; mis amigos telefoneaban para darme el dato de una planta
que podía resultar fácil de sacar. Sobre las baldosas y contra el muro
divisorio, dispuse, en una circunferencia de 180 grados, una hilera de
piedras que pegué con cemento: de esta forma conseguí armar una
fuente que llenaba con agua cada dos días y a la que bajaban a beber
los pájaros del barrio. Al llegar al jardín la primavera, compraba
almácigos de albahaca, tomillo, perejil, ciboulette y frutillas. Me
abastecía en las inmediaciones del Mercado Central, en un par de
tiendas de semillas; me gustaba el olor a desinfectante mezclado con la
tierra húmeda. No recuerdo si fue ahí o camino a la Vega que descubrí
las papas. Había de gladiolos, lirios, calas blancas y, según un cartelito
manuscrito, negras. Le pregunté al vendedor si eran reales y me dijo
que sí. Reconozco que desconfié; las papas se veían todas iguales a
excepción del precio: las negras valían el triple. Me dijo que florecían
una vez al año por una sola noche. Supuse que era una trampa, pero
compré.
Quedó enterrada en un macetero junto a papas de lirios. Si no crecía, los lirios se encargarían de hacerme
olvidar la estafa. Hasta que asomó el tallo. Conté a mis amigos lo que estaba ocurriendo. Ninguno había
escuchado hablar de la cala negra. Como el tallo siguiera verde, supuse que se abriría una cala blanca e hice
como que la olvidaba. Una tarde se desenroscó una franja de intenso color negro y supe que se abriría esa
noche. Partí a comprar queso, pan, vino… como si tuviera una cita amorosa, arreglé el cojín, puse música y
me senté a esperar.

No sabía cuánto tiempo estaba dispuesta a pasar en el jardín, el olor se hizo cada vez más intenso, los
últimos pájaros bajaron a beber y el patio quedó en silencio. La flor se fue desenrollando hasta quedar a la
vista un pistilo morado. Los únicos sonidos provenían de las hojas, de la brisa, de las flores. Era como si la
cala negra hubiese animado el jardín para mí. El sueño comenzó a ganarme, no quería entrar a la casa,
cabeceaba, dormí y desperté; tuve la sensación de que mientras estuviese junto a ella, la cala seguiría viva.

Lo primero que hice al despertar por la mañana fue salir al jardín. La cala se veía cansada, su piel tersa
surcada de arrugas, un penetrante olor a podrido saturaba el jardín y la casa. Parecía resistir su fatal
destino, pero una fuerza superior a ella la doblegaba. En la productora me esperaban para concertar una
entrevista con un nuevo mutilado, descolgué el teléfono. En todos estos años he olvidado a varios amantes, pero
nunca la noche que pasé junto a la cala negra y la mañana en que la acompañé de regreso a la tierra de la
cual brotó.

A fin de año renuncié a la productora de televisión y, con ella, al morbo que me impedía escribir de cosas
como la cala. De esa casa partí a un largo viaje de regreso a la tierra donde nacieron mis abuelos. De ese
viaje salió mi primera novela. Antes de mudarme, le llevé el macetero aparentemente vacío a mi mejor
amiga. Al año siguiente recibí una carta suya: la cala había vuelto a florecer, una sola noche. Después no volvió
a aparecer. Una seguidilla de pequeñas intolerancias consiguió que mi amiga y yo nos separásemos. La papa
de la cala todavía debe dormir en algún lugar de su jardín, tal vez espera que ella y yo nos perdonemos y,
entonces, una noche decida florecer.

En.cl. Textos de frontera. Santiago: Universidad Alberto Hurtado.


RESPONDE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS

El jardín interior que crea la narradora está habitado por algunos objetos específicos que pueden ser
interpretados como símbolos:
• El muro divisorio
• La lápida
• Cojín
• La fuente

1. ¿A qué idea o realidad alude cada uno? Fundamenta con elementos del texto y relaciones con otros
textos y referentes culturales.

2. ¿Cuál o cuáles de estos símbolos aluden al pasado del personaje? Explica cómo inciden en la
configuración de su identidad.

La cala es representada en tres momentos de su existencia.

Vida latente bajo Esplendor que Resistencia a la


la tierra dura un día muerte o agonía

3. ¿Qué sucede con la narradora en cada momento de la cala?

4. ¿Por qué ella vive la espera como un evento memorable?


5. ¿Qué sentido adquiere el macetero que le regala a su amiga?

La narración de Rimsky se caracteriza por el predominio de la parataxis, como se


muestra en este fragmento:
PARATAXIS
El sueño comenzó a ganarme,
Se denomina parataxis cuando se unen en forma
no quería entrar a la casa, sucesiva e independiente, sin que una quede
cabeceaba, dormí y subordinada a otra. Pueden articularse por
desperté… yuxtaposición (sin partículas intermedias, salvo
los signos de puntuación) o por coordinación
(mediante nexos o conectores).

6. ¿Cómo incide este estilo narrativo en la creación del sentido del texto? Explica y fundamenta
con otros ejemplos.

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