UNIDAD 3 - Sabino
UNIDAD 3 - Sabino
UNIDAD 3 - Sabino
1) control de calidad
2) astronomía
Capítulo 9
De acuerdo al modelo del proceso de investigación por el que nos estamos guiando (v.
supra, 3.2) se aprecia que, una vez obtenidos los indicadores de los elementos teóricos y
definido el diseño de la investigación, se hace necesario definir las técnicas de
recolección necesarias para construir los instrumentos que nos permitan obtener los datos
de la realidad.
Ya hemos mencionado (v. supra, 6.2) que los datos, según su procedencia, pueden
subdividirse en dos grandes grupos: datos primarios y datos secundarios. Los datos
primarios son aquellos que el investigador obtiene directamente de la realidad,
recolectándolos con sus propios instrumentos. En otras palabras, son los que el investigador
o sus auxiliares recogen por sí mismos, en contacto con los hechos que se investigan. Los
datos secundarios, por otra parte, son registros escritos que proceden también de un
contacto con la practica, pero que ya han sido recogidos y muchas veces procesados
por otros investigadores. Las técnicas de recolección que se emplean en una y otra
situación son bien disímiles, como es fácil de comprender, puesto que en un caso nos
enfrentamos a la compleja y cambiante realidad y en el otro nos vemos ante un cúmulo
de materiales dentro de los cuales es preciso discernir con criterio los más pertinentes.
Los datos primarios y los secundarios no son dos clases esencialmente diferentes de
información, sino partes de una misma secuencia: todo dato secundario ha sido primario
en sus orígenes y todo dato primario, a partir del momento en que el investigador
concluye su trabajo, se convierte en dato secundario para los demás.
Siendo los datos primarios aquellos que surgen del contacto directo con la realidad
empírica las técnicas encaminadas a recogerlos reflejarán, necesariamente, toda la
compleja variedad de situaciones que se presentan en la vida real.
Para todo el conjunto de las ciencias humanas existe además otro procedimiento, de
uso muy generalizado y de aplicaciones diversas. Se trata de la entrevista, que en esencia
consiste en una interacción entre dos personas, una de las cuales Bel investigadorB
formula determinadas preguntas relativas al tema en investigación, mientras la otra Bel
investigadoB proporciona verbalmente o por escrito la información que le es solicitada.
Existen además otros procedimientos de recolección de datos primarios, entre los que
figuran el llamado cuestionario de autoaplicación, los tests, los diagramas sociométricos,
las escalas y diferenciales semánticos, etc. Sin embargo, por más que en sus desarrollos
técnicos puedan ser manejados como procedimientos independientes, veremos más
adelante que tienen su origen, en última instancia, en las dos principales técnicas
mencionadas, pues constituyen en definitiva sólo derivaciones o usos particulares de las
mismas (véase 9.6, 9.7 y 9.8).
La ventaja principal de esta técnica en el campo de las ciencias del hombre [Para las
ciencias naturales no tiene sentido hacer tal comparación, pues sus datos primarios se
recogen siempre mediante variados tipos de observaciones. V. Sabino, Los Caminos de la
Ciencia, Op. Cit., caps. 1 y 3.] radica en que los hechos son percibidos directamente, sin
ninguna clase de intermediación, colocándonos ante la situación estudiada tal como
ésta se da naturalmente. De este modo la subjetividad que posee el propio objeto de
estudio Bya que en este caso nos referimos, obviamente, a las conductas de seres
humanosB queda eliminada de los datos que recogemos, pues no se presentan las
distorsiones que son usuales en las entrevistas.
Este tipo de reacción ante la presencia de terceros debe tenerse en cuenta siempre
que se pretenda utilizar la técnica de la observación con seres humanos. Para evitar tales
perturbaciones se han elaborado dos procedimientos opuestos que dan origen a dos tipos
también diferenciados de observaciones.
La observación participante puede variar desde una afiliación total al grupo hasta una
participación limitada y condicionada, tanto en cuanto al tiempo como en cuanto a las
funciones asumidas por el observador. [Cf Goode y Hatt, Op. cit., pp. 148 a 152.] No es
necesario que éste lleve a cabo exactamente las mismas actividades que realizan los
demás miembros del grupo: en lugar de eso puede buscarse algún papel que sea
aceptable dentro de la comunidad y que el observador pueda desempeñar
razonablemente bien. En todos los casos es importante que no divulgue la verdadera
finalidad de su participación y que cuide todos los detalles de su aspecto personal, de sus
gestos y ademanes, de las palabras y opiniones que expresa, para no aparecer ante los
otros como un participante anómalo, porque esto podría generar hacia él una actitud de
desconfianza o un trato atípico, bloqueando la información que recibe y llegando hasta a
distorsionar las mismas actividades que el grupo normalmente realiza.
Hasta aquí nos hemos referido al Aobservador", como si siempre se tratara de un solo
individuo. En la práctica, sin embargo, y cuando es posible y existen medios para hacerlo,
es conveniente efectuar las tareas de observación en equipo, para tener una mayor
cobertura de los sucesos y para evitar los siempre posibles errores de percepción. Los
datos pueden ser así confrontados o cotejados luego de su obtención para enmendar
errores o superar los vacíos que puedan detectarse. Cuando los sucesos de interés se dan
dentro de colectividades pequeñas o muy sensibles es preferible reducir el número de
observadores, pues una presencia colectiva puede causar más daños que beneficios.
Pero el problema del registro puede llegar a ser sumamente delicado cuando se trata
de la observación de fenómenos de tipo social. En muchas circunstancias es
prácticamente imposible tomar notas durante el transcurso mismo de la observación, pues
ello originaría sospechas y recelo, con lo cual se echarían por tierra todos los cuidados
tomados. En esos casos conviene recurrir a notas rápidas, casi taquigráficas, para reducir
en lo posible tal dificultad. En situaciones extremas no habrá más remedio que confiar en
la memoria, con todas las limitaciones que esto inevitablemente supone. En tales casos lo
recomendable es volcar por escrito todo lo recordado apenas concluya la situación de
observación, sin dilación alguna. También se allana este inconveniente cuando los
observadores son varios, pues pueden redactar independientemente sus informes para
luego compararlos entre sí, completando y depurando los datos obtenidos.
En cuanto a los datos a registrar en sí, es posible adoptar diversas posiciones. Puede
actuarse con suma flexibilidad, recogiendo sólo aquellos datos que van apareciendo,
anotando las impresiones generales que causan los sucesos, de una manera espontánea
y poco organizada. Cuando así procedemos hablamos de una observación no
estructurada o no formalizada, que ofrece las ventajas de su gran capacidad de
adaptación frente a sucesos inesperados y de no pasar por alto ningún aspecto
importante que pueda producirse.
9.5. La entrevista
La entrevista, desde el punto de vista del método, es una forma específica de interacción
social que tiene por objeto recolectar datos para una investigación. El investigador
formula preguntas a las personas capaces de aportarle datos de interés, estableciendo un
diálogo peculiar, asimétrico, donde una de las partes busca recoger informaciones y la
otra es la fuente de esas informaciones. Por razones obvias sólo se emplea, salvo raras
excepciones, en las ciencias humanas.
La ventaja esencial de la entrevista reside en que son los mismos actores sociales
quienes proporcionan los datos relativos a sus conductas, opiniones, deseos, actitudes y
expectativas, cosa que por su misma naturaleza es casi imposible de observar desde
fuera. Nadie mejor que la misma persona involucrada para hablarnos acerca de todo
aquello que piensa y siente, de lo que ha experimentado o proyecta hacer.
Pero existe un inconveniente de considerable peso que reduce y limita los alcances de
esta técnica. Cualquier persona entrevistada podrá hablarnos de aquello que le
preguntemos pero siempre nos dará la imagen que tiene de las cosas, lo que cree que
son, a través de toda su carga subjetiva de intereses, prejuicios y estereotipos. La propia
imagen que el entrevistado tiene de sí mismo podrá ser radicalmente falsa y, en todo
caso, estará siempre idealizada de algún modo, distorsionada, mejorada o retocada
según factores que no es del caso analizar aquí, pero que nunca podemos prever en
detalle.
Este problema nos obliga a dejar fuera de esta técnica a un campo considerable de
problemas y de temas que, por lo anterior, son explorados mejor por medio de otros
procedimientos que en tales casos resultan más confiables. Por otra parte nos obliga a
utilizar, a veces, caminos indirectos, mediante preguntas que alcancen nuestro objetivo
elípticamente, utilizando todo tipo de rodeos. Es clásico de ejemplo de que las personas
nunca contestan la verdad respecto a sus ingresos personales en dinero, ya sea porque los
disminuyen (ante el temor de estar frente a algún tipo de inspector de impuestos o porque
suponen que pueden recibir alguna ayuda), o porque los aumentan (con fines de
ostentación social o para reforzar su autoestima). Tal como en este caso, el lector podrá
imaginar una amplia variedad de preguntas a las que los entrevistados sólo nos
proporcionarían respuestas inexactas o falsificadas, cuando no una reacción adversa que
interrumpa toda comunicación.
Para que una entrevista obtenga éxito es preciso prestar atención a una serie de
factores aparentemente menores, pero que en la práctica son decisivos para un correcto
desarrollo del trabajo. Así, es importante que la apariencia exterior del entrevistador resulte
adecuada al medio social donde habrá de formular sus preguntas, evitando innecesarias
reacciones de temor, agresividad o desconfianza. El entrevistador, aparte de este
aspecto formal, deberá ser una persona de por lo menos una cultura media, que
comprenda el valor y la importancia de cada dato recogido y la función que su trabajo
desempeña en el conjunto de la investigación. Tendrá que ser mentalmente ágil, no tener
prejuicios marcados frente a ninguna categoría de personas y, sobre todo, ser capaz de
dejar hablar libremente a los demás, eliminando por completo todo intento de
convencerlos, apresurarlos, o agredirlos por sus opiniones. La entrevista deberá realizarse a
las horas más apropiadas para las personas que responden, teniendo en cuenta que su
posible duración no afecte la confiabilidad de los datos.
Queremos destacar que las entrevistas no son excluyentes con respecto a las técnicas
de observación vistas en el punto anterior (9.4), ya que ambos procedimientos pueden ser
combinados sin ninguna dificultad, tratando precisamente de compensar sus ventajas y
desventajas, con lo que se puede lograr una información mucho más confiable y amplia.
Así, en muchas encuestas, hay datos que el entrevistador recoge mediante la
observación y no mediante preguntas, como por ejemplo las características de la
vivienda, la edad del respondente, etc.
Parece apropiado, además, despejar aquí la confusión que siempre vincula a las
entrevistas con las encuestas. Ni son la misma cosa, aunque las encuestas se realicen
generalmente por medio de entrevistas, ni ambas son técnicas diferentes aplicables a
distintos casos. La encuesta, como ya lo discutimos in extenso en el punto 6.4.3, es un
modelo general de investigación, un diseño o método, que se apoya fundamentalmente
en una técnica de recolección que es la entrevista, aunque también utiliza observaciones
y datos secundarios. Además pueden utilizarse entrevistas en otros tipos de diseños, como
en los estudios de caso y experimentos, sin que por ello estemos en presencia de una
encuesta. Lo que vulgarmente se llama entrevista, por otra parte, es una técnica que en
realidad se denomina entrevista no estructurada y lo que suele llamarse encuesta es igual
a lo que denominamos, en metodología científica, entrevista estructurada. Por eso no
tiene sentido hablar de entrevistas y encuestas como dos técnicas diferentes sino de
entrevistas estructuradas o no que se aplican dentro de determinados diseños de
investigación: encuestas, estudios de caso, etc.
Pasando ahora a la clasificación de los diversos tipos de entrevistas diremos que ellas
pueden ordenarse como una serie, de acuerdo principalmente a un elemento: su grado
de estructuración o formalización. Al igual que cuando estudiábamos la observación
científica (v. supra, 9.4) podemos decir que las entrevistas más estructuradas serán
aquellas que predeterminan en una mayor medida las respuestas a obtener, que fijan de
antemano sus elementos con más rigidez, mientras que las entrevistas informales serán
precisamente las que discurran de un modo más espontáneo, más libre, sin sujetarse a
ningún canon preestablecido. Los distintos tipos de entrevista quedan representados
esquemáticamente en el esquema de la página anterior.
Entrevistas guiadas o Apor pautas": son aquellas, ya algo más formalizadas, que se guían
por una lista de puntos de interés que se van explorando en el curso de la entrevista. Los
temas deben guardar una cierta relación entre sí. El entrevistador, en este caso, hace muy
pocas preguntas directas, y deja hablar al respondente siempre que vaya tocando
alguno de los temas señalados en la pauta o guía. En el caso de que éste se aparte de
ellos, o que no toque alguno de los puntos en cuestión, el investigador llamará la atención
sobre ellos, aunque tratando siempre de preservar en lo posible la espontaneidad de la
interacción. Se usan en situaciones parecidas a las anteriores y cuando se presentan
casos en que los sujetos investigados prefieren más un desarrollo flexible que uno rígido por
sus propias actitudes culturales o necesidades personales. Son un complemento magnífico
de las entrevistas más estructuradas que se realizan en las encuestas por muestreo, pues
permiten añadir a éstas un tipo de información más subjetiva o profunda que facilita el
análisis de los otros datos.
Todas estas formas de entrevistas, que tiene en común su poca formalización, poseen la
ventaja de permitir un diálogo más profundo y rico, de presentar los hechos en toda su
complejidad, captando no sólo las respuestas a los temas elegidos sino también las
actitudes, valores y formas de pensar de los entrevistados, a veces inaccesibles por otras
vías. Su principal inconveniente radica en que es poco práctico sintetizar un gran número
de entrevistas no estructuradas a través de un tratamiento estadístico ya que pueden
tener muy pocos puntos de contacto entre sí. Otra dificultad que no debe omitirse es su
costo, pues involucran la presencia de personal altamente especializado durante tiempos
relativamente largos.
Los problemas de registro pueden ser importantes, pues se intercambia un gran número
de palabras que es casi imposible registrar en su totalidad. Pueden utilizarse grabadores
para solventar este inconveniente, aunque es preciso determinar previamente si la
presencia de tales aparatos cohibe o no a los informantes. En todo caso es preciso realizar
un esfuerzo especial para transcribir, organizar e interpretar cada una de las entrevistas
realizadas, de modo de que sus datos puedan sintetizarse, posteriormente, en una forma
apropiada para el análisis. Esta tarea también requiere de mucho tiempo de trabajo.
Entre sus ventajas principales mencionaremos su rapidez y el hecho de que pueden ser
llevadas a cabo por personas con mediana preparación, lo cual redunda en su bajo
costo. Otra ventaja evidente es su posibilidad de procesamiento matemático, ya que al
guardar las preguntas una estricta homogeneidad sus respuestas resultan comparables y
agrupables. Su desventaja mayor estriba en que reducen grandemente el campo de
información registrado, limitando los datos a los que surgen de una lista taxativa de
preguntas. Esta lista de preguntas, que es el instrumento concreto de recolección
empleado en este caso, recibe el nombre de cuestionario y puede ser administrado sin
que necesariamente medie una entrevista (ver 9.6). Debe ser cuidadosamente
redactado, evitando preguntas demasiado generales, confusas o de doble sentido, y
tratando de conservar un orden lo más natural posible.
Las preguntas de final abierto, llamadas también simplemente abiertas, proporcionan una
variedad más amplia de respuestas pues éstas pueden ser emitidas libremente por los
respondentes. Su redacción debe ser muy cuidadosa para evitar respuestas confusas o
erróneas, y para evitar además que ellas predispongan a los entrevistados en uno u otro
sentido. Un ejemplo de preguntar abierta sería: A)Qué opina Ud. acerca de los OVNIS?".
Como resulta evidente, la respuesta aquí puede ser infinitamente variada, según la
opinión de cada persona consultada. La información que se obtendrá será mucho más
completa y valiosa con esta pregunta que con la del ejemplo anterior, pero el trabajo de
procesamiento de los datos, en compensación, tendrá que ser sin duda mucho mayor.
Su desventaja está en que se impide de esta forma conocer las reacciones reales del
informante ante cada pregunta, las que sí es posible observar cuando se está en una
situación de entrevista. También las confusiones o malentendidos pueden multiplicarse,
pues no existe la posibilidad de consultar sobre dudas específicas o de orientar una
respuesta hacia su mayor profundización o especificación. Otro inconveniente es que, en
ciertos casos, el respondente puede consultar con otras personas antes de expresar sus
opiniones, con lo que se pierden la espontaneidad e individualidad imprescindibles en las
encuestas.
Las ciencias sociales han ido desarrollando una gran variedad de instrumentos y técnicas
que difieren en bastante medida de las ya descritas. Pero, en esencia, como veremos
seguidamente, tales procedimientos no pueden considerarse sino como derivaciones
específicas de las técnicas anteriores.
Los tests psicológicos emplean una gran variedad de técnicas específicas, que se
combinan según los objetivos deseados. Una buena proporción de ellos acude a la
formulación de preguntas que se anotan en algún cuestionario apropiado, que es el test
mismo, y que por lo general se autoadministra. En otros casos se propone a las personas o
grupos la realización de ciertas actividades pautadas, observándose su desarrollo. Se
registran el tiempo empleado en su ejecución, las reacciones que se producen, el
desempeño de ciertos roles, etc. Desde un punto de vista general estos tests pueden
considerarse como observaciones realizadas en condiciones artificiales, preparadas y
definidas de antemano. Para el caso de analfabetos existen instrumentos similares, pero
que se desenvuelven exclusivamente por medio de las técnicas de la entrevista.
Las técnicas proyectivas se basan en presentar algún estímulo definido a los sujetos en
estudio para que ellos expresen libremente, a partir de estos estímulos, lo que piensan, ven
o sienten. Generalmente se tratan de dibujos, manchas, fotografías u otros elementos
similares, aunque también se apela a veces a estímulos verbales o auditivos. La
recolección de datos, normalmente, se hace por medio de entrevistas poco formalizadas.
Otras técnicas de interés son las escalas y los diferenciales semánticos, que pueden
combinarse exitosamente con las entrevistas formalizadas. Para el caso de las escalas se
pide al entrevistado que se sitúe, según su opinión o actitud, en una escala gráfica. Dichas
escalas pueden adoptar formas como la siguiente:
La ventaja principal que posee el análisis de contenido es que tiene una base empírica
clara y perfectamente accesible, por lo que puede entonces analizarse un texto con
menos subjetividad que por otros medios. Su principal inconveniente estriba en su costo,
pues sólo puede hacer un análisis de contenido de cierta calidad un personal de alta
calificación Bun profesional especializadoB a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en
el caso de las encuestas por muestreo. Esta técnica tiene además una limitación
intrínseca, que el investigador debe tener presente para no proyectar sus conclusiones
más allá de la que ella misma aconseja: como el análisis abarca solamente el contenido
manifiesto de la información (lo denotativo), pero no mide ni evalúa los contenidos
latentes o implícitos (lo connotativo) Ba veces de fundamental importancia para la
comprensión del textoB no puede afirmarse entonces que por medio de esta técnica
pueda tenerse una visión completa de los documentos en estudio. Por esto es
indispensable, si se quiere realizar un análisis lo más certero posible, tener presente el
contexto en que se ha producido y difundido la comunicación que se analiza.
Los pasos concretos que se siguen al efectuar un análisis de contenido son, de un modo
general, los siguientes:
3) Conviene, luego de lo anterior, efectuar una revisión somera del contenido de los
materiales. El objetivo de la misma es encontrar los aspectos concretos que en ellos
puedan identificarse con las variables y los indicadores ya definidos.
4) Las restantes tareas, si se quiere, son ya más sencillas: hay que marcar la aparición de
cada elemento de interés, utilizando para ello una forma de registro apropiado. Debe
luego tabularse la información así obtenida, de acuerdo a los procedimientos usuales (v.
infra, 10.3). Finalmente, habrá que analizar los cuadros elaborados con los datos recogidos
para encontrar sus tendencias y el significado de las cifras, de modo de arribar a las
conclusiones generales del trabajo.
Los datos secundarios suelen encontrarse diseminados, ya que las fuentes escritas que
los contienen corrientemente se dispersan en múltiples archivos y fuentes de información.
Las primeras bibliotecas fueron creadas, hace más de mil años, precisamente para reducir
las dificultades que esta circunstancia creaba a los estudiosos. Con el tiempo, y ya en la
época moderna, éstas fueron desarrollando sistemas cada vez más precisos y uniformes
de clasificación de los materiales que atesoraban, se vincularon entre sí y fomentaron la
creación de un sistema cada vez más integrado de préstamos y referencias. Con la
aparición de las computadoras estos registros se hicieron más fáciles de actualizar,
consultar y estandarizar, al crearse gigantescas bases de datos que integraban y daban
rápido acceso a un enorme acervo de información. Luego se crearon las actuales redes
informáticas, conectando entre sí las computadoras de universidades, bibliotecas y
centros de investigación, y estas redes se fueron ampliando hasta llegar a la creación de
un sistema global, que integra hoy también a empresas, personas y todo tipo de
instituciones. Se creó así el internet, que no es otra cosa que esta gigantesca red de redes
a través de la cual hoy se puede tener acceso a toda esta información desde cualquier
computador personal que esté vinculado, por medio de una línea telefónica o de fibra
óptica, a un servidor o computador maestro conectado a la red.
Los ficheros o listados por autor están ordenados alfabéticamente según el nombre de
cada uno de ellos, con lo que es posible informarse de toda la bibliografía que puede
consul- tarse sobre un determinado autor. Los ficheros temáticos ordenan las obras de
acuerdo a una lista internacional normalizada de temas y subtemas, lo que nos permite
tener un cuadro bastante completo de las obras existentes sobre el asunto de nuestro
interés. Finalmente existen ficheros ordenados alfabéticamente de acuerdo a los títulos de
los libros y artículos, lo que hace factible encontrar los trabajos de autores cuyos nombres
no conocemos o recordamos. Estas formas de clasificación, y también otras más
avanzadas, son empleadas igualmente para ordenar las informaciones en las páginas de
internet.
Una vez que se conoce de qué información podemos disponer para nuestra
investigación el próximo paso será efectuar una primera lectura de la misma, para calibrar
su grado de interés y pertinencia. Es muy probable que, al ir revisando las obras,
encontremos en ellas informaciones que podamos emplear Bdirecta o indirectamenteB
durante el curso de nuestra investigación. Para recoger esta información el instrumento de
recolección de datos que se utiliza es la llamada ficha. [V., para una descripción más
detallada, Troncone P., El Seminario, Ed. El Cid, Buenos Aires, 1978, y Hochman E. y M.
Montero, Investigación Documental, Ed. Panapo, Caracas, 1986].
Debemos advertir que al hablar de fichas nos estamos refiriendo a unidades de registro,
no a objetos físicos de cualquier característica. Por ello son fichas las que se hacen en las
cartulinas denominadas vulgarmente Afichas", pero también deben considerarse como
tales los registros que se hagan en cualquier clase de papel o en archivos específicos de
los procesadores de texto de las computadoras o en bases de datos específicas para
guardar tales registros. De hecho ya va cayendo en desuso el tradicional sistema de fichas
rectangulares que en otro tiempo fuera casi universal y se impone hoy Bpor su
comodidad, facilidad de manejo y rapidezB el sistema electrónico de fichas por
computadoras. En este caso el investigador va llenando registros especialmente
diseñados en archivos de computación específicos que poseen espacios
predeterminados para la recolección de los datos que toda ficha debe poseer o,
simplemente, como en la mayoría de los casos, va copiando la información en archivos
de su procesador de textos que destina a tal fin. En este caso se puede usar el método de
Acortar y pegar" para trasladar la información que se incluye en la ficha, lo que facilita el
acopio de los datos que provienen del internet.
Las fichas suelen dividirse, según sus características, en cuatro tipos diferentes:
bibliográficas, textuales, de contenido y mixtas. Todas ellas constan de algunos elementos
comunes, que posibilitan su posterior inclusión en los trabajos de investigación. Estos son:
Las fichas bibliográficas son una simple guía para recordar cuáles libros o trabajos han
sido consultados o existen sobre un tema, y sólo poseen los cuatro elementos citados
anteriormente. Las fichas textuales, además de poseer tal encabezamiento, constan de
párrafos o trozos seleccionados que apa- recen en la obra, o de estadísticas, cuadros y
otros datos semejantes. Estos fragmentos se repiten exactamente tal como han sido
escritos, sin la menor alteración, para respetar el trabajo creador de quien estamos
citando, haciendo mención explícita de la página en que aparecen. Las frases
presentadas en las citas textuales deben encerrarse entre comillas. Las fichas de
contenido, aparte de poseer los datos de referencia comunes a toda ficha, consisten en
resúmenes o síntesis de párrafos, capítulos o aun de la obra toda. Es conveniente incluir en
ellas el número de las páginas o capítulos resumidos, así como el índice general de la obra
o un extracto del mismo. Estas fichas también se denominan fichas de resumen. Las fichas
mixtas se elaboran integrando a la vez información textual y de libre creación del
investigador. Resultan las más útiles y adaptables, aunque su realización exige algo más
de criterio que la de los otros tipos mencionados.
El valor de las fichas reside en que ellas permiten recopilar las informaciones que
necesitamos para una determinada investigación. Por ello es importante que las
construyamos de modo tal que se adecuen a los fines de nuestro trabajo. Si las fichas de
una indagación son completas y registran fielmente los datos originales, será posible
desarrollar la investigación con la seriedad que requiere todo trabajo científico. Es
importante también manejar el material con orden y prolijidad, porque de otro modo la
tarea de ordenamiento y de análisis de los datos se hace muy difícil y engorrosa. Esto no
quiere decir que debamos convertir la tarea de recolección de datos biblio-gráficos en
una actividad formalista, recargada de minuciosidades que en poco aportan al desarrollo
de la investigación, sino que debemos encontrar un método de trabajo que nos permita
disponer de todo la información que necesitamos con rapidez y sin excesivo trabajo.
Ejercicios
9.1. Realice una observación no estructurada del comportamiento de las personas frente
a un puesto de venta de periódicos tratando de determinar sus hábitos de compra en
cuanto a: productos comprados, horarios y características de los compradores.
9.2. Efectúe una observación participante entre sus compañeros de estudio o de trabajo
tendiente a detectar fenómenos de liderazgo. No olvide registrar los datos obtenidos.
9.3. Confeccione un modelo de observación que pudiera usarse para registrar las
reacciones de estudiantes durante un examen escrito.
9.6. Intente realizar una entrevista focalizada con alguna persona de su conocimiento.
Como Afoco" puede emplear algún problema de su experiencia cotidiana o de la
actualidad política local.
9.7. Realice un análisis de contenido de algunas expresiones que se repitan en textos sobre
metodología de investigación. Tome por ejemplo los conceptos de hipótesis, datos y
variables.