Espacio Publico, Seguridad y Pa - Alejandro Suarez Pareyon
Espacio Publico, Seguridad y Pa - Alejandro Suarez Pareyon
Espacio Publico, Seguridad y Pa - Alejandro Suarez Pareyon
y patrimonio cultural
en centros históricos
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Graciela Chávez
Departamento de Publicaciones -
Asdriel Téllez
Diseño y formación tipográfica
Nancy Roque
Corrección de estilo
Elizabeth Vargas
Diseño de portada
Marco conceptual
El marco conceptual y explicativo de la violencia escolar en México necesita ser
construido para nuestro propio contexto. Las referencias tradicionales, como la de
Dan Olweus (1993), sólo precisan el significado de bullying como sinónimo de lo que
se ha tomado en México como “violencia escolar”, pero es notoriamente insuficiente
e impreciso para explicar la violencia en las escuelas de México: “Se dice que un
estudiante es acosado o victimizado cuando él o ella son expuestos repetidamente y
por cierto tiempo con acciones negativas (algún tipo de agresión) por uno o más
estudiantes (1986 y 1991)” (Olweus, 1993).
Los estudios realizados en México conducen la discusión a conceptos más
poderosos, como lo señalan Aguilera, Muñoz y Orozco (2007), para el estudio y
tratamiento de la violencia escolar. Ésta es un problema de convivencia, agresividad,
de comportamientos antisociales, crueles o socialmente destructivos, groseros,
provocadores. Puede ser desde un insulto hasta el vandalismo y la agresión física
con armas; pero también estar asociada a situaciones de consumo de drogas,
pandillerismo y acoso sexual, y no sólo entre estudiantes, sino también estar dirigida
a docentes. De esta forma, estudiosos del problema en México han definido que: “la
violencia escolar abarca todo el espectro de actividades y acciones que causan
dolor o lesiones físicas o psíquicas a las personas que actúan en el ámbito escolar,
o que persiguen dañar los objetos que se encuentran en dicho ámbito”. Y se ha
querido tipificar esta violencia escolar como vandalismo, por ser actos que buscan
dañar la propiedad; agresión física, entre estudiantes y hacia profesores; y agresión
simbólica, mediante conceptos discriminatorios a profesores, alumnos u otros
miembros de la comunidad escolar (Aguilera, Muñoz y Orozco, 2007). Con estos
tipos de violencia escolar algunos autores han identificado de manera específica la
disciplina, el desorden en las aulas, el maltrato entre compañeros (donde insertan el
bullying) y el acoso sexual. Finalmente, también se señala que dentro de la violencia
escolar se encuentra la violencia de los profesores hacia los estudiantes, que alguna
parte de ella trata de justificarse como medida disciplinaria.
La violencia escolar ha sido determinada como agresión sistemática de alguien
sobre otra persona de la escuela. Esta agresión puede ser física, verbal, “ponerle
apodos a alguien”, también cuando alguien empuja, golpea, patea o se dedica a
hacer correr rumores sobre alguien más o excluir a alguien de alguna forma de un
grupo o simplemente por ignorarlo o burlarse; también cuando el estudiante
agredido no puede defenderse y los acosadores ejercen cierto poder sobre su
víctima (Migliaccio y Raskauskas, 2013). A estas conductas violentas las llamó
bullying su autor original (Olweus, 1993), siempre y cuando se hicieran entre pares.
Sin embargo, existe también otro tipo de conductas violentas dentro de la escuela,
como el vandalismo y la agresión a docentes, física, verbal o de apodos. Hay
además algunas delictivas, como el robo y el tráfico de drogas o lesiones y
homicidios, generalmente dolosos más que culposos. A finales del siglo e inicios
del , en Europa, Estados Unidos y países latinoamericanos como Argentina y
Brasil había una extensa literatura con enfoques múltiples que abarcaba el concepto
de violencia escolar desde su heterogeneidad (Reguillo, 2006: 57).
En México se hizo un esfuerzo por recopilar aquellas investigaciones sobre
disciplina, convivencia y violencia escolar, en los tomos dos y tres de La
investigación educativa en México 1992-2002 (Piña, Furlán y Sañudo, 2013), en el
que se construyen dichas categorías a partir de los textos reseñados con una fuerte
carga normativa; es decir, las violaciones a las normas establecidas en las escuelas.
Sin embargo, se evidencia la preocupación de las escuelas, concretamente de los
funcionarios del sistema escolar, por hacerle frente al consumo de drogas de los
estudiantes: “Las organizaciones criminales que han ido monopolizando el mercado
interno de la droga, han adquirido una fuerza temible y las escuelas son uno de sus
mercados predilectos” (Piña, Furlán y Sañudo, 2003: 213).
Es importante mencionar que en 2007 se desarrolló el primer estudio a gran
escala denominado “Disciplina, violencia y consumo de sustancias nocivas a la
salud en escuelas primarias y secundarias de México” para analizar la problemática
señalada. Una de las ventajas es el de la utilización de los datos para la elaboración
de políticas o estudios específicos que servirían para la construcción de indicadores
para aproximarse al problema como lo han hecho Rivero, Barona y Saenger (2011) y
estudiar el problema del bullying o acoso entre iguales. Las manifestaciones de
violencia en el estudio del son reconocidas en cuatro formas: robos, burlas,
amenazas y agresiones físicas entre alumnos, sin tomar en cuenta otros factores,
como lo señala Gustavo Muñoz Abúndez (2008).
A lo anterior agregaríamos que tampoco se toman en cuenta las manifestaciones
o formas violentas generadas en el entorno escolar como el narcotráfico, el
enfrentamiento entre el ejército y el crimen organizado, mismos que son abordados
en un estudio patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y el Desarrollo ( ), en 2010 denominado La educación
víctima de la violencia armada 2010 (Education Under Attack 2010), en el que se
muestran agresiones sistemáticas contra estudiantes, maestros, profesores
universitarios, miembros del personal docente y centros de enseñanza en diversos
países, incluido México (O’Malley, 2007).
Más allá de la conceptualización de la violencia, diversos estudios tratan de
construir un marco explicativo de ella. Brevemente, los factores causales de la
violencia se han dividido en dos grupos: internos y externos, tomando en cuenta, por
un lado, las características de las relaciones sociales entre los actores del contexto
escolar y, por el otro, elementos tales como el ambiente familiar y social fuera del
espacio educativo (Romera, Del Rey y Ortega, 2011). Entre los factores internos se
señala la organización escolar, el ambiente al interior de la institución, la calidad de
las relaciones entre profesores y alumnos, el establecimiento de normas y valores
educativos, el ausentismo de la planta docente y las estrategias educativas
empleadas (Prieto, 2005).
Asimismo, la conducta violenta entre los alumnos se ha relacionado con
procesos sociales tales como la aprobación, aceptación, reconocimiento social de
los iguales, necesidad de ser considerado y aceptado por los demás, ser más fuerte
y poderoso que los otros y ser diferente, buscándose la creación una identidad
particular en el grupo de iguales (Villareal, Sánchez, Veiga y Del Moral, 2011), de tal
modo que en el contexto escolar los actos agresivos y abusivos son ejecutados, con
mayor frecuencia, por alumnos que se sienten integrados a un grupo (Prieto, 2005).
Por su parte, Prieto, Carrillo y Jiménez (citados por Furlán y Spitzer, 2013)
señalan la contundente relación entre el clima escolar y las condiciones dadas para
el maltrato entre compañeros.
Lo cierto es que los resultados obtenidos en los estudios científicos realizados
sobre la incidencia reflejan que a lo largo de su vida en la escuela, una parte
importante de los alumnos de secundaria parece haber tenido contacto con algún
tipo de violencia entre iguales (Valadez, 2008).
Otro factor que ha sido identificado como causal de la violencia ha sido el
consumo de drogas que, aunque no se precisa, puede ser dentro y fuera de la
escuela.
Claramente externo a la escuela se encuentra como causal de la violencia a la
familia y, desde luego, la violencia social y la criminalidad del entorno de la escuela,
incluido el efecto estructural de la pobreza y la exclusión social, aunque no se
presenten evidencias empíricas, lo mismo que la influencia de los medios masivos
de comunicación.
En este aspecto, se ubican ciertos problemas en el entorno familiar, tales como la
falta de cariño, atención, comunicación, la separación, divorcio o ausencia de los
padres, una educación inestable y agresiva, como es el caso de modelos parentales
excesivamente autoritarios o, por el contrario, totalmente permisivos sin ningún tipo
de control (Prieto, 2005).
Un elemento de gran impacto en el fenómeno de la violencia escolar es, sin
duda, la narcoviolencia, la cual hoy en día ha venido a exponer nuevas formas de
flagelo por parte de miembros del crimen organizado en contra de los individuos de
las comunidades escolares y sus instalaciones con el fin de agredirlos, asesinarlos,
intimidarlos, vulnerarlos o despojarlos de sus bienes y propiedades (Furlán y Spitzer,
2013).
Ha sido principalmente a través de la nota roja de distintos medios de
comunicación que de manera cotidiana se han podido conocer diversos hechos de
violencia perpetrados por bandas criminales, la detención de capos y criminales
involucrados en tiroteos, asesinatos, ejecuciones, secuestros y otras actividades
delincuenciales como las extorsiones, robos y asaltos, incluyendo la incautación de
drogas, armas, dinero y bienes (Furlán y Spitzer, 2013).
Ante lo mencionado, los estudios sobre el tema y la prensa han dejado de
manifiesto la aparición de prácticas y símbolos culturales que exaltan y rinden culto
al fenómeno del narcotráfico, denotando que las prácticas delictivas de bandas
criminales han logrado encarnarse en miembros de las comunidades escolares a
través de la cultura que ha generado el narcotráfico (Furlán y Spitzer, 2013).
Figura 1. Modelo hipotético explicativo de violencia escolar en secundarias
públicas urbanas
Escenario de investigación
El trabajo de campo se realizó en tres secundarias, una en el estado de Morelos y
dos en el estado de Chihuahua. Nuestras escuelas secundarias hipotéticamente
“exitosas” en la contención y reducción de la violencia escolar son dos secundarias
técnicas de Ciudad Juárez, Chihuahua: la Secundaria Técnica 90, “Riberas del
Bravo” (ST90), ubicada en esta misma localidad, y la Secundaria Técnica 1, en la
Colonia Obrera. Nuestro caso contrafactual seleccionado es la Secundaria Técnica
41 de la colonia Los Pinos, Tejalpa, en el municipio de Jiutepec, Morelos. La
selección fue muy cuidadosa con base en la incidencia delictiva de estos lugares y
los éxitos que se han tenido en la reducción de la violencia en estas secundarias y
en las escuelas del país, que no son muchos, por cierto.
Ciudad Juárez, alguna vez considerada la ciudad más violenta del mundo, ha
visto reducir sus índices de violencia. Experimentó una notable reducción en su tasa
de homicidios por cada cien mil habitantes ( ) entre 2011 y 2013 a casi un
tercio (gráfica 1), incluso más que la capital del estado de Chihuahua y desde luego
mucho más que el promedio nacional. Algo parecido ocurrió con el índice de
secuestros pccmh: se redujo una tercera parte entre 2011 y 2013 (gráfica 2).
En el municipio de Jiutepec y en el estado de Morelos, en contraste, las tasas de
homicidio crecieron notablemente entre 2011 y 2013. En Jiutepec, los homicidios
casi se triplicaron entre 2011 y 2013; en Morelos aumentó 25 puntos en su tasa de
para 2012 y 10 puntos entre 2011 y 2013. Algo parecido ocurrió con el índice
de secuestros en Jiutepec que se incrementó cinco veces entre 2011 y 2013; en
Cuernavaca creció cuatro veces en ese mismo periodo (de 4.3 a 15.0) y para 2013
era diez veces la tasa nacional de secuestros (1.5 ); y en todo el
estado este índice se elevó seis veces entre 2011 y 2013. Un análisis de la
incidencia delictiva en el municipio de Jiutepec durante el periodo 2010-20111
muestra que casi 45% de los detenidos en el municipio de Jiutepec provienen de
seis colonias principalmente: Tejalpa 14.5%; el Centro de Jiutepec, 9.8%; la colonia
, 6.4%; la colonia Bugambilias, 5.4%; la colonia Apatlaco, 4.5% y la colonia
Tlahuapan, 4.1% (Olivera, 2012). Tejalpa es precisamente el lugar donde se ubica la
Secundaria objeto de estudio.
En estos escenarios se localizan las secundarias seleccionadas para el estudio
de la violencia escolar.
Secundaria Técnica 41
El caso de la Secundaria Técnica 41 de Tejalpa, Jiutepec, Morelos En la Secundaria
Técnica 41 se encuestó a 78 alumnos, 43 mujeres y 35 hombres, 36.2% de los
cuales eran de primer grado, 41.2% de segundo y 22.5% de tercer grado, todos del
turno vespertino. El 16.2% tenía entre 11 y 12 años de edad, 30% era de 13, 36.2%
de 14 y 17.4% entre 15 y 16 años de edad.
En más de la mitad de los hogares de los estudiantes viven entre 6 y más de 10
personas y en casi 80% de los hogares los padres están pendientes de las
calificaciones de sus hijos y 74% también lo están de sus tareas. Asimismo, 71.4%
de los estudiantes respondió que no hay golpes en su hogar.
Fuente: Programa para la Convivencia Ciudadana. Plan Maestro Comunitario de Prevención del
Delito y la Violencia. Polígono Riberas del Bravo, Ciudad Juárez, Chihuahua. Septiembre, 2012.
Comentarios finales
De nuestra hipótesis original de la influencia de factores internos y externos pudimos
encontrar que las relaciones familiares están asociadas a la violencia escolar para
que los estudiantes sean protagonistas de burla dentro de la escuela.
El promedio general es también un factor poderoso, más que la familia, en los
estudiantes como protagonistas de diversos tipos de violencia dentro de la escuela,
con una asociación poderosa con la pertenencia a pandillas.
El consumo de drogas fuera y dentro de la escuela se encontró asociado a la
pertenencia a pandillas y al promedio general.
La criminalidad del entorno, incluido el consumo de drogas, se vincula con la
violencia dentro de la escuela a partir de la pertenencia a pandillas de los
estudiantes y a qué se dedican, con quién salen los estudiantes en su tiempo libre y,
desde luego, asociado al promedio general del estudiante. Esto fue prácticamente
confirmado en los tres casos, a pesar de que es mayor la pertenencia a pandillas de
la Secundaria Técnica 41 de Morelos, nuestro caso contrafactual, y también mayor
la violencia dentro y fuera de la escuela.
Vale la pena destacar que la influencia de la familia en la violencia dentro de la
escuela a través del promedio general fue principalmente por una falta de
seguimiento de los padres a las calificaciones y tareas de sus hijos en la Secundaria
Técnica 90, sin estar mediada por el promedio general; asimismo permanece esta
influencia de la pertenencia a pandillas en el promedio general en las tres
secundarias estudiadas.
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Notas
* Doctor en educación por la Universidad de Harvard y es Investigador Nacional Nivel , Sistema
Nacional de Investigadores.
1 Análisis realizado con la base de datos obtenida del Ministerio Público de Jiutepec, Morelos.
El derecho y el revés del espacio público en Ciudad Juárez,
Chihuahua
María Belén Herrero Martín*
Introducción
Las ciudades contemporáneas enfrentan una serie de desafíos vinculados a la
fragmentación social y territorial, a la degradación ambiental, la precarización de las
condiciones de vida y la complejización del fenómeno de la inseguridad. Todo ello ha
asumido una magnitud preocupante en el caso de las ciudades latinoamericanas, en
virtud de la intensidad y magnitud con que las problemáticas mencionadas se han
presentado en este territorio.
México no escapa a estos procesos, incluso se ha convertido en un referente en
relación con la inseguridad ciudadana.1 Esta última se configura como uno de los
problemas urbanos más emblemáticos y una de las demandas más reiteradas por la
población mexicana. Un estudio realizado en 2012 por una ong revela que de las 50
ciudades más peligrosas del mundo, nueve son mexicanas (Acapulco, Torreón,
Nuevo Laredo, Culiacán, Cuernavaca, Ciudad Juárez, Chihuahua, Victoria y
Monterrey) (Aristegui Noticias, 24 de mayo de 2014).
Entre los estados que merecen especial atención encontramos a Chihuahua, en
el cual se ubican dos de las nueve ciudades mencionadas: Chihuahua y Ciudad
Juárez; esta última con 749 homicidios dolosos en 2012, una tasa de 55.91
asesinatos por cada 100 mil habitantes (Aristegui Noticias, 7 de febrero de 2013).
Los datos que miden la inseguridad objetiva y subjetiva2 en el estado de Chihuahua
se encuentran en sintonía con el marco planteado. Según la envipe (2013), 78% de
la población de 18 años y más percibe a la entidad federativa como insegura; en
2012 esta cifra era aún mayor (83% de la población). Asimismo, Chihuahua se
encuentra entre los diez estados del país percibidos como más inseguros por sus
habitantes y que se posicionan por encima de la media nacional (72%)3 ( ,
2013). Según un estudio del (2012), entre los factores mencionados por la
población de Chihuahua que alimentan el clima de inseguridad, encontramos:
delincuencia, violencia en el espacio público, vandalismo, homicidio y secuestro.4
Por otro lado, las cifras que miden la inseguridad objetiva se hallan en el mismo
tenor. El porcentaje de hogares con víctimas se incrementó paulatinamente en las
últimas tres mediciones realizadas por la , de 12 a 16% entre 2009 y 2011 ( ,
2011). Siguiendo esta línea, en 2013 la entidad llegó al tercer lugar nacional con una
tasa de 39.58 fallecimientos dolosos por cada 100 mil habitantes ( , 2013).
Ahora bien, la mayor parte de estos homicidios tiene lugar en el espacio público.
Asimismo, es en este espacio donde se manifiestan expresiones plurales que hacen
visibles las condiciones y contradicciones en la formación y transformación de la
ciudadanía, donde los actores esgrimen diversas territorialidades por el uso, control
y gestión del territorio.
Tomando como punto de partida el caso de Ciudad Juárez, Chihuahua,
pretendemos en este trabajo problematizar aquellos aspectos vinculados a la
construcción del espacio público en esta ciudad, en relación con el marco de
inseguridad ciudadana y las violencias urbanas que tienen lugar en este territorio.
Las violencias sólo adquieren significado dentro de un contexto social y cultural
específico, que es el que atribuye sentido a tales acontecimientos (Azaola, 2012),
razón que nos motiva a interrogarnos sobre los actores y/o colectivos sociales que
intervienen en la construcción del espacio público en Ciudad Juárez, las dinámicas
históricas que han condicionado el desarrollo actual de dicho proceso y los
mecanismos de encuentros-desencuentros que permiten u obstaculizan la
construcción del espacio público. Ahora bien, es necesario resaltar el rol y la
importancia de las políticas públicas en la gestión del espacio público, y en el modo
en que dichos espacios contribuyen —o no— a hacer ciudad en los territorios
urbanizados. En efecto, recuperamos en este trabajo la experiencia vivenciada por
Ciudad Juárez a partir de 2010, con la implementación del Plan Estratégico Todos
Somos Juárez, en respuesta al círculo vicioso de violencia que enfrentaba dicha
ciudad. Se trata de captar la cara más visible de la inseguridad en el espacio público
juarense, así como desentrañar los factores más escurridizos de dicho fenómeno.
Con este objetivo, se ha estructurado el trabajo en dos apartados. El primero de
ellos analiza las transformaciones históricas que ha vivenciado el espacio urbano en
Ciudad Juárez y su vínculo con la región metropolitana en la que se inserta.
Asimismo, recupera algunos elementos asociados a la inseguridad ciudadana y se
perfilan ciertos tipos de violencia urbana existentes en territorio juarense, tales como
pandillas, organizaciones criminales, violencia hacia los hombres, mujeres y
migrantes. En un segundo apartado se analiza la situación del espacio público a la
luz de dichas violencias y del clima de inseguridad ciudadana, y se reflexiona sobre
el accionar del Estado y la sociedad civil.
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Notas
* Candidata a Doctora por la Universidad Nacional de San Juan, Argentina. Maestra en Ciencias
Sociales con especialidad en Desarrollo municipal por el Colegio Mexiquense, México. Colaborador
como docente investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma del Estado de México.
1 Ubicamos a la seguridad ciudadana en el marco de la seguridad personal, incluye delitos contra la
vida, el patrimonio y la integridad humana (Curbet et al., 2003). A través de la seguridad ciudadana
es posible garantizar los derechos humanos fundamentales y la libertad en la sociedad.
2 La inseguridad puede observarse como el riesgo real ante un hecho (dimensión objetiva), o como el
temor percibido frente a ciertos acontecimientos (dimensión subjetiva) (Curbet et al., 2014).
3 Junto a Coahuila, Guerrero, México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Tabasco, Tamaulipas y
Zacatecas.
4 Véase El Heraldo de Chihuahua, 6 de noviembre de 2012.
5 Entre 1942 a 1964, casi cinco millones de mexicanos ingresaron a laborar en los campos agrícolas
de Estados Unidos. Estos braceros convirtieron a la agricultura estadounidense en la más rentable y
avanzada de todo el planeta. Se trataba de campesinos de las zonas agrícolas rurales más
importantes de México, como Coahuila, Durango y Chihuahua.
6 Los flujos migratorios provenían fundamentalmente de Durango, Coahuila y Veracruz.
7 Este mismo fenómeno se dio en Ciudad Mier (Tamaulipas), la zona metropolitana de Monterrey
(Nuevo León) y Tijuana (Baja California) ( , 2010).
8 Para ello se difundieron las siguientes líneas telefónicas gratuitas: emergencias 066, denuncia
anónima 088 y el 90089 para texto y/o envío de fotografías por vía celular.
Mexicali, abandono de viviendas, planeación urbana para
prevenir la delincuencia
Arturo Arango Durán *
Regina Soledad Cruz Vega**
Antecedentes
La inseguridad: factores de riesgo
De acuerdo con Herrera-Laso (2013), la estrategia seguida en el combate a la
inseguridad en nuestro país muestra fallas al no estar centrada en la construcción de
un esquema integral de seguridad pública sino en la contención y combate al delito
(es decir, atrapar presuntos delincuentes). Siguiendo el pensamiento de Herrera-
Laso, en lugar de apuntar las formas para combatir la inseguridad se deben
concentrar los esfuerzos en las condiciones para generar sistemas de seguridad.
Para ello hay que construir un modelo que contemple once variables que, según los
criterios de este autor, inciden en la propensión a la violencia y la inseguridad: (1)
pobreza y marginación; (2) infraestructura física precaria; (3) violencia intrafamiliar;
(4) presencia de pandillas juveniles; (5) presencia de delincuencia organizada; (6)
presencia de armas, drogas y alcohol; (7) presencia precaria de autoridad; (8)
ambiente de impunidad y procuración de justicia precaria; (9) bajos niveles de
organización comunitaria y de cohesión social; (10) ausencia de cultura de la
legalidad e, (11) impactos transnacionales de la criminalidad.
La arquitectura y la seguridad
Comencemos por la relación entre delito, seguridad y espacio público. El delito es
una actividad realizada por seres humanos que sucede en un tiempo y espacio
específicos en un contexto o bajo ciertas condiciones ambientales que hacen posible
que se dé el encuentro entre víctimas y victimarios. Las condiciones ambientales
dependen generalmente de los flujos y movimientos de personas y
activos sobre un espacio determinado. Ese espacio puede ser público o privado. En
general puede señalarse que los delincuentes buscan espacios que se encuentren
sin supervisión, aislados de ésta, pero en donde confluyan las víctimas y donde
puedan ser encontradas por los victimarios. Así, el aislamiento puede ser real o en
sentido figurado. Se trata de lugares donde la supervisión resulta precaria o, de
plano, inexistente. Lo que busca el delincuente es escapar de la supervisión, algo
que puede realizarse fácilmente en cualquier espacio privado o público, zona urbana
o rural de nuestro país. La calle viene a ser el espacio por antonomasia para la
comisión de los delitos. Bajo esta perspectiva es en el espacio público donde se
definen la mayoría de los delitos. Es en la calle, o el parque, en la infraestructura
urbana, donde surgen la mayoría de las interacciones entre víctima y victimario. Así,
toma importancia conocer las características ambientales y de diseño arquitectónico
de los lugares públicos donde se dan los hechos y cómo esas características
disuaden o promueven la comisión de los delitos.
Al estudiar las características de los espacios públicos donde se acumulan los
delitos hemos encontrado que la mayoría fueron diseñados y construidos sin tomar
en cuenta la seguridad. En los estudios del tema de seguridad que se han
preocupado por integrar la arquitectura y el desarrollo urbano, existe un consenso
general en que si el espacio urbano y sus características ambientales son
planificados, diseñados y manejados apropiadamente, ciertos tipos de delitos y la
percepción de temor pueden ser reducidos, elevando la calidad de vida de la
comunidad. Bajo esta perspectiva entonces el arquitecto, el diseñador urbano, si
considerara integrar y combinar los conceptos y las tecnologías de seguridad podría
lograr que sus diseños proporcionen una solución integral útil para prevenir la
inseguridad y, sobre todo, capaz de facilitar la interacción y el aprovechamiento de
los espacios públicos. En criminología, a este proceso de proporcionar seguridad en
las fases de diseño arquitectónico se le conoce como Prevención del Delito a través
del Diseño Ambiental ( ,1 por sus siglas en inglés) mismo que no explicaremos
aquí, pero que existe como una alternativa teórica para comprender esta perspectiva
del diseño arquitectónico y urbano. Al respecto, sólo diremos que, en la actualidad,
la criminología ambiental contiene una familia de teorías que comparten un interés
en los eventos delictivos y las circunstancias ambientales en que surgen las
interacciones sociales en el espacio público, cuyo diseño podría facilitar o impedir el
delito. El punto de vista de la criminología ambiental (Mazerolle, 2008) se basa en
tres premisas:
Los jóvenes2
En el aprovechamiento de los espacios públicos, los jóvenes tienen un papel crucial,
pues son quienes tienen más tiempo libre y mayor posibilidad de apropiarse de los
mismos en la medida en que, si no trabajan o no estudian, o no lo hacen de tiempo
completo, son quienes cuentan con mayor energía e interés de conocer y vivir el
exterior, es decir, su libertad. No obstante, las condiciones actuales de la economía y
el cuidado de los hijos e hijas, cada vez más limitado por la integración de ambos
padres al mercado laboral, así como por la naturaleza de las familias actuales, que
cada vez dedican menos tiempo al cuidado de sus descendientes, ha propiciado un
incremento histórico de jóvenes sin empleo, sin estudio y sin guías de autoridad, así
como jóvenes con urgente necesidad de identificarse con algo, o con alguien y de
disfrutar su derecho a ser libres. Al segundo trimestre de 2013, había 21.5 millones
de jóvenes en México, es decir, personas entre los 15 y los 24 años de edad, que
representan 18.2% de la población total ( , 2014).
La situación brevemente descrita es un indicador que permite entender por qué,
actualmente en México, 47.0% de los delincuentes sujetos a proceso por algún
delito ante los juzgados del fuero federal y común, entre los años 2005 a 2011, tenía
entre 16 a 29 años de edad. Permite entender también que la incidencia delictiva
está focalizada entre los jóvenes alcanzando un pico estadístico máximo entre los
delincuentes de 23 años, donde, a partir de dicha edad se presenta una tendencia
decreciente. Permite darse cuenta que mientras, en la actualidad, una de cada
cuatro personas del país, se encuentra en la juventud, uno de cada dos delincuentes
conocidos también está en ese grupo de edad.
La situación de la juventud es tan grave que, en 2012, los jóvenes mexicanos
representaron poco más de 38% de las víctimas de homicidios en el país en relación
con la última década. Tristemente los jóvenes no han sido solamente las víctimas,
sino también la mayoría de los agresores, una tendencia común encontrada en toda
la región. Más de la mitad de los delitos en 2010 se cometieron por jóvenes, afirma
el informe Panorámica de la población joven en México, editado por el . De
estos jóvenes, la mayoría tenía entre 18 y 24 años y nueve de cada diez eran
hombres.
Según el investigador Arturo Yáñez Romero (2005):
La infraestructura
En general los polígonos en estudio cuentan con todos los servicios urbanos como
son energía eléctrica, agua potable, alumbrado público —éste con algunas
deficiencias—, parques, jardines, centros recreativos, deportivos, vialidades
adecuadas, transporte público, mercados, entre otros.
Existe además un gran número de negocios y tiendas de conveniencia que les
permiten a los habitantes contar con satisfactores básicos en las cercanías de las
viviendas. Puede señalarse que en casi todas las viviendas y, a pesar de que en
algunas hay claros signos de pobreza, pudo notarse un vehículo estacionado.
La vivienda
Los polígonos en estudio presentan grados de desarrollo mixto: aquellos que se
derivan de asentamientos residenciales ya antiguos y en donde los habitantes han
desarrollado ya características de comunidades maduras (2). En general, en estas
zonas se presentan a través de agrupaciones isla, que se pueden recorrer sus
cuatro costados fácilmente. Están conformadas por viviendas aisladas entre sí
formadas por bloques.
Vivienda continua, con acceso en dos frentes paralelos con características de tipo isla, dada la
ausencia de bardas o delimitadores entre vivienda y vivienda.
Fuente: Elaboración propia con información de Google Earth.
La vida nocturna
Debido a las condiciones climáticas, durante la mayor parte del año, con algunas
excepciones en el invierno, las calles y los espacios públicos cobran vida una vez
que el sol empieza a ponerse. Los jardines se llenan, las esquinas se alegran con la
presencia de vendedores ambulantes que ofrecen distintas mercancías que van
desde ropa, aparatos electrónicos hasta alimentos y bebidas. La gente sale a los
patios a cocinar carne asada o hacen reuniones familiares o de amigos alrededor de
equipos de sonido, en donde destacan el karaoke o los radios de los autos, ambos a
alto volumen. Los puntos de reunión son diversos y en general la vida nocturna es
más rica que la diurna. Por ello, es posible encontrar a altas horas de la noche a
grupos de jóvenes de escasa edad, entre los 13 a los 17 años, sin supervisión de los
adultos y los cuales se encuentran “aparentemente” platicando.
Se tuvo oportunidad de interactuar con algunos de esos grupos y no se
encontraron residuos o indicios de consumo de alcohol, pero sí el aroma
característico de los consumidores habituales de droga, desde los inhalantes hasta
el crack, el ice o la marihuana. Es importante destacar el alto número de personas
sentadas en las esquinas o en las entradas o patios de las viviendas, principalmente
mujeres adultas, solas, sin motivo aparente y una gran cantidad de personas en
bicicleta. Así en un recorrido de patrullaje normal no es raro encontrar cada dos o
tres minutos a alguien sentado o dando una vuelta en la bicicleta. Esto último
generalmente en grupos de dos.
Fuente: Elaboración propia sobre mapas de Google Earth y con información del INEGI.
Algunos letreros de bandas relacionadas con la Mara Salvatrucha, posiblemente con Sur Trece
Califas, que utilizan las letras ms y los números 213, los cuales corresponden al código de área del
sur de California, Estados Unidos, donde reside este grupo delictivo.
Fuente: Juan Pablo Arango Orozco y Luis Arturo Arango Orozco.
Conclusiones
Este tipo de desarrollos urbanos es un modelo de negocio que se repite en buena
medida generando consecuencias diversas según el contexto. Nuestra tarea como
planificadores de ciudad es contribuir a la creación de un entorno tanto formal como
conceptual que permita crear las condiciones mínimas de habitabilidad, y las zonas
de riesgo detectadas en Mexicali se contraponen a este principio básico al que todos
tenemos derecho.
Sin embargo, la complejidad es tal que es necesario atacar el problema desde un
enfoque multidisciplinar, con un grupo de expertos en diferentes materias para
responder de forma lógica en el diseño futuro de las ciudades.
En los polígonos y debido al clima existen tres momentos claramente
diferenciados:
El primero, durante el día, se aprecia abandono de espacios públicos y poca,
muy poca gente en la calle.
El segundo, entre el momento de la antepuesta del sol y aproximadamente hasta
las 11:00 a 11:30 de la noche, donde se desarrolla la vida social en la calle. El
espacio público se utiliza más.
El tercer momento se da entre las 11:30 de la noche hacia las 6 de la mañana,
cuando hay vida nocturna con grupos de jóvenes en las calles y avenidas y
reuniones con consumo de alcohol moderado y música a alto volumen. Es en estas
horas en que pueden verse a personas, aparentemente sin actividad específica,
sentadas en los patios o puertas de las casas y a grupos de jóvenes, posiblemente
consumiendo drogas. Acompañándolos, hay una cantidad grande de ciclistas,
repartiendo quizá algún tipo de mercadería.
En los polígonos en estudio se encontraron dos graves problemas, vinculados
entre sí: las casas abandonadas y los fuertes indicios de consumo de drogas.
Independientemente de todos los demás problemas relacionados con el abandono
de viviendas.
Mexicali pasa actualmente por un proceso de deterioro urbano muy importante,
ya que esa gran cantidad de viviendas cobijan tanto actos delictivos como hechos
antisociales, y más grave aún es que se continúe la construcción de viviendas en
zonas con altas tasas de abandono.
Se pudo platicar con algunos vecinos al respecto y en todos los casos donde se
dio una respuesta se conocía a las personas, generalmente otros vecinos, que en el
momento en que sabían acerca de una casa abandonada, primero violaban
cerraduras y se robaban el material útil; una vez violadas las cerraduras, entraban
otras personas, también vecinos, a robar puertas, ventanas, cableado y, en algunos
casos, hasta el techo y paredes.
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Notas
* Consultor independiente en materia de seguridad pública. Director de la Revista CrimiPol.
** Secretaría Técnica del Consejo Municipal de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Toluca.
1 Crime Prevention Through Environmental Design. Material sobre esta técnica puede verse en las
páginas siguientes: http://www.pazciudadana.cl/publs.php?show=CAT&idCat=11&view=A, que
pertenece a la fundación chilena Paz Ciudadana; http://www.cpted.net/, la cual pertenece a la
Asociación Internacional de Prevención del Delito a través del Diseño Ambiental; y el blog
http://elblogdefarina.blogspot.com/2010/12/prevencion-del-delito-y-diseno-urbano.html
2 En este apartado se toma en consideración el libro Panorámica de la población joven en México
desde la perspectiva de su condición de actividad 2013, publicado por el .
3 http://es.wikipedia.org/wiki/Mexicali.
4 Como el material de construcción es metal galvanizado con utilización de tablarroca o cartón, en
algunos casos se ha destruido completamente la vivienda, es decir, se roban hasta los techos y
paredes.
Percepción y comisión del delito en espacios públicos: un
acercamiento descriptivo para el caso mexicano
Claudia Yolanda Albarrán Olvera*
Rosa Azalea Canales García**
Yuliana Gabriela Román Sánchez***
Introducción
Hace aproximadamente un decenio, el crimen, la violencia y la inseguridad en
México constituían un asunto no prioritario en la agenda pública; sin embargo, en los
últimos años representan un tema fundamental, a raíz del cambio de estrategia
contra el narcotráfico y el incremento de las actividades delincuenciales a niveles
alarmantes sobre todo en poblaciones urbanas y con alta densidad
demográfica.
Diariamente, los medios de comunicación (televisión, radio, periódicos, revistas,
redes sociales) dan cuenta de tal situación. Igualmente, las encuestas de opinión
elaboradas por empresas, gobiernos o partidos políticos refieren que la problemática
delincuencial es la preocupación preponderante de la población y por tanto,
configura la demanda más sentida hacia el sector gubernamental y los sistemas de
seguridad, procuración e impartición de justicia.
En términos geográficos y urbanos, las ciudades simbolizan áreas donde la vida
cotidiana debe desenvolverse bajo el temor de experimentar los embates de la
delincuencia, originando incluso la migración de las personas desde sus lugares de
origen hacia lugares que consideran más tranquilos. Así, se genera un problema de
migración cuyas causas no solamente se remiten a la búsqueda de mejores
oportunidades laborales o por desastres naturales, sino también se incorpora el
tema relativo a la inseguridad; materializada por el narcotráfico, los secuestros, las
extorsiones, los homicidios, asaltos, robos, violaciones, trata de personas, entre
otras actividades delictivas.
Aunado a este fenómeno, las personas que deciden continuar habitando en las
ciudades resuelven ya no “vivirlas”, en el sentido de preferir no visitar espacios
públicos o lugares percibidos en el imaginario colectivo como inseguros o donde
efectivamente, se cometen ilícitos. De esta forma, los individuos asumen dos
posturas en relación a la inseguridad. La primera refiere a la percepción,
en la que consideran que en determinado espacio público se cometerá un delito
aunque no saben con certeza si efectivamente sucede. La segunda define la
comisión, situación en la que realmente se conoce por experiencia que en ciertos
lugares se llevan a cabo actividades delictivas.
El objetivo de este trabajo es analizar la precepción del delito en contraposición
con la comisión del mismo en los espacios públicos de México. Lo anterior atiende a
la importancia de revisar las posibles divergencias entre la percepción y la comisión
de actividades delictivas en áreas originalmente creadas para uso y convivencia de
la sociedad. La justificación para esta investigación radica en que debido a
apreciaciones erróneas relativas a la ejecución delictiva, en algunas ocasiones, se
origina el abandono o la disminución del empleo de áreas públicas.
Para tal efecto, se llevó a cabo una revisión bibliográfica respecto a la seguridad,
seguridad urbana, espacio público y medición de la seguridad. Asimismo, se
analizaron datos provenientes de la Encuesta de Victimización de Personas ( )
y la Encuesta de Seguridad Pública Urbana ( ).
El trabajo está estructurado en cuatro apartados. El primero, analiza el concepto
de seguridad e inseguridad urbana. El segundo, expone la noción de espacio público
y se reflexiona respecto a las transformaciones ocurridas en las ciudades,
consecuencia de los cambios económicos y el incremento de la delincuencia. El
tercero, describe la seguridad urbana a través de las nociones relativas a la
victimización y percepción del delito; y el cuarto, analiza información estadística
sobre precepción y comisión de delitos en los espacios públicos en México.
1. Cuando la ciudad tiende a ser dispersa (ciudad difusa) deja amplios espacios
desocupados, oscuros, terrenos baldíos propicios para la comisión del
crimen.
2. La ciudad refleja cada día más las distinciones socio-económicas,
generándose otro fenómeno a nivel espacial simbolizado por la segregación
residencial y la conformación de zonas para personas con poder adquisitivo,
aisladas del resto de la urbe, equipadas con excelente infraestructura en su
interior, cuya finalidad es evitar en la medida de lo posible, salir de este
espacio y convivir con habitantes que considera personas non gratas
(personas de bajos recursos). De tal forma, los habitantes de zonas
residenciales adquieren no solamente infraestructura y áreas verdes sino
también seguridad, exclusividad y aislamiento; todo ello ocasiona el desuso
de los espacios públicos (Castells, 1999).
3. La construcción de artefactos urbanos de la globalización (De Mattos, 2004)
que refieren a grandes plazas comerciales como zonas de diversión y
convivencia en sustitución de los espacios públicos.
4. Se gesta un fenómeno de transición de la ciudad de los lugares a la ciudad de
los flujos dado que las personas por cuestiones personales o profesionales,
no permanecen en un sitio por tiempo prolongado (Castells, 1999).
5. Usos del suelo que propician la diferenciación de la criminalidad. De acuerdo
a Carrión (2008) el tipo de delito se especializa en función de los usos del
suelo y el grado de violencia en los espacios públicos está en función de la
zonificación urbana.
6. En el caso de los países de América, principalmente México durante los
últimos años, se observa un fenómeno de militarización y uso de las fuerzas
policiacas en las calles, inhibiendo el uso de espacios públicos.
Nota: Los informantes pueden declarar más de una conducta delictiva y los relativos se calculan con
respecto al total nacional de la población de 18 años y más.
*Se refiere a la opción “no sabe/no responde”.
Fuente: , Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, 2016.
Las secuelas que suele dejar el delito van desde evidentemente daño patrimonial
hasta los traumas psicológicos. En el delito de robo o asalto en la calle o en el
transporte público esta situación también se presenta, 77.9% de los actos criminales
dejó una secuela económica, 3.0% daños físicos, 13.6% impactos de tipo emocional
y psicológico, e incluso 0.3% afectaciones laborales.
Cuadro 2. Robos o asaltos en calle o transporte público ocurridos con víctima
presente por condición de portación de arma y condición de agresión física,
2015
Nota: El número de fraudes declarados fueron de 3 225 165, mismos que, por su naturaleza de
engaño, no fueron considerados en los delitos con víctima presente. (1) La condición de agresión
física es la situación que refiere la víctima respecto de haber o no sufrido una acción deliberada para
provocarle un daño físico por parte del agresor. (2) Incluye robo relacionado con una visita a un
banco o cajero automático. (3) Es la suma de los delitos captados por la encuesta, hayan sido o no
denunciados ante el Ministerio Público. (4) Corresponde a aquellos delitos donde la víctima estuvo
presente en el momento en que éste se cometió y en los que observó la ejecución del delito. (5) Las
armas pueden ser de fuego, blancas y objetos contundentes, como palos, varillas, tubos y similares.
La cifra incluye 2 000 casos en los que no se especifica si hubo agresión física. (6) Se define como la
agresión física sufrida con un arma u otro tipo de violencia. (7) La cifra incluye 17 152 casos en los
que no se especifica si hubo agresión física. (8) Incluye las opciones de “No sabe/no responde”.
Estos datos son sólo de carácter informativo pero no para obtener conclusiones a partir de ellos.
Fuente: . Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, 2016.
El delito ante el que la gente en México se siente más susceptible de ser víctima
es precisamente el robo o asalto en la calle o en el transporte público, 71.6% de la
población mayor de 18 años cree que puede ser objeto de este tipo de crimen.
La gente ha dejado de hacer actividades por temor a ser víctima de un delito,
entre las que se encuentran: ir a la escuela; frecuentar centros comerciales; usar
transporte público; viajar en carretera a otro estado o municipio; ir al estadio, cine o
teatro; salir a comer; visitar parientes y salir a caminar las calles de su ciudad
(cuadro 7).
Conclusiones
Se pueden observar varios fenómenos a través de las cifras expuestas, en primera
instancia el número de delitos que se cometen es muy superior al que realmente se
denuncia, lo que refleja desconfianza y miedo a denunciar; tanto el Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública como el Observatorio Nacional
Ciudadano presentan cifras por debajo de las que reportan las encuestas de
victimización, debido a que la gente no denuncia los delitos, lo que ocasiona un
subregistro importante de ilícitos. Los robos y asaltos en la calle y el transporte
público constituyen hoy en día un hecho delictivo en el que se deben centrar los
esfuerzos de seguridad en la ciudad, pues es el delito más importante que ocurre en
los espacios públicos, y que al igual que el grueso de los hechos delictivos tampoco
se denuncia.
El espacio público en México específicamente la calle presenta una situación
muy precaria, desde el punto de vista de la teoría del desorden social, los factores
que caracterizan actualmente las calles en las ciudades mexicanas propician no sólo
un mayor número de delitos, sino también un ambiente propicio para que la
escalada delincuencial siga creciendo, y para que la percepción de inseguridad sea
mayor, la gente a diario es testigo de robos, asaltos, alcoholismo, pandillerismo y
tráfico de drogas; adicionalmente la violencia en las calles durante las 12 horas del
día, intensificándose esta situación por las noches, incluso en horas de trabajo y
escuela se cometen una gran cantidad de robos y asaltos; la violencia implicada en
los delitos es un factor de mucha importancia en el crecimiento de percepción de
inseguridad, aún sin portación de un arma en los robos y asaltos que se cometen en
las calles hay la presencia de violencia.
Todo lo anterior hace que el tema de inseguridad sea el más importante para los
mexicanos, aún por encima de por ejemplo el empleo y la pobreza, si bien en el año
2016 se cometieron poco más de 29 millones de delitos, y en promedio a cada
víctima se le cometieron 1.3 delitos, la percepción de inseguridad está muy por
arriba de esas cifras ya que 72.4% de las personas mayores de 18 años en el país
se siente inseguro en su entidad federativa, cifra que es aún más alarmante en
algunos estados como el estado de México, en donde 90.6% de la gente se siente
insegura.
Si bien el porcentaje de personas con miedo a la inseguridad baja cuando opina
sobre dicho problema en su colonia no dejan de ser significativas los datos, cerca
del 16.2% de los delitos de asalto o robo se han cometido en la calle o en un lugar
público, y sin embargo 45.4% de las personas siente miedo a ser víctima.
Las cifras de las encuestas de victimización reflejan mejor la realidad
comparadas con las del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública, esto debido a la no denuncia, por lo que la cifra negra del delito se convierte
en un insumo adecuado para la toma de decisiones de política de combate al delito.
En suma, si bien una de las limitantes del planteamiento presentado en líneas
precedentes versa en abordar el tema de la violencia de modo superficial y en su
dimensión delincuencial, no obstante el objetivo propuesto se cumple a cabalidad, y
al mismo tiempo abre nuevas líneas de investigación para llevar a cabo mapeos,
observaciones o aplicación de herramientas en campo y de contacto con la
población. El acercamiento mostrado es pertinente debido a la inexistencia de
estudios que aborden de manera general el caso del delito y la percepción del
mismo en México.
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Notas
* Maestra en Estudios Urbanos y Regionales. Docente de la Universidad Autónoma del Estado de
México.
** Doctora en Ciencias Económico Administrativas de la Universidad Autónoma del Estado de
México.
*** Profesora de tiempo completo del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados de la
Población de la Universidad Autónoma del Estado de México.
1 De acuerdo a Carrión (2008), en los años noventa se advierte un incremento en las tasas de delitos
denunciados y de la violencia; ubicando a América Latina en la segunda posición entre las regiones
más violentas con tasas de homicidio que prácticamente duplican los promedios mundiales.
2 Camagni (2005) menciona que la concentración de actividad económica y personas en un mismo
espacio representa ventajas, y son típicas del ambiente urbano; cuando la concentración sobrepasa
ciertos límites, las ventajas de la aglomeración tienden a desaparecer, generándose costos por dicha
situación.
3 Los medios masivos de comunicación y los partidos políticos juegan un papel protagónico en el
aumento de la percepción de inseguridad de la gente. Los primeros, fomentan la cultura del miedo, al
darle amplia cobertura y difusión a los hechos delictivos, simplificando e incluso ocultando las causas
de los mismos; por su parte los segundos, tienen como principal bandera de campaña la propuesta
de disminuir la inseguridad, lo que siembra el miedo y la desconfianza, y pone a la seguridad como el
principal problema existente en el medio ambiente (Dammert, Karmy y Manzano, 2004, 28).
4 La expresión hace referencia a la confianza que la mayoría de los seres humanos depositan en la
continuidad de su autoidentidad y en la permanencia de sus entornos, sociales o materiales de
acción. Un sentimiento de fiabilidad en personas y cosas, tan crucial a la noción de confianza, es
fundamental al sentimiento de seguridad ontológica; por lo que ambas están fuertemente
relacionadas psicológicamente. El informe de Naciones Unidas indica que el miedo a la delincuencia
es una metáfora de la indefensión social consecuencia de la pérdida de vínculos sociales y
comunitarios significativos y de la noción de orden (Giddens, 2000).
5 Que a su vez es producto del sistema económico imperante, de la globalización, liberalización y
modernización.
6 La incivilidad define la presencia de comportamientos antisociales como riñas entre vecinos,
consumo de alcohol en la calle, pandillas o bandas ( , 2014).
7 En las encuestas de victimización se aborda las cifras negra, real y oculta del delito que refieren a
la ocurrencia de éste y la ausencia de denuncias. Algunas razones por las que las personas no
denuncian son por la pérdida de tiempo que implica; por la desconfianza en las autoridades y por
evitar ser sujetos de chantaje o corrupción por parte de las mismas. Si la víctima siente desconfianza
de la autoridad y omite denunciar, entonces esos delitos no son registrados y por tanto, es impreciso
el tamaño real de la delincuencia ( , 2014). La cifra negra del delito en México es alta, en
contraposición con las denuncias, sólo el 10% del total de delitos cometidos a nivel nacional se
denuncian. Por ello, es posible inferir desconfianza en las instituciones, mismas que deben mejorar y
supervisar sus servicios.
Movilidad y seguridad en el transporte público de
Nezahualcóyotl
Juan Carlos Hernández Esquivel*
Introducción
En la agenda pública el tema de la movilidad en los últimos años tiene una mayor
relevancia por el auge en el desarrollo de nuevos sistemas de transporte público
masivo (cuyo mejor ejemplo son los sistemas ), así como por las nuevas
estrategias orientadas al menor uso del automóvil y el reconocimiento de la
diversidad social de la movilidad.
Por otra parte, también trasciende los aspectos relacionados con la seguridad (o
inseguridad) pública en distintos ámbitos sociales o espaciales (jóvenes, mujeres,
espacios públicos), como otros temas de políticas públicas emergentes.
A pesar de su relevancia, los análisis que conjugan tanto los aspectos de
movilidad y seguridad en los medios de transporte, son muy reducidos y su
tratamiento para el desarrollo de políticas públicas prácticamente inexistentes.
La ponencia tiene como objetivo presentar los resultados parciales de una
investigación realizada para el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, en el
marco del Subsidio para la Seguridad en los Municipios ( ), para
determinar las características de movilidad y seguridad en el transporte público por
medio de una encuesta realizada para tal propósito.
En dicho estudio se resalta la importancia de analizar los aspectos objetivos y
subjetivos de la movilidad y la seguridad, de tal forma que contribuya con elementos
de análisis para la formulación de políticas de prevención del delito en los distintos
medios de transporte.
La ponencia se divide en tres partes. Un primer apartado en el que se destacan
algunos elementos teóricos sobre los aspectos de movilidad, espacio público e
inseguridad. En segundo lugar los aspectos de tipo empírico sobre la movilidad e
inseguridad en Nezahualcóyotl y un apartado final de reflexiones.
Movilidad de la población
De acuerdo con los resultados de la (Encuesta Origen-Destino) 2007, la
genera un total de 21 954 157 de viajes diarios entre delegaciones y municipios que
la constituyen. Este volumen se reparte entre Ciudad de México con 58.4% de los
viajes y el Estado de México con 41.3%. En este universo, el municipio de
Nezahualcóyotl, objeto de nuestro estudio, genera 1 134 071 viajes diarios, lo que
representa el 5.2% de los viajes a nivel metropolitano, pero son el 10.4% del total de
viajes en el Estado de México.
Por su localización próxima a las delegaciones centrales del Distrito Federal y a
otros municipios urbanos del Estado de México, Nezahualcóyotl tiene una
proporción relativamente mayor en cuanto a los propósitos de viaje relacionados con
el trabajo, mismos que representan 27.3% de los desplazamientos totales. Le sigue
en importancia los viajes para ir a estudiar (8.7%), compras y recoger a alguien
(4%), más los desplazamientos para diversión (3.7%). Estos motivos suman el
47.6% de los desplazamientos, que se equiparan con los motivos de regreso a casa
(45.9%).
Fuentes: Gobierno del Distrito Federal/Gobierno del Estado de México/ , Encuesta Origen-
Destino, 2007.
Fuentes: Gobierno del Distrito Federal/Gobierno del Estado de México/ , Encuesta Origen-
Destino, 2007.
Gráfica 3. Viajes realizados por motivo por horario de inicio del viaje en
Nezahualcóyotl, 2007
Fuentes: Gobierno del Distrito Federal/Gobierno del Estado de México/ , Encuesta Origen-
Destino, 2007.
El segundo patrón tiene que ver con los movimientos de regreso al hogar, donde
el predominio de viajes se da en las horas de la tarde, principalmente de las 18:00
en adelante (gráfica 4).
Por tipo de arma empleada, tres de cada cinco se cometen con arma de fuego a
usuarios del Mexibús y 59% a usuarios de otros medios de transporte. Con arma
blanca se usa el 14.6% en los usuarios de Mexibús y 18.1% en los usuarios de otros
transportes. En el uso de golpes predomina en los usuarios de otros transportes
(5.8%) que en el Mexibús (3.5%) y de secuestro exprés en otros transportes (2.1%)
y en Mexibús con 2.2%.
Estas cifras son consistentes con datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana
del Estado de México, el cual indica que las armas empleadas por asaltantes son
armas blancas como cuchillos o navajas y usan armas de fuego, reales o simuladas,
con las cuales amenazan a las potenciales víctimas.
Sin embargo, entre las víctimas de asalto predomina el no denunciar los hechos.
Entre los usuarios de Mexibús solo 13.7% realizaron una denuncia y entre los
usuarios de otros transportes solo fue el 8%. Esto es, 86.3% de los delitos
cometidos a usuarios de Mexibús y a 92.1% de los usuarios de otros transportes no
se denuncian a las autoridades correspondientes, y por tanto, no se persiguen.
Las causas que mencionan los usuarios para no denunciar son las siguientes: no
tener tiempo para presentar la denuncia (36.3% de usuarios de Mexibús y 42.4% de
usuarios de otros transportes); considerar que no sirve de nada denunciar (27.4% de
usuarios de Mexibús y 18.2% de usuarios de otros transportes); otras causas –como
que las autoridades no hacen caso, no tener formas de denunciar o porque no
tuvieron información de dónde y cómo realizar la denuncia, entre otros– con 17.7%
entre usuarios de Mexibús y 16.9% con usuarios de otros transportes. Respecto a
que se pierde tiempo en realizar la denuncia se manifestó 9.6% de los usuarios del
Mexibús y el 14.6% de los usuarios de otros transportes.
Percepción de seguridad
Respecto a la percepción de los usuarios según el medio de transporte usado, los
usuarios del Mexibús califican de forma positiva este medio de transporte y lo
consideran como muy seguro (15.8%) y seguro (81.5%). Los taxis se consideran
seguros (47.2%). En cambio con calificaciones de inseguro se encuentran combi
(67.9%), micro (69.6%), bici taxi y moto taxi (52.5% cada uno) y como
completamente inseguros son los chimecos (54.7%).
En términos generales, los usuarios consideran más seguro el Mexibús, por su
condición de transporte relativamente nuevo y que cuenta con vigilancia en cada
estación lo que mejora la percepción de seguridad entre usuarios. Por el contrario,
los transportes como combi, micro y chimeco, dadas las condiciones de operación y
estado físico de los vehículos, el hecho de que los choferes manejan a exceso de
velocidad o con poco cuidado para los usuarios hacen que sean percibidos como
inseguros o muy inseguros por sus usuarios.
En cuanto a la percepción de inseguridad por traslado en el transporte público, la
mayor parte de los usuarios de Mexibús mencionaron que se sienten inseguros
entre las 6 y 9 de la noche (27.8%) y después de las 9 pm (26.5%). Otro 20.4%
indicó sentirse inseguro a la hora de inicio de las actividades de 5 a 8 de la mañana,
o antes de las 5 am (10.6%). Entre las 9 am y las 6 pm se percibe menos
inseguridad.
Por su parte los usuarios de otros transportes tienen una mayor percepción de
inseguridad entre las 6 y 9 pm (31.9%) y después de las 9 pm (22.3%).
Y también en el horario de salida al trabajo o escuela de 5 a 8 am (21.4%) y antes
de las 5 am (8.7%).
En cuanto a los lugares de Nezahualcóyotl que se perciben como más inseguros
destacan:
En la zona oriente, se describen como inseguras las colonias Unidad Rey Neza,
Esperanza, Izcalli Neza, La Perla, Reforma, Las Águilas y Ampliación Las Águilas,
Reforma, Manantiales, Loma Bonita y San Agustín Atlapulco.
Reflexiones preliminares
La encuesta permite dar una amplia base de información sobre las condiciones de la
movilidad y la seguridad de los usuarios de transporte público de Nezahualcóyotl. De
manera preliminar se desprenden los aspectos siguientes:
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abril de 2015.
Notas
* Maestro en Planeación y Políticas Metropolitanas ( Azcapotzalco), Subdirector de Desarrollo
Regional Sustentable en la Dirección General de Planeación en Población y Desarrollo de la
Secretaría General del Consejo Nacional de Población ( ).
1 Por lo general, el tema transporte se aborda desde una perspectiva sectorial, donde se analiza en
relación con los patrones de movilidad y las características que presentan los diversos modos de
transporte. Cuando se relaciona con el tema seguridad se hace referencia al funcionamiento de las
unidades de transporte y se vincula con los accidentes que ocurren en la vía pública, a lo que se
denomina seguridad vial. Sin embargo, la perspectiva que se le da en este enfoque se orienta a la
prevención de accidentes mediante el cumplimiento de los respectivos reglamentos y normas de
tránsito. Desde la perspectiva de la seguridad ciudadana, el tema se aboca a la prevención de los
actos delictivos o violentos en el transporte, lo que da un panorama distinto al de seguridad vial, y se
analizan los hechos delictivos o violentos y las percepciones públicas en torno al uso del transporte
público. En la encuesta se prioriza el abordar los aspectos desde la seguridad ciudadana
principalmente.
2 Sistema del Estado de México.
Parte II
Introducción
La edificación de los primeros conjuntos de vivienda multifamiliar en México es
producto de diversos factores nacionales y de la influencia del pensamiento
moderno gestado en Europa, esa conjugación de elementos dio como resultado
bloques de habitación colectiva con un valor arquitectónico y urbanístico
indiscutibles en la actualidad.
A pesar de su importancia en la historia de la arquitectura mexicana del
siglo los conjuntos de vivienda multifamiliar diseñados por Mario Pani, con el
referente de la Carta de Atenas y los postulados de Le Corbusier, enfrentan en
la actualidad complejas problemáticas de gestión que amenazan su
permanencia física; los deterioros que sufren se agravan con el tiempo y no se
realizan acciones que promuevan su conservación.
El Centro Urbano Presidente Alemán – –, es un ícono de la modernidad
que cuenta con 1 080 departamentos y 212 locales comerciales; fue el primer
conjunto de su tipo en el país y uno de los pocos que conservan aún su
morfología original. Durante casi cuatro décadas el fue propiedad del
Estado quien, a través de la Dirección General de Pensiones Civiles para el
Retiro y después el , se encargó de administrarlo mediante un esquema
de renta y servicios auspiciado con la protección estatal. Sin embargo, ese
modelo de gestión ha desaparecido por lo que los habitantes han tenido que
encargarse de la administración y el mantenimiento de un desarrollo
habitacional de gran escala careciendo de medios técnicos y económicos para
poder hacerlo.
Breve marco histórico
Las reivindicaciones de la Revolución Mexicana en materia de salud, educación
y vivienda fueron derroteros para la Constitución Política de 1917; sobre
vivienda, la Carta Magna establece la obligación de los patrones para brindar
habitación a sus trabajadores, el Estado se encargaría de supervisar esa labor,
sin embargo en la práctica se dieron una serie de concesiones que eximieron a
los empleadores de la obligación constitucional agravando el problema de
vivienda durante la primer mitad del siglo en las ciudades.
El Estado en su calidad de patrón de la burocracia y ante la obligación
constitucional para dotar de vivienda a sus trabajadores comenzó a otorgar
préstamos para compra de casas en el mercado abierto a través de la
Dirección General de Pensiones Civiles para el Retiro que “en 1930 […]
otorgaba un promedio anual de 410 préstamos hipotecarios”. (Ayala Alonso,
2010: 111) Durante el régimen alemanista (1946-1952) la citada dependencia
incrementaría el préstamo de créditos para los fines señalados en 450%; se
crearían mecanismos financieros, como el Banco Nacional Hipotecario Urbano
y de Obras Públicas – –, que hicieron posible la construcción de nuevos
conjuntos habitacionales y se comenzarían a desarrollar diversas propuestas
para edificar vivienda mínima destinada a los trabajadores. Durante este
periodo histórico se desarrollaron diferentes soluciones habitacionales; de ellas
los multifamiliares diseñados por Mario Pani son los que mayor
representatividad, valor urbano y arquitectónico detentan en la actualidad.
Particularmente el cupa es un referente en la historia de la arquitectura
mexicana del siglo ampliamente reconocido por los académicos y por la
sociedad nacional e internacional.
La Dirección de Pensiones no se limitó al otorgamiento de créditos, además
se encargó de la construcción de los dos primeros multifamiliares proyectados
por Pani al final de la década de los cuarenta: el Centro Urbano Presidente
Alemán y el Centro Urbano Presidente Juárez. La misma dirección financiaría,
en conjunto con el , la construcción de otros conjuntos habitacionales
como la unidad modelo y la Jardín Balbuena proyectadas por Félix Sánchez.
Ambos arquitectos fueron los primeros exponentes del género multifamiliar en
México y “tanto Pani como Sánchez mencionaron a la supermanzana y a la
ciudad jardín como métodos de ordenamiento espacial, también ambos
tuvieron en mente a Le Corbusier y por supuesto los postulados de la carta de
Atenas y a pesar de las diferencias entre sus soluciones, la supermanzana fue
el tema con el cual se abordaron los proyectos” (De Anda Alanís, 2008: 136).
Los referentes europeos influyeron los diseños de los multifamiliares de Pani y
de otras propuestas latinoamericanas de gran relevancia como las
urbanizaciones de Carlos Raúl Villanueva en Venezuela, las super manzanas
de Oscar Niemeyer en Brasil o los primeros multifamiliares colombianos.
Fotografía 1. Centro Urbano Presidente Alemán
El diseño del Centro Urbano Presidente Alemán se caracteriza por su gran proporción de áreas
verdes, la altura de sus edificios y el empleo de materiales de producción industrial en sus
acabados aparentes dados sus conceptos de diseño propios del Movimiento Moderno. Fuente:
Fotografía del autor, enero de 2013.
(…) lo que durante la primera década [1949-1959] pareció una forma ideal
de habitar la ciudad, como todavía recuerdan sus primeros habitantes,
pronto comenzó a decaer. […] en el Multi se empiezan a observar los
principales problemas de carácter social que aquejan [a la ciudad].
El inicio de la decadencia en el buen trato entre la gente y en lo seguro
que era para todos el Multi comienza a percibirse en los sesenta, y para los
setenta ya es notorio para la mayoría (De Garay, 2002: 204-205).
Daños causados por filtración de instalación sanitaria ahogada en trabe principal, los daños se
presentan en el propio elemento y en la columna, a pesar del peligro que esto representa no se
han realizado acciones para reparar la fuga; el dueño del departamento que la ocasiona se
niega a intervenir porque el daño se presenta en un área común que no tiene un propietario ni
un afectado específico. Fotografía tomada por el autor, diciembre de 2013.
Mapa de actores involucrados actualmente en la gestión del sitio, al no haber claridad en las
funciones ni una figura rectora en la unidad habitacional, se generan complejidades sociales y
vacíos de poder impactando en el estado de conservación del pues al no haber acuerdos
vecinales ni recursos, las obras de mantenimiento necesarias que requieren los edificios y
áreas verdes no se realizan.
El mapa interno, o nivel 1, involucra actores que se vinculan directa y diariamente en el sitio
como sus habitantes, administradores y locatarios comerciales.
El mapa asociado, o nivel 2, incluye instancias que por sus funciones se relacionan con el
sitio como el issste y la delegación Benito Juárez que como parte de sus funciones presta
servicios urbanos en la unidad.
El tercer nivel de actuación, o mapa externo, considera actores que no tienen relación
funcional con el sitio pero que por su labor académica o de protección al patrimonio se
relacionan indirectamente con el sitio, aquí encontramos instancias de gran trascendencia
como universidades, y el gobierno federal a través del .
En 1993 los habitantes adoptaron el esquema de autoadministración por
edificio de acuerdo a la escrituración del issste; se crearía también una
comisión de áreas comunes que se encargaría del manejo de jardines,
canchas, locales comerciales y salones de actos. Bajo este esquema, vigente
en la actualidad, prevalece la costumbre de no cubrir las cuotas de
mantenimiento, solamente 60% de los condóminos8 cubren regularmente esos
pagos. La consecuencia directa de estas omisiones es la drástica disminución
de recursos económicos para dar mantenimiento a edificaciones de grandes
dimensiones y a amplias extensiones de áreas verdes.
El Gobierno del Distrito Federal implementó un programa de atención a
unidades habitacionales que entre 1997 y 2006 se denominó Programa de
Rescate de Unidades Habitacionales ( ) y a partir de 2007 a la fecha
cambió su nombre a Ollin Callan, realizándose las siguientes obras:
“Año 2001; suministro y colocación de tuberías, construcción de pisos de
concreto.
Año 2002; drenaje sanitario.
Año 2005; cisterna y bombas hidráulicas.
Para el Programa Ollin Callan, las obras [ejecutadas fueron]:
Año 2007; construcción de jardineras.
Año 2008; reparación de macetones en los edificios.
Año 2009; continuación de los proyectos de los dos años anteriores.
Año 2010 y 2011; impermeabilización y colocación de barda perimetral.
Año 2012; suministro y colocación de reja perimetral” ( , noviembre
27, 2012: 1).
La reja perimetral continuaría pagándose con recursos de este programa,
durante los ejercicios fiscales de 2013, 2014 y 2015; su construcción se afectó
una de las principales virtudes de diseño urbano del : la permeabilidad
hacia la calle y la integración a la ciudad.
Como resultado de los procesos de compraventa de los departamentos
entre particulares, han llegado nuevos habitantes de características sociales,
económicas y culturales diferentes a las de los primeros moradores; los nuevos
inquilinos tienen una visión diferente sobre la responsabilidad de preservar su
hábitat. En contraste, quienes nacieron en el o llegaron a él cuando era
propiedad pública entienden a la vivienda como un derecho y una obligación
que el Estado tiene con ellos, en consecuencia “(…) los residentes de mayor
edad no están acostumbrados a pagar estos costos [cuotas de mantenimiento]
y cuestionan la necesidad de hacerlo. Más importante, ya que la mayoría de
ellos están jubilados y tienen ingresos fijos y restringidos, las cuotas están por
encima de sus posibilidades” (Necoechea Gracia, 2004: 131).
Los factores sociales y administrativos señalados en este artículo afectan la
conservación de la unidad habitacional pues no hay instancia alguna que
asuma la responsabilidad de gestionar el conjunto que dada su
representatividad histórica, social y arquitectónica lo vuelven un referente de la
arquitectura moderna en la Ciudad de México y un bien cultural legado del siglo
.
En unidades habitacionales con características arquitectónicas similares al
, como las unidades de habitación diseñadas por Le Corbusier en Berlín y
Marsella, la administración y el mantenimiento de los inmuebles y áreas verdes
están en manos de asociaciones vecinales; en Bogotá el Centro Urbano
Antonio Nariño tiene una administración profesional única para todo el conjunto;
esas experiencias podrían servir para generar un modelo de administración
adecuado para el . En aquellos conjuntos, el estado de conservación física
de las edificaciones es digna de admiración, y los departamentos gozan de
valores de mercados propios de inmuebles representativos de corrientes de
pensamiento que determinaron la producción arquitectónica del Movimiento
Moderno.
La conservación, en este caso, está apoyada por los recursos que los
habitantes, en su mayoría artistas e intelectuales, destinan al mantenimiento
del inmueble y su perfil socio económico.
Aun cuando el Centro Urbano Presidente Alemán es un emblema de la
modernidad mexicana y dadas sus cualidades históricas, arquitectónicas,
artísticas y sociales, no hay que olvidar su condición de unidad habitacional con
problemáticas claramente definidas; la principal de ellas se presenta en las
áreas de uso común como jardines, circulaciones y estacionamientos pues
esas zonas “pueden pasar fácilmente a no ser de nadie, y por lo tanto a ser
descuidadas y abandonadas, cuando no son apropiadas por alguien en
especial. El estatuto de espacio común como de algo que es de uso común es
difícil de mantener” (Duauh, Giglia, 2008: 328).
CONCLUSIÓN
Este artículo pretende abrir el espacio a la reflexión en torno al tratamiento que
recibe el patrimonio moderno en la actualidad como es el caso de los grandes
conjuntos de vivienda colectiva. Ese patrimonio ha sido ampliamente estudiado,
reconocido y difundido desde las perspectivas históricas, sociales,
arquitectónicas y artísticas pero debe también analizarse desde la perspectiva
de la gestión y encaminarse a la construcción de soluciones que posibiliten su
conservación garantizando su permanencia y sostenibilidad.
Las cualidades de ese modelo habitacional, como sus grandes extensiones
de áreas verdes, alturas, dimensiones, son a su vez el principal reto en materia
de conservación pues requieren de una constante y cuantiosa inversión en su
mantenimiento que, en casos como el , no se le ha dado debido a falta de
organización y de recursos de los vecinos. Instancias como el , quien fue
rector y propietario de esa unidad habitacional por casi cuatro décadas, tuvo los
medios para mantenerla con el auspicio de un Estado benefactor pero esa
política ha desaparecido; la arquitectura trascendió a la gestión; hoy la
permanencia física de ese símbolo de la modernidad de la Ciudad de México
está comprometida.
El multifamiliar Alemán es un bien cultural y un patrimonio artístico que da
testimonio del pensamiento moderno, de formas de hacer la ciudad y de cómo
la arquitectura y el urbanismo han forjado la identidad de los habitantes de la
metrópoli; por tanto merece ser rescatado del deterioro físico y social que
enfrenta y que avanza rápidamente como un cáncer que amenaza su
existencia.
Los habitantes requieren el apoyo del Estado, quien promovió este conjunto,
de acuerdo a la realidad social, política y económica actuales; evidentemente
no es posible regresar al paternalismo estatal, sin embargo habrá que analizar
diversas formas de participación encaminadas a mantenerlo como bien cultural
con características y complejidades específicas.
Los moradores deben ser conscientes de la responsabilidad que implica
habitar un bien patrimonial del siglo de propiedad colectiva, pues de no
organizarse para promover acciones encaminadas a la preservación del sitio;
por la ley de la oferta y la demanda, el destino del primer multifamiliar de
América Latina (sic) es la picota, y con ella la irremisible expulsión de sus
habitantes. Queda a los habitantes del recurrir a nuevas estrategias para
defenderse de la exclusión social y mostrar una vez más que la modernidad
que alguna vez les dio un lugar y poder, ahora es la base de la identidad que
los constituye como ciudadanos de la gran capital (De Garay, 2004: 47).
El estudio, crítica y análisis de la arquitectura moderna debería expandir sus
horizontes a aspectos que la afectan en la actualidad; el Centro Urbano
Presidente Alemán, es un claro ejemplo de las problemáticas que enfrenta el
patrimonio moderno de gran escala. Abrir una nueva rama de la investigación
en este tema permitirá generar conocimientos que pueden aplicarse a la
conservación y preservación de este importante legado urbano arquitectónico
del siglo .
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Editorial de la Red Nacional de Investigación Urbana, Universidad Autónoma
Metropolitana-Azcapotzalco, México, 2006 p. 11
Escrituras públicas
Escritura de compraventa celebrada el 31 de enero de 1935, formalizada entre
la Dirección General de Pensiones Civiles de Retiro y el señor Ramón
Bernardi Farrés, notaría pública Nº 10, Lic. Noé Graham Gurría.
Escritura de compraventa celebrada el 9 de agosto de 1947, entre “Petróleos
Mexicanos” y la “Dirección General de Pensiones Civiles de Retiro”, notaría
pública Nº 20, Lic. Luis del Valle Prieto.
Escritura de cesión celebradas el 11 de julio de 1988, Nº 064, 065, 066,
067,068, 071, 072 y 073 notaria pública número 5, Querétaro, Querétaro, Lic.
Luis Felipe Ordaz Martínez.
Hemerográfica
Diario Oficial de la Federación, 11 de agosto de 1982, pp. 36 – 42
Periódico “El Nacional”, 3 de septiembre de 1949, portada.
Notas
* Doctor en Arquitectura con especialidad en Restauración del Monumentos y Sitios. Profesor
de la Facultad de Arquitectura de la .
1 Véase escritura de compraventa con fecha 31 de enero de 1935, formalizada entre la
Dirección General de Pensiones Civiles de Retiro y el señor Ramón Bernardi Farrés, emitida en
la notaría pública Nº 10, propiedad del Lic. Noé Graham Gurría.
2 Véase escritura de compraventa con fecha 9 de agosto de 1947, fungiendo como vendedora
la institución pública Petróleos Mexicanos […] y como compradora la Dirección General de
Pensiones Civiles de Retiro, emitida en la notaría pública Nº 20, propiedad del Lic. Luis del
Valle Prieto.
3 Para mayor referencia sobre los problemas comunes que enfrentan los conjuntos
habitacionales de la ciudad véase Villavicencio Judith (coord.), “Conjuntos y unidades
habitacionales en la ciudad de México: en busca de espacios sociales y de integración barrial”,
Editorial de la Red Nacional de Investigación Urbana, Universidad Autónoma Metropolitana-
Azcapotzalco, México, 2006, p. 11. Lo que la autora llama “dimensión social” y “dimensión
política o de gestión” es donde radican la mayoría de los problemas que inciden en la
conservación de los grandes conjuntos de vivienda de la ciudad independientemente del
organismo que las impulsó o de su época de construcción.
4 El inaugurado en 1949, el multifamiliar Juárez de la Colonia Roma, inaugurado en 1952
y la unidad Nonoalco – Tlatelolco, inaugurada en 1964 en el sexenio de Adolfo López Mateos.
5 Escrituras Nº 071 (edificio A), Nº 072 (edificio B), Nº 073 (edificio C), Nº 068 (edificio D), Nº
066 (edificio E), Nº 067 (edificio F), Nº 064 (edificio G), Nº 065 (edificio H) y Nº 072 (edificio J)
firmadas en la notaria pública número 5, con sede en Av. Madero Nº 87-A, Querétaro,
Querétaro, titular Lic. Luis Felipe Ordaz Martínez; adscrito Lic. Adolfo Ortega Zarazúa.
6 Cláusula Primera, inciso C, escritura Nº 066 anteriormente citada.
7 Para mayor referencia véanse testimonios orales en Martínez Omaña María Concepción,
“Acceso, uso y gestión de servicios urbanos en el Centro Urbano Presidente Alemán. Una
trayectoria de medio siglo”, en Garay Arellano Graciela De, “Rumores y retratos de un lugar de
la modernidad: historia oral del multifamiliar Miguel Alemán 1949-1999”, Colección Historia
Oral, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, México, 2002, pp. 109-113.
8 Datos publicados por las diversas mesas directivas del conjunto en los elevadores.
El centro histórico potosino: renovación, usos y
prácticas del espacio patrimonio
Claudia Teresa Gasca Moreno*
Presentación
El objetivo de este trabajo es presentar una revisión de las etapas del proceso
de patrimonialización que experimentó el centro histórico de la ciudad de San
Luis Potosí desde principios de 1990 hasta la primera década del 2000. Con
ello, se dará una explicación sobre cómo el patrimonio cultural es transformado
en un recurso con el cual se responde a los impulsos globales de intercambio
que tienen lugar en la ciudad contemporánea a través del turismo. Se describen
algunos usos del centro y se hace especial énfasis en el habitacional a fin de
explorar como se vive el espacio-patrimonio. Al final, se ofrece una reflexión
sobre la importancia de reconocer el valor de las prácticas y experiencias de
habitantes y usuarios cotidianos en los proyectos de renovación del espacio
patrimonial tomando como ejemplo el análisis de la experiencia del centro
histórico potosino y uno de sus barrios intervenidos. Para este trabajo se realizó
un seguimiento hemerográfico y se tuvo acceso a los expedientes y otros
documentos oficiales descriptivos de propuestas y proyectos concebidos para
obtener la declaratoria del centro de San Luis Potosí como Patrimonio Mundial
de la Humanidad. Se hicieron recorridos de campo entre el 2009 y 2014, un par
de encuentros con funcionarios y charlas informales con usuarios de las
principales plazas del centro histórico de la ciudad, así como una treintena de
entrevistas a profundidad con habitantes del perímetro patrimonial. El propósito
era obtener un conjunto de narrativas de “lo oficial” para diferenciarlas con la
experiencia cotidiana de los usuarios y habitantes del centro. Los resultados,
contrastantes, revelaron la falta de un proyecto integral de rescate del
patrimonio que tomara en cuenta el conjunto de prácticas que derivan de la
relación entre el habitar y el consumir además de la prevalencia de un enfoque
estético en todas las intervenciones que ha sobresalido desde que el tema
comenzó a ser de interés en el contexto potosino.
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Material Hemerográfico
Periódico Pulso Diario de San Luis (2000-2016)
Periódico San Luis Hoy (2009-2012)
Notas
* Profesora Investigadora. División de Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad de
Guanajuato.
1 La noción de patrimonialización se relaciona directamente con algo (un monumento, un
inmueble, una práctica, un pueblo o sus prácticas culinarias) que se vuelve patrimonio, es decir,
susceptible de resguardar, que está ahí y que de pronto es acreedor de un valor extraordinario
a partir de su antigüedad, características estéticas y culturales; y sus prácticas: anteriores y
actuales. La patrimonialización es un proceso social de producción de una realidad que antes
no existía y que toma como pretexto la permanencia y/o resistencia a través del tiempo.
(Carrión, 2005; Cabrera, 2008; Hiernaux, 2008; Hanley, 2008).
2 Para la redacción de este apartado se revisaron los expedientes y se tuvo acceso a diferentes
documentos oficiales entre los que destacan algunos oficios resguardados por el Consejo
Consultivo del Centro Histórico de San Luis Potosí.
3 La Procesión del Silencio de San Luis Potosí es un evento anual que conmemora la pasión y
muerte de Cristo y a Nuestra Señora de la Soledad. Se realiza la noche del Viernes Santo y
comprende un trayecto que inicia en el Templo del Carmen y sigue a través de las calles del
centro histórico de San Luis Potosí pasando por varias iglesias. En el evento destacan los
sonidos de tambores y ningún participante o espectador habla, solo hay cantos dolorosos. Es
una de las celebraciones de Semana Santa más importante en la capital, es organizado por la
Asociación de Tradiciones Potosinas (Tradiciones Potosinas, 2006).
4 El poblado de Cerro de San Pedro, cabecera del municipio del mismo nombre, se encuentra a
18 kilómetros de la capital de San Luis Potosí, gracias al descubrimiento de su mineral en el
siglo la ciudad capital y varias de sus poblaciones vecinas se dotaron de equipamiento para
el tratamiento del oro y la plata que configuraron un sistema de haciendas que mantenían la
actividad minera. Su importancia fue tal, que el escudo de armas del Estado de San Luis Potosí
hace referencia a la actividad de este poblado (Silva, 2009). Al momento de la candidatura del
expediente del Binomio del Mercurio y la Plata la localidad era el centro del conflicto
socioambiental que detonó un importante movimiento social en contra del otorgamiento de la
concesión para la explotación del mineral a una empresa canadiense, a pesar de los esfuerzos
de la sociedad civil la minera consiguió continuar con sus actividades que derivaron en la
destrucción del patrimonio minero y degradación ambiental de la zona (Silva, 2009; Reyna,
2009)
5 Localizado en el corazón de la ciudad, se trata de una plazoleta que fuera parte del convento
franciscano y que fuera parcialmente destruido en el periodo de la Reforma. Es uno de los más
tranquilos de la ciudad y el preferido como punto de reunión para muchos potosinos. Está
rodeado por los templos de San Francisco, el de la Tercera Orden y el del Sagrado Corazón,
así como por varias casas señoriales que datan de la época del Porfiriato (Secretaría de
Turismo, 2017).
6 Como ocurrió con la Casa Comonfort, un interesante proyecto colectivo en el que un grupo de
jóvenes que compartían residencia abrieron las puertas de su hogar como galería y como
espacio para la reflexión artística, arquitectónica y social del corazón de la ciudad. Este
proyecto se vio interrumpido debido a que el dueño de la vivienda solicitó a los inquilinos
desocuparla. En entrevista uno de los impulsores del proyecto habló de lo “desprotegidos” que
estaban quienes accedían a estos espacios mediante concepto de renta debido a la
especulación inmobiliaria de la que es objeto toda esta zona y que provoca que muchas de
estas casas permanezcan solas y abandonadas por largos periodos de tiempo. Algunos meses
después, este grupo de jóvenes recuperó la idea inicial ahora en un nuevo espacio habitacional
en uno de los barrios históricos del área central.
Blanqueando la Avenida Juárez: Renovación y
embellecimiento en Ciudad Juárez después del periodo
de la violencia
María Teresa Vázquez Castillo*
Introducción
La icónica Avenida Juárez está en proceso de renovación como parte del plan
para recuperar el Centro Histórico de Ciudad Juárez. Gradualmente pintaron de
blanco la pintoresca y deteriorada avenida y homogeneizaron sus fachadas y
sus letreros haciéndola perder su identidad anterior y poniendo en tela de juicio
las políticas de renovación que homogeneizan y recrean un centro en donde la
historia de la ciudad se diluye. Ante tal transformación, algunos se han de
preguntar si hay algún patrimonio cultural e histórico que se deba rescatar del
centro de Ciudad Juárez, y de la Avenida Juárez en particular, o si los
esfuerzos por renovarla y embellecerla son parte de un proceso global de
renovación de centros urbanos a nivel internacional que han seguido una lógica
de homogeneización y estandarización de los paisajes. Para responder a estos
cuestionamientos, el presente capítulo empieza proporcionando lineamientos
generales acerca de la renovación de centros históricos en la presente época
de planificación urbana neoliberal. Después pasa a delinear el desarrollo del
centro histórico de Ciudad Juárez con énfasis en la Avenida Juárez, tomando
en cuenta su papel económico y su relación con la Ciudad de El Paso, Texas a
través del tiempo. Posteriormente, contextualiza la Avenida Juárez en el
desarrollo histórico de la ciudad y, finalmente, examina la actual renovación de
esta avenida como parte de un proceso global por el cual están pasando los
centros históricos en diversas geografías. Este artículo se inscribe en el marco
de las políticas urbanas aplicadas a
los centros históricos en Latinoamérica y contribuye a los estudios de las
ciudades fronterizas mexicanas desde una perspectiva crítica a la
uniformización de los espacios urbanos producidos por la globalización.
Antecedentes históricos
La historia y la identidad del centro de Ciudad Juárez, urbe fronteriza en el
estado de Chihuahua, localizada al norte de México, se encuentra íntimamente
ligada a la historia de la ciudad colindante de El Paso, Texas. Este vínculo tiene
sus raíces en el hecho de que antes de 1848, ambas ciudades constituían un
solo territorio perteneciente a México y ambas comprendían lo que se conocía
como El Paso del Norte. En 1888, después de que Estados Unidos se anexó el
territorio al norte del río Bravo, El Paso del Norte se dividió y la porción sur se
nombró Ciudad Juárez y el territorio al norte conservó el nombre de El Paso
(Martínez, 1999). El mapa 1 muestra la ubicación de la ciudad fronteriza de
Ciudad Juárez (a 600 metros a través del Puente Internacional Santa Fe se
encuentra la ciudad de El Paso).
Fuente: Google-I . Map data, 2005. Mapa de Ciudad Juárez, Chihuahua, México.
Fuente: Google-I . Map data, 2005. Mapa de Ciudad Juárez, Chihuahua, México.
Fuente: IMIP, 2013. Tomado del Plan Maestro de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de
Ciudad Juárez.
Conclusiones
Aunque el Plan Maestro de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Ciudad
Juárez propone como uno de sus objetivos el de “conservar el patrimonio
histórico-arquitectónico”, éste no se llevó a la práctica, pues se demolieron
varias edificaciones representativas de la arquitectura de tierra de la región. La
demolición mermó los recursos históricos, arquitectónicos y culturales del
Centro Histórico y probablemente disminuyó la cantidad de estructuras
sustentables y vivienda accesible en la zona.
A los trabajadores encargados del blanqueamiento de los edificios de la
Avenida Juárez no se les dio ningún tipo de entrenamiento o supervisión con
respecto a lo que era valioso, en términos históricos y arquitectónicos. Fue así
como removieron el mosaico del otrora edificio del Woolworth, aplanaron las
paredes de ladrillo y pintaron indiscriminadamente la mayor parte de los
edificios de la Avenida Juárez, aunque con materiales de ínfima calidad. Esta
falta de supervisión y conocimiento era palpable cuando una mañana pasé a un
lado del estacionamiento que antes albergaba el Bar Noa Noa y frente al cual
se encontraba la placa con las huellas de las manos del artista Juan Gabriel.
Sorprendida, noté que encima de ellas habían vertido cemento fresco y cascajo
remanentes de las obras de remozamiento de la Avenida. Alarmada, les indique
a los trabajadores que tenían que limpiar esa área, pues tenía un valor cultural
y artístico. Uno de los trabajadores me dijo: “Todo se va a quitar, hasta esas
manos, mañana que usted pase ya no van a estar aquí”. Hablé con el
propietario del lugar y al día siguiente ya habían limpiado la placa. Sin
embargo, durante el cambio de la capa asfáltica en la avenida, este incidente
se repitió varias veces. Afortunadamente, las huellas de las manos de Juan
Gabriel resistieron el embate, aunque no por mucho tiempo, y su actual destino
es parte de otro artículo sobre planeación urbana y patrimonio.
Analizando las estrategias seguidas por el municipio de Ciudad Juárez,
podemos concluir que los lineamientos para renovar el Centro Histórico de
Ciudad Juárez y la Avenida Juárez en particular, replican las estrategias que se
están llevando a cabo globalmente. La imitación fiel de estas políticas no
permite que las élites locales vean a Ciudad Juárez como una urbe histórica,
diferente y con sitios que necesita preservar, de ahí la desvalorización de la
arquitectura de tierra y la demolición de importantes estructuras en la ciudad.
De la colonización de las élites juarenses surge el miedo a los colores, el orden
de lo visual y la necesidad de construir espacios y paisajes que les hagan creer
que están en una ciudad de “clase mundial,” como si ese tipo de ciudades
careciera de colores.
Es así que exfuncionarios de la misma ciudad, como José Luis Rodríguez,
exdirector de Obras Públicas (2002-2004) sin tener presente la historia
fronteriza y económica de Ciudad Juárez consideró que “no hay prácticamente
nada” de patrimonio debido a la diversidad de “diseño e identidad
arquitectónica”. De la misma manera, Everardo Medina, también exdirector de
Obras Públicas (2010-2016), admitía que existían estructuras con valor
histórico, pero que por su arquitectura “pensé que no valía la pena rescatar” y
después de las demoliciones “nos enteramos que realmente ahí había sucedido
algún hecho histórico” (Chaparro, 2013).
Esta supuesta ignorancia y desdén por la historia y forma urbana locales se
ve afirmada con antelación en 2013, en las declaraciones del exalcalde
Murguía que, refiriéndose a las demoliciones y al cambio de rostro de la ciudad
las calificaba como “un sacrificio para construir un Juárez que va a estar mejor”.
Y dejaba translucir su visión homogeneizadora y desplazadora al declarar que
el proyecto de renovación del centro histórico sería “un proyecto innovador que
acercará la fachada del centro de la ciudad a una como Houston o San
Antonio” (Chaparro, 2013). Ante tales cambios, Wright (Wright, 2013) ya
avizoraba el inicio de la gentrificación del Centro Histórico de Ciudad Juárez.
Blanquear la Avenida Juárez fue también un indicio de ese proceso.
Mientras las élites ocultan los colores y destruyen las estructuras de adobe
en el centro, un sector de la ciudadanía salió el 16 de abril de 2015, haciendo
reaparecer los colores en la Avenida y en otras partes del Centro Histórico. No
eran los colores vivos de los bares, de los centros de baile y de los
restaurantes, sino los colores que hacen recordar parte del periodo de la
violencia sufrido por los juarenses. Familiares y activistas de la organización
Voces Sin Eco salieron a las calles a repintar las cruces negras pintadas en un
fondo rosa que hacen recordar que la justicia en Juárez no se tapa con el color
blanco. La memoria de la falta de justicia está presente a través de estas
cruces. Actualmente otros colores están reapareciendo en varios puntos de la
periferia de la ciudad, son los colores de los murales que muestran los rostros
de las mujeres asesinadas. Se planea pintar 185 murales con los rostros de las
mujeres desaparecidas o asesinadas (Castro, 2015). Mientras la Avenida
Juárez se blanquea, aspirando a ser un Centro Histórico exitosamente
estandarizado, el color va a regresar a muchos otros puntos de la ciudad para
reclamar la falta de justicia y para reivindicar la memoria.
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Notas
* Doctora en Planificación Urbana y Regional, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
1 También llamado Puente Internacional Paso del Norte.
2 Estos autobuses conectan el aeropuerto y la central camionera de Ciudad Juárez con la
central camionera y la Terminal de Autobuses que se encuentran en el centro de El Paso.
3 Este inmueble fue testigo de momentos históricos importantes: albergó la presidencia
provisional de la República de Francisco I. Madero, el cuartel de Francisco Villa en 1913 y
presidencia provisional del gobierno de Venustiano Carranza en 1914.
4 A finales de 2016, apareció otro inventario actualizado coordinado por la misma autora que se
enfoca en monumentos y edificios de mediados del siglo y principios del .
5 Traducción de la autora.
Espacio público, seguridad y patrimonio cultural en centros históricos se publica
en versión electrónica, formato ePub, en el mes de junio de 2019 para poner a
disposición, con acceso abierto, en la página web: www.puec.unam.mx.
Para su elaboración se utilizó el programa Sigil. El cuidado de la edición estuvo a
cargo de Graciela Chávez; la versión electrónica fue elaborada por Óscar Del Río;
la corrección de estilo por Nancy Roque; el diseño y formación tipográfica por
Asdriel Téllez y el diseño de portada por Elizabeth Vargas.