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CUBIERTA VEGETAL

ECURED
2016
Cubierta vegetal. Es la cobertura de plantas (flora) salvajes o cultivadas que
crecen espontáneamente sobre una superficie de suelo o en un medio acuático.

Su distribución en la tierra depende de los factores climáticos y de los suelos. La


relación entre la vegetación y el clima es muy grande. Tiene tanta importancia
que inclusive se llega a dar nomenclatura a los climas según el tipo de vegetación
que crece en la zona donde ellos imperan. Por eso se habla de un clima
de selva de un clima de sabana, de clima de taiga, etc.

VEGETACIÓN

Es un término general, sin referencia específica a un taxón particular, formas de


vida, estructura, extensión u otras características botánica o geográfica
específicas. Es más amplio que «flora» que se refiere exclusivamente a la
composición de especies. Quizás el sinónimo más cercano es la comunidad de
plantas, pero la vegetación, puede y suele hacer referencia a una amplia gama
de escalas espaciales que flora, incluyendo la escalas) tan grandes como la
global. El término vegetación abarca desde bosques de sequías primitivos,
a manglares costeros, corteza desértica, hierbas salvajes hasta campos
de trigo o jardines y céspedes.

La vegetación, junto a los hongos, con los cuales se asocia, desempeña un papel
superior de producción y de protección de los suelos y del humus, el ciclo del
carbono y de la producción de oxígeno. Ciertas plantas pueden ser vindicadoras.

EROSIÓN DE LOS SUELOS

CONCEPTO: El impacto de las gotas de lluvia sobre el suelo desnudo produce


disgregación de los agregados del suelo. Como resultado de lo anterior, las
partículas de menor tamaño (arcilla, limo) quedan "libres" (desagregadas, sin
cohesión entre sí a través de los coloides de arcilla y de materia orgánica),
pudiendo ser trasladadas por el agua de lluvia que no consigue infiltrarse en el
suelo (agua de escorrentía).

De forma similar a la erosión hídrica antes descrita, la acción del viento sobre la
superficie del suelo puede tener una acción muy negativa en determinadas
áreas, destruyendo los agregados naturales y desplazando las partículas de
menor tamaño (erosión eólica).

Pérdidas de suelo por erosión. Después de lluvias intensas sobre suelo desnudo
se observan los surcos o cárcavas que produce el arrastre del agua. Dicha
erosión es muy variable según los tipos de suelos y se intensifica siempre con la
pendiente. La acumulación de sedimentos en las partes más bajas de las
parcelas es otro fenómeno que desgraciadamente se observa con mucha
frecuencia.

Las tasas de pérdida de suelo debidas a la erosión son muy variables, desde
unas pocas toneladas de suelo por año (que pueden no tener mayor importancia
por coincidir "grosso modo" con la capacidad de regeneración o formación del
suelo) a decenas o incluso centenas de toneladas de suelo por año, lo que
originaría que en unas décadas el suelo fuera mucho menos productivo o incluso
dejara de ser apto para usos agrícolas.

IMPORTANCIA: En términos generales, la erosión es el principal problema


agrario y medioambiental de muchas regiones agrícolas a nivel mundial. Así, en
los últimos 40 años (1955-1995) 1/3 parte de las tierras agrícolas del mundo (400
millones de hectáreas, unas 8 veces la superficie total de España) han dejado
de ser aptas para usos agrícolas. Más aún, un 80% del suelo agrícola
del planeta tiene actualmente unas tasas de erosión medias o altas.

En épocas anteriores, el agricultor estaba acostumbrado a observar la erosión


de los suelos de su campo como un fenómeno natural que no tenía solución. En
otras palabras, desconocía, o no estaban disponibles, técnicas alternativas para
paliar o reducir la erosión. Por otro lado, la intensidad del laboreo y la forma en
que éste se realizaba hasta hace varias décadas hacía que tuviera una menor
incidencia en la erosión. Afortunadamente en los últimos años, se han
desarrollado diversas técnicas que reducen muy considerablemente o
disminuyen la erosión de los suelos agrícolas.

LABOREO TRADICIONAL, MINIMO LABOREO Y LABRANZA CERO

En las plantaciones de árboles, las labores tradicionales del suelo se han llevado
a cabo en diversas épocas del año (invierno y primavera, principalmente) y con
muy diversos aperos (arados de vertedera, grada de
disco, vibrocultivadores, rastras, entre otros). Durante décadas se ha justificado
la necesidad del laboreo del suelo por diversos motivos:

 airear
 mullir el suelo
 enterrar los fertilizantes y materia orgánica
 y aumentar la capacidad de infiltración del agua
 el control de las malas hierbas.

Algunos argumentos, que antes se esgrimían para justificar las labores


tradicionales, han sido poco a poco contradichos por estudios diversos o se han
quedado desfasados por el desarrollo de técnicas alternativas. Así, en términos
generales, el uso adecuado de diversos herbicidas hoy disponibles conlleva una
serie de ventajas económicas y medioambientales en el control de malezas con
respecto a las labores.

Dichas ventajas se circunscriben a aspectos:

 Agronómicos (obtención de mayores producciones; mejor desarrollo


vegetativo del árbol)
 Medioambientales (reducción muy considerable de la erosión; menor
contaminación de las aguas; mayor biodiversidad del suelo)
 Económicas (reducción sensible de costes, aumento considerable de los
beneficios netos).

La reducción de la erosión que puede resultar con el no laboreo en plantaciones


de árboles es considerable comparada con el laboreo tradicional (variable
normalmente entre un 50% y un 70%, según condiciones de textura de suelo,
pendiente y pluviometría), si bien este problema todavía en cierto modo persiste
(30-50%). Además, el sistema de no laboreo puede propiciar la formación de
cárcavas, lo que no es deseable, y a veces, sobre todo en terrenos en pendiente,
obliga al agricultor a otras medidas de corrección.

Entre las diversas tecnologías que se han desarrollado para reducir la erosión
de los suelos agrarios el uso de cubiertas es sin duda el más eficaz.
CUBIERTAS VEGETALES VIVAS

Consisten en establecer un cultivo sembrado a propósito o en seleccionar


especies espontáneas antes consideradas como malas hierbas, bien en toda la
superficie o, lo que es más frecuente, en el centro de las calles, entre hileras de
árboles, a modo de "franja verde". Dicha cubierta debe establecerse y
mantenerse viva durante el otoño e invierno, época en el que el suelo recibe gran
parte de las precipitaciones.

Las principales ventajas que se derivan de las cubiertas vegetales son las
siguientes:

 Reducen drásticamente las pérdidas de suelo causada por la erosión.


 Aumentan la infiltración de agua en el suelo, especialmente en periodos
intensos de lluvia.
 Reduce la evaporación del agua del suelo en la primavera y verano (después
de la terminación de su ciclo o siega química).
 Algunas cubiertas reducen considerablemente las malas hierbas.
 Aumenta la biodiversividad: conserva la mesofauna del suelo
(artrópodos, lombrices) y las poblaciones de aves que nidifican en el suelo.
 Permiten el acceso a los campos con el suelo húmedo, lo que es muy
importante para realizar tratamientos fitosanitarios en el momento adecuado
y para la recolección de frutos como la aceituna.
 En ocasiones permiten su aprovechamiento ganadero.

CUBIERTAS DE ESPECIES CULTIVADAS

En secano se han ensayado siembras de diversos cultivos de cereales


(cebada, avena, o trigo) y de leguminosas (vezas, trébol) a finales del verano o
principios del otoño. Dichas siembras germinan con las primeras lluvias y
permiten que se establezca pronto una suficiente cobertura del suelo que lo
proteja de la erosión y compita con las malas hierbas que emergen en el otoño.
En los frutales de regadío se estén utilizando cubiertas de plantas perennes de
crecimiento invernal manejadas mediante siegas mecánicas periódicas.
Una de las desventajas de este tipo de cubiertas es que requieren gastos
inherentes a una siembra (inversión en semilla de aproximadamente un 40-50%
de la superficie en la que se implanta, más los gastos de la operación de siembra
propiamente dicha). Además, puede requerir el uso de un herbicida de pre-
emergencia o post-emergencia temprana, así como un cierto abonado
nitrogenado (50 U N/ha) por ayudar al establecimiento del cultivo. La siembra se
ha de realizar anualmente en secano y cada 4-5 años en regadío.

TERMINACIÓN O SIEGA DE LA CUBIERTA

La siega de la cubierta vegetal tiene por objeto interrumpir su cielo vegetativo para
evitar que compita por agua y nutrientes con el árbol frutal. La siega puede realizarse
mecánicamente, utilizando desbrozadoras, o químicamente,
pulverizando herbicidas de translocación sobre la cubierta, lo cual permite dejar los
restos vegetales unidos al suelo por sus propias raíces. Con la siega química se
evita el rebrote de cubiertas y el alargamiento del periodo de competición que
produciría la siega mecánica mediante desbrozadora. Es recomendable el uso de
herbicidas de acción total y de translocación (glifosato, sulfosato, entre otros) para
conseguir una mayor eficacia.

Las cubiertas de leguminosas (por ejemplo, vezas) tienen la gran ventaja adicional
del aporte fijación natural) de nitrógeno. No obstante, su establecimiento es más
lento, compiten peor con las malas hierbas y consumen más agua que las
de cereales; además, una vez segadas químicamente, su rastrojo o restos vegetales
son poco persistentes, por lo que el suelo puede quedar desprotegido.

Efecto sobre la producción y economía de la plantación arbórea. Un cultivo cubierta


bien manejado y, sobre todo, terminado (segado químicamente) antes de que se
inicie una competición importante con el árbol, no tiene por que afectar a su
producción. Experiencias llevadas a cabo por el Departamento de Olivicultura en 3
localidades, durante 6 años, permiten concluir que las cosecha de los olivos en los
que se implantó una cubierta de cereal fue algo superior en comparación a la
mantenida en no laboreo, y ésta, asimismo, ligeramente superior a las de laboreo
tradicional.

CUBIERTAS NO CULTIVADAS DE ESPECIES DE ANTES CONSIDERADAS


COMO MALAS HIERBAS
Consiste en seleccionar determinadas especies vegetales, de entre las muy
diversas preexistentes entre la flora de malas hierbas de la plantación, mediante
la aplicación de herbicidas o, en ocasiones, siega mecánica.

El número de especies de malas hierbas de cualquier plantación arbórea suele


ser muy elevado (varias decenas o incluso centenas). Por otro lado, es conocido
que cualquier cubierta vegetal de malas hierbas reduce muy considerablemente
la erosión, en comparación con el suelo desnudo. El establecimiento entre hileras
de árboles de cubiertas vegetales naturales de especies seleccionadas mediante
la aplicación de determinados herbicidas, puede ser un método adecuado y
económico para evitar la erosión. Entre otros ejemplos que podrían mencionarse,
cabe citar a los siguientes:

BIBLIOGRAFIAS:

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