Anatomía Módulo 5
Anatomía Módulo 5
Anatomía Módulo 5
del Yoga
Módulo V
PROFESORADO INICIAL DE YOGA
Anatomía Módulo V
NADIS .......................................................................................................... 10
SISTEMA NERVIOSO
El sistema nervioso central nos caracteriza como humanos. Por medio de él nos
entendemos con nuestros semejantes y nos desarrollamos en el ambiente. Por él actuamos
con cierta libertad y es él que nos hace responsable por nuestros actos. Sin su elevado
perfeccionamiento sería imposible concebir ideas, imaginar, juzgar y razonar, en otras
palabras, sin él, seríamos todavía pre-homínidos, gozando la idéntica irresponsabilidad de los
animales, sin discernir entre el bien y el mal.
La parte más noble de todo el sistema nervioso es el encéfalo, formado por el cerebro,
el cerebelo y el tronco espinal.
Hipotálamo: es un pequeño órgano situado dentro del lóbulo temporal intermedio del
cerebro y de la memoria. Forma la base del tálamo, donde se localiza la hipófisis,
glándula con función neuroendocrina, que regula el funcionamiento de todo el sistema
hormonal. Además, el hipotálamo controla las funciones viscerales autónomas e impulsos
sexuales y constituye el centro del apetito, de la sed y del sueño.
Tálamo: Está formado por dos masas voluminosas situadas bajo los hemisferios
cerebrales. Constituye la vía de entrada para todos los estímulos sensoriales excepto el
olfatorio. Está conectado con la corteza y filtra los estímulos que llegan a ella y es el
centro donde residen las emociones y sentimientos.
Tercer ventrículo: Ocupa el interior del diencéfalo y se comunica con los ventrículos
cerebrales laterales a través de los agujeros de Monro. El techo del tercer ventrículo se
denomina epitálamo, y en él se localiza la epífisis o glándula pineal. y es un tejido
conectivo.
El mesencéfalo o cerebro medio es la estructura superior del tronco del encéfalo; une
el puente tronco-encefálico o puente de Varolio y el cerebelo con el diencéfalo.
Contiene el núcleo de origen para los nervios craneales III (nervio oculomotor) y IV
(nervio patético).
El cerebelo es una región del encéfalo cuya función principal es de integrar las vías
sensitivas y las vías motoras. Existe una gran cantidad de haces nerviosos que conectan el
cerebelo con otras estructuras encefálicas y con la médula espinal. El cerebelo integra toda
la información recibida para precisar y controlar las órdenes que la corteza cerebral envía
al aparato locomotor a través de las vías motoras. Es el regulador del temblor fisiológico, de
la orientación espacial y del equilibrio del cuerpo.
Por ello, lesiones a nivel del cerebelo no suelen causar parálisis pero sí desórdenes
relacionados con la ejecución de movimientos precisos, mantenimiento del equilibrio, la
postura y aprendizaje motor.
La médula espinal, del grosor de un dedo, ubicada dentro del canal raquídeo, se
extiende desde el tronco cerebral hasta la región lumbar, donde se ramifica constituyendo la
denominada “cola de caballo”. Por ella circulan los mensajes sensitivos oriundos de la
periferia y los impulsos motores despachados por el encéfalo. Por su propia cuenta, la
médula, reflejamente, responde a ciertos estímulos que producen reacciones inmediatas y
simples.
El sistema nervioso somático regula los movimientos de los músculos bajo control
consciente, como los músculos esqueléticos. Cualquier movimiento muscular voluntario, por
lo tanto, es controlado por el sistema nervioso somático. Una vez que decides sobre una
acción, el cerebro envía una señal a tu sistema nervioso somático para realizar el movimiento.
El sistema nervioso somático está compuesto por nervios y ganglios con funciones
sensoriales y motoras que permiten la conexión entre el sistema nervioso central y el resto
del cuerpo.
Los nervios son conjuntos de fibras nerviosas, es decir, de axones neuronales, por lo
que se especializan en la transmisión de impulsos electroquímicos. Los ganglios nerviosos
están compuestos por los somas o cuerpos celulares de las neuronas del sistema nervioso
periférico; en ellos tiene lugar el relevo de señales entre las distintas estructuras del sistema
nervioso.
A veces el sistema nervioso somático reacciona a un estímulo tan rápido que parece
pasar por alto el pensamiento consciente y el movimiento voluntario. Esta reacción se
denomina reflejo, y por lo general se produce en respuesta al peligro o al dolor percibido. En
un movimiento reflejo, un nervio sensorial envía una señal a la médula espinal, que a su vez
activa las neuronas motoras ubicadas en ella para hacer frente a la amenaza. Tu cerebro sólo
se involucra después de que la amenaza se ha evitado.
Los nervios raquídeos o espinales conectan la médula espinal con el resto del cuerpo.
Mientras que los nervios que envían información sensitiva aferente al sistema nervioso
central se encuentran en la raíz dorsal o posterior de la médula, los somas de las neuronas
motoras o eferentes se localizan en sus astas ventrales.
El sistema nervioso autónomo regula las actividades que no están bajo control
consciente. Estas funciones involuntarias incluyen la regulación del flujo de sangre, el sudor,
la digestión y muchas otras. El sistema nervioso autónomo trabaja en estrecha colaboración
con el sistema nervioso somático. Por ejemplo, se utiliza el sistema nervioso somático para
participar en una actividad física voluntaria, como correr. Una vez que empiezas a correr, tu
sistema nervioso autónomo se activa para acelerar el ritmo cardíaco y la respiración,
aumentar el flujo de sangre a los músculos y disparar las glándulas sudoríparas.
amenazas.
También dependen del sistema vegetativo los reflejos autónomos o viscerales, una serie
de respuestas automáticas que aparecen como consecuencia de determinados tipos de
estimulación. Entre estos encontramos los reflejos oculares, los cardiovasculares, los
glandulares, los urogenitales y los gastrointestinales, principalmente el peristaltismo.
Estas dos ramas del sistema nervioso autónomo siempre actúan de forma conjunta; sin
embargo, distintos estímulos y señales fisiológicas pueden hacer que se desequilibren por tal
de que las funciones de una de ellas predominen sobre las de la otra.
NADIS
Más allá del cuerpo físico, un practicante de yoga tiene la percepción de otros dos
cuerpos que lo rodean: el cuerpo astral y el cuerpo causal. El prana que es la energía vital que
impregna todo el Universo, presente en el aire, en la comida, el agua y la luz del sol y que
anima todas las formas vivientes, es el vínculo vital entre estos tres cuerpos y fluye través de
los canales etéricos que se llaman Nadis.
Estos canales están directamente relacionados con el ascenso del poder serpentino de
Kundalini, fundamental en las prácticas de Tantra yoga.
Desde el punto de vista de las energías vitales o Prana que circulan en el cuerpo astral,
hace referencia a dos nadis que se extienden a ambos lados del Sushumna Nadi (canal central)
y que se corresponden en el cuerpo físico con las cadenas de ganglios.
Se denominan Ida (de naturaleza negativa, lunar) y Píngala (de naturaleza positiva,
solar), correspondiéndose a su vez con la fosa nasal izquierda y derecha respectivamente.
Cuando el prana circula por Ida y Píngala (estado normal) se manifiesta la conciencia de
dualidad (sujeto-objeto, observador-observado, experimentador-experiencia) y el hombre
está, según la tradición yóguica, inmerso en Maya o ilusión.
Solo por medio de la unión (Yoga) de estas energías en el cuerpo astral, desaparece la
conciencia dual, se experimenta la Unión o Realidad. Estado que también se designa por el
nombre sánscrito “Samadhi”.
La técnica propia del Hatha Yoga contribuye a la purificación de los Nadis o canales
de energía, a activar los Chakras o centros de energía, y a la unión de estas energías
complementarias en el estado de meditación.
En otro nivel, ida y píngala representan la fuerza mental y la fuerza vital que operan en
todo el sistema cuerpo-mente. Ambas fuerzas están íntimamente relacionadas, de manera que
el prana influye en la mente y la mente influye en el prana.
El prana existe en dos formas energéticas, positiva y negativa, en este último caso se
conoce como Apana. El prana tiene el impulso a moverse arriba mientras el Apana sigue la
dirección opuesta. Cuando se iguala el flujo respiratorio en ambas fosas nasales, en forma
natural o por la práctica del yoga, el prana y Apana se unen y la energía espiritual (Kundalini)
puede ser despertada y dirigida a través de Sushumna (canal energético de la columna), hacia
el cerebro donde se estimulan así áreas dormidas del cerebro para remontarse a niveles de
conciencia superior. En el Sushumna están dispuestos seis de los siete Chakras (centros de
energía del cuerpo astral) encontrándose el séptimo en la cabeza.
Estos tres canales están directamente relacionados con los tres “Gunas”, o cualidades
que están manifestadas en cada parte del mundo físico: “Tamas”, que es inercia, “Rajas”, que
es actividad y “Sattva” que es ritmo. Cada persona manifiesta los primeros dos Gunas de un
modo u otro. El desarrollo de Sattva, también definido como tranquilidad, requiere el balance
de “Rajas” y “Tamas” en uno solo.
Ida Nadi
Píngala Nadi
Sushumna Nadi
Sushumna nadi generalmente permanece dormido cuando los otros Nadis fluyen con
fuerza y solo se activa cuando la respiración se realiza a través de los dos orificios nasales
simultáneamente, y opera automáticamente al amanecer y atardecer, calmando el sistema, y
facilitando la meditación. Se dice que cuando Sushumna se activa, el yogui se vuelve
invisible al mundo. Entonces es donde comienza su verdadero trabajo. Ida y Píngala Nadis
indican tiempo pasado y futuro respectivamente, Sushumna es el destructor del tiempo. Es el
momento presente, no tiene tiempo.
Desde el Muladhara chakra, ubicado a la altura del perineo, Ida y Píngala alternan en
cada chakra hasta llegar a Ajna chakra, a la altura del entrecejo, donde se encuentran
nuevamente con Sushumna. En Ajna chakra el encuentro de los tres Nadis principales es
llamado Mukta Triveni (Mukta: liberado). Continuando por detrás de Ajna chacra, Ida y
Píngala finalizan en los orificios nasales izquierdo y derecho respectivamente.