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La preceptoría en

Algarrobos

Mag: Anibal Mera Rodas


EL PRECEPTOR

Un preceptor es la persona encargada de la


atención y formación humana, profesional,
social y espiritual de un grupo de alumnos que
le CD le confía.
De acuerdo con un principio de nuestro ideario,
esta atención y formación es personalizada, no
va dirigida al grupo como tal, sino a cada uno de
los alumnos asignados.
De igual modo se entiende la necesaria relación
que debe mantener con las familias de esos
alumnos.
DIFERENCIA ENTRE UN PRECEPTOR Y UN TUTOR

EL TUTOR EL PRECEPTOR

Tiene a su cargo la El preceptor es un


responsabilidad de sacar orientador escolar personal.
adelante durante el año escolar Al cual se le asignan un
a un grupo de alumnos. número concreto de
Debe velar por la consecución alumnos
de una serie de objetivos de
formación humana y
académica que les den
herramientas para elevar el
nivel escolar y el tono
humano
MISIÓN DEL PRECEPTOR

Que sus preceptuados:


• Aprendan a vivir las virtudes humanas y sobrenaturales.
• Desarrollen al máximo sus potencialidades.
• Adquieran hábito de estudio y un verdadero amor al trabajo.
• Sean capaces de actuar libremente con responsabilidad personal.
• Sepan dar unidad a su vida de acuerdo con una correcta jerarquía de
valores.
• Adquieran espíritu de servicio: en el Colegio y en casa.
• Tengan amor y respeto por la Iglesia y la Jerarquía.
• Conozcan la Obra y la quieran.
TAREAS ESPECÍFICAS DERIVADAS DE LA MISIÓN DEL
PRECEPTOR.

• Entrevistar a los alumnos asignados y a sus familias con la periodicidad


prevista.
• Informar mensualmente a la Dirección de Formación de las entrevistas
realizadas con alumnos y familias.
• Conocer los resultados académicos de sus preceptuados.
• Participar en las reuniones de trabajo que el tutor organiza.
TAREAS ESPECÍFICAS DERIVADAS DE LA MISIÓN DEL
PRECEPTOR

• Telefonear a las familias interesándose por sus preceptuados cuando estén


enfermos. Si la enfermedad es de larga duración, ir a ver al alumno.
• Dedicar una mayor atención, y/o visitar a las familias de sus preceptuados
en situaciones dolorosas.
• Procurar que los padres se acerquen a los medios de formación que organiza
el Centro.
• Participar en la atención de campamentos, convivencias, cursos de retiro y
otros medios de formación organizados por el Centro.
Debe concebirse como una situación de trabajo. Se trata de
una conversación seria, y un trabajo sistematizado,
ordenado, con unos objetivos bien concretos.

El alumno debe sentirse cómodo, sin presiones de


ningún tipo y con la seguridad de que el preceptor
está poniendo su empeño en ayudarle.

Interesa conseguir cuanto antes la cooperación del


alumno, para lo cual el alumno tiene que ver en su
preceptor a un amigo, que le escucha, anima y,
sobre todo, que sabe exigirle.
El preceptor debe ser observador y saber aprovechar las entrevistas para disponer de
la información suficiente que le permita orientar adecuadamente a sus preceptuados.
En concreto conviene conocer de cada alumno:
-Cómo le van los estudios.

-Aficiones.
-Ambiente familiar.
-Amigos.
-Uso del tiempo libre.
-Publicaciones que lee.
-Estado físico: salud.
-Vida de piedad.
- Ideales
• El alumno debe percibir en todo momento que las orientaciones dadas por

el preceptor respetan al máximo su libertad y son un estímulo para actuar

de modo gradual, de acuerdo con su sentido de responsabilidad.

• En esas entrevistas, el preceptor respetará siempre el prestigio y autoridad

de los padres del alumno.

• Cuando, en alguna ocasión, no se les pueda deber ese respeto por algún

aspecto concreto, invitará al alumno a no juzgar a sus padres.


Al acabar la entrevista, el preceptor debe hacer un resumen de los puntos
acordados, de manera que el alumno salga con una idea bien clara de lo que tiene
que hacer.
Por razón de eficacia educativa, el preceptor debe poner todo su empeño en
conseguir hablar con todos sus preceptuados, con la periodicidad prevista. En la
medida que esto es así, la duración de las entrevistas no debe pasar de 20 minutos
con alumnos mayores y de 10 minutos con los pequeños.
Todos los alumnos deben recibir la atención prevista sin discriminación alguna. El
dedicar más tiempo a algunos preceptuados no debe ir en detrimento de los demás.
Cada preceptor debe disponer de un modo de trabajo que le permita aprovechar al
máximo, sin interrupciones ni tiempos muertos, su horario de preceptuación. Entre
otros medios pude resultar útil:
-Disponer de un plan de entrevistas semanal.
-Cuidar la puntualidad.
El preceptor, a principio de curso, estudiará la carpeta personal de los alumnos que
preceptúa por primera vez, para conocer la historia de cada uno.
TEMAS PARA TRATAR CON LOS ALUMNOS

Son temas de trato habitual:


-La familia y los estudios.
-Lo concretado en las entrevistas.
-Plan de vida (horas de estudio, vida de piedad -de él y su familia-, descanso...)
-Tratar objetivos educativos del mes

Otros temas que deben ir apareciendo:


-Relaciones con padres, hermanos, abuelos.
-Espíritu de servicio en casa.
-Encargos y cómo los vive.
-Relaciones con compañeros y amigos.
TEMAS PARA TRATAR CON LOS ALUMNOS

-Criterios sobre espectáculos. TV. Aficiones.


-Plan de lecturas formativo.
-Mejora del método de estudio.
-Preocupaciones.
-Actitud en el Colegio.
-Orientación doctrinal. (Hablar de los temas que no hayan entendido)
-Relación con las chicas (a cierta edad).
-Virtudes humanas: Sinceridad, sobriedad, nobleza, generosidad, honradez...
-Frecuencia de Sacramentos.
-Medios de formación. (Clubes)
-Urbanidad: aseo, comida.
TEMAS PARA TRATAR CON LOS PADRES

• Aunque las entrevistas han de desarrollarse dentro de un clima amistoso y con


una gran flexibilidad, el preceptor debe prever una serie de temas en relación
con la edad de los chicos, que conviene que sean tratados con sus familias.

• Además de los temas propios de cada alumno, son temas de conversación con
los padres:
-Estudios del hijo. -Las relaciones en la familia.
-Los encargos en casa. -El espíritu de servicio.
-Las lecturas familiares -Las lecturas de los hijos.
-El uso de la TV e internet. -La autoridad.
TEMAS PARA TRATAR CON LOS PADRES

-Los premios y castigos. -Los amigos de los chicos.


-La educación sexual. -Empleo del tiempo libre. Los clubes.
-Urbanidad: aseo, hablar, vestir, comida.
-Fines de semana. Plan de vacaciones y verano.
-Los medios de formación.
-El uso del dinero.
-La educación en la fe. Piedad familiar.
-Todo lo que supone concreción en la formación de hábitos de conducta.
-Fortaleza a la hora de exigir
ACTITUDES BÁSICAS DEL PRECEPTOR.

1.Querer a los chicos: Es la más importante: sólo desde la perspectiva de un


cariño desinteresado es posible ganarse la confianza y amistad del alumno,
condición indispensable para desarrollar con eficacia la preceptuación.

2. Lealtad: El preceptor debe mantener una amistad leal con el alumno,


sintiendo como propios sus problemas, defendiéndole en todo momento y
sabiendo hablar de él -en su ausencia- con la misma delicadeza que si
estuviera presente.
ACTITUDES BÁSICAS DEL PRECEPTOR.

3-Discreción: Los datos que el preceptor va adquiriendo como consecuencia


de las conversaciones que realiza con los preceptuados y sus familias, sólo
puede darlos a conocer -con la debida prudencia- a las personas encargadas
directamente de la formación del alumno y nunca deben ser objeto de
comentario con los profesores o en la junta de evaluación.

4. Imparcialidad: Todos los alumnos deben sentirse igualmente queridos por


su preceptor, sin discriminaciones que den pie a interpretar que puedan existir
favoritismos.
ACTITUDES BÁSICAS DEL PRECEPTOR.

5. Visión positiva: El preceptor debe transmitir a sus alumnos un modo positivo de


enfrentarse a los problemas, animándoles a superar los obstáculos con optimismo y
sabiendo infundir confianza en las posibilidades reales de cada uno.

6. Exigencia: Actitud que debe mantener tanto consigo mismo en su tarea de preceptor,
como con el alumno en lo que se refiere al seguimiento de los compromisos adquiridos
por sus preceptuados, procurando vivirla en las cuestiones aparentemente nimias y
desde luego en las más importantes.
ACTITUDES BÁSICAS DEL PRECEPTOR.

7. Paciencia y constancia: Ordinariamente la eficacia en materia educativa requiere


tiempo. Es necesario, por tanto, una actitud paciente del preceptor ante la lentitud en los
progresos del alumno, así como una voluntad constante de seguir insistiendo en los
objetivos previstos.
8. Afán apostólico: junto al interés por la formación humana y profesional de los
alumnos, el preceptor debe sentir la urgencia de realizar un intenso apostolado a través
de esa tarea, descubriendo a sus preceptuados modos concretos de vivir cara a Dios.
Asimismo, debe orientar a los chicos que puedan entenderlo hacia Centros o Clubes de
la Obra donde puedan completar su formación, y siempre de acuerdo con sus padres.

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