Ensayo de La Gracia - Jerson Zea

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PREUNIVERSITARIO 2020

Catedrático

Dr. Tommy Moya

Maestro Tutor

Lic. Alex Strubbe

Estudiante

Jerson Zea

Tema

La Gracia

Medellín, 07 de Junio de 2020


Introducción

En cada uno de los acercamientos al estudio de la palabra, se deja entrever que cada concepto

bíblico, entendido desde la perspectiva del nuevo pacto, es necesario redefinirlo, o más bien,

llevarlo a su diseño original, tal como el Padre Celestial desea que sus hijos entendamos su

palabra. Para esto es sumamente importante la guía del Espíritu Santo (romanos 8:14,

Versión Reina Valera, 1960), sin el cual no podríamos llegar al entendimiento de la luz que

tenemos en la revelación de Cristo Jesús.

Conceptos como el dar una prioridad o lugar importante al conocimiento de Dios, ya se

transforma en la expresión donde decimos que Cristo no es lo más importante, sino que es la

vida misma, él es el todo y en todos (colosenses 3:11, Versión Reina Valera, 1960) y por lo

tanto no le puedo dar un lugar, sino que él debe ocupar todas las áreas de mi vida. Esto es un

claro ejemplo de cómo debemos renovar nuestro entendimiento (romanos 12: 2, Versión

Reina Valera, 1960), para dar paso a vislumbrar quiénes somos en Cristo y la posición eterna

que ya nos ha dado.

Así mismo el concepto de la Gracia lo hemos malinterpretado, en el intento vano de tratar de

encajarlo en una definición, con el propósito, tal vez bien intencionado, de que nuestra mente

finita pueda comprenderlo. Pero como bien lo dice el pastor Tommy Moya en su cátedra, la

gracia no es una sustancia, no es un poder, no es un beneficio espiritual o simplemente un

don inmerecido. Considero más bien que éstas son expresiones de la gracia, que se han

tratado de enseñar como si fuera la gracia en sí misma, dándole virtud más bien a los

resultados y como consecuencia se desvía la mirada para entender que la gracia no es algo

sino Alguien.
Análisis

Gracias a la obra redentora de Cristo, consumada en la cruz del calvario, el velo que

enceguecía ahora es quitado de nuestra mente, permitiendo que podamos dejar a un lado las

enseñanzas elementales acerca de Cristo avanzando hacia la madurez (hebreos 6:1, Nueva

Versión Internacional), entendiendo que la Gracia es la expresión de él mismo y por lo tanto

no podemos encasillarlo en una definición para poder entenderlo.

Por lo tanto, esta verdad nos debe conducir a la búsqueda de Su conocimiento, conocer lo que

él hizo, lo que está haciendo y lo que hará para nosotros en un futuro que es futuro para

nosotros, pero es pasado para él, pues en Cristo ya todo está consumado, él no está

improvisando, simplemente él nos va mostrando el camino que nosotros debemos andar.

Pero nosotros como sus hijos debemos acceder al pleno conocimiento de su gracia, pues la

vida espiritual no va más allá de ese conocimiento. Esto es de vital importancia y Oseas nos

lo pone en manifiesto cuando dice: mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento

(Oseas 4:6, Versión Reina Valera, 1960).

Pablo en sus cartas nos muestra el camino para acceder a ese conocimiento. Y uno de los

puntos importantes es entender que él ya lo hizo todo, e intentar hacer algo por nuestras

fuerzas sería en vano. En Filipenses 3:3, usa una terminología importante indicando que es

una obra en el pasado la que hizo Cristo, es decir que no es una esperanza futura, algo que

aún estamos esperando, y aclara que el conocimiento de Cristo no depende de un esfuerzo

humano sino de un revestir del Espíritu de Dios a nuestro espíritu (Filipenses 3:3, Versión

Nueva Traducción Viviente).


En Colosenses nos enseña una manera correcta de orar pidiendo Sabiduría y comprensión

espiritual para que nuestras vidas tengan crecimiento en la medida que aprendamos a conocer

a Dios más y más. Es en esto que debe estar invertida nuestra vida, en la búsqueda de su

conocimiento, lo cual nos lleva a un grado de crecimiento y de plenitud como el Padre espera

que tengamos (Colosenses 1:9-10, Versión Reina Valera, 1960).

En Colosenses El apóstol Pablo nos sigue enseñando. Nos indican que debemos vestirnos de

la nueva naturaleza para parecernos más a él (Colosenses 3:10, Versión Reina Valera, 1960).

Y si dice que hay una naturaleza nueva quiere decir que hubo una naturaleza vieja, que era a

lo que hacía alusión en la introducción de este texto, de dejar esa naturaleza pensando que la

gracia y el conocimiento de Cristo es simplemente un concepto encasillado en una definición

o una expresión, como lo referencio a continuación, donde el Espíritu Santo nos enseña

acerca de la Gracia en el antiguo testamento, en uno de los tantos libros que nos habla de ella.

En esta ocasión en el libro de Ester. Allí se nos habla acerca de cómo ella halló Gracia

delante del rey (Ester 2:16-17, Versión Reina Valera, 1960).

En otro tiempo hubiéramos entendido que esa Gracia era un simplemente gusto o un sentir

que el rey tuvo por Ester, sin embargo, entendiendo que eso era una sombra y figura, el

Espíritu Santo allí nos revela que esa Gracia hoy en día es depositada en su iglesia, la que

halló cabida en el corazón del Rey de Reyes, pues es Cristo la gracia que habita la iglesia y

que es él la esencia misma.


Conclusión

Considero que cada hijo de Dios, para que podamos tener una vida espiritual fructífera,

basada en el conocimiento de su Gracia, de su carácter, debe deshacernos de lo que hemos

aprendido en la carne, pensando que nuestro punto de vista humano es el correcto, como lo

hice Pablo en la segunda carta a los Corintios (2 corintios 5:16, Nueva Traducción Viviente),

es decir que no es una acción de estudio para conocimiento sino que es una revelación de Su

expresión en todo lo que él es, y esa revelación opera es en el espíritu.

Cada vez se hace más claro que nuestro mensaje no debe ser acomodado, no debe ser para un

beneficio propio o un discurso demagógico que satisface el oído de las personas simplemente

hablando lo quieren oír, sino que nuestra enseñanza, nuestro mensaje de la gracia, es hablar

de Cristo mismo. Esa gracia es la base de nuestra predicación (colosenses 4:6, Versión Reina

Valera, 1960). Y en tanto que conozcamos y entendamos cada vez más que el mensaje de la

gracia es Cristocéntrico, cada vez hablaremos menos de nosotros, menos de nuestros propios

intereses y más de Su Reino.

En la madurez del conocimiento que tenemos hoy, ya nos hemos dado cuenta que el mensaje

no es por medio de palabras o discursos, sino que es una expresión de Cristo en nuestro diario

vivir, ese debe ser nuestro estilo de vida.

A fin de cuentas, el propósito de todo esto es que él se ha manifestado y glorificado, y por

amor a él haya menos de nosotros y más de él, más de la expresión de su gracia, donde

nuestra propia vida, las cosas que nosotros pensamos que eran valiosas, ya no tienen ningún
valor por todo lo que ha hecho Cristo, y el único valor que cobra sentido es conocerle a él

(filipenses 3:8, Nueva Traducción Viviente).

Bibliografía

- https://www.facebook.com/Iglesialan2020/videos/543423766340755/UzpfSTU4MTE

1Mjg0MjoxMDE1NzM4MDA3MjQ5Mjg0Mw/, [ CITATION Ram20 \l 9226 ]

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