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Modelos de convección del magma

Código: 1001309993
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La topografía de la corteza terrestre está estrechamente ligada a las interacciones de las capas

internas de la Tierra. La energía liberada por el núcleo permite que el magma que se encuentra en

el manto se movilice y ascienda hacia la superficie terrestre, donde por el movimiento de las

placas, se generan afloraciones de lava o magma. Cuando este material se seca en la superficie,

ya sea en los continentes o dentro de los océanos, se puede dar paso a nuevas formaciones

geológicas volcánicas o no volcánicas, como dorsales oceánicas, cadenas montañosas, islas y

anillos volcánicos. Este proceso en el que el magma asciende desde el interior del planeta se

conoce como convección del magma. Actualmente existen tres modelos que pretenden explicar

este proceso de convección, su relación con el manto y el movimiento de las placas tectónicas

(modelo de estratificación a 660 km, modelo de convección del manto completo y modelo de

capa profunda). Aunque no se ha podido llegar a grandes profundidades de las capas internas de

la Tierra, por medio de la sismología se ha podido hacer un estudio indirecto, dando lugar al

planteamiento de los modelos antes mencionados. Sin embargo, estos estudios están lejos de ser

finalizados y por lo tanto los modelos planteados son meramente teóricos. En el siguiente texto

se explicará primero el concepto de convección en general; luego se mencionarán las capas

internas de la tierra haciendo énfasis en el manto. A continuación, se expondrá el concepto de

convección del magma y su interacción con las placas tectónicas. Después se explicarán que son

las plumas de manto y se introducirán los tres modelos de convección del magma. Finalmente se

planteará una breve discusión y conclusión.

1. Convección

La convección es un tipo de transferencia térmica que se basa en el movimiento de un fluido

ya sea líquido o gaseoso; cuando este fluido se calienta tiende a alejarse de la fuente de calor,

llevando consigo la energía acumulada. El proceso de convección puede ser natural o forzado.
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Cuando es un proceso natural, el fluido se encuentra inicialmente estático y empieza a moverse

conforme hay cambios en la temperatura que modifican las fuerzas a las que está sometido el

fluido; por ejemplo, la densidad disminuye cuando aumenta la temperatura y si la temperatura no

es uniforme tampoco lo será la densidad, lo que rompe el equilibrio bajo la acción gravitatoria

permitiendo entonces que el fluido se desplace. Por otra parte, cuando la convección es forzada

el movimiento del fluido no se genera debido al simple cambio de temperatura, sino por factores

externos; este tipo de convección es comúnmente utilizado en los sistemas de enfriamiento de

neveras, donde la superficie disponible para la convección natural es muy pequeña, por lo que

hay que inducirla de otra manera (SGCG, 2018).

2. Manto terrestre

La Tierra está conformada por 4 grandes capas que se encuentran en movimiento constante

desde el núcleo hasta la corteza terrestre. En su orden ascendente son: la endosfera, subdividida

en núcleo interno (material sólido) y núcleo externo (material líquido); la mesosfera, que

comprende el manto interior y la parte más profunda del manto superior; la astenosfera, desde la

base de la litosfera hasta 350 km de profundidad en el manto superior; y la litosfera que es la

capa más fina y comprende la corteza terrestre y la parte más externa del mato superior. El

modelo estático presenta cada capa, mientras que el modelo dinámico presenta la agrupación o

combinación de capas.
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Figura 1. Capas de la Tierra. Dinámica de la Geosfera. (s.f.).

El núcleo interno presenta altas temperaturas y niveles de presión extremadamente altos; a

diferencia del núcleo externo sus componentes se encuentran en estado sólido, aunque la

temperatura puede ser de hasta 5.400 °C, pues para que sus componentes se fundan se necesitan

temperaturas como las del núcleo externo de 6.000°C. La energía desprendida del núcleo es la

que permite el proceso de convección del magma; además, esta tiene efectos sobre el campo

magnético del planeta. Por otro lado, la corteza terrestre es en su totalidad sólida pero

fraccionada; este fraccionamiento es conocido como las placas tectónicas. Hay dos tipos de

corteza, la oceánica y la continental, siendo mucho más consistente y profunda la primera. La

corteza continental se compone principalmente por sedimentos y rocas tipo granito, mientras que

la oceánica tiene rocas más densas como las rocas basales (Andrei, M., 2018).
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El manto superior e inferior componen la capa más gruesa de todas, con una profundidad

aproximada de 2.900 km y compone el 83% de volumen del planeta. Aunque no ha sido posible

el estudio directo del manto ni de otra capa aparte de la corteza terrestre, mediante el análisis

sismográfico se ha podido realizar un acercamiento a la composición y comportamiento del

manto; esto debido a que las ondas sísmicas guardan información de las capas por las que pasan

a partir de la densidad y temperatura de estas. El manto superior se extiende hasta los 670 km

hacia el interior y está compuesto en su mayoría por una roca ígnea llamada peridotita. En la

parte que queda más cerca a la corteza, la roca se encuentra más solidificada ya que la

temperatura y la presión es menor en este punto que en resto del manto. Por su parte, el manto

interno se extiende desde los 670 km hasta los 2900 km de profundidad, tiene la misma

composición que el manto inferior, pero la temperatura y la presión es mucho mayor. Cuando la

peridotita se funde, se conoce como magma, es decir que ambos mantos se encuentran

principalmente compuestos por lava, aunque a diferente temperatura (Andrei, M., 2018).

3. Convección del magma

La convección del magma es de carácter natural y se produce debido a la liberación de

energía térmica desde el núcleo; esta energía produce un aumento de la temperatura lo que hace

que los fluidos del manto se tiendan a alejar del núcleo, por lo que fluyen hacia la corteza a

manera de corrientes de convección. Estas corrientes llevan magma, que por las altas

temperaturas disminuyen su densidad; a medida que el magma asciende, este va perdiendo calor

y ganando densidad, por lo que cuando entra en contacto con la litosfera la corriente vuelve a

descender. A medida que desciende, el magma vuelve a aumentar su temperatura y por tanto

pierde densidad, desplazándose nuevamente hacia arriba y completando su recorrido circular, el

cual forma las llamadas celdas o células de convección. La liberación de energía es constante,
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por lo que el movimiento en el manto inferior y superior también lo es, lo que obliga a su vez a la

litosfera a generar un desplazamiento pasivo debido al arrastre de la astenosfera (Geografía

plena, 2013). Este es considerado un desplazamiento pasivo puesto que la formación de nueva

topografía es un proceso que demora millones de años, pero es constante.

Figura 2. Celdas de convección. Geografía plena, 2013.

Las corrientes de convección van en direcciones opuestas, es decir hay puntos donde las

corrientes divergen o convergen, originando dorsales oceánicas y zonas de subducción

respectivamente, por el arrastre de las placas tectónicas. Las celdas de convección tienen sus

límites en donde se encuentran los bordes de las placas tectónicas, por lo tanto, las corrientes de

convección ascienden y descienden perpendicularmente a los límites de las placas. Los bordes

divergentes que se encuentran bajo la corteza oceánica, al estar direccionados en sentido

contrario permiten que el magma ascendente llegue hasta la superficie y se ubique en el espacio

abierto (valle Rift), que se generó por las placas al separarse. En este punto, el magma se enfría y

forma una nueva corteza oceánica (zona de expansión) y en algunos casos, cuando este material

sigue siendo empujado, se pueden formar las dorsales o cordilleras oceánicas. Cuando la
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divergencia sucede bajo placas continentales, poco a poco se agrieta la corteza entre las placas lo

que permite que estas dos se separen (Tectónica de placas, 2017).

Figura 3. Formación dorsal oceánica. Dorsales oceánicas, (s.f.).

A diferencia de los bordes divergentes, los bordes convergentes son aquellos en los que las

corrientes de convección se encuentran, por lo tanto, las placas chocan y la más densa se

desplaza debajo de la menos densa, generando la zona de subducción. Si el choque es entre dos

placas oceánicas, se genera un hundimiento conocido como fosa o trinchera oceánica; el magma

que logra colarse por allí y alcanza la corteza oceánica, produce volcanes sobre la placa superior

que pueden superar el nivel del mar formando un arco insular volcánico. Cuando la colisión se

da entre una placa continental y una placa oceánica, la placa oceánica es la que se subduce; esta

colisión genera los cinturones de volcanes terrestres llamados arcos volcánicos. Por otra parte, si

se da un choque entre placas continentales, como ambas son muy livianas para que una de ellas

se subduzca correctamente, se da un proceso de obducción, donde ambas placas se deforman

verticalmente y se unen en zonas de sutura; este tipo de choque puede resultar en la formación de

cadenas montañosas no volcánicas, puesto que la unión de las placas no permite la afloración de

magma (Tectónica de placas, 2017).

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Figura 4. Formación fosa oceánica. Tectónica de placas, 2017.

Figura 5. Formación arco volcánico. Tectónica de placas, 2017.

Figura 6. Formación cadena montañosa. Tectónica de placas, 2017.

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4. Plumas de manto

La convección del magma se da tanto entre placas tectónicas como dentro de cada placa. El

magma asciende hacia la superficie a manera de pluma de manto; los puntos calientes son

entonces “manchas” que se observan en la litosfera donde tienen actividad las plumas de manto

(Godwana Research, 2013). El magma asciende por túneles cilíndricos y se acumulan en la

cabeza de la pluma, lo que hace que su forma sea como la de un champiñón, al ser está área de

acumulación la de mayor extensión, es allí donde el intercambio de material entre el manto y la

pluma es mayor (Zhang, Z., 2020). El magma no asciende únicamente por donde dos placas

convergen o divergen, existen varios puntos calientes dentro de las mismas placas tectónicas

(RSN, 2014), por lo que hay algunos volcanes que no se originaron en puntos límite de las placas

tectónicas. Debido al movimiento de las placas tectónicas, los puntos calientes también cambian

su ubicación, ayudando a la formación de arcos de islas volcánicas.

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Figura 7. Pluma de manto. Marino, N., 2017.

Las plumas de manto juegan un papel muy importante tanto en la transferencia de material

en las capas internas de la Tierra como en el proceso de convección del magma. Las plumas de

manto son las que explican o respaldan los modelos de convección presentados más adelante,

puesto que, dependiendo el tipo de pluma, la composición del magma que transporta puede

variar, lo que resulta en variaciones composicionales de la roca basáltica en la corteza terrestre.

Aunque no se ha determinado exactamente el origen de las plumas de manto, se ha hecho una

clasificación de tres tipos de plumas de manto a partir de la composición del material que

transportan, suponiendo así su origen más probable. Según un informe presentado por varios

científicos chinos, las plumas mantélicas se clasifican en plumas de Morgan, superplumas y

plumas de Anderson; las primeras dos se originan en el manto inferior y atraviesan todo el

manto, mientras que la tercera se origina en el manto superior. La diferencia entre las

superplumas y las plumas de Morgan deriva en que las superplumas son de mayor tamaño y al

llegar a la zona donde finaliza el manto inferior e inicia el manto superior, esta se divide en

plumas secundarias de menor tamaño antes de llegar a la litosfera (Zhang, Z., 2020).

Figura 8. Tipos de pluma de manto. Zhang, Z., 2020.

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5. Modelos de convección del magma

Existen tres modelos de convección del magma postulados: el modelo de estratificación a

660 km, el modelo de convección de todo el manto y el modelo de capa profunda. Todos los

modelos pretenden explicar el movimiento de las corrientes de convección del manto y su

relación con el movimiento de las placas tectónicas, explicando a su vez la formación

topográfica de la corteza terrestre y el por qué hay algunas diferencias de composición en estas

formaciones.

5.1 Estratificación a 660 km.

Como su nombre lo indica, este modelo plantea que el manto se encuentra dividido en 2 capas

de convección, “una capa convectiva delgada por encima de los 660 kilómetros y otra gruesa

situada debajo.” (Geología General, (s.f.)). La composición del magma varia un poco en cada

capa; la capa superior tiene una mayor movilidad, por lo que los componentes se encuentran más

mezclados, mientras que la capa inferior es más estática y sus componentes son más antiguos. Lo

anterior explica por qué hay variaciones en la composición de lavas basálticas provenientes de

las dorsales oceánicas y de las provenientes de los puntos calientes (Geología General, (s.f.)). La

división del manto que se plantea a 660km de profundidad se debe a que algunas placas

subductoras se desvían a esta profundidad, mientras que otras llegan a la parte más interior del

manto formando lo que se conoce como cementerios de losas. Las plumas de manto se forman

desde ambas capas, y cuando se originan en la capa inferior, se pueden subdividir en dos plumas

secundarias en el manto superior (Tackley, P., 2008); es decir, que se pueden originar todo tipo

de plumas, explicando así la diferencia composicional de las rocas basálticas.

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Figura 9. Estratificación a 660 km. Marreo, C., 2018.

Figura 10. Estratificación a 660 km. Tackley, P., 2008

Aunque este modelo se ve fuertemente respaldado, no es del todo aceptado, puesto que a

partir de imágenes sísmicas se ha demostrado que hay una ruptura de la estratificación cuando
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placas oceánicas se subducen a más de 660 km, lo que permitiría la mezcla del magma de ambas

capas.

5.2 Convección de todo el manto.

A diferencia del modelo anterior, no se presenta ninguna estratificación, sino que hay una

única capa de convección. “Las placas de litosfera oceánica fría descienden al manto inferior,

agitando así todo el manto” (Geología General, (s.f.)). En este caso, al ser una única capa, todas

las plumas de manto se originan en la parte del manto inferior más cercana al núcleo y todas

afloran hasta la superficie (Krohn, D., 2011), es decir que se presentan solo plumas de Morgan.

Sin embargo, la presencia de magma con materiales de todo el manto debido al constante

intercambio de material en la única capa de convección, no explica el por qué se presentan

diferencias en la composición de la lava basáltica en algunos puntos calientes, como si lo hace el

modelo de estratificación a 660 km. Puesto que solo hay plumas de manto de Morgan, las

diferencias en la composición de las rocas basálticas no pueden ser tan diferentes.

Figura 11. Convección de todo el manto. Marreo, C., 2018

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5.3 Capa profunda.

Este modelo propone una estratificación más profunda que el primer modelo planteado y es

una analogía de una lámpara de lava. La energía térmica procedente del núcleo “hace que las dos

capas crezcan y se encojan según unos esquemas complejos sin que se produzca una mezcla

sustancial, de una manera similar a los patrones observados en una lámpara de lava” (Geología

General, (s.f.)). En este caso, pequeñas porciones de magma se originan como plumas de manto

desde ambas capas del manto, permitiendo ver puntos calientes en la litosfera (Krohn, D., 2011).

Figura 12. Capa profunda. Marreo, C., 2018

Este modelo logra explicar la variación en la composición de la lava basáltica y al ser una

estratificación más profunda permite que la subducción de placas oceánicas sea posible sin que

haya una ruptura a la estratificación; sin embargo, las pruebas sísmicas no son aún suficientes

para corroborar del todo este modelo.

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Discusión

Aunque no ha sido posible hacer un estudio directo de las capas internas de la Tierra,

mediante modelajes a partir de estudios sismológicos, topográficos y orográficos, se ha podido

estimar cómo se compone el planeta internamente y cómo funcionan los movimientos y la

transformación de energía dentro del mismo. Sin embargo, tanto los modelos propuestos para la

explicación del origen de las plumas de manto como los modelos de convección del magma no

son del todo aceptados en la comunidad científica, ya sea porque no se tiene los suficientes datos,

o su razonamiento tiene fallas al explicar fenómenos completos. Por ejemplo, el modelo de

magma sin estratificación no puede explicar porque hay diferencias en la composición de las

rocas basálticas, si todas provienen de un mismo tipo de pluma mantélica; por otra parte, el

modelo de estratificación a 660 km no sería posible debido a las subducciones de las placas

tectónicas, las cuales por el mismo proceso pueden sobrepasar el límite de la estratificación,

dando paso a la combinación del magma. Con esto podemos decir que el modelo teóricamente

más acertado es el modelo de capa profunda. Si bien no hay una aceptación unánime, se entiende

que la dinámica de las capas internas de la Tierra produce el proceso de convección en el manto,

la cual no solo se ve afectada por el desprendimiento de energía térmica del núcleo, sino también

por la inserción térmica de las placas litosféricas por subducción (Tarbuck, E.; Lutgens, F. y

Tasa, D., 2005).

Conclusión

Los cambios orográficos que se dan tanto en la corteza continental como en la corteza

oceánica se deben a diferentes fuerzas, siendo las principales fuerzas provenientes de las capas

más internas de la Tierra. La convección del manto, es decir del magma (componente principal
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del manto), es la que se encarga de generar transferencias de energía térmica entre las capas.

Cuando las corrientes de convección completan los ciclos determinados por las celdas de

convección, se genera el movimiento de las placas tectónicas y el afloramiento de magma en la

litosfera, lo que cambia completamente el relieve, pues se generan tanto elevaciones como

hundimientos en la misma. El estudio de este tipo de topografía permite entender su

composición, lo que ha llevado a proponer tres modelos de convección del magma distintos, los

cuales proponen cierta estructuración del mato acorde a la composición de las rocas basálticas en

la superficie. Además de la o no estratificación, los modelos plantean la existencia de plumas de

manto de diferente origen y comportamiento, las cuales dependiendo de su punto de partida

pueden llevar magma de diferente composición hasta la litosfera. Es importante resaltar que, si

bien la composición del magma es esencialmente la misma, el magma que se encuentra en el

manto inferior es más antiguo, por lo que se presentan ciertas diferencias entre los mantos.

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