Informe de Lectura 6
Informe de Lectura 6
Informe de Lectura 6
Paul Ricoeur – El modelo del texto: la acción significativa considerada como un texto
En este capítulo del libro Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II, Paul Ricoeur
se propone mostrar el carácter hermenéutico de las ciencias sociales o humanas, tanto en su
objeto como en su metodología. Parte de una premisa fundamental: la hermenéutica se refiere a la
interpretación de textos escritos; luego plantea una hipótesis: la acción significativa, objeto
fundamental de las ciencias humanas, tiene características análogas a las del texto. De esta
manera, la interpretación de textos puede servir de modelo para estudiar la acción significativa.
En la primera sección, Ricoeur se dedica a desplegar las características fundamentales del
texto y a mostrar la analogía con los rasgos de la acción significativa. El texto es la expresión
escrita de un discurso, el cual tiene una instancia, es autorreferencial, se refiere a un mundo
concreto y está dirigido a un interlocutor. Estos cuatro rasgos del discurso se manifiestan en el
texto con algunas peculiaridades: en cuanto a la instancia, el carácter del acontecimiento de un
presente inmediato del discurso desaparece para dar paso a la fijación de lo dicho; en dicha
fijación, el significado puede ser identificado cada vez. En cuanto a la autorreferencia, el texto
escrito sobrepasa la remisión inmediata a un autor; la intención del autor deja de tener
importancia y el significado sólo puede ser traído a la luz por el intérprete. En cuanto a su
referencia a un mundo, el texto deja de estar apegado a su situación inmediata, y abre la
posibilidad de proyectar un mundo propio que puede ampliar el del lector. Finalmente, el texto no
tiene un interlocutor particular sino que el destinatario es cualquiera que pueda leer.
Ricoeur pasa a mostrar el carácter análogo de la acción con el texto desde los cuatro rasgos
descritos. 1) La instancia de la acción radica en la “objetivación”, lo cual es posible si se tiene en
cuenta que la acción también puede enunciar, lo cual permite ser fijado igual que la escritura con
el acto de habla; ¿cómo es posible objetivar una acción? Ricoeur afirma que así como la escritura
objetiva lo dicho del habla, la marca o el “dejar huella” pueden objetivar una acción. La acción es
objeto en tanto es notable, marcable. 2) La acción que deja huella no puede quedarse apegada al
agente, por lo que la independencia del autor también hace parte de ella. La acción que deja
huella tiene un efecto duradero en la historia, cuyo correlato físico posible es el archivo o la
institución. 3) La acción significativa sobrepasa igualmente la situación inmediata en la que
sucede; si deja huella, su significado puede ser actualizado cada vez en otras situaciones. 4) Si la
acción puede ser actualizada, esto significa que el significado queda a la espera de nuevos
intérpretes y nuevos significados; no hay un interlocutor inmediato.
En la segunda sección, Ricoeur continúa desarrollando la analogía entre el texto y la
acción; pero esta vez se traslada a la cuestión de la metodología. La hipótesis principal de esta
parte es que el modelo del texto, basado en su objetividad desde la esfera de los signos, revela
que en las ciencias humanas hay una relación fundamental de tipo dialéctico entre el explicar y el
comprender.
La primera forma de la dialéctica (que es una sola), de la comprensión a la explicación,
muestra que la comprensión de todo texto implica un proceso de conjeturar sus características y
sus relieves, ya que el texto no es una suma lineal de oraciones sino un todo, el cual sobrepasa la
univocidad de la palabra y la oración y genera una multiplicidad posible de interpretaciones. Ese
conjeturar debe ser corroborado a través de la validación, en la cual se debe mostrar que una
interpretación es más probable que otra, lo cual salva la interpretación de todo dogmatismo o
relativismo. Este proceso de conjeturar y validar es circular. ¿Cómo se ve reflejado esto en la
acción? La acción tiene un carácter multívoco porque la intencionalidad de ésta depende de una
motivación, lo cual lleva la acción a tener un carácter de deseable. Una acción es interpretada a
través de la conjeturación de las motivaciones y deseabilidad, y la interpretación es igualmente
validada desde este ámbito. Tanto en el texto como en la acción, se llega a un conflicto de
interpretaciones en el que hay que mediar de alguna forma.
La segunda forma de la dialéctica, de la explicación a la comprensión, muestra que el texto
puede ser leído de forma inmanente, es decir, suponiendo una estructura interna que hace del
texto un sistema cerrado de signos. Según Ricoeur, este análisis estructural es un necesario
estadio intermedio entre la interpretación ingenua y la interpretación crítica, pues tal análisis no
se puede quedar en lo estructural sino que debe llegar a través de ello a la referencia propia del
texto. ¿Cómo se ve reflejado esto en la acción? La acción maneja un carácter semiológico, es
decir, también se compone de signos, por lo que puede ser analizado estructuralmente y, de igual
manera, ese análisis debe llegar a una referencia concreta que supere todo apego a la psicología
de los agentes.
Todo esto muestra que, finalmente, es necesaria la explicación para la comprensión y
viceversa; en últimas, según Ricoeur, la dialéctica entre explicación y comprensión es el círculo
hermenéutico.