El Adobe

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El adobe, palabra que proviene del árabe al-tub1 (‫)طوب‬, es un ladrillo sin cocer,2

una pieza para construcción hecha de una masa de barro (arcilla y arena), mezclado
a veces con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al sol; con ellos se
construyen diversos tipos de elementos constructivos, como paredes, muros y arcos.3
La técnica de elaborarlos y su uso están extendidos por todo el mundo,
encontrándose en muchas culturas que nunca tuvieron relación entre sí.

Índice
1 Historia
2 Características
3 Construcción con adobes
4 Construcción sismorresistente
5 Ventajas térmicas
6 Véase también
7 Referencias
8 Enlaces externos
Historia
Una de las ciudades conocidas más antiguas, Çatalhöyük, en Anatolia, del VII
milenio antes de Cristo, tenía las casas construidas con adobes. En el Antiguo
Egipto se empleó frecuentemente el adobe, elaborado con limo del Nilo, en la
construcción de casas, tumbas (mastabas), fortalezas, e incluso palacios, aunque
los egipcios también fueron los primeros en emplear la piedra tallada para erigir
templos, pirámides y otras edificaciones monumentales.

Muro de adobe sobre basamento de piedra en una antigua casa de Burgos, España.
En Perú existe la ciudad de barro más grande de América: la ciudadela de Chan Chan
(1200-1480) perteneciente a la cultura chimú, así como la Ciudad Sagrada de Caral
(3000 a. C. - 1800 a. C.) considerada como el asentamiento humano más antiguo de
América construido sobre la base de adobes. Así mismo, algunas crónicas del siglo
XVI4 recogen que los jefes de los tallanos vivían en palacios construidos con este
material.

En España es característico, entre otras de las regiones secas, de Castilla y León


donde se añade paja al barro. Las construcciones de adobe se suelen remozar con una
capa del mismo barro con lo que dan ese aspecto tan curioso de las casas típicas de
Tierra de Campos. También es usual en regiones semidesérticas de África, América
Central y América del Sur (rancho.)

El término adobe, en castellano, aunque con la grafía adoves, aparece por vez
primera ya en 1139-1149, en el llamado “Fuero de Pozuelo de Campos” (hoy Pozuelo de
la Orden, en la Provincia de Valladolid).5

En México, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y en el norte y centro de


Chile las casas de adobe son aún patrimonio de muchas familias humildes, que
conservan esta tradición desde tiempos inmemoriales. Mezclar pasto seco con el
barro permite una correcta aglutinación, gran resistencia a la intemperie y evita
que los bloques una vez solidificados tiendan a agrietarse. Posteriormente los
bloques se adhieren entre sí con barro para levantar muros.

Actualmente algunos arquitectos siguen utilizando muros de adobe en combinación con


cimientos, columnas y losas de hormigón debido a sus características. En muchas
ciudades y pueblos de Centro y Sur de América la construcción con adobes se
mantiene viva aunque amenazada por las imposiciones del mercado formal o por la
mala fama que le han hecho los sismos y el mal de Chagas. En Uruguay, el adobe es
una de las técnicas tradicionales de construcción que poco a poco fue dejada de
lado aunque en los últimos 20 años se han realizado experiencias tanto en
Montevideo como en el interior del país.
La reactivación de una arquitectura en adobe en gran medida se debe al ahorro de
energía que las edificaciones con este material suelen implicar, en efecto el adobe
resulta un excelente aislante térmico motivo por el cual se reducen las demandas de
energía para refrescar o caldear las viviendas. Por otra parte, uno de los
problemas típicos del adobe es su absorción de la humedad del suelo por
capilaridad, para esto una solución bastante frecuente es utilizar un cimiento
hidrófugo o impermeable de hasta aproximadamente un metro de altura sobre el nivel
del suelo, tal cimiento suele ser de piedras o, más modernamente, de hormigón.

La mayor estructura de adobe del mundo es la bimilenaria ciudadela Arg-é Bam en


Irán.
Características

Mezcla de adobe.

Detalle de adobe en Bahillo (Palencia).


Para evitar que se agriete al secar se añaden a la masa paja, crin de caballo, heno
seco, que sirven como armadura. Las dimensiones adecuadas deben ser tales que el
albañil pueda manejarlo con una sola mano, normalmente son de proporciones de 1:2
entre el ancho y el largo, variando en su espesor entre 6 y 10 cm, medidas que
permiten un adecuado secado. Las proporciones más comunes de encontrar son de 6 ×
15 × 30 cm, 10 × 30 × 60 cm, 7 × 20 × 40 cm; esto depende de la región del mundo y
sus condiciones.

El agua ablanda el barro seco, por lo que se debe proteger de esta en distintas
circunstancias: de aguas de lluvias, infiltraciones por malas instalaciones,
inadecuado mantenimiento (al regar exteriores, etc); la protección elemental es
hacer aleros de suficiente vuelo hacia la zona desde donde proviene la lluvia y
correcta construcción de las fundaciones o cimientos. Se requiere un mantenimiento
continuo, que debe hacerse con capas de barro (revoques de barro). No es correcto
hacerlo con mortero de cemento, puesto que la capa resultante es poco permeable al
vapor de agua y conserva la humedad interior, por lo que se desharía el adobe desde
dentro e incluso podría provocar desprendimiento del estuco de mortero de cemento
por separación con el muro. Lo mejor para las paredes externas es la utilización de
enlucido con base de cal apagada en pasta, con arcilla o arena, para la primera
capa, en la segunda, solamente pasta de cal y arena. Para las internas se puede
hacer una mezcla de arcilla, arena y agua, o con revoques de terminación fina de
tierra estabilizada con arena, a la que se le pueden agregar impermeabilizantes en
el agua de amasado.

En países de mano de obra barata es muy económico; permite fabricar uno mismo los
materiales para construir su propia casa. Antiguamente, en las temporadas que los
labradores no tenían faenas que hacer en el campo, fabricaban adobes, que luego
vendían al que quisiera hacerse una casa. De ahí el proverbio: mientras descansa
está haciendo adobes.

Actualmente se fabrican de manera más certera con respecto a la composición, y


suelen tener un veinte por ciento de arcillas y un ochenta por ciento de arena, eso
en función de la composición del suelo, cuanto más arcilloso más arena se agrega,
sin agregar paja u otros elementos a la mezcla. Las investigaciones han mostrado
que la inclusión de fibras vegetales puede servir como atracción para las termitas
y además, si el secado del adobe sin fibras ocurre en la sombra, la retracción es
menor.

Tiene una gran inercia térmica, debido a los espesores necesarios para construir,
por lo que sirve de regulador de la temperatura interna; en verano conserva el
frescor, y durante el invierno el calor.
Frente al tapial, que es semejante pero puesto en obra en masa, con encofrados,
tiene la ventaja de que requiere mucho menos tiempo de preparación.

Construcción con adobes

Construcción de un muro de adobe.

Embarrado de una vivienda rural de tierra en el pueblo de Los Ceballos (Paysandú,


Uruguay).

Casa de Adobe cerca de Aldeanueva de la Vera. Cáceres.


La construcción con adobes presenta la ventaja de su similitud formal, constructiva
y estética con el ladrillo de campo cocido. En caso de disponer de mucha mano de
obra, especializada o no, esta técnica es muy adecuada en función de los procesos
de fabricación que permiten la integración de gran cantidad de personas durante el
pisado y moldeado aunque se debe tener en cuenta aquí es el control durante la
producción para minimizar la variación de las dimensiones y la forma irregular de
las piezas. Los muros de adobes presentan muy buenas condiciones de aislamiento
acústico y térmico debido a las características del material y los espesores
utilizados.

Las desventajas de esta técnica están en función del propio proceso de fabricación
que puede resultar lento ya que se requieren dos o tres semanas para poder utilizar
las piezas en caso de que la producción se haga en obra. El proceso también depende
de las áreas de pisado, secado y acopio, que comandarán la continuidad de
producción mientras se espera que se sequen las piezas anteriores. Por lo tanto,
esta técnica requiere cierta previsión de infraestructura para contar con
superficies horizontales y limpias, y zonas protegidas para evitar que el agua de
lluvia afecte a la producción.

Las fallas comunes en las construcciones con adobes pueden ser reducidas mediante
los controles de la tierra y los estabilizantes utilizados, el dimensionado
adecuado de las piezas y los muros, el dimensionado adecuado de la estructura,
tanto de la cimentación como del muro portante, o las vigas y pilares y la
protección frente a la lluvia y a la humedad natural del terreno. Tanto las
ventajas o desventajas se deben tener en cuenta como datos de la realidad pero las
condicionantes propias de la obra serán las que determinen la viabilidad de los
procesos.

Las propiedades de la arquitectura en adobe son termicidad, resistencia mecánica,


aislamiento acústico y resistencia al fuego.6

Construcción sismorresistente
En América Latina hay ejemplos de que las estructuras de adobe presentan una alta
vulnerabilidad sísmica, ya que ha habido comportamientos inadecuados ante las
fuerzas inducidas por los terremotos —incluso los temblores moderados de tierra—,
derrumbándose de manera súbita. Esto ha producido un gran número de pérdidas
humanas e importantes pérdidas económicas, culturales y patrimoniales. Un caso
concreto es el terremoto de la ciudad de Cartago en Costa Rica de 1910, después del
cual se prohibió la utilización de adobe en las construcciones de dicho país.7 Esto
se observa reiteradamente en Latinoamérica, donde el cuidado del patrimonio, en
particular de tierra, se encuentra, por lo general, sin el adecuado mantenimiento
ni cuidado. Las principales razones de derrumbe y vulnerabilidad sísmica de las
construcciones de adobe se debe al nulo mantenimiento, al descuido, a las
intervenciones inadecuadas sobre su estructura y sobre todo a las construcciones
realizadas de forma precaria o sin el conocimiento adecuado sobre el sistema
constructivo, no teniendo en cuenta características básicas de su construcción,
como respetar proporciones de altura y espesor, proporciones adecuadas en la
mezcla, correctos morteros, entre otros.

El mayor problema para la reparación, mantenimiento y correcta ejecución de las


construcciones de adobe es la pérdida de una tradición ancestral, transmitida de
generación en generación, originando un vacío en la cultura constructiva, perdiendo
el saber hacer y generando problemas que pueden ser fatales, sobre todo en el caso
de países sísmicos.

Según las Normas Argentinas para Construcciones Sismorresistentes: Reglamento


INPRES - CIRSOC 103: «Existen materiales aptos para lograr construcciones seguras,
y materiales no aptos (tales como el adobe), pero de ninguna manera puede hablarse
de materiales sismorresistentes».8

Esta situación condujo a que los gobiernos y la población en general hayan


favorecido la reconstrucción con bloque, ladrillo y hormigón. Sin embargo, estas
viviendas nuevas, aparte de perder su calidad térmica, son más costosas y su
edificación en autoconstrucción se hace más difícil. Por esta razón, muchos centros
de investigación y agencias de cooperación trabajan para desarrollar construcciones
sismorresistentes en adobe que sean saludables y socialmente costeables.

En Colombia y Perú se han desarrollado diversos estudios y técnicas tendentes a


obtener piezas de adobe sismorresistentes, prestando especial interés en la
adecuada composición y sus dimensiones óptimas, pudiendo utilizarse tanto en nuevas
construcciones como en rehabilitación.9

Reparación de construcciones de adobe dañadas por el terremoto de 2010 en


Vichuquén, Región del Maule, Chile.

Señalización sobre casa de adobe después del terremoto de 2010 en Chanco, Chile.
En Chile, en el Terremoto de Santiago de 1985 muchas de las construcciones de adobe
resultaron gravemente dañadas y durante el terremoto de Chile de 2010, diversas
construcciones de este material se derrumbaron o quedaron gravemente dañadas,
comunas como San Carlos, Yumbel, Santa Cruz, Talca (casco histórico), quedaron
prácticamente en el suelo debido a estos derrumbes, ya que son las construcciones
más antiguas de los lugares siniestrados. Sin embargo, muchas de ellas además se
derrumbaron y fueron abandonadas por los prejuicios generados a través de los años,
desconociendo su real estado constructivo, lo que ha generado una gran alerta en la
población y prejuicios sobre el material. Otras se mantienen estoicas esperando su
reparación y otras ya han sido reparadas, como en Vichuquén.

Actualmente diversas universidades de Chile, organismos de estado, y oficinas


privadas estudian una manera de renovar el adobe y darle propiedades
sismorresistentes para mantener la identidad cultural del país. Por otro lado se
estudian estrategias aplicadas en los edificios que se han mantenido de pie por
siglos sin derrumbarse antes la inmensa cantidad de terremotos de Chile, para
aprender de estrategias constructivas tradicionales y del bien hacer de los
constructores de tierra.

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