Resumen TPA
Resumen TPA
Resumen TPA
d. La cultura como proyecto y estrategia para vivir. Relación entre cultura, tecnología ciencia
y política. Pensar de cálculo y pensar de meditación. Análisis de las categorías
doxa y noesis. Dimensión ética de la cultura.(Kusch,Giardina)
Unidad I
A. Concepción antropológica. El hombre como “animal simbólico”. Cultura y
“universo simbólico”. Formas simbólicas de la cultura. Dimensión simbólico-cultural
del arte. Códigos de una cultura visual.
Johannes von Uexkull, es un biólogo que sostiene lo siguiente: la realidad no es una cosa
única y homogénea, se halla inmensamente diversificada, poseyendo tanto esquemas y
patrones diferente cuantos diferentes organismos hay. Cada organismo posee un mundo
propio, por lo que posee una experiencia peculiar, por ende los fenómenos que
encontramos en la vida de una determinada especie no son transferibles a otra especie, son
inconmensurables entre sí.
Por eso agrega que la única clave para la vida animal la proporciona los hechos de la
anatomía comparada, o sea, conociendo la estructura anatómica de una especie animal,
estamos en posesión de todos los datos necesarios para reconstruir su modo especial de
existencia. Por ende, un estudio minucioso de la estructura del cuerpo animal, del número,
calidad y distribución de los diversos órganos de los sentidos y de las condiciones del
sistema nervioso, nos proporciona una imagen perfecta del mundo interno y externo del
organismo.
Cada organismo se encuentra coordinado con su ambiente. Dada su estructura anatómica
posee un determinado sistema “receptor” y un determinado sistema “efector”, la relación
que se establece entre estos sistemas -donde un organismo no podría vivir sin un correcto
equilibrio entre estos dos sistemas- lo denomina Uexkull, como círculo funcional.
El autor se pregunta, si este concepto del biólogo, puede ser aplicado al mundo humano.
Primero, afirma que el mundo humano no huya a estas leyes biológicas, sin embargo, en el
mundo humano encontramos una característica muy distintiva de la raza. Su círculo
funcional se encuentra ampliado, entre el sistema receptor y efector, hallamos un eslabón
intermedio, algo que podemos señalar como sistema “simbólico”.
En el mundo humano, la respuesta que sigue al estímulo, es demorada por el proceso lento
y complicado del pensamiento. El hombre ya no vive solamente en un universo físico, sino
en un universo simbólico. El lenguaje, el mito, el arte y la religión constituyen partes de este
universo. El hombre ya no puede enfrentarse con la realidad de forma inmediata, cara a
cara, no puede ver o conocer nada sino a través de la interposición de este mundo
simbólico artificial. Tampoco vive en un mundo se crudos hechos, sino en un habitado por
emociones, sentimientos, fantasías y sueños.
Entonces, con respecto al mundo humano, podemos ampliar y hasta corregir la definición
clásica del hombre. La definición del hombre como animal racional no ha perdido su fuerza,
dado que la racionalidad es un rasgo inherente a toda actividad humana. Pero hay ciertos
aspectos culturales que no podrías ser catalogados como racional, por ejemplo, el mito,lejos
de ser una masa de supersticiones, posee cierta estructura conceptual, pero aún así, sería
imposible caracterizar la estructura del mito como racional. Lo mismo ocurre con el
lenguaje, junto al lenguaje lógico, tenemos el lenguaje emotivo. Por ende, los grandes
pensadores que defendieron al hombre como animal racional no eran empiristas ni trataron
nunca de proporcionar de proporcionar una noción empírica de la naturaleza humana.
Concluimos entonces, en que la razón es un término inadecuado para abarcar las formas de
la vida cultural humana en toda su riqueza y diversidad, dado que estas formas son formas
simbólicas. Por lo tanto en lugar de definir al hombre como un animal racional lo definiremos
como animal simbólico.
1. Usa el concepto de código en tanto cuerpo de reglas que rigen, en cada caso,
diferentes comportamientos o funciones culturales, sea el trabajo, el ocio, el duelo o
la fiesta. Se puede hablar de los códigos de la percepción y de su representación
visual, en las diferentes culturas, de los códigos del saber en la vida cotidiana según
el contexto histórico, etc. Mantienen complejas interrelaciones.
2. Trata de justificar la necesidad de esa reglas dentro del marco institucionalizado por
cada cultura y también su papel en la configuración simultánea en cada caso, del
sujeto y del objeto social.
3. Los tres puntos de significación relevantes en una cultura visual (perceptivos,
representativo y cognitivo) están íntimamente vinculados entre sí. Los une una
dialéctica que los subordina o da primicia, en el proceso social. Si los tres niveles se
abordan separadamente es por una exigencia del análisis. En el dinamismo de lo
social las oscilaciones o conmociones que afectan a cualquiera de esa órdenes
repercuten en los otros: Baste señalar algunos fenómenos:
4. La movilidad de los códigos internos a nuestra cultura y sus diferencias respecto a los de
otras culturas mostrará que la validez de una representación no remite a un concepto
estático de verdad, de belleza o de ratio analogíca sino a una dialectica operativa entre la
imagen y las grandes convenciones que presiden cada cultura.
“Convención” designa más bien a la tradición cultural como marco de referencia implícito, no
consciente, dentro del cual se estructuran y se transforman los códigos y sus mutuas
relaciones.
Atienden a la transformación de sus propios códigos y al reconocimiento de la especificad
de aquellos que valen dentro de otros marcos culturales, implica la postulación de un
intento: el de desabstaculizar cualquier modo o método de representación que pretenda
erigirse como único “ verdadero”. Se lo podrá justificar como más o menos válido según su
contexto de vigencia. Ese contexto se define por la relación entre los conceptos y valores
que organizan una sociedad en un momento dado de su historia y modelos icónicos.
Autores: Kosik
Situacionalidad de la cultura
reflexionar acerca de la ciencia y la tecnología desde América Latina, sería posible en el
caso de que nosotros seamos capaces de pensar más allá del mito de la “sincronía
universal” de las culturas y concretar nuestro propio proyecto histórico, así, desde él,
abrirnos al diálogo planetario. Puesto que una reflexión situada, lejos de encerrarnos en
nuestros particulatismos, nos abre dentro de esta “cuidad global”.
En cuanto a esto de la cuidad global, es que es necesario la singularización, para eviar la
muerte cultural, dado que dentro de esa idea de universalidad, se esconde las verdaderas
intenciones del neocolonialismo cultural, la dependencia.
El problema parte de lo siguiente: la desvalorización de lo propio y la exaltación de lo ageno,
como modelo que debe ser alcanzado para poder ingresar al orden de existencia mundial.
Pero, en realidad, este no es un problema del tipo universal, sino más bien, de las jóvenes
naciones que todavía no han completado el proceso de emancipación y la contrucción de la
Nación.
Una forma de eludir el proble es desprestigiarlo, de esta forma, el planteamiento de la
cultura nacional no trata el nacionalismo, sino el ingresar cuanto antes en el terreno de lo
universal, pero este universal no es una sustacia del todo contruida, sino un ámbito al cual
se accede a partir de la propia identidad.
Aquí aclara un concepto de relevancia en este caso, las antípodas: del reconocimiento de
que toda cultura está situada y que desd a asunción madura de esa situacionalidad es
posible proyectarse más allá de si misma.
D. La cultura como proyecto y estrategia para vivir. Relación entre cultura, tecnología
ciencia y política. Pensar de cálculo y pensar de meditación. Análisis de las
categorías doxa y noesis. Dimensión ética de la cultura.
Autores: la mayoría es de Kusch, por lo que solo voy a aclarar cuando agregue a Giardina.
Si quiero construir una máquina, para mejorar, por ejemplo, una bomba de agua, me coloco
en el plano tecnológico y por consiguiente, requiere una ciencia y delante un objeto que
debo construir. Pero, el hecho de hace una maquina no se explica solo por la utilidad que
ella nos brinda. es necesario, filosofar, pensar, meditar sobre cuál es el sentido que tiene la
acción de hacer una máquina. Se trata de recuperar de esta manera, el horizonte quizás
demasiado humano en el cual se desplaza la técnica.
Estamos nosotros, y después querremos hacer la máquina, así, se convierte en un episodio
de nosotros mismos, al existencia puede incidir en la máquina, por el simple hecho de
querer o no hacerla. Esto me lleva a pensar, la posibilidad de encontrar un grado de
gravitación del hecho de estar haciendo una máquina, y sólo a partir de esta subjetividad,
pienso en el lugar, en el aquí y ahora, en cultura y época.
En general, cultura implica una ubicación, pertenece a una comunidad y presenta aspectos
peculiares que hacen que distintas culturas se diferencian entre sí, podemos entenderla
como una complementación organiza para el individuo . En este sentido, la tecnología, es
algo que trasciende las fronteras, es dinámico, por lo que representa una problema en
América Latina. Para ilustrar esto último, demos un ejemplo, el autor habla de una situación
que ocurrió en Bolivia, donde se le insistía a un campesino aymarà, que comprara una
bomba hidráulica, porque era evidente que lo necesitaba. Tenía una pequeña majada de
animales flacos y sucios que pastaban en tierras áridas y secas. Se le dijo que había una
oficina del Estado boliviano que le facilita un crédito para comprarla y a su vez, que podrían
pagarla entre toda la comunidad y a plazos, por lo que no tendrían mayores problemas
económicos, la proporción era alentadora y conveniente, sin embargo el campesino no
contestaba, solo de su hijo, que entendía un poco la cultura occidental, dio a entender que
no se quería la bomba. Y aquí empiezan las preguntas, ¿por qué?. Se ha insisto a esta
comunidad, estas forma de mejorar sus condiciones, pero no hay forma, no hay manera de
inculcarles una tecnología para facilitar su trabajo.
América, se resiste por motivos culturales a cualquier presión de otras culturas porque tiene
la propia. En cambio, como hemos dicho, una tecnología no puede darse sino como
apéndice de una cultura. Si consideramos la técnica para fabricar un arco y una flecha,
hacemos una abstracción, porque la sacamos de la cultura que los fabrica. La tecnología
está entonces condicionada por el horizonte cultural en donde se produce. Uno necesita
una máquina para una determinada finalidad que se relaciona con el lugar, el tiempo y las
necesidades de una determinada comunidad. De modo que a la tecnología habría que
restarle el margen de universalidad con que se la utiliza. La creación del utensilio tampoco
es exclusivamente contingente y episódica, sino que es la consecuencia de una necesidad
profunda que se instaura por un proceso de gestación cultura. Diríamos que no hay
tecnología sin ecología cultura, no puede separarse lugar y del tiempo exacto a la
tecnología.
Por otro lado, ¿se podrá decir lo mismo de la ciencia? pues sí. La ciencia también es un
apéndice de la cultura. La verificabilidad de un fenómeno cultural, entonces la ciencia, igual
que la tecnica, tambien depende de la cultura. Todo lo vinculado a la episteme es
considerado, desde el ángulo filosófico, como algo que hace el hombre en su totalidad, pero
no es sino algo secundario frente a esa totalidad del hombre, y a su vez, la totalidad la logra
el hombre con su cultura. Al realizarse el experimento, aquella verificabilidad, esta se
efectúa en un aquí y un ahora, donde incurren pautas locales, las necesidades del grupo y
ante la intervención del hombre, en suma, un ente cultural.
Esto puede verse con los grandes descubrimientos científicos. Cuando Blumenberg, trata
de definir qué pasa con Copérnico, hace notar cómo influyeron en è,l no las ideas científicas
de la época, sino el humanismo, y además prueba que su concepción científica estaba
vinculada con la escolástica. El mismo humanismo no aparece como una manifestación de
la universalidad del hombre, sino más bien como un estilo de pensar que estaba
condicionado en Europa por el pensamiento anterior. Por lo que es correcto pensar que la
ciencia se encuentra condicionada por la ecología cultural.
El pueblo, es la dimensión que agota el fenómeno cultural, o sea, la cultura no vale porque
la crean los individuos, o porque haya obras, sino porque la absorbe la comunidad, en tanto
esta ve en aquella una especial significación. Entonces, en el caso de la ciencia, vemos
cómo se cruza con la cultura, un ejemplo de esto, es el roce con la economía. La economía
constituye un aspecto de la cultura, por más que exista el prejuicio casi arcaico que dice que
ambas van por separado, funcionan de distinta manera, dado que la ciencia puede
concretarse en leyes de tipo matemático y la cultura no. Pero esto no es tan así, podemos
verlo al comprender mejor cuando se toma en cuenta cuál es en suma la base misma de la
cultura.
Se dice que la economía surge de la indigencia, lo cual es cierto. Esta indigencia se debe a
la escasez o ausencia de alimentos. En la cultura, yace también la indigencia, pero en un
grado más amplio, entendido como una indigencia resultante de nuestra de nuestra cultura
occidental, donde el no comer está condicionado por los hombres. Pero visto el fenómeno
de la cultura a las luces de la fenomenología, se advierte que aquella tiene razón de ser
porque cubre la indigencia original de carecer de signos para habitar el mundo. En sentido
profundo de la cultura está en que ésta puebla de signos y símbolos el mundo. Y que este
poblamiento es para lograr un domicilio en el mundo. La indigencia de comer, puede
explicarse de la siguiente manera. En las culturas que no son occidentales no prima la
obsesión de comer sino en la posibilidad de brindar un instrumento mágico para modificar el
rumbo de las fuerzas naturales y lograr de esta manera el alimento. Este está condicionado
por fuerzas que trascienden al hombre. Por eso en toda cultura se de una estrategia mínima
para lograr el alimento. La cultura entonces surge de una indigencia del existir mismo,
en tanto requiere una forma de encontrar sentido en el existir. La indigencia de no
comer constituye una incidencia menor, que en todo caso se encuentra dentro de la
indigencia mayor de estar existiendo.
Aquí llegamos a un punto interesante, donde podemos decir que, la cultura es prioritaria y
que ella engendra su tecnología, y esta tecnología que usufructuar no es nuestra. Son
objetos más que técnicas que importamos, pero ¿qué pasa con nuestra cultura? Si nuestra
tecnología responde a un cultura ajena a nosotros, lo mismo pasa con nuestra cultura. No
tenemos una cultura nacional. Nuestra cultura es incoherente porque carece de
integración. No hay continuidad en el tiempo de su evolución. Se encuentra sectorizada a
nivel popular con características que no se prolongan en un ámbito superior.
Quizás de ahí se explican los conflictos políticos, el estado de convulsión de nuestros
República que no vacila en seguir importando soluciones de afuera porque cree que somos
una parte de una así llamada cultura universal. Pero aun así cabe pensar que el problema
argentino, es de nuestro suelo, y no creo que las soluciones vengan totalmente de afuera.
Por la misma razón que no puede venir de afuera todo lo referido a la tecnología, Con
ambas importaciones fomentamos la segregación y la incoherencia social y, por
consiguiente, la falta de base sólida del país.
La dignidad se enreda en la ética de una cultura. y para recuperar esa ética habrá que
recuperar esas pautas o, mejor, tomar conciencia de las pautas culturales de la cultura. Y
hacer esto siempre con el cuidado de que no se resquebraje la coherencia cultural en la
cual se mantiene el necesitado. Si no se hace así, se corre el riesgo paradójico de que se
destruya una cultura, o sea, se comente un etnocidio. Una fuente de trabajo, por ejemplo, es
siempre una fuente de transculturación, y por lo tanto una forma sutil de destruir voluntades
culturales de la masa que utiliza dicha forma de superviviencia. Esto va al problema de una
cultura para colonias que importamos junto con la maquinarias.
Según Giardina
El pensar calculador se erige a partir del dominio ejercido por la razón instrumental. LA
imposición de esta forma reside en el creciente predominio de un pensar calculador que,
aun cuando no opere con números ni calculadoras. sigue siendo cálculo (planificación,
organización, investigación, etc.) y se extiende cada vez sus exigencias haciendo peligrar
así toda dimensión de la existencia humana que pretenda resistirse al ordenamiento
científico. En consecuencia, la conquista técnica de todos los ámbitos, entre otra cosas,
dificulta, cuando, no impide, otras experiencias dadoras de verdad, como la que se da en la
palabra poética. El pensar calculador necesita de la renovación incesante de la información,
mientras que la técnica hace posible el acceso a toda esa información, pero no pertenece a
la técnica misma el posibilitar el acceso a los criterios seleccionadores que impidan
sucumbir al caos de datos infinitos. Mientras que el pensamiento meditativo, se refiere a
un pensamiento contemplativo, reflexivo, cognitivo, que no se detiene al análisis de los
meros hechos, sino que se trata de penetrar el sentido último de los mismos, en su finalidad
y significado.(definición de internet, porque en el texto no se podía leer por lo chota de la
fotocopia)
De todas formas, con el pensamiento sucede otra cosa que con la representación
científica. Heidegger, interpreta el pensamiento como un camino que se abre en la
experiencia misma de caminarlos, por ende, en la región del pensamiento no hay métodos,
tampoco objetos, pero si, por ellos entendemos la cosa preconcebida e implementada por la
representación científica. El hombre está abierto al mundo, puesto que es el único ser al
que le pertenece, esencialmente, el proyectar un mundo en cuya realización se realiza
también a sí mismo. A su vez, Heidegger separa el pensar del querer saber, en tanto este
último buscar asegurarle a la conciencia una explicación racional para cada cosa y, de este
modo, procura sujetar fuertemente la trama móvil y contradictoria de la vida.
Ni el querer saber, ni el querer explicar, pueden formar parte del pensamiento meditativo.
Los caminos del pensar se resisten a los cálculos, planificaciones, no se dejan medir ni
asegurar. Por ello, cuando al ingresar a la región del pensamiento se entra al ámbito en el
que nada está claro, pero donde todo es significativo.
Aun así, el autor hace una aclaración, de la distinción de un pensamiento meditativo y
calculador no se deriva que haya que arremeter contra la mentalidad científica, esto sería
necio y miope. No es posible librarse del mundo técnico, pues todo en nuestro mundo está
técnicamente construido, pero lo que sí merece ser estimado tiene que ver con el riesgo de
que el pensar calculador pudiera llegar a ser el único válido y practicado.
Volvemos al texto
Otras razones.
1- Las influencias del mainstream (multiculturalismos)
2-problemas pendientes de resolución de índole identitario.
3- Vocación contemporánea de rehabilitar figuras que parecían clausuradas.
Esto puede verse a razón de lo siguiente: el fin de la idea de centro unificador. Las
identidades desprevistas de espesor metafísico, ya no existen identidades esenciales.
Ahora las identidades se afirman por emplazamientos particulares y se demarcan mediate el
reconocimietno que se hace de una persona o grupo a un “nosotros”. Pero esa forma de
posición simbólica tiene lugar en distintos niveles: clase social, religión, cuidad, familia, etc.
Estas posiciones particulares, como feminismo, ecologista, etc., que conforman las
identidades, impide el cierre final de la misma. Este lugar vacio traba la constitución de la
identidad y a su vez es la posibilidad de esa constitución.
Esta paradoja dice lo siguiente: que la identidad ya no es un todo defino (sustancia) sino
que es algo difícil de definir (contructo) dado que esta conformada por muchos rasgso
particulares, débiles e inestables.
Concepto de “identidad latinoamericana”: consideraciones críticas y apuestas
políticas.
La crisis de la identidad, genera una y otra vez las mismas preocupaciones comunes:
referidas al metizaje e hibridez, la cuestión de lo propio, lo ajeno y lo apropiado, pero
aquellos intentos azarosos de definir la identidad latinoamericana, traen consigo, lso
siguentes problemas:
1- La oposición:
Hay ver la posición desde la cual se está hablando. Acá caemos nuevamente en el discurso
centro-periferia.Según este esquema dualista, la identidad es atributo del centro, la otredad,
propio de la periferia. El yo occidental, como la identidad original, y A. L .a otra cara de la
identidad que hyay que discrepar y debe ser enmendada. En el arte, es una cuestión que se
advierte, algunos la subrayan y otras, siguen la corriente, de ser la otredad que marca el
discurso centrista en ver de revelarse.
2- Transteritorialidad
Es necesaria una reconfiguración del mapa mundial. La globalización informática y la
consolidación de los mercados supranacionales requieren un reordenamiento a nivel
mundial. Europa EEUU y Japón, son los que se determinan como primer mundo, mientras
que A: L. y Asia, insigneas del tercer mundo. Pero la relocalización de inmigrantes de un
lado a otro, y la comunicación por la globalización, hace necesario que aquellas líneas
divisorias rígidas comiencen a desdibujarse.
3-Estrategias.
Frente a estos dos puntos anteriores, el auto dice que es necesario, por un lado, incluir las
imágenes adversarias a la configuración de la identidad, dado que lo identitario siempre
entra en juego en un tercer plano que obliga a sus térinos a salir de si mismo y trascender el
particularismo de sus emplazamientos. Y por otro, reinvindicar lo latinoamericano, no desde
la posición, o lo que “diga” el centro que somos, sino desde una posición propia, que la
reacción defensiva, no sea por ir a respuesta del centro sino que surja de su propia
finalidad.
Transterritorialidad y nuevas matrices identitarias.
El concepto de espacio público se encuentra históricamente condicionado por el Estado-
Nación. Pero el desplazamiento de lo territorial y lo nacional a instancias globales anónimas,
resitúan en grna parte lo público. Entoces, el desplazamiento de lo local, introduce nuesvas
matices identitarias.
La globalización, no ocurre de forma pareja, sino que se mantiene la asimetría a merced de
la distribución de sus beneficios, y tampoco vuelve homogeneas a las identidades entre si,
las necesidad del capiutalismo industrial, promueve la segregación de los públicos
consumidores, entonces, se fomentan las desigualdades.
Esta nuevas manices, producto de la globalización, se vinculan con el mercado, y con
denominaciones tales como, cliente, público, audiencia. Estas formas, pefilan hacia un
nuevo modelo de cuidadanía global.
Frente a esto, el autor plantea que ha habido esbozos, o intentos que demuestren la
viabilidad de un poryecto global. Por ejemplo, con la invasión de Irak, se generó una
comunidad antibélica. Esta identidad duró lo que duró la guerra, pero demuestra estos
intentos de ciudad global. El ciberespacio que posibilita encuentros centrados en problemas
relativos cuestiones como, l corrupción, la desigualdad, etc., apoya esta idea, pero para que
pueda ser posible, deben pasar dos cosas.
1- De caracter sustantivo: se exige desarrollar nuevas formas de subjetividades y
sociabilización mediante por las cuales se puede percibir, “la experiencia de lo común”.
2- De caracter formal: supone, instrumentar las mediaciones de representantes
colectivos que permitan a las cuidadanía global, la gobernanza colectiva de su destino, el
ejercicio de la libre decisión y condicción colectiva de los asuntos que le concierne.
Unidad 2
A. Contemporaneidad, modernidad y posmodernidad. El proyecto moderno: ciencia,
arte y moral. Razón y progreso “universales”. Crisis de las categorías de verdad,
belleza y bien. Paradigmas modernos y posmodernos en la cultura contemporánea.
Modernidad apropiada.
El autor describe a la modernidad como el desafío histórico de transitar desde un
orden recibido a un orden producido (soberanía--->soberanía del pueblo). En el caso
latinoamericano, está en una condición de permanente “retraso relativo” en la modernidad
y modernización., por lo que nos hace dependientes del efecto demostración, lo cual
hace que nos confundamos el desafío genérico con las respuestas peculiares de tal o cual
modernidad pionera. Entonces, al autoimponernos un modelo dogmático de
modernidad predefinida, en verdad cambiamos el antiguo orden recibido por otro
orden recibido, y no por un orden producido. Toda modernidad debe ser sui generis
(apropiada) no solo para ser auténtica respecto de su identidad peculiar, sino para
ser auténticamente un orden producido: auténticamente una modernidad.
Ejemplificamos con la arquitectura, para desarrollar el concepto de apropiada. En lo
referente a esta rama, el desafío genérico común de la modernidad fue y sigue siendo el
mismo: pasar de un orden recibido (los cánones estilísticos) a un orden producido (la nueva
arquitectura).No se trata de modificar o reinterpretar el “orden recibido anterior” (por
ejemplo, como los órdenes grecorromanos tuvieron su “primer renacimiento” en el
Renacimiento, su “segundo renacimiento” en el Neoclásico, etc.) esta vez se trataba del
desafío sin precedentes de crear, de inventar racionalmente, de producir un orden teórico
nuevo, no más lo que se veía como un falso orden arbitrario e impuesto por Academias,
sino producir un nuevo y verdadero orden dimanado objetivamente por las nuevas realidad.
Este nuevo orden de disciplina debía ser sólidamente fundado en “principios objetivos” y
objetividad se fundaba en principios científicos, por ejemplo, resolver un problema de
manera científica significa en primer lugar, distinguir sus elemento. Este espíritud cientifico
se fundaba en el racionalismo análitico cartesiano y consecuentemente en la analogía
mecanicista de la realidad. Dentro de estas nuevas realidad objetivas y fundante de la
nueva arquitectura estaba, desde luego, la tecnología, y el consecuente imperativo de
imbricación coherente entre estética y tecnología en arquitectura.
Para ilustrar, veremos un caso, donde no se logra percibir la modernidad apropiada.
Algunos pioneros de la arquitectura moderna chilena, copiaron de algunas fotografìas, en
tèrminos precarios como onerosos y artesanales, el hormigòn armado visto (tecnologìa en la
cual Francia, desde los jardines de Versalles, inventaron, goza de una indiscutible primacìa,
dado que pone de manifiesto, el principio de coherencia estètica entre tecnologìa y
arquitectura a partir de su realidad tecnològica francesa, en la nueva estètica arquitectònica
del hormigòn armado visto) en nombre supuestamente de la “coherencia estètica entre
arquitectura y tecnologìa”, cometieron un error de inapropiaciòn.
En este caso, no se respondía al desafìa, solo se hacìa una mìmesis de su emblema.
Entonces, lo que ocurriò es que, se sustituìa “un orden recibido” (los cànones estilìsticos)
por “otro orden recibido” (el estilo moderno hormigò visto francés). La modernidad o es
apropiada o no es modernidad.
En cambio, Rogelio Salmona en Colombia, en vez de copiar el emblema (hormigòn visto)
respondieron al desafìo, y advirtiendo que su tecnologìa bogotana real y potencial era en
importante medida la tecnologìa ladrillera, generaron un auténtico orden producido: la
magnífica industria ladrillera moderna de Bogotà, por lo que puede decirse, que en este
caso, surge un nuevo orden arquitecto que por ser autènticamente apropiado, es
auténticamente moderno.
Modernidad revisable
Al romperse la falsa nociòn monolìtica de la modernidad congelada, esto es, al quedar a la
vista la condición de rica diversidad heterogénea de cada una de las modernidad concretas,
queda igualmente al descubierto otra condición implícita, en la noción históricamente plural
del concepto de modernidad apropiada: su ser espaciotemporalmente desagregable y no
monolìtica, y por ende su condiciòn revisable y no dogmáticamente congelada.
Esta noción tiene sumamente importancia para los países que se han modernizado con
retraso, como latinoamerica. Ya que después de de haber sufrido todos los inconvenientes
de tal retraso, nos queda una ventaja, la oportunidad de aprender de las experiencias
ajenas y revisar la nuestra. Esta condiciòn de la modernidad apropiada, nos saca de un
falso dilema que nos ha tenido situados el implícito congelado de la modernidad monolítica:
O bien, asumimos nuestro desafìo pendiente de modernidad, con la exigencia de cometer
todo y cada uno de los errores asociados a “la modernidad congelada”. o bien para no
repetir dichos errores, evadimos nuestro desafío pendiente moderno, ya sea por medio de la
ficción retragadista del partimos nostálgico o ya sea por la ficción ilusoria y abiertamente
abusiva de dar por superado el desafío moderno y autodeclararnos “posmodernos”.
Cuando algunos intelectuales y críticos, se comprometieron con la tarea de precisar lo màs
objetivamente posible nuestra situación, prefieren inclinarse por la opciòn de la
Posmodernidad, pero no se están refiriendo a una situaciòn objetiva de Latinoamérica, sino
que se refieren al clima intelectual de revisión crítica no solo de los errores de ejecución de
la modernidad, sino de algunos de los objetivos y valores puestos en juego, que no son
necesariamente los nuestros. El autor coincide y también se inclina por esta opciòn. Pero no
ve en el término Posmodernidad, el nombre apropiado para denominar el concepto de la
revisiòn crítica de la modernidad, dado que para èl no contribuye a conceptualizar con
precisiòn el fenómeno, sino todo lo contrario, a confundir. A continuaciòn desarrollar, para èl
lo que es la Posmodernidad.
La Posmodernidad es un desencanto con la modernidad. Este desencanto, tiene dos
caras (segùn Norbert Lechner), por un lado la pérdida de ilusión y por otro, una
resignificaciòn de la realidad. La primera hace ilusiòn a lo que ella misma dice, el
desencanto con la modernidad, pero la segunda cara habla de un desencanto con el
desencantamiento del mundo. La segunda cara, se refiere a la resignificación de lo que
provocó nuestra desiluciòn, es decir, el reencanto de la modernidad. Es el
desencanto con el desencantamiento, visto como posibilidad de reencanto. De aquì, el
doble significado del término crisis, en cuanto a fenómeno vivo, esto es: “peligro” y
“oportunidad”, la crisis de la modernidad en que nos encontramos tiene, como primera cara
el peligro de la desilusión con ella, pero a la vez tiene, la segunda cara, al oportunidad de su
resignificación.
Si se tiene presente que no podemos estar ante una pura desilusión total con la
modernidad, podemos precisar los elementos “desencantadores del mundo” con los cuales
estamos hoy desencantados. En primer lugar, el racionalismo analìtica cartesiano,que al
tener que disectar para inteligir, o sea, tener que matar la vida como única modo de
comprenderla (analizarla) resulta torpe. En segundo lugar, la absolutizaciòn de la
analogìa newtoniana que, al ser sólo parcialmente válida en los organismos vivos que se
intenta reducir su sola óptica mecanicista, genera una suerte de ceguera selectiva respecto
de lo propiamente vivencial y orgánico de la realidad. En tercer lugar, el mismo
mecanicismo, fundado en la lògica de la linealidad unidireccional, fuera al modo de pensar
“lineal excluyente” y dificultando el modo de pensar no lineal sino “circular”, y no
fragmentado sino “holístico” que hoy sabemos que es indispensable para una mejor
comprensiòn de la realidad del “orden dado”. Y en cuarto lugar, tenemos que todo esa
sumatoria de cegueras selectivas, nos llevó a la ingenua ignorancia y menosprecio
positivista por los inconmensurables; lo que vemos hoy no fue productos del excesivo
desarrollo de la ciencia, sino lo contrario, producto de un desarrollo en sus comienzos
demasiado precario.
De todas forma, concluye el autor, que con respecto a la crítica a los elementos
“deencantadores del mundo” han estado precontenidas en la modernidad desde siempre.
Lo que apunta a que la crisis actual no es la crisis terminal de un ciclo (la modernidad ha
muerto, llega la Posmodernidad) sino una crisis “de crecimiento ” del mismo ciclo que
entonces puede teóricamente clasificarse en dos fases: La modernidad pre crisis
(racionalista, voluntarista, torpemente depredadores, ignorante de símbolos y lo
inconmensurable) y la modernidad poscrisis (que igualmente interviene activamente en el
“orden dado” solo que respetando y generando entonces un nuevo “orden producido” que
armoniza y hace jugar sabiamente en su propio favor, al antiguo “orden recibido”). Nótese,
que la modernidad poscrisis da cuenta de un avance científico y poético respecto a la
modernidad precrisis y no un mero retroceso de la modernidad que nos deja paralizados en
el desencanto como implica la formulación de la comúnmente llamada “Posmodernidad”.
Vamos con un ejemplo, de esta modernidad revisada. Siguiendo con la arquitectura. La
primera cara del desencanto con el orden teórico reduccionista del Movimiento Moderno,
advierte que la arquitectura válida evoca muchos niveles de significación y se centra en
muchos puntos, tiene que servir en conjunto, su verdad debe verse en su totalidad, debe
incorporar la unidad difícil de la inclusión en vez de la unidad fácil de la exclusión. Pero la
segunda cara, la fase de la resignificación teórica, esto es, la fase de una reestructuración
interna para una nueva óptica, que permitiese una aproximación a un nuevo orden que
apuntar hacia la difícil unidad inclusiva, en vez de la facil unidad exclusiva. Presento el
siguiente problema, evadió, el problema mismo de la difícil unidad inclusiva, se renunció
teóricamente a toda unidad de cualquier clase que no fuese puramente significa. Así, la
teoría arquitectónica se liberó del desafío de armonizar heterogeneidades nunca
perfectamente armonizables; desafío inalcanzable que es la base de la tensión vital entre
restricción y libertad, entre orden y diversidad, sustancia constitutiva de toda disciplina
artística. El error más claro de la modernidad precrisis, es su pretensión a-holistico, de
reducir la arquitectura a una sola dimensión. Así por ejemplo, la arquitectura post es
significado, no, es lenguaje, no...no...no...y así, la posmodernidad arquitectónica gira en su
propio desencanto.
De todas formas, hay ejemplo, como la iglesia de Atlantida (Uruguay;1952-1958) construida
por Eladio Dieste, que por su fecha no es posmoderna y a su vez, por la avanzada
tecnología no es premoderna ¿entonces?. Es una aproximación holística a la
heterogeneidad de dimensiones de la arquitectura, se aproxima notablemente al ideal de la
difícil unidad inclusiva de lo técnico, lo formal, lo funcional, lo simbólico y lo
inconmensurable. Pero su búsqueda de unidad no se reduce a la coherencia entre
tecnología y estética arquitectónica, sino que igualmente apunta en términos holísticos a
aproximarse a una síntesis entre razón y metarrazon, entre lo racional objetivo y lo
simbólico, entre la más pura estética y el más cálido amor por la vida.
Modernidad reencantada
El concepto de modernidad desencantada, que no se refiere necesariamente a lograr
siempre las alturas místicas o las profundidades mágicamente macondianas sino a algo
más sencillo: tener la sensibilidad de responder con la arquitectura (o la rama que sea) que
es para el habitante, a la compleja diversidad hilistica de su real naturaleza, con sus alturas
y sus honduras, sus materialidades y espiritualidades, sus pragmatismos y poesías. En
palabras de Ricardo Legorreta, “solo se puede lograr cuando los concepto de diseño están
basados en los reales valores de la vida humana. la gente debiera sentir la espiritualidad, la
felicidad, la paz, el misterio, el optimismo, la sorpresa, el humor, en su vida cotidiana en un
edificio… El arquitecto, nuca debe estar satisfecho y debe luchar por la perfección aunque
nunca la va alcanzar.”...
Autor: Foucault
Dispositivos de poder/saber.
Las relaciones de poder no deben ser consideradas de una forma esquemática, del tipo :
por un lado existen los que tienen poder y por otro los que no lo tienen. Sin caer en el
discurso de clases por Marx, hay que admitir que en una sociedad hay siempre dos clases,
una dominada y otra que domina. Lo que hace sólidas a esas a relaciones de poder es que
no acaban nunca, no existen por un lado algunos y por otro muchos; dichas relaciones
pasan por todas partes: por ejemplo, estudiante-profesor, hombre-mujer. Podemos decir de
cualquiera que sabe algo: “usted tiene poder”. Lo interesante es saber cómo un grupo, una
clase o en una sociedad, funcionan las mallas de poder, es decir, cual es la localización de
cada uno en el hilo de poder, cómo lo ejerce de nuevo, como lo conserva y como le
repercute.
El autor, por su parte afirma, que los mecanismos de poder no tiene que ser vistos como
forma de prohibición, o forma de impedir, sino deben ser vistas como forma de producción.
En ese momento se puede comprender cómo podemos obedecer el poder y encontrar en
esa obediencia un placer. Entonces, hay mecanismo positivos de poder, y los analiza de la
siguiente forma.
1- No existe un poder, sino varios poderes. Poderes quiere decir, forma de dominación,
ejemplo, el taller o el ejército, todo tipo de relaciones serviles. Todas estas son formas
locales, regionales de poder, que tienen su propia forma de funcionamiento. Toda estas
formas de poder son heterogéneas. Así pues, si se quiere analizar el poder, debemos
intentar localizar su especificidad historica y geografica. En una sociedad, hay una
yuxtaposición, un enlace, una coordinación y también una jerarquía de poderes.
2-Esos poderes no deben ser comprendidos como una derivación, como una
consecuencia de un poder central que sería primordial. Cuando surgió La sociedad,
surge un punto central de soberanía que organizó el cuerpo social y que permitió, a
continuación, toda una especie de podere locales y regionales. Se pudieron formar poco a
poco grandes aparatos de Estado. La unidad estatal es, en el fondo, secundaria con
relación a los poderes regionales y específicos que aparecen en primer lugar.
3- Tales poderes específicos, regionales, de ninguna manera tienen como función
primordial prohibir, impedir, o decir “no debes”. La función primera, esencial y
permanente de esos poderes locales y regionales es, en realidad, ser productores de una
eficacia, de una aptitud, productores de un producto. Un ejemplo que utiliza el autor lo
ocurrido con el ejército desde finales del siglo XVI. El ejército estaba constituido por
pequeñas unidades en cierto modo intercambiables en torno a un jefe. Pero estas fueron
reemplazadas por una gran unidad piramidal, con toda una serie de jefes intermedios,
suboficiales y también técnicos. Esto se debió a un descubrimiento técnico, el fusil de tiro
relativamente rápido y preciso. Ahora, era necesario que el ejército sea eficaz, con el fin de
poder usar el fusil de la mejor forma posible.Era necesario, que cada individuo fuera
entrenado, aquí la disciplina se volvió una técnica de poder fundamental con los
suboficiales. Y así el ejército se volvió una unidad jerárquica muy compleja. Hubo un
rendimiento militar muy superior gracias a un nuevo procedimiento de poder, cuya función
no era en absoluto la de prohibir. Lo que fue perfeccionado, o mejor, lo que fue asegurado
por esa nueva técnica de poder, fue el ejército, como producción de muertos. De ningún
modo fue la prohibición.
4-Hay que considerar estos mecanismos de poder, como técnicas, como
procedimientos que han sido inventados, perfeccionados y que se desarrollan sin
cesar. Existe una verdadera tecnología del poder, o mejor dicho, que tiene su propia
historia. Tomar ejemplo de la sexualidad, del ejercito, educación, el que más convenga.
Poder disciplinario.
Para ilustrar, el autor toma lo que ocurre en el Sistema de la prisión, más precisamente, la
prisión represiva, como castigo. Entonces, se crearon las prisiones, como sistemas de
represión y afirma lo siguiente: la prisión se creó como sistema de reeducación de los
criminales. Se pretende, que después de una estancia en prisión, gracias a la
domesticación de tipo militar y escolar, vamos a poder transformar al delincuente en un
individuo que obedezca las leyes. Con su paso por la prisión, se buscaba la producción de
un individuo obediente. Muy pronto se dieron cuenta de que no se producía ese efecto,
sino, todo lo contrario. Cuanto más tiempo pasaba el individuo en prisión, menos se
reeducan y era más delincuente. No solamente nula productividad, sino productividad
negativa.
En consecuencia, el sistema de prisión hubiera debido desaparecer, sin embargo, ha
permanecido y hay una razón para ello. El autor responde, que las prisiones permanece por
mas que produzca resultados negativos porque se encargan de producir otra cosa:
delincuentes y la delincuencia tiene cierta utilidad económica y política en las sociedades.
En qué consiste esta utilidad, primero, cuanto más delincuentes haya, más crímenes habrá,
y cuanto más crímenes, más miedo y cuando más miedo, más aceptable e incluso
deseable, será el sistema de control policial. La existencia de ese peligro interno
permanente, es una de las condiciones de aceptación de este sistema de control. Por ello,
en toda medio de difusión masiva, se dedica tanto espacio a la criminalidad.
Por otro lado, la delincuencia es útil económicamente. Véase, la cantidad de tráfico
perfectamente lucrativo que pasa por la delincuencia. La prostitución, por ejemplo, está bajo
el control del proxeneta, un ex delincuente cuya función es canalizar los beneficios recibidos
por los placer sexuales hacia circuitos económicos como la hostelería y cuentas bancarias.
Así, el tráfico de armas, de droga, de personas, en fin, toda serie de trafico, que no puede
ser efectuado legalmente, pasa por la delincuencia de forma segura.
Visto de otra forma, los partidos políticos tiene mano de obra, que van desde los que pegan
carteles hasta los matones, donde estos últimos están formados por delincuentes. De este
modo tenemos todo una serie de instituciones económicos y político que funciona sobre la
delincuencia y, en esta medida, la prisión que llega a fabricar un delincuente profesional
tiene su utilidad y su productividad.
Poder y resistencias.
Al hablar de la noción de poder, el autor pretende evitar el esquema freudiano, donde opera
el instinto a la represión, instinto y cultura. Toda una escuela de psicoanálisis ha tratado, de
elaborar, de modificar ese esquema freudiano de instinto vs cultura, e instinto vs represión.
Según estos psicoanalistas la noción freudiana de Trieb no debe ser interpretado como un
simple dato natural, sino como algo que está profundamente penetrado de represión. La
necesidad de castración, la carencia, la prohibición y la ley son ya elementos a través de los
cuales el deseo se constituye como deseo sexual, lo que implica una transformación de la
noción primitiva freudiana. Así, pues, hay que pensar el instinto no como algo dado
naturalmente, sino ya como una elaboración, como un juego complejo entre el cuerpo y la
ley, entre cuerpo y los mecanismos culturales que aseguran el control del pueblo.
Esta nueva noción de instinto modifica la concepción del deseo pero en absoluto la
concepción de poder. Continúan considerando todavía en sus trabajos que el significado del
poder, sigue siendo la produccion, la ley, el hecho de decir no, y una vez más la fórmula de
“no debes”. El poder es esencialmente el que dice “no debes”. Parece una concepción del
poder totalmente insuficiente, una concepción jurídica, una concepción formal del poder y
que es necesario elaborar otra que permita comprender mejor las relaciones. La etnología
siempre ha intentado detectar los sistemas de poder, en sociedades diferentes como si
fuera sistemas de reglas. Y nosotros mismos cuando intentamos reflexionar sobre nuestras
sociedades, sobre la manera en que se ejerce un poder, lo hacemos esencialmente a partir
de una concepción jurídica donde está el poder, quien lo detenta, qué reglas lo administra,
cual es el sistema de leyes que el poder establece sobre el cuerpo social.
El autor pretende desarrollar que se puede llevar a cabo un análisis del poder que no sea
simplemente una concepción jurídica, negativa del poder, sino la concepción de una
tecnología del poder. Pero por qué concebimos siempre el poder como ley y como
prohibición, por qué ese privilegio. Por un lado, podemos comenzar diciendo que es por
Kant, la idea de que, en última instancia, la ley moral, el “no debes”, es en el fondo, la matriz
de toda regulación de la conducta humana. De todas formas esta explicación, no es
suficiente y pero de todas formas aplicados.
En Occidentem los grande sistemas establecidos desde la Edad Media, se han desarrollado
por medio del crecimiento del poder monárquico y a expensas del poder feudal. En esta
lucha, entre los poderes monárquico y feudales, el derecho ha sido siempre el instrumento
de poder monárquico contra las instituciones, las costumbre, los reglamentos, las formas de
vincularse y pertenencia características de la sociedad feudal. Las leyes, le dan al poder
monárquico la posibilidad de resolver el mismo los dispuestos entre individuos.
En síntesis, el crecimiento del Estado en Europa se aseguró parcialmente, en cualquier
caso, utilizó como instrumento el desarrollo de un pensamiento jurídico. El poder
monárquico, el poder del Estado, está representado esencialmente en el derecho.
Rousseau, al elaborar su teoría del Estado, trató de demostrar cómo nace un soberano
colectivo, este se convierte como tal, a partir de la cesión de los derechos individuales de su
alineación y de la formulación de leyes de prohibición que cualquier individuo está obligado
a reconocer. Occidente nunca tuvo otro sistema de representación, de formulación y de
análisis del poder que el derecho, el sistema de la ley. El autor sostiene que hay que
desembarazarse de ese concepción jurídica del poder, si queremos proceder a un análisis
no ya de la representación del poder sino del funcionamiento real del poder.
Noción de biopolítica.
Por la segunda mitad del siglo XVIII aparecieron tecnologías que no apuntan a los
individuos en tanto individuos en sí, sino, a la población. Se descubrió que se puede ejercer
poder sobre la población. Pero ¿qué quiere decir población? no quiere decir simplemente un
grupo humano numeroso, sino seres vivimo atravesados, mandados, pegados por procesos
y leyes biológicas. Una población tiene una tasa de natalidad, de mortalidad, tiene una
curva y una pirámide de edad, una morbilidad, un estado de salud, una población puede
desarrollarse.
Se cae en la cuenta de que las relaciones de poder con los súbditos, no debe ser mediante
una sujeción que permita al poder quitarle bienes, riquezas o sangre, sino el poder se debe
ejercer sobre los individuos en tanto que se construya una especie de entidad biológica, que
se debe tomar en consideración si queremos utilizar a esta población como máquinas de
producir. En ese momento se inventó, la biopolítica. La biopolítica, surge cuando
empezaron a aparecer problemas como lo del hábitat, las condiciones de vida en las
ciudades, la higiene pública, la modificación de la relación entre natalidad y mortalidad y a
partir de allí, una serie de técnicas de observación, que van desde estadísticas (censos)
hasta grande organizaciones administrativas, encargados de regular la población.
Autor:Jiménez
Las ideas se vacían de densidad para poder hacerse presentes en los canales simplistas y
repetitivos de la comunicación masiva, que basan su eficiencia y poder de persuasión
precisamente en esa simplicidad y repetición que constituye el núcleo de su técnica. Los
mensajes deben ser simples, esquemáticos, pero tanto su entramado como sus
consecuencias son de gran complejidad. La necesidad humana, los universos de valores,
los ideales individuales y sociales, son sometidos al dominio del estereotipo y articulados
por el signo de la fugacidad.
Esto abre el camino a ciertas paradojas, como por ejemplo, donde se sitúa la diferencia
entre representación y realidad. La experiencia de la Guerra del Golfo, por ejemplo, de esta
guerra solo conocimo una representación altamente estilizada, una representación
eminentemente estética, que hacía fácilmente dirigible la aventura militar, dotándola a la vez
de una dimensión de distanciamiento, de lejanía. Fue como “ver una película”. Es obvio,
como en toda guerra, el crimen, el dolor y la destrucción expandieron el negro velo de un
dominio. Pero es también cierto, no obstante, que a pesar de la visión simplista y estética
que grandes masas de población tuvieron conscientes aquellos sucesos, podemos tomar
consciencia del carácter encubridor, persuasivo, de esa cortina icónica tendida ante nuestra
mente. La crítica de los modelos de representación de lo real tiene como primer peldaño el
de la crítica estética, el descubrimiento del carácter gnoseológico y éticamente reductivo,
alienante, del esteticismo de masas. Lo que significa, por otra parte, un nuevo “retorno” al
pensamiento de Platón: de su crítica a la mímesis como empobrecimiento esquemático,
como alejamiento de la verdad. Se habla de un platonismo “invertido” ya que la crítica
estética que se propone implica el rechazo de la identificación de experiencia y simulacro.
Otra paradoja, sería el desdibujamiento de los límites tradicionales del arte. Si “el Arte” se
había configurado, a partir de la tradición renacentistas como un universo institucional
privilegiado de la experiencia estética, el proceso de formalización inserto en la propia vida,
en el nervio mismo de la cultura moderna, habría llevado progresivamente a un
desbordamiento de ese carácter privilegiado de manifestación de lo estético en el arte, y a
una presencia de lo estético en la vida de cada dia, en la vida cotidiana. El Arte tiende a
dejar de ser el espacio privilegiado de manifestación de la experiencia estética,
La excepcionalidad e irrepetibilidad de las obra, que constituían uno de los rasgos más
intensos de legitimación de la “identidad del arte”, dio paso a la producción de objetos
estéticos en serie, con lo que la contingencia y la fugacidad entran a formar parte, de
manera central, de un nuevo entramado estético, inevitablemente convulso y
aceleradamente cambiante. Algo que podemos constatar en el impulso de unir arte y vida.
Cuando el desarrollo de la industria y de la vida urbana dan a la formación de la sociedades
de masas, la aparición de una demanda de consumo estético masivo supone,
implícitamente la voluntad de negación de la escisión, escisión que establece un corte entre
un plano estético espiritual, superior y otro meramente sensible inferior.
Así llegamos a otra paradoja, que pregunta, qué tiene más fuerza, el lenguaje hiperestático
de la publicidad o el lenguaje tradicional del arte. Andy Warhol, fue uno de los primeros en
contestar a esta paradoja, donde con su actitud impugna el mito del artista genial. Para él,
cualquiera con suficiente conocimiento de la técnica de la comunicación podía reclamar
para sí el estatuto otorgado en otro tiempo a los artistas. Así, vemos cómo el arte ha perdido
la batalla con las comunicaciones de masas y sus técnicas. Si quiere seguir manteniendo su
vigor estético, conceptual, poético, sensible, ha de ser capaz de abrir nuevos espacios
antropológicos, fuera de la privilegio secular de la escisión espiritualista sobre la que ha
fundamentado su legitimación hasta nuestros días.
Todo Kusch
Cultura y lengua.
Creo que en América se plantea con la lingüística un problema que se da en toda
especialidad.Toda ciencia está constituida con un criterio de objetividad y coherencia que no
mella su estructura, pero, la cuestión es américa se refiere a la realidad misma, para la cual
aun no esta dada la ciencia. Antes de hacer un trabajo lingüístico, a nivel científico, se
tendría que hacer una ontología del lenguaje, es decir una reflexión filosófica sobre el
lenguaje mismo.
Toda actitud científica supone un pensamiento de nosotros como sujeto frente a una ciencia
sacada de un objeto que está enfrente y en el caso lingüístico hay que recuperar la totalidad
existencial de ese objeto. Ciencia es la delimitación de un objeto, su descripción y el
descubrimiento de sus leyes. La ciencia no es un elemento independiente de la praxis del
existir mismo. ahí es donde se complica. No sabemos qué hacer con la ciencia lingüística,
porque como praxis de nuestro existir nos lleva a un estado crítico de nuestra constitución
de sujetos científicos.
Esta cuestión de la ciencia, hay que aclarar que la ciencia no es un descubrimiento humano,
es una creación de occidente y en tanto es local exige su estructuración. La ciencia como
determinación de objetos, como descubrimiento de leyes universales, es un hallazgo de
occidente dentro de un proyecto político propio de ellos. A su vez, este hallazgo, se realiza
sobre una parte del universo, por ende hay objetos y no objetos de la ciencia, entonces,
esto empequeñece y agranda la necesidad de que la lingüística debe ser sometida a una
reflexión filosófica.
Queda aún a la filosofía el descubrimiento de una racionalidad total, lo cual conduce, a que
si del ángulo de la ciencia incorporamos a aquellos objetos que son considerados como no
objetos de la ciencia, no se estaría hablando de lenguas que desaparecen, dado que esa
desaparición conlleva a un avasallada de la globalización, por ende, si incorporamos estas
formas, no se estaría hablando de estos resultados, y así, la lingüística dejaría de ser
parcial.
Lengua y habla.
¿qué ocurre cuando alguien habla? hay una estado de ánimo. Hay una posibilidad de ser
que tiene que ser explicada, y hay una articulación del sentido ya dada antes de hablar.
Estamos hablando de un aspecto social del lenguaje.
El habla se da en un clima existencial. Es lo que se llamó el encontrarse, el co-comprender
y la articulación de sentido que se da siempre antes del decir mismo.
Otro aspecto, lo que se dice es lo factual, el acontecimiento, es un algo dicho, hace al
contenido, pero esto no es decisivo. Lo dicho, se da actualmente en un horizonte de
indeterminación.Lo factual dicho se da sobre la posibilidad de no ser así, de no coincidir, lo
factual responde en general a lo que el grupo está acostumbrado a decir, no a lo que se da.
Lo no dicho.
Cotidianamente se dice mucho màs que el contenido de una proposición y que no hace a la
realidad factual sino al hablante mismo. Decir la mesa es marrón, no interesa, pero por què
se dice, serà porque en el decir del hablante se dice más que su contenido que hace a la
existencia del hablante.
Va en esto una ampliación del concepto de la verdad. Una verdad dijimos es la coincidencia
de lo expuesto del contenido con la situación objetiva. Pero este es un episodio de la verdad
en general que hace al ser mismo del existente. Si digo, tengo hambre, digo algo factual, si
preguntamos què pasa con la circunstancia del hambre en nuestra cultura eso está
respondido por todas las doctrinas sociales. Pero en el caso del indígena està contestada
de otra manera. El hambre de los mayas está resuelto con el mito de los hombres de maíz.
El hambre se resuelve entre los mayas y nosotros en un orden simbólico que tienen
respuestas simbólicas diferentes, sociales por un lado y míticas por otro. Es ese algo ,as
que hace al ser del hablante. el decir supone un discurso. Pero el existente vive la
indeterminación de un universo que se le escapa, su discurso se anula con lo contrario. El
antidiscurso.
El antidiscurso, de la mesa es marrón, es la posibilidad de que no sea marrón. Esta
contradicción supone mucha más de ella misma. Diríamos que hablamos sobre una
oposición entre lo dicho y lo no dicho y que hace una dicotomìa existencial. El antidiscurso,
invalida la posibilidad de que lo dicho sea todo lo que haya que decir.
Análisis del habla: pre-comprensión y articulación del sentido.
La oposición discurso anti discurso tiene sus grados. Hay un área decisional, en el sentido
de adoptar una decisión. El indígena cuenta el mito de acuerdo a variantes y que estas, aun
contradictorias no molestan al relator. El mito mismo es relatado en total inmersión de
totalidad, donde puede contradecirse lo dicho mismo. Es que el habla se habla asi mismo,
pero flota en una articulación de sentido que trasciende a lo que se está diciendo como
dentro de un marco de totalidad.
El habla se da en un clima existencial. Es lo que se llamó el encontrarse, el co-comprender
y la articulación de sentido que se da siempre antes del decir mismo.
Pero què se dice al fin de cuentas. lo que realmente se dice en el habla implica
evidentemente la incitaciòn a una respuesta que trasciende lo dicho mismo. Esta totalidad
ya esta dada en el hablante mismo. , está la referencia a lo pensado y acumulado por una
comunidad, delimita el ser del existente condicionado históricamente.
Totalizar el habitar, constituye además, a modo de simple promesa, el domicilio, y da un
sentido de plenitud existencial. Cabe destacar en la constitución del símbolo los operadores
seminales. Estos, son cargas simbólicas que orientan la articulación del sentido del habla,
distribuyen el sentido, o sea, cargan de sentido el quehacer en tanto responde a la pregunta
abierta por el hablante mismo.
Ejemplo, trato con los brujo aymarà, con el término, Waliki con el que suelen acompañar
constantemente su quehacer. Ante el hecho fáctico de la echada de coca, ese “estar bien”
se refiere a algo màs profundo que hace referencia a una totalidad, un equivalente que se
refiere al estar del ser de existente y no a la cosa de echar coca. Lo que “está bien” apunta
a un estado, a la costumbre, a lo establecido, se refiere a un modo de estar en el mundo,
como domicilio, waliki wa, implica entonces, decide que seguimos estando domiciliados en
el mundo.
Habla y horizonte simbólico.
Hay en el proceso del habla, entonces, un referente que diría esta antes del acontecimiento.
Se refiere atrás, hacia el trasfondo que condiciona el existente, ese mismo que es
costumbre cuyo significado es el habilitar en el mundo.. Las cosas en este sentido integran
un amplio campo semántico, ante el cual se pregunta, pero cuya respuesta está detrás del
interrogador. Ese lugar donde se suele llamar cultura. La cultura encuadra el horizonte
simbólico y este es el fundamento del existir mismo.
El lenguaje no es comprensible sino desde el habla y la posibilidad de ser que se encuentra
en el habla, y en el horizonte simbólico donde se articula el sentido. No entendemos lo
americano sino consideramos el horizonte simbólico del hablante. Esto nos lleva a ampliar
el concepto de conciencia.. Si bien se trabaja en general con el concepto de conciencia
científica, que pone al sujeto frente al objeto. pero el real funcionamiento de la conciencia
implica también su apertura mítica. La conciencia mítica sería la conciencia en su totalidad,
según lo cual la conciencia científica solo es un aspecto.
El símbolo, respecto al mito, no solo da que pensar sino que también da que ser, en cuanto
provee de totalidad, si se quiere emocional y también arquetípica a la conciencia. Es un
complejo en cierto modo cosificado, que participa de la cosa y de todo lo que no es cosa,
llevando en sun una respuesta profunda que hace a la existencia del sujeto.
Unidad IV.