Cronica - Busco A Mi Hermana
Cronica - Busco A Mi Hermana
Cronica - Busco A Mi Hermana
BUSCO A MARGARITA
Eran las ocho de la mañana y el locutor Omar Loaiza, director de la emisora Llano
del Oriente, y quien era conocido como “noticia fresca”, leyó el aviso, que solamente
lograrían escuchar los pocos que tenían radio en el pueblo… Santiago Álvarez busca a su
hermana Margarita quien desapareció en San Gil hace 15 años. Hoy ella debe tener 29
años, mide 1,60 de estatura, es de pelo negro y tiene un lunar en la mejilla derecha. Si
alguien la conoce, por favor enviar un telegrama a nombre de Santiago Álvarez, al barrio
Los Pinos, casa 5 este 18 de Vélez en Santander, o dejarle el mensaje en esta emisora.
Hoy, mientras yo pasaba frente al viejo edificio en donde quedaba la emisora hasta
hace 5 años, regresaron a mi cabeza los relatos de Santiago, quien me contó todo sobre la
desaparición de su hermana Margarita.
Jamás se me paso por mi mente, al verla tan feliz saliendo por la puerta, mientas
movía su larga cabellera negra, que esa sería la última vez que la vería, y menos me
imaginé que tan sólo a unas calles caería en las garras de un “lobo” que la asechaba desde
hacía semanas.
Aunque la aventajaba en años de edad, él era un hombre joven, pero tosco, que tan
pronto vio la oportunidad perfecta, la atrapó sin que nadie lo viera, y por medio de su físico
de campesino fornido, la subió a la fuerza a la parte trasera de su camión que estaba
estacionado en una esquina, cubierto por una carpa verde y polvorienta que cubría toda la
carrocería y la cual se convertiría en la primera celda de prisionera para mi hermana.
Desde aquel día, me siguió contando Santiago, nuestra vida cambió para siempre, y
mientras se asomaba a la ventana con una mirada melancólica me dijo:
Usted no sabe. Esto fue como una condena para toda la familia, pero quien más me
preocupaba era mi mamá.
Santiago siempre había sido cercano a mí, pero el día que me contó esta historia descubrí a
otro hombre, un hombre triste y frustrado.
Santiago era mi tío y también me narró todo lo que hicieron juntos por encontrarla,
todos los pueblos que recorrieron, me contó sobre su búsqueda por las parroquias, las
notarías, los comercios, las veredas siempre pensando en la angustia y el dolor de Margarita
el sentir la soledad y el miedo a lo desconocido y la incertidumbre que sintió desde esa
mañana que fue raptada.
Hoy, muchos años después de ese día en que me enteré de los detalles de la historia,
me encuentro aquí, frente al viejo edificio en donde funcionó la emisora de “Noticia
Fresca” hasta hace unos años cuando él murió de repente mientras leía las noticias de la
mañana.
Vine aquí porque mi instinto me trajo para revivir una parte de la historia que más tarde se
convertiría en mi propia historia.
Mientras camino, paso frente esas pequeñas y viejas casas echas con esa mescla que
sólo algunos expertos de antaño dedicados a la construcción sabían hacer con su mezcla
magistral de estiércol de vaca y barro.
Por un momento me detengo y siento ese olor porque yo también viví en una
construida con la misma técnica. Es como si el tiempo no pasara, como si existiera esa
barrera invisible que permite que todos los recuerdos estén intactos, en cada muro y que
hace que estas calles griten esas historia que están refundidas en cada rincón.
Más adelante, me detengo de nuevo para observar, una calle hecha en piedra y
pienso en la delicadeza y precisión que se necesitó para armar ese rompecabezas perfecto.
Parece cada piedra de estas hubiesen sido escogido una por una para colocarlas allí porque
se compaginan de una manera perfecta, pienso que la calle completa debería estar en un
museo.
Siento una profunda tristeza, al enterarme que “Noticia Fresca” ya no volverá allí.
Al venir aquí, en mi mente estaba la idea de conocerlo y contarle la historia que comenzó
con ese aviso que él en algún momento leyó y que cambió la vida de esa joven cuyo mundo
fue impuesto a la fuerza.
Y volví a pensar en ella recién que fue raptada. ¿Qué habría pensado?. ¿Por qué estoy aquí?
¿Por qué me pasó esto a mí?, ¿En dónde donde está mi familia?, ¿Me estarán buscando
todavía?, ¿Se acordarán de mí?, ¿Cómo sería mi vida si no hubiera salido esa mañana?, ¿Mi
madre estará viva todavía?.
Lo único que sé es que al escapar, años después, de ese mundo en el que fue
obligada a vivir, floreció en ella una mujer maravillosa, una gran artista capaz de hacer
verdaderas obras de arte con trozos de barro. Una mujer que por fin pudo ponerle color y a
todas las personas que la rodeaban. También sé que ella finalmente conoció el amor, uno
que surgió de su corazón incondicional, trasparente y limpio como el agua, pero este no fue
el amor de un hombre, fue un amor diferente con el que también cambió vidas, esta vez
para bien.
También sé que esa mujer siempre hablaba desde el perdón cada vez que hablaba
sobre el hombre que le cambió el mundo, sencillamente tomando aire muy profundo y
soltándolo muy suave, como si se comiera las palabras, pensando siempre, antes de hablar.
Sé que ella decía que el que controla la lengua, controla todo su cuerpo y su mente y
también sé que adoptó la filosofía hacer todas las cosas con amor. Hablar, abrazar, enseñar,
todo lo hacía con amor.
Sé que ella fue la mejor guía y maestra porque enseñaba a tejer la vida con los hilos
del corazón y también sé que, aunque nunca tuvo la oportunidad de educarse en una
escuela, desde su libertad todo lo hizo con sabiduría…