Causas y Consecuencias de La Malnutrición
Causas y Consecuencias de La Malnutrición
Causas y Consecuencias de La Malnutrición
Producción
La producción de alimentos depende sobre todo de la agricultura. Casi todos los países tienen un ministerio de agricultura y tipos diversos de personal agrícola
cuyos aportes son muy importantes para la nutrición, pero una adecuada agricultura y producción nacional de alimentos no garantizan un buen estado
nutricional de todas las personas. Como se describe en el Capítulo 2, en las últimas cuatro décadas ha habido notables avances agrícolas. Se han desarrollado
con éxito variedades de alto rendimiento de importantes cereales (arroz, trigo y maíz), y se ha obtenido gran progreso en el aumento de los rendimientos
alimentarios por hectárea. Sin embargo, algunos países que son autosuficientes en su producción de alimentos básicos, todavía tienen una alta prevalencia de
malnutrición. Los estudiosos de la agricultura y los ministerios de agricultura tienen una función ciertamente básica en la mejora del estado nutricional, pero no
pueden ganar la batalla contra la malnutrición sin la acción de otros ministerios y la participación de diversos expertos. Otras áreas, como la seguridad
alimentaria, las pérdidas de alimentos y el almacenamiento de los alimentos, influyen en su disponibilidad. También se debe considerar la demanda alimentaria
y la producción de alimentos.
Preservación
A pesar del notable progreso logrado en la mejora de la producción alimentaria a nivel global, aproximadamente la mitad de los habitantes de los países en
desarrollo no tienen acceso a un adecuado suministro de alimentos. Una parte importante de los alimentos producidos se pierde, por diversos motivos, antes
que se puedan consumir. Se calcula que alrededor del 25 por ciento de los granos producidos se pierde debido a un mal manejo postcosecha, deterioro e
infestación por plagas. Las pérdidas de frutas fácilmente perecederas, hortalizas y raíces se han calculado en un 50 por ciento aproximado de lo que se cultiva.
Después que los alimentos llegan a los hogares, alrededor de un 10 por ciento se pierden en la cocina. Por lo tanto, garantizar que se tomen medidas apropiadas
para evitar las pérdidas de los alimentos durante la cosecha, el transporte, almacenamiento, el proceso y la preservación debe ser un componente integral de
cualquier programa para prevenir la malnutrición y el mejoramiento del acceso de la población a los alimentos en los países en desarrollo. El procesamiento
también puede agregar valores nutricionales y económicos a los alimentos. Asimismo, se deben tomar medidas adecuadas para el suministro de alimentos
inocuos y de calidad.
Población
El tema de población respecto a la nutrición y la relación de la fertilidad con el acceso a la planificación de la familia se trata en el Capítulo 5. El alimento
disponible por persona en una familia, en un distrito o en una nación depende de la cantidad de alimento producido o comprado, dividido por el número de
personas que tienen acceso a este alimento. Una familia de ocho personas que produce y compra la misma cantidad de alimentos que una familia de cuatro
tendrá menos alimentos disponibles por persona. Sin embargo, también se debe reconocer que entre las familias productoras, las de mayor tamaño también
pueden llevar a una mayor productividad familiar.
En algunos países el tema de la población es de gran importancia, y el exceso de población, el tamaño de la familia y el espaciamiento de los niños se consideran
como determinantes importantes de la malnutrición. Los demógrafos estudian la población, y muchos países tienen un ente gubernamental, frecuentemente en
el ministerio de salud, responsable del área de planificación de la familia. El espaciamiento de los nacimientos puede ocupar una prioridad muy alta. Sin
embargo, como ocurre con la producción de alimentos, es ingenuo creer que en cualquier país, el control de la población o la planificación exitosa de la familia
por sí mismos solucionarán los problemas del hambre y la malnutrición.
Pobreza
La pobreza se ha señalado con frecuencia como la causa misma de la malnutrición. Ciertamente, en la mayoría de los países son los pobres sobre todo, y algunas
veces los únicos, cuyos niños sufren de MPE grave o moderada o muestran signos y síntomas de carencia de vitamina A. En contraste, las anemias nutricionales y
la IDD pueden no estar limitadas a los pobres.
Los economistas son los profesionales que estudian la pobreza y los ingresos, y sugieren soluciones económicas para los problemas de pobreza que pueden estar
relacionados con la malnutrición. Casi todos los gobiernos cuentan con un grupo de economistas que trabajan en el ministerio de finanzas y algunas veces
además en el ministerio de planeación económica.
La experiencia de muchos países en desarrollo demuestra que una reducción importante de la pobreza tendría un impacto significativo en las tasas de MPE en la
mayoría de los países y comunidades. Los esfuerzos para reducir la pobreza, el aumento de los ingresos, un menor precio de los alimentos y la redistribución de
la riqueza, lo mismo que una serie de otras políticas económicas, pueden tener un importante impacto en la nutrición. Pero así como los expertos en agricultura
y los demógrafos solos no pueden solucionar los problemas nutricionales de un pueblo, tampoco las acciones económicas por sí solas liberan a un país o a una
comarca de la malnutrición. En algunos casos, los mayores ingresos no han dado como resultado reducciones importantes de la malnutrición y ciertamente no
han producido su erradicación.
La pobreza tiene muchas formas y se expresa de maneras diferentes. Un ingreso inadecuado en el hogar es una manifestación, pero las comunidades y naciones
pobres carecen de la riqueza necesaria para desarrollar y apoyar escuelas y programas de capacitación, mejorar los suministros de agua y saneamiento, y
proveer los servicios sociales y de salud que se necesitan.
Políticas
Todos los países tienen un mecanismo para formular y poner en marcha políticas en el campo del desarrollo. Los sistemas difieren de un país a otro, pero las
políticas relacionadas con agricultura, salud, educación, economía y otras influyen mucho en el bienestar de la gente, incluyendo su estado nutricional. Algunos
gobiernos toman sus obligaciones muy en serio. Si los líderes gubernamentales ejercen con seriedad el derecho a la libertad de lo que desean, entonces también
respetan el derecho a liberarse del hambre, de la falta de servicios de salud, de viviendas pobres y así sucesivamente. Estas condiciones, sin embargo, también
dependerán de los recursos del país. La manera como la ideología política puede tener importancia e influir en la malnutrición es probablemente a través del
gobierno que actúa para garantizar algún nivel de equidad. La equidad no implica la igualdad, simplemente significa un acceso razonable o relativamente justo
de todas las personas a los recursos esenciales, como techo, educación, alimento y servicios de salud. Las políticas dirigidas a facilitar el acceso de las mujeres a
los recursos para generar ingresos, educación y salud, mejorarían particularmente el bienestar nutricional de la familia y de los niños.
Patología
Esta sexta «P» connota la enfermedad. La fisiología se refiere al funcionamiento normal del cuerpo, sus órganos y células. La patología se refiere a la función
anormal y a la enfermedad. Gran parte de la malnutrición en el mundo está causada e influenciada no solamente por la falta de alimentos, sino también por la
enfermedad.
La relación entre la malnutrición y las infecciones se ha estudiado y documentado ampliamente. No hay duda que cuadros comunes como la diarrea, las
enfermedades respiratorias, los parásitos intestinales, el sarampión y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) son causas importantes de
malnutrición. Estas relaciones se tratan en el Capítulo 3. Además, ciertas enfermedades no infecciosas pueden también ser causa de malnutrición. Como
ejemplos de ellas se incluyen una variedad de síndromes de malabsorción (condiciones en que el cuerpo no absorbe de manera adecuada los nutrientes),
muchos tipos de cáncer y procesos degenerativos, al igual que ciertas enfermedades psicológicas.
Los ministerios de salud y una gama de personal de salud en los sectores público y privado son responsables del tratamiento de la enfermedad, la salud pública y
las medidas de prevención. En muchos países la responsabilidad de las políticas gubernamentales de nutrición corresponde al ministerio de salud, y con
frecuencia los institutos nacionales de nutrición dependen de este ministerio. Ciertamente, las medidas de salud para evitar la enfermedad, sobre todo las
infecciones, y también las acciones para suministrar un cuidado médico y tratamiento adecuado, ayudarán mucho a reducir el grado de malnutrición en un país
o en una comunidad. Sin embargo, las medidas exclusivas de salud nunca han podido eliminar en forma total la malnutrición.
Consecuencias
La malnutrición afecta a personas de todos los países. Alrededor de 1900 millones de adultos tienen sobrepeso, mientras que 462 tienen insuficiencia ponderal.
Se calcula que 41 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso o son obesos, 159 millones tienen retraso del crecimiento, y 50 millones presentan
emaciación. A esa carga hay que sumar los 528 millones de mujeres (29%) en edad reproductiva que sufren anemia, la mitad de las cuales podría tratase con
suplementos de hierro.
La consecuencia principal de seguir unos malos hábitos alimentarios es la carencia de los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo físico y mental que se
produce durante la adolescencia. Además, estos hábitos, llevados al extremo, pueden originar graves trastornos alimentarios que desemboquen en
enfermedades:
1. Obesidad
Según el informe de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, la obesidad se ha convertido en un grave problema de salud
pública, debido a su alcance epidémico, su tendencia a convertirse en una enfermedad crónica y sus graves repercusiones médicas y sociales. El estudio de
Alimentación y Valoración del Estado Nutricional en Adolescentes (Avena) afirma que el 25,59 por ciento de los adolescentes varones españoles sufre sobrepeso,
de los cuales, el 5,68 por ciento padecería obesidad; mientras que en las mujeres, el 19,13 tiene sobrepeso, teniendo obesidad el 3,08 por ciento de ellas.
Los factores que desencadenan sobrepeso y obesidad están directamente relacionados con las dietas hipercalóricas y con poco valor nutricional, el desarrollo de
malos hábitos alimentarios y el abandono de los saludables (como hacer deporte). Las consecuencias para la salud de sufrir obesidad son muy perjudiciales:
desarrollo de enfermedades cardiovasculares, problemas óseos, hipertensión, cáncer de colon, síndrome de ovario poliquístico, etcétera.
Esta denominación engloba a varias enfermedades que tienen rasgos comunes y que suelen ser bastante recurrentes durante la adolescencia (anorexia, bulimia
y vigorexia). Según el informe, el motivo de que los trastornos de conducta alimentaria se desarrollen durante la etapa adolescente responde, entre otras cosas,
al riesgo de desarrollar malos hábitos alimentarios y a la preocupación excesiva por la imagen corporal propia que puede llevar a la propia distorsión y alteración
de la misma. Los cambios de peso y las conductas obsesivas que se desarrollan a causa de los trastornos pueden producir consecuencias muy graves para el
organismo.
Un estudio publicado en 2011 en el American Journal of Clinical Nutrition reveló que las personas saludables que comían comida basura durante tan solo 5 días
obtenían resultados bajos en pruebas cognitivas que evaluaban la atención, la velocidad y el humor. Una de las conclusiones sostenía que comer comida basura
durante 5 días de forma regular puede deteriorar la memoria, que seguramente derive del hecho de que las dietas pobres y tóxicas pueden generar ciertas
reacciones químicas que llevan a la inflamación del hipocampo, asociada a la memoria y el reconocimiento.
Asimismo, las dietas con un alto contenido de azúcares y grasas puede suprimir la actividad de un péptido del cerebro denominado BDNF (factor neurotrófico
derivado del cerebro), que ayuda en la formación de la memoria y el aprendizaje. El cerebro contiene sinapsis responsables del aprendizaje y la memoria, y
comer demasiadas calorías puede interferir con la producción saludable y el funcionamiento de la sinapsis.
Los adolescentes padecen diversos cambios hormonales, haciéndolos susceptibles a los cambios de humor y de conducta. Las dietas saludables son
fundamentales para mantener los cambios hormonales a raya, de lo contrario se carece de nutrientes esenciales, el riesgo de padecer depresión aumenta en un
58% si se come de esa forma muy seguido.
Existen alimentos que carecen de nutrientes esenciales como las proteínas o vitaminas que el organismo requiere para mantenerse saludable y funcional. Si bien
tienes la sensación de estar lleno y satisfecho, no te provee de energía, por lo que en poco tiempo te sientes débil y cansado. Si integras alguna forma de comida
basura en todas las comidas del día durante un cierto período de tiempo puedes desarrollar fatiga crónica, llevando tus niveles de energía a un nivel tan bajo que
puede resultar difícil llevar a cabo las tareas más sencillas.
Como bien se ha mencionada una de las mayores aliadas de la malnutrición es la comida rápida que está principalmente conformada de grasas saturadas y
grasas trans, que aumentan directamente los niveles de triglicéridos y colesterol "malo" (LDL) en la sangre, lo que lleva a la formación de placas y de
enfermedades cardiovasculares. Además, el aumento repentino de los niveles de azúcar en sangre lesiona los revestimientos de los vasos sanguíneos, lo que
lleva a la inflamación crónica, que a su vez fomenta la adhesión del LDL a las paredes de las arterias, bloqueando el flujo de sangre al corazón. Si el bloqueo es
muy grande, se producen los infartos.
El motivo por el que nunca puedes negarte es porque contienen un alto nivel de sales finas procesadas que aumenta la salivación y la secreción de enzimas que
aumenta tu antojo por estos alimentos. Los niveles elevados de grasas "malas" y el sodio de la sal afecta el balance sodio-potasio del cuerpo, generando
hipertensión. Como los riñones son los encargados de filtrar las toxinas de la sangre, la ingesta de mucha comida basura tiene un efecto directo en su
fucionamiento.
El consumo de comida basura durante un cierto período de tiempo genera un efecto dañino similar al efecto del alcohol en el hígado. Un reciente estudio
asegura que quienes comen comida basura y no realizan ejercicio presentan cambios en las enzimas del hígado en tan solo 4 semanas. Estos cambios son
similares a los observados en quienes tienen un problema de abuso de alcohol. De acuerdo con diversos estudios, el culpable de esto es el alto nivel de grasas
trans que tiene la comida rápida.
La falta de fibra es el principal motivo de por qué el consumo de comida basura se asocia a un mayor riesgo de cáncer en el sistema digestivo. Un estudio
publicado en el European Journal of Cancer Prevention reveló que el consumo excesivo de comida basura con alto contenido graso y de azúcares puede
aumentar las probabilidades de padecer cáncer colorrectal. Además, una investigación del Centro Fred Hutchinson de Investigación para el Cáncer en Seattle
mostró que los hombres que ingerían comidas fritas más de 2 veces al mes tenían un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata.
Una de los factores que más contribuyen al aumento de los casos de diabetes son las dietas poco saludables. Las dietas saludables proveen al cuerpo de un flujo
constante de glucosa, que ayuda a mantener la sensibilidad a la insulina. El estrés que genera en el metabolismo afecta la capacidad del cuerpo de utilizar la
insulina correctamente. Como este tipo de comida no tiene fibras, su consumo lleva directamente al aumento en los niveles de azúcar en sangre.