Hagamos de Nuestra Ciudad Un Espacio Habitable para Todos

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“Hagamos de nuestra ciudad un espacio habitable para todos”

Pronunciamiento de la Sociedad de Urbanistas del Perú por el 56avo aniversario


del Día Mundial del Urbanismo. 8 de Noviembre 2005

La Sociedad de Urbanistas del Perú, bajo el lema “Hagamos de nuestra ciudad un espacio
habitable para todos” hace un llamado a la reflexión este 8 de noviembre, día en que se celebra
el 56avo aniversario del Día Mundial del Urbanismo.

Mientras en la actualidad, la población urbana del Perú constituye el 76% del total, el fenómeno
de metropolización en ciudades principales como Arequipa, Trujillo y Chiclayo se acelera, y
Lima Metropolitana aún mantiene el 40% de la población total del país tal como lo mantiene
desde hace más de 50 años. Treinta ciudades más en el Perú muestran tasas de crecimiento
constantes y ello representa un alto riesgo en la calidad de vida de los habitantes de estas
ciudades y de las regiones con las que interactúan.

El crecimiento descontrolado de las ciudades en el país debe ser visto como una amenaza de
crisis socio-ambiental. Por un lado, el impacto del crecimiento urbano sobre su región, y por
otro el impacto del crecimiento de las ciudades dentro de las mismas ciudades.

Las ciudades, como sabemos, no viven solas pues dependen principalmente de una dinámica
productiva, ecológica y social que les rodea regionalmente. Ecológica en el sentido que las
ciudades consumen el agua y los servicios ambientales que se generan en su Ecoregión y
mientras más crecen, consumen más de estos recursos naturales y generan más
contaminación. Sin una política de desarrollo urbano que armonice el crecimiento de las
ciudades con la capacidad de carga ecológica de la región, estas enfrentarán, tal como ya
ocurre en las ciudades principales del país, crisis de abastecimiento de agua, ríos que reciben
desagües en volúmenes que estos ríos ya no pueden autodepurar, y recursos naturales y
alimenticios agotados, que luego se hacen más caros de ser provistos en las ciudades.

Los sistemas de ciudades conforman también un articulador de la producción rural del país.
Varios corredores y sub-corredores económicos se conforman naturalmente para satisfacer la
demanda sobre la base de algunas veces una oferta rural organizada. La cuestión es si las
ciudades se han preparado alguna vez para impulsar el consumo y la venta de los productos
que produce la región de la que dependen. Este no es un argumento regionalista, es un
argumento que asegura la sostenibilidad tanto del abastecimiento en las ciudades como de la
producción en los entornos rurales que los rodean.

En términos sociales, las ciudades son catalizadoras de varias de las culturas que confluyen en
una región. Culturas que necesitan espacios de expresión, culturas que tienen costumbres y
valores, y que tienen sistemas de organización y de toma de decisiones. Las ciudades, con
nueva reglamentación vigente y con los nuevos estilos de planificación participativa, están
generando una mayor participación en lo que podrían denominarse procesos de consulta, pero
muy pocas veces, incorporan o impulsan los sistemas de tomas de decisiones de quienes
habitan en los distintos barrios de la ciudad.

Mucho se ha hablado de la apatía de los ciudadanos de participar en la gestión local, pero esto
es definitivamente consecuencia de un estilo de administración y gobierno que tiene algo más
de 500 años en el país. Es necesario repensar la participación de los ciudadanos, no solo como
un estamento de consulta, sino también como partícipe directo en la gestión de su localidad.

Las ciudades no viven solas, necesitan de su entorno rural para sobrevivir, pero no tenemos
políticas que las integren.

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Dentro de las ciudades, la situación cambia. Nuevas ordenanzas y leyes para promover
conjuntos residenciales o cambios para incrementar la zonificación son ahora el paradigma del
gobierno central, con el argumento que debe aumentarse la densidad para aprovechar la
infraestructura existente y así ofertar viviendas más baratas. La cuestión es para quién es mas
barato hacer viviendas de esa manera.

Los nuevos cambios de zonificación en la metrópoli literalmente duplican la capacidad


residencial y comercial de ocupación de la ciudad, ocupación que puede darse en menos de 5
años, en un país donde las infraestructuras se cambian cada 40 años. Eso sin mencionar que
están obsoletas, que en muchos casos no hay áreas verdes y que la sobredemanda de agua y
energía, generará frecuente pérdida de presión en el abastecimiento de agua y de voltaje en la
energía eléctrica.

Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud indica que debe haber como mínimo 8 m2 de
áreas verdes por habitante. Pero zonas que ya no tenían áreas verdes ahora, según la nueva
zonificación metropolitana, han duplicado su zonificación. Ello sin mencionar que el mínimo
permisible de las nuevas ‘viviendas’ pueden llegar a menos de los 50m2, en un país donde la
familia promedio tiene más de 5 integrantes.

La población creciente en el área urbana agudiza el problema de hacinamiento y presiona por


el acceso a servicios básicos. Además, la ocupación desorganizada limita la adecuada
planificación de las inversiones en servicios básicos, tales como luz, agua y desagüe. Como
resultado, la población más vulnerable, de ingresos reducidos, tiene un acceso precario y/o
informal a estos servicios, lo cual genera impactos negativos sobre el ambiente y la salud de
los pobladores.

Zonas históricas de las ciudades avanzan hacia otro derrotero también crítico. El Instituto
Nacional de Cultura es uno de los principales obstáculos de la renovación urbana en zonas
históricas. Pobladores que no pueden mejorar sus viviendas, empresarios que no pueden
invertir y municipalidades atadas de manos son la consecuencia de políticas restrictivas cuando
lo ideal es adoptar, para todos, un rol facilitador y concertador en la renovación urbana.

Ciudades turísticas e históricas, como el Cusco, encuentran dificultades para facilitar el


asentamiento de sus habitantes y nuevas inversiones en un país donde el turismo esta
aumentando un 25% cada año.

Metrópolis y megalópolis
El proceso de metropolización que están experimentando las principales ciudades del país,
debe ser abordado técnica y eficientemente, evitando cometer los mismos errores que
generaron la gran problemática urbana de Lima. Las metrópolis son una importante economía
de localización y aglomeración, pero también son grandes ‘succionadores’ del medio ambiente
que les rodea. En muchas localidades, las ciudades principales son el centro de las actividades
no residenciales, mientras estas se encuentran en la periferia, pero conectadas a la ciudad con
eficientes servicios de transporte. Mientras se pueda mantener la capacidad de carga
ecológica, las ciudades pueden crecer, pero al mismo tiempo esto significa proveer alternativas
residenciales con calidad de vida.

La alternativa que algunos ‘viviendistas’ dan para que todos quepan en la ciudad es hacer que
la ciudad viva al mínimo. El mínimo de vías, el mínimo de agua, el mínimo de parques y el
mínimo de área de viviendas. Una excesiva metropolización encarece vivir en la ciudad y los
peruanos no merecen vivir al mínimo.

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Diseño Urbano Participativo
Siempre se habló del espacio público al cual precisamente el público es ajeno y del cual no se
siente propietario y que genera que autoridades municipales construyan y remodelen espacios
urbanos que justificadamente generan la protesta de sus ciudadanos. Los espacios urbanos no
deben remodelarse para que la municipalidad o el alcalde haga un negocio, esencialmente
deben mejorar la calidad de vida de los vecinos. Se subestima la capacidad de los vecinos para
decidir que es lo que quieren en sus espacios urbanos, ellos son, por el contrario, quienes
mejor pueden decidir en lo que debe hacerse en sus barrios. El diseño urbano participativo,
debe tomarse en cuenta en las nuevas propuestas de cambiar el rostro de las ciudades.

Mayor participación en la ciudad


Experiencias como la de los fondos concursables y las mesas temáticas de trabajo y de
concertación impulsadas ya por algunas municipalidades del país, con apoyo de ONG’s,
confirman que una mayor participación de la población en la administración de fondos y en la
toma directa de decisiones es posible. Esto puede convertirse en política y generar una
descentralización efectiva que puede incluso alcanzar el nivel barrial, en donde por años
organizaciones de mujeres y pobladores han demostrado su tenaz lucha por organizar los
recursos de la ciudad.

Las municipalidades pueden implementar mecanismos más eficientes y democráticos de


gestión local sobre la base de organizaciones existentes, cumpliendo un rol más facilitador y
menos corporativo sobre el destino de la ciudad.

Economías creativas
Articular las ventanas de oportunidad del mercado internacional con la producción urbana y
rural es algo a lo que las ciudades han dado la espalda. Facilitar este proceso implica tener
visión de las demandas del mercado y generar los servicios urbanos que canalicen la
producción hacia estas demandas.

Proyectos de viviendas productivas han tenido relativo éxito, teniendo dificultades


especialmente en lograr una escala constante que pueda articularse efectivamente al mercado.
El concepto de barrios productivos es también relativamente nuevo, y alude a la capacidad
barrial de especializarse económicamente generando una mayor escala y mejor organización,
pudiendo convertirse en clusters, y que llegan mejor a los mercados, ya sean de otras partes
de la ciudad como de la región o incluso internacionales.

Este proceso, con mercados identificados, aplicado de manera generalizada y focalizada en


jóvenes emprendedores, puede incrementar los ingresos en un 15% como promedio del 20%
de familias pobres urbanas del país en 5 años.

Escuelas urbanas
El intercambio de experiencias de desarrollo de un poblador urbano a otro es un potencial
latente y que ha sido ya probado con éxito en el medio rural del país. Las municipalidades
pueden crear Escuelas Urbanas en donde los líderes de la ciudad intercambien experiencias y
compromisos de desarrollo de sus comunidades. Líderes que pueden provenir de un programa
de desarrollo urbano de un lugar a otro en otro lugar, y compartir y enseñar a no cometer los
mismos errores que pudieron haberse cometido en otra experiencia. Este capital intangible
debe ser aprovechado en beneficio del desarrollo de la ciudad.

Espacios públicos
¿Qué es una ciudad sin su cultura?, ¿sin sus procesiones, ferias, paradas o desfiles?, ¿Qué es
de una ciudad que pierde estas costumbres? ¿Cómo podrán mantenerse estas costumbres y
esta cultura si cada vez los espacios ‘públicos’ son cada vez más pequeños?, ¿Cómo podrá
tener ‘individualidad’ cada ciudad si se pierde su personalidad?. Las autoridades locales tienen

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una gran responsabilidad cuando se trazan nuevas vías y parques en la ciudad pues influyen
directamente en el desarrollo de cultura en la ciudad.

En otros países, las ciclovías pueden tener más de 3 mts de ancho. Aqui 1 mt y eso si las hay.
Pekín, con toda la cantidad de gente que tiene, es una ciudad que se ha propuesto tener verde
más del 35% de su territorio para el 2006. Aquí las áreas verdes son cada vez más pequeñas y
más grises. Caminar es una prioridad en muchos países y existen largos recorridos para
peatones en muchas ciudades, pero en este país la prioridad son los vehículos motorizados.
Ver el paisaje es también prioridad de muchos municipios, también en otros países, y no darle
la espalda al mar o al río como aquí se hace, o darla en concesión a privados que no permiten
siquiera el acceso visual al paisaje.

Pensar de futuro a presente


Hacer un proyecto hoy para resolver los problemas de hoy convierte automáticamente este
proyecto en un proyecto obsoleto. Las municipalidades deben pensar en las demandas de las
generaciones futuras para hacer los proyectos hoy. Pensar de futuro a presente es asegurar la
sostenibilidad en las ciudades.

Formar urbanistas
Mientras en otros países debe haber como mínimo un urbanista por cada 20 mil habitantes, en
nuestro país, adolecemos de urbanistas. Las políticas y las intervenciones urbanas se ven
desintegradas con un objetivo de desarrollo y en esta época son especialmente hechas con
fines eleccionarios. Las universidades en asocio con municipalidades y ONG’s pueden impulsar
formar nuevos urbanistas en el país que faciliten procesos y propuestas en beneficio de la
ciudad.

Ministerio de Urbanismo
Coordinar el desarrollo de las ciudades no es tarea fácil y no debe dejarse en manos de
instituciones débiles o con intereses distintos. Es como coordinar el desarrollo de la agricultura
desde el Ministerio del Camote, y dejar el desarrollo rural en manos de alguna Dirección
General o algún instituto de investigaciones o de proyectos con débil capacidad de gestión y
organización. El Ministerio de Vivienda es importante, pero ¿es la vivienda parte del desarrollo
urbano o viceversa? Quizás ello explica que las políticas urbanas sean eminentemente
‘viviendistas’ y no que persigan necesariamente una mejor calidad de vida para las habitantes
de las ciudades. El desarrollo de las ciudades debe ser facilitado desde el Ministerio de
Urbanismo, como ya ocurre en la mayoría de países del mundo.

Panorama Mundial
El panorama mundial no es tan ajeno al Peruano, se estima que antes que culmine la primera
década del siglo XXI la mitad de la población del mundo será urbana, calculándose que mas de
3,200 millones de personas viviremos en ciudades, superando largamente a la población
mundial de los años 50, y para el 2030 la cifra ascendería aproximadamente a 5,000 millones
de personas, es decir 60% de la población mundial será urbana.

En 1949, Carlos María Della Paolera, propuso conmemorar el Día Mundial del Urbanismo, para
que esta fecha sirva como día de reflexión sobre las acciones necesarias para alcanzar el
desarrollo sostenible en los sistemas urbanos. Esta iniciativa fue recogida por las instituciones
de urbanistas de todo el mundo y es así que el 8 de noviembre constituye un momento para la
reflexión y discusión sobre el destino de nuestras ciudades.

La Sociedad de Urbanistas del Perú, está comprometida con el desarrollo nacional, concebido
a través de un sistema de ciudades económica y ecológicamente sostenibles, lamentablemente
nuestras ciudades evidencian un proceso de urbanización no planificado, donde, en la mayoría
de los casos, la pérdida de calidad de vida de los habitantes es cada vez mayor.

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