16-18 Ampara VIOLENCIA FAMILIAR MADRE-HIJA

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D.P. 16/2018
veintiuno de febrero de dos mil
diecinueve
QUEJOSA: ******* **** ******.
(EN LIBERTAD BAJO CAUCIÓN)

MAGISTRADO PONENTE: TERESO RAMOS HERNÁNDEZ.


SECRETARIA DE ESTUDIO: LETICIA JARDINES LÓPEZ.

Ciudad de México. Acuerdo del Sexto Tribunal Colegiado en


Materia Penal del Primer Circuito, correspondiente a la sesión de
veintiuno de febrero de dos mil diecinueve.

VISTOS, para resolver los autos relativos al juicio de amparo


directo número 16/2018, promovido por ******* **** ******; y

RESULTANDO:

I. Mediante escrito presentado el seis de diciembre de dos


mil diecisiete, ******* **** ******, por sí, solicitó el Amparo y
Protección de la Justicia Federal, contra actos de la Quinta Sala
Penal del Tribunal Superior de Justicia, como autoridad
responsable ordenadora, y del Juez Séptimo Penal de Delitos No
Graves, como autoridad responsable ejecutora, ambas de la Ciudad
de México, por considerar que violan en su perjuicio los derechos
fundamentales contenidos en los artículos 1°, 14 y 16 de la
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Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y el artículo 7


de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de
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San José de Costa Rica).

De la autoridad señalada como responsable ordenadora


reclama la sentencia definitiva dictada el veintitrés de noviembre
de dos mil diecisiete, en el toca penal ********, formado con
motivo del recurso de apelación interpuesto por la sentenciada, donde
modificó la sentencia de primera instancia de diez de julio de dos
mil diecisiete, por el Juez Séptimo Penal de Delitos No Graves de la
Ciudad de México, en la causa *********, y consideró a la quejosa
penalmente responsable del delito de VIOLENCIA FAMILIAR, en
agravio de la menor de identidad reservada ******, por conducto de
**** ********* ****** (padre de la menor).

Le fijó un grado de culpabilidad mínimo, igual al determinado


por el juez, así, le impuso las penas siguientes:

A) UN AÑO DE PRISIÓN.

B) Tratamiento psicológico especializado para generadores de


violencia familiar, por un término igual al de la pena de prisión (un
año).

C) A la pérdida de los derechos sucesorios y alimentos que


tenga respecto de la menor ofendida ******.

Además, ordenó las siguientes medidas de protección a favor


de la menor victima ******:

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1.- Se prohíbe a ******* **** ****** acercarse o ingresar
al domicilio, lugar de trabajo o de estudios de la menor ofendida
****** o cualquier otro lugar que ésta frecuente.

2.- Se prohíbe a ******* **** ****** comunicarse por


cualquier medio, por sí o por interpósita persona con la menor
ofendida ******.

Pena privativa de libertad que, compurgará en el lugar que


señale el juez de la causa (en funciones de juez de ejecución), a la
Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Secretaría de
Gobierno, de la Ciudad de México, con abono de la prisión
preventiva, esto es, seis días, del uno al seis de junio de dos mil
dieciséis, fecha esta última en la que obtuvo ante el Juzgado su
libertad provisional de que disfruta.

La absolvió del pago de la reparación del daño material,


derivada del delito de que se trata.

La condenó a la reparación del daño moral consistente en el


pago de treinta y siete mil novecientos veinte pesos 00/100 M.N.,
por concepto de tratamiento psicoterapéutico especializado a favor de
la víctima.

Se le concedieron los beneficios penitenciarios, en los términos


siguientes:

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La sustitución de la pena de prisión:

a) Multa por 359 días multa, equivalente a veinticinco mil


setecientos treinta y tres pesos 12/100 moneda nacional.

b) Tratamiento en libertad por 359 DÍAS, consistente en la


aplicación de: medidas laborales, educativas, de salud o de
cualquier otra índole autorizadas por la ley; sin que su duración pueda
exceder de la correspondiente a la pena de prisión sustituida.

Y, también la suspensión condicional de la ejecución de las


penas, donde adujó que para gozar de ese beneficio deberá de reunir
los siguientes requisitos:

I) Otorgar garantía por mil pesos 00/100 M.N., en cualquiera


de las formas establecidas por la ley.

II) Obligarse a residir en determinado lugar.

III) Desempeñar una ocupación lícita.

IV) Abstenerse de causar molestias a la ofendida o a sus


familiares.

V) Pagar la reparación del daño o garantizar su pago.

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E indicó que, para el caso de que la sentenciada se acoja al
sustitutivo o beneficio concedido, la suspensión de los derechos
políticos quedará sin efectos.

Le suspendió sus derechos políticos, y respecto a ese


tópico preciso que, sería por un tiempo igual al de la prisión impuesta,
misma suspensión que empezará a correr desde la ejecutoriedad de
dicha resolución y concluirá cuando extinga la pena privativa de
libertad, en caso de que se acoja al sustitutivo de pena de prisión, la
suspensión correrá la misma suerte, y en la hipótesis de que se acoja
a la suspensión condicional de la ejecución de la pena, dicha
suspensión quedará vigente.

La modificación consistió en que la Sala de Apelación a


diferencia del juez de la causa, condenó a ******* **** ****** a
la pérdida de los derechos sucesorios y alimentos que tenga
respecto de la menor ofendida ******, al haber resultado ser
penalmente responsable de la comisión del delito de violencia
familiar.

Del Juez Séptimo Penal de Delitos No Graves de la Ciudad de


México, la quejosa reclama la ejecución del acto reclamado.

II. Por acuerdo de presidencia del veintidós de enero de dos


mil dieciocho, se admitió a trámite la demanda de amparo contra
acto de la Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la
Ciudad de México, de conformidad con lo dispuesto en los artículos

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107, fracción V, inciso a), de la Constitución Federal, 6, 170, fracción I
y 181 de la Ley de Amparo, y 37, fracción I, inciso a) de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación y, la desechó por lo que
hace a los atribuidos al Juez Séptimo Penal de Delitos No Graves de
la Ciudad de México; se tuvo como terceros interesados a la menor
de identidad reservada ******, por conducto de **** ********* ******
(padre de la menor), y al agente del Ministerio Público adscrito a la
Sala responsable; se tuvo por autorizado el domicilio para oír
notificaciones y a las personas que la promovente señaló en su
demanda; se dio al Agente del Ministerio público adscrito la
intervención que legalmente le compete, quien no formuló pedimento;
y, se cumplió con lo dispuesto en los artículos 3º y 8º de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, en relación con los diversos 5º y 8º del Reglamento
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la
Judicatura Federal.

III. Por acuerdo de siete de marzo de dos mil dieciocho, se


turnaron los autos al Magistrado Tereso Ramos Hernández, para
los efectos de elaborar el proyecto de resolución correspondiente,
conforme a lo establecido en el artículo 183 de la Ley de Amparo.

CONSIDERANDO:

PRIMERO. Este Sexto Tribunal Colegiado en Materia Penal del


Primer Circuito, es competente para conocer y resolver del presente
asunto, de conformidad con lo dispuesto por los artículos 107,

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fracción V, inciso a), de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 170 fracción I y 181 de la Ley de Amparo; así como, 37,
fracción I, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, pues el acto reclamado fue emitido por una autoridad
jurisdiccional de segunda instancia en la Ciudad de México, donde
esta autoridad de amparo ejerce jurisdicción.

SEGUNDO. La existencia del acto reclamado a la Quinta Sala


Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, se
encuentra demostrada por así haberlo manifestado su Magistrada
Presidenta al rendir su informe justificado, al cual adjuntó los autos
originales del toca penal ********, en los que se encuentra la
sentencia reclamada, así como los autos de la causa ********* del
índice del Juzgado Séptimo Penal de Delitos No Graves de la Ciudad
de México; constancias que tienen valor probatorio pleno que les
confieren los artículos 129 y 202 del Código Federal de
Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la Ley de Amparo,
de conformidad con lo establecido en el artículo 2° de dicho
ordenamiento legal.

TERCERO. No se transcribe la sentencia reclamada que


consta a fojas 65 a 174, del toca ********, por ser innecesario.

CUARTO. No se transcriben los conceptos de violación


formulados por la quejosa, que obran a fojas 5 a 30, del expediente
en que se actúa, por ser innecesario.

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QUINTO. En primer orden, este Tribunal Colegiado precisa
hacer notar, que en el presente asunto se ve involucrado un menor de
edad con su progenitora y que para resolver atenderá a lo dispuesto
por el numeral 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, así como en la Convención sobre los Derechos del Niño y
la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes.

Ello, porque tal principio impone que en toda contienda judicial


en que se vean involucrados derechos inherentes a los menores,
debe resolverse atendiendo a tres principios básicos: a) el interés
superior del niño; b) a la participación o intervención directa del
Ministerio Público, por tratarse del órgano estatal con facultades para
salvaguardar ese interés superior de los menores; y c) todos los
jueces, en cualquier instancia o procedimiento, deben suplir la
deficiencia de la queja en toda la amplitud que sea necesaria, si
se ven involucrados los derechos de los infantes, pues a esas
conclusiones conduce el análisis que se desprende del contenido del
numeral 4º constitucional.

Así como, el numeral 3.1 de la Convención sobre los Derechos


del Niño, de la que México es parte, en la que se establece que en
cualquier medida que tomen las autoridades estatales se debe tener
en cuenta de forma primordial el interés superior del niño.

Por su parte, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha


reconocido, en varias tesis, la importancia del principio del interés

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superior de los menores, en la interpretación y aplicación de las
normas relacionadas con los derechos del niño, criterios de los cuales
se destaca el siguiente:

Tesis de Jurisprudencia 1a./J. 25/2012 (9a.) sustentada por la


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Décima
Época, registro 159897, Libro XV, Diciembre de 2012, Tomo 1,
Materia(s): Constitucional, página 334, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro y texto:

“INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU CONCEPTO. En


términos de los artículos 4o., párrafo octavo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 3 de la Convención sobre
los Derechos del Niño, ratificada por México y publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 25 de enero de 1991; y 3, 4, 6 y 7 de la Ley
para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes,
los tribunales, en todas las medidas que tomen relacionadas con los
menores, deben atender primordialmente al interés superior del niño;
concepto que interpretó la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (cuya competencia contenciosa aceptó el Estado Mexicano
el 16 de diciembre de 1998) de la siguiente manera: "la expresión
‘interés superior del niño’ ... implica que el desarrollo de éste y el
ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como
criterios rectores para la elaboración de normas y la aplicación de
éstas en todos los órdenes relativos a la vida del niño".

De ahí que, si en el caso, la cuestión a dilucidar involucra el

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derecho a vivir una vida libre de violencia de un menor de edad, es
inconcuso, que de advertirse necesario, este Órgano Colegiado
llevará a cabo dicha suplencia, y resolverá privilegiando la
salvaguarda de los derechos del menor, en términos del numeral 79,
fracción II, inciso b) de la Ley de Amparo, sin que para ello obste que
no sea quien promueve el juicio de amparo.

Resulta aplicable la Jurisprudencia 1a./J.191/2005, sustentada


por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
Novena Época, registro 175053, Tomo XXIII, Mayo de 2006
Materia(s): Civil Tesis: Página: 167, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro y texto:

“MENORES DE EDAD O INCAPACES. PROCEDE LA


SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN TODA SU AMPLITUD, SIN QUE
OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS
NI EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE. La suplencia de la queja es
una institución cuya observancia deben respetar los Jueces y
Magistrados Federales; suplencia que debe ser total, es decir, no se
limita a una sola instancia, ni a conceptos de violación y agravios,
pues el alcance de la misma comprende desde el escrito inicial de
demanda de garantías, hasta el periodo de ejecución de la sentencia
en caso de concederse el amparo. Dicha suplencia opera
invariablemente cuando esté de por medio, directa o indirectamente,
la afectación de la esfera jurídica de un menor de edad o de un
incapaz, sin que para ello sea determinante la naturaleza de los
derechos familiares que estén en controversia o el carácter de quién

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o quiénes promuevan el juicio de amparo o, en su caso, el recurso de
revisión, ello atendiendo a la circunstancia de que el interés jurídico
en las controversias susceptibles de afectar a la familia y en especial
a menores e incapaces, no corresponde exclusivamente a los padres,
sino a la sociedad, quien tiene interés en que la situación de los hijos
quede definida para asegurar la protección del interés superior del
menor de edad o del incapaz. Se afirma lo anterior, considerando la
teleología de las normas referidas a la suplencia de la queja, a los
criterios emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así
como a los compromisos internacionales suscritos por el Estado
mexicano, que buscan proteger en toda su amplitud los intereses de
menores de edad e incapaces, aplicando siempre en su beneficio la
suplencia de la deficiencia de la queja, la que debe operar desde la
demanda (el escrito) hasta la ejecución de sentencia, incluyendo
omisiones en la demanda, insuficiencia de conceptos de violación y
de agravios, recabación oficiosa de pruebas, esto es, en todos los
actos que integran el desarrollo del juicio, para con ello lograr el
bienestar del menor de edad o del incapaz.”

También, es menester destacar que en el presente asunto


opera el principio de suplencia de la deficiencia de la queja previsto
en el artículo 79, fracción III, inciso a), de la Ley de Amparo, ya que
quien promueve el juicio de garantías, es la sentenciada en la causa
penal de la que deriva el acto reclamado, que conlleva a realizar un
análisis incluso de las cuestiones no propuestas por la peticionaria de
garantías.

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No pasa inadvertido, para este Tribunal Colegiado que tanto la
quejosa ******* **** ****** como la menor ofendida de
identidad reservada *** son mujeres, madre e hija, por lo cual
analizará los argumentos desde un enfoque de perspectiva de
género, para lo cual se atenderán los elementos que en forma
obligatoria para todos los tribunales del país, estableció la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia 1a./J. 22/2016 (10a.)1, que dice:

“ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE


IGUALDAD. ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA DE
GÉNERO. Del reconocimiento de los derechos humanos a la igualdad
y a la no discriminación por razones de género, deriva que todo
órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en una
perspectiva de género, para lo cual, debe implementarse un método
en toda controversia judicial, aun cuando las partes no lo soliciten, a
fin de verificar si existe una situación de violencia o vulnerabilidad
que, por cuestiones de género, impida impartir justicia de manera
completa e igualitaria. Para ello, el juzgador debe tomar en cuenta lo
siguiente: i) identificar primeramente si existen situaciones de poder
que por cuestiones de género den cuenta de un desequilibrio entre
las partes de la controversia; ii) cuestionar los hechos y valorar las
pruebas desechando cualquier estereotipo o prejuicio de género, a fin
de visualizar las situaciones de desventaja provocadas por
condiciones de sexo o género; iii) en caso de que el material
probatorio no sea suficiente para aclarar la situación de violencia,

1Registro: 2011430, Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 29, Abril de 2016, Tomo II,
Página: 836
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vulnerabilidad o discriminación por razones de género, ordenar las
pruebas necesarias para visibilizar dichas situaciones; iv) de
detectarse la situación de desventaja por cuestiones de género,
cuestionar la neutralidad del derecho aplicable, así como evaluar el
impacto diferenciado de la solución propuesta para buscar una
resolución justa e igualitaria de acuerdo al contexto de desigualdad
por condiciones de género; v) para ello debe aplicar los estándares
de derechos humanos de todas las personas involucradas,
especialmente de los niños y niñas; y, vi) considerar que el método
exige que, en todo momento, se evite el uso del lenguaje basado en
estereotipos o prejuicios, por lo que debe procurarse un lenguaje
incluyente con el objeto de asegurar un acceso a la justicia sin
discriminación por motivos de género”.

No obstante, esta Potestad Federal no advierte que existan


situaciones de poder que por cuestiones de género den cuenta de un
desequilibrio entre las partes, a pesar de que la quejosa y la menor
de edad ofendida ostentan los roles de madre e hija en un
procedimiento de naturaleza penal seguido por el ilícito de violencia
familiar en agravio de la segunda.

Establecido lo anterior, en sus conceptos de violación, la


peticionaria del amparo refiere transgresión a las formalidades
esenciales del procedimiento y que se vulneraron sus derechos
fundamentales consagrados en el artículo 16 párrafos V y VI, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en virtud de
que fue detenida arbitrariamente a petición de **** ********* ******,

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lo que tornó su detención ilegal por policías a los que no les constó
que cometiera el ilícito por el que fue sentenciada; no obstante, el
juez de la causa omitió examinar si en la detención de que fue objeto
existió la flagrancia equiparada que arguyó la Representación Social,
-la cual ha sido declarada inconstitucional-, así como las pruebas que
acreditaron lo anterior.

Aduce, que en virtud de la detención ilegal no debe otorgarse


eficacia probatoria a las pruebas que derivan de ésta, a efecto de
restaurar la violación a su derecho humano a la libertad, por lo que
deben excluirse del material probatorio aquellas que no se hubieran
podido obtener de no haber estado detenida, y las que tengan un
vínculo directo o indirecto con dicha violación.

Manifiesta, que en la sentencia reclamada se argumenta que


realizó una conducta “con el designio de alterar la integridad de la
familia”, interpretación que es subjetiva, habida cuenta que no se
especifica cuál de las pruebas es la idónea para acreditar lo afirmado,
dice, que el actuar que se le reprocha encuadra en un error de
prohibición vencible, pues a menudo la violencia familiar tiende a ser
confundida con medidas disciplinarias o como actos tendentes a
corregir el comportamiento de los hijos, y apoya sus consideraciones
en la tesis de rubro “VIOLENCIA FAMILIAR. CASO EN EL QUE LOS
USOS Y COSTUMBRES DEL PUEBLO O COMUNIDAD INDÍGENA
AL QUE PERTENEZCA LA ACUSADA DE DICHO DELITO,
UTILIZADOS PARA DISCIPLINAR O CORREGIR EL
COMPORTAMIENTO DE SUS HIJOS MENORES DE EDAD, PUEDE

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ACTUALIZAR UN ERROR DE PROHIBICIÓN VENCIBLE
(LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL)”.

Expresa, que al no haberse acreditado el elemento subjetivo


dolo, el hecho no encuadra en el tipo penal y eso trae como resultado
la atipicidad y por lo tanto debió habérsele absuelto.

Asevera, que en la sentencia reclamada se violentaron los


artículos 1° y 14 de la Constitución General ya que la autoridad
responsable vulneró los principios de valoración legal contenidos en
el capítulo XIV del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal, en virtud de que realizó una indebida ponderación de las
probanzas que obran en autos, pues en el dictamen psicológico
practicado por la perito tercero en discordia al que la Sala
responsable no otorgó eficacia probatoria, por considerar que quedó
acreditado que ella no presenta una conducta, ni características de
personas compatibles con personas violentas en el grupo familiar, ni
de características de madres maltratadoras. Concluyendo el citado
dictamen, que en la menor de identidad reservada ***, no se
detectaron síntomas como consecuencia de abuso o maltrato.

Agrega, que durante el proceso se practicaron dos dictámenes


en materia de psicología que se encontraron en contradicción, y por
ello se señaló un perito tercero en discordia, no obstante la
responsable no le concedió valor en virtud de que se practicó un año
dieciocho días después de ocurrido el supuesto ilícito, esgrimiendo
para ello que aun cuando en el dictamen se precise que la menor

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ofendida no presenta afectación psicoemocional, ello no significa que
no haya sido víctima de violencia psicoemocional, lo que resulta
absurdo porque su hija a lo largo del proceso no asistió a terapia
alguna y, porque si los resultados del dictamen no iban a ser
valorados por practicarse un año después, no tenía sentido que
ordenara su realización.

Solicita, que este Tribunal Colegiado realice una adecuada


valoración del dictamen realizado por el perito tercero en discordia.

Arguye, que la Sala Penal no valoró adecuadamente la


declaración de la menor ofendida ***, ni la de su ex esposo ****
********* ******, mismos que son contradictorios, además este último
no cumple con el requisito de parcialidad, pues tiene interés en
obtener la guarda y custodia de sus menores hijos, asimismo,
tampoco debió concederle eficacia probatoria a lo depuesto por los
policías remitentes Gustavo Aurelio Reséndiz y Mauricio César Peña
Sánchez, porque no les constaron los hechos.

Indica, que la Sala responsable desestimó las declaraciones de


******** **** ****** y ******* ****** ********, porque dijo que no
aportan nada, sino solo repiten lo que dijo la enjuiciada en su
declaración, cuando no hay posibilidad de aportar algo nuevo si
durante los hechos no sucedió cosa distinta; de ahí que la
responsable debió concederles valor porque robustecen lo dicho por
la quejosa.

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Refiere, que se le condenó a sufrir una pena de prisión de un
año, a tratamiento psicológico especializado para generadores de
violencia familiar, por un término igual al de la pena, a la pérdida de
los derechos sucesorios y alimentos que tenga respecto de la menor
ofendida, aplicando inexactamente la ley.

Ahora, el artículo 189 de la Ley de Amparo establece que el


órgano jurisdiccional de amparo procederá al estudio de los
conceptos de violación atendiendo a su prelación lógica y
privilegiando en todo caso el estudio de aquellos que, de resultar
fundados, redunden en el mayor beneficio para el quejoso; y que en
todas las materias, se privilegiará el estudio de los conceptos de
violación de fondo por encima de los de procedimiento y forma, a
menos que invertir el orden redunde en un mayor beneficio para el
quejoso, indicando que en materia penal, se privilegiará el estudio de
los conceptos de violación de fondo de los cuales pudiera derivarse la
inocencia del quejoso, aún de oficio.

De esta forma, el legislador privilegió el estudio de los


conceptos de violación de fondo por encima de los de procedimiento
y forma, en el marco del principio de mayor beneficio para la parte
quejosa. Por tanto, se colige que si la solicitante del amparo formula
conceptos de violación encaminados a denunciar, tanto violaciones
procesales, como de fondo, o bien, en los casos en que procede la
suplencia de la queja el tribunal de amparo advierte la existencia de
aquellas que pudiesen ameritar la concesión de la protección
constitucional para reponer el procedimiento y, paralelamente, se

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observa que la quejosa obtendrá un mayor beneficio en un aspecto
de fondo; entonces, el estudio de las violaciones procesales en
ambos supuestos, ya sea que se hagan valer vía conceptos de
violación o se adviertan en suplencia de la queja deficiente, debe
subordinarse al de fondo del asunto en tanto en esta temática
subyace el mayor beneficio a que alude el numeral citado.

En la especie, la quejosa hizo valer conceptos de violación en


los que planteó violaciones de carácter procesal y también
violaciones de fondo. Pero atendiendo a que este Tribunal Colegiado
advierte que el estudio de los aspectos de fondo redundará en un
mayor beneficio para la impetrante, procede a continuación a realizar
el estudio correspondiente a tales cuestiones de fondo.

Apoya lo expuesto, la tesis 1ª. LXXXVIII/2007, sustentada por


la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo XXV, abril de 2007, Materia Penal, Novena Época, visible en la
página 366, cuyo rubro y texto dicen:

“PRINCIPIO DE MAYOR BENEFICIO EN MATERIA PENAL.


DETERMINACIÓN DE LA PREEMINENCIA EN EL ESTUDIO DE
LOS DIVERSOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN AMPARO
DIRECTO Y CUÁL DE ELLOS, DE RESULTAR FUNDADO, SE
TRADUCE EN UN MAYOR BENEFICIO JURÍDICO PARA EL
QUEJOSO. Para determinar la preeminencia en el estudio de los
conceptos de violación expresados por el quejoso, el Tribunal

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Colegiado de Circuito, deberá: a) examinar la demanda de garantías
y las consideraciones de la sentencia definitiva a efecto de clasificar
temáticamente los conceptos de violación y distinguir los aspectos
que rijan de manera fundamental el sentido del acto reclamado; b)
con el resultado de ese examen, clasificar en orden de importancia
los tópicos tratados en cada uno de los conceptos de violación, sin
importar la secuencia en que se hubieren expuesto por el quejoso, ni
priorizar injustificadamente el estudio de los relativos a la
constitucionalidad de leyes o legalidad del acto reclamado, ya que
ello dependerá, necesariamente, del mayor beneficio jurídico que
pudiera llegar a obtener el quejoso de resultar fundado alguno de los
argumentos planteados en la demanda; c) hecho lo anterior, abordar
el estudio del concepto de violación que combata el aspecto
fundamental que rija el sentido del acto reclamado, ya que de resultar
fundado producirá el mayor beneficio jurídico al quejoso. En ese
orden de ideas, para estar en aptitud de determinar cuál de los
conceptos de violación expresados, de resultar fundado, se traduce
en un mayor beneficio jurídico para el quejoso, resulta indispensable
distinguir en cuanto a su contenido los distintos tipos de conceptos de
violación que pueden expresarse en un juicio de amparo directo, esto
es, los que hagan valer cuestiones relativas al procedimiento o de
fondo y, en este último supuesto, si las violaciones reclamadas se
refieren a cuestiones de mera legalidad o entrañan aspectos de
inconstitucionalidad de la ley aplicada al quejoso”.

Así, en la medida en que se suple la queja deficiente a la


promovente, conforme lo autoriza el artículo 79, fracción III, inciso a),

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de la Ley de la Materia, se observan fundados los conceptos de
violación y suficientes para conceder el amparo y protección de la
Justicia de la Unión a la quejosa, por las razones que a continuación
se exponen:

En la sentencia que se reclama, la Sala penal tuvo por


acreditado el delito de VIOLENCIA FAMILIAR, previsto en los
artículos 200 párrafo primero (hipótesis al que por acción ejerza
cualquier tipo de violencia física y psicoemocional, dentro del
domicilio familiar en contra de), fracción II (hipótesis de pariente
consanguíneo en línea recta descendiente); 200 Bis fracción I
(hipótesis de cuando la víctima, sea menor de edad) y 201 fracción I
(hipótesis de violencia física: todo acto intencional en el que se utilice
alguna parte del cuerpo para causar daño a la integridad física del
otro) y fracción II (hipótesis de violencia psicoemocional, acción que
puede consistir en intimidaciones, insultos y amenazas que provoque
en quien las recibe alteración autocognitiva y autovalorativa que
integran su autoestima o alteraciones en alguna esfera o área de la
estructura psíquica de esa persona), así como la plena
responsabilidad penal de la quejosa ******* **** ****** en su
comisión.

Tales rubros los estimó acreditados con la unión de los medios


de prueba siguientes:

1). Denuncia de hechos a cargo de la menor ofendida de


identidad reservada ***, (fojas 46 y 47), rendida el uno de junio de

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dos mil dieciséis, ante el agente del Ministerio Público, en compañía
de su señor padre **** ********* ******, su ampliación de
declaración (foja 273 reverso y 274 anverso), emitida el día veintiocho
de junio de dos mil dieciséis, en audiencia de ley, ante el juez de la
causa, acompañada por su progenitor **** ********* ****** y
asistida por la abogada victimal licenciada Karen Yaneth Morales
Sánchez.

2). Certificado de estado psicofísico (foja 60), practicado a la


menor ofendida de identidad reservada ***, el uno de junio de dos
mil dieciséis, suscrito por las doctoras Iris Leticia Reyes Mendoza y
Aurora Vázquez Guzmán.

3). Certificado Médico (foja 86), de dos de junio de dos mil


dieciséis, practicado a la menor ofendida de identidad reservada ***,
suscrito por el doctor Juan Manuel Ávila Pérez.

4). Dictamen Psicológico Victimal (foja 122 a 131), practicado a


la menor ofendida de identidad reservada ***, de dos junio de dos
mil dieciséis, suscrito por la Perito en la materia Licenciada
Yoloxochitl Islas Castro; ratificado el dieciséis de marzo de dos mil
diecisiete, ante el Juez de la causa (foja 487).

5). Entrevista de Trabajo Social realizada a la menor ofendida


de identidad reservada ***, (foja 148 a152), de dos de junio de dos
mil dieciséis, por la Trabajadora Social Luz del Carmen Cano
Cervantes, adscrita a la Fiscalía Central de Investigación para la

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Atención de Niños, Niñas y Adolescentes de la Subprocuraduría de
Averiguaciones Previas Centrales, de la Procuraduría General de
Justicia de la Ciudad de México.

6). Declaración del denunciante **** ********* ******, padre


de la menor ofendida de identidad reservada ***, (foja 42 a 45),
rendida el uno de junio de dos mil dieciséis, ante el agente del
Ministerio Público; manifestación por escrito del denunciante ante el
agente del Ministerio Público (foja 189), de tres de junio de dos mil
dieciséis, ampliación de declaración (foja 272 vuelta), de veintiocho
de junio de dos mil dieciséis, ante el Juez de la causa.

7). Fe de copia certificada del Acta de Nacimiento de la menor


ofendida de identidad reservada *** (foja 108), el dos de junio de
dos mil dieciséis.

8). Fe de fotografía (foja 165), de tres de junio de dos mil


dieciséis.

9). Formato de detenidos puestos a disposición del Ministerio


Público (foja 57) de uno de junio de dos mil dieciséis, suscrito por los
policías remitentes ******* ******* ******** * ******** ***** ****
*******.

10). Declaración del policía remitente ******* *******


******** (fojas 49 a 51), de uno de junio de dos mil dieciséis, emitida
ante el agente del Ministerio Público; ampliación de declaración (foja

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302 vta.), de dos de agosto de dos mil dieciséis, ante el Juez de la
causa.

11). Declaración del policía remitente ******** ***** ****


******* (fojas 52 a 54), de dos de junio de dos mil dieciséis, (foja
82), ampliación de declaración (foja 303), de dos de agosto de dos mil
dieciséis, ante el Juez de la causa.

12). Fe ministerial del lugar de los hechos (foja 72), de dos de


junio de dos mil dieciséis, del domicilio ubicado en Próspero García
número 19 de la Colonia Santa María Tomatlán, en la Delegación
Iztapalapa.

13). Fe ministerial del lugar de los hechos (foja 72), de dos de


junio de dos mil dieciséis, del domicilio ubicado en ******** ******
****** * ** ** ******* ***** ***** ********* ** **** **********
**********.

14). Dictamen en Materia de Psicología practicado a la


sentenciada ******* **** ****** (foja 132), de dos de junio de
dos mil dieciséis, suscrito por el licenciado Rolando Albino González
Corona; ratificado por su suscriptor (foja 487, vuelta), en audiencia el
dieciséis de marzo de dos mil diecisiete, ante el Juez de la causa.

Y, por otra parte, negó eficacia probatoria a lo que expuso la


quejosa ******* **** ****** ante el órgano ministerial (fojas 174
a 176), a lo que declaró al rendir su preparatoria (foja 199) y a su

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deposado ante el juez de la causa (foja 396), en cuanto a que el día
de los hechos no agredió a su menor hija de identidad reservada ***.

Desestimó lo declarado por las testigos de descargo ********


**** ****** (foja 274 vuelta), ******* ****** ******** (foja 275),
****** ***** ***** ********** (foja 276) y ******** ********
******** (foja 276), aseverando que aun y cuando las dos primeras
hacen una relatoría en el mismo sentido que ******* **** ******
relativa a que no agredió a la menor agraviada no logran ese
cometido, ya que en autos obran glosados los medios de prueba que
determinan lo contrario; y a las dos últimas testigos, no les constan
los hechos; por ende, no desvirtúan la imputación en contra de la
sentenciada.

Restó valor probatorio al dictamen propuesto por la defensa en


Materia de Psicología y practicado a la sentenciada ******* ****
******* a **** ********* ****** e hijos ******* * ******, ambos
de apellidos ********* **** (fojas 308 a 340), de cuatro de agosto de
dos mil dieciséis, suscrito por la perito Ilse Enciso Isicahua; ratificado
por su suscriptora en audiencia de quince de agosto de dos mil
dieciséis, ante el Juez de la causa (foja 345).

Asimismo, descartó el dictamen de la Perito Tercero en


Discordia en la especialidad de Psicología (fojas 540 a 560), de fecha
diecinueve de junio de dos mil diecisiete, signado por Dalia Alejandra
Luna Muñoz, adscrita a la Dirección de Defensoría pública, no
ratificado por su suscriptora.

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Y, estableció que las probanzas consistentes en:

 El escrito signado por la Mtra. Julieta Mendoza Cadena,


Directora del Plantel y Patricia López Palacios, Especialista de
UDEEI, de la Secretaría de Educación Pública (foja 270)
 Copias simples relativas al expediente 720/2014, instruido
en el Juzgado Cuadragésimo Segundo de lo Familiar de la Ciudad de
México, concerniente al divorcio promovido por Omar Gutiérrez Curiel
en contra de Leticia Luna García y,
 Los escritos firmados por Leticia Luna García, dirigidos al
Juez Cuadragésimo Segundo Familiar.

Resultaban insuficientes para desvirtuar la conducta


reprochada a la enjuiciada.

Al efecto, este Tribunal Colegiado no comparte la


determinación del Tribunal de alzada responsable, en cuanto a tener
por acreditado el delito de VIOLENCIA FAMILIAR en su hipótesis de
utilizando una parte de su cuerpo para causar daño a la
integridad física de la niña víctima, así como violencia
psicoemocional, en contra de la menor toda vez que los insultos
le provocaron alteración autocognitiva autoevaluativa que
integra su autoestima, ni la responsabilidad penal de la quejosa
******* **** ****** ante la falta de pruebas que así lo
acrediten.

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Ello, porque para que la declaración de la ofendida o víctima
del ilícito de violencia familiar –al igual que en muchos otros-
constituya una prueba fundamental, capaz de sostener
piramidalmente un fallo de condena, debe ser verosímil; estar
corroborada con algún otro indicio y no existir, además, otros datos
que le resten credibilidad, atento a los parámetros de la sana crítica,
la lógica y la experiencia.

En apoyo a lo anterior se invoca, por identidad jurídica, la tesis


del Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo Séptimo Circuito, cuyo
tenor se comparte y que es el siguiente:

“DELITOS SEXUALES (VIOLACIÓN). AL CONSUMARSE


GENERALMENTE EN AUSENCIA DE TESTIGOS, LA
DECLARACIÓN DE LA OFENDIDA O VÍCTIMA DE ESTE ILÍCITO
CONSTITUYE UNA PRUEBA FUNDAMENTAL, SIEMPRE QUE
SEA VEROSÍMIL, SE CORROBORE CON OTRO INDICIO Y NO
EXISTAN OTROS QUE LE RESTEN CREDIBILIDAD, ATENTO A
LOS PARÁMETROS DE LA LÓGICA, LA CIENCIA Y LA
EXPERIENCIA. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, en la tesis de jurisprudencia de rubro: ‘DELITOS
SEXUALES, VALOR DE LA DECLARACIÓN DE LA OFENDIDA
TRATÁNDOSE DE.’, publicada con el número 436, en el Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación 1917-Septiembre de 2011, Tomo
III, Penal, Primera Parte, Suprema Corte de Justicia de la Nación,
Segunda Sección-Adjetivo, página 400, estableció que, tratándose de
delitos sexuales, adquiere especial relevancia el dicho de la ofendida,

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por ser este tipo de ilícitos refractarios a prueba directa. Lo que es
acorde con lo establecido por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en la sentencia condenatoria de 30 de agosto de 2010 en el
caso Fernández Ortega y otros vs. México, en el sentido de que la
violación sexual es un tipo particular de agresión que, en general, se
caracteriza por producirse en ausencia de otras personas más allá de
la víctima y el agresor o los agresores y, por ende, la naturaleza de
esta forma de violencia, no puede esperar a la existencia de pruebas
testimoniales, gráficas o documentales, por ello la declaración de la
víctima constituye una ‘prueba fundamental sobre el hecho’. De lo
anterior se concluye que como los delitos de índole sexual, por su
naturaleza, se consuman generalmente en ausencia de testigos, la
declaración de la víctima del delito de violación debe considerarse
una prueba esencial, siempre que sea verosímil, se corrobore con
cualquier otro indicio y no existan otros que le resten credibilidad,
atento a los parámetros de la lógica, la ciencia y la experiencia, que
sin constituir cada uno de ellos un requisito o exigencia necesario
para la validez del testimonio, coadyuvan a su valoración desde la
perspectiva de su credibilidad subjetiva, objetiva y de la persistencia
en la incriminación.”2

Así, contrario a lo resuelto por el Tribunal de alzada, esta


Potestad Federal estima que los elementos de prueba que obran en
autos no son suficientes para corroborar eficazmente el dicho de la
menor ofendida de identidad reservada *** y, por ende, tampoco

2Tesis: XXVII.3o.28 P (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 37, Diciembre
de 2016, Tomo II Pág. 1728, registro 2013259.

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pueden resultar idóneos y suficientes para tener acreditado el delito
de VIOLENCIA FAMILIAR, ni la responsabilidad penal de *******
**** ****** en su comisión.

Lo anterior se afirma, ya que de las constancias que obran


agregadas a la causa penal de origen se advierte que el día uno de
junio de dos mil dieciséis, la menor ofendida de identidad reservada
***, compareció ante el agente del Ministerio Público Titular de la
Unidad de Investigación número 2, de la agencia investigadora
número IZP-8, Fiscalía Desconcentrada en Iztapalapa de la
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, acompañada de
su padre **** ********* ******, a denunciar a la ahora quejosa
******* **** ******, por las agresiones físicas y verbales de las
que dijo ha sido víctima, e hizo particular referencia a las acciones
acontecidas en esa propia fecha que atribuyó a su madre y al
respecto precisó que ésta le señaló: “que no mintiera”, que es la
culpable de todos los problemas en la casa, una molestia, que está
harta de ella”, en respuesta le respondió a su progenitora “que por
qué le habla de esa manera, si es su mamá, que no tenía por qué
gritarle, quién se creía”, lo que molestó a su mamá pues le dijo
“cállate” tomó una raqueta de plástico que estaba en el patio y con
ella le golpeó en la espalda y le dio otro golpe en la pierna izquierda,
indicándole “que le soportaba todo lo que le decía, pero que ya no se
lo iba a soportar”, entonces su madre le dio un golpe en la mejilla
izquierda, y le gritó que iba a ir por el cinturón, momento en que ella
salió corriendo rumbo a la casa de su papá.

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A efecto de evidenciar lo anterior se transcribe la denuncia
correspondiente, que en lo que interesa señala:

“… si quiero declarar en contra de mi mamá, porque ella sin


motivo me regaña, me grita y me golpea, lesionándome, y en este
momento no quiero declarar con nadie más que acompañada de mi
papá y es el caso de que mis padres son los señores ****
********* ****** y ******* **** ******, mismos que se
encuentran divorciados, pero junto con mi hermano menor de nombre
******* ********* **** de 11 once años de edad, vivimos con
mi mamá ******* **** ******, en la casa ubicada en la calle de
******* ******* ** ******** ****** ****** ** **** ** ** *******
***** ***** ********, de esta delegación Iztapalapa y en este
domicilio que es de mis abuelos, es decir de los padres de mi mamá
******* **** ******, mismo domicilio que se encuentra a una
cuadra del domicilio donde vive mi papá **** ****** *********
y vengo a declarar como me lesionó mi mamá, sucedió que en la
noche del día 01 primero de junio del año en curso, siendo alrededor
de las 19:50 diecinueve horas con cincuenta minutos, me encontraba
en el domicilio en el que habito con mi madre … sale al patio mi
mamá, quién me pregunta y ahora qué paso con *******?, porque
está llorando el niño?, y le cuento a mi mamá lo que hizo mi sobrino,
pero mi mamá me dice que no mintiera, que soy la culpable de todos
los problemas en la casa, que soy una molestia, que está harta de mí
y le digo a mi mamá que por qué me habla así, que es mi mamá pero
que no tiene por qué gritarme, que quién se cree y se molesta mucho
mi mamá ******* **** ******, quien me dice cállate y aprieto mis

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dientes y mi mamá agarra una raqueta de plástico con su mano
derecha que estaba en el patio donde nos encontrábamos y se me
viene encima mi madre y con la raqueta me golpea en la espalda, me
da otro golpe enseguida en mi pierna izquierda y le digo a mi mamá
que le pasa, que le soporto todo lo que me dice, pero que ya no se lo
iba a soportar y mi mamá ******* **** ****** con el anverso de
su mano izquierda, me golpea en la mejilla izquierda y me grita que
no me fuera, que iba a ir por el cinturón y en ese momento me salgo
corriendo de la casa, rumbo a la casa de mi papá y mi madre me vio y
sale corriendo detrás de mí, gritándome a dónde vas ****** más te
vale que te metas a la casa, te va ir muy mal, ven acá y corro más
rápido y como la casa de mi papá está a una cuadra de distancia,
llegó corriendo a la casa de mi padre **** ********* ****** y
empiezo a golpear el zaguán de la casa de mi papá para que me abra
porque mi mamá iba corriendo detrás de mí y abre la puerta mi tía
***** ****** ***** y me meto corriendo a la casa y veo que mi
papi estaba en el patio y corro y lo abrazo y empiezo a llorar y mi
papá me pregunta que me paso y le digo que mi mamá me acaba de
golpear lastimándome…”,

Las conductas que se desprenden del dicho de la menor


agraviada de identidad reservada *** en que responsabiliza a su
madre ******* **** ******, son:

1. Que la regaña y la culpa de todos los problemas que


acontecen en el domicilio donde habitan y le amenazó con golpearla
con el cinturón.

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2. Que la golpeó con una raqueta en la espalda y en la pierna
izquierda y le dio un golpe en la mejilla.

Dicha probanza adquiere el rango de principal, habida cuenta


que en tratándose de delitos de violencia familiar, la declaración de la
ofendida ordinariamente adquiere valor preponderante, en atención a
que en la mayoría de los casos se cometen sin la presencia de
testigos, en el interior del domicilio, por lo que suelen ser refractarios
a la prueba directa, proveniente de terceros.

En adición al dicho de la menor ofendida y para acreditar la


violencia física que sufrió, la responsable consideró:

a) El Certificado de Estado Psicofísico practicado a la menor de


identidad reservada ***, el uno de junio de dos mil dieciséis, suscrito
por las doctoras Iris Leticia Reyes Mendoza y Aurora Vázquez
Guzmán, en el que expusieron que la menor presenta una
excoriación roja lineal de tres centímetros en cara posterior
tercio medio de brazo izquierdo, cuatro excoriaciones lineales
rojas distribuidas en cara lateral de tercio proximal de antebrazo
izquierdo, midiendo la mayor de dos centímetros y la menor de
cero punto cinco centímetros, zona equimótica irregular roja de
doce por siete centímetros en región de tórax postero lateral
izquierdo, zona de eritema de siete por cuatro centímetros en
cara antero lateral de tercio medio de muslo izquierdo, lesiones
que clasificaron como aquellas que tardan en sanar menos de quince
días.

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b) El Certificado Médico de dos de junio de dos mil
dieciséis, suscrito por el doctor Juan Manuel Ávila Pérez, en el
que certificó que no valoró a la menor ofendida de identidad
reservada ***, toda vez que no deseo mostrar las áreas lesionadas,
el médico no apreció huellas visibles de lesiones externas recientes.

Únicamente el primero de los certificados aludidos, fue


correctamente apreciado por la Sala Penal como indicio de las
lesiones inferidas a la menor ofendida por los médicos legistas, en
tanto que el segundo, no resulta apto para corroborar el dicho de la
menor.

Ello, habida cuenta que tal probanza no ilustra —como


debería— el dicho de la agraviada. Lo que se precisa, en tanto que al
desahogar dicha diligencia —al día siguiente de los hechos, a saber:
el día dos de julio de dos mil dieciséis— el médico refirió que no
observó lesiones externas visibles, en virtud de que la menor de
identidad reservada ***, externó que no deseaba ser examinada.

En cuanto a la violencia psicoemocional, en contra de la


menor relativa a que los insultos que le infirió su progenitora le
provocaron alteración autocognitiva autoevaluativa que integra
su autoestima a la menor agraviada la Sala Penal la tuvo por
demostrada con:

El Dictamen Psicológico Victimal practicado a la menor de

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identidad reservada *** suscrito por la Perito Yoloxochitl Islas
Castro, en el que se dictaminó:

“De la observación directa, la entrevista clínica y las pruebas


psicológicas realizadas a ****** ********* ****, se desprende
que:
1.- Que si presenta afectación psicoemocional derivada de
los hechos referidos, ya que manifiesta alteraciones en las áreas
y esferas que integran su estructura psíquica; alteraciones que se
describen en el apartado VII y que son compatibles con menores
de edad que ha sido objeto de violencia familiar, identificando la
adolescente a su madre como generadora de la misma.”

Sin embargo, dicha experticial, por su naturaleza, no es idóneo


para poner de manifiesto los actos de agresión de los que se queja la
menor ofendida, ocurrieron el uno de julio de dos mil dieciséis, sino
que a lo sumo es apto, para evidenciar el estado emocional y
psicológico de la examinada. En ese sentido, se pronunció la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en tesis 1a.
LXXIX/20113, derivada del amparo directo 30/2008, resuelto el once
de marzo de dos mil nueve, criterio que se identifica con el rubro y
texto siguientes:

“PRUEBA PERICIAL EN PSICOLOGÍA EN ASUNTOS


SOBRE VIOLENCIA FAMILIAR. SU OBJETO DIRECTO ES

3 Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXXIII, del mes de mayo de 2011,
correspondiente a la Novena Época, Materia Civil, visible en la página 234.

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CONOCER EL ESTADO PSICOLÓGICO DE LAS PARTES Y NO
DEMOSTRAR LOS HECHOS EN QUE SE SUSTENTA. Los
psicólogos que se desempeñan en la atención y evaluación de los
conflictos familiares, caracterizados por situaciones de maltrato o
violencia, tienen la tarea primordial de identificar el daño psicológico o
moral que presentan las víctimas y realizar un diagnóstico sólido para
presentarlo en un informe pericial suficientemente claro, de utilidad
para los encargados de impartir justicia. Así, el peritaje psicológico de
la violencia en las familias es más que un conjunto de instrumentos
destinados a responder a una pregunta requerida por el juez, ya que
representa el punto donde se intersectan la psicología y el derecho,
porque investiga el mundo afectivo, volitivo y cognitivo de los sujetos
involucrados en un litigio para respaldar un saber científico. De ahí
que la prueba pericial en psicología no tiene como objeto directo
demostrar los hechos de violencia familiar narrados, o las conductas
de violencia familiar hechas valer, pues dicha probanza sólo permite
conocer la situación psicológica de las partes para determinar, en
función de las demás pruebas aportadas, el daño emocional
provocado a los miembros de la familia. En ese sentido y dada la
naturaleza de dicha probanza, puede servir como prueba directa de la
violencia familiar, ya que al tratarse del estado psicológico actual de
las personas puede ayudar a concluir si deriva de actos violentos, aun
cuando no se mencionen concretamente cuáles fueron”.

Aunado, a que para analizar el estado emocional y psicológico


de la menor, se consideraron hechos anteriores a la materia de la
acusación, no concretándose a los acontecidos el uno de junio de dos

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mil dieciséis —que fue el día a que se ciñó la acusación penal—
como puede verse de la transcripción del apartado de antecedentes:

“La adolescente *** refiere ser la mayor de dos hijos, producto


de la relación entre los C.C. **** ********* ****** * ******* *******
quienes se encuentran separados desde que ella contaba con
aproximadamente 6 años de edad, desconociendo los motivos, sin
embargo recuerda que sus padres discutían frecuentemente por
cuestiones monetarias, lo que ocasionaba que ella no lograra
conciliar el sueño.
Tras la separación, su madre abandonó el domicilio de sus
abuelos paternos, acudiendo la familia de su madre por ésta para
defenderla ya que la familia de su padre la corrió y la acusaban de
robarles dinero. Al día siguiente su madre acudió por ella y su
hermano Joaquín, momento en que se suscitó otra discusión en la
que acudieron agentes de la policía quienes determinaron que la
evaluada y su hermano tendrían que irse con su progenitora.
… En cuanto a la relación con su madre refiere que es mala ya
que desde pequeña la reprendía físicamente a través de bofetadas,
golpes con cinturón y con mano abierta en la boca… porque se me
cayó la comida en la ropa, en la boca me puso chile…me fui con mi
papá a aventarme a una resbaladilla… mi mamá luego luego a
pegarme porque dijo que me había perdido, con su anillo me lastimó,
las demás fueron nalgadas pero esa vez hasta me dejó marcado el
cachete’ (sic).
… empezó a agredirnos psicológicamente a decirnos: ‘cállate
tú eres un estorbo en mi vida, no tienes voz ni voto para decirme qué

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hacer’; luego empezó con agresiones físicas a darnos cachetadas,
con el cinturón nos daba… una vez me tropecé con el sillón tiré su
celular, esa vez me fue muy mal porque me empezó a decir de cosas
me pegó muy fuerte con el cinturón, pero hasta agarraba vuelo, le
quité el cinturón y me encerré en mi cuarto, empezó a pegarle a la
puerta hasta que la abrió… otra vez mi mamá me dio un puñetazo en
la nariz y me sacó sangre de los dos orificios de la nariz me dijo que
respetara a su pareja, yo le dije: ‘el respeto se gana y tú, como vas,
vas a perder mi respeto’, yo le empecé a contestar, antes me dejaba
pegar con la esperanza de que tomara conciencia y cambiara, pero
como no cambió acudía esa alternativa de contestarle’ (sic)… ‘hace
mes y medio, mi mamá quería que a fuerzas saliéramos con su novio,
nosotros no queríamos, mi hermano se defendió de eso, de mi mamá
porque a fuerzas nos quería llevar, dijo que no quería se echó a
correr, mi mamá lo alcanzó, se pelearon primero a palabras, yo sólo
escuchaba que se gritaban y entonces vi que lo traía de los cabellos,
entonces mi hermano le soltó un puñetazo en la cara a mi mamá y
luego ella le pegó a él, le quiso dar una cachetada y le rasguñó el
pómulo porque traía sus uñas largas, su novio de mi mamá le habló a
la familia de mi mamá y todos salieron a agarrarlo y le estaban
pegando, mis abuelos, y mis tres tías… entre todos se lo empezaron
a agarrar, lo traían cargando, lo agarraron con el cinturón y le dieron
cachetadas, estaban ya en el patio de la casa de mis abuelos. Lo
amenazaron que le iban tirar todas sus cosas, él dijo: ‘Tirenmelas, mi
papá me las puede volver a comprar’, entonces lo echaron a la calle,
y mi hermano se fue con mi papá. A los 15 días, lo acusaron de
secuestro pero la retiraron porque mi papá tenía imágenes, tomó

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fotos de todo lo que le habían hecho y porque mi hermano lo
convenció de que no denunciara (sic).”

Comprendiendo entonces, la posición de que una pericial en


materia de psicología no justifica los actos de violencia, pero
posibilita, en concatenación a otros medios de prueba, el auxilio al
conocimiento de su conexión con ellos; el dictamen de psicología
victimal no cumple con ese objetivo, pues para el diagnóstico se dio
cabida a actos no del mismo origen, o en su caso, diferentes factores
o situaciones; por lo que carece de un sustento que no convence;
además, de que partió de la entrevista y las manifestaciones de la
menor.

Por las mismas razones, no soporta el dicho de la menor


agraviada la entrevista de Trabajo Social que se le practicó, en donde
la signante Luz del Carmen Cano Cervantes, concluyó:

“Menor del sexo femenino… refiriendo que creció con ambos


padres hasta la edad de 6 años, ya que después de esta edad sus
padres empezaron a tener diferencias, por lo que refiere la menor que
su padres empezaron los trámites de divorcio, tiempo en el que …
quedó bajo cuidado de su madre misma que empezó a violentar a la
menor, ya que la golpeaba constantemente, así mismo la menor
menciona que su madre la encerraba en un cuarto y la sacaba solo
para comer…”

Y en el apartado de dinámica familiar expuso:

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“… Recuerda la menor que a la edad de 6 años, sus padres
discutían demasiado, indicando que su mamá descuido a sus hijos…
menciona que empezó a regañarlos por cualquier motivo, dice la
menor que cuando jugaba y llegaba sucia a su casa, su mamá la
regañaba, por lo que sus padres …. Empezaron a tener discusiones
más seguido, debido a mal trato que recibían los menores mientras
su padre se ausentaba. Dice la menor que la primer ocasión en la que
su madre la golpeó ambos discutieron, mismo día en el que la madre
de la menor se tuvo que retirar del domicilio en el que habitaban
todos… Comenta la menor que vivían en la casa de la familia
paterna… que su madre se enojaba con facilidad, por cualquier
motivo, por lo que le pegaba a la menor dándole de nalgadas,
posteriormente la golpeaba con el cinturón y la chancla… que su
abuela materna no estaba de acuerdo con el trato que recibían los
menores, por lo que cuando los golpeaba también discutía con la
misma… que después de que su madre los golpeaba, los llegaba a
encerrar en su cuarto bajo llave… que cuando sus padres ya habían
empezado los trámites de divorcio, situación que le permitió tener
convivencia con su padre solo los fines de semana… entre la semana
se quedaba bajo los cuidados de su madre esto determinado por la
sentencia de un juez de los juzgados de lo familiar… que su madre
aún tenía el mismo comportamiento, seguía golpeando a la menor y
la encerraba en su cuarto, a veces sin motivo alguno hasta llegar la
hora de la comida o la cena… que su padre le mencionaba que todo
cambiaría, ya que empezaron nuevamente los tramites de cambio de
guarda y custodia…”

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Luego, como la entrevista de Trabajo Social se elaboró con
antecedentes de supuesta violencia física y emocional ejercida por la
quejosa en un tiempo anterior a los hechos a que se constriñe la
acusación penal, es que contrario a lo aducido por la Sala Penal no
reviste valor probatorio.

Tampoco es idóneo para acreditar la violencia psicoemocional


atribuido por la menor a su madre, el resultado del dictamen en
Materia de Psicología practicado a ******* **** ****** (foja
132), el dos de junio de dos mil dieciséis, por el Lic. Psic. Rolando
Albino González Corona, en el que concluyó:

“PRIMERA.- Existen rasgos específicos en los aspectos


cognitivo, comportamental y efectivo, detectados en la C. *******
**** ******, mismos que han sido descritos con anterioridad en el
apartado VII. SEGUNDA.- Los rasgos detectados en la C. *******
**** ******, como minimización de las consecuencias de sus
actos, no definir su conducta como violenta, atribuir las causas de su
conducta a factores externos, ideas estereotipadas sobre roles y
jerarquías familiares, así como el uso de la indeferencia como un
medio de control, educación, corrección, comunicación e interacción,
desasociar su conducta pública de la privada, expresar sus
emociones y necesidades en forma inadecuada, así como su
deficiente control de impulsos, corresponden al perfil del generador
de violencia familiar. TERCERO.- ******* **** ****** sí
presenta el perfil psicológico del generador de violencia familiar.

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Porque el diagnóstico asentado en tal experticial, se ve
contradicho con la valoración psicológica efectuada a la quejosa en el
Dictamen Tercero en Discordia en esa materia (fojas 540 a 560),
de fecha diecinueve de junio de dos mil diecisiete, suscrito por la
Perito Dalia Alejandra Luna Muñoz, adscrita a la Dirección de
Defensoría pública, en el que concluyó: “UNO.- En la presente
evaluación psicológica se determina que la Sra. ******* ****
****** no presenta características de personalidad compatibles con
las de las personas violentas en el grupo familiar, así como tampoco
las características de las madres maltratadoras. DOS.- En la presente
evaluación psicológica se determina que la menor ******
********* **** no presenta indicadores psicomocionales
compatibles con las detectadas en víctimas de violencia familiar.

Incorrectamente desestimado por el Tribunal de alzada, por la


temporalidad existente entre el día de los hechos y la fecha en que se
llevó a cabo dicho dictamen; y, porque la perito Mtra. Dalia Alejandra
Luna Muñoz, está adscrita a la Defensoría Pública de esta Ciudad,
situación que para la responsable demerita su valor, pues la
dependencia a la que pertenece representa a una de las partes
procesales, de ahí que, no ordenara su ratificación.

Apreciación inexacta, pues el daño emocional sufrido por la


violencia generada persiste en el tiempo de la persona en tanto no
sea tratada y en actuaciones no obra medio de prueba alguno que
acredite que la menor agraviada se encuentre recibiendo terapia para

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restablecer su salud emocional.

Aunado a que la perito tercero en discordia rindió su dictamen


por existir dictámenes contradictorios; cabe acotar que en la causa se
repuso el procedimiento a efecto de que se celebrara la junta de
peritos y de ser el caso, se nombrara un tercero en discordia,
entonces, su designación fue ajena a las partes, ya que es una
facultad que la ley le otorga al juzgador para tener mayores
elementos de convicción para resolver y, si bien su emisión no obliga
al juez a estar con ese diagnóstico, no puede tacharse de parcial,
pues el A quo estuvo en posibilidad de hacer la designación a otra
dependencia o institución, sin que por ello pueda ser demeritado;
dicho dictamen, en tanto prueba imperfecta carente de una formalidad
necesaria (ratificación) tiene valor de indicio.

Ahora, en el caso en que se reprocha el maltrato a un menor


de edad en el ámbito familiar por uno de sus progenitores, se debe
ser muy cuidadoso, pues si bien la narrativa de los menores de edad
deben ser tomadas en cuenta en los procesos jurisdiccionales en los
que se encuentre inmerso su derecho a vivir una vida libre de
violencia, sus relatos no pueden ser en forma alguna determinantes
para que el juzgador decida su situación, sino que se deben analizar
cuidadosamente las circunstancias particulares del caso
concreto a través de todos los medios probatorios que obren en
autos, debiendo atenderse para ello a las diversas circunstancias que
rodeen el caso, pues de no ser así, se llegaría al extremo de estimar
que los menores son quienes pueden y deben decidir que han sido

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agredidos emocional o físicamente, lo cual, evidentemente, le
corresponde determinar al Juez.

Sirve de sustento a lo antes considerado por las razones que la


informan, la tesis 1a. CVI/2015 (10a.) emitida por la Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que obra en la página
1100, Tomo II, Libro 16, Marzo de 2015 de la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, que dice:

“INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU OPINIÓN EN UN


PROCESO JURISDICCIONAL QUE LE AFECTE NO TIENE
FUERZA VINCULANTE PARA EL ÓRGANO QUE CONOCE DEL
ASUNTO. De la interpretación de los artículos 4o., párrafo noveno, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 12 de la
Convención sobre los Derechos del Niño, se concluye que el interés
superior del menor implica el derecho de éste a expresar su opinión,
la cual será tomada en cuenta en todos los asuntos que le afecten,
sin que lo anterior signifique que deba acatarse indefectiblemente lo
expresado por él en los procesos jurisdiccionales que puedan
afectarle, es decir, no tiene fuerza vinculante para el órgano
jurisdiccional que conoce del asunto, ya que, en aras de su protección
integral, el juzgador debe ponderar todas las circunstancias del caso -
con inclusión de la opinión del menor-, para emitir una resolución
armónica y respetuosa de sus derechos humanos, en concordancia
con el principio citado”.

Más aun, la Sala Penal para resolver atendiendo al principio del

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interés superior de la infancia, debió considerar que en el asunto,
existen conflictos entre los padres, cambios de ambiente y de
conformación familiar, pugna en el ejercicio de la patria potestad, así
como situaciones adicionales ajenas y propias a la pasivo, que
ameritaban ser examinadas a fin de obtener la información completa
y precisa, a fin de conocer las pautas de conducta de la menor y de
su progenitora, información que tenía a su alcance pues el defensor
de la quejosa allegó al juicio copia certificada del dictamen en Materia
de Psicología Forense, pericial ordenada por el Juez Cuadragésimo
Segundo de lo Familiar, en la controversia de orden familiar
***/20114.

No obstante, la Sala responsable incorrectamente no se ocupó


del análisis de la prueba documental pública ofrecida por la defensa
de la sentenciada cuyo desahogo se dio en la instrucción, por lo que
era obligada su valoración, al ser parte del material probatorio
legalmente incorporado y ofrecido, e ilustrativa en los hechos que en
ella se consignan, a saber: el resultado del dictamen en Materia de
Psicología Forense, elaborado por la licenciada Reyna Isabel
Velázquez Campos, Especialista en Psicología adscrita a la Dirección
de Evaluación e Intervención Psicológica para el Apoyo Judicial del
Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, y responsable
de la evaluación psicológica de los C.C. ******* **** ******,
**** ********* ****** , como de los adolescentes ****** y
******* ambos de apellidos ********* ****, en el juicio de
divorcio (incidente de cambio de guarda y custodia provisional)
promovido por el C. **** ********* ****** contra la aquí quejosa, en

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el Juzgado Cuadragésimo Segundo de lo Familiar en esta Ciudad,
número de expediente 720/2014, de fecha ocho de mayo de dos mil
diecisiete, en el que diagnóstico a la menor ofendida de identidad
reservada ***:

“… La evaluada muestra habilidades capacidades intelectuales


que le permiten enfrentar situaciones o problemas cotidianos acorde
a la edad… siendo que su conducta obedece a sus intereses cuando
quiere que las cosas ocurran como desea llega a planificar sus
respuestas y soluciones teniendo claro cuáles son sus deseos, pues
estas tomas de decisiones atiende en mayor medida a sus objetivos,
en contraste, cuando no es de su agrado muestra desinterés y poca
motivación, situación que también, se refleja en lo académico, puesto
que para ella en estos momentos está mostrando falta de interés por
alcanzar una instrucción académica que contribuya en su formación
profesional, aunado a esto presenta un indisciplina que versa sobre el
desafío de las figuras de autoridad, mismo que también es esperado
a la etapa de desarrollo que se encuentra, pero el cual se ha
motivado por la falta de límites.
Se encuentra a gusto consigo misma, aceptando de manera
positiva su desarrollo al grado de presentar una autoestima
sobrevalorada, estos factores han influido a que logre alcanzar una
alta seguridad en sí, empero estás características están
contribuyendo a la construcción de una adolescente voluntariosa,
caprichosa y obstinada, llegando fácilmente activarse presentando
conductas de ira y enfado que la llevan a actuar impulsivamente
reaccionando en ocasiones de manera agresiva, pues para ella es

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difícil seguir normas y reglas impuestas por la sociedad, aun teniendo
el conocimiento de estos códigos morales, prefiere actuar a su
conveniencia, siendo así que espera y adapta al entorno de acuerdo
a sus deseos, intereses y demandas.

En la actualidad está percibiendo un ambiente hostil, producto


de la insatisfacción familiar que se ha derivado del proceso legal en el
cual está inmersa, pues manifiesta un núcleo familiar conformado por
sus progenitores y hermano, donde existe falta de armonía y
comunicación, además de observarlo desintegrado, aunado a esto
presenta celos filiales derivados de la rivalidad con su hermano, pues
quiere tener totalmente el cariño y atenciones de sus progenitores,
pero en mayor medida con su progenitor con el que siente mayor
seguridad y confianza, ya que es éste el que responde y concesiona
sus demandas, percibiéndolo como un padre más consentidor, a
diferencia de su madre a quien clasifica como una madre más
punitiva y restrictiva, quien además busca instaurar reglas y normas,
estos aspectos son desagradables busca desafiar su autoridad”.

En tanto, que respecto del diagnóstico practicado a la quejosa


******* **** ****** señaló:

“… al tratarse de sus hijos se muestra atenta ante las


necesidades y demandas de los mismos, ya que son ellos los únicos
que integran su núcleo familiar, a diferencia de su expareja a la cual
la ha anulado definitivamente de su vida, por este motivo, se ha
considerado una persona proveedora tanto en lo económico como

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emocional, empero su estilo de crianza que ve en la interiorización de
reglas y normas morales, hacen que los adolescentes la perciban
como una madre punitiva, existiendo entre ellos conflictos por los
diferentes puntos de vista, afectando de esta manera el vínculo
materno-filial.

Y en el diagnóstico conjunto concluyó:

“... La señora ******* **** ****** y el señor **** *********


******, presentan diferencia entre los estilos de crianza que ambos
utilizan en la educación de sus hijos, asimismo como la falta de
comunicación asertiva que presenta las partes ante dicho conflicto
legal, y los duelos que aún no han sido del todo elaborados por parte
del señor **** ********* ****** es un factor que viene a influir en la
sobrevaloración de sus hijos y en especial de su primogénita Jimena
situación que ha servido para que ambos adolescentes se
identifiquen con su progenitor, pero especialmente su hija ha venido
adoptar una conducta similar a éste, pues tiende a ser voluntariosa,
como a esperar que el exterior se adapte a sus deseos y necesidades
obteniendo del mismo beneficios que los satisfagan, creando una
percepción de un padre cariñoso, protector y complaciente, estando
al pendiente de lo que sucede entre sus progenitores, deviniendo la
falta de interés por convivir con su progenitora a diferencia de su
hermano Joaquín que acepta un acercamiento con ésta, pero ambos
se sienten a disgusto por su manera de conducirse hacia ellos,
debido a que utiliza normas y reglas, para que alcancen una
educación que facilite su integración a su entorno de manera

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satisfactoria y un sano desarrollo biopsicosocial, motivo por el cual
perciben a una madre punitiva y poco afable, en contraste, con su
progenitor que es una figura mayormente complaciente”.

Como ya se indicó, la probanza, se allegó al juicio penal en


copia certificada como prueba documental (foja 518 a 536), que
omitió valorar tanto el juez natural como la Sala responsable, a pesar
de haber sido agregada a los autos en proveído de treinta de mayo
de dos mil diecisiete, y admitida por el juzgador para ser analizada en
el momento procesal oportuno, como se ve a continuación:

“ AUTO.- Ciudad de México, a 30 treinta de Mayo del año 2017


dos mil diecisiete. - - - Vista la razón que antecede téngase por
recibido escrito presentado por el Defensor particular de la
procesada, LIC. **** ****** ****** ******, mediante el cual
exhibe como prueba documental copia certificada de los resultados
de las valoraciones psicológicas por lo que agréguese a sus autos
para que surta sus efectos legales procedentes de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 232 de la Ley Adjetiva Penal, mismas
documentales, que serán tomados en consideración en su momento
procesal oportuno…” (foja 537 de la causa penal).

Documental con valor probatorio pleno, en términos de lo


previsto por el artículo 254 del Código de Procedimientos Penales
para el Distrito Federal.

La prueba documental señalada, evidencia que lo que en ella

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se consigna: que los progenitores de la menor ofendida se están
peleando su guarda y custodia y, que el vínculo materno filial con la
agraviada está afectado, pues percibe a su madre punitiva y poco
afable.

Atendiendo entonces a la problemática familiar que gira en


torno de la menor agraviada y la opinión respecto de la conducta de
indisciplina y de reto hacia su progenitora advertida en el dictamen en
Materia de Psicología elaborado por la licenciada Reyna Isabel
Velázquez Campos, Especialista adscrita a la Dirección de
Evaluación e Intervención Psicológica para el Apoyo Judicial del
Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, y responsable
de la evaluación psicológica de la peticionaria ******* ****
******, y de la menor ofendida, en el Juzgado Cuadragésimo
Segundo de lo Familiar en esta Ciudad, número de expediente
720/2014, enlazado al diverso dictamen del Tercero en Discordia en
la misma materia elaborado por la perito Mtra. Dalia Alejandra Luna
Muñoz, adscrita a la Defensoría Pública de esta Ciudad, glosado a las
actuaciones del juicio penal, son determinantes para estimar que los
golpes que la quejosa infirió con la raqueta en el cuerpo de la menor
ofendida de identidad reservada *** no constituyen un acto de
violencia familiar, pues los mismos se efectuaron con el propósito de
corregir a su hija, en virtud de que los padres tienen el derecho y el
deber de educar y formar a sus hijos por lo que se considera que los
gritos, golpes con la mano, cachetadas, nalgadas no pueden
considerarse de tal gravedad que ameriten el reproche por el ilícito de
violencia familiar, cuando la sola intención de tales medidas es

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corregir y disciplinar a los hijos; y si bien el Comité de los Derechos
de los Niños, rechaza toda justificación de la violencia y la humillación
como formas de castigo a los niños, no rechazó el concepto positivo
de disciplina, pues en algunas ocasiones se exigen ciertas acciones e
intervenciones físicas para proteger a los menores, sin que ello
implique el uso deliberado y punitivo de la fuerza para provocar cierto
grado de dolor, molestia y humillación.

Apoya lo anterior, la tesis I.3º.C. 804 C., sustentada por el


Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, que se
comparte publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XXXII, Julio de 2010, Materia Civil, Novena Época,
visible en la página 2104, que reza:

“VIOLENCIA FAMILIAR. LOS ACTOS TENDENTES A


CORREGIR EL ACTUAR DE LOS HIJOS MENORES DE EDAD
POR PARTE DE SU MADRE NO ENCUADRAN EN ESE
SUPUESTO. En términos de la fracción II, apartado B, tercer párrafo,
del artículo 282 del Código Civil para el Distrito Federal, existe la
presunción legal de que los hijos menores de doce años deben
quedar al cuidado de la madre, salvo que se acredite que sea la
causante de violencia familiar o que con ella el desarrollo normal de
dichos menores se encuentre en grave peligro. En esta tesitura, a
efecto de establecer qué actos deben considerarse dentro del
concepto violencia familiar, resulta necesario acudir a lo establecido
en los artículos 423, en relación con los diversos 323 Ter y 323
Quáter, todos del Código Civil para el Distrito Federal, de los cuales

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se aprecia que la violencia familiar es un acto u omisión con la
intención de dominar, someter, controlar, agredir física, verbal,
psicoemocional o sexualmente a cualquier integrante de la familia con
el propósito de causar un daño, esto es, una pérdida o menoscabo
físico o mental a cualquiera de los integrantes de una familia como en
el caso lo son los hijos menores de edad; de tal manera que no toda
medida física o psicológica adoptada por una madre respecto de sus
hijos menores de edad puede ser considerada como violencia
familiar, si es que tanto de la intención de las mismas como de la
manera en que se manifiestan materialmente, se puede apreciar que
son con el objeto de corregir, mas no de dañar a sus hijos”.

Lo anterior, porque la regla general de la que debe partir el


Tribunal de apelación, para soportar una sentencia de reproche por el
ilícito de violencia familiar es si los progenitores son aptos para el
cuidado de sus hijos, no obstante sus defectos y carencias que
acompañan necesariamente la condición humana. Lo contrario, las
humillaciones, golpes, insultos, la violencia psicológica, sexual, etc.,
debe demostrarse, pues con ello se afectan los derechos y la esfera
jurídica de los niños involucrados. Ninguna duda cabe que no existe
un modelo de padres y madres ideales, acabado y perfecto, una
especie de arquetipo ante el cual contrastar la conducta específica de
los progenitores, con el fin de determinar si se está o no ante un buen
padre y/o madre, y si, con base en esa imagen ejemplar, sean
justificables o no sujetarlos a proceso y más aún condenarles a sufrir
una pena de prisión por inferir un golpe o castigo a sus menores hijos.

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De ahí, que la conducta atribuida a ******* **** ******
consistente en “golpes a la menor con una raqueta en el cuerpo y una
cachetada” acontecidos el uno de junio de dos mil dieciséis, no es
constitutiva del ilícito imputado.

Luego, como las inspecciones ministeriales del lugar de los


hechos, la fe de fotografía de la menor ofendida de identidad
reservada ***, el formato de detenidos puestos a disposición y el
acta de nacimiento de la agraviada, por su propia naturaleza no
aportan dato alguno para acreditar la violencia física o
psicoemocional que aquella sufrió, ni los atestes de **** *********
******, ni de los policías remitentes Gustavo Aurelio Reséndiz y
Mauricio César Peña Sánchez, por no haber presenciado los hechos,
sino los posteriores a su comisión, es inconcuso, que los medios de
convicción obrantes en autos no son aptos y suficientes para
corroborar las imputaciones hechas en la denuncia presentada por la
menor ofendida de identidad reservada ***, debe concluirse que
ésta, por sí sola, no es bastante para fundar una sentencia
condenatoria, pues debido a la trascendencia, los alcances y las
eminentes consecuencias perjudiciales que se derivan de una
sentencia de condena penal, su dictado precisa, inexorablemente,
que dichas imputaciones queden corroboradas y robustecidas
mediante diversos datos o elementos de convicción aptos para tal fin,
ya que asentir lo contrario sería tanto como dejar a disposición de los
gobernados un acceso directo para causar afectación a otra persona,
si así lo quisieran.

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En apoyo a lo anterior se invoca la tesis del Segundo Tribunal
Colegiado del Segundo Circuito,

“DENUNCIA DEL OFENDIDO. ES INSUFICIENTE POR SI


SOLA PARA FUNDAR UNA SENTENCIA CONDENATORIA.
Cuando las pruebas aportadas a la causa penal no resultan aptas
para corroborar las imputaciones hechas en la denuncia formulada
por el ofendido, esta última por sí sola no es bastante para fundar una
sentencia condenatoria, pues es preciso que dichas imputaciones
queden acreditadas mediante algún otro dato o elemento convictivos
apto para tal fin.”4

Así pues, se reitera, al advertirse que en autos no existen


pruebas aptas que confirmen de forma plena y suficiente —más allá
de toda duda razonable— las imputaciones hechas en la denuncia
presentada por la menor ofendida de identidad reservada ***, por
consiguiente, el dicho de ésta se encuentra aislado y es insuficiente,
por tanto, para fundar una sentencia de condena, se estima inexacto
el proceder del tribunal responsable en cuanto tuvo como plenamente
acreditada en autos la conducta tipificada como delito de violencia
familiar, previsto en los artículos 200 párrafo primero (hipótesis al que
por acción ejerza cualquier tipo de violencia física y psicoemocional,
dentro del domicilio familiar en contra de), fracción II (hipótesis de
pariente consanguíneo en línea recta descendiente); 200 Bis fracción
I (hipótesis de cuando la víctima, sea menor de edad) y 201 fracción I
(hipótesis de violencia física: todo acto intencional en el que se utilice

4 Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo V, Segunda Parte-1, Enero-Junio de 1990, página 175,
registro 225624.
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alguna parte del cuerpo para causar daño a la integridad física del
otro) y fracción II (hipótesis de violencia psicoemocional, acción que
puede consistir en intimidaciones, insultos y amenazas que provoque
en quien las recibe alteración autocognitiva y autovalorativa que
integran su autoestima o alteraciones en alguna esfera o área de la
estructura psíquica de esa persona), así como la responsabilidad
penal de la hoy quejos ******* **** ****** en su comisión.

Finalmente, al no estar acreditado que la hoy quejosa *******


**** ******, haya agredido a la menor ofendida de identidad
reservada ***, en la forma y términos que lo precisó en su
denuncia5; deviene inconcuso que tampoco puede tenerse por
acreditado delito de violencia familiar imputado, pues es obvio que al
no estar acreditada la existencia de los hechos que le pudieron dar
origen, tampoco puede tenerse acreditada la afectación física y
psicoemocional reprochada, amén de que, como ya antes se refirió,
tal afectación podría derivar de los diversos actos de agresión que la
menor ofendida adujo haber sufrido en momentos anteriores al día de
los hechos criminosos, los cuales no fueron materia de la acusación.

En consecuencia, al ser violatoria la sentencia dictada el


veintitrés de noviembre de dos mil diecisiete, en el toca penal
********, por la Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia
de la Ciudad de México, lo procedente es conceder al Amparo y
Protección de la Justicia Federal a ******* **** ******, para el

5Aproximadamente a las catorce horas, del día dos de octubre de dos mil quince —que es, se insiste, la fecha en la
que se reputan ocurridos los hechos materia de reproche penal—, a fuera de la escuela llamada “******
**********”.
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efecto de que la autoridad responsable, deje sin efecto la sentencia
reclamada y pronuncie otra en la que revoque la de primera instancia
y la absuelva de la acusación formulada en su contra, por el delito de
VIOLENCIA FAMILIAR previsto en los artículos 200 párrafo primero
(hipótesis al que por acción ejerza cualquier tipo de violencia física y
psicoemocional, dentro del domicilio familiar en contra de), fracción II
(hipótesis de pariente consanguíneo en línea recta descendiente);
200 Bis fracción I (hipótesis de cuando la víctima, sea menor de
edad) y 201 fracción I (hipótesis de violencia física: todo acto
intencional en el que se utilice alguna parte del cuerpo para causar
daño a la integridad física del otro) y fracción II (hipótesis de violencia
psicoemocional, acción que puede consistir en intimidaciones,
insultos y amenazas que provoque en quien las recibe alteración
autocognitiva y autovalorativa que integran su autoestima o
alteraciones en alguna esfera o área de la estructura psíquica de esa
persona), decretando su inmediata y absoluta libertad, por lo que a
esta causa y delito se refiere, por las consideraciones expuestas.

Por lo expuesto, fundado y con apoyo en los numerales 73, 74,


75, 76 y 170 de la Ley de Amparo, y 37, fracción I, inciso a), de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se

R E S U E L V E:

ÚNICO: La Justicia de la Unión AMPARA y PROTEGE a


******* **** ******, contra el acto que reclamó a la Quinta Sala
Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México,
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precisado en el resultando primero, por las razones expuestas en el
considerando último de esta ejecutoria.

NOTIFÍQUESE; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse


los autos a la Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de
la Ciudad de México y, en su oportunidad archívese el presente
asunto como concluido.

Así, lo resolvió el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Penal


del Primer Circuito, por UNANIMIDAD de votos de los Magistrados
Doctora María Elena Leguízamo Ferrer (Presidenta), Licenciado
Tereso Ramos Hernández (Relator) y Fernando Córdova del Valle.

Firman la Magistrada Presidenta y Magistrados que integran el


Tribunal, quienes actúan ante la Secretaria de Acuerdos que da fe.

MAGISTRADA PRESIDENTA:

DOCTORA MARÍA ELENA LEGUÍZAMO FERRER.

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MAGISTRADO:

LICENCIADO TERESO RAMOS HERNÁNDEZ.

MAGISTRADO:

FERNANDO CÓRDOVA DEL VALLE.

SECRETARIA DE ACUERDOS:

LIC. NADIA NEZNAÍ JIMÉNEZ MENDOZA

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SE HACE CONSTAR QUE ESTA HOJA PERTENECE AL
EXPEDIENTE NÚMERO D.P. 16/2018, INTERPUESTO POR
******* **** ****** , EN EL QUE POR UNANIMIDAD SE
RESOLVIÓ: “ÚNICO: La Justicia de la Unión AMPARA y PROTEGE
a ******* **** ******, contra el acto que reclamó a la Quinta
Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México,
precisado en el resultando primero, por las razones expuestas en el
considerando último de esta ejecutoria.”.

SECRETARIA DE ACUERDOS:

LIC. NADIA NEZNAÍ JIMÉNEZ MENDOZA

CON ESTA FECHA _______________SE ENGROSÓ Y


DEVUELVE A LA SECRETARÍA DE ACUERDOS EL PRESENTE
ASUNTO.- DOY FE.

SECRETARIA DE ACUERDOS:

LIC. NADIA NEZNAÍ JIMÉNEZ MENDOZA

1528

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El veintiuno de febrero de dos mil diecinueve, la licenciada Leticia Jardines
López, Secretario de Tribunal, con adscripción en el Sexto Tribunal Colegiado
en Materia Penal del Primer Circuito, hago constar y certifico que en esta
versión pública no existe información clasificada como confidencial o
reservada en términos de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública. Conste.

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