Derecho Romano (Propiedad y Posesión)

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INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se explicará un poco sobre el inicio del concepto y


sus derivados de la Propiedad y la Posesión en la experiencia jurídica
romana. Esto nos permite entender los avances en cuanto al desarrollo en el
derecho de estos dos conceptos en la actualidad explicando sus
características, atributos, elementos modos de adquirir, defender y perder
tanto la propiedad como la posesión.

Es por ello, que para llevar a cabo el desarrollo de este tema, se ha hecho
consultas de libros y código legal (Código civil de Venezuela), para así; dar el
desenlace del tema y poder tener un conocimiento legal de lo que sería la
Propiedad y la Posesión que cabe destacar, ambos conceptos al tener
alguna similitud poseen diferentes significados, obteniendo de esta manera la
experiencia jurídica romana aplicada para nuestras legislaciones.
INDICE

PÁG.

LA PROPIEDAD (Concepto, caracteres de la propiedad, atributos


de la propiedad, modos de adquirir la propiedad,
limitaciones de la propiedad, propiedad quiritaria,
bonitaria y provincial; defensa de la propiedad) …………………………... 4

LA POSESIÓN (Concepto, elementos, clases de


posesión, adquisición y pérdida; defensa de la propiedad
y representación) ……………..………………………….............................. 16

CONCLUSIÓN ……………………………………………………………….. 24

BIBLIOGRAFÍA ……………………………………………………………… 25
LA PROPIEDAD

Concepto

Los romanos denominaban “Dominium” a todo lo que correspondía al


dueño de la cosa. Otra explicación del origen de dominio lo hace provenir del
vocablo latino “Domo” que significa domar, dominar. Esta explicación previa
es importante, pues no se tiene información alguna de que Roma en sus
comienzos tuviera un verdadero concepto de propiedad y se llega al
concepto antes mencionado resumiendo la filosofía jurídica del pueblo
romano, sus juristas y sus legisladores. Ulpiano da una idea de propiedad al
definir al “Pater familiae” diciendo: “Qui in domo dominium habeat quamvis
fiios habeat”. Dominio es propiedad ejercida sobre una cosa determinada.
Justiniano consideró la necesidad de una definición y en las Institutas hizo
una clasificación muy imprecisa: “Dominium est plena in re potestas”.

Definimos la propiedad como la facultad que corresponde a una persona


llamada propietario, de obtener directamente de una cosa determinada y
toda la utilidad jurídica que esa cosa es susceptible de proporcionar.

La propiedad es considerada el derecho real por excelencia, por


cuanto todos los demás derechos reales están subordinados a ella: son
derechos reales sobre la cosa ajena. Se ejercita sin consideración a persona
determinadas y todos están obligados abstenerse de perturbar al propietario.

En el Código Civil de Venezuela, Título II, Capítulo I, Artículo 545, se


establece; “La propiedad es el derecho de usar, gozar y disponer de una
cosa de manera exclusiva, con las restricciones y obligaciones establecidas
por la Ley.

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CARÁCTERES DE LA PROPIDAD

1. Era un derecho absoluto, no porque no pueda tener limitaciones,


sino porque las facultades del titular no están prohibidas o limitadas
taxativamente, siendo por tanto indeterminadas. Las ventajas del
propietario se reducen a tres: “Jus utendi”, derecho de servirse de la
cosa, “Jus fruendi”, derecho de obtener frutos y rentas, y “Jus
abutendi”, derecho de disposición que incluye hasta la destrucción.

2. Era un derecho exclusivo, sólo pertenece al propietario, no se


concibe la titularidad de dos o más sujetos sobre una misma cosa,
para este supuesto se concebirá el condominio.

3. Era un derecho perpetuo, no se extingue por el no ejercicio ni puede


ser constituido por un plazo determinado, pero puede pactarse su
retransmisión al cabo de cierto tiempo al transmitente.

4. Era inmune, estaba exenta de contribución territorial. El tributo era de


carácter personal, no territorial. Esta inmunidad la disfrutaban sólo los
fundos itálicos y aquellos situados en provincia a los que se les había
otorgado tal derecho.

ATRIBUTOS DE LA PROPIEDAD

Los sujetos de la propiedad en Derecho Romano eran solamente los


ciudadanos romanos y aquellos peregrinos y latinos que gozaban del ius
commercii. “Por Gayo sabemos que no gozaban del “commercium”. Si
bien no se les reconocía el “dominio quiritario”, sin embargo, tenían el
reconocimiento de la titularidad de los derechos reales establecidos y
protegidos por sus leyes nacionales”.

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Pueden ser objeto de derecho de propiedad todos los bienes muebles
y dentro de los inmuebles los fundos itálicos, es decir, aquellos situados
en Italia. Sobre los fundos provisionales (como se aclara más adelante),
existía otro tipo de propiedad, llamada propiedad bonitaria.

No podían ser objeto del dominio privado las cosas extra commercium,
como se explica anteriormente. Tampoco podían ser objeto de propiedad
las cosas incorporales, mientras que hoy en día existe la propiedad
intelectual, la propiedad industrial, entre otros.

MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD

Hay una clasificación que orienta esta materia aunque no fue


sistematizada completamente por el derecho romano: la de modos originarios
y modos derivativos.

1. Originarios.

A. La ocupación. Consiste en la toma de posesión de una cosa que no


tiene dueño “Res nullius”, susceptible de propiedad privada, se
incluyen los bienes de los enemigos; los animales salvajes y a pesca,
aunque se haga en terreno ajeno, salvo la prohibición del dueño; las
piedras preciosas, perlas, coral y los tesoros ocultos; si el tesoro es
encontrado en fundo ajeno por el azar, se divide entre el propietario de
suelo y el descubridor.

B. Accesión. Modo natural de adquirir que daba derecho al propietario


de una cosa sobre todo lo que se la incorpora, formando parte
integrante de ella y sobre todo lo que se le desprende de la misma
para formar un cuerpo nuevo. Siendo tantas las cosas posibles
agregamos sólo ejemplos: “Aluvio” pedazos de tierras llevadas por la

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Corriente, que incrementan un fundo ribereño. “Insula in flumine nata”,
cuando surge una isla en un río, “Alveus derelictus”, cuando un río
abandona su cauce quedando su lecho sin agua, “Plantatio y
seminatio”, adquisición de semillas germinadas y plantas arraigadas,
entre otros.

C. Especificación. Para la especificación, adquisición por transformación


en una especie nueva, se requiere: la transformación por quien no es
el dueño de la especie original, sin consentimiento del dueño y con el
ánimo de tomarla para sí. Los sabinianos entienden que la especie
nueva sigue perteneciendo al dueño la original, no hay especificación,
los proculeyanos, que pertenece al autor de la especie nueva; hay
especificación. Justiniano distingue según la posibilidad de volver la
cosa a su estado primitivo, habrá o no especificación y exige la buena
fe del autor como condición necesaria para la adquisición.

D. Confusión. Mezcla de dos cosas líquidas o en fusión, donde no


puede hablarse de la cosa principal y accesoria ni de especie nueva
resultante de la mezcla. Los propietarios de las cosas se consideran
condóminos en forma proporcional si es impracticable la separación.

E. “Commixtio”. Mezcla de cosas sólidas, corre igual que en la


confusión, no hay en la mezcla adquisición salvo la de monedas que
se mezclan.

F. Adquisición de frutos naturales. Si los frutos están pendientes


forman parte de la cosa pero cuando se separan son adquiridos por lo
general por el dueño de la cosa fructífera y también por terceros que
tienen algún derecho o los poseen de buena fe. Los enfiteutas y
poseedores de buena fe adquieren por “Separatio” debiendo restituir

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Al propietario reivindicante los no consumidos. Los usufructuarios y
arrendatarios adquieren por “Perceptio”, se considera como una
especie de “Tradictio”, por voluntad del dueño (modo derivativo).

G. Usucapión. Modo de adquisición por posesión prolongada. La


usucapión obvia la prueba de legitimidad de los propietarios. Se
requieren dos años para un fundo y un año para el resto de cosas.
Esta adquisición es posible a propósito de cosas quiritarias, los
extranjeros no pueden usucapir y no se puede usucapir cosas
producto de “Furtum” o por violencia. Las condiciones para la
usucapión son: “Res habilis”, cosas susceptibles de adquirir por este
medio; “Titulus o justa causa usucapionis” existencia de algún vicio o
defecto que impidió la adquisición de la cosa en el momento de la
transmisión; el error debe ser tolerable; “Bono fides”, el usucapiente
actúa de buena fe y no cree lesionar derechos de otro; “Possesio”,
poseer en forma ininterrumpida y “Tempus”, el tiempo acordado por la
ley.

2. Derivativos.

A. Mancipatio. Negocio jurídico por el cual se transmite la propiedad


ritualmente, al inicio es una compra-venta real donde se entrega la
cosa por la dación de un precio, posteriormente se convirtió en
negocio abstracto para solemnizar actos jurídicos de distintos
contenidos: Constitución de “Manus”, transferencia del dominio
quiritario, constitución del “Mancipium”, entre otros.

B. “In jure cesio”. Ficción de reivindicación hecha ante el magistrado.


El adquiriente poniendo una mano sobre la cosa afirma ser el
propietario según el derecho civil y el magistrado pregunta al

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Cedente si tiene alguna oposición, en caso de silencio, al no existir
“contravindicatio”, declaraba propietario al adquiriente. Cuando se
trata de un inmueble, se presenta no la cosa sino un fragmento de
la misma. Su empleo era más frecuente en la constitución de
derechos reales los cuales no era posible aplicar la macipatio.

C. “Traditio”. Consiste en poner a disposición del adquiriente la cosa


por el cedente y se requiere: Que la cosa sea “Res nec mancipi”,
que el “Tradens” tenga el dominio de la cosa y la voluntad de ceder
la propiedad; que el “Accipiens” tenga la voluntad de aceptarla y
por último aunque muy discutida, que existía una “Justae causa
traditionis”, es decir, que existía una relación jurídica o situación
que de acuerdo al derecho objetivo, fuese apta para justificar la
transferencia de dominio.

D. “Adjudicatio”. Es operada por un juez en situaciones de partición


y deslinde: “Familiae erciscundae”, para partición de herencia entre
coherederos; “Communi dividundo”, para la partición de cosas
indivisas entre copropietarios y la “Finium regundorum”, para
solucionar el problema de límites entre dos propiedades contiguas.

E. “Litis aestimatio”. Adquisición de la cosa litigiosa a favor del


poseedor quien habiendo perdido el juicio, en vez de restituir la
cosa, prefiere pagar la condena pecuniaria y quedarse con la cosa.

F. De la “Lex”. La propiedad de algo es atribuida a una persona


determinada por el sólo efecto de la ley. Por ejemplo, el propietario
del fundo sobre el cual se descubre un tesoro, es propietario de la
mitad del mismo.

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LIMITACIONES AL DERECHO DE PROPIEDAD

1. Limitaciones de Derecho Público.

A. Prohibición de enterrar cadáveres en fincas urbanas.

B. Pasaje forzoso en beneficio de la comunidad: provisionalmente


mientras dure la instransitabilidad de un camino público, hacía
lugares “Religiosus” en favor de quien tiene el “Jus sepulcri”, hacía
ríos y canales navegables.

C. Las fincas colindantes con ríos navegables deben soportar el uso


de sus riberas para maniobras de navegación.

D. En la época de Justiniano aparece la expropiación por causa de


utilidad pública, sin embargo a partir de Teodosio II se facultaba a
demoler edificios previa indemnización.

E. En la época clásica se reglamentaba ya la altura, estética y


distancia de las construcciones.

2. Limitaciones de Derecho Privado.

A. Se puede exigir al vecino el corte de las ramas de un árbol que


se extiende sobre una propiedad.

B. Derecho a recoger frutos de plantas propias desprendidos


sobre suelo ajeno.

C. La servidumbre de paso impuesta por un magistrado en casos


de fundos incomunicados.

D. Prohibición de alterar con obras el fluir de aguas en detrimento


de los demás fundos. “Actio aquae pluviae arcendae”.

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E. Diferentes acciones acordadas por la Ley a los propietarios por
causa de vecindad: “Damni infecti”, “Novi operae”, “Finium
regordorum”, entre otros.

PROPIEDAD QUIRITARIA

Propiedad reducida de lo que se denomina “Dominium ex jure


quiritium”, única conocida en los primeros tiempos y reglamentada por el
Derecho Civil o Quiritario.

Para ser propiedad quiritario se requiere: Ser ciudadano romano, el


objeto debía ser una cosa romana, “Res mancipi” y el modo de adquirir debe
ser romano, “Mancipatio” o “In jure cesio”. Toda rigurosidad primitiva en
materia de propiedad fue cediendo y hubo progresos realizados en épocas
no determinadas, así se admitió que el latino podía ser propietario quiritario si
tenía el “Jus commercium”, se reconoció que la “Res nec mancipi” era
susceptible de propiedad quiritaria en igualdad con la “Res mancipi”, y por
último se admitió que los modos de adquisición del derecho de gentes,
especialmente la “Traditio”, engendrará la propiedad quiritaria

PROPIEDAD BONITARIA

Llamada también “In bonis habere”, era la propiedad reconocida y


sancionada por el derecho pretoriano en oposición a la propiedad quiritaria
que reconocía y sancionaba el derecho civil.

El propietario bonitario era el que tenía la posesión y todos los


atributos de la propiedad, derecho de servirse de la cosa y de obtener sus
frutos, pero a los ojos del derecho civil no era propietario, no podía emplear
lo modos de enajenación “Mancipatio”, “In jure cesio” o legado “Per
vindicationem”. Sólo podía usar la “Traditio” y si manumitía al esclavo de

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Quien sólo era propietario bonitario, hacía de él un latino juniano y no un
ciudadano romano.

Cuando el derecho avanzó, el propietario bonitario, después de poseer


los inmuebles por dos años y los muebles por uno, se volvía propietario
quiritario por usucapión.

El caso originario de la propiedad bonitaria fue la tradición de una cosa


“Mancipi”, pero hubo otros casos de propiedad bonitaria impuestos por el
pretor: el caso de un heredero pretoriano o “Bonorum posesor”, el caso del
comprador de un patrimonio de un deudor quebrado o “Bonorum emptor”; el
caso de fideicomiso como consecuencia de un convenio de restitución de
bienes de la sucesión celebrado con el heredero y el caso del adjudicatario
en un “Judicium imperio continens”. La “In bonis habere” fue suprimida
oficialmente por Justiniano.

PROPIEDAD PROVINCIAL

Se refiere a las tierras ubicadas fuera de Italia y que pertenecía a


Roma por derecho de conquista. Eran sólo susceptibles de posesión privada,
ya que la propiedad era del Estado. Las tierras cultivadas eran repartidas,
gratuitamente o en venta, se denomina “Agri limitati”. Las tierras incultas se
pueden tomar libremente mediante el pago de un “Stipendium” y se
denominan “Agri occupatoru”.

Los poseedores de fundos provinciales pueden transmitirlos por


tradición o por causa de muerte, perciben los frutos y productos aunque no
se aplica la “usucapión” pueden adquirir la propiedad por la “Praescripto
longissimi temporis”.

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EL CONDÓMINIO

Es la coexistencia de dos o más titulares del derecho de propiedad


sobre una cosa. Cada uno de los condóminos es propietario de una cuota
ideal o porción que acrece ante el abandono de los otros condóminos. Cada
condómino ejercita sus facultades por su cuota: adquiere frutos, enajena,
grava, entre otros; para disponer de la cosa por entero requiere el
consentimiento unánime de todos los condóminos. Cada condómino tiene el
derecho de poner fin al condominio mediante la “Actio communi dividundo”
para un condominio no resultante de una herencia.

DEFENSA DE LA PROPIEDAD

En defensa de la propiedad había tres instituciones:

1. La “Reivindicatio”. Utilizada contra la violación total del derecho. Esta


acción permite que el propietario quiritario, no poseedor, la ejerza
contra el poseedor, para lograr la restitución o el pago de su valor. La
acción puede ser ejercida contra el poseedor, contra el tenedor a
nombre de otro y Justiniano extendió la posibilidad contra el que dejó
de poseer dolosamente y contra el “Fictus posesor” o poseedor ficticio.

Sólo puede obtener por objeto cosas susceptibles de propiedad privada,


muebles o inmuebles considerados a título particular y no a las
universidades.

El demandante al afirmar su derecho de propiedad debe probar su


pretensión el día de la “Litis contestatio”. El poseedor al ser demandado
puede: abandonar la cosa; negar su cooperación para que se entable la
“Litis”, en cuyo caso el pretor trasmite la posesión al actor; o aceptar el juicio
y dar garantías de asegurar el resultado de la condena, si no lo hace, el

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Pretor da la posesión al actor quien, al ser poseedor no tiene ya la carga
de la prueba.

La restitución comprende la cosa y sus accesorios; los frutos percibidos


desde la “Litis contestatio”, y los percibidos antes de la “Litis” si no han sido
consumidos, los percibidos o dejados de percibir antes si el poseedor es de
mala fe; las indemnizaciones por daños ocurridos desde la “Litis” por dolo o
culpa del poseedor de buena fe y las indemnizaciones por daños posteriores
si el poseedor es de mala fe, este último caso incluye los daños por caso
fortuito.

Si el poseedor es de buena fe, el propietario reivindicante debe a su vez


resarcir los gastos necesarios hechos por el poseedor, son gastos
necesarios aquellos sin los cuales la cosa hubiera perecido; los gastos
útiles, o sea aquellos que han producido un mayor valor de la cosa, por
último, los gastos “Voluptuarios” no dan lugar a resarcimiento, pero sí al retiro
de esas producciones.

2. La acción publiciana. También contra la violación total del derecho,


creada por el pretor “Publicius”, que se otorga a quien ha perdido la
posesión que estaba siendo usucapida para que pueda recuperar
dicha posesión. Es una acción ficticia por la cual el pretor le indica al
juez que haga de cuenta que el plazo de la “Usucapión” ha
transcurrido. Puede ser ejercida por: el propietario bonitario que
adquiere una “Res mancipi” por tradición y que no ha cumplido el
plazo de usucapir, se ejerce contra cualquier tercero poseedor o
contra el mismo propietario quiritario que se hubiese posesionado de
la cosa; e adquiriente “Ex justa causa” que por falta de título del
enajenante no hubiese alcanzado la condición de “Dominus”; por el
que ha sido beneficiado por el pretor con la concesión de la posesión

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Sobre cosas singulares o patrimonios (“Bonorum possesion”,
“Bonorum emptio”, entre otros), y el propietario quiritario que la
utiliza por ser la prueba a rendir menos exigente que la necesaria
para la “Reivindicatio”.

3. Acción negatoria. Contra la violación parcial del derecho. Con ella el


propietario afirmaba la existencia de un derecho real ajeno sobre su
propiedad, el sólo debe probar un juicio que es propietario, la otra
parte debe probar la existencia del derecho real limitador del derecho
de propiedad. Después de declarar qué parte gana el proceso, el juez
absuelve al demandado si el demandante no ha podido justificar su
pretensión, si por el contrario el demandante hace reconocer sus
derechos, el juez ordena al demandado, cesar en el ejercicio de la
servidumbre, reparar el perjuicio causado, restituir los frutos si los
hubiese y dar caución de no lesionar en el futuro la propiedad del
demandante.

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LA POSESIÓN

Concepto

“Possesion, significa entre los romanos una relación de hecho


con la cosa que permite disponer de ella plenamente, unida a la
intención efectiva de disponer de ella como dueño; el significado de la
palabra es el de un señorío verdadero, de una dominación real y
efectiva sobre la cosa. Concebida así la relación, ésta no expresa sino
lo que ordinariamente es el contenido de la propiedad; de donde
resulta en un sentido más exacto de lo que se suele creer, que la
posesión es la “imagen exterior” o como dijo Ihering, la “posesión de
hecho” del derecho de propiedad. La posesión es un poder de hecho
que se ejerce sobre una cosa con la pretensión de tenerla como
propia. Normalmente la posesión se confunde con la propiedad en el
sentido de quien posee se presume propietario.

Difiere la posesión de la prioridad en que en la segunda el


derecho que se tiene sobre una cosa incluye todas las facultades que
el mismo derecho le atribuye, por tanto es un señorío no es jurídico
absoluto y oponible “Erga omnes”. En la posesión el señorío no es
jurídico, es de hecho, material.

En el Código Civil de Venezuela, Título V, Artículo 771, se


establece: “La posesión es la tenencia de una cosa, o el goce de un
derecho que ejercemos por nosotros mismos o por medio de otra
persona que detiene la cosa o ejerce el derecho en nuestro nombre”.

Propiedad y posesión son, pues, dos conceptos muy distintos.

Cuando se dice que alguien es propietario de una cosa quiere

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Decir que entre esa persona y la cosa existe una titularidad jurídica,
mientras que cuando se afirma que alguien está en posesión de una
cosa, quiere decir que esa persona la tiene simplemente en su poder,
o sea que de modo real y efectivo se está sirviendo de ella.

ELEMENTOS

La posesión supone dos elementos:

1. El “Corpus” o elemento objetivo, poder físico sobre la cosa.

2. El “Animus”, elemento intencional o subjetivo. Según algunos este


elemento intencional sería el “Animus possidendi”, o intencional
sería el “Animus domini” o voluntad de manejarse como verdadero
propietario.

Se distingue la “Possesio vitiosa o injusta”. La primera tiene un origen


clandestino, violento o precario. La posesión injusta no tiene
relevancia con respecto a todos sino con respecto al poseedor.

3. Crean una relación directa entre personas determinadas.

4. Son derechos relativos, sólo existen frente a personas


determinadas, los terceros solo deben respetarlas.

5. El derecho real es más intenso que el derecho de crédito, pues


concede titular un derecho de preferencia que se ejercita antes que
otros derechos y un derecho de persecución que hace valer el
derecho, es decir, buscar la cosa en manos de quien esté.

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CLASES DE POSESIÓN

1. Possesio naturalis y possesio civilis: La posesión natural


significa la mera detención, sin animus possidendi, o sea, una
relación de hecho privado de tutela posesoria. Por ejemplo, el
arrendatario y el comoditario tienen una simple detentación, una
posesión natural.

La posesión civil es una posesión basada en una justa causa,


una posesión que tiene su base en una relación precedente poseedor,
relación que justifica la adquisición de la propiedad.

2. Posesión justa y posesión injusta: Esta clasificación está en


función de acto inicial de adquisición de la posesión. La posesión
justa, llamada también no viciosa es aquella obtenida sin lesionar a
su antiguo poseedor, es decir, es una posesión nec vi, nec clam,
nec precario (que no ha sido obtenida a título de precario).

La posesión injusta o viciosa es aquella que adolece de una de


los tres vicios mencionados: vi, clam y precario

3. Posesión de buena fe y posesión de mala fe: Al decir de Camus,


“se posee de buena fe cuando existe la convicción de que se tiene
un derecho legítimo sobre la cosa poseída. La mala fe consiste en
la conciencia que tiene el poseedor de no tener derecho sobre la
cosa”.

El poseedor de buena fe goza de los siguientes beneficios:

a) Puede adquirir la propiedad por medio de la usucapión.

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b) Se hace propietario de los frutos de la cosa poseída.

c) Puede intentar la acción publiciana (defensa concedida por el


pretor a aquel poseedor a quien le faltara el transcurso del tiempo
necesario para usucapir).

d) Puede recuperar los gastos necesarios y útiles.

e) Tiene derecho a hacer uso de los interdictos posesorios para


defender su posesión.

El poseedor de mala fe sólo tiene derecho de recuperar lo gastos


necesarios y puede hacer uso de los interdictos posesorios.

ADQUISICIÓN Y PÉRDIDA DE LA POSESIÓN

Para adquirir la posesión, es decir, para que la misma se inicie, no se


necesita ningún requisito de carácter formal, basta que concurran en la
relación entre el sujeto y la cosa los dos elementos antes mencionados: el
corpus y el animus.

El requisito de corpus no era concebido por los romanos como


contacto directo o sujeción inmediata; por ejemplo, el que preparó la red en
que ha caído un animal tiene el corpus, aunque no haya visto el animal
atrapado.

El animus supone la capacidad del sujeto: ni el infante, ni el loco, ni el


esclavo pueden adquirir por sí la posesión. Sin embargo, en el derecho
Justiniano se admitió que el infante pudiera adquirir la posesión con las
autoritarias del tutor y los pupilos infancia mayor aún sin ese requisito.

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La posesión se pierde por la falta de uno o cualquiera de sus dos elementos.

Siguiendo a Chibly y Abouhamad, “La posesión puede entonces


perderse: solo corpore, solo animus.

- Solo Copore: Cuando el poseedor queda privado de la posesión de la


cosa: a) Cuando ha perdido la cosa; b) Cuando le ha sido sustraída; c)
Cuando se ha destruido por circunstancias extrañas al poseedor; d)
Cuando se ha destruido por circunstancias imputables a él; y e)
Cuando la cosa ha sido destruida parcialmente, esto es, que impide el
ejercicio de la posesión.

- Solo animus: a) Cuando el poseedor, intencionalmente renuncia a la


posesión y b) Por muerte del poseedor.

DEFENSA DE LA POSESIÓN

La defensa de la posesión son los interdictos, que eran órdenes


emanadas del pretor, a solicitud de parte, mediante las cuales se procuraba
dar fin a una controversia, disponiendo la exhibición de la cosa, la restitución
de la misma o la abstención de realizar determinados actos.

La protección judicial de la posesión fue en el Derecho clásico obra del


pretor. Sin embargo, en el Derecho Justiniano continúan llamándose también
interdictos, aunque ya han desaparecido las características procesales
propias del procedimiento formulario.

Los interdictos posesorios eran de dos clases:

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- Los interdictos retinendae possessionis: Se utilizaban para
sostener a alguien en una posesión en la cual se le perturba o se le
molesta. Son los siguientes:

a) Uti possidetis: Se daba para proteger la posesión de


inmuebles contra perturbaciones causadas a una posesión
justa, es decir, nec vi, nec clam, nec precario.

b) Utrubi: Se utilizaba para defender la posesión de bienes


muebles. No se daba siempre en favor de quien está
poseyendo la cosa en el momento del interdicto, sino de
aquel que en el año inmediatamente anterior le hubiese
poseído más tiempo nec vi, nec clam y nec precario frente al
adversario.

- Los interdictos recuperandae possessionis: Se daban para


reintegrar a alguien en una posesión de la cual había sido despojado.
Son los siguientes:

a) Interdictum unde vi: Protege al poseedor que ha sido


despojado violentamente de un fundo. Debía intentarse
dentro de un año a partir del despojo y siempre que
estuviera poseyendo en el momento en que la violación tuvo
lugar, nec vi, nec clam, nec precario frente al adversario.

b) Interdictum de vi armata: Como lo indica su denominación,


se daba cuando el despojo de la posesión había ocurrido
por medio de las armas. Podía ser intentado sin el límite de
un año y prosperaba aunque el desposeído estuviese en
una posesión viciosa frente al causante del despojo.

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c) Interdictum clandestinae possessionis: Protegía al que
había sido despojado clandestinamente de un inmueble.

d) Interdictum de precario: Se daba para recuperar un


mueble o inmueble que había sido concebido a título de
precario, cuando requerido el precarista para que lo
devolviese, no lo hacía.

REPRESENTACIÓN DE LA POSESIÓN

La representación en la adquisición de la posesión textualmente, el


precepto habla de representante legal y de mandatario aunque lo más
seguro es considerar este último vocablo en su acepción de representante
voluntario. Así pues, conforme a nuestro Código, la adquisición de la
posesión, aunque consista en un mero acto material, puede realizarse a
través de representante. Ciertos autores españoles niegan tal posibilidad de
que en el supuesto ahora considerado exista verdadera representación. Toda
vez que técnicamente representación se refiere a las declaraciones de
voluntad que se emiten o reciben en nombre de otro, y ejercer la posesión
por otro no es realizar negocio jurídico alguno, sino intervenir en una relación
de hecho, como lo es la posesión misma. Sin embargo, la doctrina
contemporánea más autorizada opina que nuestro sistema normativo no
presupone el alcance exclusivamente negocial de la representación, como ya
sabemos, no existe ninguna razón lógico-jurídica que impida la
representación en los actos de aprehensión, siempre que se entienda aquélla
como actuación por cuenta e interés ajeno. Tipos de representación:

- Adquisición por sí y por representante: Puede adquirirse la


posesión por la misma persona que va a disfrutarla, por su
representante legal, por su mandatario y por un tercero sin mandato

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Alguno; pero en este último caso no se entenderá adquirida la
posesión hasta que la persona en cuyo nombre se haya verificado el
acto posesorio lo ratifique. Se habla, en consecuencia, de adquisición
por sí o por representante para poner de manifiesto que en el origen
de la adquisición de la posesión puede intervenir o actuar el propio
poseedor u otra persona diferente, a la que genéricamente se
denomina representante.

- Adquisición de la posesión por el gestor sin mandato: Quien,


evidentemente, no puede considerarse representante del poseedor es
el tercero sin mandato alguno, expresión que ha de ser reconducida a
la posible actuación de un gestor de negocios sin mandato en la
adquisición de la posesión. En tal caso, conforme a las reglas
generales, la adquisición de la posesión dependerá de si el poseedor
ratifica o no la actuación del gestor posesorio, pues en definitiva, la
gestión de negocios se equipara al mandato propiamente dicho.

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CONCLUSÓN

Al hacer un análisis de cada concepto y derivados correspondiente a


la Propiedad y la Posesión se puede llegar a la conclusión de que la
Propiedad es considerada el derecho real por excelencia, por cuanto todos
los demás derechos reales están subordinados a ella como lo es el derecho
real de la cosa ajena la cual, se ejercita sin consideración a personas
determinadas y todas están obligadas abstenerse de perpetuar al propietario
y donde los atributos tampoco podían ser objeto de propiedad de las cosas
incorporales, esto bajo el derecho jurídico romano, mientras que en la
actualidad existe la propiedad intelectual e industrial.

Es por ello, que al interpretar varios conceptos entre propiedad y


posesión podemos determinar que cuando se dice que alguien es
propietario de una cosa quiere decir, que entre esa persona y la cosa existe
una titularidad jurídica; mientras que cuando se afirma que alguien está en la
posesión de una cosa, esta persona se encuentra con el poder de esa cosa,
es decir, que de forma real y efectiva se está sirviendo de ella.

Este trabajo nos permitió tener un conocimiento amplio del tema que
nos correspondió investigar, pudiendo así entender el concepto y desarrollo
de ambas palabras y la aplicación en la actualidad de la legislación.

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BIBLIOGRAFÍA

Paolini Ontiveros G. (1994) Derecho Romano I y II: Metodologías Sumaria,


Mnemotécnica y Cuestionaría. 5ta ed. Caracas-Venezuela. Marga Editores,
S.R.L.

Carmona Urdaneta W. (1998) Manual de Derecho Romano. 3era ed.


Caracas-Venezuela. Editorial McGRAW-HILL INTERAMERICANA DE
VENEZUELA, S.A.

Gaceta Oficial Extraordinaria N° 2.990. (1982) Código Civil de Venezuela.


Caracas-Venezuela

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