El Perfil Del Negociador
El Perfil Del Negociador
El Perfil Del Negociador
La negociación se puede entender como la relación bilateral que nos permite llegar a
acuerdos en relación con un determinado tema, con el objetivo de tomar posiciones y
establecer acuerdos que sean de beneficio mutuo.
Esta relación da inicio cuando se manifiestan diferencias entre las partes involucradas;
estas diferencias pueden ser economías, políticas, sociales, mercantiles, ideología, etc.
para vencer estas diferencias hace falta el esfuerzo y compromiso de los involucrados
para llegar a un acuerdo satisfactorio.
Dentro de la negociación nos enfrentamos a problemas creados por las personas, por lo
tanto, es necesario una persona con características especiales que permita la
participación de todos manteniendo en todo momento un ambiente de cordialidad,
respeto, empatía y comprensión; esta persona es un negociador el cual tienen los
conocimientos, habilidades y herramientas necesarias para cumplir con esta labor.
“El objetivo del negociador es el de ser adaptable y esa característica solamente se puede
lograr con practica y tiempo. En teoría podemos decir que es la combinación de
características y de experiencias adquiridas en la práctica profesional.”
Desarrollo (Características del negociador)
Un negociador exitoso basado en los intereses posee ciertas características tales como:
Madurez. - Significa tener el valor para defender las cuestiones y valores propios, al
tiempo que se reconocen como válidos las cuestiones y valores de los demás.
Orientación de los sistemas. - Buscan modos para optimizar el sistema completo en vez
de concentrarse en atender de manera aislada los componentes del sistema.
Son muchas las características que definen al buen negociador y que lo diferencian del
"negociador agresivo" o del mero "vendedor-charlatán", a continuación, señalamos
una serie de cualidades extras que lo complementan:
Persuasivo. - sabe convencer, utiliza con cada interlocutor aquellos argumentos que
sean más apropiados, los que más le puedan interesar.
Muy observador. - capta el estado de ánimo de la otra parte, cuáles son realmente sus
necesidades, qué es lo que espera alcanzar. Detecta su estilo de negociación, sabe "leer"
el lenguaje no verbal.
Psicólogo. - capta los rasgos principales de la personalidad del interlocutor, así como
sus intenciones (si es honesto, riguroso, cumplidor, si es de fiar, si tiene intención
real de cerrar un acuerdo, etc.).
Profesional. - es una persona capacitada, con gran formación. Prepara con esmero
cualquier nueva negociación, no deja nada al azar.
Firme y sólido. - tiene las ideas muy claras (sabe lo que busca, hasta donde puede
ceder, cuáles son los aspectos irrenunciables, etc.). El buen negociador es suave en las
formas, pero firme en sus ideas (aunque sin llegar a ser inflexible).
Resolutivo. - busca resultados en el corto plazo, aunque sin precipitarse (sabe que cada
negociación lleva su propio tiempo y que hay que respetarlo). Sabe cuáles son sus
objetivos y se dirige hacia ellos. Los obstáculos están para superarlos, no desiste
sin plantear batalla.
Acepta el riesgo. - sabe tomar decisiones con el posible riesgo que conllevan, pero sin
ser imprudente (distingue aquellas decisiones más trascendentales que exigen un tiempo
de reflexión y que conviene consultar con los niveles superiores de la compañía).
Paciente. - sabe esperar, las operaciones llevan un ritmo que conviene respetar. Uno no
debe precipitarse intentando cerrar un acuerdo por miedo a perderlo.
Creativo. - encuentra la manera de superar los obstáculos, "inventa" soluciones
novedosas, detecta nuevas áreas de colaboración.
Es difícil clasificar los distintos tipos de negociadores ya que cada persona tiene su
manera particular de hacerlo, no obstante se podrían definir dos estilos muy
definidos.
Le gusta jugar limpio, por lo que no utiliza ninguna táctica de presión. Confía en la palabra
del otro, cede generosamente y no manipula. Este negociador puede resultar
excesivamente blando, de una ingenuidad de la que se puede aprovechar la otra parte,
especialmente si el oponente responde al modelo anterior. En la vida real los
negociadores se situarán en algún punto intermedio entre estos dos extremos.
Ninguno de estos dos extremos resulta adecuado: el primero porque puede generar un
clima de tensión que dé al traste con la negociación y el segundo por una
excesiva bondad de la que se puede aprovechar el oponente.
Resulta de gran interés conocer el tipo de negociador al que uno se aproxima con el fin
de detectar sus fortalezas y posibles carencias, y en este caso tratar de
corregirlas. Asimismo, conviene identificar el tipo de negociador al que se ajusta el
oponente con vista a poder interpretar su comportamiento, anticipar sus
movimientos y si fuera necesario tratar de contrarrestarlos.
Hacer preguntas abiertas: con el fin de conocer las ideas, pensamientos, posturas,
grado de flexibilidad, límites de la contraparte, pero de igual forma, también conozcan
detalles de nosotros esto generará desde un inicio un clima de confianza,
profesionalismo y seriedad que permitirá crear acuerdos a corto, mediano y largo plazo.
Balance: es una estrategia integrativa. Consiste en revelas las ventajas y los costos de
las concesiones, dentro de las diferentes soluciones a las cuales puede arribar la
negociación, para cada una de las partes.
Metodología de las técnicas de negociación
Personas: separa a las personas del problema. Es difícil tratar un problema sin que las
personas se mal interprete, enojen o tomen las cosas en forma personal.
Cuando los socios demuestran que tienen interés real y compromiso en entenderse, se
desarrolla el trato justo y la empatía, el negociador se sustenta en el principio de que
todos tenemos como fin conseguir algo que sea de beneficio y que este a su vez no
debe ser obligatoriamente igual para uno y para el otro. Por lo tanto y partiendo
de este principio en las negociaciones se alcanza un objetivo justo para ambas partes,
aunque esto signifique que no sean los mismos o que estén en la misma proporción.