Al Monte

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Al monte

M. V�ZQUEZ MONTALB�N

EL PAIS | �ltima - --
La progresiva desidentificaci�n de los equipos de f�tbol espa�oles demanda
la intervenci�n del Estado para poner l�mite a los excesos del mercado,
pasando por encima de la resistencia del fundamentalismo pijoliberal. Uno de
estos pijoliberales, el m�s notorio, opinaba recientemente que la crisis
asi�tica no era la comprobaci�n del fracaso del modelo del capitalismo
salvaje, sino que se deb�a a cuestiones de sustrato, referencia indirecta a
Mishima y los samur�is. Recientemente se refer�a Estefan�a al pacto mafioso
de Monte Peregrino de 1947 que puso en marcha la cruzada neoliberal de
Hayeck y Friedman, cumplida en los pa�ses subdesarrollados con la ayuda de
capataces tan democr�ticos como Suharto, Pinochet o Videla. No quiero
subirme a ninguna monta�a sagrada, porque tal vez la demostraci�n de la
bazofia neoliberal se halle en lo m�s estrictamente cotidiano: esas masas
errantes y desidentificadas que salen de los estadios de f�tbol
pregunt�ndose: �qui�n soy yo?, �de d�nde vengo?, �a d�nde voy?Por ejemplo,
un seguidor del Barcelona tiene la sensaci�n de que se ha producido una
transustanciaci�n entre el Bar�a y la selecci�n holandesa y cualquier hincha
del Real Madrid, el d�a que falten -deportivamente hablando- Hierro y Ra�l,
sentir� como si le hubieran quitado el suelo de la patria. Seg�n la l�gica
del mercado, las relaciones oferta-demanda y calidad- precio han aconsejado
que el Bar�a compre holandeses de tres en tres. Por su parte, el Real Madrid
ha permitido que el Madrid B permanezca en Segunda B, a manera de aviso
sobre el mal�simo futuro que tienen los jugadores ind�genas. Todo este
desastre empez� tambi�n en Monte Peregrino y puede dar lugar a alarma social
si las masas extra�an los estadios y abjuran de la �ltima religi�n que les
queda. El Estado debe intervenir. Ya no se trata de amparar a los jugadores
espa�oles, sino de evitar que los hinchas desenga�ados se echen al monte. Al
Monte Peregrino.

� Diario El Pa�s S.L. | Prisacom S.A.

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