3 Situaciones en Donde Se Evidencie Conflictividad de Las Dos Éticas

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3 situaciones en donde se evidencie conflictividad de las dos éticas.

1. Las éticas de la justicia o éticas de mínimos se ocupan únicamente de la dimensión


universalizable del fenómeno moral, es decir, de aquellos deberes de justicia que
son exigibles a cualquier ser racional y que, en definitiva, sólo componen unas
exigencias mínimas, las éticas de la felicidad, por el contrario, intentan ofrecer
ideales de vida buena, en los que el conjunto de bienes de que las personas
podemos gozar se presenta jerarquizadamente como para producir la mayor
felicidad posible. Son, por tanto, éticas de máximos, que aconsejan seguir su
modelo, nos invitan a tomarlo como orientación de la conducta, pero no pueden
exigir que se siga, porque la felicidad es cosa de consejo e invitación, no de
exigencia.

2. El hecho del pluralismo existente en las sociedades democráticas, que no es


politeísmo axiológico. Si hubiera politeísmo axiológico, los miembros de tales
sociedades no tendrían nada en común moralmente y no podrían construir nada
juntos; sin embargo, el pluralismo consiste en compartir unos mínimos de justicia,
desde los que se conviene en potenciar que cada quien viva según su modelo de
felicidad y pueda invitar a otros a vivir según él (nunca imponerlo).

3. La construcción de espacios de reconocimiento que propicien el dialogo (ya sea


como espacios de encuentro con el otro como espacios de liberación pública de
cuestiones que atañen a todos los grupos involucrados) tendría como referente
critico unos mínimos éticos basados en derechos humanos, universalizables y
sensibles a las diferencias. Esta apertura a las diferencias es la que posibilita
enriquecer los contenidos normativos de estos derechos desde la experiencia
misma del dialogo entes diferentes, proceso que podría alcanzar el nivel de la
normatividad jurídica.

03 situaciones que muestren complementariedad.

1. La formulación general de estas cuestiones permite incluir a todos los grupos


sociales que activamente luchan por reivindicar sus identidades y derechos. Estos
mínimos éticos pueden constituir una plataforma válida para darles legitimidad a
cuestiones referentes a las reivindicaciones de los derechos de las mujeres, y a las
demandas de quienes defienden los derechos de las minorías (o mayorías)
culturalmente marginadas y la diversidad de identidades y orientaciones sexuales,
cuestiones todas relevantes en una sociedad pluralista.

2. Se afirma que los derechos humanos, desde los límites y condiciones señalados,
gozan del potencial suficiente para constituirse en un referente central en la
articulación de unos mínimos éticos universalizables. Para evitar que el
universalismo ético de los derechos humanos implique el atropello de las
diferencias en sociedades pluralistas -en particular, las diferencias culturales,
hemos visto necesario que los derechos humanos permanezcan abiertos a la
pluralidad, lo que no es otra cosa que una universalidad definida por el dialogo
intercultural.

3. Construir una ética universal, un "Nuevo Orden Ético Internacional", desde aquellas
exigencias de justicia que son inapelables, entre las que se cuentan el deber de
respetar los modelos de felicidad de los distintos grupos y culturas.

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