Etica y Deontología Profesional

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COLEGIO DE PSICOLOGOS DEL PERU

CONSEJO DIRECTIVO xi - ANCASH

ETICA Y DEONTOLOGIA
PROFESIONAL

Por: Mg. Manuel Antonio Alva Olivos

CHIMBOTE - 2019
ÍNDICE
La Ética y la Deontología Profesional

I. Introducción
II. Principios Fundamentales de la Moral y la Etica
III. Diferencia entre Etica y Moral
IV. Deontología
V. Código Deontológico
VI. La Evaluación Psicologica
VII. Deontología y Psicología
VIII. La Responsabilidad Ético - Deontológica del Psicólogo
IX. La Ética en la Evaluación Psicologica
X. La Ética en la Redacción de Informes Psicológicos
XI. Los Dilemas Éticos en la Actividad Psicologica
XII. Las Trasgresiones
XIII. La Mala Praxis del Psicólogo Forense
XIV. Código de Etica del Colegio de Psicólogos del Perú
XV. Referencias Bibliográficas
INTRODUCCIÓN

El estudio de la moral, la etica y la deontología en la Psicología, nos permite hacer una revisión
histórica de la relación que existe entre la moral y la etica y como se relaciona con nuestras actividades
diarias y a la vez laborales. Iniciamos una búsqueda de explicaciones a nuestros comportamientos
éticos - morales y como se relacionan con la deontología, teniendo en cuenta que al finalizar nuestra
profesionalización asumimos compromisos con nuestra orden profesional y sobre todo con nosotros
mismos como seres libres en búsqueda de la verdad y el desarrollo de la humanidad

La importancia de estudiar estos temas nos llevara a establecer un orden en nuestras actividades
profesionales y a entender los códigos deontológicos y normativos de las actividades psicológicas y
además desarrollar una serie de reglas que nos permitirán regular nuestra conducta frente a los otros
miembros de la comunidad.

Las personas no podemos vivir sin normas ni valores. Es por eso que se ha caracterizado al hombre
como un "animal ético". "Sólo el hombre puede dirigirse hacia el futuro. Sólo él puede formarse una
idea de un estado de cosas más deseable y poner luego los medios necesarios para llevarlo a la
realidad. El hombre puede protestar, ir al paro, manifestarse o sublevarse, con una visión de un estado
de cosas que "debiera ser". Los demás animales sólo pueden morder, arañar, golpear o huir." (Howard
Selsarn, Ética y progreso, México, Grijalbo, 1968, p. 16.)
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA MORAL Y LA ETICA

Ética deriva de la palabra griega ethos. Hay dos significados de ética en el lenguaje griego que revelan
dos modos de entender y explicar el comportamiento moral de las personas:

a) Êthos: significaba carácter, modo de ser. Este es el sentido que tiene la palabra ética en los poemas
de Homero (s. -IX o -IIIV), Ilíada y Odisea. Según este modo de entender la ética, el comportamiento
moral depende de la personalidad y el carácter o modo de ser de las personas, que están
determinadas por la herencia y lo social. Así, pues, las normas y los valores morales son inmutables.

b) Posteriormente, éthos significó uso, costumbre, hábito. Con este sentido aparece la palabra ética
en los escritos de la sofística, de Platón, de Aristóteles... Según esta manera de entender la ética, el
comportamiento moral depende de los hábitos o costumbres. Los hábitos o costumbres son producto
del acuerdo social y, por tanto, se pueden modificar mediante nuevos acuerdos sociales. Además,
como los hábitos o costumbres los aprendemos, necesitamos de la educación moral para adquirir
hábitos de “buen” comportamiento.

Moral deriva del latín mos, moris. Su significado etimológico era costumbre, y también norma o
precepto. De la fusión de ambos sentidos (costumbre y norma) surge la concepción latina de la moral.
La moral, entendida como buena costumbre está formada por los diversos modelos sociales de
comportamiento. Estos modelos funcionan como patrones de buena conducta y sirven para valorar el
comportamiento de las personas. Así, moral hace referencia a las formas de vida; éstas reflejan las
ideas compartidas acerca de los valores y del sentido de las cosas.

Ética y moral. Si unimos los significados etimológicos de las palabras ética y moral, podemos decir
que la moral se refiere tanto a las acciones como a los productos humanos susceptibles de ser
valorados como buenos o malos. Y que la ética es una reflexión filosófica sobre nuestro
comportamiento moral (sobre las costumbres, normas, responsabilidad, valores, obligación...)
orientada a buscar soluciones a los problemas que tiene una persona consigo misma (resolución de
conflictos intrasubjetivos) y a los que genera la convivencia con otras personas (resolución de
conflictos intersubjetivos). Así pues, la ética es la reflexión filosófica sobre la moral. Dicho de otro
modo, el objeto de estudio de la ética es la moral.

DIFERENCIA ENTRE ÉTICA Y MORAL


Se diferencia en que la ética es el estudio filosófico y científico de la moral y es teórica mientras que
la moral es práctica. La ética trata sobre la razón y depende de la filosofía y en cambio la moral es el
comportamiento en el que consiste nuestra vida.

Etimológicamente ética y moral tienen el mismo significado. Moral viene de latín mos que significa
hábito o costumbre; y ética del griego ethos que significa lo mismo. Sin embargo, en la actualidad han
pasado a significar cosas distintas y hacen referencia a ámbitos o niveles diferentes. La moral tiene
que ver con el nivel práctico o de la acción. La ética con el nivel teórico o de la reflexión.

Moral es el conjunto de principios, criterios, normas y valores que dirigen nuestro comportamiento. La
moral nos hace actuar de una determinada manera y nos permite saber que debemos de hacer en
una situación concreta. Es como una especie de brújula que nos orienta, nos dice cuál es el camino a
seguir, dirige nuestras acciones en una determina dirección. La brújula nos indica el camino. En la vida
hay que intentar no perder el norte.

Ética es la reflexión teórica sobre la moral. La ética es la encargada de discutir y fundamentar


reflexivamente ese conjunto de principios o normas que constituyen nuestra moral.

Como conclusión: moral y ética se plantean cuestiones distintas. La moral tiene que ver el nivel
práctico de la acción y trata de responder a la pregunta ¿qué debo hacer?; la ética con el nivel teórico
de la reflexión y trata de responder a preguntas del tipo ¿qué es la moral? ¿cómo se aplica la reflexión
a la vida cotidiana?

Empecemos a hacer ética respondiendo a la primera pregunta: ¿qué es la moral? Para ello
definiremos: acciones morales, normas morales, valores morales y dilema moral. Diferencia entre ética
y moral
El uso de la palabra ética y la palabra moral está sujeto a diversos convencionalismos y que cada
autor, época o corriente filosófica las utilizan de diversas maneras. Pero para poder distinguir será
necesario nombrar las características de cada una de estas palabras, así como sus semejanzas y
diferencias.

1. Características de la moral. La moral es el hecho real que encontramos en todas las sociedades,
es un conjunto de normas a saber que se transmiten de generación en generación, evolucionan a lo
largo del tiempo y poseen fuertes diferencias con respecto a las normas de otra sociedad y de otra
época histórica, estas normas se utilizan para orientar la conducta de los integrantes de esa sociedad.

2. Características de la ética. Es el hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas, es


un conjunto de normas a saber, principio y razones que un sujeto ha realizado y establecido como
una línea directriz de su propia conducta.

3. Semejanzas y diferencias entre ética y moral. Los puntos en los que confluyen son los siguientes:
En los dos casos se trata de normas, percepciones, debe ser. La moral es un conjunto de normas que
una sociedad se encarga de transmitir de generación en generación y la ética es un conjunto de
normas que un sujeto ha esclarecido y adoptado en su propia mentalidad.
Ahora los puntos en los que difieren son los siguientes:

La moral tiene una base social, es un conjunto de normas establecida en el seno de una sociedad y
como tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus integrantes. En
cambio, la ética surge como tal en la interioridad de una persona, como resultado de su propia reflexión
y su propia elección.

Una segunda diferencia es que la moral es un conjunto de normas que actúan en la conducta desde
el exterior o desde el inconsciente. En cambio, la ética influye en la conducta de una persona, pero
desde si misma conciencia y voluntad.

Una tercera diferencia es el carácter axiológico de la ética. En las normas morales impera el aspecto
prescriptivo, legal, obligatorio, impositivo, coercitivo y punitivo. Es decir, en las normas morales
destaca la presión del valor captado y apreciado internamente como tal. El fundamento de la norma
ética es el valor, no el valor impuesto desde el exterior, sino el descubierto internamente en la reflexión
de un sujeto.

Con lo anterior podemos decir existen tres niveles de distinción.

1. El primer nivel está en la moral, o sea, en las normas cuyo origen es externo y tienen una acción
impositiva en la mentalidad del sujeto.

2. El segundo es la ética conceptual, que es el conjunto de normas que tienen un origen interno en la
mentalidad de un sujeto, pueden coincidir o no con la moral recibida, pero su característica mayor
es su carácter interno, personal, autónomo y fundamentante.

3. El tercer es el de la ética axiológica que es un conjunto de normas originadas en una persona a raíz
de su reflexión sobre los valores.

Para reflexionar sobre la moral, la ética hace una investigación filosófica sobre el comportamiento
moral de las personas. El punto de partida es, pues, la descripción de la vida cotidiana (ética
descriptiva). Después procede a criticar y reformular las normas morales vigentes en la vida cotidiana
de acuerdo con principios éticos racionales (ética normativa). Estos principios también son revisados
y cuestionados por una reflexión crítica más profunda (metaética). Finalmente, tras esta doble revisión
crítica, ofrecerá normas, valores y principios morales concretos para orientar nuestra conducta en la
vida cotidiana (ética aplicada).

DEONTOLOGIA
Etimológicamente, el término Deontología equivale a tratado o ciencia del deber. Está constituido por
los vocablos griegos deontos, genitivo de deon, que significa deber y logos, equivalente a discurso o
tratado. Fue empleado por primera vez por el filósofo ingles de la Escuela Utilitarista Jeremías
Bentham, en un libro titulado Chestomathia, en este escrito se refiere a la Deontología como a aquella
exposición de lo que es correcto, lo que debería ser, tanto a nivel primado como público.
Sin embargo, de forma progresiva, el concepto ha ido reduciendo su campo de aplicación. En este
sentido, se puede afirmar que, actualmente, la Deontología remite, fundamentalmente al estudio de
los deberes que surgen en el desempeño de profesiones que se consideran de interés público y
requiere un vínculo con el cliente, paciente o usuario.

La necesidad del conocimiento de los deberes nace de la propia raíz de la libertad de la persona,
condición indispensable para la responsabilidad ética o para el honor de ser virtuoso, puesto que la
libertad es un arma de doble filo que sirve tanto para el bien como para el mal. De ahí que la persona
necesite conocer dónde están los límites entre el bien y el mal, siendo esto aún más necesario en el
caso de las conductas profesionales por la implicación de terceros. La deontología señala el camino
obligado a seguir en la actividad profesional, en la conciencia de que si se sigue la senda del deber
marcado se está dentro del obrar correcto. Si la persona actuase siempre en busca del bien, no haría
falta hablar de deontología y bastaría sólo con la ética, pero no es así debido a las propias limitaciones
de la naturaleza humana y a su egoísmo innato; el hombre busca su bien e interés y actúa conforme
a sus propias circunstancias.

Con cierta frecuencia se hacen sinónimas las categorías éticas profesional y deontología profesional
cuando no lo son; mientras que la primera es de carácter subjetivo y hace referencia a la conciencia
individual. Pantoja (2002), la segunda es más bien de carácter colectivo y representa un modelo de
acción que se concreta en un conjunto de deberes, normas y obligaciones que los profesionales van
descubriendo y exigiendo en el ejercicio de la profesión conforme se avanza en el proceso denominado
‘profesionalización’. La ética profesional, en cualquier caso, señala una serie de principios mientras
que la deontología profesional insiste en los deberes o normas de carácter obligatorio que suelen
concretarse en los códigos deontológicos.
CODIGO DEONTOLOGICO
Gillet (2002) afirma que la fuerza de los códigos deontológicos radica en evitar la deriva aventurera
de determinados profesionales en el ejercicio de Su profesión. ¿Qué se entiende por código
deontológico y cuáles son sus funciones?

Banks (2002) lo define como un documento escrito producido por una asociación profesional (Colegio
Profesional) con el propósito explícito de guiar a los especialistas, protegiendo a los usuarios del
servicio y velando por la reputación de la profesión. El código deontológico es la expresión escrita del
conjunto de deberes profesionales, Pantoja (2002) que un colectivo de trabajadores de una
determinada profesión ha ido descubriendo a través del ejercicio de dicha profesión y señala los límites
medianamente seguros para obrar bien en ese ejercicio. Es, pues, un conjunto de buenas prácticas
destinado a alcanzar el conjunto de bienes que la profesión pretende en los usuarios. Las conciencias
subjetivas de los profesionales encuentran en el código algo semejante a los mojones que señalan
propiedades en campo abierto; delimitan con suficiente claridad, pero no con exactitud milimétrica. El
código asegura los argumentos suficientes para encontrar el camino correcto en el actuar profesional
pero no es un recetario.

Los deberes y principios de acción que se encuentran en los códigos deontológicos van más allá de
la libertad individual, es decir, el profesional los tiene que adoptar, si quiere ser un buen profesional,
porque interpretan cuál es el camino del bien obrar y así lo ha acordado el colectivo de profesionales
de acuerdo con el ethos de la profesión, Pantoja (2002).

Un elemento esencial de un código deontológico es que su elaboración esté a cargo del colectivo de
profesionales a través de sus órganos de representación. Por lo que atañe a las funciones generales
de los códigos suelen señalarse, entre otras, la de ser guías de la acción y toma de decisiones por
parte de los profesionales, lo cual lleva consigo la protección de los usuarios ya que en el código se
indica el bien hacer y lo que se espera del profesional en el momento de prestar los servicios. También
se les atribuye la mejora del estatus profesional, la creación y mantenimiento de la identidad
profesional y el ser un instrumento de regulación utilizable en casos de negligencia o mala conducta
en el ejercicio de la profesión, Banks (2002).
DEONTOLOGÍA Y EVALUACION PSICOLOGICA
Se ha demostrado (Jarne 2002) que la evaluación psicológica conduce a mayores conflictos éticos y
deontológicos en los psicólogos, al menos si se toma como punto de referencia el número de quejas
elevadas a los comités de deontología de los colegios profesionales de psicólogos. Como hemos visto,
la mayoría de códigos éticos tienden a ser genéricos y probablemente poco preparados para
responder a cuestiones complejas que se presentan en el contexto forense.

El Colegio de Psicólogos del Perú, preocupado desde hace años por esta realidad, que repercute en
la calidad de las tareas de los psicólogos y por tanto en su prestigio social, ha intentado establecer
unos estándares profesionales, éticos y deontológicos que ayuden a los colegiados en estas tareas.

Finalmente, hay un grave problema de naturaleza ético/deontológica que ha sido expuesto por Marta
Gordi (2002) «En relación a la prueba psicológicas, la aplicación de tests y otros instrumentos
psicométricos, hay que tener presente los criterios garantistas y rigurosos que en aplicación de los
principios constitucionales que tienen toda persona.

En algunos casos de habla de invasión de la privacidad de las personas. No entendemos bien qué se
quiere decir con «invadir la intimidad». Si se está evaluando la conducta, la mente, las funciones
cognitivas, emociones, visiones de la vida, personalidad, motivaciones, aptitudes y actitudes,
necesariamente estamos invadiendo la intimidad de una persona. De hecho, la psicología es la ciencia
y la disciplina que en un sentido estricto trata de la intimidad y de la intervención sobre la intimidad de
las personas.

Entendemos que una persona que voluntariamente se somete a una evaluación psicológica,
voluntariamente está cediendo su intimidad al psicólogo bajo el presupuesto de que ello es de alguna
manera beneficioso para él (le cura, le proporciona trabajo, le enseña, etc..) y que esta cesión se hace
bajo unas condiciones que son garantistas. En concreto nosotros observamos tres:
a) El consentimiento informado, que hace que toda persona a la que se le realiza una evaluación
psicológica conoce las condiciones, aspectos valorados, circunstancias, personas con acceso a la
información, etc.

b) La confidencialidad, que le garantiza que aquella información no sólo no será conocida por nadie a
quién él no haya autorizado, sino que será guardada de forma que esta garantía se cumpla en el
futuro.

c) Las técnicas y metodología usada en la construcción de test y otros instrumentos de evaluación,


que garantizan que ningún ítem, información parcial o sesgada que proporciona el sujeto sobre sí
mismo, sea interpretada en sí misma, sino en un conjunto de ítems, contexto y evaluación general
de esa persona.

LA RESPONSABILIDAD ETICO - DEONTOLOGICA DEL PSICOLOGO


Naturalmente, la Psicología en virtud de las prácticas específicas propias de la especialidad, se topa
con una serie de dilemas éticos que surgen de las peculiaridades de sus tareas. La interlocución con
miembros de otras especialidades, pedidos de diagnósticos que fundamenten pronósticos, límites y
alcances de la responsabilidad profesional sobre los informes presentados y su posterior uso, la
especificidad de la relación profesional, el estatuto de su participación en diversas actividades ligadas
a la especialidad, son algunos de los puntos conflictivos generadores de dilemas éticos.

Asimismo, la contradicción entre las regulaciones deontológicas y aquéllas que consignan el trabajo
del psicólogo en otras áreas profesionales, acarrea dificultades e incertidumbres. Sumado a esto, un
análisis del campo deontológico revela que, si bien las regulaciones de la práctica en esos ámbitos
son comunes a otros lugares de inserción del psicólogo, las prácticas en ámbitos atravesados en otras
disciplinas profesionales funcionan frecuentemente en los códigos deontológicos como casos de
excepción a las normas (por ejemplo, las cuestiones relativas al consentimiento informado, al secreto
profesional, a la intervención de terceras partes, entre otras). De allí que las cuestiones éticas en la
Psicología adquieran una complejidad de importancia.

Sin embargo, los puntos conflictivos del encuentro de la práctica con el campo ético-deontológico no
son privativos de la psicología. En esta oportunidad, nos interesa enfatizar muy especialmente en la
índole de los problemas y en lo específico de la psicología. Asi mismo, es coincidente con los dilemas
éticos que acaecen en el campo de la práctica en general[iii]. No decimos que se trate de los mismos
problemas (claramente, las problemáticas mencionadas son poco factibles de ser encontradas en
otros ámbitos de la labor profesional); nos referimos en cambio a la lógica que subyace a los mas que
esas problemáticas generan.

A fin de sistematizar los dilemas éticos de la práctica de la Psicología, proponemos organizarlos en


tres niveles.

1. Aquéllos que surgen en el seno mismo del campo deontológico, fundamentalmente vinculados a los
problemas de aplicación de las codificaciones (ponderación e interpretación de las normas).

2. Los problemas éticos que surgen por la tensión entre el marco deontológico y las normativas de la
actividad psicológica y de otras profesiones. Por ejemplo, las diversas instituciones y sus sistemas
conceptuales establecen para nuestra práctica ciertas regulaciones que no siempre coinciden con los
lineamientos de los códigos deontológicos. El problema se extiende también a las exigencias que el
sistema en general imprime sobre la propia función del psicólogo en los diferentes ámbitos.

3. Los dilemas éticos que surgen de la confrontación entre el campo deontológico y la dimensión
clínica. Nos detendremos en particular en este nivel de problemas éticos.

LA ETICA EN LA EVALUACIÓN PSICOLOGICA


En la construcción de las reflexiones que siguen a continuación se parte de dos a priori, que como
todas las condiciones de esta categoría pueden ser no aceptadas e incluso ampliamente rebatidas, ya
que no constituyen más que la expresión de las preferencias o el dictado de la experiencia de autores
que las seleccionan como ordenadores y transmisores de su pensamiento. En cualquier caso, el lector
se verá obligado a aceptar estas proposiciones como si verdades irrefutables se trataran, cuando la
simple mirada al mundo nos convence de la no-existencia de esta irrefutabilidad.

Así pues, en nuestra opinión, las fuentes primarias de la deontología en la evaluación psicológica se
inscriben en:

a) los principios de la bioética,


b) la deontología general de las disciplinas psicológicas,
c) la propia de las tareas asociadas a la evaluación psicológica, para llegar a
d) los problemas específicos de cada especialidad de la Psicología.

LA ETICA EN LA REDACCIÓN DE INFORMES PSICOLÓGICOS


Lo propio que configura la profesión del psicólogo, es que en la redacción de informes no se podrán
ignorar las consecuencias, no sólo jurídicas sino subjetivas, que la palabra escrita implicará. Además,
dado que esta información puede ser de carácter público, razón por la cual se pone en juego el deber
del secreto profesional y el correlativo derecho de confidencialidad que aquel resguarda. ¿Qué
aspectos de la intimidad del sujeto es necesario incluir en el informe? ¿Qué cuestiones de la vida
íntima del sujeto son relevantes para la posterior consideración? ¿Qué efectos subjetivos tendrá esto
para el sujeto? Más aún, si tenemos en cuenta el “peso imaginario” (Gutiérrez, 1994) que tiene para
el sujeto el estar frente a un profesional de la salud, ya que “el psicólogo sabe que el sujeto dirá ante
él más que ante ninguno aún más de lo que quiera decir. Estos interrogantes nos recuerdan que la
suspensión de la confidencialidad supone necesariamente la suspensión de los derechos protegidos,
aspecto que no puede soslayarse de ningún modo.

La confección de un informe convoca al psicólogo a asumir su responsabilidad profesional a partir de


la interpretación y la ponderación de la normativa y de la ley, en función de la singularidad del caso
que se le presenta. Nos arriesgamos a pensar que no habría práctica del psicólogo atravesada por la
dimensión ética cada vez que éste homogeneiza el caso singular sobre el que trabaja con el “todos
los casos” que la deontología contempla, cuando intenta ajustar el caso a la norma preestablecida o
cuando la frecuencia de la práctica automatiza su respuesta. A modo de conclusión, ubicamos que, a
la hora de la elaboración de un informe, será indispensable que el psicólogo asuma su responsabilidad
en una doble dimensión: la jurídica, en tanto sujeto sujetado a la ley social, pero, sobre todo, la
dimensión subjetiva. Ésta será la que lo inste a dar una respuesta en consonancia con su función,
respuesta que no está contemplada ni respaldada en ningún código ni ley y que lo encuentra solo, sin
garantes, al momento de decidir qué se incluirá y qué se dejará por fuera en un informe. Porque una
vez perdidas las coordenadas básicas que hacen a la función del psicólogo, no habrá quién resguarde
–a partir de una posición ética- al sujeto del padecimiento psíquico.

LOS DILEMAS ETICOS EN LA ACTIVIDAD PSICOLOGICA


El trabajo y la profesión son acciones humanas, y, por tanto, tienen una dimensión subjetiva que
consiste en el dominio del hombre sobre sí mismo, es decir, la perfección que él adquiere en el propio
acto de trabajar. Las dos dimensiones de trabajo son la técnica y la ética, mediante la primera el
hombre domina la naturaleza y con la segunda, alcanza el señorío sobre sí mismo.

Un profesional ha de poseer calidad técnica y calidad humana: no hay verdadera excelencia


profesional en alguien carente de virtudes morales. Una persona corrompida puede ser “experta” en
ciertos temas, hábil en una técnica, pero puede no ser un auténtico profesional, de él se espera no
sólo competencia técnica, sino también confianza y responsabilidad, con espíritu de servicio y calidad
humana; en resumen, se le reclaman valores éticos.

El ejercicio de ciertas profesiones, especialmente como es el caso de las ciencias psicológicas obliga
necesariamente a observar un comportamiento ético en el desempeño de sus funciones, respetando
un conjunto de valores o principios morales, regulados en ciertos aspectos por las leyes, por
reglamentos o a través de códigos de ética profesional, que incluyen un conjunto de valores los
principios morales, obligaciones, deberes, prohibiciones y sanciones para determinadas actuaciones
irregulares.
El psicólogo es una persona que pone su gran conocimiento y experiencia en una ciencia o arte al
servicio de la salud psicologica y debe reunir las cualidades siguientes:

 Amplio conocimiento de la ciencia, disciplina o arte que practica, por lo que deberá acreditar
su formación y experiencia.

 Absoluto respeto los principios de la deontología y ética en su aplicación a la práctica


psicológica.

 Resistencia a presiones para no ponerse al servicio de la injusticia

 Imparcialidad y veracidad en defensa de la verdad y la justicia, constatándolo a quien solicite


su intervención.

 Capacidad investigativa para defender la verdad pese a las consecuencias que ello pueda
acarrearle.

En correlación al último punto, se puede señalar que el psicólogo tiene derecho a poder actuar con
independencia y a ser protegido contra cualquier tipo de presión institucional o no; este derecho se
debe reclamar con carácter internacional para prevenir que en cualquier lugar del mundo haya
psicólogos que sufran por su honestidad profesional.

Algunos dilemas éticos de profesionales forenses:

1.- El dogmatismo escolástico. Nos referimos a la actitud del psicólogo que da por supuesto que su
propia orientación o escuela psicológica es la capaz de responder óptimamente a todos los problemas
planteados por los pacientes.

2. La actitud de imprudencia temeraria, es la del psicólogo que acepta evaluar a un paciente utilizando
procedimientos que él no está capacitado para emplear.
3. El imperativo de la veracidad. Se trata de uno de los presupuestos éticos esenciales y básicos de
toda “correcta” relación entre un psicólogo y una persona.

LAS TRASGRESIONES

La norma y la transgresión han sido dos aspectos en el comportamiento de las sociedades humanas,
que existen paralelamente. La norma se hizo y a la vez nació la transgresión, de otra forma no podría
ser norma. Hay diferentes tipos de transgresiones: se puede transgredir en etica, en la religión, en la
economía, en la ciencia, en la política y socialmente.

El tema de las transgresiones está presente también dentro de un mundo que cambia de forma
acelerada como el actual. Normas, formas y voluntades de organización social se han topado siempre
con lo no establecido por las leyes y que muchas veces es aceptado en una doble moral o en el silencio
cómplice, aquello que oficialmente no se acepta pero que subrepticiamente se practica. Cuando el
comportamiento humano se sale de los límites, en ese momento se transgrede un orden, se crea otro
y se contamina la moral, se pone un mal ejemplo y se rompen los esquemas. Es a estos campos de
acción, a veces ocultos, a donde se acercan los investigadores para conocer esa otra realidad.

Ser transgresor o transgresora es romper con las estructuras establecidas y con las normas y reglas
que rigen la sociedad.

LA MALA PRAXIS DEL PSICOLOGO


La mala praxis es un concepto legal que involucra la falla de un profesional al trabajar de acuerdo al
grado o nivel que normalmente se espera de otros profesionales en igual situación y que resulta en un
daño o pérdida para el cliente. A veces, sus raíces pueden tener orígenes en fallas éticas, en otras,
no. En la práctica psicológica una mala práctica se enfatizaría en un daño de tipo emocional o psíquico
debido a las características de naturaleza verbal que toda atención psicológica posee. Dando como
resultado un perjuicio de índole patrimonial: la salud psíquica del sujeto.
Una forma frecuente de mala praxis en los peritajes de parte es la elaboración de informes con
conclusiones tendenciosas o poco objetivas. Otra cosa distinta es el falso testimonio, que es un delito
en el que incurre un psicólogo si falta a la verdad de forma consciente en algún punto central del
informe para beneficiar a su cliente.

La frontera entre los informes tendenciosos o mal construidos técnicamente y los informes falsos es
difícil de establecer, porque no es sencillo deslindar lo erróneo o lo científica o pericialmente opinable
de las falsedades cometidas a conciencia. Una cosa es equivocarse y otra bien distinta es mentir. Por
ello, es poco frecuente la aplicación de un delito de falso testimonio.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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