Muro de Retención
Muro de Retención
Muro de Retención
2) Empujes de tierra
La presión del terreno sobre un muro está fuertemente condicionada por la deformabilidad del
muro.
Si el muro y el terreno sobre el que se fundan son tales que las deformaciones son prácticamente
nulas, se está en el caso de empuje en reposo.
Si el muro se desplaza, permitiendo la expansión lateral del suelo se produce una falla por corte
del suelo retenido y se crea una cuña. El empuje disminuye desde el valor del empuje al reposo
hasta el denominado valor del empuje activo, que es el mínimo valor posible del empuje.
Por el contrario, si se aplican fuerzas al muro de forma que éste empuje al relleno, la falla se
produce mediante una cuña mucho más amplia. Este valor recibe el nombre de empuje pasivo y
es el mayor valor que puede alcanzar el empuje.
Las estructuras de retención son utilizadas, ya sea como obras de mitigación de riesgos (muros de
contención) o como obras ingenieriles necesarias para salvar obstáculos (en el caso de los estribos
de puentes), mantener diferencia de niveles, constituir terraplenes, etc. Su finalidad es contener los
empujes de tierras generados por el peso de la masa de suelo (relleno) o debido a la presencia de
sobrecargas en la superficie.
Las fuerzas que actúan sobre los muros de gravedad son:
La fuerza sustentante: Está definida como la fuerza que soporta el peso del muro, más las
componentes verticales de las demás fuerzas.
El empuje activo: Se genera por el peso de la masa de suelo utilizado como relleno y por la influencia
de sobrecargas que actúan sobre la superficie del terreno, dicha fuerza es la que tiende a empujar el
muro hacia el exterior. Este movimiento hacia afuera es contrarrestado por la resistencia al
desplazamiento en la base del muro y por la resistencia pasiva, denominada generalmente “empuje
pasivo”.
Empuje Pasivo: Situado por delante del pie
del muro y la componente vertical del
empuje activo. Así pues, el peso del muro es
importante por dos conceptos: se opone al
vuelco y da lugar a una resistencia al
deslizamiento en la base. Por esta razón un
muro de este tipo se denomina muro de
gravedad (o muro que resiste por su peso),
ver figura 4.2.
3) Teorías para el cálculo de presiones laterales de tierras y empujes
La mecánica de suelos se basa en varias teorías para calcular la distribución de presiones que se
producen en los suelos y sobre las estructuras de retención. Cronológicamente, Coulomb (1776) fue
el primero que estudió la distribución de esfuerzos sobre muros. Posteriormente, Rankine (1875)
publicó sus experiencias, y por último y ya en el siglo XX se conoce la teoría de la cuña, debida a varios
autores, pero especialmente a Terzaghi.
A continuación, se desarrollan dichas teorías:
Teoría de Rankine
Estado en reposo, activo y pasivo Rankine hace referencia a las variaciones de presiones que se
producen en una masa de suelos, cuando se produce un relajamiento o un aumento de la presión
horizontal; considera esos dos casos extremos e impone ciertas condiciones de borde para un prisma
elemental que se encuentra dentro de una masa semi infinita.
Se considera que el relleno de tierra entra en un estado plástico generalizado, debido a la falta de
confinamiento lateral.
Se dirá que un suelo está en estado plástico cuando se encuentra en estado de falla incipiente
generalizado, es decir, pasa en todos los puntos en la masa de suelo, como se muestra en la figura 4.3
Hipótesis de Rankine
Rankine analizó el fenómeno de la presión activa del suelo contra un muro liso, como un estado de
equilibrio plástico del suelo. Las hipótesis en que basó su teoría para el cálculo del empuje de suelos
friccionantes son las siguientes:
1) Que se desarrollan los estados plásticos activo y pasivo por completo en toda la masa de suelo.
2) El relleno del muro es horizontal (β=0) y que el paramento interno del muro es vertical y de
superficie lisa (no se desarrolla fricción entre suelo y muro.)
3) Cuando la superficie del terreno forma un ángulo β con la horizontal, se asume que el respaldo es
rugoso, existiendo un coeficiente de fricción con el suelo, tal que las presiones sobre el respaldo son
inclinadas en el ángulo β con respecto a la horizontal.
Los estados activos y pasivos de un relleno contra un muro podrán físicamente ser llevados a la falla
de dos maneras: 1. Por empuje del relleno cediendo la estructura hacia su frente. 2. Por acción de
algún empuje exterior, incrustándose el muro en el relleno y deformándose hacia su espalda.
Rankine pensó que, bajo el empuje de relleno, el muro cede y se desplaza, lo que disminuye la presión
del relleno a valores por debajo de los correspondientes al reposo, esto hace que la masa de suelo
desarrolle su capacidad de auto sustentación, por medio de los esfuerzos cortantes que se generan,
ver figura No 4.4 a). Si el muro cede lo suficiente, la presión horizontal puede llegar a ser la activa,
valor mínimo que no se puede disminuir aun cuando el valor ceda más a partir del instante de su
aparición. Así se podría razonar que, con que se proyectase un muro para resistir la presión activa,
se garantizaría su estabilidad, siempre y cuando el muro pudiese ceder lo suficiente como para que,
en última instancia, se desarrolle dicha presión activa, ver figura No 4.4 b). De manera análoga se
podría razonar para el caso en que el muro se desplace hacia su respaldo bajo una fuerza exterior
suficiente como para que llegue a desarrollarse la presión pasiva, en cuyo caso se podrá diseñar la
estructura contando con la máxima resistencia del suelo. Ver figura No. 4.4 c).
En la figura No 4.5a) se muestran los mecanismos de trabajo de los estados generados en los empujes,
así también en la Figura No 4.5b) se presenta las superficies de falla correspondiente a cada uno.
ESTADO EN REPOSO
Los empujes del suelo sobre un muro, se pueden analizar a partir del comportamiento de un elemento
de suelo a una profundidad dada; el cual se encuentra en equilibrio y sin ningún desplazamiento,
representando así, el estado de reposo. En la figura No 4.6 se representa un elemento de suelo sujeto
a las siguientes presiones:
Presiones Verticales (Pv)
Presiones Laterales (Ph)
Bajo la presión vertical actuante el elemento de suelo se presiona lateralmente originándose así un
esfuerzo horizontal, Ph, que, con base en la experiencia, se ha aceptado como directamente
proporcional a Pv. La constante de proporcionalidad entre Pv y Ph se denomina coeficiente de
presión de tierra en reposo.
Dónde:
Pv: presión vertical efectiva, causada por el peso del suelo sobre el elemento.
Ph: presión lateral en reposo.
γ= peso volumétrico del suelo, correspondiente al estado en que se encuentre el medio.
Si se analiza el elemento, este se puede deformar verticalmente por efecto de la presión vertical, pero
no se puede expandir lateralmente porque está confinado por el suelo bajo las mismas condiciones
de carga. Si se considera el suelo colocado contra un muro estático y liso en las mismas condiciones
anteriores, el suelo estará en estado de reposo, equivalente al estado de equilibrio elástico. Ver figura
No 4.7.
El empuje en reposo se puede definir como la fuerza resultante de las presiones laterales del suelo
en reposo, que actúan contra un muro. Se sabe además que la presión horizontal a una profundidad
Z es igual a Ko γ Z, por lo cual, el empuje en reposo por unidad de longitud, ejercido por un suelo seco
sobre un muro de altura H, estará dado por:
El punto de aplicación del empuje resultante (𝑬𝒐), estará ubicado a la profundidad de 2/3 H, medido
desde la superficie (ver figura No 4.8).
El estado de esfuerzos para un suelo friccionante se representa en la figura 5.8, por medio del circulo
de Mohr en donde ɸ≠0 y C=0. La ley de resistencia de este tipo de suelo, pasa por el origen.
Obsérvese que el círculo de Mohr no es tangente a la ley de resistencia ya que el estado representado
no es de falla.
En la figura 4.9, τ representa la resistencia al corte del suelo y σ el esfuerzo normal total.
Dónde: El OCR (Over Consolidation Ratio) es la relación de sobre consolidación de un suelo (término
generalmente empleado en materiales cohesivos como limos y arcillas).
Suelos de Grano Fino Para suelos de grano fino, normalmente consolidados, el coeficiente K0 puede
estimarse también utilizando la siguiente relación empírica (Massarsch, 1979):
Dónde:
IP= es el índice de plasticidad
Suelos Arcillosos Para arcillas pre-consolidadas, el coeficiente de presión de tierra en reposo se
aproxima por:
ESTADO ACTIVO
Si el muro de retención cede, el relleno de tierra se expande en dirección horizontal, originando
esfuerzos de corte en el suelo, con lo que la presión lateral ejercida por la tierra sobre el paramento
externo del muro disminuye gradualmente y se aproxima al valor límite inferior, llegando hasta un
mínimo en su estado de falla por corte, ver figura No 4.10.
Este estado también se conoce como “estado de equilibrio plástico activo” y para el caso de suelos
friccionantes, dicho estado de esfuerzos se representa en la figura No 4.11.
La relación entre la presión horizontal y la vertical es igual a KA:
El experimento mostrado en la figura No 4.12
muestra el estado activo para suelos
granulares, se aprecia como el suelo cede en
el plano horizontal debido al
desconfinamiento que sufre por el
desplazamiento de la pared que lo retenía.
En la figura No 4.14 se indican para el mismo diagrama las inclinaciones para las cuales se producen
los estados límites. En el estado activo, la línea de rotura forma un ángulo de 𝟒𝟓° + 𝝓/𝟐 con la
horizontal. En el estado pasivo, las líneas de rotura en toda la masa que se encuentra en estado de
equilibrio plástico, forman un ángulo de 𝟒𝟓° − 𝝓/𝟐 con la horizontal.
ESTADO PASIVO
Si el muro, se mueve hacia el relleno, las presiones verticales se mantienen constantes, mientras las
presiones laterales aumentan progresivamente hasta un máximo, produciéndose el estado de falla
por esfuerzo cortante.
A este estado se le llama “Estado de Equilibrio Plástico Pasivo” y se representa gráficamente así, ver
figuras No 4.16 y 4.17:
Dónde:
γ= peso volumétrico del suelo
H= altura del relleno
Determinación de los coeficientes de movilización para los estados plásticos activos y pasivos, así
como las ecuaciones de empujes para suelos cohesivo-friccionante (ϕ≠ 𝟎 y C≠ 𝟎).
En la figura No 4.17 se muestra los estados plásticos activos y pasivos y la relación de los esfuerzos
principales entre ambos casos.
La relación entre σ3 y σ1 para el estado plástico activo se puede determinar con la deducción
siguiente:
La distribución teórica de presiones está representada por la figura No 4.18, en donde, Hc, representa
la profundidad hasta donde se extienden las grietas por tensión del relleno, ya que este no resiste
tensiones:
La fórmula del empuje nos proporciona la altura crítica para que un suelo con cohesión y fricción se
mantenga en equilibrio por sí solo, para lo que se asume que el empuje activo es cero:
Estado Plástico Pasivo: En el estado plástico pasivo los esfuerzos principales se invierten. Así se tiene:
De la figura No 4.20 se pueden deducir las ecuaciones de los empujes activos y pasivos para los suelos
cohesivos así:
Cuando el respaldo del muro es inclinado, el empuje se calcula por el procedimiento siguiente:
1. Se calcula el empuje,
considerando que este actúa
sobre un plano vertical que pasa
por la arista posterior de la base
del muro, ver figura No 4.22.
2. Se encuentra el peso de la cuña
limitada por el respaldo y el
plano vertical antes establecido.
3. Se suma vectorialmente el
empuje obtenido y el peso de la
cuña Si el respaldo del muro y la
superficie del relleno son
inclinados, el empuje resultante
se calcula sumando
vectorialmente: el empuje activo
para un relleno inclinado, más el
peso de la cuña limitada por el
respaldo del muro y el plano
vertical que pasa por el pie del
mismo; ver figura No 4.23.
Caso particular de la Teoría de Rankine
Anteriormente se abordó la teoría de Rankine para empujes activos y pasivos generados sobre un
muro con el paramento interno totalmente vertical y relleno sin pendiente (horizontal).
A continuación, se muestra el cálculo de los empujes dada las condiciones siguientes:
Muro con paramento interno inclinado (ω≠0).
Relleno de material granular con pendiente (β≠0).
La figura No 4.24 muestra un muro rígido cuyo paramento interno presenta una inclinación con
respecto a la vertical (ω) y el relleno de suelo tiene inclinación (β).
Empuje Activo
Para el cálculo del empuje activo se tiene la siguiente ecuación, en donde se tiene la constante 𝑲𝒂(𝑹)
modificada, ya que se ve afectada por la inclinación del relleno
El empuje tendrá una inclinación correspondiente a un ángulo θ, medido a partir de una línea
perpendicular al paramento del muro (ver figura No 4.25), el cual está dado por:
La localización y dirección del empuje resultante se muestra en la figura No 4.25, también se muestra
la cuña de falla (línea BC), la cual estará inclinada un ángulo η, el cual está dado por:
Empuje Pasivo
Para el cálculo del empuje pasivo se tiene la siguiente ecuación, en donde se tiene la constante 𝑲𝒑(𝑹)
modificada, ya que se ve afectada por la inclinación del relleno
El empuje tendrá una inclinación correspondiente a un ángulo θ, medido a partir de una línea
perpendicular al paramento del muro (ver figura No 4.25), el cual está dado por:
La localización y dirección del empuje resultante se muestra en la figura No 4.25, también se muestra
la cuña de falla (línea BC), la cual estará inclinada un ángulo η, el cual está dado por:
Relleno Inclinado
Por consiguiente, el empuje total activo se obtiene calculando las áreas del diagrama de presiones:
Cargas accidentales: son aquellas que pueden aparecer en un momento dado, causando la aplicación
de fuerzas y esfuerzos en las estructuras, como lo son: el viento, los sismos, lluvia, entre otros.
Cargas permanentes: incluyen el peso propio del relleno y las cargas impuestas, es decir, cargas
generadas por alguna estructura ubicada sobre el relleno.
Las cargas permanentes que se pueden presentar con mayor frecuencia son los siguientes:
Carga uniformemente distribuida por unidad de superficie.
Carga uniformemente distribuida por unidad de longitud (lineales).
Carga concentrada o puntual.
De la misma forma se puede encontrar el incremento de presión lateral para el caso pasivo:
De acuerdo a lo anterior se puede decir, que, para encontrar el incremento de la presión lateral, que
ocasiona una carga uniformemente distribuida, basta multiplicar el coeficiente Ka o Kp por la carga
q. El empuje activo se encuentra de la solución de la siguiente integral:
El punto de aplicación del empuje, sería el centroide del diagrama de presiones, haciendo momento
de áreas.
Estas expresiones son válidas únicamente para rellenos con superficie horizontal y muros con
respaldo vertical.
Cuando el respaldo del muro es inclinado, es necesario considerar la fuerza W+qb actuando
verticalmente, la cual se suma vectorialmente a la presión del empuje activo con sobrecarga
uniforme. En la figura No4.29, el W es el peso de la cuña limitada por el respaldo del muro, la
superficie del relleno y el plano vertical que pasa por el punto A.
Si sobre la coronación del terreno con pendiente, situado en el trasdós del muro con paramento
inclinado, actúa una sobrecarga uniformemente distribuida, P, como se muestra en la Figura No 5.30,
la ecuación para el cálculo del empuje sería:
Significa que al empuje con variación lineal del propio terreno (figura No 4.30 a) habría que añadir
un empuje de valor constante, que es función de la propia sobrecarga, de la geometría y del
coeficiente de empuje activo, ver figura No 4.30 b).
El diagrama de presiones será en este caso trapezoidal y si el muro tiene altura H, empuje total
resultaría de :
Carga concentrada o puntual En la figura No 4.31 se muestra una carga puntual actuando en la
superficie del relleno de un muro rígido.
Gerber Spagler y Feld propusieron una ecuación
determinada empíricamente para el cálculo del empuje
generado por acción de una carga puntual:
(Los ángulos a´ y b´ se definen en la figura No 4.33) Sin embargo, en el caso de suelos, el lado derecho
de la ecuación anterior, se duplica para tomar en cuenta la cedencia de la masa de suelo:
El empuje total por longitud unitaria (E) debido solo a una carga de franja (Jarquio, 1981) se puede
expresar como:
La ubicación 𝒛 ̅ (consulte la figura No 5.33) del empuje resultante E, se puede obtener con:
Dónde:
Teoría de Coulomb
La cuña oac, tiende a deslizar hacia abajo y hacia fuera, por su propio peso, produciéndose, por lo
tanto, esfuerzos de fricción en el respaldo, como también en el plano o línea de falla. Considerando
que los esfuerzos de fricción se desarrollan por completo, la fuerza E resulta inclinada en un ángulo
δ respecto a la normal al respaldo y F, un ángulo ɸ respecto a una normal al plano de falla.
Si δ = 0, se tiene el caso de un muro liso.
Si δ > ɸ la falla se presenta entre suelo y suelo en la superficie adyacente al muro, que es como si
ocurriese la falla entre muro y suelo, por lo tanto, con fines prácticos se toma como valor máximo de
δ el ángulo ɸ.
Luego los valores de δ están acotados así: 0 ≤ δ ≤ ɸ
Experimentalmente se ha determinado que δ varía entre ɸ/2 y 2/3 ɸ para muros de concreto liso y
para piedra rugosa es igual a ɸ.
Analizando matemáticamente las hipótesis de Coulomb, se llega a la siguiente ecuación para el cálculo
del empuje activo máximo:
EMPUJE ACTIVO
El Empuje se ubica a H/3 a partir de la base del muro, tal como se muestra en la Figura No 4.34. Pero
de existir una sobrecarga sobre el relleno, el empuje se ubica en el centroide del diagrama de
presiones
Aunque Coulomb, no consideró el empuje pasivo, su teoría se puede aplicar al estado pasivo,
asignándole valores negativos a δ y ɸ, y cambiando el signo del radical del denominador se obtiene:
La ecuación anterior es aceptable para los casos corrientes de empuje pasivo, en los cuales la
componente de la fricción entre el muro y el suelo es hacia abajo, y δ < ɸ/4. Cuando el valor de δ >
ɸ /4 la superficie de deslizamiento se aleja demasiado del plano supuesto en la teoría de Coulomb y
esto conduce a errores de importancia, al calcular el empuje pasivo.
Si se utiliza la teoría de Coulomb, será necesario conocer el intervalo de rugosidad del muro (δ) con
varios tipos de material de relleno. Los valores mostrados en la tabla No 4.1 corresponden a
intervalos de rugosidad del muro de mampostería o del muro de concreto macizo (simple):
1. Dibújese a escala conveniente una sección tentativa del muro con su relleno
2. Por el punto A de la base del muro trácese la línea ɸ formando un ángulo ɸ con la horizontal;
y la línea θ a un ángulo θ con la línea ɸ
3. Escójanse diferentes planos hipotéticos de deslizamiento (Ab1, Ab2, Ab3…. Etc.)
4. Encuéntrese el peso de cada cuña formada, multiplicando el peso específico γ por el área de
la cuña correspondiente.
5. Sobre la línea ɸ serán llevados a partir de A, los distintos pesos obtenidos, a una escala de
fuerzas conveniente; obteniéndose así los puntos a1, a2, a3...etc.
6. Por los puntos a1, a2, a3…etc., trácese paralelas a la línea θ hasta cortar en los puntos C1, C2…
etc. a los respectivos planos de falla supuestos (Ab1, Ab2, Ab3…. etc.). Los segmentos a1C1, a2C2,
a3C3…; representan a la escala de fuerzas empleadas, los empujes que producen cada una de
las cuñas asumidas.
En la figura No 4.37 el triángulo AC3a3 es semejante al polígono de fuerzas ABC. La distancia
C3a3 es igual al empuje correspondiente a la superficie de deslizamiento Ab3.
7. Trácese una línea que contenga los puntos “C” obtenidos, la curva que resulta se le llama línea
de empujes o línea de Cullmann
8. Trácese una línea paralela a la línea ɸ y que sea tangente a la línea de Cullmann determinando
así el punto de tangencia “c”; el segmento ac representa el empuje E a la escala de fuerzas
usada.
La línea Ab, determina el plano de falla correspondiente al máximo empuje.
El punto de aplicación del empuje se encuentra siguiendo el método de Terzaghi, trazando por el
centro de gravedad de la cuña critica una paralela al plano de falla Ab, la intersección con el respaldo
del muro dará el punto buscado, ver figura No 4.38.
Teorías para el cálculo de empujes debido a sismos en la masa de suelo.
La excesiva presión lateral dinámica del suelo sobre estructuras de retención, resultante de los
movimientos de sismo, han causado grandes daños en el pasado, sobre todo en zonas de alto riesgo
sísmico. Seed y Whitman (1970) indican que algunas de estas fallas pueden ser producidas por
muchas causas, entre las cuales mencionan las siguientes:
a) Incremento de la presión lateral del suelo tras el muro.
b) Reducción de la presión del agua en el frente del muro (en zonas donde el nivel freático es
superficial).
c) Licuefacción del material de relleno.
Nazarian y Hadjan (1979) realizaron estudios teóricos sobre la presión lateral dinámica de los suelos;
en base a las cuales dichas teorías pueden ser divididas en tres grandes categorías:
1. Solución completamente plástica (estática).
2. Soluciones basadas en la Teoría de la onda Elástica.
3. Soluciones basadas en la Teoría Elastoplástica y No lineal.
Donde Kae, es el coeficiente de la presión activa del suelo con efecto de terremoto:
La ecuación de Kae, generalmente es referida como la ecuación de la presión activa del suelo de
Mononobe-Okabe.
En el caso en que ɸ-θ-β < 0; se asumirá (ɸ-θ-β) = 0
Efecto de varios parámetros en el valor del Coeficiente de Presión Activa de Tierra.
1. El efecto del ángulo de fricción del muro (δ) para la mayoría de los casos prácticos de diseño,
donde los valores de (δ) varían de 0 a ɸ/2, el efecto del ángulo de fricción del muro en el
valor de Kae es pequeño.
2. Un pequeño error en la toma del valor del ángulo de fricción interna del suelo (ɸ), puede ser
un gran error en la estimación del valor de Eae.
3. El valor de Kae se incrementa con un incremento de la inclinación del relleno.
Punto de aplicación del Empuje Activo Dinámico La solución original de Mononobe-Okabe para la
fuerza activa en estructuras de retención implica que la fuerza resultante puede actuar a una
distancia de 1/3H medida desde la base del muro, similar que en el caso estático. Sin embargo,
pruebas de laboratorio realizadas indican que la presión resultante Eac actúa a una distancia un poco
más grande de 1/3H, ver figura No 4.40.
Prakash y Basavanna (1969), realizaron un análisis teórico para la determinación de la ubicación del
punto de aplicación de la fuerza resultante basado en un esquema de equilibrio, su estudio mostró
que H variaba para distintas condiciones del suelo y forma geométrica del terraplén.
Seed y Whitman 1969, tomando en consideración factores prácticos de diseño, propusieron un
procedimiento para la determinación de la línea de acción de Eae, en donde se define H como:
Algo importante es que las ecuaciones de Mononobe-Okabe no consideran cohesión y “La norma
técnica para Diseño de cimentaciones y estabilidad de taludes de estructuras de concreto reforzado
de El Salvador (1997)” no establece nada con respecto a esto, entonces según consulta con personal
entendido en la materia recomendaron emplear fórmulas Japonesas y el empuje seria:
La que actúa a la misma altura que la de Mononobe-Okabe y “q” es un porcentaje de la carga puede
estar entre (0.1 a 0.15) de la carga.
Empuje pasivo
Por el empuje pasivo que es calculado por Mononobe-Okabe se toman las mismas consideraciones
que para el activo por lo tanto se determina de la siguiente manera:
Esta condición también puede ser útil para especificar un límite al coeficiente sísmico horizontal; la
condición límite es:
Método Semiempírico de Terzaghi para el cálculo del Empuje Contra un muro de Retención
El Dr. Karl Terzaghi basado en experiencias propias y en las teorías para el cálculo del empuje del
relleno sobre los muros de retención, propuso un método práctico para la determinación de dicho
empuje.
Para la aplicación del método hay que considerar que los modelos de muros, en que Terzaghi
estableció su método no eran mayores de siete metros de altura.
El primer paso consiste en clasificar el material de relleno dentro de uno de los cinco tipos de suelo,
indicados a continuación:
1. Suelo Granular Grueso, sin contenido de partículas finas (arena limpia o gravas).
2. Suelo Granular Grueso de baja permeabilidad, debido a su contenido de partículas de tamaño
de limo.
3. Suelo Residual con piedra, arena fina limosa y arcilla.
4. Arcilla blanda o muy blanda, limos orgánicos, arcillas limosas.
5. Arcilla Compacta o mediamente compacta, depositada en trozos y protegida de tal forma que
la cantidad de agua que penetre en el espacio entre los fragmentos durante las lluvias o
inundaciones sea despreciable. Si esta condición no se cumple, la arcilla no debe usarse para
el relleno del terraplén. Cuanto más compacta es la arcilla, mayor es el peligro de una rotura
del muro como consecuencia de la infiltración del agua.
El método cubre cuatro casos muy frecuentes en la práctica, en cuanto a la forma de la superficie del
relleno y al tipo de sobrecarga actuando sobre el mismo:
a) La superficie del relleno es plana, inclinada o no lleva sobrecarga alguna.
b) La superficie del relleno forma un plano inclinado que va, desde la cresta del muro hasta
cierta altura sobre la cresta, donde se hace horizontal.
c) La superficie del relleno es horizontal y lleva una sobrecarga uniformemente distribuida.
d) La superficie del relleno es horizontal y lleva una sobrecarga lineal uniformemente
distribuida, paralela a la cresta del muro.
Los valores de Kh y Kv se hallan indicados en la figura No 4.42 para cada tipo de suelo en función del
ángulo de inclinación de la superficie del relleno. Como el empuje del relleno aumenta linealmente
con la profundidad a partir del punto “a”, el punto de aplicación del empuje total, se halla en el tercio
inferior de H (H/3), ver figura No 4.41.
Si el material del relleno está constituido por fragmentos de arcilla (tipo 5), el valor de H a utilizar
en el cálculo debe reducirse en 1.20 m y el empuje resultante se considera actuando a una altura de
1/3 (H-1.20) por encima de la base del muro.
Caso b: Para esta condición los valores de Kh y Kv, pueden obtenerse de las curvas de la figura No
4.43. Obsérvese que en estos gráficos, los valores de Kh y Kv están en función del tipo de relleno y de
la relación H1/H. El punto de aplicación del empuje resultante se halla a un tercio de H para rellenos
del tipo 1 al tipo 4; para un material del tipo 5 la altura H se reduce en 1.20 m y su punto de aplicación
se toma a 1/3(H-1.20) por encima de la base.
Caso c: El empuje unitario sobre el plano vertical “ab” se incrementa uniformemente en la cantidad
Pq=Cq; donde C es un coeficiente que depende del tipo de suelo y que viene dado en la tabla No 4.2.
Caso d: Para esta condición el incremento del empuje horizontal debido a la sobrecarga, en el plano
“ab” de la figura No 4.44, es Pq1=Cq1 por unidad de longitud de muro. El valor de C se obtiene de la
tabla No 4.2. El punto de aplicación de la fuerza Pq1 se obtiene, trazando desde el punto C de
aplicación de la fuerza q1 una recta que forme con la horizontal, un ángulo de 45°. El punto d1 de la
intersección de dicha recta con el respaldo del muro, es el punto de aplicación de Pq1. Si el punto d1
está situado por debajo de la base del muro, la influencia de la carga lineal sobre el empuje puede
despreciarse; en cambio, si el punto c está situado a la izquierda del plano vertical ab, la regla
continua siendo válida.
La carga lineal que produce también una presión vertical sobre el talón interior del muro. Se puede
suponer que esta presión p´´ se halla uniformemente distribuida sobre la base ef de un triángulo
equilátero de vértice c, de manera que tiene el valor de p´´=q´/ef.
Para el cálculo de la estabilidad del muro, se considerará solamente aquella parte de p´´ que actúa
directamente sobre el talón del mundo.
Este método considera que los muros descansan sobre cimentaciones firmes, de manera que la
fricción y la adherencia entre muro y suelo está dirigida hacia abajo, produciendo un efecto
estabilizante que reduce el empuje. Si el muro está cimentado en terreno blando, el asentamiento del
mismo con respecto al relleno, tiende a invertir el sentido de estas fuerzas, aumentando
considerablemente el empuje. Si el muro descansa sobre un material compresible, como arcilla
blanda, los valores del empuje calculados para los materiales del tipo 1, 2, 3 y 5 deben aumentarse
en un cinco por ciento.
Ejercicio 1: Diseño de Muro de Retención en Voladizo
Se requiere el diseño del muro de retención de concreto reforzado para salvaguardar un desnivel de
6.5 metros. Considera las características de materiales que se muestran en la figura.
γs = 1.8 ton/m3 (S. Arenoso denso)
ɸ = 29˚
f’c = 280 kg/cm2
fy = 4200 kg/cm2
σt = 3.0 kg/cm2
FSD = 1.5
FSV = 1.75
SOLUCION:
Predimensionamiento
P2
6.5
P4
P3 P
3.25
6.5(0.1) = 0.65 7.15/3= 2.38
29° 2
𝐾𝑎 = [tan (45° − )] = 0.34697
2
1 1
𝐸𝑎 = 𝛾𝑠 (𝐻)2 𝐾𝑎 = (1.8)(7.15)2 (0.34697) = 15.96
2 2
𝑓𝑁 0.6(54.09)
𝐹𝑆𝐷 = = = 2.03 > 1.5 → 𝐶𝑂𝑁𝐹𝑂𝑅𝑀𝐸
𝐸𝑎 (15.96)
𝑀𝑟 (136.44)
𝐹𝑆𝑉 = = = 3.59 > 1.75 → 𝐶𝑂𝑁𝐹𝑂𝑅𝑀𝐸
𝑀𝑎 (15.96)(2.38)
Presiones de suelo
𝑃 6𝑒 54.09 6(0.455) 𝑇 𝑘𝑔 𝑘𝑔
𝑞𝑚𝑎𝑥 = (1 + ) = (1 + ) = 19.02 2 ≡ 1.9 2 < 𝜎𝑡 = 3.0 2 → 𝐶𝑂𝑁𝐹𝑂𝑅𝑀𝐸
𝐵 𝐵 4.55 4.55 𝑚 𝑐𝑚 𝑐𝑚
𝑃 6𝑒 54.09 6(0.455) 𝑘𝑔 𝑘𝑔
𝑞𝑚𝑖𝑛 = (1 − ) = (1 − ) = 4.76 𝑇/𝑚2 ≡ 0.5 2 < 𝜎𝑡 = 3.0 2 → 𝐶𝑂𝑁𝐹𝑂𝑅𝑀𝐸
𝐵 𝐵 4.55 4.55 𝑐𝑚 𝑐𝑚
Diseño de la pantalla
En la base:
Diseño por flexión.
1 1
𝐸𝐻 = 𝛾𝐻 2 𝐾𝑎 = (1.8)(6.5)2 (0.34697) = 13.19 𝑇𝑜𝑛
2 2
𝐻
𝑌𝐸𝐻 = = 2.17 𝑚
3
Momento Máximo
𝑀𝑢 = 1.7𝐸𝑀𝑌𝐸𝐻 = (1.7)(13.19)(2.17) = 48.66 𝑇𝑜𝑛 ∗ 𝑚
Cortante Máximo
𝑉𝑢 = 1.7𝐸𝑀 = (1.7)(13.19) = 22.42 𝑇𝑜𝑛
Peralte efectivo
∅
𝑑 = 𝑡 − 𝑟𝑒𝑐 −
2
𝑑 = 65 − 7 − 1 = 57𝑐𝑚
b = 100 cm
Resistencia al Cortante
Acero Vertical
𝑓 ′𝑐 2(𝑀𝑢 × 105 )
𝐴𝑠 = 0.85 𝑏𝑑 (1 − √ )
𝑓𝑦 ∅𝛽𝑓 ′ 𝑐 𝑏𝑑2
𝐴𝑠 25.65 2
𝑎𝑠 = = = 0.2565 𝑐𝑚 ⁄𝑐𝑚
𝑏 100
𝐴𝑣 2.85
𝑆= = = 11 𝑐𝑚
𝒶𝑠 0.2565
𝐴𝑠 12.00 2
𝑎𝑠 = = = 0.12 𝑐𝑚 ⁄𝑐𝑚
𝑏 100
𝐴𝑣 2.00
𝑆= = = 16 𝑐𝑚
𝒶𝑠 0.12
𝑓 ′𝑐 2(𝑀𝑢 × 105 )
𝐴𝑠 = 0.85 𝑏𝑑 (1 − √ )
𝑓𝑦 ∅𝛽𝑓 ′ 𝑐 𝑏𝑑2
𝑓 ′𝑐 2(𝑀𝑢 × 105 )
𝐴𝑠 = 0.85 𝑏𝑑 (1 − √ )
𝑓𝑦 ∅𝛽𝑓 ′ 𝑐 𝑏𝑑2
𝐴𝑠 22.8 2
𝑎𝑠 = = = 0.228 𝑐𝑚 ⁄𝑐𝑚
𝑏 100
𝐴𝑣 2.85
𝑆= = = 12.5 𝑐𝑚
𝒶𝑠 0.228